Centro Social Don Bosco: en crisis por déficit económico
Con un rezago de $460 millones en sus cuentas, el popular plantel educativo ubicado en Rebolo se mantiene en pie de lucha para “seguir transformando vidas”.
El carácter impenetrable de sus muros de más de dos metros de altura es símbolo de la disciplina que se inyecta en sus cátedras de educación y alegría. El Centro Social Don Bosco se exhibe imponente con una fachada majestuosa, pero con un profundo secreto de preocupación pues el colegio podría cerrar sus puertas ante el déficit económico que atraviesa.
Sus paredes lo separan de un exterior visto como el híbrido entre el misterio y el peligro ante la frecuente exposición a la delincuencia que por años ha sido el azote de la reputación del barrio Rebolo.
Justo en el punto en que se encuentran la calle 17 con la carrera 30, la institución dispone una de sus dos sedes para ser casa de educación y esperanza de 2.630 estudiantes entre primaria, básica y media vocacional, quienes en jornada única estudian día a día con el deseo de transformar su realidad con los procesos de aprendizaje que el Don Bosco acompaña con nociones de amor salesiano.
En su otra sede, ubicada en la calle 30 con carrera 36, la institución ofrece formación académica y en valores para otros 600 estudiantes, para un total de 3.230 en ambas plazas.
Abierto de lunes a viernes, el Centro Social Don Bosco mezcla las bases de la educación tradicional con las estrategias de la comunidad Salesiana. Con su premisa de preparar personas que se conviertan en “buenos cristianos y honestos ciudadanos”, la institución es casa para sus estudiantes, quienes no solo realizan actividades académicas, sino también complementarias con valores cristianos, y que, además, se traducen en interminables jornadas de teatro, danza y deporte en muchas disciplinas, que pueden ser practicadas en el colegio gracias a la extensión territorial que comprende.
Para ello, el colegio cuenta con cien docentes encargados de liderar los procesos formativos de la institución, destinados a los jóvenes pobladores de los sectores colindantes, quienes lo definen como ‘el punto blanco en la zona negra’, por llegar a ser esa especie de luz en medio de tantas problemáticas.
Aunque la situación actual del Centro Social Don Bosco es “preocupante” debido al rezago que tiene en sus cuentas por un déficit de 460 millones de pesos, esta comunidad educativa aúna esfuerzos para poder seguir en pie de lucha frente a la falta de oportunidades que abundan en gran parte de estos sectores del suroriente de la capital del Atlántico.
De acuerdo con lo manifestado por el sacerdote Jorge Arley Escobar Arias, rector del Centro Social Don Bosco, este monto fue evaluado en el 2021, sumando los recursos propios de la comunidad salesiana y los que son entregados por el Distrito.
“No tenemos otras entradas y por eso es muy difícil sostener el Centro. Expusimos esta situación ante las autoridades de educación porque todos los años es lo mismo. Hemos buscado estrategias con empresas privadas para prestarles servicios, como por ejemplo en el secado de madera, con herramientas propias que tenemos en los talleres de formación de nuestros estudiantes”, expresó el sacerdote.
Uno de los mayores atractivos que tiene este plantel educativo se basa en la formación técnica que reciben sus estudiantes, quienes desde los grados décimo y undécimo encaminan su proceso hacia especialidades como panadería, cocina, corte y confección, electricidad, electrónica, mantenimiento y reparación de computadores, refrigeración, diseño gráfico, contabilidad sistematizada, auxiliar administrativo, peluquería y soldadura.
“Don Bosco no solo busca una transformación académica, sino también al ser humano en toda su integralidad. La educación es el único eje de transformación que tenemos como sociedad, y a través de la formación salesiana se les acompaña de manera personal, grupal y por el ambiente”, enfatizó Escobar Arias.
Actualmente 654 estudiantes hacen parte de la ETDH –Educación para el trabajo y desarrollo humano–, y a raíz de distintas estrategias de impacto y transformación que viene realizando la comunidad salesiana en el barrio Rebolo ha logrado vincular a 86 madres cabeza de familia en estos procesos formativos.
Pedro Pastor Díaz hace parte de los personajes más reconocidos del barrio. Es maestro en danza y teatro en la institución. Este hombre ha logrado transmitir todo su conocimiento y legado a varias generaciones, dejando siempre en alto que a través del arte sí se pueden transformar los entornos. Actualmente forma a niños y jóvenes entre los 4 y los 17 años, quienes a través de la danza aprenden que se puede pintar un mundo mejor con los pies.
“El Centro Social Don Bosco es la luz de Rebolo, aquí llegan los niños y jóvenes y a partir de la formación salesiana se logra hacer un cambio en las vidas de ellos, en la forma de actuar, hablar y sobretodo en el aprendizaje. A través de este espacio hemos podido rescatar a muchos jóvenes y con eso también se salvan familias”, relató Pedro Díaz.
“Es nuestro lugar de paz”. El impacto positivo que ha tenido la formación salesiana en la vida de estos jóvenes se ve reflejado en sus ganas de salir adelante. Tal es el caso de Andrea Zea Tarazona, quien a sus 16 años y cursando undécimo grado recordó cómo desde que inició su vida escolar la importancia de poner en práctica los valores ha estado presente en cada una de sus clases.
Asimismo la estudiante, quien además es la personera, expuso la preocupación generalizada que actualmente hay en la comunidad educativa por este posible cierre. Invitó a las autoridades distritales a revisar qué medidas se pueden implementar, para entre todos, salvar al Don Bosco.
“Aquí recibimos una formación integral. Este ha sido mi hogar desde que tengo uso de razón y por eso entre todos mis compañeros y docentes estamos sumando esfuerzos e ideando estrategias para poder aportar nuestro grano de arena y evitar su cierre. Esta es una institución que nos brinda oportunidades de transformación en nuestros entornos”, aseveró Andrea Zea.
La Secretaría distrital de Educación sostuvo que el Centro Social Don Bosco es una de las instituciones educativas que funciona bajo modalidad contratada en la ciudad de Barranquilla y cubre a cerca de 3 mil estudiantes en ambas sedes.
Expuso que el Don Bosco cuenta con una de las poblaciones de contratación más alta en esta modalidad: “Dicha contratación de la matrícula se lleva a cabo bajo los lineamientos del Ministerio de Educación Nacional, lo cual implica que la tipología solo permite girar cierta cantidad de recursos por estudiante, pese a otros factores alternos como el incremento del salario mínimo”.
La dependencia liderada por Bibiana Rincón agregó que ha cumplido con los requerimientos y el marco legal del Ministerio de Educación Nacional para este tipo de prestación del servicio educativo.
“Hemos atendido la preocupación de las directivas de la institución al manifestar riesgo financiero para los próximos años, y por consecuencia hemos trasladado esta preocupación ante el Ministerio de Educación Nacional”, agregó la Secretaría.
