Ovnis, raptos y costumbrismo alicantino: el 'Espíritu sagrado' de Chema García Ibarra

Dos niñas gemelas de apenas siete años, la Vero y La Vane. Una de ellas desaparece sin dejar rastro y su madre y su hermana deben seguir con su vida mientras esperan noticias de la investigación. Elche entera se ha volcado con la noticia. Pero el tío de las niñas tiene una misión más importante que atender: la llegada de una fuerza extraterrestre que prevé aterrizar pronto en la zona. Ésta es, más o menos, la premisa de 'Espíritu sagrado', la ópera prima del director ilicitano Chema García Ibarra, uno de los cortometrajistas más premiados y admirados del panorama europeo, que después de haber pasado con sus cortos anteriores por los festivales más prestigiosos del mundo (Cannes, Berlín, Sundance), aterriza ahora en la Sección Oficial del Festival de Locarno con este 'thriller kitsch' de tapete de macramé con el que viene a reivindicar su particular universo. Este martes ha presentado en el certamen suizo su película, que tiene visos de convertirse en la gran película del cine independiente de este 2021 y que se estrenará en España en el Festival de Sevilla, que se celebra del 5 al 13 de noviembre.

García Ibarra atiende a 'El Confidencial' en el aeropuerto de Milán, justo antes de tomar un vuelo charter.

PREGUNTA. En 'Espíritu sagrado', la fotografía es de Ion de Sosa. Con él llevas colaborando muchos años. Y también ha trabajado con Luis López Carrasco. Como en 'la nueva ola galega' o en 'la nueva ola de cineastas catalanas', vosotros también intervenís como productores, montadores, directores de fotografía o lo que sea, los unos en las películas de los otros. ¿Os consideráis también parte de una generación o un colectivo de cineastas periféricos?

RESPUESTA. Todos tenemos una edad parecida. Nos hemos conocido en festivales y cosas así. Yo conocí a Ion [de Sosa] en el Festival de Berlín en 2013, cuando él vivía allí. Yo fui allí con el corto ‘Misterio’ y fue gracioso porque me hicieron varias entrevistas y en una de ellas me preguntaron qué película española había visto recientemente que me hubiera gustado mucho. Yo respondí que ‘True Love’, de Ion de Sosa. Entonces él averiguó mi mail y me escribió un correo y me propuso conocernos. Nos caímos muy bien. Él estaba haciendo ‘Sueñan los androides’ (2014) y me dijo que si le quería echar una mano. Y lo hice. Por otro lado, él era muy amigo de Luis [López Carrasco], porque habían estudiado juntos. Así que nació ahí una amistad. No sé si es una generación como la de los gallegos o las directoras catalanas, porque cada uno es de un sitio, pero nos une esa amistad y además colaboramos los unos con los otros.

PREGUNTA. La película está rodada en Elche, en localizaciones naturales, sin apenas intervención. ¿Es una reivindicación del naturalismo, una especie de neoneorrealismo kitsh?

RESPUESTA. A mí me interesa, sobre todo, la realidad de los lugares. No quiero que sean un decorado. Quiero que sean lugares que existen, que tengo cerca. Lo mismo con las personas. En ‘Espíritu sagrado’ no se ha construido ningún lugar, sino que son todo lugares que conozco de la ciudad en la que vivo, que es Elche, en concreto el barrio de Carrús, que un barrio muy industrial y muy obrero en el que he vivido muchos años. Pero no sólo los lugares son reales, sino que todos los objetos que salen también están ligados a ese lugar. No hemos recurrido a esos lugares que tan poco me gustan que son los almacenes de atrezzo, donde te visten todos los sitios con el mismo sofá, la misma mesilla. Eso supone mucho más trabajo, porque en un almacén en dos días te haces la película entera y de la otra manera hemos tardado meses en encontrarlo todo, buscando, recopilando, intentando que cada objeto cuente algo. Me interesan los espacios que salen de la vida, que no están diseñados. Al final la película es más viva porque no parece un decorado… ¡porque no lo es! Y esto es, sobre todo, responsabilidad de Leonor Díaz, que ha sido la directora de arte de todo lo que he hecho. Ella hace una labor de arqueología y participa mucho en las localizaciones. Hay mucho trabajo detrás.

PREGUNTA. Todos tus actores son también profesionales de otros sectores que no habían trabajado hasta ahora en el cine. Muchos de ellos consiguen la naturalidad no a través del texto, sino a través de otras particularidades. Incluso se traban y se equivocan, lo que no es habitual en la gran pantalla, pero que sí le da un plus de realismo, porque en la vida al hablar nos trabamos y nos equivocamos.

RESPUESTA. Me gusta mucho que mis actores sean rostros también de la vida, que no sean actores profesionales e, incluso, que sean gente que no tiene ninguna vinculación con el cine, ni como cinéfila. La idea es acercarse al texto de una manera no literal. Me gustan mucho los acentos, las expresiones que utiliza cada uno, que se enriquezca lo que tienen que decir con cómo lo diría cada uno con su forma de hablar natural. Trabajamos leyendo muy poco los diálogos, retirando el papel enseguida y trabajando mucho a partir de lo que se recuerda. Entonces hay cosas que se cambian de orden, hay cosas que se saltan y hay balbuceos. Con los actores hablo mucho de lo que es un error para mí en cine. Balbucear no es un error, olvidarse algo no es un error, cambiar el orden de las ideas no es un error. Un error es, por ejemplo, para el rodaje, decir que corten, mirar a la cámara, Si tienes algo en la mano, no es un error: te agachas a recogerlo. La cuestión son las ideas y respetarlas. Si necesitas tres minutos para decir una frase, pues la dices en tres minutos. Más que ensayar, en los ensayos nos comunicamos, compartimos ideas y nos conocemos. Después de cada rodaje me acabo haciendo mogollón de amigos por esta forma de currar.

PREGUNTA. ¿Dónde encontraste a tu protagonista? [Llum Arques, una niña con una mirada increíblemente viva]

RESPUESTA. Hicimos un casting. Por las circunstancias tenía que ser online. Se inscribieron casi 3000 personas. De todas esas personas había unas 300 niñas. Lo que pedíamos era un vídeo en el que apareciesen hablando de lo que quisieran. Llum mandó un vídeo muy divertido en el patio de la casa de su abuela, simpatiquísima. Se notaba que era una niña muy lista con la que íbamos a poder comunicarnos muy bien. ¡Tiene un vocabulario, la tía! Por culpa del rodaje se tuvo que perder unos pocos días de clase y eso a ella le sentó fatal. Su personaje no habla mucho, pero sí lo mira todo, y ella tiene una mirada maravillosa. Es un encanto; está aquí conmigo y acaba de viajar en avión por primera vez en su vida. Se lo ha pasado súper bien y tiene una cámara Polaroid con un carrete de veinte fotos y, de momento, ha hecho desde el avión.

PREGUNTA. ¿Y a Nacho Fernández, el otro protagonista?

RESPUESTA. Nacho trabajaba de vigilante en un parking de Alicante. En el casting online, la idea era que se apuntase gente a la que jamás se le hubiese pasado por la cabeza apuntarse a un casting de cine. Una de las cosas que decidimos hacer era que nunca se utilizó la palabra casting, porque nos daba la sensación de que se asocia a ciertas habilidades, como en los programas de televisión en los que la gente canta o baila. El texto era algo así como “Necesitamos una persona normal para interpretar a un camarero en un bar de Carrús interesado por el esoterismo y el ocultismo”. Recibimos montón de vídeos, pero con Nacho tuve un flechazo: me encantó su voz y su físico. Inevitablemente, cuando escribes un personaje te lo imaginas, y cuando abrí el vídeo y vi exactamente a mi personaje, pensé: Empezamos bien. Me contó que su padre tenía un bar y que toda la vida había trabajado en un bar y que sólo leía libros de ocultismo y ufología, porque le interesaba muchísimo ese tema. Enseguida me dio la sensación de que nos íbamos a llevar bien y nos íbamos a entender bien. Me apetecía conocerle más y cuando le vi en persona lo ví claramente. No ha podido venir a Locarno porque después de la película se tuvo que poner a trabajar en otro sitio y está currando en Leroy Merlín y no tiene días libres.

PREGUNTA: También planteas una forma de narrar que dedica el tiempo, por ejemplo, en la elaboración de un tipo de bocadillo frito. Te centras también en tiempos muertos, en las esperas, donde ocurren muchas cosas más allá que la pura acción.

RESPUESTA. No todo tiene que ser narración. No todo tiene que ser narrativo. Me gusta quedarme con los personajes, conocerlos a través de esos momentos donde simplemente pasa el tiempo. Eso hace que te importe más la gente, porque estás compartiendo esos tiempos. Me gusta ese tipo de compartir tiempo no narrativo. Es decir, el que se podría quitar de la trama. En la secuencia de la feria podemos ver todos los estados por los que pasa la niña subida a la atracción.

PREGUNTA. Tu película es una coproducción entre España, Francia y Turquía. Turquía, ¿por qué? ¿Tiene que ver con algún taller de desarrollo? Las películas de autor, ahora que se están cerrando los cines 'de arte y ensayo' de los centros de las ciudades, deben, para sobrevivir, buscar un mercado más internacional, disperso y sostenido y olvidarse de los mercados locales?

RESPUESTA. La idea de esto siempre ha sido hacer una película internacional y lanzarla a nivel internacional y con una distribuidora, que es La Aventura, que es la primera vez que va a llevar una película española. Todas las coproducciones han salido de una forma muy natural. Está Turquía porque en 2013 hice un corto que se llamaba ‘La disco resplandece’, que era un encargo de una productora turca, Erbay Media, y que formaba parte de un largometraje con 10 cortos encargados a 10 directores de todo el mundo. La idea era que se hablase de una forma muy libre de las relaciones entre turcos y armenios. Quedaron muy contentos con el corto y uno de ellos ha fundado su propia productora y ha entrado en la película. Por eso un día de estos pasarán ‘Espíritu sagrado’ por la televisión pública turca, que la ha comprado. ¡Qué cosas! Los franceses también geniales. La postproducción se ha hecho en Francia, lo que incluyó el revelado, el etalonaje y la mezcla de sonido. En España se puede revelar en blanco y negro, pero ya no hay ningún sitio para hacerlo en color, así que nos fuimos a un laboratorio en París que ya conocíamos. Hemos rodado todo en 16 mm salvo un plano en 35 mm, porque era muy general y necesitaba más definición. Me gusta mucho la fotografía de Ion de Sosa.

PREGUNTA. Tu primer corto lo estrenaste hace 14 años. Con 'El ataque de los robots de nebulosa-5' participaste en Sundance. Con 'Misterio' (2013) ganaste el premio a Mejor cortometraje europeo en Berlín. ¿Por qué has tardato tanto tiempo en saltar al largo? ¿¿Se ha caído algún proyecto por el camino o es que ahora era el momento?

RESPUESTA. La peli se ha hecho cuando yo la he terminado de escribir. No ha habido de estos intentos de esos de siete años en levantar la película. Yo he tardado mucho tiempo en considerar que el guión de la película estaba listo. El guión no es fácil, tiene mucha historia. Cuando ya lo tuve acabado lo presenté a los productores, que levantaron la financiación de una forma más o menos rápida. Lo que me cuentan los productores es que ha sido más o menos fácil de financiar. Ayudó mucho la trayectoria de los cortometrajes. Yo no soy nada versátil -tampoco tengo interés en serlo- y estaba muy claro cómo iba a ser la película si ya habías visto mis cortos. Ahora nos hace mucha ilusión la selección en Locarno. A ver si gusta a la gente.