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Iglesia Nuestra Señora de La Corteza, joya colonial de Portuguesa

Iglesia Nuestra Señora de la Corteza, municipio Ospino del estado Portuguesa. Monumento Histórico Nacional de Venezuela.

Fachada de la colonial iglesia Nuestra Señora de la Corteza. Municipio Ospino del estado Portuguesa. Foto Wilfredo Bolívar, enero de 2018.

Nombre: iglesia de Nuestra Señora de La Aparición de La Corteza / Iglesia Nuestra Señora de la Corteza.

Tipo de patrimonio cultural: tangible/ Inmueble.

Año de construcción: c. 1700. Reedificada como iglesia entre 1785 y 1800.

Administrador custodio o responsable: Diócesis de Guanare / Alcaldía del Municipio Ospino.

La iglesia Nuestra Señora de La Corteza es una edificación que data del período colonial de Venezuela. Aunque ha tenido múltiples intervenciones a lo largo de tres siglos, se puede considerar un inmueble de primera generación.

Historiaff
Descripción
Valores patrimoniales
Situación actual
Ubicación
Fuentes consultadas

Historia

La iglesia Nuestra Señora de La Aparición de La Corteza o Nuestra Señora de La Aparición de La Corteza es una edificación que data del período colonial en Venezuela, asentada en la población de La Aparición de La Corteza, actual municipio Ospino del estado Portuguesa.

Este patronímico sustantivo –que designa pueblo y templo– deriva de la aparición mariana de 1702 en un árbol de tacamahaco a una mulata araureña, quien regresaba de Guanare desilusionada por no haber logrado ver la reliquia de la Virgen de Coromoto (Carrillo, 1987). Así lo hizo constar el obispo Mariano Martí en la relación de su Visita pastoral del 3 de noviembre de 1778: “En aquel entonces no había acá pueblo y esta Iglesia, y de este milagro toma el nombre este pueblo…”. (Martí, 1998, p. 375)

El prelado, en la primera visita pastoral documentada a esta jurisdicción eclesiástica en noviembre de 1778, se ocupa en describir de manera sucinta geografía, religión, costumbres y edificaciones, entre otros detalles relativos a la idiosincrasia local. Al referirse a los habitantes expresa: “Este es pueblo de indios y el Curato de Doctrina. Vinieron estos indios del pueblo de Sanare, jurisdicción del Tocuyo, de la encomienda de Colmenares. (…) Acá hay muchos españoles agregados, que viven unos dentro de la tierra de los indios, y otros fuera de dichas tierras, pero son de esta feligresía, y los españoles, esto es, blancos, negros, mulatos, sambos, y otros son más en número que los indios”. (Ob. Cit., p.377).

Organizado entre 1710 y 1720 por Nicolás de Flores, teniente de Gobernador de la Villa de Araure (Pralón, 1964, p. 231), este pueblo de misiones a cargo de religiosos capuchinos dependía en lo eclesiástico y en lo civil de la Vicaría de Araure y de la Villa  de Araure. En el presente, la circunscripción territorial de la parroquia Nuestra Señora de La Aparición de La Corteza corresponde a la Diócesis de Guanare creada el 7 de junio de 1954.

Una iglesia, dos etapas

La construcción de este templo estuvo condicionada a lo establecido en las Constituciones Sinodales de 1687, las cuales en materia de edificaciones religiosas advertía que conforme a lo dispuesto por derecho y leyes reales, antes de erigirse se debía dar aviso del sitio o lugar en que se fabricaría, para conceder la respectiva licencia, si así lo considerasen conveniente. (p. 267)

Vale decir que esta legislación eclesiástica fue prescrita durante la celebración del III Sínodo de Caracas y, siendo aprobada por el rey Carlos II en 1698, mantuvo su vigencia hasta 1904. Allí se dispusieron normas acordes con el progreso de la vida social y cultural propias de la Venezuela de finales del siglo XVII.

Así pues, tomando en cuenta las técnicas constructivas, podría afirmarse que la iglesia en honor a la imagen mariana aparecida en una corteza de árbol, tuvo dos etapas. La primera, situada presumiblemente en las dos primeras décadas de 1700, cuando fue erigida –en forma de capilla– con muros de tierra arcillosa denominados tapia o tapial.

Una evidencia de estar en pie luego de transcurridos treinta años, puede encontrarse en la fotografía de una campana rotulada “A la bocacyon de La Corteza año 1734” (sic). Igualmente, un documento conservado en el Archivo Arquidiocesano de Caracas (AAC, 1743) demuestra que posterior a esa fecha, esta iglesia ameritaba una modificación en la estructura.

La segunda etapa pudiera establecerse a partir de su reconstrucción entre 1785 y 1800, cuando es de suponer que adquirió las características arquitectónicas que hoy conserva. Un legajo con data del 18 de marzo de 1785, firmado por Juan Josef Goyzuela en su condición de cura párroco del pueblo, testifica la solicitud de licencia para reedificar dicha iglesia. (AAC, 1785).

De la terminación de esta reforma, quedó constancia gracias a una inscripción en mampostería de alto relieve colocada sobre la puerta de entrada del templo que sostiene “ce acavo esta santa iglecia el año de 1800 cien. Lion” (sic). La palabra final de la inscripción se corresponde con el apellido del presbítero Joseph Lion, a cargo de esta parroquia aproximadamente desde 1795.

Iglesia Nuestra Señora de la Corteza, municipio Ospino del estado Portuguesa. Monumento Histórico Nacional de Venezuela.

Inscripción en altorrelieve. Se mantiene intacto uno de los do leones de Castilla, puestos durante la reconstrucción de 1800. Iglesia Nuestra Señora de la Corteza. Ospino, Portuguesa. Foto Wilfredo Bolívar.

La descripción del obispo Mariano Martí

Las Constituciones Sinodales estipularon ciertas características arquitectónicas que debían mantenerse en la construcción de las iglesias. Así, para garantizar su estabilidad y perpetuidad, dictaminaban: “… Mandamos que su fábrica se haga de tapias, y rafias de calicanto, cubiertas de madera, y teja (…) Que el altar mayor sea de piedra ó ladrillo, firme y estable, que tengan ventanas altas, cerradas, con balaustres de hierro o madera. Que se haga sacristía, proporcionada a la dicha Iglesia (…) Que en dichas Iglesias se hagan pilas de agua bendita y se pongan en las puertas: que en dichas iglesias se hagan cementerios, y éstos estén cercados de tapias (…) y dentro del ámbito se estos se hagan osarios (…) Que dichas Iglesias tengan torre proporcionada en que estén las campanas…”. (p.268).

Al erigir la iglesia Nuestra Señora de La Corteza se respetaron algunos de esos parámetros indicados en aquellas constituciones. Lo afirmado se puede constatar en la primera descripción del templo, aportada por el obispo Martí a propósito de su corta estadía en La Aparición (como se le conoce tradicionalmente al pueblo): “Esta Iglesia es de tres naves, que dividen columnas de palo. Por ahora, a más del altar mayor, solo hay los dos altares con sus capillas hondas a las cabeceras de las naves. El techo es todo de obra limpia; solo el de la Sacristía es de caña. No tiene cementerio y he mandado hacerlo. Tiene, a más de la principal, una puerta a cada lado. Está aseada y absolutamente es buena Iglesia respecto a las que se encuentran en estos lugares. La Sacristía no está del todo desalojada. Está colocada su Divina Magestad y algunos vecinos costean la lámpara todo el año. Las paredes de esta Iglesia son de tapia”. (Op. Cit, 1998, p. 575)

No obstante, si se comparan ambos textos citados, puede notarse que no todo lo mandado en las aludidas normas está presente en la iglesia. Por tanto, acatando las Constituciones Sinodales, el obispo ordena sea edificado el cementerio, según quedó asentado en el ítem 17 de la Providencia levantada en dicho pueblo: “Que en atención a que la actual iglesia carece de cementerio como por la constitución 7 del libro 4, tít. 1 del sínodo de este obispado está mandado que lo tengan todas las iglesias de él, de cuyo defecto se sigue que a todos los cadáveres indistintamente se de sepultura dentro del ámbito de la presente descomponiéndose con esto y afeándose su piso, sin que la fábrica reporte derecho o limosna alguna de casi todos estos feligreses, ordenamos por lo que a nos toca que con toda brevedad se fabrique uno de tapias, o del material que se considerase permanente y menos costoso, a espalda de la sacristía, tomándose para él desde una a otra esquina de ella hasta la raya que debe formar la calle real, poniéndosele Cruz en medio y puerta con cerradura corriente…”. (Martí, 1999, P. 307).

A raíz de unos trabajos efectuados por la alcaldía del municipio Ospino en el patio lateral de la iglesia en 2002, se consiguieron restos óseos que confirman la existencia del cementerio en el lugar. Técnicos del Instituto del Patrimonio Cultural, IPC, recomendaron colocar un piso de concreto de poco espesor, con zona verde y sin construcciones estables en ese espacio, debido a que razones financieras impidieron la realización de la prospección arqueológica.

En los primeros años del siglo XX, el investigador y arqueólogo hawaiano Hiram Bighman, quien se aventura a seguir la ruta de Simón Bolívar en su campaña de 1819 a través de Venezuela y Colombia, ofrece sus impresiones sobre la iglesia Nuestra Señora de La Corteza a su paso por la “abandonada” plaza de La Aparición el 27 de enero de 1906: “Esta Iglesia es una curiosidad, con enormes contrafuertes a cada lado y, en uno de ellos, tres campanas. Los servicios todavía se llevan a cabo aquí una vez al año y el techo de tejas está en reparación moderadamente buena”. (Bighman, 1909, p. 53).

Iglesia Nuestra Señora de la Corteza, municipio Ospino del estado Portuguesa. Monumento Histórico Nacional de Venezuela.

La iglesia Nuestra señora de la Corteza en 1912. Foto Colección Wilfredo Bolívar.

Es muy parca la representación que hace este autor. Aun así, llama la atención que a este profesor universitario de Historia le parezca “una curiosidad”, dado que tanto por su profesión, como por el viaje que le ocupa, ha de haber tenido ocasión de visitar y comparar otros templos coetáneos. Sin embargo, intentar dar explicaciones derivadas de tal calificativo, sin que Bighman haya expresado justificación alguna para su uso, sería valerse tan solo de la imaginación.

Reconstrucción tras el terremoto de El Tocuyo, 1950

Iglesia Nuestra Señora de la Corteza, municipio Ospino del estado Portuguesa. Monumento Histórico Nacional de Venezuela.

Placas testimonian el aporte de los fieles para la reconstrucción del templo tras el terremoto de 1950. Foto Wilfredo Bolívar.

El terremoto de El Tocuyo en agosto de 1950, considerado uno de los más destructivos del occidente de Venezuela durante el siglo XX, afectó también esta edificación religiosa, al ceder una pared de la sacristía. Resultado de la organización de su feligresía, esta pared pudo levantarse de nuevo, aunque utilizando materiales constructivos contemporáneos como revestimientos de concreto y bloques de adobe. Testimonio de este trabajo de reparación, lo constituyen dos placas de agradecimiento por su contribución a Don Sergio Urquiola con fecha 12 de julio de 1955, así como a Natividad y Mariano Arias e hijos, del 4 de agosto del mismo año.

A mediados de la década de los 60 se sustituyeron dichas columnas por unos tirantes de forma lateral. Presume el cronista Torres, que esto fue promovido por la Dirección de Justicia y Culto del Ministerio de Relaciones Interiores, como consecuencia directa de la aplicación del concordato firmado en 1964 en materia de recuperación de iglesias.

Iglesia Nuestra Señora de la Corteza, municipio Ospino del estado Portuguesa. Monumento Histórico Nacional de Venezuela.

Iglesia Nuestra Señora de la Corteza en 1954. Foto Revista Tricolor, colección Wilfredo Bolívar.

El piso no es original, dado que son ladrillos más recientes, probablemente de los años 60; por lo que se puede deducir que se trata de otro elemento nuevo de la referida intervención. Según el cronista, el piso era de tierra, o por lo menos tuvo algunas baldosas de 20 x 20, tal como se encuentran todavía en las casas coloniales de Ospino. También agrega que, con apoyo de la gente local, se han hecho dos intervenciones recientes tratando de prolongarle la vida al techo.

El cronista, quien también es coordinador de la Oficina de Gestión del Patrimonio Cultural de la Alcaldía del Municipio Ospino, menciona que previo a los trabajos de consolidación del patio lateral, dicha alcaldía hizo una consulta al IPC debido a que se constató la existencia del cementerio antiguo en el sitio. Explica que razones financieras impidieron realizar la prospección arqueológica, por lo que técnicos del IPC recomendaron colocar un piso de concreto de poco espesor, con zona verde y sin construcciones estables en ese espacio.

Iglesia Nuestra Señora de la Corteza, municipio Ospino del estado Portuguesa. Monumento Histórico Nacional de Venezuela.

Patio lateral de la iglesia Nuestra Señora de la Corteza, consolidado por la alcaldía Ospino. En la gráfica, el cronista parroquial Alfredo Torres Quiroz. Foto Wilfredo Bolívar.

Descripción

En julio de 2002 la Alcaldía del Municipio Ospino (AMO), a través de la Dirección de Planificación y Proyectos, elabora un inventario para ser presentado al Instituto del Patrimonio Cultural, IPC, que la describe como sigue: “Edificio de planta rectangular de 44,53 metros de largo, por 11,22 metros de ancho, con una superficie de 478,31 m2, sin incluir la fachada del campanario (espadaña). El templo consta de una sola nave, además de presbiterio y sacristía. Al mismo se accede por una entrada principal, con arco de medio punto de 3,45 metros de ancho por 4,48 metros de altura”. (p.8)

Argumenta el informe que por tradición oral y según algunas fuentes historiográficas de las cuales no da detalles, en el templo existieron dos filas de columnas de madera, probablemente suprimidas en alguna intervención efectuada durante el siglo XX. Esto pudiera explicar el hecho de que el obispo Martí la describiera en 1778 como una iglesia de tres naves, en contraposición a lo que se argumenta en el citado inventario de la alcaldía de Ospino que le atribuye una sola.

Iglesia Nuestra Señora de la Corteza, municipio Ospino del estado Portuguesa. Monumento Histórico Nacional de Venezuela.

Se distinguen los 3 cuerpos: contrafuerte, portada y campanario. Iglesia Nuestra Señora de la Corteza, Portuguesa. Foto Wilfredo Bolívar, 2012.

Continúa así el detallado inventario de 2002: “El acceso principal está orientado hacia el oeste y tiene también dos accesos secundarios en las fachadas laterales (Norte y Sur); los cerramientos consisten en portones de madera de dos hojas. Posee un altar sin retablo, a ambos lados existen puertas que comunican con área de sacristía que se ubica detrás del altar”. (Ob. cit.)

Quedó asentado en el documento que esta área de la sacristía comprende 63,23 m2, con acceso independiente a través de dos puertas que comunican una con la calle y otra con la casa parroquial. Al referirse a la estructura del techo, se deja constar que: “…consiste en un sistema de pares, nudillos que se apoyan sobre vigas de carga de madera, acopladas a los muros y que las relacionan mediante cuatro tirantes dobles en la cubierta de la nave y un tirante sencillo en la sacristía. La cubierta de techo es de madera. El techo del presbiterio es más alto que el de la nave, tiene una altura de 10,87 metros. El techo de la nave es a dos aguas que drenan hacia el norte y hacia el sur; el techo del presbiterio es a cuatro aguas y el de la sacristía de una sola agua que drena hacia el este. La cubierta de techo es de madera de samán o similar, recubierta con manto asfáltico y sobre esta de tejas de arcilla. A los lados sobresalen aleros de madera”. (Ob. cit, p. 10).

Esta descripción pudiera complementarse con la aseveración hecha por Graziano Gasparini (1985), quien indica que la techumbre con armadura de pares, nudillos y tirantes, como sistema de cubierta, fue la utilizada en la construcción de las iglesias en Venezuela durante todo el período colonial y bien avanzado el siglo XIX. (p.172).

En conversación con el cronista parroquial del pueblo de La Aparición, Alfredo Torres Quiróz, nos enteramos de que el templo, aunque ha sufrido leves modificaciones en el frontispicio, se puede considerar una edificación de primera generación.

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La iglesia Nuestra Señora de La Aparición de La Corteza –dice Torres–  está hecha básicamente con muros de tapia, pero si hoy día se hiciera un estudio constructivo se conseguiría que en la fachada, a raíz de intervenciones del siglo XX, se utilizaron materiales contemporáneos distintos al tapial. Un ejemplo de ello es la remoción de un ventanal que estaba sobre la puerta de la entrada principal para ser sustituido por bloques y, a criterio de Torres, “este debe restituirse para restablecer el equilibrio con el resto de los sencillos elementos de la fachada”.

Valores patrimoniales

Iglesia Nuestra Señora de la Corteza, municipio Ospino del estado Portuguesa. Monumento Histórico Nacional de Venezuela.

Vista aérea de la iglesia Nuestra Señora de la Corteza, año 1968. Portuguesa. Foto colección Wilfredo Bolívar.

La resolución de la Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y  Artístico de la Nación, de fecha 28 de julio de 1960, demandó: “Se declaran Monumento Histórico Nacional todas las iglesias y capillas antiguas que hay en el territorio nacional y que existiesen ya, terminadas o no, para el año de 1830”. (Gaceta Oficial Nº 26 320 de fecha 2 de agosto de 1960). Por tanto, la iglesia de Nuestra Señora de La Aparición de la Corteza, quedó incluida en esa legislación.

Otra declaratoria que ostenta este templo es la otorgada por el I Censo del Patrimonio Cultural Venezolano; todo bien o manifestación contenido en el catálogo publicado con los resultados del registro pasó a ser bien de iInterés cultural de la nación, según Resolución N° 003 – 05  de fecha 20 de febrero del 2005. La iglesia objeto de este trabajo aparece censada en el registro correspondiente al Municipio Ospino. (IPC, 2010, p.22).

Asimismo, el templo es “Bien de Interés Cultural del Municipio Ospino”, de acuerdo a decreto del alcalde Carlos Molina Nº 019 – 2014 y, además, el lugar  está registrado como sitio arqueológico, según número de ficha 0025, elaborada en abril de 1999 por el antropólogo José Antonio Gil, inserta en el documento IV etapa del proyecto de inventario de sitios arqueológicos del estado Portuguesa, en convenio establecido entre el IPC y la Fundación Museo de los Llanos. (Ob. Cit., 2002, p. 6).

Situación actual

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En regular estado de conservación. El deterioro del techo es uno de los principales problemas de esta joya arquitectónica del período colonial venezolano. La estructura sufre filtraciones de mayor o menor envergadura sobre todo en las áreas del presbiterio, sacristía. Sin embargo la humedad general compromete toda la planta.

Ubicación

Av. Libertador cruce con calle Sucre, frente a la plaza Bolívar. Parroquia Nuestra Señora de La Aparición de La Corteza. Municipio Ospino, estado Portuguesa.

Fuentes consultadas

Alcaldía del Municipio Ospino (2002). Inventario del Patrimonio Cultural Venezolano, Bienes Inmuebles. Dirección de Planificación y Proyectos.

Archivo Arquidiocesano de Caracas. Sección Parroquias. Documentos:  Solicitud de licencia para abrir puertas colaterales en la iglesia Nuestra Señora de La Corteza del pueblo de La Aparición, Araure 7 de Noviembre de 1743, y Solicitud de licencia para reedificar la iglesia Nuestra Señora de La Corteza del pueblo de La Aparición, 18 de marzo de 1785.

Bighman, Hiram (1909). The journal of an Expedition Across Venezuela and Colombia, 1906 – 1907. Londres: Yale Publishing Association, New Haven, Connecticut.

Carrillo H., José A. (1987). La Virgen de La Corteza, patrona de Acarigua. Caracas.

Constituciones Sinodales del  Obispado de Venezuela y Santiago de León de Caracas de 1687. Libro Cuarto De las cosas santas y religiosas. Título I  “De la edificación de las Iglesias, calidad y forma de sus edificios. Caracas: 1848.

Gasparini, Graziano (1985). La arquitectura colonial en Venezuela. Tercera edición. Caracas: Ernesto Armitaño, Editor.

Instituto del Patrimonio Cultural (2010). Catálogo del patrimonio cultural venezolano. Región Los Llanos, estado Portuguesa, Municipio Ospino. Caracas: IPC.

Gaceta Oficial N° 26 320, 2 de agosto de 1960. Resolución de fecha 28 de julio de 1960. Junta Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y  Artístico de la Nación.

Martí, Mariano Obispo (1998). Documentos relativos a su visita pastoral de la Diócesis de Caracas (1771 – 1784). Tomo I, Libro Personal. Tercera edición. Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, N° 95. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia.

Martí, Mariano Obispo (1999).____ Tomo V, Providencias. N° 99.

Pralón, Nectario María (1964). Historia documental de los orígenes de Acarigua. Madrid.

Silva Uzcátegui, R.D. (1955). Provincias venezolanas: el estado Portuguesa, guía y síntesis general. Biblioteca de Cultura Portugueseña. Caracas.

Torres Quiroz, Alfredo. Cronista parroquial de La Aparición de La Corteza, municipio Ospino, estado Portuguesa. Acarigu. Entrevista realizada el 9 de diciembre de 2017.

Investigación: Aleyda Anzola.

 

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