El terremoto de Martes ya anunció, hace un siglo, que un embalse recrecido en Yesa podría resultar catastrófico

Unas mínimas dosis de prudencia y la aplicación del principio de precaución exigen renunciar al llenado de Yesa recrecido. Lo ocurrido en el barrio Parque Venecia de Zaragoza, como antes en Biescas, nos enseña que las aguas siempre vuelven con los papeles reclamando sus dominios y dejando en evidencia la prepotencia humana.

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Obras de recrecimiento de Yesa.

El proyecto de recrecimiento del pantano de Yesa, cuya primera piedra se puso hace 22 años, ha demostrado que, desde sus inicios, la seguridad prometida en la documentación oficial “era ficticia y respondía a deseos interesados que una y otra vez la naturaleza ha dejado en evidencia. Ha llegado la hora de que los técnicos que avalan e impulsan obras e informes interesados, que conllevan catástrofes, paguen por sus malas prácticas, que nos cuestan ingentes fondos públicos cuando no vidas”, señalan desde la Asociación Río Aragón.

Hace 100 años, exactamente el 10 de julio de 1923, se produjo el conocido como terremoto de Martes, que afectó a todo el cuadrante nordeste de la Península Ibérica y sur de Francia y alcanzó una intensidad destructiva de VIII. La crisis sísmica se extendió hasta 1925. Los estudios sitúan su epicentro entre las navarras Burgui y Castillonuevo y las aragonesas Tiermas y Salvatierra de Esca, es decir en las orillas del embalse de Yesa en aquellos momentos y afortunadamente no construido. La población aragonesa que le da nombre hubo de ser evacuada y muchas de sus construcciones sufrieron graves desperfectos, algunos de los cuales todavía resultan visibles en edificaciones civiles y religiosas y siguen siendo motivo de estudio.

Aún no existe un modelo geodinámico que explique de forma conjunta la actividad de las fallas activas del Pirineo, pero la sismicidad histórica en la zona está documentada y los mapas que reflejan dicha actividad han tenido que ir reconociendo su importancia a medida que se ha ido profundizando en las investigaciones.

En este contexto, la Asociación Río Aragón ha insistido una y otra vez “en la importancia que debe darse al principio de precaución”. “Es una temeridad aumentar la capacidad del actual embalse de Yesa, ya que incrementaría significativamente el peso a soportar por una zona tan sensible. Estamos hablando de un valle cuyas laderas ya dejaron patente su inestabilidad cuando se construyó la actual presa y mucho más desde que se iniciaron los trabajos de excavación para su recrecimiento”.

“Desgraciadamente, en lugar de asumir con valentía y rigor los problemas detectados, la CHE se ha servido, una y otra vez, de pseudoestudios interesados para desechar un posible riesgo catastrófico a futuro. La realidad siempre ha terminado negando lo que antes habían afirmado en papel, pero parecen preferir seguir jugando a una especie de ruleta rusa llamada ‘ensayo y error’. Ocultan que sus errores pueden causar víctimas entre los pobladores aguas abajo o en el propio pueblo de Sigüés, rodeado por un nefasto muro que nada podría ante un deslizamiento que, por ejemplo, un terremoto pudiera producir”, enfatizan desde Río Aragón.

Recuerdan que “a la par, en los últimos días Zaragoza ha constatado como las aguas llegaban con los papeles para reclamar sus dominios en el llamado Barranco de la Muerte, llevándose por delante infraestructuras ubicadas donde nunca debieron haberlo estado. El colegio María Zambrano podría haber sido una auténtica ratonera mortal si hubiéramos estado en periodo de ocupación escolar. Afortunadamente no hubo desgracias personales, pero a todos se nos han quedado en la retina imágenes que cortan la respiración”.

“Lo realmente grave es que lo ocurrido era una posibilidad ya denunciada por asociaciones vecinales y geógrafos, cuando alegaron a los planes municipales. Alegaciones a las que, como suele ocurrir, la soberbia ingenieril y los intereses especulativos respondieron con el desprecio o el silencio y la CHE con su incompetencia contrastada. Una vez más la realidad se ha impuesto a lo que decían los papeles, pero hoy nadie parece ser responsable del desaguisado que nos habrá de costar ingentes fondos públicos, para intentar resolver un problema de seguridad irresoluble por mala planificación. Eso sí, los responsables estarán tranquilamente en sus sillones, pontificando que eso es tan extraordinario que no debiera haber pasado. Alguien debiera salir a dar la cara y asumir responsabilidades, pero no ocurrirá porque hay demasiados responsables de alto nivel implicados”, recalcan desde la entidad de defensa de la tierra.

Por todo ello, la asociación Río Aragón exige “que no exista la posibilidad de que, con el recrecimiento de Yesa, podamos tener un desastre como el de barrio Venecia multiplicado por mil. Por ello, es imprescindible que los impulsores de dicho recrecimiento acaben con su obstinación prepotente y renuncien al llenado del embalse aumentado”.


Más información sobre la tormenta registrada en Zaragoza este jueves en este enlace.

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