SAN JUAN DE LOS CAYOS

La siguiente presentación incluye imágenes de la bahía de San Juan de los Cayos, así como del pintoresco poblado, las cuales captamos durante nuestra Convivencia realizada del 7 al 9 de octubre de 2011.

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FOTOS: Lourdes Denis Santana

San Juan de los Cayos es la capital del Municipio Acosta, del estado Falcón. Se ubica en la costa oriental de dicho estado y limita al norte con el Mar Caribe, al sur con El Cerrito, al este con Boca de Mangle y al oeste con Los Taparos. Muy cerca de Chichiriviche, así como los pintorescos poblados: Boca del Tocuyo, Boca de Mangle, Villa del Corazón de Jesús, entre otros.

San Juan de los Cayos conforma una espectacular bahía que se caracteriza por sus tranquilas aguas de poca profundidad, impregnadas de fina arena que dan a las aguas un color marrón o turbio, producto de una constante corriente marina. Estas playas contrastan con las cercanas playas de Los Taparos, Chichiriviche, Tucacas. A lo lejos, al frente de la bahía, en sentido norte, se puede observar el rompe olas que produce el Mar Abierto, al encontrarse con los cayos que sirven de barrera natural al fuerte oleaje marino. Los principales atractivos de San Juan de los Cayos lo ofrecen sus playas, sus islas: Cayo Arriba y Cayo Abajo, y también una enorme salina que es considerada la más extensa del occidente de Venezuela.

San Juan de los Cayos es un pintoresco poblado que aún conserva imponentes casonas que revelan sus orígenes coloniales, entre las cuales destaca la Casa de Régulo Jurado, patrimonio histórico de la colectividad. Se trata de un pueblo pequeño de gran belleza, donde se respira tranquilidad y silencio, con el típico arrullo de la brisa y el oleaje. Sus amaneceres y atardeceres majestuosos representan un espectáculo natural que es disfrutado por lugareños y visitantes. La actividad más importante de los pobladores es la pesca, la cual es realizada con redes y múltiples anzuelos atados a un cordón. Observar las actividades de los pescadores constituye un deleite para el turista de la zona. El lanzamiento de la red es una de las tareas que realizan con especial destreza y que atrae la atención de los visitantes. Otras actividades económicas son la producción de coco, el turismo y la actividad agropecuaria. Dicen los lugareños que con frecuencia, al amanecer, los ganaderos trasladan sus arreos de ganado por la orilla de la playa.

A lo largo de la playa es típico observar personas lavando lanchas, comiendo coco, caminando junto a los perros, cargando redes de pescar… Un particular espectáculo se presenta cuando los caballos recorren la playa, ofreciendo una imagen que sólo vemos en películas… En la orilla de la playa, aparece imponente, un tronco de madero que hace la diferencia en la belleza de la bahía. Dicen los lugareños que dicho tronco fue arrastrado hasta allí desde las costas del estado Vargas cuando ocurrió la vaguada en diciembre de 1999. Ese madero es una especie de símbolo silencioso de lo que puede mover a la Naturaleza cuando decide mostrar su indetenible fuerza.

Mención especial merece el único caney con techo de palmas que engalana la playa casi solitaria. A pesar de su pequeño tamaño, su silueta destaca imponente en medio de la arena, convirtiéndose en el punto fotográfico por excelencia para enmarcar la belleza del pasiaje marino, con atardeceres que destellan entre una policromía de colores.

Caminar por las calles del pueblo es una experiencia enriquecedora y confortable… La imagen del santo patrono San Juan Bautista da la bienvenida en la entrada de la vía principal. Los pobladores, reunidos al frente de sus casas, saludan como si fuesen familia conocida por siempre. La verdurera ofrece productos frescos, junto a sus hijos que la ayudan. Don Diego da Costa, un personaje humilde camina por las calles y reconoce que es “el pintor del pueblo”; sus murales destacan en casas, locales deportivos e instituciones de la comunidad. Tanto la impactante Iglesia como la Plaza Bolívar, cerca del escenario que hace las veces de concha acústica, representan el centro cívico-religioso del pueblo. Los kioscos de empanadas y ventas de arepa se distinguen por su frecuente clientela. Por las calles, los pescadores trasladan el producto de su actividad hasta las pescaderías que abundan en el poblado, mientras los turistas los persiguen haciéndoles preguntas para comprar su fresca mercancía. Los camiones cargados con sacos de coco son un distintivo del lugar. La cancha múltiple destaca por su imponente techado, simbolizando una especial atracción por la actividad deportiva. Decenas de cangrejos de diverso tamaño deambulan a lo largo de las calles; lastimosamente muchos de ellos son atropellados por los vehículos.

Algunos aspectos requieren atención… A pocos metros de la entrada del pueblo, al frente de la Oficina del CNE, justo en el medio de la vía, un par de postes de concreto, elaborados con tuberías para cañerías, entorpecen la vía de los conductores. Se desconoce las razones de tales obstáculos; quizás tienen el fin de reservar los puestos para estacionar al frente del CNE. En todo caso, además del peligro que representan para los conductores que no conocen la zona, estos postes son ilegales y un atropello a la comunidad. Otro detalle incómodo es la contaminación ambiental con plásticos, latas y botellas a lo largo de la playa y algunos sitios del pueblo. Además, vecinos de la comunidad denuncian los constantes apagones de electricidad, lo cual no sólo afecta la calidad de vida debido al inclemente calor que caracteriza a esta zona costera, sino la pérdida de aparatos eléctricos en las viviendas del pueblo. San Juan de los Cayos requiere má atención de parte de las autoridades de turno.