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México: los zapatistas salen a las calles al grito de "alto a la guerra" en sus comunidades

Después de una serie de ataques contra las comunidades indígenas de Chiapas, en el sur de México, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, junto con organizaciones de derechos humanos, llamaron a la movilización social para exigirle al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador el cese en la escalada de violencia. Una que ha sido fomentada por paramilitares, el narco y el mismo Ejército, que sufre la región y que mantiene en la zozobra a sus pobladores. 

Cientos de personas salieron a las calles de México contra la violencia que sufren las comunidades indígenas en el estado de Chiapas.
Cientos de personas salieron a las calles de México contra la violencia que sufren las comunidades indígenas en el estado de Chiapas. REUTERS - RAQUEL CUNHA
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Los zapatistas volvieron a recorrer las calles de Ciudad de México al grito de “alto a la guerra”. Con el paliacate al cuello —su emblemático pañuelo rojo—, banderas, pancartas y arengas de revolución, cientos de personas, afines al movimiento y procedentes de varias regiones del país, desfilaron el jueves por la capital de México para exigir el cese de las violencias contra las comunidades del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

El EZLN, considerado como un grupo guerrillero por el Ejecutivo mexicano, se alzaron en armas el 1 de enero de 1994 en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, liderados por el subcomandante Marcos –hoy lejos de los focos mediáticos– en busca de justicia social y en rechazo a las desigualdades y violencias que sufren los pueblos indígenas de ese estado y de todo el país.

“Los hombres y mujeres sin rostro”, como se les conocía debido a sus pasamontañas, se hicieron mundialmente conocidos por su lucha izquierdista contra el capitalismo y sus ideas revolucionarias —y anarquistas— para la creación de “otro mundo donde quepan muchos mundos”. El movimiento, sus guerrilleros y militantes terminaron recluidos en los “caracoles”, como se conocen a las comunidades zapatistas de Chiapas, cada vez más herméticas a la visibilidad pública.

Pero una situación extrema los ha sacado de nuevo a las calles. “El pasado 22 de mayo ocurrió un ataque con armas de fuego en la comunidad Moisés Gandhi y fue herido de gravedad nuestro compañero Jorge López Sántiz, que sigue hospitalizado. Esta agresión se enmarca en una serie de ataques violentos en contra de las comunidades zapatistas”, dijo a France 24 durante la manifestación Adela, una integrante de los Pueblos Unidos de la región Choluteca.

Los guerrilleros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional llamaron a la manifestación ante la violencia contra sus miembros.
Los guerrilleros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional llamaron a la manifestación ante la violencia contra sus miembros. REUTERS - RAQUEL CUNHA

La movilización responde a un mensaje de alerta de activistas y unas 800 organizaciones humanitarias e indígenas: “Chiapas está al filo de la guerra civil”. La advertencia fue emitida tras el atentado de un grupo paramilitar contra una comunidad zapatista.

En las últimas semanas, la violencia entre grupos paramilitares, autodefensas y narcotraficantes se ha incrementado en el sur de México, frontera con Guatemala, por el control del territorio y las rutas del narcotráfico. Una región que también ha visto el aumento de su militarización debido a los megaproyectos, como el Tren Maya, y a que es uno de los principales puntos de entrada de la migración a México.

"Chiapas al filo de la guerra civil"

La situación de violencia está permeando a las comunidades indígenas y campesinas de la región, empobrecidas debido a un abandono estatal endémico. “Vemos que el crimen organizado y sus distintos negocios: trata de mujeres, trata de personas, venta de drogas, venta de armas, prostitución… está ya penetrando las comunidades indígenas. Un fenómeno que no habíamos visto antes en el país”, señalaba a France 24 Raúl Romero, miembro de la organización Llegó la hora de los pueblos.

A inicios de junio, siete indígenas tzotziles fueron asesinados en una pequeña comunidad montañosa en los Altos de Chiapas. Un episodio más de violencia, sumado a una serie de desplazamientos de centenares de personas de varias comunidades sureñas que ha envuelto en la zozobra a los pobladores de la región. “El aumento de esta violencia ha dejado graves violaciones a los derechos humanos, dentro de las que destacan situaciones de desplazamiento forzado masivo e intermitente, desapariciones, despojo de tierras, asesinatos, tortura, entre otras”, rezaba un comunicado de la organización de derechos humanos Fray Bartolomé de las Casas.

Además, desde finales de mayo aumentaron los choques entre militares y pobladores del municipio de Frontera Comalapa, en medio de operativos contra el narco. “Estamos pidiendo que se detengan los ataques de los grupos paramilitares. Estamos hablando de grupos permitidos, financiados o armados por el Ejército mexicano que atacan comunidades zapatistas. En este momento también se están asociando con grupos del crimen organizado que mantienen a Chiapas al borde de una guerra civil”, denunciaba Romero.

Con Reuters y medios locales

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