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REMARCA

Semántica, un acercamiento a la automatización

¿Os habéis preguntado alguna vez cómo sabemos de qué cuadro se trata?

¿Es un cuadro de mando?

¿El de una bicicleta?

¿Un óleo de Tàpies o uno de un verdadero artista?

¿Que no sabéis de qué hablo? ¡Y qué más da!

Vuestro cerebro sí lo sabe. Hace un montón de cosas sin que lo sepáis. Las decisiones rápidas, generalmente, son poco más que aleatorias, pero vuestro cerebro* hará lo imposible para encontrar una justificación. Lo que sea. No importa si a la persona que os ha preguntado le da un ictus al oír vuestra respuesta. Lo importante es que no os dé uno a vosotros y por eso dejáis la leche fuera de la nevera, «por si alguien la necesitara». No por perezosos o desordenados, sino por altruismo, educación y empatía.

Pensad en lo que ocurre cuando lees una novela. El novelista nunca se molesta en presentarte a los personajes, ponerte en situación y facilitarte los datos antes de meterte en la historia. Se toma el trabajo de ir hilando esos detalles en el transcurso de la historia, a menos que se trate de Vargas Llosa (el único escritor al que es necesario admirar antes de leerle, en vez de después). Tu cerebro va creando las conexiones sin que tú tengas que comprarte una pizarra y anotar los datos de cada personaje. (Una pizarra es una tablet antigua y grande, analógica, que se usaba de forma obscena generalmente.)

Y es que el cerebro es altamente plástico y aprende del entorno, y se sirve de muchas más informaciones de las que somos conscientes. Y sabe que una palabra no es una sola palabra, sino varias en una, como «cuadro» o «llave». Del entorno de esa palabra obtiene el significado exacto. Su semántica. Su identidad única.

Symantec, la marca que hemos reinventado en esta entrada, es un acrónimo de las palabras «sintaxis», «semántica» y «tecnología». No es una casualidad que se dedicaran inicialmente a la inteligencia artificial, porque la semántica está muy relacionada con esa disciplina.

La semántica, de hecho, puede llevarse a otros terrenos donde también resulta muy útil, económicamente hablando. Pensemos en la semántica de la palabra «título». Cuando un título es un conjunto de palabras que identifican una información, que la presentan, su identidad, propósito o significado están «clasificados» en un campo semántico concreto. Un campo semántico, el editorial, donde cualquiera entiende lo que es un título. Y dentro del cual existen otros campos semánticos más específicos, por ejemplo el jurídico, en el cual una «disposición» significa algo muy diferente a la «disposición» del campo de la autoayuda. En el primero es una parte de una ley. En el segundo es lo único que le permite a un graduado de la ESO administrarte energías indetectables aunque lo más cerca que haya estado de China es un restaurante de Sabadell.

Semántica creativa

¿Y para qué resulta útil todo eso?

Para algo tras lo cual vamos locos desde siempre: automatización y ahorro.

En el mundo editorial, actualmente, nadie se sirve de la semántica para digitalizar sus obras. Habiendo becarios… Pero hace muchos años que las publicaciones son –estrictamente hablando– digitales. No existe un QuarkXPress o un InDesign en piedra o latón. Son documentos electrónicos desde el siglo pasado. ¿Por qué entonces tiene un coste conseguir un ePub o una webapp?

No voy a meter el pie en ese barrizal ahora, porque debería escribir un libro. Sólo diré que Tim Berners-Lee, el inventor de la World Wide WEB, en el año 2000 hizo la propuesta de una nueva web semántica, y la única razón por la que no la tenemos ya es porque el campo de los datos es una auténtica torre de Babel diseñada en Sodoma y erigida en Gomorra. En entornos pequeños como el de una editorial sí es posible usar la semántica para trabajar al mismo tiempo en las artes finales y en los contenidos, es decir, producir papel y digital al mismo tiempo, como una sola cosa.

Es más: en la semántica aplicada al mundo editorial no sólo está la clave para publicar más rápido, barato y mejor, sino también la de la apertura del sector a otros negocios, a la diversificación y la reinvención.

Ahí lo dejo.

  • Sé que «sois» ni más ni menos que vuestro cerebro, pero de este modo podéis seguir culpándole a él. De nada.

Daniel Perera
Publishing Specialist
Qsystems

¿Qué es Remarca?

Remarca es un proyecto interno de adn studio en forma de alfabeto singular. Una visión ecléctica de lo que podría ser un abecedario de logotipos de referencia reinterpretado, un diccionario de términos esenciales para los profesionales del marketing, una buena colección de tutoriales sobre conceptos de comunicación, o todo a la vez.

Un proyecto en el que «sin límites» vamos a narrar con la imaginación desbordante de la mano de los mejores expertos del sector, como Daniel Perera, director de Qsystems y uno de los mejores especialistas en informática y sistemas de producción editorial, que nos explica con inteligente sarcasmo la importancia de la automatización a través de la semántica, esencial en todos los procesos de comunicación.

Remarca es un experimento creativo que aportará definiciones particulares relacionadas con el branding, la innovación, el marketing o la comunicación. De la A a la Z.