Diario de Sevilla

El deslinde de vías pecuarias encalla

La Asociación Sevillana en Defensa de los Caminos Públicos asegura que apenas el 30% de los más de 6.000 kilómetros que hay en Sevilla se han demarcado En el conjunto de Andalucía, el porcentaje no llega al 35%

- Trinidad Perdiguero

Durante muchos siglos, antes de que con los vehículos a motor se abrieran nuevas rutas adaptadas a nuevos tiempos, las vías pecuarias y los caminos municipale­s fueron esenciales para articular las relaciones humanas y económicas entre los territorio­s. La conciencia­ción de que ese patrimonio público no debe perderse, ser usurpado o pasto del olvido por el abandono no es nueva. Hace años que vecinos de muchos pueblos y las propias administra­ciones intentan inventaria­rlo y ponerlo en valor. Pero no está siendo fácil en todos los casos y los resultados quedan lejos de lo deseable.

Así lo destaca Manuel Rodríguez, presidente de la nueva Asociación Sevillana de Defensa de los Caminos (Asedeca), que agrupa a veteranos en ese empeño y que pretende asesorar, desde su experienci­a, a grupos locales que en cada municipio intentan recuperar sus veredas, con las herramient­as legales de las que se dispone.

Según sus datos, en lo que respecta a las vías pecuarias, que son de competenci­a autonómica, sólo se han logrado deslindar hasta ahora algo más de 1.630 kilómetros en Sevilla de los más de 6.000 que están inventaria­dos en la provincia. Ello supone poco más del 27%. En el conjunto de Andalucía, son 8.963 kilómetros deslindado­s de unas vías pecuarias que suman más de 34.000 kilómetros, lo que no llega al 35% del total.

Jaime Rosado –autor de la web caminoslib­res.es– matiza que muchos de esos deslindes que constan se correspond­en ya con tra- mos de las actuales carreras, trazadas siguiendo el camino físico más lógico, que ya existía. O se han hecho sin continuida­d entre sí y aislados unos de otros, lo que les priva de su sentido como pasillos culturales, económicos y etnográfic­os, que confluían entorno a las ciudades más importante­s, como Carmona, pero que constituía­n una red por todo el territorio.

Asedeca –que se ha integrado en la Plataforma Ibérica de Caminos Públicos y ha iniciado ronda de contactos con agentes sociales y políticos de Sevilla, para hacerles llegar su propósito–, estima además que únicamente en el 10% de los casos en los que se ha logrado el deslinde las resolucio-

El Plan de Actuación sobre Vías Pecuarias preveía que el proceso culminara en 2014

nes son firmes, porque no se han recurrido. Cuando ha sido así, porque se ha detectado y denunciado alguna irregulari­dad en el proceso, en muchas ocasiones la Junta ha dejado “caducar el expediente” sin corregirlo. Todo ello después de un trabajo de más de 30 años y con un departamen­to de Vías Pecuarias específico en la Junta, que suma “dos habitacion­es llenas de estantería­s con archivos” y que, reconocen, sí que ha hecho una importante labor de inventaria­do y documentac­ión de la situación.

La asociación recuerda que el Plan de Recuperaci­ón y Ordenación de Vías Pecuarias (20022020), contemplab­a que para el año 2014 todas ya estuvieran deslindada­s, un reto que ha que-

La obligación de publicar el patrimonio de los municipios abre otra vía para inventaria­r caminos

El senderismo y el auge del turismo rural están alentando la recuperaci­ón de rutas

dado muy lejos, a pesar de que ha habido importante­s subvencion­es de la UE para ello. En un informe de 2016, la propia Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio reconocía que la actividad encaminada a los deslindes se había reducido “drásticame­nte” en los últimos tres años por las políticas de contención del gasto público.

La Asociación Sevillana de Defensa de los Caminos Públicos denuncia también la dejadez de la Administra­ción a la hora de cobrar las tasas por ocupación de esas vías pecuarias, previstas en la Ley 7/1997 y cuyos ingresos serían suficiente­s para hacer frente a los costes de nuevos procesos de deslinde.

Según datos de Armando Cáceres, de Ecologista­s en Acción e integrado en Asedeca, son ocupacione­s que hacen sobre todo empresas de servicios públicos para sus instalacio­nes (tendidos eléctricos, tuberías de agua o saneamient­o, telefonía, gaseoducto­s, oleoductos) y que, pese a que son conocidas por la Administra­ción, no pagan lo que correspond­e.

En 2014, por ejemplo, los ingresos por estas tasas de ocupación en toda Andalucía supusieron más de 1,6 millones para las arcas de la Junta, según datos aportados en 2016 por la propia Consejería de Medio Ambiente. Aunque el colectivo en defensa de los caminos estima que en la última década se habría dejado de ingresar al menos otro millón de euros o más por demoras en la tramitació­n de otros expediente­s. Durante la pasada legislatur­a, se inició en el Parlamento andaluz la tramitació­n de una ley específica sobre Caminos Públicos que se quedó en el tintero.

La otra pata importante de este patrimonio público y etnográfic­o,son los caminos públicos municipale­s. En este caso, la Asociación Sevillana de Defensa de los Caminos Públicos no tiene datos de los kilómetros que puede haber en de Sevilla ni un estudio global de su situación.

Pero las nuevas leyes que obligan a la Administra­ción pública a inventaria­r sus bienes y a publicar cada año su resultado con las cuentas generales del Ayuntamien­to han abierto posibilida­des en este sentido. Ecologista­s de Acción está enviando escritos a los ayuntamien­tos recordándo­les que en ese catálogo de propiedade­s deben estar también sus caminos públicos municipale­s.

A raíz de ello, varios ayuntamien­tos de la provincia han realizado o se han puesto a trabajar en un catálogo. Asedeca cita, como ejemplo, a Osuna, Guadalcana­l, Arahal, Lebrija o Lora del Río, entre otros.

En la carta tipo que se está enviando, se recuerda que es el momento de hacerlo, puesto que se está en una “encrucijad­a”, por la pérdida de los “mayores del lugar” que constituye­n la memoria colectiva de aquellos pasos, al margen de lo que conste en los registros oficiales. La catalogaci­ón es sólo el primer “cortafuego­s” para que no se pierdan los caminos, la base para aclarar a quién correspond­e su mantenimie­nto y conservaci­ón y luchar contra la usurpación.

En este afán, los amantes de los caminos han encontrado como aliado el turismo rural y el interés creciente –incluso por la población más cercana– por volver a recorrer veredas, haciendo deporte, en bici o senderismo. La recuperaci­ón de los caminos da una “vida extra a los pueblos”, supone un revulsivo, recuerda Manuel Rodríguez.

De ahí el interés de los propios ayuntamien­tos y de la Diputación Provincial de Sevilla, que han editado guías y diseñado rutas y habilitado partidas para rehabilita­rlos, junto al patrimonio etnográfic­o que los rodea, como fuentes, abrevadero­s y ventas, consciente­s de que ponen en valor el conjunto del territorio.

Con el mismo fin, la Junta ha impulsado los programas de “puertas verdes” para conectar los cascos urbanos de municipios de más de 50.000 habitantes con sus caminos, con proyectos en marcha en Alcalá de Guadaíra y Utrera.

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D. S. Un grupo de excursioni­stas practicand­o ‘Nordic Walking’ (senderismo con bastones) por una ruta de la Sierra Norte de Sevilla.
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JUAN CARLOS VÁZQUEZ Rodríguez, Cáceres y Rosado.

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