Adrián Cordero (Periodista)
Es casi inevitable añorar aquellos años en los que las preocupaciones eran escasas, y los problemas pequeños. Sin embargo, esos años de la vida se pueden pasar en muchos centros educativos y, en mi caso, tuve la suerte de que fuera en el Colegio Principado. Tuve la suerte de crecer y de formarme como persona en un entorno familiar y cercano, en el que los profesores y las profesoras formaban parte de tu vida; no ya como meros docentes, sino en el ámbito más personal y afectivo.
No quiero terminar estas líneas sin ensalzar la calidad educativa del centro, lo que me proporcionó una excelente base para alcanzar mis metas formativas y profesionales. No sé si habría llegado a donde estoy hoy sin el Colegio Principado, pero, desde luego, fue el trampolín que me impulsó a ser lo que soy; tanto como persona como profesional. Y por eso les estaré enteramente agradecido.
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