Plátano macho
La denominación “plátano macho” se utiliza en España en referencia a los plátanos de variedades que suelen comerse cocinados por tener una cantidad de azúcar muy inferior al plátano tradicional canario que conocemos. Su textura también es diferente siendo más duros y harinosos. Pertenecen en su mayoría al género Musa y suelen también referirse a ellos como “bananos”. Si bien sus frutos se pueden consumir crudos cuando están maduros, el plátano macho tiene un sabor más bien neutro y soso, por lo que es más frecuente que se consuma aderezado de alguna manera y cocinado.
Es una fuente de hidratos de carbono diaria para millones de seres humanos que habitan amplias zona de África, Asia y de América del Sur. Es por lo tanto un alimento realmente importante para una gran parte de la población mundial, sobre todo la que vive en zonas tropicales, cuya humedad favorece el cultivo de estas frutas.
En España no ha sido hasta la llegada considerable de inmigrantes latinoamericanos que no hemos conocido esta variedad de banana. En la actualidad es posible encontrarlo fresco en bastantes supermercados lo que nos da la posibilidad de añadirlo a nuestro arsenal de ingredientes de cocina. Se puede cocinar de muy distintas maneras:
- Frito, cortado en tiras, y añadido directamente al aceite caliente. Se deja dorar , se retira del aceite, se escurre bien y se sazona (con sal, especias, un toque de picante, un toque dulce, …).
- Rebozado y frito, al estilo Indio. La masa del rebozo suele estar bastante especiada para darle sabor al plátano.
- Al horno o deshidratado: igual que el frito, pero el primer paso se hace al horno o en máquina deshidratadora. Luego se sazona generosamente.
- Cortado en tacos y añadido a un guiso caldoso. Se deja cocer hasta que tenga el punto deseado (suele ser rápido salvo que el plátano estuviera realmente muy verde).
- Hecho puré y luego frito u horneado o cocinado al vapor, para hacer galletas, bizcochos, normalmente mezclado con harina.
En general la textura resultante suele ser un poco harinosa, lo que gusta a mucha gente y no acaba de convencer a otros. Salvo que lo hayamos frito y dorado mucho, en cuyo caso quedará crujiente. Pero de lo que no cabe duda es que si lo sazonas bien, conseguirás un acompañante de primera categoría y con una estética que destaca.