Situado en la región de Puglia, en uno de los extremos del tacón de Italia, el pequeño pueblo de Locorotondo se ha convertido, en los últimos años, en uno de los destinos más hermosos que visitar durante las fiestas de Navidad. Pasear por las estrechas calles de su centro histórico, repletas de luces, guirnaldas, lazos y muérdago, es como adentrarse en las páginas del más tierno cuento navideño, cuya magia se percibe en cada rincón, cada ventana, cada puerta.
Navidad en el centro histórico
El nombre del pueblo, Locorotondo (del latín “locus rotundus”, es decir, “lugar redondo”), proviene de su peculiar centro histórico, cuyas calles forman un círculo casi perfecto coronado por la iglesia Madre de San Giorgio. Durante el año, estas calles destacan por sus casitas blancas, balcones floridos y restaurantes románticos, sin embargo, en Navidad, el aspecto del corazón de Locorotondo se transforma por completo.
Ya a inicios de noviembre, los vecinos y vecinas de la localidad empiezan a colgar las luces, las guirnaldas, los lazos, los gorros de Papá Noel y las bolas navideñas con las que decoran las calles. Cuando llega diciembre, no hay farola, balcón, escaleras o puertas que no luzcan detalles festivos. Los escaparates de las tiendas también se transforman por completo, fusionándose con la magia de las calles como si de ventanas navideñas se trataran.
Los visitantes que acuden a Locorotondo durante estas fechas recorren, encandilados, el centro histórico, deleitándose con la maravillosa decoración navideña y descubriendo todos los detalles que convierten este lugar en un auténtico escenario de ensueño. Pero, más allá de esto, también pueden disfrutar de otras muchas actividades.
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Foto: Istock
Un mercadillo gastronómico y un belén viviente
En el corazón de Locorotondo se puede descubrir el Belén viviente, así como alguna de las representaciones teatrales que se hacen en las calles, o visitar el interior de las preciosas iglesias del pueblo. También es una ocasión ideal para degustar los platos más típicos de Puglia en alguno de los restaurantes escondidos tras las guirnaldas y las luces de Navidad.
Dejando el centro histórico, y saliendo por la puerta de entrada principal, se llega al mercadillo navideño, atiborrado de los mejores productos locales de Locorotondo. En el mercado de este pueblo conocido por su gastronomía y artesanía se pueden comprar quesos, vino, pasta fresca y, cómo no, figuritas y detalles para decorar el Pesebre, el árbol o, simplemente, para llevar de vuelta a casa un souvenir que contenga el brillo de la espectacular Navidad en Locorotondo.