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Los ángeles tienen su historia, más allá de las cadenas de visita

  • Este cuadro del arcángel San Miguel de Ludovico Gimignani está en la Basílica de Sant Andrea delle Fratte en Roma. FOTO Sstock
    Este cuadro del arcángel San Miguel de Ludovico Gimignani está en la Basílica de Sant Andrea delle Fratte en Roma. FOTO Sstock
15 de septiembre de 2020
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Puede que hace poco algún amigo le haya enviado una cadena para hospedar en su casa a ángeles y arcángeles por siete días, preparar una ceremonia de bienvenida y otra de despedida para que usted los envíe a otra casa y así, o que quizá algún familiar o amigo le haya regalado una estampita o medalla del arcángel San Miguel que dicen es el protector, para que lo cuide.

A lo mejor le enseñaron a rezar de niño la oración al ángel de la guarda y hubo un momento de su vida en que escuchó hablar de ellos, después no, y luego volvieron a aparecer en los diálogos habituales.

Camilo A. Gálvez L. PhD, teólogo y filósofo, explica que hay dos dimensiones para entender el tema angelical, una desde una perspectiva cristiana y otra de la Nueva era, “esta última una sumatoria de filosofías y creencias contemporáneas que no son una religión pero terminan teniendo algo de espiritualidad”.

Para Gálvez, en este periodo (desde los años 60) los ángeles se vuelven más populares, “Para nosotros los creyentes el problema es que el ángel se coloca como finalidad y no como medio, para mí la finalidad es Dios, no es el ángel. El ángel es intercesor para llegar a Dios, pero no es Dios y en la Nueva era se le da una categoría divina”.

Lillyana Moreno Arango, terapeuta de ángeles y guía de procesos espirituales, añade que hoy se habla más del tema “porque cada vez la energía de despertar conciencia está más abierta y las personas necesitan aferrarse a algo y creer en algo, entonces con estas cadenas, por ejemplo, es poner el ‘salvador’ afuera, al sentir que los ángeles llegan a tu casa se asume que llega ese salvador a mi casa, llega una manifestación, una energía divina que va a venir a ayudar”.

En el cristianismo, añade Gálvez, “tienen una individualidad completa y no son simplemente una energía”.

Moreno cree que conocer y entender de los ángeles es un proceso que se viene dando hace muchos años, solo que en momentos como este en los que el mundo está en un proceso de cambio (por cuenta de una pandemia) se vuelve más constante la conversación y más sonoras estas cadenas.

La historia

Explica el teólogo que en la religión cristiana el tema es mucho más amplio. “Los ángeles son solo una categoría de espíritus dentro de los que se consideran en la teología. El ángel hace referencia a la misión de los espíritus creados por Dios”.

Detalla entonces que dentro de las jerarquías que se llaman angélicas y en la que están los ángeles, también se habla de serafines, querubines, tronos, dominaciones, virtudes, potestades, principados, arcángeles y por último los ángeles custodios, “El apóstol Pablo le escribe a los colosenses (capítulo 1 versículo 16) y les habla explícitamente de las diferentes familias o jerarquías de ángeles”. Ese texto dice: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”. Para Galvéz de esto se escribe desde el siglo I, “eso no se lo inventó la iglesia, es una creencia ya judía”.

Después de Pablo llega un maestro llamado el padre de la mística, Dionisio Areopagita, “un teólogo del siglo VI, quien escribe textos para los ángeles y es quien divide los coros angélicos en varias jerarquías siendo los serafines los de mayor jerarquía angelical, seguidos de los querubines y los tronos. Una segunda jerarquía la componen dominaciones, virtudes y potestades y la tercera y última principados, arcángeles y custodios.

Con el pasar del tiempo, Santo Tomás de Aquino y San Juan de la Cruz citan a Dionisio y toda la doctrina sobre los ángeles.

Dichas jerarquías no significan que haya uno mejor que otro, indican ambos especialistas, cada uno tiene una misión particular, por ejemplo, los principados son guardianes de las naciones y los países, los ángeles custodios son los más cercanos a los asuntos humanos o los querubines a quienes se les atribuye ser guardianes de la luz y las estrellas.

Para la terapeuta no hay diferencias entre ellos porque no tienen una clasificación vertical, “están al mismo nivel y son nombres que nosotros los humanos les pusimos para identificarlos y segmentarlos. No quiere decir que los arcángeles sean más que los ángeles, solo que si conocemos sus nombres porque en la Biblia están, Miguel, Rafael y Gabriel, pero cada uno tiene una función diferente”.

¿Qué se siente hoy?

Moreno puntualiza que los ángeles son energías de alta frecuencia que se manifiestan de diferentes maneras, “pero siguen siendo energía y vibración, en realidad no tienen forma”.

Para ambos no son necesarias cadenas para acercarse a ellos y no es que entren a una casa y se vayan después, “siempre están ahí y es una relación como la que se tendría con un mejor amigo”; dice el teólogo, quien agrega que los ángeles en el cristianismo son los mensajeros de Dios para ejecutar sus designios o planes divinos.

“Todas las personas pueden tener a sus ángeles, empezando porque todos nacemos con un ángel guardián desde nacer y un ángel guía y creas o no creas ahí están siempre, solo que ellos no entran a tu vida si no son llamados porque respetan el libre albedrío de cada persona, esa capacidad de elegir y tomar decisiones. Uno debe dar el permiso a que entren y por eso es que en estas cadenas se ve eso, que se abre la puerta a los ángeles”, dice Moreno.

Si usted quiere tener un ángel en su casa solo llámelo, dicen los especialistas consultados, “y no es necesario que le digas un nombre, es llamar a un ángel para que te acompañe en tal aspecto u otro, ellos llegan siempre y cuando usted pida su presencia y sea consciente de que lo están acompañando y si quiere pedirles señales hay que estar abiertos a ver la manifestación a su alrededor, no es pedir una señal y de una irse a conectar al celular”, detalla Moreno, quien agrega que hay que ver estas energías sin tanta arandela y con más practicidad. “Ellos no necesitan oraciones extrañas, o precisiones como que hay que hablarles a determinada hora, determinado día, no, es solo hablarles con tus palabras, lo que salga de tu corazón con palabras de amor”.

El teólogo concluye que solo cierre los ojos y busque un lugar de contemplación e intimidad con Dios y ahí estará también sus ángeles.

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