La Policía Local ha adquirido una pistola taser, de descargas eléctricas, con el fin de utilizarla en enfrentamientos con personas violentas «a las que resulta muy difícil reducir solo con la fuerza de los agentes». Desde el Cuerpo señalan que la adquisición de esta arma no solo sirve para preservar la integridad física de los funcionarios policiales sino la de los propios delincuentes. Y es que en ocasiones incluso sufren lesiones «debido a la brusquedad con la que hacen frente a los policías».

Su utilización se limitará «a casos que realmente así lo requieran, no se extenderá a cualquier actuación policial que haya en al ciudad». La finalidad es inmovilizar a los violentos. El taser moderno dispara dos dardos que contienen los electrodos que se conectan con el arma mediante unos alambres de metal. El arma envía las cargas eléctricas a los electrodos que al ser proyectados sobre una persona controlan los músculos motores incapacitándola. Al principio los efectos de los primeros modelos tenían una cierta dificultad para traspasar la ropa gruesa, pero los últimos diseños son capaces de traspasar un chaleco antibalas.

La pistola ha costado al Ayuntamiento 3.192 euros y será guardada en el armero de las instalaciones de la avenida de Cantabria. Será utilizada por las dotaciones destinadas a Seguridad Ciudadana, que se la rotarán en sus patrullas. Cinco agentes recibirán la formación para utilizarla, ya que no puede usarla cualquiera. De hecho, el primer requisito para disparar con ella es recibir una descarga. «En su formación los agentes recibirán un disparo con el fin de que conozcan los efectos del arma», afirman desde la Policía Local.