Así eran los ángeles, según la Biblia
Y no, no tienen nada que ver con la imagen que tenemos de ellos. ¿Qué pasó?
“Eres un angelito”, “Es mi ángel de la guardia”…expresiones como estas son habituales y van acompañadas de una imagen, en el pensamiento colectivo, que describe a los ángeles como figuras humanas, perfectas en sus atributos, con alas, siempre jóvenes y que no tienen sexo ni género. Pero la realidad es muy distinta.
Tanto la Biblia como los estudiosos, desde Maimónides hasta la actualidad, reconocen que hay cuatro tipos distintos de ángeles. Cada uno con su jerarquía, su función y su descripción física: querubines, serafines, malaj y ofanim
Querubines
Es el de menor rango entre los cuatro. Y está muy lejos de aquella imagen de Cupido que tenemos: un bebé sonrosado e inocente. Más bien se parece a ciertas deidades mesopotámicas como el Grifo hitita, el Lamassu de Babilonia o la esfinge de los egipcios. La Biblia describe a los querubines como mitad humanos, mitad animales cuya tarea era proteger el jardín del Edén.
En el Libro de Ezequiel se habla de ellos como criaturas con cuatro caras: la de un león, un buey, un águila y la última, una humana. Tenían patas rectas, cuatro alas y cascos de toro que brillan como el oro en lugar de pies. Un par de alas las usaban para cubrir su cuerpo y las otras para volar.
Malaj
El término Ángel proviene de la palabra griega Angelos, que, a su vez, se originó en la palabra hebrea para mensajero, Mal ’akh. Los Malaj eran los mensajeros de Dios y son los que más se parecerían a los humanos en apariencia física. De ahí que se “apropiaran” de la identificación que hacemos de ellos a la hora de describirlos, dejando de lado los demás miembros del grupo de ángeles que reconoce la Biblia. Eso sí, en este libro sagrado no se habla de que tuvieran alas en ningún momento. Fue a finales del siglo IV cuando pintores y escultores los dotaron de alas para reflejar su naturaleza etérea. Y así quedó hasta la fecha.
Serafines
Con ellos comienza la diferencia realmente. Si los Malaj eran casi humanos y los querubines eran raros, los serafines y los ofanim te parecerán seres sacados de la más rocambolesca fantasía de autores de la talla de Tolkien.
Uno de los primeros en describir a los serafines fue el profeta Isaías: seis alas, dos de las cuales son para volar, mientras que usan el resto para cubrirse la cabeza y los pies respectivamente. Su tarea, que defienden con mucho celo, es hacer la obra de Dios. Pero la palabra serafín aparece en otras ocasiones en la Biblia haciendo referencia a serpientes venenosas del desierto. Por lo tanto sí, los serafines, con sus seis alas y su celo, tienen una apariencia que da un poco de miedo.
Ofanim
Finalmente llegamos a estos seres divinos, también conocidos como “las ruedas”. No solo se trata de los que están en el rango más alto y cercano a Dios, también son los más raros. El relato de Ezequiel en la Biblia los describe como seres hechos de ruedas de oro entrelazadas con el exterior de cada una de ellas cubierto con múltiples ojos. Se desplazan por el cielo flotando y su propósito es proteger el trono de Dios. La creencia es que eran las ruedas reales del Carro Celestial del Señor ( o Merkabah)."Las cuatro ruedas tenían llantas y tenían radios, y sus llantas estaban llenas de ojos alrededor".