Un científico descubre una traducción «borrada» del Nuevo Testamento de la Biblia de 1.750 años de antigüedad gracias a la fotografía ultravioleta

Kessel, Grigory. «A New (Double Palimpsest) Witness to the Old Syriac Gospels (Vat. Iber. 4, Ff. 1 & 5)». New Testament Studies 69, n.o 2 (abril de 2023): 210-21. https://doi.org/10.1017/S0028688522000182.

Un científico afirma haber descubierto una antigua traducción oculta que contiene fragmentos del Evangelio de San Mateo y que, al parecer, es el único «resto conocido del cuarto manuscrito que atestigua la versión siríaca antigua» de los Evangelios. Los investigadores, entre los que se encuentra el medievalista Grigory Kessel, de la Academia Austriaca de Ciencias (OeAW u Österreichische Akademie der Wissenschaften), utilizaron la fotografía ultravioleta para hallar la antigua traducción oculta bajo tres capas de texto. El estudio, publicado el mes pasado en la revista New Testament Studies, presenta una interpretación de Mateo 11:30 a Mateo 12:26, traducida originalmente como parte de las antiguas traducciones siríacas hace casi 1.500 años.

La traducción fue encontrada en un fragmento de papiro que se creía que contenía un texto médico. Sin embargo, el científico pudo descubrir que, debajo de las capas de escritura y tinta posteriores, se encontraba una antigua traducción del Nuevo Testamento en lengua copta.

Según un comunicado publicado por la OeAW a principios de este mes, el texto descubierto fue elaborado en el siglo III y copiado en el siglo VI. Hace más de 1.000 años, un escriba del antiguo Israel borró un libro del Evangelio inscrito con texto siríaco para reutilizarlo, ya que el pergamino era un recurso escaso en el desierto en la Edad Media y se reutilizaba a menudo. Según la Biblioteca Británica, el siríaco era un dialecto del arameo oriental utilizado por la Iglesia en Siria y varios países de Oriente Próximo desde el siglo I hasta la Edad Media. Aunque se escribía con el mismo alfabeto que el hebreo, el siríaco tiene sus propios caracteres. Uno de esos fragmentos se conserva en la Biblioteca Británica de Londres. El segundo fragmento se descubrió como «palimpsesto», o manuscrito reutilizado que aún conserva rastros de su forma original, en el Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí.

El texto revela partes del Evangelio de San Marcos y contiene características distintivas de una traducción temprana. Es un hallazgo significativo porque proporciona información adicional sobre las primeras traducciones bíblicas y cómo se transmitieron los textos sagrados en el pasado.

La fotografía ultravioleta fue crucial para revelar el texto oculto, ya que permite detectar y distinguir la tinta antigua que ha sido sobreescrita o borrada.

Este descubrimiento destaca la importancia de las técnicas científicas y tecnológicas en la preservación y el estudio de textos antiguos. Además, muestra cómo la investigación continua puede revelar información valiosa sobre la historia y la evolución de los textos bíblicos.

Este hallazgo ofrece nuevas perspectivas sobre las primeras traducciones bíblicas y destaca la importancia de las técnicas científicas en el estudio de textos antiguos.