Llevar la celda a todas partes

SN FCO CELDA 2Para las ordenes religiosas el término «celda» refiere a las habitaciones de los frailes o monjes en los conventos, monasterios y eremitorios. Se caracterizan por ser pequeñas y sencillas, es por esto que este término también es usado, como todos sabemos, para los cuartos de los presos.

Los hermanos franciscanos tienen en los conventos celdas y es en este lugar donde los frailes pueden estar sólos; descansar, leer y estudiar y es el lugar propicio y donde se puede orar en soledad.

San Francisco de Asís, pedía a los suyos a salir, a «ir por el mundo», con el riesgo de que esta actividad trajera una vida menos contemplativa. Es por esto que recomienda a sus hermanos: «Pues donde quiera que estemos o a donde quiera que vayamos, llevamos nuestra celda con nosotros; nuestra celda, en efecto, es el hermano cuerpo, y nuestra alma es el ermitaño que habita en ella para orar a Dios y para meditar. Si nuestra alma no goza de la quietud y soledad en su celda, de poco sirve al religioso habitar en una celda fabricada por mano del hombre.» (LP 108)

Francisco llama al cuerpo «celda» y Santa Clara se unía a esta praxis contemplativa llamando al corazón humano como la «clausura», y no tanto a las paredes o a los espacios físicos.

No podemos negarlo, en esta vida tan ajetreada que vivimos tan llenos de actividades y compromisos, es muy difícil encontrar tiempo y un lugar para orar… Pero recordemos este consejo y la vivencia de San Francisco, procurando el encuentro con Dios en esa «celda» siempre próxima que es nuestro corazón. Mantengamos la quietud y la limpieza de esta «celda». Dios siempre escucha lo secreto y él «que ve en lo secreto, te recompensará.» (Mt 6,6)

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