pamplona - “Estas estufas hay que limpiarlas una vez cada diez años”, afirma Sara Herrero, “estufera” de profesión e integrante de Ekosua (www.ekosua.es), una empresa que produce calefacciones ecológicas. “Estas estufas funcionan con leña y son capaces de calentar una casa entera. Además, consumen muy poco, vale con una carga de leña al día”, explica Herrero, que aprendió esta técnica en Austria y Alemania.

“Este sistema de estufas acumuladoras cerámicas aquí se conoce muy poco, pero en otros países del norte de Europa es muy conocido y es un producto muy tradicional”, comenta Herrero. Y sí, efectivamente, el origen de estas estufas se remonta a más de 800 años atrás y son conocidas como Kagelofen en Austria y Alemania, Pechka en Rusia y Finoven en Finlandia. “En 2005, mi padre Juan Luis Herrero, Xabier Pérez y yo comenzamos a formarnos y en 2009 fundamos Ekosua. Allí esto es una profesión. Yo siempre digo que soy estufera y la gente se ríe”, señala esta vecina de Bigüezal, que se inició en este arte a raíz de la bioconstrucción. “En ese mundo es muy importante conseguir una calefacción sostenible y con energía renovable y local, y conocimos este tipo de estufas, que son perfectas”, confiesa.

Por el momento, los navarros y navarras, especialmente los del norte de la Comunidad Foral, han acogido “muy bien” esta nueva idea. “Por el momento, aún no hemos ido de Tafalla para abajo”, asegura entre risas Sara, cuya empresa ha instalado “30 estufas” en Iruña. El precio de todo el conjunto, “el diseño de la estufa, el montaje y el primer encendido”, oscila entre los 8.000 y los 10.000 euros. “Es tan sencillo de usar que hay que explicarlo. Estamos acostumbrados a sistemas mucho más complejos con botones, válvulas y tubos y nos extraña este, que basta con encender la leña”, bromea Sara.

funcionamiento “Lo más interesante de estas estufas es que consumen muy poco, ya que calientan por radiación”, explica Herrero. Según explican desde Ekosua, este tipo de calefactores cuentan con una cámara de combustión, a partir de la cual se construye un circuito de tiro por donde es conducida la llama y el gas fumígeno hasta llegar a la salida de humos.

“El único requisito para instalar estas chimeneas es que la casa tenga salida de humos y que, a ser posible, la estufa se coloque en el centro de la vivienda. Estos calefactores están construidos con ladrillos refractarios, que cogen mucho calor durante el proceso de combustión y luego lo irradian poco a poco a toda la casa”, comenta Sara, que no duda en añadir que “el riesgo de incendio es nulo, porque es muy complicado que la llama o el humo salgan del circuito”.

El funcionamiento de estas estufas consiste en que la leña arde durante una hora, momento en el que el tiro de la estufa está abierto y la llama y el gas fumígero se distribuyen por todo el circuito de ladrillo. Cuando la leña ha ardido completamente y los ladrillos han acumulado todo el poder calorífico, el tiro se cierra herméticamente y durante las siguientes 12 horas , el calor acumulado en los ladrillos refractarios, se irradia a la casa y la calienta, consumiendo muy poco, contaminando lo menos posible y cuidando la salud. “El calor que emite la estufa es un calor muy seco, que no levanta polvo ni reseca el ambiente”, apunta esta estufera.

“Se puede utilizar cualquier tipo de madera, nosotros tenemos clientes que utilizan los restos de poda o, incluso, los de su propio jardín”, señala Sara Herrero.