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Desafíos y Posibilidades
[...] Mediumnidad es una facultad dada para el bien y los buenos
Espíritus se alejan de quien quiera que pretenda transformarla en
trampolín para lograr lo que sea que no se corresponda a los desig-
nios de la Providencia. [...]
Allan Kardec1
[...] Y la realidad, mi amigo, es que todos nosotros, que nos contamos por
centenares de millones, no prescindimos de medianeros iluminados, ap-
tos para colocarnos en comunicación con las fuentes del Abastecimiento
Superior. Necesitamos del auxilio de lo Alto, requerimos la ayuda de los
benefactores que se estacionan sobre nuestros parajes. Para esto, hay que
organizar recursos de receptividad. Nuestra mente sufre de sed de luz,
como el organismo terreno tiene hambre de pan. Amor y sabiduría son
sustancias divinas que mantienen nuestra vitalidad. [...]
Calderaro3
Agradecemos a los amigos que nos animaron y apoyaron
en nuestros estudios e investigaciones.
Índice
Trabajo
Mediúmnico:
Desafíos y Labor transcendental ............................................ 15
Posibilidades Presentación ........................................................... 17
Nota ........................................................................ 21
Consideraciones iniciales ..................................... 23
Introducción........................................................... 25
3 Organizando el trabajo
mediúmnico........................................... 105
3.1 La selección de los participantes ........ 106
3.1.1 Auto-evaluación.......................... 107
3.1.2 Evaluaciones periódicas con
el grupo ........................................ 109
3.1.3 Evaluaciones con el dirigente .... 110
3.2 Adaptando el acuerdo de grupo ......... 112
3.3 La continuidad del estudio .................. 113
3.4 Los tipos de trabajos mediúmnicos ... 116
Índice
Trabajo 3.5 Las reuniones mediúmnicas................ 118
Mediúmnico: 3.5.1 Las funciones en el grupo
Desafíos y
mediúmnico ................................ 118
Posibilidades
3.5.2 Como organizar la atividad
mediúmnica ................................ 119
3.5.3 El desarrollo de los
trabajos......................................... 121
3.6 Análisis de los mensajes recibidos ..... 129
4 El equipo de
trabajadores encarnados ............. 131
4.1 La dirección del grupo.......................... 131
4.1.1 El dirigente .................................. 132
4.1.2 El dialogador ............................... 137
4.2 Los médiums y las mediumnidades ... 148
4.2.1 Desarrollo y educación de la
mediumnidad.............................. 149
4.2.2 Médiums que ofrecen consultas ... 174
4.3 Otras funciones en el grupo ................ 176
4.3.1 El apoyo vibratorio ..................... 176
4.3.2 Los pasistas .................................. 178
4.3.3 Participación de los invitados ... 178
4.4 Características deseables para los
miembros del grupo – Resumen......... 179
5 El equipo de trabajadores
desencarnados ................................... 183
5.1 Los mentores ...................................... 183
5.2 Los trabajadores espirituales ............. 185
5.3 Acción espiritual en los trabajos
Índice mediúmnicos ...................................... 186
Trabajo
Mediúmnico: 5.3.1 Preparación del ambiente
Desafíos y de la reunión ............................... 189
Posibilidades
5.3.2 Selección y preparación de los
Espíritus traídos para la
comunicación mediúmnica....... 194
5.3.3 La atención ofrecida a los Espíri-
tus en la reunión mediúmnica .. 197
5.4 Interacción entre los equipos
encarnado y desencarnado .................. 206
5.4.1 Preparación durante la semana
y en el día de la reunión ............. 208
5.4.2 Durante el sueño......................... 209
5.4.3 Las consultas a los trabajadores
espirituales ................................... 212
5.5 Como reconocer a los Espíritus
trabajadores ............................................ 214
5.6 Elementos que definen un mensaje de
los Espíritus superiores .......................... 216
6 El mantenimiento del
grupo mediúmnico ............................. 219
6.1 El curso terminó. ¿Qué vamos a
estudiar ahora?....................................... 220
6.2 Los procesos obsesivos a lo largo
del trabajo ............................................... 222
6.2.1 Los enemigos encarnados y
desencarnados del grupo ........... 222
6.2.2 Algunos desafíos ......................... 223
6.3 Objetivos permanentes......................... 227
6.3.1 Factores de desequilibrio ........... 227
6.3.2 Factores de equilibrio ................. 227
6.4 Cómo incorporar nuevos miembros .. 232
Índice
Trabajo 6.5 Nuevos grupos de estudio de la
Mediúmnico: mediumnidad ......................................... 234
Desafíos y
Posibilidades
PARTE II – Diálogo y situaciones
7 El diálogo con los Espíritus ............ 237
7.1 Breve visión del plano espiritual y las
regiones de sufrimiento ....................... 238
7.2 Breve visión del mundo íntimo del
Espíritu en desequilibrio...................... 241
7.3 Comenzando el diálogo........................ 243
7.3.1 Observación ................................ 243
7.3.2 Empatía ........................................ 246
7.4 ¿Qué, cómo y cuándo hablar
a los Espíritus?........................................ 247
7.5 Otros elementos de apoyo
para la atención ...................................... 249
7.6 ¿Hacer preguntas a los
Espíritus necesitados?........................... 252
7.7 El proceso de despertar y el
reequilibrio ............................................. 253
7.7.1 La raíz de la problemática del
Espíritu sufriente ........................ 253
7.7.2 ¿Qué necesita el Espíritu sufriente?.. 255
7.7.3 Como utilizar este conocimiento
en la reunión mediúmnica ........ 257
8 Algunas situaciones en las que
se encuentran los espíritus .......... 261
8.1 Principales tipos de Espíritus traídos
a los trabajos mediúmnicos ................. 262
8.1.1 Vinculados a la vida física ......... 262
Índice
Trabajo 8.1.2 Vinculados a la modalidad de
Mediúmnico: desencarnación ........................... 265
Desafíos y
8.1.3 Culpables y arrepentidos ........... 274
Posibilidades
8.1.4 En estado de inferioridad
deliberada .................................... 276
8.1.5 Las congregaciones de las re-
giones espirituales inferiores ..... 287
8.1.6 “Enviados” de congregaciones
espirituales inferiores ................. 302
9 Conclusión.......................................... 313
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Carlos Campetti / Vera Campetti
Bezerra de Menezes
(Mensaje psicofónico obtenido por el médium Divaldo Pereira Franco al cierre
de la conferencia en el Grupo Espírita André Luiz, en Río de Janeiro, la noche
del 22 de agosto de 2013.)
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He aquí un libro sencillo, objetivo sin pre-
Presentación tensiones. De lectura agradable y ligera, la
obra contiene un significativo peso doctri-
nario al guardar sintonía con los princi-
pios de la Doctrina Espírita.
No obstante, sabemos que no es fácil escri-
bir o hablar con simplicidad respecto a la
práctica mediúmnica en la Casa Espírita o
a cómo capacitar mejor al trabajador de la
mediumnidad.
Tal comprobación se descubre en la ten-
dencia generalizada de tratar de reducir
la mediumnidad a mera manifestación
fenoménica, comúnmente envuelta en un
aura de complejidad y de misterio. En otro
sentido, se detecta un descuido y una ba-
nalización de este tema, tan relevante para
el espírita en general y para los integrantes
de la reunión mediúmnica en particular,
independientemente si entre ellos hay per-
sonas portadoras de facultad mediúmnica
que “[…] Se muestra muy caracterizada y
se traduce por efectos patentes de cierta
intensidad […]”, como indica Allan Kar-
dec en El libro de los médiums (cap. XIX,
ít. 159).
Carlos Campetti y Vera Campetti nos
ofrecen, entonces, un camino a seguir sin
complicaciones, teniendo como referen-
cia el aprendizaje espírita adquirido, es-
pecialmente, en Brasil, como miembros
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
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La obra de Allan Kardec es la base para el
Nota desarrollo de este trabajo. Para facilitar la
identificación de los libros referidos utili-
zaremos, agregado al número de referen-
cia, el siguiente criterio indicativo:
21
Allan Kardec, en El libro de los médiums,
Consideraciones nos lega conocimientos que, recopilados,
iniciales ponderados y organizados bajo un im-
pecable buen sentido, hacen de su obra
el pilar sobre el que se asientan todos los
estudios posteriores sobre mediumnidad.
Esta cuestión ha merecido un dedicado
análisis por diversos estudiosos que la
examinan bajo los aspectos más variados,
profundizando conceptos, distendiendo
consecuencias, evaluando impactos y dis-
cerniendo matices.
El ejercicio de la mediumnidad es una
cuestión esencial para todo espírita que
se dedica al estudio, la práctica y la divul-
gación del Espiritismo. ¿Cómo no dedicar
la máxima atención a este instrumento
de sublime Auxilio? Es por medio de la
mediumnidad que fluyen conocimientos
espirituales, consuelos para los afligidos,
resignación en las pérdidas afectivas, es-
peranza para los sufridores y recursos de
todo orden y naturaleza que la Bondad di-
vina permite que sean esparcidos genero-
samente a todos los seres en atención a las
necesidades espirituales de la humanidad.
La contribución de la mediumnidad para
el enriquecimiento de la vida en el plano
físico es tan intensa y presenta facetas tan
diferentes que, por más que se estudie y se
analice, siempre habrá un nuevo ángulo de
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La mediumnidad no es patrimonio del Es-
Introducción piritismo, pues existe desde los albores de
la humanidad bajo las formas primitivas
que el Espírito Emmanuel designó como
mediumnismo4 y que sigue produciendo
fenómenos fuera de los medios espíritas.
No obstante, fue un poderoso instrumen-
to utilizado por la Espiritualidad superior
para la transmisión del conocimiento y
establecimiento de la filosofía espírita. Y,
como la revelación es progresiva, la me-
diumnidad desempeña y desempeñará,
aún, un papel importante en el proceso
evolutivo de los seres que caminan hacia el
auto-conocimiento y el conocimiento de la
Ley divina que rige la existencia.
El Espiritismo no está subordinado al fe-
nómeno de la comunicación mediúmnica.
Una vez establecidas las bases de la filoso-
fía espírita por Allan Kardec, con el apoyo
de los Espíritus superiores, se podrá, con
su estudio, comprender el Espiritismo y el
significado de la Creación divina, así como
el papel de cada ser dentro de la vida, aun-
que una persona no participe nunca de
una actividad mediúmnica.
Sin embargo, el conocimiento espí-
rita ha valorado el fenómeno mediúmnico,
reconociendo la importancia fundamental
que tiene para el desarrollo espiritual del
ser, ya sea en las experiencias del plano
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Carlos Campetti / Vera Campetti
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La mediumnidad es un proceso de comunicación entre los dos
planos de la vida, que se manifiesta de diferentes formas y sirve a di-
versas funciones. El acto mediúmnico, en cuanto a su finalidad, puede
tener como objetivo la atención a los Espíritus desencarnados o encar-
nados.
La atención mediúmnica a los encarnados se ejerce, más direc-
tamente, en reuniones de curación cuando la mediumnidad se torna un
instrumento de los especialistas espirituales que prestan atención a las
cuestiones de la salud física. Es el caso, también, de reuniones en que
personas que perdieron a seres queridos recurren a la mediumnidad
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Parte I – Desafíos y posibilidades
Capítulo 1 [...] No basta, sin embargo, con pedir que esos
Espíritus acudan. Es preciso, como condición
Formación expresa, hallarse en condiciones propicias para
que ellos quieran asistir. […] Una reunión no
del Grupo es verdaderamente seria si no se ocupa de co-
Mediúmnico sas útiles, con exclusión de todas las demás.
[...] En una palabra, sea cual fuere el carácter
de una reunión siempre habrá Espíritus dis-
puestos a secundar las tendencias de quienes
la componen. [...] (LM XXIX: 327)5
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contacto con el fenómeno y sus consecuencias. Para este fin, será muy
conveniente evitar la práctica de la mediumnidad de forma impulsiva o
acelerada en función de la curiosidad, de problemas obsesivos o de otro
motivo cualquiera que pueda despertar el interés por el asunto.
La mediumnidad, en términos espíritas, se debe encarar con se-
riedad y aquel que esté interesado en practicarla necesita comprender el
papel y la importancia de la disciplina, de la humildad, de la renuncia,
del servicio al semejante y del constante trabajo de reforma íntima exi-
gido a todo candidato al trabajo en la siembra del Señor.
La práctica mediúmnica en las reuniones espíritas equilibradas
no podrá ser jamás motivo de satisfacción y proyección personal, ni
campo de batalla de personas egocéntricas, deseosas de atención públi-
ca. Tampoco debe ser campo de acción de personas que se mantengan
en la ignorancia en cuanto a los verdaderos propósitos del trabajo y, de
ese modo, se hagan dóciles a las sugerencias que los inducen a venerar
a los médiums “especiales” o dirigentes supuestamente distinguidos por
el amparo y atención especial que aparentan recibir de la Espiritualidad
superior. En este sentido es recomendable poner atención a las páginas
de El Evangelio Según el Espiritismo, que trata de los “Falsos profetas de
la erraticidad” (EE XXI: 10)6 que se dedican a manipular médiums y di-
rigentes incautos, imposibilitando el trabajo mediúmnico constructivo,
hasta incentivando disputas de unos grupos contra los otros.
Siendo la mediumnidad neutra en relación a la moral es esta,
no obstante, la que le da la calidad indispensable para que aquella sea
verdaderamente equilibrada y productiva. No siendo patrimonio del
Espiritismo, éste le brinda un nuevo significado, al unirla a la práctica
de la caridad de unos a favor de los otros, dando a los interesados la
oportunidad de integrarse como cooperadores conscientes en el trabajo
de auto-perfeccionamiento y de auxilio a los que están despertando para
esta misma necesidad.
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1.4.2 Estudio-armonización
Todo lo que da resultado positivo y controlado en las activida-
des humanas parte de metas y objetivos claramente definidos y com-
prendidos por aquellos que se encuentran envueltos en el proceso. Por
tanto, para la primera etapa — la del estudio y búsqueda de la armoniza-
ción entre los participantes, con vistas a la homogeneidad propuesta por
Kardec —, sería interesante definir objetivos que, una vez comprendidos
por el grupo, puedan guiarlo en el rumbo deseado. Es muy importante
que estos objetivos, así como todo lo que el grupo hiciera, sea decidido
por un análisis y aprobación conjunta de todos sus participantes. Por
esto mismo, no se puede tener la intención de ofrecer ideas rápidas y
acabadas. Por lo tanto, a modo de ejemplo, un grupo de estudio de la
mediumnidad, en su fase de estudio-armonización, podría tener como
objetivos generales:
• Promover, por el estudio de la mediumnidad y el desarrollo
de la armonización entre los participantes, condiciones para
el intercambio mediúmnico equilibrado.
• Apoyar a los miembros del grupo, que demuestren perseve-
rancia y un sincero interés, en la identificación y educación
de sus capacidades y facultades mediúmnicas.
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
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De forma complementaria cada participante, individualmente,
podría buscar también alcanzar objetivos de naturaleza semejante a fin
de vivenciar el contenido básico a seguir desarrollando.
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La elección “a dedo”
Una de las prácticas más antiguas es la de seleccionar “a dedo”
a las personas más aptas para participar en el trabajo mediúmnico.
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
haber leído, por lo menos, El libro de los espíritus y El libro de los mé-
diums, pero se considera ideal el conocimiento de toda la Codificación.
Esta práctica no deja de ser una variante del criterio de la elec-
ción “a dedo”. La única diferencia es que la elección está orientada por el
criterio de conocimiento doctrinario.
No obstante, ¿la simple lectura de algunos libros o de toda
la Codificación puede constituir garantía de que las personas estén
preparadas y cumplan los requisitos para participar en la actividad
mediúmnica? Como en la situación anterior no se ofrece a los interesados
posibilidades de adquirir las condiciones mínimas, que sólo un estudio
específico y bien orientado sobre la mediumnidad puede proporcionar.
Además de esto, ¿dónde está la garantía de armonización del equipo
formado de esta manera para habilitarlo a entrar directamente a la
práctica mediúmnica?
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Hay casos en que tanto en las prácticas arriba mencionadas
como en sus posibles variantes, se establece un estudio considerado su-
ficiente en el que los miembros “escuchan” una prelación por un tiempo
breve antes de la práctica mediúmnica. No es costumbre que haya una
evaluación periódica de las actividades ni acompañamiento de la parti-
cipación por criterios claramente definidos y comprendidos por todos.
Existen otros casos en que el dirigente es más exigente y en los cuales
puede hasta incluso haber excesivo rigor en los criterios de participa-
ción. Algunos participantes cumplen por deber y no por haber com-
prendido propiamente lo que hacen, mientras otros van eludiendo las
“normas” como pueden a lo largo del tiempo.
En todos los casos, permanece la gran dificultad que es saber
quién de hecho está preparado o no para la tarea. ¿Existen criterios para
ser utilizados para saber si la persona está apta o no? ¿Sería convenien-
te adoptarlos? ¿Quién tiene la autoridad para decidir sobre el asunto?
¿Qué y cómo hacerlo?
*
Nota de los autores: Entendemos que un Centro Espírita, en términos de organización admi-
nistrativa y funcional, cuenta con tres tipos de actividades: las públicas para las cuales pueden
asistir todos los interesados como simples frecuentadores, sin ningún tipo de compromiso
formal con la casa, como es el caso de las conferencias, pases y asistencia social (en el caso de
las personas atendidas) o algunos grupos de estudio de libre participación; las semi-privadas
con las cuales el frecuentador ya asume algún tipo de compromiso (mínimamente de estudio
regular), como es el caso de las reuniones del tipo Estudio Sistemático de la Doctrina Espírita;
y las privadas, con las cuales los trabajadores asumen compromisos más formales, aceptando
compartir las responsabilidades de los destinos de la propia actividad, como es el caso de
todas las reuniones para trabajadores y de las de estudio y práctica de la mediumnidad.
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que son ciertos los prejuicios para aquellos que se entregan al ejercicio
de la mediumnidad sin antes conocer las condiciones necesarias para
su práctica segura, los riesgos y escollos que enfrentarán, los obstáculos
que deberán superar para que el trabajo sea productivo. Por tanto, para
Allan Kardec, así como para todo espírita consciente, el estudio antes de
la práctica mediúmnica es fundamental.
También tenemos que tener en cuenta otras consideraciones: El
estudio debe ser específico, dirigido, pero ¿a quién invitamos para el
estudio? ¿No sería bueno desarrollar algún criterio del tipo: solamen-
te puede participar en el estudio de la mediumnidad quien ya leyó la
Codificación o por lo menos los primeros libros de Kardec?
Sin embargo, esos criterios no garantizan nada, además de po-
der ser considerados discriminatorios. ¿Quién puede asegurar que una
persona haya aprendido lo suficiente por haber leído simplemente un
determinado libro? Existe una tremenda distancia entre leer y estu-
diar con dedicación y perseverancia. Lo que se busca es el desarrollo
de una conciencia espírita que solamente puede ser conquistada con el
estudio serio y continuado conforme nos propone el Codificador (LE
Introducción VIII)23 Hay muchas personas que necesitan ayuda para
desarrollar el hábito del estudio organizado.
Además, las personas que se quejan de la falta de oportuni-
dad para participar en las actividades mediúmnicas de los Centros no
consideran o ignoran el hecho de que los dirigentes espíritas serían
frívolos si las admitiesen en una actividad cuyas consecuencias des-
conocen.
Una buena opción podría ser democratizar el proceso, es decir,
invitar al estudio a todos los interesados en la práctica mediúmnica,
conozcan o no el asunto, con la condición de ofrecerles recursos para
el aprendizaje necesario.
“— ¡Ah, pero estas personas van a perturbar a los otros que ya
saben algo!” — podrá decir alguien. ¡Y con razón! Pero si no aprende-
mos a ser caritativos y fraternos con nuestros compañeros en la vida físi-
ca, ¿cómo podremos serlo con los desencarnados cuando comencemos
las actividades mediúmnicas? Quien no quiera estar con los “inferiores”
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La cantidad de participantes
¿Cuántos participantes debe tener un grupo de estudio de la me-
diumnidad?
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Conducta
Allan Kardec, definiendo los diferentes tipos de adeptos, afirma
que los verdaderos espíritas son lo mismo que los verdaderos cristianos.
(LM III: 28)32 y (EE XVII: 4).33 Es coherente, por tanto, que el espírita
sincero asuma el compromiso de mantener una conducta espírita, ética
y moral basada en el Evangelio de Jesús.
En esta línea de pensamiento, consideremos que el centro hizo
una amplia divulgación o aplicó la acción “cada uno trae uno más” ante-
riormente referida. En estas situaciones pueden surgir personas que aún
no conocen el Espiritismo. ¿Cómo podemos pedirles que mantengan
una conducta espírita, ética y moral adecuada con los principios espí-
ritas? Consideremos la afirmativa de Allan Kardec: “Si […] echamos
una ojeada sobre las diversas categorías de creyentes, encontraremos en
primer lugar los espíritas sin saberlo”. (LM III: 27).34 No se puede esperar
que se presenten personas listas para el trabajo, sino aquellas de buena
voluntad que deseen prepararse para tal. Si los presentes estuviesen dis-
puestos a desarrollar un comportamiento digno, una conducta compati-
ble con la propuesta ético-moral del Espiritismo que no es otra sino la de
Cristo, esto bastará, inicialmente, para admitir su integración en el grupo
de estudio-armonización. Con esto lo que se pretende es un compromiso
conjunto de búsqueda de perfeccionamiento moral e intelectual, sin el
cual no habría razón para crear un grupo de estudio.
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Disciplina
La disciplina es otro factor fundamental cuando nos referimos a
la mediumnidad. Disciplina no sólo en el sentido limitado del cumpli-
miento de reglas establecidas, sino en el sentido de compromiso inter-
no que el individuo asume consigo mismo para el trabajo constante de
auto-perfeccionamiento. La disciplina para el aspirante al trabajo equi-
librado de la mediumnidad consiste en establecer líneas de conducta
moralmente coherentes que sobrepasen los límites cerrados de las re-
laciones sociales, vinculados a la forma, para tornarse una conquista
que, en la medida en que se exterioriza, va siendo absorbida por el ser
esencial, haciéndose más y más espontánea y natural. En esta etapa, el
individuo se disciplina no por imposiciones externas de cualquier natu-
raleza, sino por convicción, desarrollada por el conocimiento y por la
experiencia. En relación específicamente al ejercicio de la mediumni-
dad en un grupo espírita, todo comienza por la simple observación de
compromisos asumidos conjuntamente para la ordenación de las acti-
vidades, las cuales resultarán en beneficio de todos los interesados y de
otros que recibirán indirectamente las consecuencias de sus esfuerzos.
Humildad
No es posible hablar de actividad mediúmnica equilibrada y pro-
ductiva sin tratar la cuestión de la humildad. Esta cualidad es esencial
no sólo para los médiums ostensivos, sino para todos los que asumen
la tarea mediúmnica. Sin humildad el trabajador de la mediumnidad
es candidato seguro a la interferencia de los Espíritus inferiores y, por
tanto, a la obsesión. Es una simple cuestión de afinidad. Los Espíritus
superiores desean y trabajan por nuestro bien, pero no pueden hacer
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por nosotros lo que no les permitimos que hagan. Los superiores jamás
violentarán nuestro libre albedrío, mas los inferiores, que aún no ad-
miten las consecuencias desastrosas de la falta de respeto al derecho de
libre acción del prójimo, saben muy bien utilizar la falta de humildad del
potencial trabajador del bien para desviarlo de los compromisos, espe-
cialmente en el área de la mediumnidad, que es un factor fundamental
para el esclarecimiento de encarnados y desencarnados.
Interés fraterno
Dentro del tema de la conducta, un factor de complemento y
armonización del grupo es el sincero interés fraterno de sus miembros
unos por los otros y por los demás Espíritus encarnados y desencarnados.
Puede ocurrir el hecho de que las personas interesadas en ayudar a los
Espíritus desencarnados, por diversas circunstancias de la vida, no se
den cuenta de que un compañero encarnado del propio grupo está pa-
sando por dificultades en determinado momento. Si el grupo está atento
al papel de la mediumnidad, comprenderá que no puede haber auxilio
selectivo, es decir, no podemos querer ayudar a los desencarnados si
no nos apoyamos mutuamente, si no somos compañeros y hermanos
dentro del propio grupo.
Por eso, cada miembro del grupo estará atento a las necesidades
de los demás y hará todo lo posible por ayudar, cuando sea necesario.
No importa el problema o la situación. Si, por ejemplo, alguien tiene
dificultades con relación al estudio de alguno de los libros recomen-
dados, otra persona que tenga facilidad para eso podrá ayudar a aquel
compañero a superar el obstáculo. Se pueden formar también pequeños
grupos para la lectura y estudio de los libros en horarios compatibles.
Otras veces, es un compañero en dificultades económicas, como en el
caso de que alguien haya perdido el empleo. También por medio de una
palabra amiga y esclarecedora se puede prestar ayuda a alguien que está
sumergido en un grave problema moral como consecuencia, por ejem-
plo, de dificultades en la orientación de los hijos adolescentes.
La caridad se hace por espíritu de solidaridad, que solamente
es verdadera cuando alcanza a todos los que están en nuestro círculo
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
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En resumen, podríamos decir que el objetivo es la conciencia-
ción del participante del estudio en cuanto a la importancia y necesidad
de su transformación moral y de hacer esfuerzos por dominar sus malas
inclinaciones (EE XVII: 4). En otras palabras, es esencial el constante
esfuerzo de superarse a sí mismo y de ser cada día más consciente de su
papel en la vida. Todos fuimos creados por Dios con el objetivo de ser
útiles dentro de la obra divina. Nadie está privado de la posibilidad de
evolucionar y de asumir el papel de cooperador en el campo del Señor.
Cuanto antes se conciencie el individuo de esta realidad, más rápido asu-
mirá su papel delante de los demás, de Dios y de sí mismo haciéndose
disciplinado y humilde, listo para aprovechar las oportunidades de ser-
vir, comenzando por el prójimo más próximo —los miembros del pro-
pio grupo en este caso— para ir después, progresivamente, ampliando su
radio de acción.
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Carlos Campetti / Vera Campetti
más tiempo podría hacerlo durante una hora. Esto todos los días sin ex-
cepción. No sería leer simplemente los libros y parar, considerando que
ya se hizo lo suficiente. Sería estudiarlos, hacer anotaciones, comparar
contenidos, comprender y meditar los conceptos, buscar las vías de apli-
cación práctica del conocimiento.
¿Por dónde comenzamos? Por la obra de la Codificación, natu-
ralmente. El libro de los espíritus fue el primero que se editó y el único con
que se contaba, en términos de estudio del Espiritismo, por un tiempo.
Más tarde surgió El libro de los médiums con el objetivo de orientar la
práctica mediúmnica. El evangelio según el espiritismo es otro libro fun-
damental para la conquista y mantenimiento del equilibrio vibratorio y
que sugerimos sea estudiado siempre y paralelamente al estudio de los
demás libros. Después, el Codificador lanzó El cielo y el infierno, seguido
de La génesis. Pero la obra de Kardec no se limita a estos libros. Un estu-
dio serio y continuado envuelve ciertamente toda la obra del Codificador,
incluyendo Obras póstumas y la Revista Espírita, entre otros. En razón de
15 minutos por día, se requieren varios años para este estudio completo.
Entretanto, si el estudio no fuera iniciado, el tiempo pasará igualmente
y la tarea quedará aplazada para otro momento, tal vez más difícil que el
vivido ahora. ¿Quién no dispone de 15 minutos por día para estudiar a
Kardec? ¿Cuánto tiempo utilizamos en el cuidado y mantenimiento del
cuerpo físico todos los días? ¿Cuánto tiempo utilizamos para atender a
nuestro Espíritu? Todo es una cuestión de lógica y definición de priori-
dades.
Nos ocupó aproximadamente un año el primer estudio que hi-
cimos de El libro de los espíritus dedicando 15 minutos al día. El mismo
tiempo fue utilizado para el primer estudio de El evangelio según el espi-
ritismo. Ya habíamos leído las dos obras algunas veces, pero no habíamos
hecho el estudio serio y continuado recomendado por el Codificador.
Posteriormente, volvemos a este estudio algunas veces. Para el estudio
de toda la obra del Codificador, incluidos los 12 volúmenes de la Revista
Espírita, llevamos más de 14 años. Y el estudio continúa…
Como no existe solamente la Codificación, la propuesta es de
estudio también de otras obras indispensables para la formación de la
cultura del espírita serio. Sería, entonces, una busqueda constante de
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
Colaboración
Participar en otras actividades de la Casa Espírita es fundamental
para el trabajador de la mediumnidad. El trabajo mediúmnico es un apoyo
a la institución. ¿Cómo puede la persona apoyar lo que no conoce? ¿Cómo
puede conocer si no se integra? Es fundamental, por tanto, hacer, realizar y
sentirse parte de la Casa que lo abriga y le proporciona el estudio. Como el
ejercicio de la mediumnidad es una actividad de asistencia y promoción, lo
ideal es que el trabajador de esta área se prepare en el servicio de asistencia
y promoción a los encarnados, adquiriendo experiencia que le facilitará
el intercambio con los hermanos necesitados que se encuentran en otra
dimensión de la vida.
Frecuencia
La asiduidad es fundamental. No se puede formar una base co-
mún de conocimiento sin participar en las reuniones. Tampoco es posible
alcanzar un buen nivel de armonización si las personas no dan la debida
importancia al trabajo, hasta el punto de creer que pueden faltar, pues no
hay mucha diferencia estar presentes o no. En una familia se siente la au-
sencia de alguno de sus miembros en el caso de que no haya llegado a casa
al terminar el día de trabajo y se adoptan medidas para saber si ha habido
algún problema. Lo mismo ocurre con el grupo de estudio o de práctica
mediúmnica. No es bueno que pase desapercibida la ausencia de uno de los
miembros a alguna de las reuniones. Si no se siente la ausencia de alguien
es porque ese alguien no es importante para los demás. En función de esto,
sugerimos que el dirigente, u otro miembro indicado por él o elegido por el
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grupo, llame por teléfono a quien faltó sin aviso previo para saber si ocurrió
algún problema y si el grupo puede auxiliar en algo.
***
Estos temas incluyen también la cuestión de la evaluación, que
abarcará todos los aspectos de la actividad del estudio-armonización.
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una corriente más fuerte que se sobreponga a todo. Y el mejor
generador de fuerzas eléctricas superiores es la ORACIÓN.
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Día y horario
El tiempo de la reunión queda a criterio del grupo.
Acostumbramos adoptar la práctica de dos horas de reunión, incluidos
quince minutos de preparación para la actividad.
Hay grupos que establecen el cierre de la puerta en cierto hora-
rio cuando ya se ha iniciado la práctica mediúmnica, pero no es normal
que se haga eso cuando el grupo aún está en el período de estudio. Sin
embargo, en la etapa del estudio-armonización las personas están apren-
diendo y adaptándose a la disciplina y al funcionamiento del grupo y,
por tanto, todo necesita funcionar lo más próximo posible de lo que
ocurrirá en el período de la práctica. Acostumbramos a cerrar la puerta
en el horario establecido para el comienzo de la preparación, es decir, los
quince minutos iniciales funcionan realmente como preparación para la
actividad y no como tolerancia para la llegada de personas que, incluso
sin intención, terminan por dificultar la preparación de las demás, ade-
más de no estar ellas mismas en condiciones para la tarea cuando llegan
sin tiempo para esa fase de armonización. Eso no tendría tanta impor-
tancia en el período del estudio-armonización, pero el que se habitúa a
hacer en esa etapa resulta ser la práctica real de la fase siguiente.
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
Desarrollo
Una sentida y envolvente oración es esencial para el inicio de
la actividad de estudio. El dirigente de la reunión sería la persona ideal
para hacerla, puesto que al conducir la oración orientará el pensamiento
y unificará los sentimientos de todos en el sentido de poder contribuir
mejor para el buen desarrollo de los trabajos, envolviendo al grupo en el
clima que será la tónica de toda la reunión, en sintonía con la espiritua-
lidad que dirige la actividad.
Sería importante establecer un tiempo determinado (unos diez
minutos) para la evaluación al final de la actividad. Es muy común que
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Otros aspectos
Le corresponde al dirigente definir las funciones de cada miem-
bro del grupo conforme se desarrollen las actividades, crezcan en com-
plejidad y se manifiesten las capacidades. Para apoyar el crecimiento
personal de cada participante, el dirigente podrá indicar estudios y re-
comendar procedimientos basados en la Doctrina Espírita, conforme
sean las necesidades particulares de perfeccionamiento intelecto-moral
identificadas.
Sin embargo, cada participante debe procurar integrarse en la
armonización/homogeneidad del equipo, consciente de que ella es indis-
pensable para el ejercicio seguro y productivo de la mediumnidad.
Será ideal la aprobación, como acuerdo de grupo, del compro-
miso de que la asistencia será indispensable, quedando automáticamen-
te desligado el participante que pierda un cierto número de reuniones
consecutivas o alternas sin justificación previa. La cantidad de reunio-
nes necesita ser definida por el propio grupo.
Otra sugerencia está relacionada a la cuestión de las ausencias
inevitables, que deben ser comunicadas al dirigente con la anticipación
suficiente. En el caso de que ocurra alguna ausencia sin previo aviso,
le correspondería al dirigente o a otro miembro del grupo telefonear a
la persona que ha faltado, lo que no justificará la ausencia, pues no fue
iniciativa del ausente informar del motivo de la falta. También dentro
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*
“Misericordia quiero y no sacrificios.” ISAÍAS, 6:6.
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El cultivo de la amistad
¿Pero cómo vamos a saber si nuestro compañero de actividad
está necesitado de nuestra ayuda fraterna si solamente lo vemos el día de
la reunión y jamás hablamos con él fuera del ambiente del Centro ni in-
cluso por teléfono? ¿O si mantenemos con él un contacto estricto sola-
mente referente a los asuntos del Centro o de la reunión? ¿Cómo puedo
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El proceso de auto-selección
Como podemos observar, el propio participante es el respon-
sable de la adquisición de las condiciones de integración en el grupo
mediúmnico. Él mismo se auto-selecciona al cumplir o no las propues-
tas que aceptó en los primeros días de reunión, liberando al dirigente
de buena parte de la pesada tarea de indicar a los participantes en cada
momento lo que es conveniente o necesario hacer o dejar de hacer.
No obstante, somos seres humanos y estamos obligados por las
demandas del mundo. Es natural que prioricemos sin mayor planifica-
ción lo que es más inmediato, el día a día. Si no mantenemos la mirada
en aquello que definimos como fundamental en cierto momento de la
vida, su importancia se perderá en la dificultad de los compromisos y
problemas que surjan. De ahí la necesidad de preservar las prioridades
que determinamos como verdaderas a lo largo del tiempo.
La consulta periódica del acuerdo de grupo ayuda en el proceso.
De este modo, todos los entendimientos se mantienen vivos y son recor-
dadas las tareas que cada participante necesita cumplir para beneficio
de sí mismo y para el mantenimiento del compromiso asumido frente a
los compañeros.
Pueden aprobarse excepciones por el grupo solamente en casos
realmente justificables, con el fin de que la indisciplina de unos pocos
no venga a corromper a todo el grupo. Lo que vale para uno, vale para
todos. Si uno puede cumplir el compromiso asumido, los demás tam-
bién deben poder. Si no es así, vale la pena identificar el problema y pro-
mover cambios en las directrices del trabajo, si fuera el caso. Pero una
vez aprobadas, se deben llevar a efecto integralmente para garantizar la
salud del grupo.
Si, una vez iniciado el estudio, alguien observa que no puede
cumplir los propósitos asumidos, precisa evaluar si es verdaderamente
su momento de dedicarse a la tarea mediúmnica. Existen muchos otros
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trabajos a los cuales se puede unir hasta que pueda vencer las barreras
que le dificultan cumplir con la disciplina necesaria para el funciona-
miento equilibrado de un grupo mediúmnico.
Hay grupos que no consiguen sostenerse o cuyos resultados son
mezquinos porque no ofrecen la oportunidad para que los participantes
ejerzan sus responsabilidades en el aprendizaje de la disciplina, en la
obediencia de propósitos superiores que exigen los esfuerzos de todos
nosotros que aún somos Espíritus en vías de perfeccionamiento.
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***
A partir de la aprobación el documento pasa a regir el funciona-
miento del grupo. La responsabilidad del éxito del trabajo depende del
esfuerzo de cada uno para el cumplimiento del acuerdo asumido. En el
aspecto administrativo del equipo, el dirigente será sólo un compañero
más experimentado que orientará el proceso de comprensión y vivencia
de la propuesta aceptada y aprobada por todos.*
*
Nota de los autores: Ver una experiencia de éxito de implantación de un grupo de estudio de la me-
diumnidad en el Anexo 3 —“Los primeros pasos de un grupo de estudio de la mediumnidad”.
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La concentración
La mente no disciplinada es como un caballo salvaje que cabal-
ga al gusto de los impulsos inciertos que le llegan de las más diferentes
fuentes. Para disciplinar la mente y ordenar la vida, no obstante, se re-
quiere una buena dosis de equilibrio. Ernest Wood44 afirma que en el
campo de la concentración y de la meditación no se debe violentar el
cuerpo o la mente. Somos personas con capacidad de reflexionar y que
debemos saber cómo vivir. El equilibrio del cuerpo y de la mente consis-
te en el funcionamiento de forma armoniosa de la estructura hereditaria
y ambiental. Dirigir la mente es una cosa. Educarla, como un discípulo
feliz que busca y constantemente encuentra nuevas satisfacciones en las
experiencias de su propio funcionamiento, es muy diferente. Traer la
mente una y otra vez hacia el objeto de la concentración, enseñarla a
concentrarse bajo la mirada severa de la voluntad.
Para contribuir más eficazmente en el grupo mediúmnico es
esencial la disciplina de la mente y, en este sentido, una de las primeras
actividades prácticas a ser desarrolladas, paralelamente al estudio que se
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utilizar el tiempo que sea necesario para sentir la luz divina iluminando
cada parte del organismo.
El próximo paso es visualizar el encuentro, en el núcleo del ser,
de la luz divina con la luz interior que todos tenemos, independiente
de su intensidad (normalmente ella está débil y titubeante cuando no
se ha desarrollado el hábito de cultivarla). La luz divina potencia la luz
interior, haciendo que se expanda, intensificando cada vez más su brillo
hasta tornarla un sol interior, que irradia en todas las direcciones. Los
rayos de ese sol interior, potenciados por la luz divina, pueden ser di-
rigidos hacia todas las células de los organismos físico y periespiritual.
Las células reciben un baño de esa luz renovadora, regeneradora, cura-
tiva, de intensa alegría y felicidad. Por el poder de la voluntad, la perso-
na puede querer que esta luz alimente sus células, fortalezca su sistema
orgánico, periespiritual y espiritual. Sus células físicas y periespirituales
pueden, igualmente, emitir la luz.
Cuando esta luz hubiera iluminado todo el ser, podrá proyec-
tarse hacia el exterior por los orificios de los organismos físico y peri-
espiritual, por los poros, así como por las manos y los pies, formando
un escudo de luz ovalado alrededor que protege la psicosfera personal
formada por las emanaciones de los sentimientos y pensamientos.
Este ejercicio mental se puede repetir diariamente con el fin de
ir fortaleciendo el escudo personal de protección. En este sentido, el
proceso de armonización y sintonía con el plano espiritual superior se
establecerá cada vez de forma más fácil y si, en alguna circunstancia,
nuestro estado de vigilancia nos alerta sobre algún peligro, inmediata-
mente el individuo puede convenir el escudo vibratorio y fortalecerlo
por el poder de la voluntad, de la emisión de energía positiva, de la fe,
de la oración. Este escudo de luz restringirá a las influencias inferiores
tanto de los lugares y de los Espíritus como de los encarnados desequili-
brados, facilitando el amparo de los protectores espirituales.
La irradiación mental
Una parte esencial de la oración es la irradiación vibratoria por
aquellos que están necesitados de alguna forma. Siempre que alguien se
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La meditación
Todo Espíritu en evolución descubrirá, en algún momento, la
importancia y la necesidad de la meditación como instrumento de au-
to-conocimiento y de integración con el Padre en el cumplimiento de su
papel en la obra divina en la que se encuentra inserido.
Hay muchas definiciones para la palabra meditación, así como
hay muchas maneras de meditar que sirven para distintos propósitos.
No es objetivo de este libro profundizar este asunto en particular. Vamos
a destacar sólo dos pequeños textos con el propósito de despertar el in-
terés del lector por el tema, pues le corresponderá al dirigente del grupo
de estudio de la mediumnidad y otros interesados buscar en la extensa
literatura disponible la ampliación necesaria al asunto.
La meditación es el acto por el que el hombre se vuelve hacia sí
mismo, encontrando a Dios en su interior, en el esplendor de su
Gloria, en la plenitud de su Poder, en la ilimitada expansión de su
Amor: “El Reino de Dios está dentro de vosotros”. A través de la
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La armonización psíquica
El conjunto de prácticas mencionadas llevarán a cada miem-
bro y a todo el grupo rumbo a la armonización psíquica que, para el
trabajo mediúmnico, precisa ser una conquista colectiva, pues todos
deben estar incorporados en el contexto. Una sola vibración disonante
podrá implicar desarmonía en el conjunto vibratorio del grupo y la
persona descuidada y no cumplidora de la parte que le corresponde,
tendrá que ser retirada del conjunto por los mentores del grupo, por lo
menos en aquel día, implicando la utilización de recursos que podrían
ser canalizados hacia el auxilio de los Espíritus sufrientes traídos a la
reunión para recibir la ayuda conjunta de los equipos encarnado y
desencarnado.
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Un buen material ofrecerá recursos adecuados para el desarro-
llo de estos y otros aspectos prácticos de la actividad mediúmnica. En
el caso contrario, una vez más, le corresponderá al dirigente investigar
o apoyarse en su experiencia para ofrecer al equipo los recursos necesa-
rios para el desarrollo de este importante aspecto del trabajo.
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Capítulo 3 La etapa inicial de estudio tiene el propósi-
to de llevar al equipo al conocimiento bá-
Organizando sico del Espiritismo o a la revisión de sus
conceptos fundamentales para permitir la
el trabajo entrada progresiva en el análisis de temas
mediúmnico más específicos referentes a la mediumni-
dad. No existe tiempo determinado para
finalizar ni plazo seguro para que el grupo
inicie la práctica mediúmnica. Esto varía
de grupo a grupo y, repetimos, lo ideal
sería que la armonización de la actividad
mediúmnica ocurriese en la medida en
que el estudio se profundizase y el equipo
fuese madurando, sin necesidad de una
transición brusca entre una etapa y otra.
Una vez iniciada la práctica, el grupo será
llevado naturalmente a la atención a los
Espíritus sufrientes, pudiendo ser su tarea
central o que podrá servir de etapa de ma-
duración para un futuro trabajo de desob-
sesión. Por ello será interesante examinar
en este capítulo además de los aspectos
referidos, los tipos de trabajos mediúmni-
cos, cómo organizar la actividad mediúm-
nica y desarrollar la actividad de atención
a los Espíritus necesitados.
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3.1.1 Auto-evaluación
Si cada participante estuviera acostumbrado a hacer su au-
to-evaluación periódica, mantendrá la idea clara de sus condiciones,
de lo que ya conquistó y de lo que le falta por conquistar para entrar en
la nueva etapa. De esta forma, la auto-evaluación es un excelente ins-
trumento para la selección de los participantes, ofreciendo a todos las
mismas oportunidades que serán o no aprovechadas de acuerdo con la
voluntad, las posibilidades y la dedicación de cada uno.
Sin embargo, puede ser que la persona demuestre un buen nivel
de dedicación y reúna condiciones suficientes, pero aún sienta que no
tiene condiciones o piense que aún le falta mucho más en términos de
conocimientos y habilidades para el ejercicio mediúmnico debido a su
alto grado de exigencia íntima. Podríamos hasta incluso considerar que
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El uso de la concentración
Son muchos los factores que contribuyen a la armonía del
ambiente. Uno de ellos es el uso de la concentración, caracterizada
de forma individual, para cumplir con la responsabilidad de la tarea
del conjunto. Distracciones, devaneos, somnolencias, curiosidades
absurdas, ruidos innecesarios, movimientos por la sala, inquietudes,
movimientos involuntarios de brazos o piernas son señales de falta
de la concentración adecuada, pudiendo interferir algunos de estos
disturbios en la concentración de los compañeros.
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El uso de la oración
Una táctica utilizada, entre otras muchas, para favorecer la con-
centración inicial es la visualización de campos verdes y floridos, de
escenas felices y situaciones agradables que despiertan emociones de
naturaleza superior. Este recurso puede ser muy útil en los momentos
que anteceden al comienzo de las actividades, pero hay que utilizarlo
con prudencia, pues puede favorecer el sopor y el alejamiento psíquico
de la reunión.
Las oraciones son esenciales para mantener el núcleo y la armo-
nía de la reunión. Después de la oración de apertura, hay dirigentes que,
en algunos intervalos entre una comunicación y otra, sin dejar que esto
sea un ritual, solicitan a alguno de los participantes que haga una breve
oración para fomentar el equilibrio de la reunión, el trabajo de la espiri-
tualidad amiga y la atención a los Espíritus comunicantes.
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Dicho esto, consideramos que, normalmente, el tiempo es in-
suficiente en las reuniones para el análisis de los mensajes recibidos,
vía psicofonía o psicografía. Entretanto, Allan Kardec (RE, 1861, dic. p.
539)62 considera importante
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que dialoga con los Espíritus manifestantes. Hay otros en el que el diá-
logo se lleva a cabo por varias personas y la dirección se comparte entre
el dirigente y otros adoctrinadores. Los diálogos se realizan de forma
rotativa entre ellos.
De forma restringida, se hacen reuniones periódicas entre el di-
rigente y los dialogadores con el fin de examinar la participación de cada
miembro y la marcha del equipo como un todo, sus conquistas y dificul-
tades, que precisan recibir una orientación para su avance. No obstante,
se organizan reuniones periódicas de evaluación con todo el equipo. En
este día, cada dos meses aproximadamente, los trabajos se interrumpen y
las actividades se direccionan en el sentido de integrar y evaluar al equi-
po en los aspectos indicados en el acuerdo de grupo.
4.1.1 El dirigente
Aquí nos estamos refiriendo al dirigente de la reunión
mediúmnica y no al de la etapa del estudio-armonización. Nada impide
que sea la misma persona, conforme ya dijimos. Entretanto, sus funciones
se amplían y ganan matices que no eran solicitados en la primera fase.
Igualmente serán indispensables características que anteriormente sólo
podían ser deseables.
Funciones y responsabilidades
Las funciones del dirigente del estudio-armonización son, como
ya vimos, las de coordinar y dirigir el equipo para la adquisición del
conocimiento indispensable al ejercicio consciente de la mediumnidad
y del desarrollo de la armonización, que permitirá la homogeneidad de
sentimientos y propósitos con vistas a la posible y futura práctica me-
diúmnica.
Al dirigente de la práctica mediúmnica le corresponde el papel
de conducir al grupo hacia el productivo y buen desempeño mediúm-
nico sin permitir desvíos o el monótono cumplimiento del deber por
obligación, de forma automática. Para el cumplimiento de este papel,
el dirigente de buen sentido comprenderá que no podrá eximir a los
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Características necesarias
Considerando que nadie es perfecto y que todos necesitamos
perfeccionarnos constantemente para coordinar y asumir la responsa-
bilidad de la reunión, al dirigente le será necesaria una buena formación
doctrinaria, familiaridad con el Evangelio, autoridad moral, habilidad
en la relación personal, pensamiento lógico bien estructurado, acentua-
da capacidad de comunicación, nociones básicas de didáctica y psico-
logía, moral intachable y auto-disciplina. Estas cualidades le permiten
adquirir, junto al grupo, el respeto indispensable para ser aceptado como
líder. En muchas situaciones prácticas, el dirigente podrá necesitar pru-
dencia, tacto, paciencia, sensibilidad, valor y energía, pero jamás podrá
exceptuar la vigilancia, la fe, el amor, la caridad, la oración, la humil-
dad y el equilibrio. También es ideal que el líder del grupo cuente con
las capacidades de la intuición y la inspiración desarrolladas, las cuales
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4.1.2 El Dialogador
El dialogador es definido como “aquel que dialoga”. El verbo
dialogar, a su vez, tiene dos significados, conforme sea el caso. El prime-
ro es “hablar alternativamente; conversar” y el segundo “entablar o man-
tener entendimiento (dos o más personas, grupos, entidades etc.), con
vistas a la solución de problemas comunes; entenderse, comunicarse.”65
Por otra parte, la palabra “adoctrinador” es definida como
“aquel que adoctrina; adoctrinador”. Adoctrinar es como “instruir en
una doctrina”. Doctrina es una palabra con un significado muy amplio.
Puede corresponder a un “conjunto de principios que sirven de base
a un sistema religioso, político, filosófico, científico, etc.”. Puede signi-
ficar, también, “catequesis cristiana”, “enseñanzas; predicación”. Puede
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El amor
Entendamos, no obstante, que nuestro trabajo es sólo una parte
del proceso de reconquista de los Espíritus desorientados para el bien,
pues, como enseña el asistente Calderaro a André Luiz “[…] si el cono-
cimiento auxilia por fuera, sólo el amor socorre por dentro […]. Con
nuestra cultura rectificamos los efectos, cuanto sea posible, y sólo los
que aman consiguen alcanzar las causas profundas. […]”
En esta misma línea de pensamiento, André Luiz nos traslada la
explicación facilitada por el Asistente Calderaro, al relatar el caso de dos
personas atendidas una encarnada y la otra el obsesor desencarnado, de
que “[…] Nuestros infelices amigos requieren una intervención en lo
más íntimo para modificar actitudes mentales de forma definitiva… Y
nosotros, por ahora, sólo conocemos, sin saber amar… […]”
En este mismo episodio, a continuación de la intervención
realizada por Calderaro y André Luiz cuando la mensajera superior
Cipriana comparece para dar la solución final del caso, la infeliz entidad
obsesora, cediendo a los apelativos del corazón sublimado de la men-
sajera superior, responde: “[…] ¡No me hablaríais de esta manera si no
me amaseis! ¡No son vuestras palabras las que me convencen…, sino
vuestro sentimiento el que me convierte!”. Y el asistente, el hermano
Calderaro explica después que: “[…] El corazón que ama está lleno de
poder renovador. En cierta ocasión, dijo Jesús que existen demonios que
solo son susceptibles de regeneración ‘por el ayuno y por la oración’. A
veces, […] el hombre tiene que estar animado de la fuerza divina, que
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fluye del ayuno por la renuncia, y de la luz de la oración, que nace del
amor universal. […]”
Por este motivo muchas veces en nuestras reuniones, después de
algún tiempo de diálogo con los hermanos que se manifiestan —con-
versación de naturaleza preparatoria pero sin duda necesaria— cuando
parece que hemos llegado a un impasse, pasamos a recibir la asistencia
de una entidad rodeada de la luz del bien y vibrante en el amor fraternal
intenso y envolvente, cuya presencia es un foco de atracción que logra
finalmente conducir al Espíritu desorientado al proceso de crecimiento
interior. Su invocación es siempre irresistible por la autoridad moral de
la que se reviste. ¡Cuántas veces, incluso el más empedernido integrante
del grupo de los Dragones,* es arrastrado por el poder de su Amor!
Jesús, el foco de luz más intenso, que derrama su amor continua-
mente por toda la extensión de las regiones espirituales bajo su respon-
sabilidad directa es el divino Pastor y, llegado el tiempo, ninguna de sus
ovejas permanecerá fuera del redil. Sus asistentes están por todas partes,
intermediarios de su luz y de su llamamiento eterno a todos nosotros,
almas endeudadas, que estamos retornando, cada una a su paso y que
algunas veces es acelerado por los recursos de la Misericordia divina,
para, al final, poder ser un solo rebaño, con un sólo Pastor.
*
Nota de los autores: Organización de inteligencias rebeladas, de gran desarrollo intelectual, que pre-
tenden oponerse al trabajo del bien y al poder de Cristo y de sus grandes mensajeros, contrariando el
proceso de renovación del planeta referida por Áureo (Sant’ Anna, Hernani. El poder de las tinieblas.
In Universo y vida. 1 ed. Río de Janeiro: FEB, 1980, p.93)
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Especialmente para quien está unido a un grupo mediúmnico
es importante entender un poco más el mecanismo de este proceso de
comunicación entre los dos planos de la vida.
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Escollos de la mediumnidad
En el comienzo de El libro de los médiums, Allan Kardec mani-
fiesta su felicidad por los frutos de su trabajo, en el sentido de prevenir
a los adeptos de los escollos en los contactos iniciales con los Espíritus.
En el ítem 136 de la misma obra se refiere a que uno de los mayo-
res escollos de la comunicación mediúmnica es el hecho de que hay
Espíritus que no tienen escrúpulos en utilizar los nombres más respe-
tables para firmar sus mensajes. En el ítem 197 Sócrates (Espíritu) des-
taca la importancia de que los médiums conozcan el texto referente a
los buenos médiums, allí inscrito, para prevenirlos contra los escollos
a los que están expuestos.
En el ítem 21183 encontramos un texto importante sobre el
asunto que recomendamos al lector y del cual destacamos:
El escollo a que se enfrenta la mayoría de los médiums prin-
cipiantes consiste en relacionarse con Espíritus inferiores, y
deben considerarse dichosos cuando sólo se trata de Espíritus
frívolos. Es preciso que toda su atención se concentre en im-
pedir que esos Espíritus se arraiguen, pues en caso de que eso
suceda no siempre les resultará fácil desembarazarse de ellos.
Este punto están importante, sobre todo al comienzo, que si
no se tomaran las precauciones necesarias podrían perderse
los frutos de las más preciosas facultades. [...]
La interferencia de un Espíritu inferior, burlón, durante la co-
municación de un buen Espíritu es otro de los escollos de la medium-
nidad apuntados por Kardec en el ítem 230 de El libro de los médiums,
donde también hace referencia a las personalidades ambiciosas capaces
de colocar sus obras personales como si fuesen de los Espíritus.
Otro escollo considerado uno de los mayores y de los más fre-
cuentes por Kardec (LM XXIII: 237 y 242) es la obsesión. Remitimos al
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Animismo
Con base en el análisis que Allan Kardec hace en los capítulos
XIX y XX de El libro de los médiums,86 podemos clasificar los fenóme-
nos en anímicos y mediúmnicos. Estos ocurren por la influencia de los
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Mistificación
Cuando el médium percibe el hecho de un proceso anímico y
se complace en él, se caracteriza como un caso de mistificación. De esta
forma, la mistificación puede ocurrir por parte del médium que cons-
cientemente, por un mecanismo de desvío psicológico, atribuye a los
Espíritus comunicaciones producidas por él mismo.
Puede ocurrir también que haya la influencia exclusiva de un
único Espíritu que finge ser diferentes entidades, presentándose con va-
riados problemas falsos, alegando sufrimientos y dolores que no siente,
dando supuestos mensajes de orientación al grupo o a alguien de sus
miembros, entre muchos otros recursos que utilizan para divertirse a
costa de los trabajadores y/o hacer perder el tiempo de la reunión, que
debería dedicarse a la atención de entidades necesitadas y dispuestas a
recibir ayuda.
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MÉDIUM SEGURO
Auto-perfeccionamiento . dominarse
. prepararse
. donarse
. ascender
Equilibrio . conducta moral recta
. armonía mente/emociones
. discreción
Humildad . nada es nuestro
. somos solamente instrumentos
. reconocer nuestras imperfecciones
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MÉDIUM SEGURO
Disposición . para el estudio constante
. para el servicio ininterrumpido
Concentración . aislamiento interior
. meditación
. abertura a la realidad espiritual
Oración . serenidad interior
. reflejo condicionado
. sintonía con el bien
Amor . abnegación y devoción
. solidaridad
. caridad
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Nota de los autores: “[...] Se destina a la auscultación del alma, con el poder de definirle las vibraciones
y con la capacidad de efectuar diversas observaciones en torno a la materia [...]”.
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De la misma forma, en la columna “ principales condiciones”
son presentadas las características que, en diferentes grados de respon-
sabilidad, son necesarias a todos los miembros del grupo.
Papel Funciones Principales condiciones
Dirigente liderar, coordinar, formación doctrina-
dirigir, responsabili- ria, familiaridad con
zarse el Evangelio, auto-
Dialogador dialogar, adoctrinar, ridad moral, valor,
orientar, esclarecer prudencia, paciencia,
Médium depende del tipo de tacto, sensibilidad,
mediumnidad energía, confianza,
Pasista dar pases entrega, auto-perfec-
cionamiento,
Apoyo apoyar vibratoria-
disciplina, vigilancia,
mente la reunión,
fe, amor, caridad,
sus actividades y
concentración,
demás integrantes
oración, humildad,
evangelización,
equilibrio, conducta
elevada, buena
disposición, armonía
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a las cualidades morales. Sin embargo, aún tienen que pasar por pruebas
y están, de modo general, sujetos a las reencarnaciones.
Estas entidades son las responsables, en el plano invisible, de
la dirección de las actividades de la reunión mediúmnica. El Director
Espiritual –que en los trabajos seriamente desarrollados y con el obje-
tivo de la caridad es siempre de un nivel evolutivo muy elevado– es el
principal responsable y dirige la organización, conducción y conclusión
de las actividades a ser ejecutadas. Él es quien coordina los equipos de
trabajadores espirituales, estos siempre en gran número, superando en
mucho la cantidad de encarnados.
Los trabajadores del plano físico están sometidos a la influencia
benévola de estos guías, habitualmente unidos al grupo por afinidad
espiritual y simpatía y siempre ejecutan su misión con un sentimiento
espontáneo de ayuda, actividad que también concurre para su propio
desarrollo y evolución.
De esta forma, en el trabajo mediúmnico serio y efectivamen-
te dedicado al bien, el mentor espiritual es el principal responsable de
las actividades que allí se desarrollan. El Espíritu Emmanuel104 enseña
que “[...] el programa espiritual de las sesiones está relacionado con los
mentores que desde el plano invisible las orientan [...]”. De este modo, a
ellos compete no solamente la delineación de los objetivos generales y
específicos del grupo, sino también los fines a ser alcanzados, la distri-
bución de los trabajos en los dos planos de la vida, determinaciones en
cuanto a la asistencia a ser dada a las entidades necesitadas, así como la
definición del apoyo técnico eventualmente requerido y disposiciones
en cuanto a la asistencia y orientación tras la reunión a ser prestadas en
cada caso.
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nos pertenece a todos – nos dijo sonriente. Estén, pues, a gusto y dis-
puestos para la tarea a la que nos hallamos abocados”.105 Este episodio
nos sugiere la exacta dimensión de las responsabilidades del mentor en
relación a la admisión de las entidades espirituales al grupo, ya sea para
los servicios desarrollados allí, o para las atenciones inclusive en el caso
de los desencarnados que ocasionalmente acompañan a los miembros
encarnados del grupo.
Sin embargo, en el campo material, le corresponde con priori-
dad al dirigente encarnado la decisión final respecto a los miembros del
grupo o a las personas admitidas en él. La Espiritualidad, respetando
estas atribuciones, evita intervenir en el caso de personas desarmoniza-
das con el grupo hasta el punto de introducir elementos disonantes en
el conjunto. En caso de duda por parte del dirigente, la naturaleza y las
leyes vibratorias operan automáticamente. También en el libro En los
dominios de la mediumnidad vamos a encontrar una mejor aclaración,
además ya referido en este libro, cuando respondiendo a una pregunta
de Hilario sobre la hipótesis del surgimiento de elementos arraigados en
el mal, en una formación de cooperadores del bien, el Instructor Aulus
esclarece que la Espiritualidad superior no interviene directamente,
afirmando que “[…] Si la mayoría permanece empeñada en la práctica
del bien, la minoría, prisionera del mal, se alejará del conjunto, poco a
poco, por falta de afinidad.”106
Es el mentor el que inspira al dirigente encarnado, reduciendo
su tono vibratorio para obtener la sintonía necesaria, graduando el pen-
samiento y la expresión en conformidad a la capacidad receptiva del
dirigente y del grupo. El Instructor Aulus explica que el mentor, en este
caso el hermano Clementino, “[…] actúa ahora sobre la vida cerebral
del conductor de la casa, a la manera de un músico emérito que ma-
nejara, con sentido respeto, un violín de alto valor del que conoce su
calidad y armonía.”107 De este modo, le transmite su influencia amorosa
que hace que el cerebro del encarnado se nimbe de una luminosidad
intensa, aunque diferente, ya que traduce las características espirituales
que le son propias. Ningún Espíritu, así como ningún agente externo es
capaz de producir, por sí mismo, elevación espiritual que no haya sido
adquirida por los propios esfuerzos y recursos del encarnado.
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Eso era para los mortales. ¿Por qué tendría que abandonar ella la buena
vida que llevaba? Todos la respetaban, incluso los grandes, austeros y
llenos de suntuosidad. Solamente la acción de magnetización realizada
por el benefactor espiritual, que superó todos los recursos y procesos
que ella conocía, deshaciendo sus amuletos, fue capaz de convencerla a
retomar el camino del aprendizaje y de la evolución.
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Será necesaria una buena preparación en el campo intelec-
tual y moral para reconocer a los Espíritus de naturaleza hipócrita y
embaucadora que se hacen más peligrosos porque engañan, mante-
niéndose en una actitud de seriedad fingida y apoyándose en lógica
desvirtuada en sus principios, pero razonablemente consistente. Este
tipo de Espíritus engañan principalmente a los médiums orgullosos
e indisciplinados y a dirigentes poco competentes ya sea en el campo
moral o en el intelectual.
Por este motivo Allan Kardec132 insiste que “[…] Toda teoría
en manifiesta contradicción con el buen sentido, con una lógica rigu-
rosa y con los datos positivos ya adquiridos, debe ser rechazada, por
más respetable que sea el nombre con el que firma”. Así que él reco-
mienda:133
[...] No pedir al Espiritismo más de lo que que puede y debe daros.
Su objetivo es el mejoramiento moral de la Humanidad. Mientras
no os apartéis de este objetivo, nunca seréis engañados, pues no
existen dos maneras de comprender la verdadera moral, aquella
que todo hombre provisto de buen sentido puede admitir.
Los Espíritus superiores sólo dicen cosas buenas en sus men-
sajes, exentos de toda trivialidad. No son mensajes de larga duración y
dicen mucho con pocas palabras. La bondad, la afabilidad, la lógica y
el buen sentido son atributos esenciales del contenido que transmiten.
Cuando lamentan nuestras debilidades o critican los engaños lo hacen
siempre con moderación, sin animosidad y de forma no personal, aler-
tándonos a la necesidad de mejoría espiritual. Siempre recomiendan el
bien y aceptan, sin ofenderse, que sus comunicaciones sean examinadas
con la atención y rigor que aseguren el rechazo de todo lo que pueda
venir de Espíritus inferiores, pseudo-sabios o mistificadores. En caso
de duda en algún concepto o alguna idea presentada, admiten atender a
las preguntas serias que le son dirigidas, en el sentido de esclarecer los
puntos que quizá no hayan quedado claros.
Capítulo 6 Superadas las etapas iniciales de estudio-ar-
monización e implantada la actividad me-
El diúmnica, el grupo suele pasar por un
período de tranquilidad en que todo son
mantenimiento novedades. El nivel de interés se mantiene
del grupo elevado, las mediumnidades surgen y van
siendo desarrolladas, algunos descubren
mediúmnico aptitudes que no suponían tener, cada uno
se va acomodando en sus funciones y todo
marcha bien.
Pero todo grupo tiene la tendencia de caer
en la rutina, estabilizándose las actividades
en la monotonía en la que de forma imper-
ceptible, pero progresiva, todo se va convir-
tiendo en repeticiones fastidiosas. Con el
grupo mediúmnico no será diferente si el
dirigente y sus miembros no supieran adop-
tar medidas preventivas que eviten la mo-
notonía que acaba por desanimar a la ma-
yoría de los miembros, algunos se apartan
por frustración, por olvido de los objetivos
que llevaron a la creación del equipo, falta
de solidaridad y otros factores procedentes
del desinterés que se implanta y contagia a
los trabajadores.
A veces, en el afán de recomponer el equipo
que perdió miembros a lo largo del tiempo,
el dirigente comienza a admitir a personas
que no participaron de las etapas vividas
por los miembros que aún permanecen. Los
nuevos participantes traen sus costumbres
y vicios y el grupo va perdiendo su caracte-
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Nota de los autores: Consulte los capítulos 1 y 2.
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muchas veces evitadas por ser consideradas “discordantes”, pueden ser jus-
tamente las que traigan nuevo ánimo al equipo, apuntando a la lucha contra
la acomodación con el incentivo de la constante consulta a la Codificación,
a otras obras espíritas y a los avances de la ciencia.
Le corresponde al dirigente y a todos los miembros del grupo es-
tar atentos para auxiliar a los compañeros al inicio de la problemática de
la acomodación, paralización del estudio, entrada en el estado de inercia
negativo. Pero también es responsabilidad de cada miembro la constante
vigilancia y la búsqueda de soluciones para que su participación en el gru-
po no se convierta en rutina.
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El incentivo permanente
La homogeneidad aún sigue siendo una meta para este y mu-
chos grupos que existen hace años. Por esto mismo, grupos en estas
condiciones producen abajo de su potencial, pues sólo la homogeneidad
identificada por el codificador posibilita la plena realización de un gru-
po como un todo y de sus miembros particularmente.
Sin embargo, para que la homogeneidad se mantenga es preciso
que el dirigente busque constantes incentivos para que el equipo se sien-
ta envuelto y cada miembro tenga convicción de su utilidad en el grupo.
La inseguridad es una característica de nuestra inferioridad. Por esto la
importancia del apoyo de todos para que cada uno se sienta confiado
en relación a su papel y a los resultados que está favoreciendo alcanzar
al grupo.
El grupo es un organismo vivo que necesita ser alimentado, hi-
gienizado, en fin, cuidado. Si los miembros fallan en sus compromisos,
el grupo queda desnivelado, debilitado e imposibilitado para cumplir
plenamente su función. Pero si cada uno se siente responsable y realiza
la parte que le corresponde, sin desánimo, comprendiendo la importan-
cia de su contribución para el bien del conjunto, el equipo se mantendrá
coherente y productivo a lo largo de toda su existencia.
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PARTE II – Diálogo y situaciones
Capítulo 7 Cada ser es el resultado de sus experien-
cias de vida. Hablando de esta forma, no
EL diálogo con estamos limitándonos a la última y más re-
cordada de las existencias. Nos referimos
los Espíritus a todo el proceso de formación del Espí-
ritu, desde su principio en las etapas más
básicas hasta el momento actual, en el que
se presenta con el comportamiento com-
plejo del ser que necesita experiencias más
positivas para el crecimiento interior por
haber fracasado o por haberse mantenido
inconsciente de la realidad espiritual.
Las experiencias de vida son variadas a lo
largo de la historia, pues las sociedades y
las épocas presentan condiciones propias a
los seres que en ellas viven. Por otra parte,
el ser, en su proceso evolutivo individual,
reacciona de modo diferente ante las op-
ciones de vida, generando personalidades
únicas en las distintas etapas del proceso
evolutivo que interaccionan a cada paso
del camino. De este modo, de esta amal-
gama de influencias y elecciones indivi-
duales, resulta un ser complejo, diferente
y que se presenta para el dialogador, que
pretende ayudarlo, como un desafío que
no puede ser encarado siempre de la mis-
ma manera y para el cual no hay solucio-
nes unificadas.
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7.3.1 Observación
Emmanuel139 enseña que “[…] sean las manifestaciones del tipo
que fueren, el creyente o el estudioso del problema de la identificación
no puede prescindir de ese sentido espiritual de observación que siem-
pre le hablará en lo profundo de su conciencia.” La observación requiere
silencio y atención. No es conveniente adoptar, después del inicio y apre-
suradamente, cuando apenas ha comenzado la manifestación espiritual,
cualquier línea de diálogo o formular saludo de bienvenida, o recurrir
a palabras de moda que muchas veces se tornan habituales en nuestras
sesiones mediúmnicas como por ejemplo: “hermano mío, estamos aquí
para ayudarte”, “hermano mío, aquí te recibimos con cariño y respeto”,
o incluso, “querido hermano, esta Casa se alegra de tu presencia”. No
hay nada en contra de estas expresiones que pueden efectivamente ser
útiles para introducir algún que otro diálogo o para interrumpir largos
silencios, pero en el momento y situación adecuada. ¿Cómo sabemos
cuál es la situación que vamos a enfrentar si no paramos para observar
al Espíritu y comprobar a qué viene?
Pensemos en nuestra vida cotidiana. Cuando alguien se acerca
a nosotros con un problema ¿qué le decimos? ¿Nuestra primera actitud
no es escuchar para saber cómo podemos ayudar? Lo mismo ocurre con
el Espíritu que se manifiesta en una reunión mediúmnica.
En la experiencia con adoctrinadores principiantes, comproba-
mos que la mayor parte de las dificultades para el comienzo de un diálo-
go se encuentran relacionadas a las limitaciones de ver y comprender al
Espíritu como un ser humano con problemas o en estado de rebeldía, o
también con un profundo desconocimiento de la realidad que vive. Por
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los ojos y observemos. Nada de cerrar los ojos y “dejar fluir la inspira-
ción” desatando un cúmulo de consejos y orientaciones o narrativas de
pasajes evangélicos, que si utilizásemos un poco de buen sentido vería-
mos que muchas veces no vienen al caso.
Recordamos ahora un acontecimiento ocurrido en una de nues-
tras primeras experiencias en un grupo mediúmnico cuando nos co-
rrespondía a nosotros el próximo diálogo, aún en fase de aprendizaje.
El dirigente, nuestro instructor, nos pasó la palabra y cerró los ojos, re-
cogiéndose en oración. Vimos que el médium abría los ojos vítreos y
enrojecidos y el Espíritu examinaba el ambiente a su alrededor. Con una
media sonrisa que le daba cierto aire de burla, comenzó a hablar de la
necesidad de paz y amor en el mundo, discurriendo de forma inteligen-
te sobre la necesidad de desarrollo de las posibilidades de amor del ser
humano, que había sido creado para ser feliz y hacer felices a todos a su
alrededor. El discurso parecía coherente, pero la actitud y la expresión
del Espíritu no parecían coincidir con sus palabras.
Tras algunos segundos de vacilación, tomamos la iniciativa de
saludarlo y decir que concordábamos en que el amor a Dios y al prójimo
es la enseñanza principal de Jesús. En este punto, el dirigente abrió los
ojos y, por gestos, intentó interrumpirnos la palabra, pensando que el
comentario era indebido, pues las palabras del Espíritu no estaban fuera
de las máximas evangélicas.
Sin embargo, con las pocas palabras que se habían dicho, ha-
bíamos tocado un punto fundamental, crítico para el Espíritu: hablába-
mos de Jesús. Su reacción fue inmediata: “no vine aquí para hablar del
Cordero”. Se calló el dirigente, que abrió mucho los ojos y, además de las
palabras intempestivas del Espíritu, vio de inmediato la equivocación
que habíamos notado: la actitud de ironía y el lenguaje corporal de or-
gullo que se manifestaban en la sonrisa de un solo lado y en la postura
excesivamente altiva y el mentón erguido, en actitud no muy coherente
con su discurso.
El primer momento de la asistencia debe, por tanto, repeti-
mos, estar reservado al silencio y a la atención. Miremos, observemos.
Oigamos, con cuidado y detalle, las primeras palabras dichas por la
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7.3.2 Empatía
Otra actitud de gran valor es la de la búsqueda de la empatía.
Primero vamos a entender lo que significa esta palabra. El concepto
psicológico de empatía corresponde al “proceso de identificación en el
que el individuo se coloca en el lugar del otro y, con base en sus propias
suposiciones o impresiones, intenta comprender el comportamiento del
otro”.140
La aplicación de este concepto en la atención mediúmnica nos
permite mayor aproximación emocional con el Espíritu comunicante y
nos ofrece condiciones ideales de acogimiento del hermano necesitado.
¿Cómo podríamos ayudar de forma eficiente si mantuviésemos nuestro
sentimiento aislado y le ofreciésemos solamente la contribución de nues-
tro razonamiento lógico o de nuestros conocimientos espíritas? ¿Quién de
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Nota de los autores: Véase el cap. 3 – Cuándo transmitir los pases y el cap. 4 – Los pasistas
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Capítulo 8 La diversificación individual del ser huma-
no es innegable. Siendo los Espíritus seres
Algunas humanos desencarnados, sería ideal eva-
luar y trazar líneas de diálogo para cada
situaciones caso. No obstante, sería prácticamente im-
en las que se posible cubrir toda la gama de personalida-
des y de problemáticas existentes. Tampoco
encuentran se puede, frente a la complejidad del alma
humana, caracterizar a cada entidad, pro-
los Espíritus curando encajarla en modelos necesaria-
mente genéricos y fraccionados.
A despecho de lo inadecuado de cualquier
proceso de esta naturaleza, necesitamos,
para fines didácticos exclusivamente, anali-
zar algunas de las problemáticas más comu-
nes a partir de circunstancias, datos e infor-
maciones que podríamos reunir o incluso
de rasgos de personalidad de los Espíritus
que se manifiestan en el grupo mediúm-
nico. Tendremos que valernos aquí de una
lista simplificada en beneficio de nuestra
mejor comprensión, conscientes, todavía,
de que toda generalización siempre implica
dejar de lado aspectos importantes para la
atención de la situación individual.
Muchas veces estas características y con-
diciones se sobreponen y complementan,
otras veces la entidad que se comunica no
presenta ajuste aproximado con cualquiera
de los grupos que a continuación analiza-
mos.
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general. “– ¿Dónde estoy?” – preguntaba. “– ¿Por qué está todo tan os-
curo? ¿Cómo he venido a parar a esta sala? ¡Estaba haciendo un viaje!”
súbitamente se pasó la mano por el pecho y exclamó: “– ¡Santa Madre
de Dios, yo no estaba con esta ropa!” Mientras el adoctrinador inten-
taba tranquilizarlo, para procurar desarrollar el clima necesario para el
esclarecimiento, le surge una idea: “– ¡Dios mío, es como en la película
‘Los Otros’!” (Película que muestra una familia que habita en una anti-
gua mansión y que desconoce su desencarnación y de la cual sólo se da
cuenta casi al final de la película). “– ¿Será que…?” – pregunta. “¡Oh
Dios mío, tengo miedo!” A partir de ahí el esclarecimiento se hizo más
fácil y la oración ayudó a elevar el padrón vibratorio del manifestante
para que él pudiese percibir el plano espiritual, a los Espíritus que allí
prestaban la asistencia a los necesitados y al familiar que vino a recibirlo
en el umbral de la nueva vida.
En este grupo pueden ser incluidos los materialistas que se de-
jan llevar por los excesos del culto a la inteligencia o del racionalismo
desorientado. Son adormecedores del amor-propio, que no logran ra-
zonar más allá de sus conveniencias o prevenciones, creyendo que no
existe nada más allá del estrecho límite de sus sentidos físicos. La propia
existencia de la vida tras la muerte los coloca inicialmente en estado de
confusión y, con el tiempo, los hace revisar sus ideas y convicciones.
También es el caso de los que se vinculan a la vida material, sin
alzar la vista a los procesos de espiritualización y crecimiento interior,
presos a los intereses del día a día y luchando arduamente en una vida
de objetivos inmediatistas. En casos extremos, llegan al plano espiri-
tual en una situación muy penosa. Centrados en una vida materialista,
creían fijamente que la vida terminaba con la nada, que consideraban
como un sueño interminable. El Espíritu André Luiz relata las palabras
de Narcisa, en Nuestro Hogar,146 sobre la situación de estos “semi-muer-
tos”, llamados “creyentes negativos”, que “[…] convirtieron la experien-
cia humana en constante preparación para un gran sueño, y como no
tenían la más ligera idea del valor del bien, al servicio de la colectividad,
no tienen otro recurso que el de dormir largos años en pesadillas sinies-
tras. […]”
En circunstancias normales la vinculación a la materia puede
generar la incapacidad de percibir la ayuda espiritual. Cuando es excesi-
vo, el apego al cuerpo físico puede prolongarse hasta que el Espíritu pasa
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(LE 257), en este sentido, que el alma tiene la percepción del dolor mate-
rial que recibe a través del periespíritu, que es el agente de las sensaciones
exteriores. Con la desencarnación y la pérdida del cuerpo físico, el peri-
espíritu sigue reflejando los dolores del alma que o bien son repercusio-
nes de los desequilibrios morales y espirituales que el individuo carga o
son ecos de las enfermedades, accidentes o de la elección de la muerte
voluntaria que condujeron al Espíritu a la desencarnación.
Este fenómeno resulta de la naturaleza plástica y maleable de la
que está dotado el periespíritu. Es el instrumento de comunicación con
la materia formado a partir del elemento material rarefacto que circunda
nuestro orbe y que Kardec denomina fluido universal, del cual también
se origina el cuerpo físico. De este modo, el Espíritu imprime la marca
de sus características individuales en su propio periespíritu de acuerdo
con el mismo principio y de igual modo como actúa para la modifica-
ción del fluido ambiente, por el poder del pensamiento, en la actividad
de co-creación.
Siempre hay que recordar que las enfermedades físicas y sus
matrices periespirituales tienen sus orígenes en los desequilibrios o dis-
funciones espirituales. El Espíritu Áureo,147 en el libro Universo y vida
confirma que son de las vibraciones de la mente espiritual de las que
dependen la armonía y la desarmonía orgánicas de la personalidad y,
por tanto, la salud o la enfermedad del periespíritu y del cuerpo material.
Nada más natural, por tanto, que el Espíritu, al desencarnar, mantenga
por algún tiempo, más o menos largo, conforme el nivel de comprensión
de la vida y de los valores del bien, las repercusiones de los más recientes
problemas físicos en su cuerpo periespiritual.
Los Espíritus superiores, de este modo, se presentan como focos
de luz, irradiando serenidad, emotividad superior y paz. Los Espíritus en
desequilibrio imprimen de forma automática, en su propio periespíritu,
las señales de sus errores y vicios, así como las enfermedades, distorsio-
nes y dilaceraciones que resultan de compromisos negativos adquiridos
al apartarse el alma del camino recto y del cumplimiento del deber. ¿Esto
implica dolor? Ciertamente. André Luiz relata que Gotuzo, médico des-
encarnado que trabajaba en beneficio de entidades muy arraigadas a la
materia, en una Casa Transitoria en las regiones umbralinas inferiores,
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comenta que “[…] El cuerpo astral es una organización viva, tan viva
como el aparato fisiológico en el que vivíamos en el plano carnal […]”.148
En el mismo libro,149 André Luiz relata una excursión de apoyo
a sufrientes en la que describe que las filas de sufridores se extendían:
[...] como una gran procesión de duendes silenciosos y tristes, que
parecían guardar impresas en el cuerpo astral todas las caracterís-
ticas de las enfermedades físicas traídas de la Corteza Terrestre. Se
veían allí a todos los tipos de necesitados: lesionados, heridos, in-
digentes, que constriñéndonos los corazones se exhibían ante no-
sotros. [...]
Recordamos a una entidad triste que se manifestó en nuestro
grupo mediúmnico llorando pacíficamente. Dijo que sabía que había
muerto y preguntaba: “– ¿Pero cómo puedo seguir con este dolor en el
pecho como si aún tuviese un corazón?” ¡Y lo tiene! El periespíritu es el
molde del cuerpo que reproduce órganos, estructura y características.
Cuando la persona pasa por una larga enfermedad antes de la
desencarnación normalmente se inicia, aún en el cuerpo físico, una pur-
gación que predispone al sentimiento y a la razón a la aceptación del
fenómeno de la muerte física. No es el caso de las desencarnaciones por
accidentes que el desprendimiento súbito e inesperado puede ser fuente
de dolor y sufrimiento para el Espíritu. Casi nunca este se encuentra
preparado para el desenlace tanto por tratarse de un hecho imprevisto,
con la ruptura brusca de los lazos que lo prendían al cuerpo, como por
la inconformidad normal en estos casos.
La situación del Espíritu se hace aún más difícil cuando la
muerte súbita tiene lugar por la propia negligencia o desequilibrio de
la víctima –como en el caso de los accidentes en carretera en los que el
conductor cansado se duerme al volante, o bien cuando la bebida alco-
hólica precipita el hecho– situaciones que podrían ser descritas como
suicidio involuntario o inconscientemente buscado y que vamos a exa-
minar, a continuación, con más detalle.
Podemos sintetizar la cuestión relativa a los Espíritus de baja
comprensión espiritual de la siguiente forma: el ser en desequilibrio im-
pregna sus problemas en el periespíritu que los traduce en desarmonías
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
Distraídos
La gran mayoría de los Espíritus en condiciones de persistencia
de dolorosas sensaciones de enfermedad o incapacidad son atendidos
directamente, en el mismo plano espiritual, por los Espíritus trabajado-
res que desarrollan actividades de socorro en las regiones umbralinas y
en las tinieblas, con una gran dosis de sacrificio y dedicación al bien. Se
presentan a las actividades mediúmnicas aquellos que necesitan de una
mayor interacción con los recursos del plano físico para su despertar y
reequilibrio. Entre estos están los distraídos que vivieron la vida sin dar
la mayor importancia a sus compromisos. Cuando no tienen otra cosa
que hacer, cumplen simplemente con el deber y vuelven para su vida de
inercia, viendo pasar el tiempo.
Esta situación es la de aquellos que no emprenden la lucha de
la perfección por miedo, cobardía, pereza moral o intelectual que los
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Carlos Campetti / Vera Campetti
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
Suicidas
El caso de los suicidas merece ser examinado aparte por la com-
plejidad de la situación que estos Espíritus viven en el plano espiritual.
Están los suicidas involuntarios, cuya desencarnación se debe a enfer-
medades procedentes del abuso contra el cuerpo físico o de acciden-
tes, conforme mencionamos más arriba, provocados por descuidos o
desequilibrio. Es el caso de aquellos que llevan una vida de desconsi-
deración ante la dádiva divina del cuerpo físico. Estos pueden ser con-
siderados suicidios prolongados en el tiempo y que gradualmente van
minando el cuerpo de aquel que se deja dominar por la inercia del día a
día en la interacción con el mundo material. Normalmente estos indivi-
duos también están afectados por los resultados de sus propias actitudes
irrazonables ante el mundo y sus semejantes y alcanzados por las vibra-
ciones de odio y aversión que siembran a su alrededor.
Este es el caso del propio André Luiz, como él relata en el libro
Nuestro hogar151 Identificado como suicida, sin reconocerse en esta con-
dición, recibió la siguiente aclaración:
[...] La oclusión (intestinal) se derivaba de elementos cancerosos
y éstos, a su vez, de algunas liviandades de mi estimado herma-
no, en el terreno de la sífilis. La enfermedad tal vez no hubiera
asumido características tan graves si su procedimiento mental en
el planeta estuviesse encuadrado en los principios de la fraterni-
dad y de la temperancia. Sin embargo, su modo especial de con-
vivir, muchas veces exasperado y sombrío, captaba destructoras
vibraciones de aquellos que lo oían. ¿Nunca imaginó que la cólera
fuese un manantial de fuerzas negativas para nosotros mismos?
La ausencia de autodominio, la inadvertencia en el trato con los
semejantes, a los cuales muchas veces ofendió sin reflexionar, lo
condujeron con frecuencia a la esfera de los seres enfermos e in-
feriores. Tal circunstancia agravó, mucho, su estado físico. [...]
Existen también aquellos que buscan la muerte voluntaria bajo
diferentes justificaciones más o menos graves. Desilusiones amorosas,
bancarrotas financieras, pérdidas de seres queridos, muerte dolorosa
eminente y tantas otras razones alegadas, todas disculpas que marcaron
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Viciosos
La dependencia del tabaco, del alcohol o de la droga no desa-
parece solamente porque el individuo desencarna. Su efecto destructor
es tan intenso que va más allá de las consecuencias perniciosas en el
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
Rebeldes
La rebeldía es un rasgo de carácter que se puede manifestar
en seres de evolución incipiente. Existen algunos Espíritus en los que
esta disposición es tan marcada que pasa a potenciar los demás senti-
mientos y emociones negativos, acentuando las características nefastas
predominantes en la personalidad. La gran mayoría de los Espíritus ob-
sesores se encuentra en este caso, pues la rebeldía es un gran incentivo
a la acción contraria a los desafectos y a los movimientos de renovación
religiosa, política y social que actúan contra sus intereses. Pasemos a
examinar algunos casos específicos de Espíritus en los que la rebeldía
es el epicentro de su problemática interior.
Orgullosos
Se trata del caso de Espíritus rebeldes que se creen más impor-
tantes que los demás, destacándose de la Humanidad, y que manifiestan
el orgullo excesivo como elemento central en sus individualidades. Este
es el caso, por ejemplo, de personalidades que ocuparon una posición
destacada entre los hombres, ya sea en jerarquías sociales, administra-
tivas o sacerdotales. Entre ellos pueden encontrarse grandes señores
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Carlos Campetti / Vera Campetti
feudales o reyes que se creen con derecho de vida y muerte sobre otros
seres; hacendados, señores de esclavos que no admiten la igualdad de
todos los hombres; sacerdotes y personalidades de iglesias, rebelados
contra la situación que encuentran después de la desencarnación y que
creen merecer mejor posición en el mundo espiritual en función de la
que ocuparon en la Tierra.
Tuvimos contacto con un caso ilustrativo al respecto con un alto
dignatario asiático que percibía, de alguna manera, los cambios en sí y
en torno de sí, pero movido por la rebeldía se negó, por siglos, a aceptar
su nueva situación, manteniéndose en estado de locura voluntaria. En
su manifestación en el grupo mediúmnico se negó desde el principio a
hablar con la adoctrinadora, pues ella era una mujer. “– Las mujeres –
decía– son sumisas y siervas.” ¡No son para ser oídas, ni deberían, bajo
pena de punición física, dirigirse a ningún hombre sin autorización,
cuando más a un hombre de su posición! Pasó largos años encerrado en
su locura y delirios de grandeza.
El choque de tener, por interlocutora, a una mujer y de no poder
ejercer sobre ella su mando, terminó por mostrarse positivo, ayudán-
dolo a despertar a su nueva realidad. Cuando finalmente, con la orien-
tación recibida, comenzó a revisar racionalmente su situación a la luz
de las enseñanzas de su religión formal, el budismo, pudo comprender
mejor la realidad en que vivía y, cuando recordó las enseñanzas sobre
la reencarnación y la vida después de la muerte, consiguió el equilibrio
suficiente para salir del estado de auto-hipnosis en que se había sumer-
gido.*
Mistificadores
Los Espíritus mistificadores pueden presentar una naturaleza
pusilánime, donde el sesgo de la rebeldía asume un carácter de flexi-
bilidad aparente. Se trata de Espíritus perezosos, miedosos o cobar-
des que muchas veces retroceden ante los desafíos de la evolución. Ya
*
Nota de los autores: Conforme a las referencias históricas, inicialmente el Budismo consideraba a la
mujer inferior al hombre. Buda sólo habría cambiado de idea y admitido la fundación de una orden
femenina tiempos después de haber orientado a sus discípulos a ser vigilantes en relación a lo que
consideraba las artimañas de las mujeres.
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
*
Nota de los autores: Véase el cap. 3 de este libro.
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Pseudosabios
Cuando los Espíritus pseudosabios se presentan, vienen a enga-
ñar, a ocupar el tiempo de la reunión, a dificultar el entendimiento de
la realidad de la vida. No le es conveniente al dialogador entrar en su
terreno de acción, pues ellos son muy hábiles y pueden poner al inter-
locutor en una situación de dificultad. Si no hay un claro incentivo de
interés por su parte de cambiar es mejor no perder el tiempo con ellos,
encaminando el diálogo hacia las enseñanzas del Evangelio referentes a
la responsabilidad que cada uno asume con sus propios actos y hacia la
oración.
Los pseudosabios prefieren grupos o personas que le dan aco-
gida. Cuando dominan un grupo difícilmente lo dejan, siendo conve-
niente en este caso, para garantizar mejor su alejamiento, interrumpir la
actividad mediúmnica y retomar el estudio inicial como si se estuviese
creando un nuevo grupo. Si al final, un infeliz hermano consiguió ins-
talarse es porque los encarnados no supieron rechazar su influencia y
necesitan aprender, tal vez no intelectualmente, sino en la práctica, los
conceptos básicos de la relación mediúmnica. Si un miembro del grupo
está bajo una influencia de esta naturaleza le corresponde al dirigente
invitarlo a la abstención indefinida de la práctica mediúmnica, entre-
gándose al estudio diario del Evangelio, acompañado de una persona
responsable y conocedora de los procesos de la desobsesión.
Hemos observado que grupos o médiums aislados han sido
guiados por esta categoría de Espíritus, promoviendo una verdadera
abundancia de publicaciones pseudo-espíritas que tienden al lucro y la
promoción de los envueltos bajo el disfraz de donación de los resultados
de la venta de las obras para las actividades de asistencia y promoción
social. Algunos ni se preocupan de eso. Simplemente publican, pues
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
Ateos
En los casos de ateísmo el Espíritu cede casi siempre ante el inevi-
table reconocimiento de la sucesión que la vida tiene después de la muer-
te del cuerpo físico. Se exceptúan situaciones muy especiales en que hay
rechazo del propio concepto de la Divinidad y una negativa absurda de la
propia sobrevivencia a la muerte, lo que podrá exigir por parte del grupo
más esfuerzo para auxiliar al hermano rebelde. Consideremos, entretanto,
con Emmanuel,153 que en todos los casos “El ateísmo o la incredulidad ab-
soluta no existe, si no es como un juego de palabras que elaboran algunas
mentes desesperadas, autoras de teorías humanas, porque en su intimidad
todos los Espíritus se identifican con la idea de Dios y de la supervivencia
del Ser, que les es innata. […]”
El principal elemento en la atención a este grupo de Espíritus
es la racionalización sobre la continuidad de la vida y el envolvimiento
fraterno solidario que promueva la elevación del patrón vibratorio del
manifestante, permitiendo su acceso a los recursos de auxilio superior.
Finalmente, entenderá que aquel que sufre necesita hacer el esfuerzo de
buscar la ayuda de la Bondad divina.
Obsesores
Para facilitar nuestro estudio coloquemos en una categoría
aparte de entre los Espíritus rebeldes, aquellos en los cuales la inconfor-
midad puede potenciar un insaciable deseo de venganza. Se trata de una
situación muy común que se presenta en las reuniones mediúmnicas.
Este es el caso, principalmente, de aquellas entidades que no
aceptaron la corrección de la Justicia divina y ven, como culpables de
sus sufrimientos, a aquellos que sirvieron de instrumento de su dolor.
El objetivo de su vida es la venganza y se presentan irritados por la in-
terferencia en sus planes. Hablan del pasado y se ponen en la condición
de víctimas inocentes de los perseguidores a quienes, a su vez, hoy per-
siguen.
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*
Nota de los autores: Forma con la que el Espíritu se presentó para que fuera reconocido por el padre.
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Los religiosos
Examinemos, en primer lugar, la cuestión de las asociaciones de
religiosos. Las religiones existen en el mundo con el objetivo de trazar
normas de crecimiento interior para la aproximación de los seres huma-
nos con Dios. Estos objetivos son sublimes en su esencia y, aunque pre-
senten divergencias en su exteriorización, su base moral tiene puntos en
común con el amor, el bien, con la convivencia social inclinada al apoyo
mutuo de los individuos. La gran mayoría de los religiosos sinceros, a
pesar de las diferencias de forma exterior de sus creencias respectivas,
cuando mantuvieron una vida equilibrada, atendiendo a las directrices
de sus propias conciencias y a los preceptos morales de sus credos, aun-
que encuentren alguna dificultad se adaptan a la vida espiritual tras el
fallecimiento del cuerpo.
Sin embargo, existen muchos en los cuales preponderó la atrac-
ción de la ventaja material, del poder, del orgullo y del egoísmo en su ac-
ción en el mundo. La vida que vivieran reflejó esos intereses inferiores.
En este caso, cualquiera que haya sido o sea su religión, seguramente
que se encontraron, al dejar el cuerpo físico, en una situación de sufri-
miento y dolor, relegados a planos inferiores de la existencia espiritual.
Cuando se unen a este cuadro, al tener conocimiento de su si-
tuación espiritual real, la rebeldía y el consecuente deseo de tratar de
mantenerse en la situación de poder o de ventaja personal, buscan inte-
grándose en asociaciones de individuos con objetivos similares promo-
verse, elevándose por lo menos en apariencia, a posiciones de mando en
la convivencia con estos Espíritus de naturaleza semejante y que com-
parten su misma religión.
Así surgen y se mantienen las asociaciones de religiosos que tie-
nen diferentes objetivos, conforme el credo que profesaron, y cuya natu-
raleza está normalmente relacionada con el proceso histórico vivido en
los lugares contiguos en la costra terrestre. Comprobamos, por ejemplo,
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*
Nota de los autores: La oración atribuida a San Francisco es de autoría desconocida y hubiera sido
publicada por primera vez en 1912 en el semanario católico francés A Croix de Orne por el abad Bou-
querel con el título “Una bella oración para hacer durante la misa”, y en el Osservatore Romano, en
1916, conforme la investigación de Christian Renaux, doctor en historia moderna y conferenciante
de la Universidad de Angers, en Francia, referida en la web www.centrinho.usp.br/sfa/cur_04.html,
teniendo por fuente el Instituto Teológico Franciscano http://www.itf.org.br.
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Juristas
En la asociación espiritual, su función está vinculada a las bases
legales para el castigo de los infelices que recaen en su “jurisdicción”.
Normalmente se presentan en el grupo cuando comprueban que alguien
que se encuentra bajo “investigación” o que está sufriendo la “pena”
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Carlos Campetti / Vera Campetti
Compiladores de información
Su función es la de observar para identificar debilidades y pun-
tos endebles que el equipo al que pertenecen pueda venir a utilizar para
destruir el grupo mediúmnico, apartando a sus participantes.
Su trabajo de observación es metódico. Normalmente se apro-
ximan al grupo mediúmnico con mucho cuidado, procurando pasar
desapercibidos. Utilizan mucho tiempo en su táctica de aproximación.
Observan a los participantes de la reunión, primero fuera de sus hoga-
res, en la calle, en el trabajo, y en cualquier otro lugar donde puedan
acceder sin ser muy percibidos. Algunas veces, distraídos junto a algún
miembro del grupo, son atraídos para la reunión propiamente dicha.
Otras veces son conducidos para la atención desde las inmediaciones
del centro espírita. Existen, también, los casos en que, creyendo estar
observando in situ los trabajos del grupo, entran en el recinto de la re-
unión creyendo que están allí por su voluntad y con pleno dominio de
la situación hasta que son finalmente ligados al médium para el diálogo
308
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
Planificadores
Costumbran ser muy racionales e inteligentes, no necesaria-
mente cultos, pero brillantes como estrategas, los planificadores son
los inspiradores de las actividades de las asociaciones del plano espi-
ritual inferior en el sentido que responden por la planificación de la
actividad de obsesión o del esquema montado para la desestructura-
ción del grupo espírita, conforme sea el caso. Procuran mantener un
control absoluto de las emociones y no se envuelven directamente en
la acción: son pensadores. En el diálogo, requieren mucha habilidad
y lógica, nunca, sin embargo, la lógica fría del pensamiento, sino la
lógica armoniosa y cálida del corazón, del sentimiento. Aquella que
no examina ideas, sino realidades experimentales.
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Carlos Campetti / Vera Campetti
Verdugos
Pueden ser entidades embrutecidas, utilizadas para la eje-
cución de una sentencia punitiva. Su escudo son las órdenes a las
cuales obedecen, de modo brutal y sin compasión, cuando ejecutan
una tarea que les fue determinada por el gremio espiritual inferior.
Cumplen órdenes. Cuando se manifiestan en el grupo lo hacen irri-
tados y nerviosos, pues dicen que estamos interfiriendo en su “tra-
bajo”.
Cuando son de mejor nivel de conocimiento o mayor refina-
miento en las técnicas se dicen agentes especializados. Citamos, en
este sentido, el caso de un Espíritu que se manifestó diciendo que su
trabajo estaba destinado a crear cizaña en el medio espírita. Cosas
pequeñas: una molestia aquí, una disensión allí, un realce en una
tendencia a la vanidad… Varios grupos, decía, habían sido destrui-
dos por sus acciones en estas pequeñas cosas que tomaban cuerpo y
asumían proporciones de crisis alimentadas por las grandes dimen-
siones de algunos “egos”. En el transcurso de la conversación dice
que su “trabajo” era siempre la actividad inicial de una amplia cam-
paña de asedio al Movimiento Espírita. Otros daban la continuidad
necesaria, una vez rota la cohesión.
310
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
Dirigentes
En las organizaciones múlti-administradas, estos pueden respon-
der por diferentes niveles de liderazgo. Los que se encuentran verdade-
ramente en lo alto de la pirámide jerárquica, casi nunca se apartan de los
trabajos de administración de las agrupaciones, que dirigen en las regiones
del plano espiritual inferior. Utilizan muchos intermediarios. Solamente
cuando la acción del grupo amenaza la estabilidad de su organización o
311
Carlos Campetti / Vera Campetti
***
En conclusión, se puede decir, con Herminio Miranda,160 que:
[...] Las actitudes se agrupan y, en cada una de ellas, se repiten los
gestos, las palabras, los impulsos, las motivaciones. Entretanto,
guardan todas y cada una de ellas su individualidad y sus sorpre-
sas. […] Cada uno toma el camino que le imponen sus fantasmas
interiores. […] Hay ciertas constantes que se repiten, que se cris-
talizan, que constituyen modelos, patrones, o lo que sea dentro
de los cuales la individualidad de cada uno se preserva, mante-
niendo cierta autonomía. Es como si en un amplio concepto de
determinismo difuso ellos actuasen dentro de un amplio rayo de
libre elección. [...]
De esta forma, cada diálogo es único porque cada Espíritu comu-
nicante siempre guardará sus características individuales, sus problemas
personales, sus deudas particulares, sus compromisos intransferibles,
sus dudas e inseguridades peculiares exigiendo del dialogador el ejer-
cicio de la paciencia, perseverancia, dedicación y del insustituible amor
en el auxilio específico para que cada hermano encuentre la vía propia
hacia el auto-conocimiento y su reintegración en los caminos del bien.
312
La formación de un grupo mediúmnico es
9 Conclusión una tarea ardua que exige empeño, dedica-
ción, perseverancia y una amplia concien-
cia sobre las implicaciones y consecuencias
de la tarea por parte del dirigente como de
todos sus participantes. Es una tarea colec-
tiva que demanda acción conjunta definida
y coordinada a lo largo del tiempo para ga-
rantizar los resultados esperados.
Con el objetivo de colaborar con los intere-
sados en cuanto a la planificación e implan-
tación de grupos de estudio y práctica de la
mediumnidad, así como con quien desee
reorganizar y dar un nuevo dinamismo a
los trabajos ya existentes, dejamos aquí
nuestra humilde y limitada contribución,
conscientes de que el trabajo en el campo
del intercambio entre los dos planos de la
vida exige mucho más que la lectura de un
libro de la naturaleza del que ahora finali-
zamos. La intención fue la de una simple
contribución para el entendimiento de la
importancia de esta tarea y de las exigen-
cias que ella requiere para que los trabaja-
dores no vengan a tener, después de años
de frecuencia, frustradas sus esperanzas de
auxilio a los hermanos necesitados.
313
Para finalizar nuestra tarea queremos asimis-
“El cuerpo mo anotar un antiguo aprendizaje que la vida
responde nos ofreció en la juventud cuando escuchá-
bamos que: “– El cuerpo responde conforme
conforme ordena la cabeza”. Este concepto es perfecto
ordena la para entender de lo que ocurre con un grupo
de estudio de la mediumnidad o mediúm-
cabeza” nico. El grupo seguirá conforme ordene el
dirigente. Este es el gran responsable de la
orquestación de lo que el equipo producirá o
por lo que dejará de realizar.
En nuestra experiencia es invariable la ob-
servación de este hecho: el grupo es lo que
el dirigente hace de él, porque el dirigente es
responsable del destino del grupo. Sin em-
bargo, esperamos que la lectura y la reflexión
de lo que escribimos puedan aliviar esa car-
ga. Nuestra propuesta es que el dirigente
comparta con el grupo las decisiones y en-
cauzamientos necesarios para el constante
equilibrio y mantenimiento de su capacidad
productiva. Cada miembro necesita concien-
ciarse de sus responsabilidades en relación al
conjunto.
Si logramos que al terminar la lectura de este
libro usted haga esta reflexión y encuentre al-
ternativas para una actuación más consciente
y productiva en sus actividades mediúmni-
cas, vamos por buen camino para lograr esta
propuesta.
315
Anexo 1 Algunos libros relacionados
con el estudio de la
mediumnidad
Observación: Esta pequeña relación no
pretende ni podría agotar la indicación de
libros relacionados con el asunto. Ni todos
los libros están en español.
Allan Kardec
• El Libro de los Espíritus
• El Libro de los Médiums
• El Evangelio Según el Espiritismo
• El Cielo y el Infierno
• La Génesis
• Obras Póstumas
• Revista Espírita
Léon Denis
• En lo Invisible
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• Liberación
• En los Dominios de la Mediumnidad
Yvonne A. Pereira
• Recuerdos de la Mediumnidad
• Traspasando lo Invisible
• En las Telas del Infinito
• Memorias de un Suicida
Hermínio C. Miranda
• Diálogos con las sombras
Martins Peralva
• Estudiando la Mediumnidad
• Mediumnidad y Evolución
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
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Anexo 2 Algunas sugerencias para
el acuerdo de grupo –
estudio/armonización
321
Carlos Campetti / Vera Campetti
Objetivos:
1. Objetivos generales:
• Promover, por el estudio de la mediumnidad y el desarrollo
de la armonía entre los participantes, condiciones para el in-
tercambio mediúmnico equilibrado;
• Apoyar a los miembros del grupo, que muestren perseveran-
cia y sincero interés, en la identificación y educación de sus
capacidades y facultades mediúmnicas.
3. Funcionamiento:
• La reunión de estudio tendrá lugar el (día de la semana),
desde (horario ideal de dos horas), en base al material (in-
dicar el material escogido), porque atiende a las necesidades
específicas presentadas y observadas en el grupo;
• La puerta se cerrará con llave y los primeros 15 minutos se
dedicaran a la lectura individual de páginas edificantes, ora-
ción y/o meditación con el propósito de la armonización ín-
tima y la preparación del ambiente;
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
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Anexo 3 Caso: Los primeros pasos
de un grupo de estudio
de la mediumnidad
Al cambiar de una ciudad a otra per-
cibimos, en la nueva localidad, una carencia
en el área de la mediumnidad. Conocimos,
después de los primeros días, a una persona
que ya había sido invitada anteriormente a
formar un grupo de estudio del Espiritismo.
La amistad nació espontánea e inmediata.
Con el tiempo, después de muchas con-
versaciones en torno al Espiritismo y su
divulgación en la región, decidimos iniciar
un nuevo grupo espírita. Concertamos con
ella que invitaríamos a algunos amigos para
participar en un estudio del Evangelio se-
gún el espiritismo para lo que ella ofreció su
casa. Por lo tanto, nos animamos a ofrecer
la sala de nuestra casa para reunir a inte-
resados en el estudio de la mediumnidad.
Divulgamos, igualmente, las dos activida-
des. Para el estudio del Evangelio compare-
cieron cerca de seis a ocho personas. Para el
de la mediumnidad el doble, al principio, y,
después, el triple. Cuando la sala de la casa
ya no permitía más asistentes, fue propues-
to un local alquilado. Después de indecisio-
nes y vencidas las inseguridades, el grupo
se decidió por el alquiler. El estudio del
Evangelio se transformó en una conferencia
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Anexo 4 Algunas sugerencias para
el acuerdo de grupo–
estudio/práctica
REUNIÓN MEDIÚMNICA
Acuerdo de grupo
Requisitos para la participación:
1. Conducta espírita, ética y moral ba-
sada en el Evangelio de Jesús;
2. Disciplina, humildad, sincero interés
fraterno con los miembros del grupo
y demás Espíritus encarnados y des-
encarnados;
3. Estudio de las obras de Allan Kardec;
4. Búsqueda constante de ampliación
del conocimiento doctrinario, extraí-
do de las obras espíritas codificadas
por Allan Kardec, y de las comple-
mentarias a estas, por autores fieles
a las orientaciones de la Doctrina Es-
pírita;
5. Lectura de libros seleccionados por
el grupo;
6. Colaboración en otras actividades
del (incluir nombre del centro), es-
pecialmente aquellas dedicadas a la
asistencia y promoción social;
7. Frecuencia asidua a las reuniones.
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Carlos Campetti / Vera Campetti
Objetivos:
1. Objetivos generales:
a. Mantener un grupo dedicado:
1. al estudio de la mediumnidad –sus manifestaciones
y mecanismos;
2. al intercambio mediúmnico equilibrado para la
orientación y asistencia fraterna a encarnados y des-
encarnados.
Obs.: La madurez de los participantes y el encaminamiento
dado por el equipo espiritual responsable definirá si y cuán-
do actuará el equipo en el campo de la desobsesión;
2. Objetivos de los miembros del grupo:
a. Asimilar y vivir los principios educativos ofrecidos por
la Doctrina Espírita y el Evangelio de Jesús;
b. Mantener la armonía entre todos y la homogeneidad del
grupo;
c. Buscar el perfeccionamiento constante de sus capacida-
des para el mejor cumplimiento de sus funciones en el
grupo con vistas a la actuación mediúmnica equilibrada
y productiva.
Funcionamiento:
1. La reunión se realiza los (día de la semana), desde las xx:xx
a las xx:xx horas (tiempo ideal 2 horas) y tiene por base las
obras codificadas por Allan Kardec;
2. El dirigente identifica y, de común acuerdo con el grupo,
define las funciones de cada miembro para un mejor fun-
cionamiento del equipo, pudiendo indicar estudios y re-
comendar procedimientos basados en la Doctrina Espírita
de acuerdo con las necesidades particulares de perfeccio-
namiento intelecto-moral identificadas;
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
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Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
Bases de Evaluación:
1. Observación de la disciplina, humildad, interés fraterno y au-
xilio mutuo entre los miembros del grupo en sus necesidades
específicas y generales de perfeccionamiento intelecto-moral;
2. Reuniones periódicas, una cada dos meses como mínimo,
de evaluación de los procedimientos y resultados del trabajo
y de las condiciones de armonía del grupo;
3. Presentación o entrega de los resúmenes o estudios de los
libros elegidos por el grupo dentro del tema de la obsesión
y desobsesión;
4. Acompañamiento del estudio de la obra de Allan Kardec,
de la lectura de los libros indicados, de la colaboración en
otras actividades del Centro Espírita y de la frecuencia a las
reuniones.
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ÍNDICE GENERAL
A entorno mediúmnico – 71 a 72
equilibrio – 242
Acuerdo de grupo Espíritus que sufren – 142,
adaptación – 112 257-258, 266, 279
aprobación – 92-93, 331 Espíritus superiores – 141-142, 196
compromiso – 62 Evangelio – 251
conocimiento del Espiritismo – 326 flexibilidad – 292
consulta periódica – 91, 133, 230 gradaciones de – 257-258
directrices– 77-78, 90-93 habitación psíquica – 176
dirigente – 77, 91, 93, 228, 327, 331 herramienta básica – 141
Espíritus inferiores – 230 Jesús – 147-148
estudio-armonización – 90, 229, 321 lenguaje universal – 297
estudio-prática– 333 líder – 133, 136, 181
evaluación – 90-92, 106-111, madre – 296-297
132, 324, 329, 337 miembros del grupo – 180-181
excepción – 229 médium – 143, 157, 168, 169
formalización – 331 mentor espiritual – 187-188
mantenimiento del equipo – 337-338 naturaleza del trabajo psíquico – 42-43
no cumplimiento del – 108, 109 número por grupo – 132
nuevos miembros – 232, 330 opositores – 141-142
olvido – 228, 230 oración – 141
práctica mediúmnica – 94 poder transformador – 16
procedimientos – 78-81 propia – 263
responsabilidad– 77 religiones – 290, 297
sugestiones – 61, 76-81, 112, sabiduría – 7
321-324, 333-338 sentimiento – 141
uso de – 228-230, 329 servir a la causa – 47
sinónimo de trabajo psíquico – 37
Adoctrinador (ver Dialogador) trabajadores espirituales– 186
Amor Animismo
a la familia – 254 diálogo – 164-165
acción – 141-142, 303
antídoto del mal – 243 Apoyo vibratorio
atenciónspiritual – 253 atención – 36
definición – 141-142 atribuciones – 127, 175-176, 180-181
desorientado – 242 cantidad de – 131
deudas – 304 cooperación mental-122
dialogador – 137, 140, 143, 146 a 148, dialogador – 117
181,250, 260, 279, 301, 307, 312 donación fluidica – 172
Dios – 293 el desánimo – 228
339
Carlos Campetti / Vera Campetti
340
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
apoyo de la vibración – 117, 122, 127 continuación del grupo – 219, 337, 338
asignaciones – 133-134, 180-181, 260 convivencia – 90
cantidad de – 131 críticas al – 227
capacidad – 144 deificación – 34
concentración de grupos – 127 diálogo – 131– 132, 138-139, 245
condiciones necesarias – 139-142 directrices del grupo – 77-78
conocimiento – 28, 145 a 146, 251 disciplina – 76
consejero – 137-138 estudio de la armonización – 45
definición – 137-138 estudio y la práctica – 113-114, 220, 221
desafiar a – 237 evaluación – 80, 90, 91, 109 a 112,
desencarnado – 29 121, 133, 165, 282, 329
empatía – 246 a 247 experiencia – 46-47
estudio – 146 funcionamiento de trabajo – 120 -121
evaluación – 111 funciones en el grupo – 80, 131
función – 139 incautos – 34
inspiración – 252 incentivos para el grupo – 231
intuición – 169 a 171, 252 integración de -, 45-46
libros – 251 liderazgo – 46
lógica – 143-144 magnetizadores – 310
médium – 249 materiales de estudio – 94, 95, 102, 104
mentor espiritual – 188, 203 meditación – 102
organización del trabajo – 118-119 médium – 136-137
pases – 118, 177 médium principiante – 161
predisposición del espíritu – 194 mentor espiritual – 187, 203-204
preguntas – 252-253 miembros del grupo – 108, 187
principiante – 28, 244 mistificación – 163, 174-175,
psicofonía – 136-137 216-217, 282-283
razonamiento – 143-144 monotonía deprimente – 228
reuniones – 132 objetivos del grupo – 48
sentido común – 252 oración – 79, 80, 120, 128, 323, 335
organización del trabajo – 115, 119
Dirigente(s) oscuridad – 311
¿puede ser psíquico? – 136-137 paciencia – 175
“cabeza” del grupo – 111, 315 participantes (cheque) – 53, 56, 57,
acuerdo de grupo – 77, 91, 93, 133, 60, 61, 63, 106, 108, 150, 187,
136, 181, 228, 327, 331 219, 223, 229-233, 329-330
armonización del equipo – 76 pases – 123, 177
armonización psíquica – 103 programa de estudio – 46
asignaciones – 111, 117, 132-133, pseudosabios – 284
150, 180-181, 187, 315 punto de vista – 93
atención al grupo – 60, 227 razonamiento, conocimiento
ausencias en el grupo – 68, 80, 323, 336 lógico – 143-146
autoridad moral – 116, 204 responsabilidad compartida – 77, 80, 81,
autoselección – 91 90, 91, 93, 102, 111, 114, 138-139,
características necesarias – 133-134 177, 224, 228-230, 313, 323, 334
concentración de grupos – 127 visitas al grupo – 81, 178, 323, 336
conflictos – 134-136, 223-225
conocimiento del grupo – 55
consultas – 211
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342
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
343
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344
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
Estudio-práctica G
acuerdo de grupo – 62, 333-338 Grupo
evaluación – 111, 329 acuerdo de grupo – 61-62, 76-93, 112,
participantes – 104, 330 228-230, 315, 321-324, 333-338
trabajo mediúmnico – 45 ser coletivo – 126
Evaluación/es Grupo mediúmnico (ver tb
acuerdo de grupo – 132, 337 Trabajo mediúmnico)
a partir de la práctica – 329
adaptación – 112 amor – 42-43
auto – 107-109, 327, 329 ayuda fraterna – 43
bases de 90-93, 324, 337 características – 30, 41-43
comprensión – 88 características de los miembros – 179-181
345
Carlos Campetti / Vera Campetti
346
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
347
Carlos Campetti / Vera Campetti
psicografía – 119 O
responsabilidad de los – 172-173
sufrimiento – 15 Objetivos
todos somos – 117, 136 grupo mediúmnico – 47-48
videntes – 121 participantes – 48-52
permanentes – 226-231
Mediumnidad(es)
amuletos – 202-203 Oración
animismo – 160-162 amor – 141
clarividencia – 172 dirigente – 79, 80, 120, 128, 323, 335
comprensión – 50-51 espíritus inferiores – 86, 97,
control – 172-173ºc 128, 250, 260, 266
definición – 26 material de estudio – 96
educación y desarrollo – 149 pensamiento – 141
equilibrada – 48 por todos – 86
escollos – 158-166 sintonía superior – 301
espíritus superiores – 156 uso de la – 128
estudio – 24: 48-49
extensa literatura sobre – 27 P
hablar con sencillez – 17
hechizos – 201-203 Participantes
inspiración – 170-171 amistad – 88-89
labor trascendental – 15 armonización – 85-86
médiums – 148-149 ausencias – 80-81
mistificación – 162-166 autoevaluación – 107-109, 329
primeras manifestaciones – 149-158 autoselección – 91-92, 329-330
psicometría – 202 ayuda mutua – 88
puntos esenciales – 18 cantidad de – 58 a 61
relación del espiritismo – 25, 33 colaboración – 67-68
tipos más útiles en la reunión – 169-172 compromisos – 81-93
conducta – 62-63
Mensajes disciplina – 64
análisis – 128-129 estudio individual – 66-67
Espíritus superiores – 215-217 evaluaciones con el dirigente – 110-112
Mentor espiritual frecuencia – 68
interferencia del – 203-204 funciones – 80
hablar mal – 86-88
Misionero humildad – 64, 82-83
Francisco de Asís – 293-295 interés fraterno – 65
médium – 82-83, 155 nuevos – 81
objetivos – 48-52
Mistificación oración – 86
diálogo – 164-165 orgullo – 82-83
dirigente – 163, 174-175, reforma interior – 83-84
216-217, 282-283 selección de – 52 a 58, 60, 61,
escollo de l mediunidade – 159, 162-166 63.106 a 112, 150, 187, 219,
inconsciente – 119 223, 229-233, 329 a 330
Kardec – 177 vigilancia – 83-84
médium – 165, 281-283
Revista Espírita – 177
348
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
Pases Suicidio
dialogador – 118 Espíritus – 265, 270-274
médium principiante – 122-123 inconsciente – 268, 270-271
práctica mediúmnica – 122-126, 250 oración – 273
pases – 273
Pasistas vicios – 277
atribuciones de los– 181
desánimo – 228
preparación de los – 177 T
Pensamiento Trabajadores
oración – 141 consultas espirituales – 211-212
desencarnados – 183
Periespíritu encarnados – 131
dolóres – 266-267 espirituales – 185-186, 212-214
espíritu – 266-267 interacción entre los __ encarnados
órganos – 268 y desencarnados – 205-207
plasticidad – 267 preparación de los – 144, 207
soufrimiento – 276-277 selección de los – 281
sueño – 208-211
Plano espiritual
breve visión del – 238-241 Trabajadores espirituales
regiones de sufrimiento – 240-241 amor – 186
acción de los – 185-186, 212-214
Práctica mediúmnica (ver
Trabajo mediúmnico) Trabajo mediúmnico (ver también
Grupo mediúmnico)
Princípios espíritas acción espiritual – 186-189
asimilación de los – 51-52 ambiente – 68-73, 189-193
vivencia de los – 51-52 armonía – 126-128
Psicofonía armonización 85-86
diálogo – 171 armonización psíquica – 103
asiduidad – 178
Psicografía casa espiritista – 40-41
momento para la – 121 concentración – 94-95, 126-128
desarrollo – 79-80, 120-128
R desde el principio – 93-104
encarnados – 38-40
Reencarnación equipos – 191 a 193
obligatoria – 294, 296 esde – 55-56
espíritus – 35-38, 241
Reunión mediúmnica (ver también estudio – 113-115
Trabajo mediúmnico) evaluación – 90 a 91
definición de – 77 horario – 73, 78-79
invitados – 177-179
S irradiación mental – 101-102
local – 68-73
Sala mediúmnica mentor espiritual – 203-204
amor – 176 naturaleza de los – 43
preparación de la – 68-73, 175-176 nuevos miembros – 81
349
Carlos Campetti / Vera Campetti
oración – 128
organización – 105, 118-120
papel – 33-34
pases – 122-126
percepción psíquica y espiritual – 103-104
por qué formar un – 34-35
promoción – 68
público – 214
requisitos de participación – 61-68
sinónimo de amor – 37
tipos de – 115-117
vigilar y orar – 95 a 101
visitas – 81, 178-179, 186, 323, 336
350
1 KARDEC, Allan. Médium interesseiros. En: Instruções de Allan
Referencias Kardec ao Movimento Espírita. Org. por Evandro Noleto Be-
zerra. Rio de Janeiro: FEB, 2005. Cap. 3. (Traducción libre.)
2 DENIS, Léon. Condiciones de experimentación. En: En lo
invisible. Traductor no indicado.1 ed. Barcelona: Editora
Amelia Boudet, 1987. p. 100.
3 XAVIER, Francisco Cándido. Mediumnidad. En: En el mundo
mayor. Por el Espíritu André Luiz. Trad. de Alipio González
Hernández. 4 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2013. Cap. 9.
p. 143-144.
4 XAVIER, Francisco Cándido. Mediumnidad. Desarrollo. En:
El consolador que prometió Jesús. Por el Espíritu Emmanuel.
Trad. de Alberto Giordano. 1 ed. Buenos Aires: Editora Ar-
gentina “18 de Abril”, 1973. Preg. 385. p. 166.
5 KARDEC, Allan. De las reuniones en general. En: El libro de
los médiums. Trad. de Gustavo N. Martínez y Marta Haydee
Gazzaniga. Brasilia: Consejo Espírita Internacional, 2010.
Cap. XXIX, ítem 327, p. 455-456.
6 KARDEC, Allan. Los falsos profetas de la erraticidad. En: El
Evangelio según el espiritismo. Trad. de Gustavo N. Martínez
y Marta H. Gazzaniga. Brasilia: Consejo Espírita Internacio-
nal, 2010. Cap. XXI, ítem 10. p. 385-387.
7 XAVIER, Francisco Cándido. Adoctrinamiento. En: Misione-
ros de la luz. Por el Espíritu André Luiz. Trad. de Alipio Gon-
zález Hernández. 1 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2007.
Cap. 17. p. 284-285.
8 XAVIER, Francisco Cándido. En la escuela de la iluminaci-
ón. En: Volví. Por el Espíritu Hermano Jacobo. Trad. de Luis
Guerrero Ovalle. Buenos Aires: Kier, 1988. Cap. 17. p. 149-
156.
9 XAVIER, Francisco Cándido. Adoctrinamiento. En: Misione-
ros de la luz... Cap. 17. p. 282-301.
10 XAVIER, Francisco Cándido. Finalmente, el socorro. En: Li-
beración. Por Espírito André Luiz. Trad. de Marta Haydee
Gazzaniga. Brasilia: Consejo Espírita Internacional, 2011.
Cap. 15, p. 222.
11 XAVIER, Francisco Cándido. Aula de preparación espiritual.
En: Volví… Cap. 13. p. 120-122.
12 XAVIER, Francisco Cándido. Adoctrinamiento. En: Misione-
ros de la luz... Cap. 17. p. 285.
13 XAVIER, Francisco Cándido. En la labor de adoctrinamien-
to. En: Volví... Cap. 13. p. 122.
14 KARDEC, Allan. Introducción. En: El libro de los médiums...,
p. 14.
15 KARDEC, Allan. De las reuniones en general. Ibídem. Cap.
XXIX, ítem 331. p. 459.
351
Carlos Campetti / Vera Campetti
352
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades
21. p. 209-210.
44 WOOD, Ernest. The practice of recall. En: Concentration: an approach to meditation. 11 ed.
Wheaton, Illinois: Quest Books, 1997. p. 20-22.
45 KARDEC, Allan. Acción de la oración. Transmisión del pensamiento. En: El evangelio según
el espiritismo… Cap. XXVII, ítem 9. p. 444.
46 XAVIER, Francisco Cándido. En torno da prece. En: Entre a terra e o céu. Pelo Espírito André
Luiz. 6 ed. Rio de Janeiro: FEB, 1978. Cap. 1. p. 9-10.
47 PERALVA, Martins. Definindo a oração. En: Estudando a mediunidade. 6 ed. Rio de Janeiro:
FEB, 1975. Cap. XXXIII. p. 174-175. (Traducción libre.)
48 KARDEC, Allan. O espírito e o jurado. En: Revista Espírita. Tradução de Evandro Noleto
Bezerra. 1 ed. Rio de Janeiro: FEB, 2004. Ano II, 1859. p. 451. (Traducción Libre.)
49 PERALVA, Martins. Problemas mentais. En: Estudando a mediunidade… Cap. II. p. 21. (Tra-
ducción libre).
50 FIORE, Edith. Técnica da luz branca. En: Possessão espiritual. Tradução de Octavio Mendes
Cajado. São Paulo. Editora Pensamento Ltda, 1990. p. 176-179.
51 PERALVA, Martins. Renovação. En: Estudando o evangelho. 3 ed. Rio de Janeiro: FEB, 1975.
Cap. III. p. 32. (Traducción libre.)
52 FRANCO, Divaldo P. A mente alerta. En: Impermanencia e imortalidade. Pelo Espírito Carlos
Torres Pastorino. 3 ed. Rio de Janeiro: FEB, 2004. p. 33. (Traducción libre.)
53 XAVIER, Francisco Cándido. No todos. En: Camino, verdad y vida. Por el Espíritu Emmanuel.
Trad. de Alipio González. 2 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2010. Cap. 105. p. 227-228.
54 XAVIER, Francisco Cándido. El psicoscopio. En: En los dominios de la mediumnidad... Cap.
2. p. 21.
55 KARDEC, Allan. De los médiums. En: El libro de los médiums... Cap. XIV, ítem 159. p. 219-220.
56 PASTORINO, Carlos Torres. Corrente parasita. En: Técnica da mediunidade. 3 ed. Rio de
Janeiro: Sabedoria, 1975. p. 28-29. (Traducción Libre.)
57 PEREIRA, Yvonne del Amaral. Comunión con lo alto. En: Memorias de un suicida. Por el
Espíritu Camilo Castelo Branco. Trad. de Héctor Centrón. Buenos Aires: Fundación Espírita
Humanista Allan Kardec, 2008. p. 111-136.
58 VIEIRA, Waldo. Perante os espíritos sofredores. En: Conduta espírita. Pelo Espírito André
Luiz. 22 ed. Rio de Janeiro: FEB, 2000. Cap. 24. p. 91. (Traducción libre.)
59 XAVIER, Francisco Cándido; VIEIRA, Waldo. Cooperación mental. En: Desobsesión. Por el
Espíritu André Luiz. Trad. de Héctor Centrón. 1 ed. Avellaneda, Argentina: Clínica Allan
Kardec, 1970. Cap. 38. p. 55.
60 FRANCO, Divaldo Pereira. Alucinações espirituais. En: Tormentos da obsessão. Pelo Espírito
Manoel P. de Miranda. 1 ed. Salvador. Leal, 2001. p. 239. (Traducción libre.)
61 FRANCO, Divaldo Pereira. A luta prossegue. En: Trilhas da libertação. Pelo Espírito Manoel
P. de Miranda. 10 ed. Brasília: FEB, 2011. p. 254. (Traducción libre.)
62 KARDEC, Allan. Organización del espiritismo. En: Revista Espírita. Trad. de Evandro Noleto.
1 ed. Dic. 1861. Brasilia: FEB, 2004. p. 539. (Traducción libre.)
63 KARDEC, Allan. La indulgencia. En: El evangelio según el espiritismo... Cap. X, ítem 21. p.
210.
64 TEIXEIRA, J. Raúl. Sobre as reuniões mediúnicas. En: Desafios da mediunidade. Pelo Espírito
Camilo. 2 ed. Niteroi: Frater. 2004. Pergunta 101. p. 118-119.
65 FERREIRA, Aurelio Buarque de Holanda. Verbetes dialogador y dialogar. En: Aurélio Século
XXI. O dicionário da língua portuguesa. 4ª impressão. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1999.
p. 676. (Traducción libre.)
66 FERREIRA, Aurelio Buarque de Holanda. Verbetes doutrinador, doutrinar e doutrina. Ibí-
dem. p. 707. (Traducción libre.)
67 XAVIER, Francisco Cándido. Realización. En: El consolador que prometió Jesús. Por el Es-
353
Carlos Campetti / Vera Campetti
píritu Emmanuel. Trad. de Alberto Giordano. 1 ed. en castellano. Buenos Aires, Editora
Argentina “18 de Abril”, 1973. Preg. 237. p. 106-107.
68 HOUAISS, Antonio. VILLAR, Mauro de Salles y FRANCO, Francisco Manoel de Mello. Ver-
bete evangelizar. En: Dicionário Houaiss da língua portuguesa. 1 ed. Rio de Janeiro: Obje-
tiva, 2011. p. 1277. (Traducción libre.)
69 FERREIRA, Aurelio Buarque de Holanda. Verbete orientador. En: Aurélio Século XXI. O di-
cionário da língua portuguesa. 4ª impressão. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1999.p. 1456.
(Traducción libre.)
70 KARDEC, Allan. Relaciones de ultratumba. En: El libro de los espíritus. Trad. de Gustavo N.
Martínez. Brasilia: Consejo Espírita Internacional, 2008. Parte segunda, cap. VI, preg. 274.
p. 249.
71 KARDEC, Allan. Volver bien por mal. En: El evangelio según el espiritismo. Trad. de Gustavo
N. Martínez y Marta H. Gazzaniga. Brasilia : Consejo Espírita Internancional, 2010. Cap.
XII, ítem 3. p. 228-229.
72 XAVIER, Francisco Cándido. Práctica. En: El Consolador que prometió Jesús. Por el Espíritu
Emmanuel. Trad. de Alberto Giordano 1 ed. en castellano. Editora Argentina “18 de Abril”,
1973. Preg. 374. p. 161.
73 HOUAISS, Antonio. VILLAR, Mauro de Salles y FRANCO, Francisco Manoel de Mello. Ver-
bete raciocínio. Dicionário Houaiss da língua portuguesa. 1 ed. Rio de Janeiro: Objetiva,
2011. p. 2373. (Traducción libre.)
74 XAVIER, Francisco Cándido. Estudiando el cerebro. En: En el mundo mayor. Por el Espíritu
André Luiz. Trad. de Alipio González Hernández. 4 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2013.
Cap. 4. p. 71.
75 XAVIER, Francisco Cándido. El poder del amor. Ibídem. Cap. 5. p. 88.
76 KARDEC, Allan. De los médiums. En: El libro de los médiums. Trad. de Gustavo N. Martínez
y Marta Haydee Gazzaniga. Brasilia: Consejo Espírita Internacional, 2010. Cap. XIV, ítem
159. p. 219.
77 KARDEC, Allan. Buenos médiums. Ibídem. Parte segunda, cap. XVI, ítem 198. p. 260-261.
78 KARDEC, Allan. Desarrollo de la mediumnidad. Ibídem. Parte segunda, cap. XVII, ítem
200. p. 263-264.
79 KARDEC, Allan. El sentido espiritual. En: Revista Espírita. Año X, junio 1867, v. 6 Trad. de
Evandro Noleto Bezerra. 1 ed. Río de Janeiro: FEB, 2005. p. 244. (Traducción libre.)
80 KARDEC, Allan. Influencia oculta de los Espíritus en nuestros pensamientos y acciones.
En: El libro de los espíritus. Trad. de Gustavo N. Martínez. Brasilia: Consejo Espírita Interna-
cional, 2008. Parte segunda. Cap. IX, Preg. 471. p. 336.
81 KARDEC, Allan. Los sanos no tienen necesidad de médico. En: El evangelio según el espi-
ritismo... 2ª parte. Cap. XXIV, ítem 12. p. 419.
82 XAVIER, Francisco Cándido. Psicofonía sonambúlica. En: En los dominios de la mediumni-
dad. Por el Espíritu André Luiz. Trad. de Jane Authievre y Héctor Centrón. 1 ed. Buenos
Aires: Editora Argentina “18 de Abril”, 1975. Cap. 8. p. 56-62.
83 KARDEC, Allan. Desarrollo de la mediumnidad. En: El libro de los médiums… Parte segun-
da, cap. XVII, ítem 211 p. 271.
84 KARDEC, Allan. Sobre los médiums. Ibídem. Parte segunda. Cap. XXXI, ítem XII. p. 496-
497.
85 PERALVA, Martins. Escolhos da mediunidade. In: Mediunidade e evolução. Rio de Janeiro:
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