Algunas tumbas guardan misterios que jamás podrán ser desvelados. La de Tomás -así, en castellano- Harris Rodríguez en el cementerio de Palma es la de uno de los protagonistas del episodio de espionaje más célebre del siglo XX. Este pintor y escultor metido a espía fue el agente del MI5 británico que protagonizó junto al catalán Joan Pujol García -cuyo nombre en clave era Garbo- la operación Overlord. Pujol convenció a los servicios secretos alemanes de que trabajaba para ellos. Sin embargo, se puso al servicio de los británicos. Su mayor éxito y el de Harris fue engañar a Hitler para que creyera que el desembarco de Normandía era una maniobra de distracción y que el ataque real se produciría en Calais.

Harris murió en un accidente de tráfico ocurrido en el kilómetro 23,5, muy cerca de Llucmajor, el 27 de enero de 1964. Dos días después fue enterrado, un desconocido tomaba fotos del sepelio y de los asistentes.

Detrás de la lápida en la que sólo se lee el nombre y las fechas de nacimiento y muerte se esconden no pocos enigmas sin resolver. Ni siquiera la publicación en 2000, más de 25 años después de su muerte, del informe que Harris elaboró para el MI5 -The spy who saved D-day- reveló todas las claves de su brillante trabajo ni, por supuesto, las de su vida.

¿Cuál fue su primera impresión al conocer a Garbo? ¿Que pensó de este rocambolesco personaje que se inició en el mundo del espionaje por libre y haciendo creer a los alemanes que se encontraba en Londres cuando en realidad estaba en Lisboa? ¿Fue Harris el tercer hombre? ¿Fue un espía soviético enrolado en los servicios secretos británicos? ¿Su relación con Kim Philby y Anthony Blunt fue sólo de amistad o incluía la camaradería entre comunistas? ¿Quiso vender en 1945 en Caracas y con la colaboración de Pujol cuadros falsos de Goya, Velázquez y El Greco? ¿De qué habló con Garbo en 1948 cuando el ex espía, oculto entonces en Venezuela, le visitó en su casa de Camp de Mar? ¿Convenció Harris a Pujol para que no volviera a enrolarse en el MI5 pese a que el catalán había aceptado inicialmente una oferta para volver al servicio? ¿Fue su muerte la venganza de un servicio secreto enemigo? ¿Fue el accidente una tapadera para proporcionarle una huida en el momento en el que arreciaban las sospechas tras la huida de Philby a Moscú? ¿Quién tomaba fotografías el día de su entierro?

Por supuesto que la vida del Harris artista merece otro artículo. Esta faceta es tan importante como la de espía, aunque probablemente menos apasionante. Nos quedamos con los grandes misterios y una vida de aventuras que se ocultan detrás de una lápida sencilla del nicho número 47 del cementerio de Palma en la que se lee: "Tomás Harris Rodríguez O.B.E. London april 10 1908. Palma january 27 1964"