Vieirasa encara el fin de la fase concursal con la única pretensión de ser “armadora”

Cumple el décimo aniversario del plan de pagos de Puerto Vieira; el de la filial argentina, satisfecho para 2024 | Con 13 buques, no descarta aprovechar “nuevas oportunidades”

Eduardo Vieira, en el stand del grupo en la jornada de clausura de la feria Conxemar. |   // MARTA G. BREA

Eduardo Vieira, en el stand del grupo en la jornada de clausura de la feria Conxemar. | // MARTA G. BREA / Lara Graña

Lara Graña

Lara Graña

En un contexto de incremento de costes operativos y financieros, el acceso directo a la materia prima aporta un plus de resistencia a los operadores de la industria pesquera. Grupo Vieira lo tiene y, como expone su presidente, Eduardo Vieira, eso en lo que se va a centrar: en su faceta extractiva. “Es mejor no picar en muchas cosas distintas, soy armador y solo quiero ser armador”, resume. Exponente hoy de una de las sagas de mayor trayectoria en este sector, el empresario encara un año importante, también en lo simbólico. Porque este 2023 es el del décimo aniversario del concurso de Puerto Vieira, que marca el fin al proceso postconcursal, como ha explicado a FARO. El próximo ejercicio será el de dar carpetazo al de la filial Vieira Argentina, protagonista incluso de una intentona de expropiación hace una década que nunca recibió los mismos desvelos diplomáticos que la de (la consumada) a YPF.

Grupo Vieira despliega a día de hoy una flota de 13 pesqueros, tras haber aprovechado la oportunidad de adquirir buques españoles y trasladarlos al caladero senegalés. La mayoría opera bajo el pabellón de este país, aunque el Releixo enarbola bandera española. Las últimas incorporaciones firmadas por Eduardo Vieira fueron el Praia de Marosa y el Abrela. El primero, construido en Armón en el año 2003, se dedicaba a la pesca de arrastre de fondo en aguas de Cantábrico, con puerto base en Burela; el segundo utilizaba el mismo tipo de arte de pesca. La pesquera viguesa fue una de las primeras en aprovechar que armadores españoles –sobre todo de Cantábrico y Gran Sol, tanto de arrastre como de artes fijas– vendían sus embarcaciones para reforzarse en la zona FAO 34 (Atlántico, centro-oriental). Una tendencia que ha ido a más, con reabanderamientos también en Mauritania o Marruecos.

En Senegal, en todo caso, es donde Vieirasa tiene mayor capacidad instalada por número de barcos. Son ocho: los mencionados Praia de Marosa y Abrela, además de Nuevo Noso Lar, Segundo San Rafael, Nata, Sona, Carvisa dos y Fátima. Este último, con el Abrela, operan como fresqueros para la elaboración de producto en factoría. Todos ellos suman una capacidad –expresada en toneladas de arqueo bruto o gross tonnage– de unas 1.900 GT. Por eso el mayor músculo a nivel extractivo está al otro lado del Atlántico, en Argentina, con cuatro unidades que rebasan los 2.000 GT. Además del potero Vieirasa Dieciocho –antiguo Shunyo Maru no. 178–, opera en el país sudamericano con Vieirasa Quince, Vieirasa Dieciséis y Tabeirón. A punto estuvo el grupo de quedar sin esta compañía después de que el ejecutivo kirchnerista de la provincia de Santa Cruz, en septiembre de 2012, declarase la filial como de utilidad pública y sujeta a expropiación.

Grupo Vieira, según los datos aportados a FARO por su dirección, cerró el ejercicio fiscal pasado con ventas por 45,5 millones de euros con cerca de 11.000 toneladas comercializadas. Sin operaciones a la vista, Eduardo Vieira no descarta aprovechar opciones para mejorar su capacidad en origen si surgen “nuevas oportunidades”.

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