‘Coco’, el mono aullador con el que se encariñaron los habitantes de Piedras (Tolima), que fue rescatado para regresar a su hábitat

Algunos lo llegaron a considerar la mascota del municipio. Arribó al casco urbano unos seis meses atrás y, tras el cuarto intento de Cortolima, pudo ser rescatado.

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Coco ahora se encuentra en el Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, de donde se trasladará a su hábitat. Cortolima
Coco ahora se encuentra en el Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, de donde se trasladará a su hábitat. Cortolima

Cerca de seis meses atrás, un mono aullador dejó su hábitat natural para llegar al casco urbano del municipio de Piedras (Tolima), donde pasó a ser un personaje de odios y amores. De odios para quienes rechazaron actos “abusivos”, que obedecían a su instinto animal, y de amores para quienes se acostumbraron a verlo trepar las copas de los árboles.

Pues bien, la mascota del pueblo, como lo consideraron quienes se encariñaron con él, fue rescatada este 22 de febrero por la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima), que se encargará de regresarlo a su hábitat en los próximos días.

En el operativo participaron miembros de la Policía del municipio, debido a que algunos pobladores, tan habituados a la compañía del primate, no querían que se lo llevaran. El rescate, además de devolverlo al lugar al que pertenece, tuvo como objetivo evitar que se atentara contra el mono, pues algunos habitantes denunciaron que había a quienes les incomodaba.

Uno de los complacidos con la compañía del mono, Miguel Ospina, quien vive frente al Hospital San Sebastián, manifestó que “si bien en ningún momento se había pensado atentar contra la vida del animal”, había a quienes no les gustaba su presencia, por lo que “le echaban agua o lo espantaban con la escoba”. Ese fue su testimonio para el medio local El Nuevo Día.

Cortolima ya había acudido en tres ocasiones a Piedras para rescatar al mono aullador. Foto: Cortolima
Cortolima ya había acudido en tres ocasiones a Piedras para rescatar al mono aullador. Foto: Cortolima

La preocupación de las autoridades de Piedras, ubicado a 40 kilómetros de Ibagué, capital del Tolima, radicaba en una alerta en las redes sociales sobre posible maltrato contra el animal: a veces se tornaba “abusivo” o “agresivo” por cuestión de su naturaleza.

“Señores Cortolima y Cornare ¡Hay q ponerlo a salvo! Nos dicen q gente del sector amenaza con matarlo. Urge capturarlo y gestionar su traslado al eje cafetero donde hay un centro de rehabilitación para individuos de esta especie. Cra 5 No 2-77 (Piedras, Tolima) 3115804863, 3164467295″, se lee en la solicitud realizada por Andrea Villarraga Padilla, activista de derechos de animales, en Twitter.

infobae

Lo cierto es que después de tres intentos, porque el personal de Cortolima ya había hecho el esfuerzo por rescatarlo tras los reiterados llamados de la comunidad, por fin logró el cometido, acompañado de un grupo de carabineros. Al respecto, la directora de esa corporación, Olga Lucía Alfonso Iannini, manifestó:

Luego de cuatro visitas al municipio de Piedras, logramos rescatar este mono, que ahora se encuentra en nuestro Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre. Allí estará hasta que su comportamiento le permita autosostenerse y pueda habitar de manera independiente en su hábitat natural

El animal, a quien los pobladores llamaron ‘Coco’, al parecer está en buenas condiciones, si bien tiene que adaptarse a su hábitat natural, consecuencia de la larga estancia en el casco urbano. La última vez que Cortolima había intentado rescatarlo, además del pasado lunes, fue el 22 de noviembre de 2020.

Mono aullador rescatado en el 2017, en Chaparral. Foto: Cortolima
Mono aullador rescatado en el 2017, en Chaparral. Foto: Cortolima

Como el caso de ‘Coco’, en el municipio de Chaparral ya se había presentado otro similar. Sucedió en agosto de 2017. En ese entonces, Cortolima rescató a un mono aullador con lesiones en ceja, mano y alrededor de la comisura de sus labios. “La valoración biológica mostró un grado leve de improntación, situación en la que el animal aprende características o estímulos de los humanos”, afirmó Indira Vallejo, bióloga de Cortolima, cuatro años atrás.

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