Las agentes de la Guardia Civil destinadas en La Rioja Esther Lázaro y Alicia Holguín. EFE/Raquel Manzanares

Ser mujer en la Guardia Civil: la igualdad hay que demostrarla con la valía todos los días

Rebeca Palacios y Ana Lumbreras |
Logroño, (EFE).- Esther Lázaro y Alicia Holguín, agentes que ingresaron en las primeras promociones de la Guardia Civil, han asegurado a EFE que nunca se han sentido discriminadas en el cuerpo, formado por hombres y mujeres, y que, para ellas, son exactamente iguales mientras trabajen y demuestren su valía cada día.

Una de ellas, Lázaro, participará en la parada militar y desfile con los que la Guardia Civil conmemorará con carácter nacional a su patrona, la Virgen del Pilar, el próximo domingo 8 en Logroño, ciudad que en 1988 acogió el primer desfile en España con presencia femenina en la Benemérita.

Esther Lázaro, logroñesa de 54 años, ingresó en la Guardia Civil en 1990, en la segunda promoción de mujeres del cuerpo; mientras que Alicia Holguín, bilbaína de 50 años, entró en 1994 en la séptima promoción.

Ambas se formaron en la academia de Baeza (Jaén), están casadas con guardias civiles y carecen de otros vínculos familiares con la Benemérita, a la que llegaron por una profunda vocación de servicio al ciudadano. Por ello, las dos, con una larga trayectoria profesional en distintas áreas, coinciden en que no se arrepienten de ser guardia civil ni un solo día.

Vocación temprana

“De pequeña, cuando las niñas aspiraban a ser peluqueras o profesoras, yo siempre decía que quería ser policía. Me empecé a preparar para acceder a la Policía Nacional, pero justo se aprobó el acceso a la mujer en la Guardia Civil”, ha relatado Lázaro.

Ha agradecido que sus padres siempre le hayan apoyado en su decisión profesional y que estén “superorgullosos” de ella.
Holguín, descendiente de familia extremeña emigrada al País Vasco, creció con una vocación inicialmente como militar, pero finalmente eligió la Guardia Civil, a la que accedió al segundo intento.

“Cuando comencé a trabajar, en los años 90, había que mirar debajo del coche antes de cogerlo. En mi ambiente social tenía amigos de un lado y del otro”, ha recordado.

LOGROÑO, 01/10/2023.- Las guardias civiles Alicia Holguín (i) y Esther Lázaro (d) posan durante una entrevista con EFE en Logroño. EFE/ Raquel Manzanares

Formación igualitaria

En la academia de Baeza, han rememorado, las clases y la instrucción eran las mismas para alumnos y alumnas.

Holguín ha subrayado que ella “nunca” ha sentido una “diferencia por ser mujer” dentro de la Guardia Civil y, entre la veintena de opciones de especialización que ofrece el Instituto Armado, “accedes a lo que más te gusta”.

“Si yo no me veo capacitada, como haría un compañero, para estar, por ejemplo, en el Equipo de Rescate e Intervención en Montaña (EREIM), pues no me presento”, ha indicado.

Por ello, han rechazado posibles medidas de acción positiva hacia las mujeres en los procesos selectivos de la Guardia Civil.

“Eso no es igualdad, lo único que hace es minusvalorar a la mujer, que tiene que entrar en las mismas condiciones que cualquier hombre y no necesita que le reserven una plaza”, ha recalcado Lázaro.

Si la Guardia Civil tiene 179 años de historia y la mujer solo ha accedido desde hace 35, es “lógico” que haya menos agentes femeninas, pero ha insistido que se tiene que garantizar “la igualdad de condiciones”.

La Benemérita tiene a nivel nacional un total de 77.562 agentes, de los que 7.032 son mujeres, el 9,1 por ciento de la plantilla. Entre los 734 agentes de la Guardia Civil destinados actualmente en La Rioja, hay 633 hombres y 101 mujeres, lo que supone el 14 por ciento.

“Soy guardia civil”

Para Lázaro, la Guardia Civil, al igual que ha hecho la sociedad, “se ha ido adaptando a los tiempos que van llegando”, pero asegura que ella siempre ha recibido apoyo y reconocimiento social hacia su profesión.

Actualmente, hombres y mujeres desempeñan los mismos trabajos y cobran igual en la Guardia Civil, donde ha puntualizado que hay conciliación familiar y reducciones de jornada, a las que pueden acceder ambos.

“Ni soy hombre, ni soy mujer. Soy guardia civil y por eso me pagan. Yo he trabajado para llegar aquí, igual que mis compañeros”, ha insistido.

Lázaro sostiene que, cuando un ciudadano llama a una patrulla de la Guardia Civil, quiere que le atiendan “los mejores”, lo mismo que cuando vas al médico, “da igual que sea hombre o mujer”.