You are on page 1of 355

Trabajo Mediúmnico

Desafíos y Posibilidades
[...] Mediumnidad es una facultad dada para el bien y los buenos
Espíritus se alejan de quien quiera que pretenda transformarla en
trampolín para lograr lo que sea que no se corresponda a los desig-
nios de la Providencia. [...]
Allan Kardec1

[...] La causa principal de los errores y de los malos resultados en materia


de psiquismo experimental es la falta de preparación. [...] Por lo tanto, la
primera condición es equiparnos nosotros mismos moral y mentalmente.
[...]
Léon Denis2

[...] Y la realidad, mi amigo, es que todos nosotros, que nos contamos por
centenares de millones, no prescindimos de medianeros iluminados, ap-
tos para colocarnos en comunicación con las fuentes del Abastecimiento
Superior. Necesitamos del auxilio de lo Alto, requerimos la ayuda de los
benefactores que se estacionan sobre nuestros parajes. Para esto, hay que
organizar recursos de receptividad. Nuestra mente sufre de sed de luz,
como el organismo terreno tiene hambre de pan. Amor y sabiduría son
sustancias divinas que mantienen nuestra vitalidad. [...]
Calderaro3
Agradecemos a los amigos que nos animaron y apoyaron
en nuestros estudios e investigaciones.
Índice
Trabajo
Mediúmnico:
Desafíos y Labor transcendental ............................................ 15
Posibilidades Presentación ........................................................... 17
Nota ........................................................................ 21
Consideraciones iniciales ..................................... 23
Introducción........................................................... 25

PARTE I – Desafíos y posibilidades


1 Formación del grupo mediúmnico. 33
1.1 El papel de la práctica mediúmnica en
la Doctrina Espírita............................... 33
1.2 ¿Por qué formar un grupo mediúmnico?.. 35
1.2.1 Porqué los Espíritus necesitan
asistencia mediúmnica............... 35
1.2.2 Porqué los encarnados participan
en trabajo mediúmnicos ............ 38
1.2.3 Porqué la tarea mediúmnica es
interesante para la casa Espírita.. 40
1.3 Características de los grupos mediúmnicos 42
1.4 ¿Cómo formar un grupo mediúmnico? 44
1.4.1 ¿Quién dirige? ............................. 45
1.4.2 Estudio-armonización ............... 48
1.4.3 Los candidatos a la mediumnidad
Índice ...................................................... 53
Trabajo
Mediúmnico: 1.4.4 Requisitos para la participación 62
Desafíos y
1.4.5 En cuanto al lugar y el horario ... 70
Posibilidades

2 Organizando el estudio ............... 75


2.1 Ventajas de la adopción de un programa de
estudio ..................................................... 75
2.1.1 Variedad de programas .............. 75
2.2 El acuerdo de grupo .............................. 76
2.2.1 Definiendo directrices ............... 77
2.2.2 Definiendo procedimientos ...... 78
2.2.3 Compromisos de los miembros
del grupo ...................................... 81
2.2.4 Bases de la evaluación ................ 90
2.2.5 Aprobando el acuerdo de grupo 92
2.3 Iniciando el estudio............................... 93
2.3.1 La práctica desde el inicio ......... 94

3 Organizando el trabajo
mediúmnico........................................... 105
3.1 La selección de los participantes ........ 106
3.1.1 Auto-evaluación.......................... 107
3.1.2 Evaluaciones periódicas con
el grupo ........................................ 109
3.1.3 Evaluaciones con el dirigente .... 110
3.2 Adaptando el acuerdo de grupo ......... 112
3.3 La continuidad del estudio .................. 113
3.4 Los tipos de trabajos mediúmnicos ... 116
Índice
Trabajo 3.5 Las reuniones mediúmnicas................ 118
Mediúmnico: 3.5.1 Las funciones en el grupo
Desafíos y
mediúmnico ................................ 118
Posibilidades
3.5.2 Como organizar la atividad
mediúmnica ................................ 119
3.5.3 El desarrollo de los
trabajos......................................... 121
3.6 Análisis de los mensajes recibidos ..... 129
4 El equipo de
trabajadores encarnados ............. 131
4.1 La dirección del grupo.......................... 131
4.1.1 El dirigente .................................. 132
4.1.2 El dialogador ............................... 137
4.2 Los médiums y las mediumnidades ... 148
4.2.1 Desarrollo y educación de la
mediumnidad.............................. 149
4.2.2 Médiums que ofrecen consultas ... 174
4.3 Otras funciones en el grupo ................ 176
4.3.1 El apoyo vibratorio ..................... 176
4.3.2 Los pasistas .................................. 178
4.3.3 Participación de los invitados ... 178
4.4 Características deseables para los
miembros del grupo – Resumen......... 179

5 El equipo de trabajadores
desencarnados ................................... 183
5.1 Los mentores ...................................... 183
5.2 Los trabajadores espirituales ............. 185
5.3 Acción espiritual en los trabajos
Índice mediúmnicos ...................................... 186
Trabajo
Mediúmnico: 5.3.1 Preparación del ambiente
Desafíos y de la reunión ............................... 189
Posibilidades
5.3.2 Selección y preparación de los
Espíritus traídos para la
comunicación mediúmnica....... 194
5.3.3 La atención ofrecida a los Espíri-
tus en la reunión mediúmnica .. 197
5.4 Interacción entre los equipos
encarnado y desencarnado .................. 206
5.4.1 Preparación durante la semana
y en el día de la reunión ............. 208
5.4.2 Durante el sueño......................... 209
5.4.3 Las consultas a los trabajadores
espirituales ................................... 212
5.5 Como reconocer a los Espíritus
trabajadores ............................................ 214
5.6 Elementos que definen un mensaje de
los Espíritus superiores .......................... 216
6 El mantenimiento del
grupo mediúmnico ............................. 219
6.1 El curso terminó. ¿Qué vamos a
estudiar ahora?....................................... 220
6.2 Los procesos obsesivos a lo largo
del trabajo ............................................... 222
6.2.1 Los enemigos encarnados y
desencarnados del grupo ........... 222
6.2.2 Algunos desafíos ......................... 223
6.3 Objetivos permanentes......................... 227
6.3.1 Factores de desequilibrio ........... 227
6.3.2 Factores de equilibrio ................. 227
6.4 Cómo incorporar nuevos miembros .. 232
Índice
Trabajo 6.5 Nuevos grupos de estudio de la
Mediúmnico: mediumnidad ......................................... 234
Desafíos y
Posibilidades
PARTE II – Diálogo y situaciones
7 El diálogo con los Espíritus ............ 237
7.1 Breve visión del plano espiritual y las
regiones de sufrimiento ....................... 238
7.2 Breve visión del mundo íntimo del
Espíritu en desequilibrio...................... 241
7.3 Comenzando el diálogo........................ 243
7.3.1 Observación ................................ 243
7.3.2 Empatía ........................................ 246
7.4 ¿Qué, cómo y cuándo hablar
a los Espíritus?........................................ 247
7.5 Otros elementos de apoyo
para la atención ...................................... 249
7.6 ¿Hacer preguntas a los
Espíritus necesitados?........................... 252
7.7 El proceso de despertar y el
reequilibrio ............................................. 253
7.7.1 La raíz de la problemática del
Espíritu sufriente ........................ 253
7.7.2 ¿Qué necesita el Espíritu sufriente?.. 255
7.7.3 Como utilizar este conocimiento
en la reunión mediúmnica ........ 257
8 Algunas situaciones en las que
se encuentran los espíritus .......... 261
8.1 Principales tipos de Espíritus traídos
a los trabajos mediúmnicos ................. 262
8.1.1 Vinculados a la vida física ......... 262
Índice
Trabajo 8.1.2 Vinculados a la modalidad de
Mediúmnico: desencarnación ........................... 265
Desafíos y
8.1.3 Culpables y arrepentidos ........... 274
Posibilidades
8.1.4 En estado de inferioridad
deliberada .................................... 276
8.1.5 Las congregaciones de las re-
giones espirituales inferiores ..... 287
8.1.6 “Enviados” de congregaciones
espirituales inferiores ................. 302

9 Conclusión.......................................... 313

“El cuerpo responde conforme


ordena la cabeza” ................................................... 315

Anexo 1 – Algunos libros relacionados con el


estudio de la mediumnidad.................................. 317

Anexo 2 – Algunas sugerencias para el acuerdo


de grupo – estudio/armonización ....................... 321

Anexo 3 – Caso: Los primeros pasos de un


grupo de estudio de la mediumnidad ................. 325

Anexo 4 – Algunas sugerencias para el


acuerdo de grupo – estudio/práctica .................. 333

Índice general ......................................................... 339

Referencias ............................................................. 351


Es necesario que ejerzamos la mediumni-
Labor dad con Jesús.
transcendental Que la figura incomparable del dul-
ce Rabí nos alcance y que logremos grabarla
en el santuario de nuestro corazón.
Fuimos llamados para una labor de
naturaleza trascendental; nuestra tarea es
de abnegación y de sacrificio.
El médium sin las cicatrices del su-
frimiento aún no se encuentra en condicio-
nes de servir en plenitud a Aquél que es el
ejemplo máximo de la entrega.
Invitados al banquete de la nueva
era en la viña del Señor, trabajemos las ves-
tiduras espirituales que son nuestros hábitos
para que cuando llegue el dueño del ban-
quete nos pueda colocar en el lugar que nos
está reservado.
Compañeros de jornada, hijos del
corazón honrados con la facultad mediúm-
nica para el servicio del bien, extended
vuestros tesoros íntimos, ofreciéndolos a los
caminantes de la vida.
No podéis imaginar el beneficio-
so socorro espiritual de una reunión me-
diúmnica, cuando alguien crucificado en
los maderos del sufrimiento de ultratumba
por decenios, valiéndose de vuestro equipo
consigue recibir el consuelo de la palabra
que ilumina y que libera de la ignorancia, la

15
Carlos Campetti / Vera Campetti

energía que le atenúa el dolor, la página de esperanza que le insinúa la


dirección del futuro.
Entregaos a la labor de la caridad en la condición de trabajado-
res, como somos, de la última hora.
Jesús espera que realicemos las tareas que nos fueron confiadas
y, de entre muchas, la de la mediumnidad, ennoblecida con la conducta
coherente con los postulados espíritas que tiene prioridad.
Hijas e hijos del corazón, no olvidéis que Jesús nos ha hecho un
pedido y que aún no lo hemos atendido: “Amaos unos a los otros para
que todos sepan que sois mis discípulos”.
Fue una petición del Maestro. Busquemos atenderla de tal forma
que el amor fluya de nosotros como una cascada de bendiciones y la ari-
dez del terreno de los corazones se fertilice y se transforme de desierto en
jardín, de pantano de las pasiones en vergel...
El Señor nos espera con ternura, compasión y misericordia. Ha-
gamos, dentro de nuestras posibilidades, lo mejor a nuestro alcance.
Los Espíritus-espíritas que aquí trabajan sin descanso, por me-
diación de mi, piden que nos unamos en la construcción de un mundo
mejor.
Y, finalmente, rogamos al Señor de la Viña que nos bendiga y nos
dé Su paz.
Que esa paz, hijos e hijas del alma y del corazón, nos impregne
hoy y siempre.
Son los votos del servidor humildísimo y paternal de siempre,

Bezerra de Menezes
(Mensaje psicofónico obtenido por el médium Divaldo Pereira Franco al cierre
de la conferencia en el Grupo Espírita André Luiz, en Río de Janeiro, la noche
del 22 de agosto de 2013.)

16
He aquí un libro sencillo, objetivo sin pre-
Presentación tensiones. De lectura agradable y ligera, la
obra contiene un significativo peso doctri-
nario al guardar sintonía con los princi-
pios de la Doctrina Espírita.
No obstante, sabemos que no es fácil escri-
bir o hablar con simplicidad respecto a la
práctica mediúmnica en la Casa Espírita o
a cómo capacitar mejor al trabajador de la
mediumnidad.
Tal comprobación se descubre en la ten-
dencia generalizada de tratar de reducir
la mediumnidad a mera manifestación
fenoménica, comúnmente envuelta en un
aura de complejidad y de misterio. En otro
sentido, se detecta un descuido y una ba-
nalización de este tema, tan relevante para
el espírita en general y para los integrantes
de la reunión mediúmnica en particular,
independientemente si entre ellos hay per-
sonas portadoras de facultad mediúmnica
que “[…] Se muestra muy caracterizada y
se traduce por efectos patentes de cierta
intensidad […]”, como indica Allan Kar-
dec en El libro de los médiums (cap. XIX,
ít. 159).
Carlos Campetti y Vera Campetti nos
ofrecen, entonces, un camino a seguir sin
complicaciones, teniendo como referen-
cia el aprendizaje espírita adquirido, es-
pecialmente, en Brasil, como miembros

17
Carlos Campetti / Vera Campetti

activos de la Institución Espírita. Sin embargo, el desafío al que fue-


ron llamados para convivir tras muchos años con diferentes culturas
y nacionalidades, en atención a sus compromisos profesionales, les
proporcionó experiencia y madurez para adquirir una visión más
objetiva del proceso de intercambio mediúmnico, desmitificándolo.
De este modo es relevante destacar que si no hubiera sido por la
seguridad de la base espírita que ambos se esforzaron en adquirir,
podrían haberse sumido en prácticas extrañas, místicas o raras, que
pululan por todas partes.
El libro transmite, efectivamente, una buena contribución
para el estudio y la práctica mediúmnica, demostrando de forma
inequívoca dos puntos esenciales:
Primero, la mediumnidad es “[…] Una facultad inherente al
hombre y, por consiguiente, no es un privilegio exclusivo […]”, como
enseña el codificador del Espiritismo (El Libro de los Médiums, cap.
XIX, ít. 159);
Segundo, no es la potencia mediúmnica la que distingue al indi-
viduo, como bien recuerda Emmanuel (Siembra de los médiums, lección
Fuerza Mediúmnica):

Lo que difiere en cada persona es el problema del rumbo.


No sirven los médiums que solamente produzcan fenómenos.
No sirven los fenómenos que solamente establezcan conviccio-
nes.
No sirven las convicciones que solamente generen palabras.
No sirven las palabras que solamente expresen pensamientos va-
cíos.
La vida y el tiempo exigen trabajo y superación, progreso y per-
feccionamiento.
[...]

18
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

La importancia y la significación que pueda adquirir dependen


de la orientación que se les dé.

Marta Antunes Moura


Vicepresidenta de la Federación Espírita Brasileña

19
La obra de Allan Kardec es la base para el
Nota desarrollo de este trabajo. Para facilitar la
identificación de los libros referidos utili-
zaremos, agregado al número de referen-
cia, el siguiente criterio indicativo:

LE = El libro de los espíritus, seguido del


número de la pregunta correspondiente
(ej. LE 459);
LM = El libro de los médiums, seguido del
capítulo y el número del ítem citado (ej.
LM XX: 230);
EE = El evangelio según el espiritismo, indi-
cando los capítulos por dígitos romanos y
los ítems, dentro de cada capítulo, por nú-
meros ordinarios precedidos de dos pun-
tos (ej. EE XX: 5)
CI = El cielo y el infierno, indicando la
Parte antes de la citación de los capítulos e
respectivos ítems (ej. CI 1a. III: 9)
GE = La Génesis, sigue el mismo criterio
utilizado para El evangelio según el espiri-
tismo (ej. GE I: 3);
RE = Revista Espírita, indicando el año,
mes y página de la 1a. edición de la Fede-
ración Espírita Brasileña (ej. RE 1858, feb.,
p. 30).

21
Allan Kardec, en El libro de los médiums,
Consideraciones nos lega conocimientos que, recopilados,
iniciales ponderados y organizados bajo un im-
pecable buen sentido, hacen de su obra
el pilar sobre el que se asientan todos los
estudios posteriores sobre mediumnidad.
Esta cuestión ha merecido un dedicado
análisis por diversos estudiosos que la
examinan bajo los aspectos más variados,
profundizando conceptos, distendiendo
consecuencias, evaluando impactos y dis-
cerniendo matices.
El ejercicio de la mediumnidad es una
cuestión esencial para todo espírita que
se dedica al estudio, la práctica y la divul-
gación del Espiritismo. ¿Cómo no dedicar
la máxima atención a este instrumento
de sublime Auxilio? Es por medio de la
mediumnidad que fluyen conocimientos
espirituales, consuelos para los afligidos,
resignación en las pérdidas afectivas, es-
peranza para los sufridores y recursos de
todo orden y naturaleza que la Bondad di-
vina permite que sean esparcidos genero-
samente a todos los seres en atención a las
necesidades espirituales de la humanidad.
La contribución de la mediumnidad para
el enriquecimiento de la vida en el plano
físico es tan intensa y presenta facetas tan
diferentes que, por más que se estudie y se
analice, siempre habrá un nuevo ángulo de

23
Carlos Campetti / Vera Campetti

enfoque, una aspecto distinto a ofrecer para la buena utilización de las


posibilidades mediúmnicas en atención a las problemáticas y desafíos
presentados por la vida.
Inspirados y estimulados por las peticiones de amigos y sem-
bradores espíritas, con quien pudimos trabajar el tema de la medium-
nidad en diversas oportunidades a lo largo de nuestra trayectoria en el
movimiento espírita, dimos acogida a la idea de escribir este libro como
instrumento de apoyo a la formación de nuevos grupos mediúmnicos,
ofreciendo sugerencias para la valoración y renovación de grupos ya
existentes o presentando un examen de algunas posibilidades poco ex-
ploradas de acción en el campo de la mediumnidad. Procuramos reu-
nir, en un único texto, la experiencia de la adoctrinadora/esclarecedora
y del médium para que los trabajadores de la mediumnidad pudiesen
examinar la cuestión mediúmnica no sólo desde un ángulo teórico, sino
esencialmente práctico.
No obstante, el objetivo de este estudio es compartir ideas e ini-
ciativas y divulgar el material que elaboramos, recopilamos y utilizamos
como base para la formación, perfeccionamiento y mantenimiento de
grupos mediúmnicos en países y sociedades tan desiguales como Brasil,
nuestra tierra-madre, Uruguay, España, Estados Unidos, Paraguay y
Corea del Sur hacia donde la vida profesional y familiar nos ha condu-
cido en las diversas etapas de la presente reencarnación.
Nuestro ánimo es el de contribuir para el estudio y la práctica
de la mediumnidad. Nadie pierde el tiempo por estudiar, meditar, for-
talecerse y prepararse debidamente para una actividad que redundará
en beneficio de cada uno de los miembros y de todos los que pudieran
aproximarse al grupo mediúmnico o recibir su influencia.
La base de nuestro trabajo, por la profundidad del contenido
presentado, es la orientación segura de la Espiritualidad superior selec-
cionada por Allan Kardec en su obra magistral.

24
La mediumnidad no es patrimonio del Es-
Introducción piritismo, pues existe desde los albores de
la humanidad bajo las formas primitivas
que el Espírito Emmanuel designó como
mediumnismo4 y que sigue produciendo
fenómenos fuera de los medios espíritas.
No obstante, fue un poderoso instrumen-
to utilizado por la Espiritualidad superior
para la transmisión del conocimiento y
establecimiento de la filosofía espírita. Y,
como la revelación es progresiva, la me-
diumnidad desempeña y desempeñará,
aún, un papel importante en el proceso
evolutivo de los seres que caminan hacia el
auto-conocimiento y el conocimiento de la
Ley divina que rige la existencia.
El Espiritismo no está subordinado al fe-
nómeno de la comunicación mediúmnica.
Una vez establecidas las bases de la filoso-
fía espírita por Allan Kardec, con el apoyo
de los Espíritus superiores, se podrá, con
su estudio, comprender el Espiritismo y el
significado de la Creación divina, así como
el papel de cada ser dentro de la vida, aun-
que una persona no participe nunca de
una actividad mediúmnica.
Sin embargo, el conocimiento espí-
rita ha valorado el fenómeno mediúmnico,
reconociendo la importancia fundamental
que tiene para el desarrollo espiritual del
ser, ya sea en las experiencias del plano

25
Carlos Campetti / Vera Campetti

físico o en las vivencias del mundo espiritual. El Espiritismo ofrece ex-


celentes enseñanzas que proporcionan condiciones ideales al estudioso
para hacer de la mediumnidad un instrumento productivo para sí mis-
mo y para sus semejantes.
La Doctrina Espírita ha aportado los fundamentos necesarios
para comprender mejor las manifestaciones y a los Espíritus comuni-
cantes, ofreciendo, además, nociones esenciales para no dejarse engañar
por los Espíritus inferiores y desorientados que buscan en los encarna-
dos la posibilidad de continuar disfrutando de los recursos de la mate-
ria, a pesar de encontrarse en el mundo espiritual. Este aporte señala la
importancia del estudio del Espiritismo antes de iniciar la práctica me-
diúmnica. Se trata, no obstante, de un desafío encarado por pocos es-
píritas, pues es común la participación en actividades mediúmnicas sin
el conocimiento básico de la propuesta espírita o con un conocimiento
superficial e insuficiente para poder sustentar una práctica mediúmnica
segura. Por otro lado, hay también grupos que comienzan con mucho
entusiasmo, incluso con la opción inicial del estudio, pero que con el
tiempo acaban acomodándose y llegando incluso a ser dominados por
Espíritus embaucadores y pseudosabios. Los grupos en esta condición
difícilmente aceptan estar pasando por esa dificultad ni comprenden la
necesidad de mantener el estudio constante y una actitud humilde para
huir de la rutina asfixiante que obstaculiza la influencia positiva de las
ideas renovadoras basadas en el conocimiento seguro de la obra espírita.

***
La mediumnidad es un proceso de comunicación entre los dos
planos de la vida, que se manifiesta de diferentes formas y sirve a di-
versas funciones. El acto mediúmnico, en cuanto a su finalidad, puede
tener como objetivo la atención a los Espíritus desencarnados o encar-
nados.
La atención mediúmnica a los encarnados se ejerce, más direc-
tamente, en reuniones de curación cuando la mediumnidad se torna un
instrumento de los especialistas espirituales que prestan atención a las
cuestiones de la salud física. Es el caso, también, de reuniones en que
personas que perdieron a seres queridos recurren a la mediumnidad

26
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

para tener noticias y recibir mensajes de consolación por parte de sus


afectos desencarnados. Por otro lado, reuniones de esclarecimiento es-
piritual a los desencarnados y desobsesión ofrecen apoyo indirecto, por
la orientación a los Espíritus que influencian desequilibradamente, ase-
dian, persiguen o dominan a encarnados. En este caso los encarnados
son asistidos paralelamente, sin la necesidad de que estén presentes en
las actividades mediúmnicas, por medio de los pases, de la atención fra-
terna, de las reuniones públicas y otras reuniones de estudio mantenidas
por los centros espíritas en las que también se recibe el concurso espi-
ritual.
Esta obra va a detenerse especialmente en la cuestión de la asis-
tencia a los Espíritus en la reunión mediúmnica, campo de trabajo de
nuestra más extensa experiencia y sobre la cual mucho se ha escrito.
Efectivamente, la literatura disponible en el medio espírita es amplia
y variada. Los autores acostumbran a reflexionar sobre las distintas si-
tuaciones espirituales con las cuales los desencarnados se presentan,
indicando ejemplos de cómo se procesa esa atención, transmitiendo
orientaciones sobre la postura interior del dialogador, esclareciendo so-
bre los comportamientos adecuados, enseñando sobre el papel del gru-
po espírita y disertando sobre las cualidades deseables en sus miembros
entre otros asuntos.
Generalmente los libros están escritos por expertos y estudiosos
que acumularon, a lo largo de los años dedicados a los trabajos de aten-
ción mediúmnica, un conocimiento profundo de la problemática espiri-
tual de los recién desencarnados y de los Espíritus que se detienen en los
desvanes del camino, sin querer o atreverse a dar el paso necesario para
retomar las experiencias desafiantes en el campo del bien.
En estas obras especializadas se pueden obtener valiosas ense-
ñanzas. Sin embargo, nómadas por necesidades profesionales y fami-
liares, tuvimos la oportunidad de acompañar la creación de algunos
Centros Espíritas y de sus grupos de apoyo mediúmnico, principal-
mente en países donde el Espiritismo estaba dando sus primeros pasos,
llevado por la mano de inmigrantes brasileños. En esas ocasiones y luga-
res, al observar el comienzo de las actividades de asistencia a los desen-
carnados, pudimos comprobar que algunos conocimientos y conceptos

27
Carlos Campetti / Vera Campetti

primarios, expuestos de forma directa y dispuestos de manera a facilitar


su localización y entendimiento, ayudarían en la comprensión y en la
práctica de la mediumnidad por parte de pequeños grupos que espe-
ran poder trabajar en esta área. Podría también ofrecer apoyo a algunos
otros que, a veces, incluso con años de experiencia, pueden estar pasan-
do por momentos difíciles de adaptación o desarmonía del equipo y de-
sean examinar posibilidades de reestructuración para volver al campo
de la acción productiva en el área de la mediumnidad.
Diversos materiales buscan ofrecer elementos para un curso de
estudio y educación de la mediumnidad, pero no dispensan la acción
directa de una persona especializada en el área que orienta al grupo
conforme su experiencia personal. Muchas veces falta destacar elemen-
tos fundamentales en la estructuración del grupo que serían necesarios
para habilitarlo a la continuidad equilibrada y productiva de sus tareas
mediúmnicas.
Porque observamos carencia en este campo, procuraremos dar
significado a las posibilidades de organización de los grupos, de los
elementos que definen su instalación, trayectoria y mantenimiento.
Igualmente no dejaremos de lado, aunque parezcan obvias o extrema-
damente simples, informaciones preliminares sobre procedimientos
básicos, que podrían ser utilizados con buenos resultados para disci-
plinar las actividades del grupo; nociones primarias sobre el ambiente y
las condiciones con que los desencarnados acostumbran a enfrentarse
cuando pasan la frontera de la muerte física; o bien, cómo tratar al des-
encarnado que se presenta en el grupo mediúmnico en busca de ayuda.
Del dialogador se espera un conocimiento tan importante de la
Doctrina Espírita, de las condiciones bajo las cuales se procesa la co-
municación mediúmnica y de la realidad post mortem que en las ense-
ñanzas habituales se destacan los casos más complejos y especiales de
atención al desencarnado.
Lo que observamos en los grupos neófitos nos revela otros as-
pectos importantes a tener en consideración. Los que comienzan la
tarea del diálogo son hermanos de buena voluntad que empiezan a desa-
rrollar, por la lectura sistemática y por el estudio, sus conocimientos de

28
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Espiritismo. Muchos de los compañeros que comienzan las luchas de la


orientación espiritual a los desencarnados tienen dificultades para asi-
milar los conocimientos básicos que se encuentran esparcidos en tantos
libros y algunas veces de modo muy genérico. También se presentan
dificultades en el momento de aplicar estos conocimientos a la tarea de
la atención a los Espíritus.
De este modo, atenderemos igualmente a los aspectos básicos
del conocimiento necesario al dialogador para que, a partir de una me-
jor comprensión de las situaciones vividas por los recién desencarnados,
puedan dirigir la atención a sus necesidades específicas. Examinaremos
casos sencillos como, por ejemplo, el de Espíritus que desconocen su
desencarnación y que siguen con las marcas intensas de la enfermedad
que los condujeron a través del fenómeno de la muerte física, sin conse-
guir reconocer la nueva realidad en que viven e ignorando sus opciones
para proseguir el ejercicio de crecimiento espiritual. Sin embargo, no
dejaremos de presentar, de entre las que se hacen más habituales en los
trabajos mediúmnicos, algunas situaciones consideradas más complejas
y provocadoras en el intercambio mediúmnico.
Además el diferente ambiente en que viven los seres desen-
carnados posee aspectos que aún desconocemos, ya que la revelación
es progresiva y cada libro espírita publicado nos va brindando cono-
cimientos más amplios en la medida en que maduramos en la tarea.
Conjuntamente, si es fácil estudiar que los Espíritus no son abstraccio-
nes, sino gente como nosotros, no es instantáneo para el dialogador
comprender y sentir en el compañero que se manifiesta una individua-
lidad que vive, sufre, ríe y se conmueve, que ama y siente nostalgia, que
sigue con sus inseguridades, sus temores y sus deseos.
Añadimos que los Espíritus enfrentan las situaciones caracte-
rísticas que se derivan de sus propias experiencias en la última reen-
carnación y en vidas sucesivas anteriores, constituyendo cada atención
un caso específico que no se repite jamás. Por eso mismo, sin ánimo
de crear reglas fijas o escribir un manual, basados en las experiencias
mediúmnicas y en la vivencia del diálogo con el plano espiritual, pro-
curaremos trazar algunas líneas básicas en que pueden moverse los
que comienzan la atención a los Espíritus necesitados, de modo a que

29
Carlos Campetti / Vera Campetti

tengamos un punto de referencia para el comienzo del trabajo o su rees-


tructuración, cuando fuera el caso.
La idea, en este estudio, es consolidar algunas informaciones
disponibles en obras espíritas sobre temas específicos de la atención
mediúmnica, procurando delinear y sistematizar los conceptos básicos
y ofrecer propuestas iniciales de trabajo que podrán ser desarrolladas y
adaptadas, en la medida en que el grupo empiece a tener experiencia y
encuentre su propio camino, adecuado a las especialidades del ambiente
físico y espiritual en que actúa.
Para este fin, será esencial trabajar desde la comprensión de que
cada ser y cada grupo tiene su mundo propio y su óptica singular de la
vida y de sí mismo y que las generalidades posibles se hacen necesarias
solamente para fines de simplificación y facilidad del entendimiento de
los asuntos propuestos.
Al inicio se procurará responder a algunas preguntas básicas
que podrán parecer de solución obvia para espíritas más experimen-
tados, pero que pueden representar barreras a la implantación y man-
tenimiento de la tarea de intercambio mediúmnico. De esta forma, el
asunto se abordará con una profundidad progresiva, a medida que se
forme una base de conocimientos, requisito previo para atender temas
más complejos, que permitirá investigar las diversas posibilidades del
ejercicio del bien originado por el trabajo mediúmnico.

30
Parte I – Desafíos y posibilidades
Capítulo 1 [...] No basta, sin embargo, con pedir que esos
Espíritus acudan. Es preciso, como condición
Formación expresa, hallarse en condiciones propicias para
que ellos quieran asistir. […] Una reunión no
del Grupo es verdaderamente seria si no se ocupa de co-
Mediúmnico sas útiles, con exclusión de todas las demás.
[...] En una palabra, sea cual fuere el carácter
de una reunión siempre habrá Espíritus dis-
puestos a secundar las tendencias de quienes
la componen. [...] (LM XXIX: 327)5

1.1 El papel de la práctica


mediúmnica en la
Doctrina Espírita
Los espíritas saben que la mediumnidad no
es patrimonio del Espiritismo. Hay referen-
cias al fenómeno de la comunicación de los
llamados muertos con los “vivos” desde las
más remotas épocas de la humanidad. Con
el Espiritismo, no obstante, la mediumni-
dad adquiere una connotación más profun-
da y efectiva, tornándose un instrumento
de educación moral del ser integral — del
Espíritu inmortal que todos somos. El pa-
pel de la práctica mediúmnica en la Doc-
trina Espírita es, de este modo, el de servir
de instrumento para la educación moral
de los Espíritus encarnados y desencarna-
dos que entablan, directa o indirectamente,

33
Carlos Campetti / Vera Campetti

contacto con el fenómeno y sus consecuencias. Para este fin, será muy
conveniente evitar la práctica de la mediumnidad de forma impulsiva o
acelerada en función de la curiosidad, de problemas obsesivos o de otro
motivo cualquiera que pueda despertar el interés por el asunto.
La mediumnidad, en términos espíritas, se debe encarar con se-
riedad y aquel que esté interesado en practicarla necesita comprender el
papel y la importancia de la disciplina, de la humildad, de la renuncia,
del servicio al semejante y del constante trabajo de reforma íntima exi-
gido a todo candidato al trabajo en la siembra del Señor.
La práctica mediúmnica en las reuniones espíritas equilibradas
no podrá ser jamás motivo de satisfacción y proyección personal, ni
campo de batalla de personas egocéntricas, deseosas de atención públi-
ca. Tampoco debe ser campo de acción de personas que se mantengan
en la ignorancia en cuanto a los verdaderos propósitos del trabajo y, de
ese modo, se hagan dóciles a las sugerencias que los inducen a venerar
a los médiums “especiales” o dirigentes supuestamente distinguidos por
el amparo y atención especial que aparentan recibir de la Espiritualidad
superior. En este sentido es recomendable poner atención a las páginas
de El Evangelio Según el Espiritismo, que trata de los “Falsos profetas de
la erraticidad” (EE XXI: 10)6 que se dedican a manipular médiums y di-
rigentes incautos, imposibilitando el trabajo mediúmnico constructivo,
hasta incentivando disputas de unos grupos contra los otros.
Siendo la mediumnidad neutra en relación a la moral es esta,
no obstante, la que le da la calidad indispensable para que aquella sea
verdaderamente equilibrada y productiva. No siendo patrimonio del
Espiritismo, éste le brinda un nuevo significado, al unirla a la práctica
de la caridad de unos a favor de los otros, dando a los interesados la
oportunidad de integrarse como cooperadores conscientes en el trabajo
de auto-perfeccionamiento y de auxilio a los que están despertando para
esta misma necesidad.

34
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

1.2 ¿Por qué formar un grupo mediúmnico?


Son motivos básicos para la formación de un grupo mediúmnico
el estudio y la práctica del Espiritismo. Pero estos motivos necesitan ser
mejor especificados para el entendimiento de todos los que pretenden de-
dicarse a esta tarea sin la experiencia necesaria o, también, para aquellos
que deseen recordar los conceptos básicos que orientan la actividad me-
diúmnica.
Cuando se pregunta el por qué de la formación de un grupo me-
diúmnico, la indagación se refiere a sus objetivos. Vamos a examinar algu-
nas ideas que pueden servir de reflexión en cuanto a los caminos para la
formación, reestructuración y mantenimiento de un grupo mediúmnico.

1.2.1 Porqué los Espíritus necesitan asistencia mediúmnica


Parece natural que los Espíritus necesitados, estando en el mun-
do espiritual, sean atendidos por Espíritus buenos, allí mismo, sin nece-
sidad de comunicarse en grupos mediúmnicos. En realidad la actividad
mediúmnica no es imprescindible para los Espíritus necesitados. André
Luiz7 nos ayuda a comprender el asunto cuando pregunta a Alexandre:
— ¿Por qué el adoctrinamiento ha de hacerse en el ambiente
de los encarnados? — indagué — Semejante medida, ¿es una
imposición en el trabajo de ese tenor?
— No — explicó el instructor — no es un recurso imprescindible.
Tenemos varios grupos de servidores de nuestro plano dedicados
exclusivamente a ese género de auxilio. […] En determinados ca-
sos, la cooperación del magnetismo humano puede influir más in-
tensamente en beneficio de los necesitados que se encuentren, en
la superficie de la Tierra, cautivos en las zonas de sensaciones. Aun
así, la colaboración de los amigos terrestres, aunque es apreciable,
no constituye un factor absoluto e imprescindible [...].
De esa forma, a pesar de no ser imprescindible, el proceso de
diálogo, con la donación de recursos magnéticos por los encarnados,
resulta positivo para los desencarnados. En ciertos casos, los hermanos

35
Carlos Campetti / Vera Campetti

desorientados en el plano espiritual no comprenden ni aceptan su situa-


ción, siendo facilitado su despertar por los recursos ofrecidos en el con-
junto del trabajo entre encarnados y desencarnados que se dedican a su
auxilio y recuperación. Hay Espíritus en procesos de dolor, restricciones
periespirituales o en estado de rebeldía que, en función de diferencias
vibratorias y fluídicas, tienen dificultades para percibir a los Espíritus
superiores, en nivel más avanzado de evolución, no pudiendo, de ese
modo, oír y entender a aquellos que los buscan para auxiliarlos.
Lo que describe el hermano Jacobo8 ilustra sobre el asunto, al
referirse a cierto trabajo mediúmnico visitado por él en compañía de
Guillon Ribeiro y Cairbar Schutel:
Que aquellos infortunados que se hallaban allí en presencia nues-
tra eran Espíritus perseguidores y sombríos, no cabía duda algu-
na. No podían ver a los bienhechores que acudían allí para me-
jorar sus condiciones, pero actuaban constreñidos por las fuerzas
magnéticas que de ellos emanaban, oyendo no obstante sus ins-
trucciones y advertencias edificantes, a través de aquellos mismos
aprendices de las aulas de Cirne.
Observé entonces, con dolor, la diferencia que existía entre mi
espíritu y los de los benditos compañeros que me habían llevado.
Mientras ninguno de ellos era visible a aquellos hermanos igno-
rantes y perturbados, a pesar de las irradiaciones brillantes que
revestían su personalidad, notaban mi presencia entre los Espíri-
tus ayudantes e intermediarios, pertenecientes a los cursos prepa-
ratorios de espiritualidad superior.
En otras situaciones, los Espíritus necesitan de la asistencia me-
diúmnica para pasar por momentos de verdad, de despertar, que son fa-
cilitados por la utilización de los recursos más materializados con los
cuales aún se afinan. Por tanto, son encaminados a las actividades me-
diúmnicas para que, con el apoyo vibratorio de los participantes de la
reunión y el contacto con los médiums, se fortalezcan, sean escuchados,
oigan la orientación que necesitan, tengan y vivan recuerdos del pasado,
pasen por embates psíquicos difíciles, pero que permiten finalmente que
los Espíritus trabajadores consigan encaminarlos a puestos de socorro

36
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

y recuperación en la espiritualidad. Incluso cuando intermediarios de


mediana evolución se prestan para auxiliar a los Espíritus superiores en
el trabajo de asistencia a los más ignorantes, muchas veces, el resultado
deseado es facilitado por el concurso de un equipo encarnado.
Este es el caso del Espíritu Marinho, referido por André Luiz9.
Marinho fue sacerdote cuando estuvo encarnado en la Tierra. Su madre,
que ya lo había conducido a la atención mediúmnica en otras ocasio-
nes, advirtiendo una disposición distinta y cierto tedio ante la situación
de desequilibrio en que vivía, solicitó al mentor Alexandre un nuevo
encuentro mediúmnico para el hijo. El día de la atención Marinho fue
conducido al círculo magnético de la reunión mediúmnica donde fue
necesaria la donación de fuerzas mentales de los presentes y del organis-
mo mediúmnico, que envolvieron a la benefactora madre para hacerla
visible al hijo, proporcionándole el despertar de la afectividad positiva y
renovadora.
El instructor Alexandre explica a André Luiz que el adoctrina-
miento en el ambiente de los encarnados es un recurso imprescindible
en los casos en que es necesaria la cooperación del magnetismo humano,
para los necesitados que se encuentren sujetos a las zonas de sensación,
en la superficie de la Tierra. Al mismo tiempo, el recurso a la mediumni-
dad sirve como enseñanza y ejemplificación edificante a los encarnados.
La atención descrita por André Luiz10 a continuación es repre-
sentativa de situaciones como aquellas a las que nos referimos:
[...] Cuando comenzó a efectuarse la etapa reservada al amor
cristiano a los desencarnados, los orientadores trasladaron a
Gaspar (Espíritu obsesor) al organismo mediúmnico, a fin de
que pudiese recibir algún beneficio al contacto de los compañe-
ros materializados en la experiencia física, que le habían sumi-
nistrado energías revitalizadoras, del mismo modo que ocurre
con las flores, que sin lo perciban sustentan el trabajo saludable
de las abejas laboriosas. Observé que los sentidos del insensible
perseguidor recuperaron una inesperada percepción. La visión,
la audición, el tacto y el olfato fueron súbitamente despertados e
incentivados. Parecía un sonámbulo que despertaba. A medida

37
Carlos Campetti / Vera Campetti

que sus fuerzas se combinaban con las energías de la médium,


más se acentuaba el fenómeno de incentivación sensorial. […] A
partir de ese proceso comenzó a oír con intensa sensibilidad, y
sostuvo una larga conversación con el adoctrinador. [...]
La gama de Espíritus atendidos en los grupos mediúmnicos es
amplia. Existen los que ni siquiera perciben que desencarnaron. Hay
otros que desencarnaron en terribles accidentes y necesitan del choque
anímico que proporciona el contacto con el médium para que puedan
renovar periespíritus. Otros, en cambio, endurecidos en el mal no acep-
tan la aproximación y el contacto con los buenos, por lo que son atraídos
hacia el grupo mediúmnico muchas veces de modo imperceptible para
ellos mismos. Otros que, formando grupos de enfrentamiento contra el
Espiritismo, vienen a amenazar a los trabajadores de la mediumnidad,
son beneficiados, sin esperarlo, por medio del esclarecimiento y del mag-
netismo, elementos que contribuyen para promover cambios de rumbo
en sus vidas, ya sea por la reencarnación, sea por el remordimiento y de-
seo de reconstrucción interior, sea por la inmersión en estado de sueño
provocado.
Un gran “etcétera” tendría que ser colocado aquí, pues son mu-
chos los motivos que desencadenan la necesidad de la atención mediúm-
nica a los Espíritus necesitados desencarnados. La serie André Luiz está
llena de ejemplos esclarecedores a este respecto.

1.2.2 Porqué los encarnados participan


en trabajos mediúmnicos
Infelizmente hay personas que inician las actividades mediúm-
nicas sin saber por qué. Otros las frecuentan algún tiempo sin saber
lo que están haciendo y permanecen desatentos a lo que pasa a su al-
rededor. Una parte de los que comparecen se dirige a la actividad por
curiosidad, les gusta y se quedan. A otra parte son los dolores y los sufri-
mientos los que los conducen a buscar el socorro del centro espírita. Los
motivos para que las personas busquen la reunión mediúmnica varian
mucho. Cada caso es único. Por otro lado, no todas las instituciones es-
píritas establecen requisitos, procedimientos o rutinas organizadas para

38
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

el acceso al grupo mediúmnico, que requiere, seguramente, un nivel mí-


nimo de conocimientos específicos y preparación en el asunto.
La situación queda sin solución cuando el grupo no organiza el
estudio de la mediumnidad bajo la óptica espírita y, por tanto, se dedica
exclusivamente a la práctica mediúmnica. Lo mismo sucede cuando el
estudio carece de un planeamiento adecuado y profundo, siendo hecho
a la aventura de la improvisación o de escasas orientaciones recibidas
por uno u otro médium.
El Hermano Jacobo11 hace referencia a clases dadas por Leopoldo
Cirne a Espíritus menos evolucionados. “Era un aula perfecta en la que
el viejo amigo preparaba futuros compañeros para la contribución espi-
ritual de orden elevada.” La tónica fundamental de los esclarecimientos
de Cirne era la fraternidad que, incluso después de la muerte del cuerpo
físico, sigue siendo el camino de la salvación. Un poco más adelante, en
el mismo capítulo de Volví, Jacobo hace referencia a “ayudantes inter-
mediarios, pertenecientes a los cursos preparatorios de Espiritualidad
superior”. Si en el mundo espiritual hay cursos y aulas para preparar tra-
bajadores para diversas tareas, ¿no sería eso también conveniente para
nosotros los encarnados?
Los objetivos orientadores de la participación de los encarnados
en actividades mediúmnicas están relacionados con el servir al prójimo
y con el perfeccionamiento individual necesario para ampliar el poten-
cial de servicio, con la educación moral proporcionada por los ejemplos
que la actividad mediúmnica revela. Alexandre, una vez más, aclara so-
bre el asunto en Misioneros de la luz .12
[...] pero, cuando es posible y útil nos valemos de la ayuda de los
médiums y de los adoctrinadores humanos, no sólo para facilitar
la solución deseada, sino también para proporcionar enseñanzas
vivas a los compañeros encarnados, despertando en sus corazo-
nes la espiritualidad. […] Ayudando a las entidades desequilibra-
das, se ayudarán a sí mismo; adoctrinando, acabarán, igualmente,
adoctrinados.
El hermano Jacobo13 registra un esclarecimiento de Guillón
Ribeiro (Espíritu) que apunta en esa misma dirección. Según Guillón,

39
Carlos Campetti / Vera Campetti

aunque los desencarnados endurecidos pudiesen ser instruidos en el


plano espiritual, “los beneficios obtenidos por la colaboración alcan-
zarían particularmente a los amigos encarnados, aumentando no so-
lamente su conocimiento y su experiencia, sino también anulando sus
lamentables impulsos hacia el mal.” Es decir, el intercambio mediúmni-
co tiende también a la orientación de los encarnados por los ejemplos
que ofrece de las consecuencias de la ignorancia y del mal.
Le corresponde a la Institución Espírita, por tanto, promover
condiciones para que las personas que se unan a las actividades me-
diúmnicas comprendan que aprender, educarse y cooperar con frater-
nidad son los objetivos que deben guiar los esfuerzos de los interesados
en trabajar con la mediumnidad.

1.2.3 Porqué la tarea mediúmnica es


interesante para la casa espírita
Aquí pueden ser considerados dos aspectos fundamentales: las
ventajas en el ámbito individual para frecuentadores y trabajadores del
Centro y las ventajas para el propio Centro como institución.
No es ninguna novedad que los Espíritus, tanto los de naturale-
za inferior como los bien intencionados de diversos niveles evolutivos,
acompañan e influencian a los encarnados. Cuando una persona va a
la casa espírita acompañada por un Espíritu sufriente u obsesor, ambos
son beneficiados con los esclarecimientos y el servicio de pases ofre-
cido en la reunión pública. Pero si la institución cuenta con un traba-
jo mediúmnico equilibrado es posible que el Espíritu sea encaminado
por los mentores espirituales para la reunión donde será esclarecido y
orientado, en una tentativa de auxiliarlo a cambiar de rumbo y encon-
trar caminos más productivos para la vida y para sí mismo. Con esto el
frecuentador o trabajador encarnado de la Casa es beneficiado, aunque
no se dé cuenta de eso.
En cuanto a la Casa Espírita, para disfrutar de las ventajas de
la actividad mediúmnica, ésta necesita ser realizada en base a la orien-
tación de Kardec, con buen sentido y equilibrio. Si una Casa Espírita
comienza la práctica mediúmnica sin un estudio previo que ofrezca a

40
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

las personas condiciones de comprender el proceso y las implicaciones


del desarrollo mediúmnico, podrá estar exponiendo a sus trabajadores
a serios riesgos de obsesión. Esta preparación es necesaria y debe ser
hecha de tal forma que al cabo de algún tiempo, por lo menos algunos
de los participantes, estén en condiciones de iniciar el trabajo práctico
con la espiritualidad.
Es verdad que el intercambio mediúmnico forma parte de
nuestra vida diaria, pues, conforme orienta El libro de los espíritus en
la pregunta 459, con frecuencia son ellos quienes nos dirigen. Es por
este mismo motivo que se requiere de nosotros, como individuos, un
comportamiento moral y normas de pensamientos elevados que nos
habiliten a la simpatía y protección de los Espíritus trabajadores del
bien. En el caso del Centro Espírita y de la reunión mediúmnica, se
pide aún más, pues no es sólo la cuestión individual la que está siendo
considerada, sino el colectivo de nuestras posibilidades y disposiciones
íntimas. Para que este colectivo pueda ser adecuado a la manifestación,
orientación y amparo de los Espíritus del bien son necesarios el cono-
cimiento y la preparación de los participantes, como individuos y como
grupo.
Cuando un Centro Espírita, por distintos motivos, aplaza in-
definidamente la implantación de un grupo mediúmnico está negan-
do a sus frecuentadores una excelente oportunidad de educación, de
capacitación de sus potencialidades y de prestar servicio al prójimo.
Además de esto priva a los trabajadores de otras ventajas, entre ellas el
desarrollo de amistad ostensiva con Espíritus superiores; la concepción
de créditos por la cooperación con la espiritualidad mayor en el auxilio
a Espíritus que necesitan del concurso de los encarnados para su des-
pertar y corrección de rumbo; la conquista del respeto de los hermanos
sufrientes e ignorantes beneficiados por el ejercicio de la fraternidad
que redunda en su despertar para nuevos rumbos en la vida; el apoyo
más directo y muchas veces revelado de lo Más Alto para otras tareas
que pretenda desarrollar; la generación de energías positivas que posi-
bilitan a los técnicos de la espiritualidad la protección del ambiente y de
sus frecuentadores y trabajadores etc.

41
Carlos Campetti / Vera Campetti

1.3 Características de los grupos mediúmnicos


Comprendida la importancia de la actividad mediúmnica para
los desencarnados, encarnados y para la Casa Espírita vamos a exami-
nar las características que los grupos mediúmnicos pueden asumir
El punto fundamental de cualquier trabajo mediúmnico debe
ser la caridad. Cuando nos apartamos del aspecto moral de la Doctrina
nos distanciamos de la esencia misma del Evangelio y nos predispone-
mos al desequilibrio. Tal es el riesgo de atribuirle primacía a las mani-
festaciones mediúmnicas, como objetivo por si mismo, o también, si se
intentar centralizar los recursos de la mediumnidad en actividades sin
un fin útil o sin naturaleza elevada.
Se podría argumentar que las manifestaciones mediúmnicas de
toda naturaleza fueron muy intensas al comienzo del Espiritismo, pro-
porcionando un “efecto demostración”, para llamar la atención de las
masas hacia una nueva realidad que se venía a desvelar. Eso no puede
ser contradicho. Se podrá alegar, además, que este objetivo sigue actual
y relevante. En este punto, debemos observar que el momento es otro y
las relaciones difieren de importancia. La Doctrina Espírita está estable-
cida y, actualmente, tiene más importancia el conocimiento que hereda-
mos de nuestros antecesores espíritas fruto del contacto masivo con el
plano espiritual, origen de material valioso de estudio para los trabajos
de investigación científica o filosófica, que el efecto demostración. Para
la propia divulgación doctrinaria hoy tiene más importancia el consuelo
y la esperanza esparcida y los esclarecimientos sobre la vida más allá de
la muerte. Aún nos queda mucho por aprender de todas las enseñanzas
recibidas, de todas las investigaciones hechas hasta ahora.
Mientras tanto no se puede dejar de reconocer, por su impor-
tancia, el trabajo que hoy hacen los espíritas especialistas, con prepa-
ración académica y/o con un largo tiempo de experiencias en el área
del análisis científico; trabajo que exige dedicación y gran conocimiento
acerca de los resultados obtenidos por otros investigadores y el cual se
proyecta hacia el futuro en términos de los rumbos de la ciencia y de su
aplicación en investigación espírita. A este respecto se debe destacar que

42
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

la credibilidad y el valor de este trabajo están relacionados con la pre-


paración de los investigadores, necesaria para la conquista del respaldo
científico que apruebe sus experiencias y respectivos resultados.
La potencialidad del amor, resaltada en el mensaje de la Doctrina
Espírita, que requiere de cada uno más esfuerzos de superación para de-
sarrollarse, es el punto neurálgico de nuestra colaboración para con la
obra del Consolador y, por eso, debe recibir todo el énfasis en nuestros
grupos mediúmnicos. En el Movimiento Espírita, para que podamos
realizar la programación de Jesús, debemos centrar nuestros esfuerzos
en la asistencia a los necesitados de todo orden.
La naturaleza de los trabajos a ser realizados dependerá básica-
mente: de los diferentes tipos de mediumnidad y de las disposiciones
reunidas; del grado de sensibilidad, tacto, inteligencia, conocimiento y
evangelización de cada uno y de todos los miembros; de la calidad de la
relación personal entre los que se proponen trabajar juntos en el grupo
y de las necesidades de los encarnados y desencarnados a ser beneficia-
dos. Por consiguiente, son infinitos en sus matices los tipos de trabajos
mediúmnicos que realizan las Casas Espíritas.
Algunos grupos se ocupan del esclarecimiento y atención fra-
terna a entidades sufrientes. En ellos es más común la manifestación de
Espíritus que traen todo tipo de sufrimiento causado por la ignorancia
de las Leyes Divinas, de la realidad de la vida espiritual, de la verdadera
finalidad de la vida física. En estos grupos, además de médiums y cola-
boradores experimentados, pueden actuar los que se están iniciando en
actividades mediúmnicas.
Los casos más complicados, más complejos y difíciles son, nor-
malmente, reservados, por los mentores espirituales, para los grupos
más experimentados principalmente los de desobsesión. Solamente
la práctica y el estudio continuados pueden proporcionar condiciones
para que la persona actúe con provecho y productividad en trabajos de
esta naturaleza.
Por eso, en los trabajos de desobsesión no es conveniente la
presencia de personas que están comenzando la práctica del intercam-
bio mediúmnico, pues ellos exigen la colaboración de un equipo con

43
Carlos Campetti / Vera Campetti

experiencia en el contacto con el plano espiritual y que ya tenga seguri-


dad en cuanto al conocimiento y a la práctica del Espiritismo.

1.4 ¿Cómo formar un grupo mediúmnico?


Conforme explica Allan Kardec “[…] la práctica del Espiritismo
está rodeada de muchas dificultades, y no está exenta de inconvenien-
tes que sólo un estudio serio y completo puede prevenir […]. (LM
Introducción)14 Y sigue informando: “Siendo la unidad de principios
uno de los puntos importantes, no puede existir en aquellos que, no
habiendo estudiado, no pueden tener una opinión formada.” (RE, 1861,
dic., p. 538). También aclara el Codificador que “una reunión es un ser
colectivo cuyas cualidades y propiedades son la resultante de las de sus
miembros, y forman una especie de haz. Ahora bien, cuanto más ho-
mogéneo sea ese haz, tanto más fuerza tendrá […]”. (LM XXIX: 331)15
Por consiguiente, antes de la práctica mediúmnica propia-
mente dicha, es necesario que el grupo y sus miembros satisfagan dos
requisitos básicos. El primero es el conocimiento en el área de la me-
diumnidad, que sólo un estudio serio y continuado puede ofrecer; y el
segundo, que el grupo sea homogéneo, armónico. La homogeneidad no
es fácil de alcanzar. Para llegar a alcanzarla uno de los caminos puede
ser la convivencia en el estudio. Por el estudio se llega al conocimiento
y por la convivencia a la armonización del grupo. Sencillo para ser es-
crito o hablado, pero no tan sencillo para ejecutarlo.
León Denis16 dice, basado en la experiencia de años en el campo
del intercambio mediúmnico:
Muchas tentativas son infructuosas, muchos agrupamientos
no tienen más que una existencia efímera, a consecuencia de
la falta de paciencia, de abnegación y cohesión.
Se buscan con avidez los fenómenos trascendentales, pero
cuando se sabe que para obtenerlos es menester someterse a
una impulsión gradual de algunos meses, y a veces de algu-
nos años, reunirse un día determinado, a lo menos una vez

44
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

por semana, y no desanimarse por la tardanza del éxito, mu-


chos vacilan y retroceden. Es menester, pues, no admitir en
los grupos en formación más que a miembros completamente
resueltos a perseverar y a no amedrentarse por las lentitudes y
los obstáculos. Solamente con el tiempo y mediante esfuerzos
sostenidos pueden verificarse en el organismo de los médiums
y de los experimentadores las profundas modificaciones que
permiten exteriorizar las fuerzas indispensables para la pro-
ducción de los fenómenos. [...]
Aunque los interesados en formar un grupo mediúmnico encuen-
tren personas experimentadas en el asunto es necesario que todos se so-
metan humildemente al estudio de la mediumnidad, lo que propiciará el
surgimiento de las afinidades, la aparición de eventuales divergencias a ser
resueltas y el desarrollo del hábito de la constante búsqueda de la fraterni-
dad entre todos. Si la actividad fuera bien conducida, con la profundidad
de los conocimientos vendrá, también, la armonización de pensamientos y
sentimientos indispensables para una actividad segura.
La formación del grupo mediúmnico cumpliría de este modo dos
etapas distintas, aunque complementarias entre sí. La primera podría ser
llamada estudio-armonización y la segunda estudio-práctica o trabajo me-
diúmnico. Sin embargo, estas no son las únicas etapas de la existencia de
un grupo dedicado a la mediumnidad. A ellas se añadiría una tercera fase,
planteada más adelante: la de su mantenimiento y preservación.
Es importante destacar en este momento que no necesariamente
el estudio de la mediumnidad producirá como resultado un grupo me-
diúmnico. Esto va a depender de muchos factores que serán examinados
oportunamente.

1.4.1 ¿Quién dirige?


No estamos tratando aún del trabajo mediúmnico propiamente
dicho. Hablamos de la definición de quien va a dirigir el estudio-armo-
nización para asumir la difícil y desafiante tarea de encaminar el grupo,
o parte de él, a la práctica mediúmnica equilibrada y productiva en el
futuro.

45
Carlos Campetti / Vera Campetti

Sugerimos el estudio-armonización como etapa inicial de un


grupo de estudio de la mediumnidad en la cual se buscará formar una
base común de conocimientos y generar armonía entre sus miembros.
Sólo después de cumplida esa etapa el grupo o parte de él podrá iniciar
la segunda etapa que sería la del estudio-práctica, en la cual el estudio
sería mantenido en tiempo reducido para apertura de espacio al ejerci-
cio de la mediumnidad.
Para dirigir la etapa de estudio-armonización se requiere una
persona experimentada, tanto en relación a la práctica mediúmnica
como —y principalmente— a la conducción del estudio de la medium-
nidad y de los desarrollos de las relaciones humanas para orientar al
grupo en sus diversas etapas de aprendizaje y armonización.
Esta persona podrá ser, o no, el dirigente del posible y futuro
grupo mediúmnico. En el caso de que no lo sea, tendrá la tarea de iden-
tificar y/o preparar a alguien que pueda hacerlo a lo largo del período
de estudio-armonización. Lo ideal es que el futuro dirigente del grupo
mediúmnico participe de toda esta etapa inicial de preparación. Él mis-
mo estará pasando por el proceso de adaptación junto con los demás
participantes.
La decisión de quién dirige tanto una como otra etapa es de
la junta directiva o del área específica que cuida del tema en la Casa
Espírita, conforme a la estructura vigente.
Considerando que el liderazgo precisa ser consentido por el
grupo, puede ocurrir que en el desarrollo del estudio se identifique otra
persona dentro del equipo con mejores condiciones de dirección que la
inicialmente elegida para la tarea. En este caso, la persona previamen-
te indicada necesita ser suficientemente humilde para reconocer que el
grupo estará mejor conducido por otro. Un grupo mediúmnico en el
cual el dirigente necesita ser impuesto no tendrá grandes oportunida-
des de funcionar satisfactoriamente. Esta situación es muy diferente de
aquella otra, ideal, en la que el dirigente adquiere el respeto del grupo
por su conocimiento del Espiritismo y vivencia de la moral cristiana,
condición que resultará, seguramente, en la buena relación del dirigente
con los miembros del grupo.

46
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Más adelante serán examinadas las cualidades de los miembros


del grupo, destacando las condiciones necesarias para el desempeño
del papel de la conducción de los grupos de estudio y de la práctica
mediúmnica.
Se debe considerar la posibilidad, común en lugares donde el
Espiritismo aún está siendo implantado, de que no haya ninguna per-
sona con experiencia suficiente en la práctica mediúmnica o en el estu-
dio de la mediumnidad para dirigir un grupo de personas que desean y
tienen la necesidad de trabajar con la mediumnidad. Principalmente en
estos casos, además de la dedicación al conocimiento de la obra básica,
es importante seguir un programa de estudio que facilite el proceso ini-
cial de estudio-armonización. Cuando no hay una persona experimen-
tada para dirigir el grupo, un programa bien estructurado, aunque no
sustituya o dispense la necesidad de la experiencia, puede ayudar mucho
al grupo a caminar por las sendas de la adquisición del conocimiento y
de la armonización indispensables para la sana práctica mediúmnica.
Después de formar una sólida base de conocimiento y conquistados
los fundamentos de sustentación del equipo para el ejercicio de la me-
diumnidad, miembros del grupo, especialmente el dirigente, podrán ser
admitidos en grupos experimentados y equilibrados que les posibiliten
una necesaria, aunque rápida, visión del funcionamiento de una activi-
dad mediúmnica.
Nada sustituye la experiencia, pero los primeros grupos
mediúmnicos, surgidos en los principios del movimiento espírita, no
contaban con la orientación doctrinaria de la que hoy disponemos.
Sólo con el tiempo fue posible la formación o reestructuración de
grupos con base en las orientaciones de Allan Kardec y León Denis y,
más recientemente, en las obras escritas por estudiosos trabajadores
encarnados en el área de la mediumnidad o psicografiadas por médiums
fidedignos por la coherencia de sus ejemplos, como Francisco Cándido
Xavier, Yvonne Pereira, Divaldo Pereira Franco entre otros.
De esta forma, obedeciendo a los principios registrados formal-
mente por el Codificador es posible iniciar una práctica mediúmnica,
que podrá ser productiva si la prudencia y la perseverancia fuesen la

47
Carlos Campetti / Vera Campetti

tónica orientadora del comportamiento de las personas envueltas en el


proceso.
Además, este es uno de los objetivos de este libro: auxiliar, in-
clusive a los menos experimentados, a estructurar un estudio serio y
continuado que posibilite las condiciones indispensables para la adqui-
sición de una base conjunta de conocimiento y dé soporte al proceso de
armonización, en la relación y en la actividad, de los miembros de un
grupo que desee servir a la causa del Amor por mediación del trabajo
mediúmnico.

1.4.2 Estudio-armonización
Todo lo que da resultado positivo y controlado en las activida-
des humanas parte de metas y objetivos claramente definidos y com-
prendidos por aquellos que se encuentran envueltos en el proceso. Por
tanto, para la primera etapa — la del estudio y búsqueda de la armoniza-
ción entre los participantes, con vistas a la homogeneidad propuesta por
Kardec —, sería interesante definir objetivos que, una vez comprendidos
por el grupo, puedan guiarlo en el rumbo deseado. Es muy importante
que estos objetivos, así como todo lo que el grupo hiciera, sea decidido
por un análisis y aprobación conjunta de todos sus participantes. Por
esto mismo, no se puede tener la intención de ofrecer ideas rápidas y
acabadas. Por lo tanto, a modo de ejemplo, un grupo de estudio de la
mediumnidad, en su fase de estudio-armonización, podría tener como
objetivos generales:
• Promover, por el estudio de la mediumnidad y el desarrollo
de la armonización entre los participantes, condiciones para
el intercambio mediúmnico equilibrado.
• Apoyar a los miembros del grupo, que demuestren perseve-
rancia y un sincero interés, en la identificación y educación
de sus capacidades y facultades mediúmnicas.

Estos objetivos son establecidos a nivel de grupo. Orientados por


un dirigente, los participantes, como grupo, buscarían cumplir objetivos

48
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

dirigidos a la formación y mantenimiento de la propia actividad, que es


el fin, el porqué de la existencia de aquel equipo de trabajo. Los dos re-
quisitos destacados por Allan Kardec como esenciales —estudio para el
establecimiento y desarrollo del conocimiento básico (LM III: 34 y 35)17
y constante trabajo por el desarrollo de la armonía indispensable para el
surgimiento de la homogeneidad deseada (LM XXIX: 331)— aparece-
rían justo al inicio, teniendo claro todo el grupo el papel que le corres-
ponde como condición indispensable a su propia existencia.

***
De forma complementaria cada participante, individualmente,
podría buscar también alcanzar objetivos de naturaleza semejante a fin
de vivenciar el contenido básico a seguir desarrollando.

Estudiar la mediumnidad, sus manifestaciones,


sus mecanismos y sus consecuencias
Es difícil llegar a un lugar determinado sin conocer el camino o
sin tener un mapa. Aún teniendo un mapa, si no se le entiende no sirve
de nada. Nadie puede ser aspirante a los servicios de enfermería sin ha-
ber pasado por el curso de preparación. Lo que queremos decir es que la
mediumnidad es una actividad especializada dentro del centro espírita
y los que desean servirse de ella necesitan conocer sus manifestaciones
y sus mecanismos, en lo máximo de sus particularidades, para aprender
a juzgar sus consecuencias.
Además, el conocimiento tiene un papel relevante respecto a
la actividad mediúmnica, especialmente para los médiums ostensivos,
aunque también para todos los demás participantes de la reunión ya
que todos, al final, son médiums en el desempeño de diferentes fun-
ciones. De este modo, lo que vamos a reproducir a continuación, de los
Espíritus Erasto y Timoteo (LM XIX: 225)18 referente a los médiums
puede ser aplicado a todos los miembros del grupo porque todos pue-
den ser inspirados en diferentes grados de intensidad durante la activi-
dad mediúmnica, dependiendo de las aptitudes que desarrollaron.

49
Carlos Campetti / Vera Campetti

[...] De esta manera, cuando encontramos un médium cuyo cere-


bro está repleto de conocimientos adquiridos en su vida actual, y
su Espíritu es rico en conocimientos anteriores latentes, adecua-
dos para facilitar nuestras comunicaciones, preferimos servirnos
de él, porque con ese médium el fenómeno de la comunicación
nos resulta mucho más sencillo que con uno de inteligencia limi-
tada y de escasos conocimientos anteriores. [...]
Como decíamos, este esclarecimiento puede ser aplicado por
extensión si consideramos el equipo como un organismo colectivo y la
reunión como un campo de trabajo más o menos favorable a la acción
de la espiritualidad, dependiendo de los recursos y capacidades que ella
encuentre en sus integrantes. Para acciones de mayor profundidad en el
campo de la atención a los Espíritus necesitados o en el de la orientación
ofrecida por los Espíritus mentores, el equipo espiritual obtendrá resul-
tados más efectivos y profundos con aquellos grupos que se dediquen al
estudio y a la preparación, tanto en conjunto como de forma individual,
elementos que nos colocan en mejores condiciones para actuar en el área
del servicio al prójimo.

Comprender la mediumnidad como medio de comunicación y recurso


de esclarecimiento y redención de encarnados y desencarnados
La mediumnidad puede ser comprendida dentro del contexto
de la comunicación, pues es un medio de intercambio de informaciones
entre dos planos de vida. En términos espíritas tiene finalidades muy
precisas, y en los trabajos de los grupos especializados tiene por función
el esclarecimiento y la redención de encarnados y desencarnados. Los
primeros beneficiados por ella son los propios participantes que, mu-
chas veces, creen que solamente están prestando un servicio o haciendo
la caridad al unirse a un grupo. No obstante, antes de donar algo, si
el trabajo obedece a requisitos de seriedad y honestidad, cada partici-
pante recibirá la ayuda, la inspiración, la asistencia de la Espiritualidad
superior encargada de dirigir y apoyar las actividades desde el mundo
espiritual.

50
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

La mediumnidad como medio de comunicación entre dos pla-


nos de vida puede manifestarse en cualquier lugar y no solamente dentro
del grupo mediúmnico. No obstante, la calidad de la práctica mediúm-
nica dependerá de las opciones de las personas, muy especialmente de
los que aspiren a su práctica en un grupo de orientación espírita. El tipo
de soporte o de influencia espiritual que van a recibir, como miembros
de un grupo de estudio de la mediumnidad y, posiblemente, de práctica
mediúmnica dentro de algún tiempo, depende mucho de la utilización
que pretendan dar a este medio de comunicación.
De ahí la importancia de que cada participante tenga siempre
presente que el aspecto esencial de la mediumnidad en el medio espírita
es servir, porque, cuando esta función básica es atendida, el participante
de la actividad es automáticamente servido dentro del proceso en el cual
está envuelto. En el caso contrario, por una cuestión de afinidad y nece-
sidad de aprendizaje, sufrirá las naturales consecuencias de su ignoran-
cia por no haberse dedicado convenientemente o haber sido negligente
ante la oportunidad de comprender el arraigo estrecho de la mediumni-
dad con el servicio al prójimo.
Otros encarnados beneficiados por la actividad mediúmnica
son los frecuentadores de los Centros Espíritas, que vienen a las reunio-
nes públicas u otras reuniones de estudio y trabajo con sus compañías
espirituales. Cuando es necesario y hay condiciones para el servicio, al-
gunos de estos Espíritus son encaminados para la(s) actividad(es) me-
diúmnica(s) con vista al esclarecimiento y orientaciones posibles.
Están también los encarnados que se benefician por las oraciones
y peticiones de ayuda hechas por los frecuentadores de Centros Espíritas.
Los Espíritus auxiliares visitan, cuando se dan las condiciones necesarias,
los hogares y los lugares frecuentados por las personas mencionadas en
las oraciones y pueden, también, promover la dirección hacia un grupo
de esclarecimiento espiritual a los desencarnados menos esclarecidos
que las rodean y perjudican de alguna forma.
De entre los desencarnados, no solamente son amparados y be-
neficiados por la actividad mediúmnica los referidos en los dos últimos

51
Carlos Campetti / Vera Campetti

párrafos. Este tema será detallado en la segunda parte de este libro,


Capítulo 8 — Algunas situaciones en las que se encuentran los Espíritus.

Asimilar y vivir los principios educativos ofrecidos por


la Doctrina Espírita y el Evangelio de Jesús
Si se comprende lo que atañe al intelecto, se hace necesario com-
pletar el proceso buscando recursos que apoyen el desarrollo del senti-
miento. El Espiritismo y el Evangelio de Jesús presentan la base para el
auto-conocimiento y la transformación moral o, en otras palabras, la
integración del individuo consigo mismo. Esta integración lo lleva a la
comprensión de la finalidad de su existencia y a la imperiosa necesidad
de buscar los caminos de ser útil, en un proceso de interacción con el
prójimo en la vivencia de la caridad, en obediencia —consciente y con-
sentida— a las Leyes divinas y, por consiguiente, a su integración con
el Padre. Asimilar va más allá que simplemente comprender. Es absor-
ber los contenidos que pasan a formar parte, a integrar el ser y a guiar
su personalidad orientando sus actividades y acciones, en una viven-
cia cada vez más amplia y profunda, reflejo de su auto-descubrimiento
como hijo de Dios, hermano de todos, destinado a la felicidad que es la
conquista de su propio esfuerzo de evolución, actitud que se hace cada
vez más consciente a medida que el ser avanza. Pero todo tiene un co-
mienzo y el comienzo no puede estar en el último peldaño de la escale-
ra. Paso a paso, es necesario comenzar por las lecciones más simples e ir
profundizando la asimilación y vivencia de las opciones más profundas.
Es interesante comenzar por lo que ya entendemos, abriendo el campo
hacia lo que aún no estamos preparados para asimilar y vivenciar.

Formarse para la actuación mediúmnica productiva y equilibrada


Cuando se desea trabajar con la mediumnidad es necesario bus-
car la formación. La integración en el grupo de estudio de la mediumni-
dad es un paso importante, pero no suficiente.

***

52
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Podemos utilizar las palabras de Aulus, instructor espiritual de


André Luiz, para resumir esta necesidad: “[...] El problema consiste en
aprender sin desanimarse y en servir al bien constantemente”.19

1.4.3 Los candidatos a la mediumnidad


Allan Kardec afirma (RE, 1861, dic., p. 538).20
[…] Infelizmente, cuando creamos un grupo, somos muy poco
rigurosos en la elección, porque, ante todo, queremos formar
un núcleo. Para ser admitido en él basta, la mayoría de las veces,
un simple deseo o una adhesión cualquiera a las ideas generales
del Espiritismo. Solamente más tarde es cuando percibimos ha-
ber facilitado en demasía la admisión. […] Aquel que tiene la
intención de organizar un grupo en buenas condiciones debe,
ante todo, asegurarse del concurso de algunos adeptos since-
ros, que lleven la doctrina en serio y cuyo carácter, conciliador
y benevolente, sea conocido.
De hecho, uno de los mayores desafíos enfrentados por quien
decide formar un grupo mediúmnico es la selección de los participan-
tes. Acorde a la orientación de León Denis:21
[...] Si bien conviene escoger cuidadosamente a los colabora-
dores, tampoco hay que llevar las cosas al extremo y mostrarse
demasiado exclusivo. Con el socorro de lo Alto y la asistencia
de los Espíritus guías, las discordancias que reinan al principio
en ciertos círculos pueden atenuarse y dar lugar a la homoge-
neidad [...]
Atentos a las palabras de Kardec y de León Denis, vamos a exa-
minar las posibilidades utilizadas normalmente para la selección de los
participantes de una actividad mediúmnica.

La elección “a dedo”
Una de las prácticas más antiguas es la de seleccionar “a dedo”
a las personas más aptas para participar en el trabajo mediúmnico.

53
Carlos Campetti / Vera Campetti

Alguien, indicado por la Junta Directiva del Centro o que se crea


con autoridad o capacitado para decidir, se propone para formar un
grupo mediúmnico y busca en la Casa Espírita o entre sus relacio-
nes a las personas con “conocimiento y experiencia” para asumir las
responsabilidades de la práctica mediúmnica.
En este caso es frecuente que al aparecer un “novato”, sin
ninguna experiencia o afirmando haber participado en este tipo
de trabajo en otros grupos, sea admitido directamente dentro del
grupo mediúmnico por la simpatía que despierta en el dirigente,
o reciba la recomendación de quedarse asistiendo a las reuniones
públicas u otros eventos del Centro por tiempo indefinido —rara-
mente menos de un año— hasta que alguien lo busque (si eso ocurre)
y lo invite para alguna tarea. En este segundo caso, cuando el intere-
sado es persistente puede llegar a ser admitido si consigue convencer
directamente al dirigente o encontrar a alguien del grupo que lo re-
comiende.
Observemos que el simple impedimento de la participación de
desconocidos o inexpertos, por algún tiempo, genera insatisfacción.
Hay quien afirma no ser bien recibido en los Centros Espíritas porque
no le es permitido integrarse al (o a un) grupo mediúmnico de la casa.
La simple selección de personas experimentadas no ofrece so-
lución a la problemática, pues además de que no siempre es fácil en-
contrar personas en esta condición, que aún no estén comprometidas
con algún grupo, nada garantiza que la “experiencia” no haya contri-
buido a la formación de vicios y tics que dificultan la comprensión de
la propuesta del Espiritismo para un trabajo mediúmnico equilibrado
y productivo. Tampoco es una solución mantener a las personas des-
conocidas en espera pura y simple, por algún tiempo, sin ofrecerles
condiciones para que se preparen para la tarea a la cual desean unirse.

La exigencia de conocimiento doctrinario


Otra práctica muy común para la selección de participantes de
las actividades mediúmnicas es la exigencia del conocimiento previo de
las obras de la Codificación. Se considera que las personas necesitan

54
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

haber leído, por lo menos, El libro de los espíritus y El libro de los mé-
diums, pero se considera ideal el conocimiento de toda la Codificación.
Esta práctica no deja de ser una variante del criterio de la elec-
ción “a dedo”. La única diferencia es que la elección está orientada por el
criterio de conocimiento doctrinario.
No obstante, ¿la simple lectura de algunos libros o de toda
la Codificación puede constituir garantía de que las personas estén
preparadas y cumplan los requisitos para participar en la actividad
mediúmnica? Como en la situación anterior no se ofrece a los interesados
posibilidades de adquirir las condiciones mínimas, que sólo un estudio
específico y bien orientado sobre la mediumnidad puede proporcionar.
Además de esto, ¿dónde está la garantía de armonización del equipo
formado de esta manera para habilitarlo a entrar directamente a la
práctica mediúmnica?

Los cursos y estudios de Espiritismo


Para suplir la deficiencia observada algunos Centros Espíritas
desarrollan o adoptan programas específicos de estudio de la me-
diumnidad con la intención de preparar mejor a los candidatos para
la práctica mediúmnica. Entretanto, los grupos, en su mayor parte,
continúan exigiendo que las personas tengan cierto conocimiento pre-
vio del Espiritismo y algunos de ellos encaminan a los aspirantes a la
actividad mediúmnica para cursos doctrinarios, antes de admitir su
inscripción en el estudio específico de la mediumnidad.
No obstante, hay instituciones que llevan a todos los partici-
pantes que concluyen estos cursos a la práctica mediúmnica, sin un
criterio de evaluación que indique si el interesado está o no preparado
para la actividad. No siempre la participación en estudios generales o
sobre temas específicos asegura la preparación de la persona para la
práctica mediúmnica. No podemos olvidar los factores fundamentales
recomendados por Kardec, que son el conocimiento de la mediumni-
dad y la armonización del grupo.

55
Carlos Campetti / Vera Campetti

Tuvimos la oportunidad de observar experiencias de esta na-


turaleza. La institución espírita, cediendo a presiones de participantes
del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espírita que estaba llegando
al último programa, decidió crear un grupo mediúmnico con todos
los interesados que finalizarían el ESDE. Todo comenzó con mucho
entusiasmo, pero no tardaron en aparecer los problemas. A pesar de
haber estudiado juntos aproximadamente cuatro años y tratado de la
mediumnidad en la parte específica prevista en el programa, el estu-
dio del ESDE no está destinado a la preparación de personas para la
práctica mediúmnica. La iniciativa culminó con la exclusión de varios
participantes que terminaron por dejar la casa espírita angustiados y
resentidos. El dirigente, que aceptó asumir la tarea sin conocer efecti-
vamente al grupo, también sufrió mucho hasta llegar a una condición
mínima de mantenimiento de la práctica mediúmnica productiva,
siendo acusado, muchas veces, de incomprensivo y “dueño de la ver-
dad” por aquellos que no deseaban hacer los esfuerzos necesarios para
su adecuación a las exigencias de un trabajo serio.
Los estudios doctrinarios (por ejemplo, estudio sistematizado
de la doctrina espírita, estudio de la obra básica etc.) no sustituyen, de
este modo, el estudio-armonización que es indispensable para la pre-
paración específica de trabajadores para el área de la mediumnidad.
Sin embargo, nada impide que la dirección establezca como
criterio, especialmente donde es grande la afluencia de interesados a
los grupos de estudio del Centro Espírita, permitir solamente la en-
trada en el estudio específico de la mediumnidad a quien haya hecho,
por ejemplo, el Estudio de la Obra Básica, el Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espírita, el Estudio del Evangelio, el estudio de las Obras
de André Luiz, u otros estudios del Espiritismo mantenidos por la
Casa. Este criterio funciona como filtro, pues, con las excepciones que
siempre existen, llegarán a los grupos de estudio de la mediumnidad

56
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

aquellos que resistan y se adapten a la disciplina que debe formar parte


de un estudio semi-privado de la Casa Espírita.*

***
Hay casos en que tanto en las prácticas arriba mencionadas
como en sus posibles variantes, se establece un estudio considerado su-
ficiente en el que los miembros “escuchan” una prelación por un tiempo
breve antes de la práctica mediúmnica. No es costumbre que haya una
evaluación periódica de las actividades ni acompañamiento de la parti-
cipación por criterios claramente definidos y comprendidos por todos.
Existen otros casos en que el dirigente es más exigente y en los cuales
puede hasta incluso haber excesivo rigor en los criterios de participa-
ción. Algunos participantes cumplen por deber y no por haber com-
prendido propiamente lo que hacen, mientras otros van eludiendo las
“normas” como pueden a lo largo del tiempo.
En todos los casos, permanece la gran dificultad que es saber
quién de hecho está preparado o no para la tarea. ¿Existen criterios para
ser utilizados para saber si la persona está apta o no? ¿Sería convenien-
te adoptarlos? ¿Quién tiene la autoridad para decidir sobre el asunto?
¿Qué y cómo hacerlo?

Democratizando el proceso de selección


Para la solución de este dilema, como de tantos otros, el camino
más natural y lógico es buscar orientación en la Codificación. ¿Qué dijo
el Codificador sobre este asunto? En diversas oportunidades (por ejem-
plo en LM III: 31 al 33)22 destacó la importancia de que las personas no
se entreguen a la práctica antes de conocer la teoría. Indicó, inclusive,

*
Nota de los autores: Entendemos que un Centro Espírita, en términos de organización admi-
nistrativa y funcional, cuenta con tres tipos de actividades: las públicas para las cuales pueden
asistir todos los interesados como simples frecuentadores, sin ningún tipo de compromiso
formal con la casa, como es el caso de las conferencias, pases y asistencia social (en el caso de
las personas atendidas) o algunos grupos de estudio de libre participación; las semi-privadas
con las cuales el frecuentador ya asume algún tipo de compromiso (mínimamente de estudio
regular), como es el caso de las reuniones del tipo Estudio Sistemático de la Doctrina Espírita;
y las privadas, con las cuales los trabajadores asumen compromisos más formales, aceptando
compartir las responsabilidades de los destinos de la propia actividad, como es el caso de
todas las reuniones para trabajadores y de las de estudio y práctica de la mediumnidad.

57
Carlos Campetti / Vera Campetti

que son ciertos los prejuicios para aquellos que se entregan al ejercicio
de la mediumnidad sin antes conocer las condiciones necesarias para
su práctica segura, los riesgos y escollos que enfrentarán, los obstáculos
que deberán superar para que el trabajo sea productivo. Por tanto, para
Allan Kardec, así como para todo espírita consciente, el estudio antes de
la práctica mediúmnica es fundamental.
También tenemos que tener en cuenta otras consideraciones: El
estudio debe ser específico, dirigido, pero ¿a quién invitamos para el
estudio? ¿No sería bueno desarrollar algún criterio del tipo: solamen-
te puede participar en el estudio de la mediumnidad quien ya leyó la
Codificación o por lo menos los primeros libros de Kardec?
Sin embargo, esos criterios no garantizan nada, además de po-
der ser considerados discriminatorios. ¿Quién puede asegurar que una
persona haya aprendido lo suficiente por haber leído simplemente un
determinado libro? Existe una tremenda distancia entre leer y estu-
diar con dedicación y perseverancia. Lo que se busca es el desarrollo
de una conciencia espírita que solamente puede ser conquistada con el
estudio serio y continuado conforme nos propone el Codificador (LE
Introducción VIII)23 Hay muchas personas que necesitan ayuda para
desarrollar el hábito del estudio organizado.
Además, las personas que se quejan de la falta de oportuni-
dad para participar en las actividades mediúmnicas de los Centros no
consideran o ignoran el hecho de que los dirigentes espíritas serían
frívolos si las admitiesen en una actividad cuyas consecuencias des-
conocen.
Una buena opción podría ser democratizar el proceso, es decir,
invitar al estudio a todos los interesados en la práctica mediúmnica,
conozcan o no el asunto, con la condición de ofrecerles recursos para
el aprendizaje necesario.
“— ¡Ah, pero estas personas van a perturbar a los otros que ya
saben algo!” — podrá decir alguien. ¡Y con razón! Pero si no aprende-
mos a ser caritativos y fraternos con nuestros compañeros en la vida físi-
ca, ¿cómo podremos serlo con los desencarnados cuando comencemos
las actividades mediúmnicas? Quien no quiera estar con los “inferiores”

58
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

no podrá actuar en un grupo mediúmnico de asistencia a Espíritus su-


frientes. Esta es una realidad que debemos aprender, desde el principio,
todos los aspirantes que quieran trabajar con la mediumnidad.
En efecto, no es saludable ni seguro permitir que las personas
inexpertas y sin los conocimientos adecuados participen en las activi-
dades mediúmnicas en las Casas Espíritas. Pero negar o restringir sus
oportunidades de estudio puede significar discriminación o la simple
negación de una posibilidad para los que de buena voluntad a partir de
ahí, se dediquen al estudio y a la práctica del Espiritismo, haciéndose
con el tiempo aptos para integrarse en la acción mediúmnica produc-
tiva.
Para que funcionen las propuestas de esta naturaleza, se necesi-
ta que sean establecidas orientaciones de trabajo claramente definidas
y aceptadas por todos, ofreciendo condiciones para que los de buena
voluntad se desarrollen y se hagan aptos para la tarea. Aquellos que no
acepten el desafío del estudio-armonización, o abandonen en medio del
camino, ya no podrán afirmar que no tuvieron la oportunidad de parti-
cipar en las actividades mediúmnicas de la Casa. Tuvieron, sí, la opor-
tunidad, pero no quisieron aceptar las condiciones necesarias para que
pudiesen realmente ser beneficiados y contribuir con la tarea.
Por tanto, para iniciar un grupo de estudio de la mediumnidad,
especialmente en las pequeñas instituciones, insistimos, la divulgación
ha de ser extendida dentro de la Casa, alcanzando y aceptando a todos
los posibles candidatos que se interesen. Al entrar en un grupo serio y
bien estructurado, todos podrán ser llevados al estudio de las obras de
la Codificación y de otros libros fundamentales para el conocimiento
general de la Doctrina y, especialmente, de la mediumnidad, condicio-
nes consideradas indispensables para entrar, más tarde, en la práctica
mediúmnica.

La cantidad de participantes
¿Cuántos participantes debe tener un grupo de estudio de la me-
diumnidad?

59
Carlos Campetti / Vera Campetti

Allan Kardec, en El libro de los médiums (LM XXIX: 332)24 , afir-


ma:
[...] Puesto que las condiciones esenciales de toda reunión seria
son el recogimiento y la comunión de pensamientos, se compren-
de que la cantidad excesiva de asistentes constituye una de las
causas que más atentan contra la homogeneidad. Por cierto, no
existe ningún límite absoluto para ese número, y es lógico pensar
que cien personas, suficientemente concentradas y atentas, esta-
rán en mejores condiciones que diez que personas distraídas y
bulliciosas. No obstante, también es evidente que cuanto mayor
grande sea el número, tanto más difícil será satisfacer esas con-
diciones. Por otra parte, es un hecho probado por la experiencia
que los círculos íntimos, de pocas personas, son siempre más pro-
picios a las comunicaciones elevadas, debido a los motivos que
acabamos de exponer [...]
Corroborando el pensamiento de Kardec, Aulus es objetivo, En los
dominios de la mediumnidad: “[...] Considero que debemos realizar nues-
tras observaciones en un reducido núcleo, en el que mejor dispondremos
del factor calidad. [...]”.25
Para la práctica mediúmnica el número ideal recomendado
por autores consagrados varía de 4 a 20 personas. León Denis afirma
que “[...] los grupos poco numerosos y de composición homogénea
son los que representan mayores probabilidades de éxito”. Para él “[...]
Es prudente no pasar del número de diez o doce personas […]”.26 Más
adelante, en el mismo libro, León Denis vuelve al tema para hacer la
siguiente referencia: “Estando el grupo constituido y compuesto de
cuatro u ocho personas…”. Podemos deducir de este modo que, para
este autor, el grupo funciona perfectamente con 4 a 8 miembros.
En Desobsesión, André Luiz27 comienza el capítulo que trata de los
componentes de la reunión afirmando que el número no deberá exceder
de 14. Para Herminio Miranda, “[…] El grupo puede funcionar bien
hasta con dos personas […]”, observando que un grupo así pequeño
tiene que encarar naturales limitaciones. Para él “[…] es posible […], si se
alcanza una impecable homogeneidad, hacer funcionar razonablemente
bien un grupo con más de ocho personas; por encima de doce va a ser

60
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

bastante problemática su eficacia” […].28 Allan Kardec sugiere que los


grupos espíritas estén formados por 15 o 20 personas.29 Como, salvo
raras excepciones, las reuniones de la Sociedad Espírita de París eran
mediúmnicas podemos aceptar que Kardec sugiere este número para
sesiones de esta naturaleza.
Pero dejando de lado, por ahora, la práctica mediúmnica y
volviendo a hablar del grupo de estudio es preciso considerar ciertas
cuestiones de orden didáctico relativas al asunto. Los profesionales del
área recomiendan que para recibir atención individualizada del profesor
—en este caso del dirigente u orientador del estudio— y para que el
grupo alcance una condición ideal de interacción entre sus miembros,
el número de estos debe girar alrededor de 20 a 25 personas.
Consideremos también que, con el tiempo, por distintos
motivos y por más que adoptemos disposiciones para evitar la salida
de participantes, la tendencia natural es la de la disminución del grupo.
Si el grupo se inicia con 25, existe una gran oportunidad de llegar al
ejercicio de la mediumnidad con unos 10 a 15 miembros. Lo ideal sería
que todos perseverasen y, en este caso, podrían ser adoptadas medidas
para la formación de dos grupos de práctica mediúmnica, dentro de las
pautas sugeridas por los autores y experimentadores reconocidos. No
obstante, la práctica demuestra que todo grupo sufre disminución en el
período de estudio-armonización, así como posteriormente, cuando ya
está iniciada la práctica mediúmnica. De ahí que lo ideal sea comenzar
los estudios con cerca de 25 participantes.
Sin embargo, nada impide que se inicien los estudios con un
número menor de personas en lugares donde no se consigue formar un
grupo de esta cuantía. Con el establecimiento de criterios cuidadosos
se puede en algunos casos, y, sin ánimo de proselitismo, incentivar a
los participantes para que traigan nuevos interesados, cuando el grupo
fuera inferior a los 20 o 25 ideales. Se puede aún mantener el grupo de
estudio-armonización abierto por uno o dos meses y lanzar la campaña
“cada uno trae uno más”, hasta agotar realmente las posibilidades del
lugar o alcanzar el número deseado. Cuando la meta estuviera próxima
a ser alcanzada, el dirigente podrá conversar con el grupo para definir
eventuales posibilidades de invitar a más participantes solamente

61
Carlos Campetti / Vera Campetti

para completar el número ideal. En el caso opuesto de haber muchos


interesados, el grupo debe cerrarse cuando las inscripciones alcancen
el número ideal. Tuvimos la oportunidad de vivir las dos situaciones.
Hubo lugares donde fue necesario lanzar una campaña para aumentar el
número de participantes y otros donde fue necesario formar dos grupos
de estudio en días diferentes, porque aparecieron más de 50 interesados
en la primera reunión. Cuando hay personas preparadas para dirigir
el estudio y la institución tiene condiciones para recibir a todas las
personas al mismo tiempo, se pueden formar dos o más grupos en el
mismo día y horario.
Una vez alcanzado el número ideal o agotadas las posibilidades
del lugar el grupo debe cerrarse, no admitiendo nuevos miembros
salvo en casos excepcionales, según criterio del dirigente y con el
consentimiento de todo el grupo. Cuando surja una nueva cantidad de
interesados, se forma un nuevo grupo de estudio-armonización, hasta
el límite establecido por la dirección de la institución. Esta práctica
permite la formación de trabajadores para la creación de nuevos grupos
mediúmnicos o reforzar los grupos que van perdiendo a sus miembros
por distintos motivos. No obstante, es importante considerar que la
propuesta del Codificador30 pasa por la existencia de centros familiares
y no de “macro-centros” con muchos grupos mediúmnicos y múltiples
actividades donde las personas no tienen la oportunidad de conocerse.

1.4.4 Requisitos para la participación


Ningún grupo puede funcionar sin estar sometido a cierta disci-
plina. — Léon Denis31
Aquí no tenemos la intención ni las condiciones de ofrecer re-
glas de funcionamiento para las instituciones espíritas. En verdad, pre-
sentamos una sugerencia que resulta del hecho de que los grupos actúan
mejor cuando hay algún tipo de acuerdo de grupo asumido por los par-
ticipantes, es decir, cuando hay un consentimiento, una aceptación por
parte del participante en relación a los criterios de funcionamiento del
grupo.

62
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

En este sentido, para que una propuesta tenga éxito es impor-


tante que existan parámetros definidos por la institución y adaptados,
si es necesario, a las peculiaridades de cada grupo, observando las di-
rectrices del Espiritismo. Más tarde veremos que lo ideal es adoptar
criterios más amplios para crear y mantener el grupo inicialmente, de
estudio-armonización y, después, reunidas las condiciones necesarias,
de estudio-práctica. Estos criterios constituirían un acuerdo de grupo
por el cual todos y cada uno de los miembros asumirían el compromiso
individual y colectivo de dedicarse a desarrollar lo que fue acordado.
Estos criterios se podrían llamar requisitos para la participación en la
práctica mediúmnica. Ellos se podrían especificar, por ejemplo, como:

Conducta
Allan Kardec, definiendo los diferentes tipos de adeptos, afirma
que los verdaderos espíritas son lo mismo que los verdaderos cristianos.
(LM III: 28)32 y (EE XVII: 4).33 Es coherente, por tanto, que el espírita
sincero asuma el compromiso de mantener una conducta espírita, ética
y moral basada en el Evangelio de Jesús.
En esta línea de pensamiento, consideremos que el centro hizo
una amplia divulgación o aplicó la acción “cada uno trae uno más” ante-
riormente referida. En estas situaciones pueden surgir personas que aún
no conocen el Espiritismo. ¿Cómo podemos pedirles que mantengan
una conducta espírita, ética y moral adecuada con los principios espí-
ritas? Consideremos la afirmativa de Allan Kardec: “Si […] echamos
una ojeada sobre las diversas categorías de creyentes, encontraremos en
primer lugar los espíritas sin saberlo”. (LM III: 27).34 No se puede esperar
que se presenten personas listas para el trabajo, sino aquellas de buena
voluntad que deseen prepararse para tal. Si los presentes estuviesen dis-
puestos a desarrollar un comportamiento digno, una conducta compati-
ble con la propuesta ético-moral del Espiritismo que no es otra sino la de
Cristo, esto bastará, inicialmente, para admitir su integración en el grupo
de estudio-armonización. Con esto lo que se pretende es un compromiso
conjunto de búsqueda de perfeccionamiento moral e intelectual, sin el
cual no habría razón para crear un grupo de estudio.

63
Carlos Campetti / Vera Campetti

Consideremos, también, que se presente alguna persona que no


sea cristiana. ¿Qué debemos hacer? Una vez más seguir la orientación del
Codificador (LM III: 18, 19, 30 y 31)35 No es posible convencer a alguien
de algo que no desea. Es deber del verdadero espírita respetar las creen-
cias y convicciones de los demás. No obstante, las personas que van a un
centro espírita saben que allí van a encontrar la propuesta de estudiar el
Espiritismo, van a convivir con personas espíritas y necesitarán respe-
tar la filosofía, al encuentro de la cual se dirigen espontáneamente, sin
imposición de nadie. No importa la creencia ni la convicción filosófi-
co-religiosa de la persona. Si ella desea estudiar la mediumnidad bajo
la óptica espírita que es el propósito de un grupo espírita, necesitará
mantener una conducta ético-moral compatible con la propuesta del
bien al prójimo, del amor y de la caridad, conceptos y propuestas pre-
sentes en todas las filosofías de vida saludables esparcidas por el mundo.
Si el rótulo aún es motivo de división para alguien, este alguien no está
suficientemente maduro ni preparado para comprender la propuesta de
trabajo, por medio de la mediumnidad, ofrecida por el Espiritismo.
Le corresponde al responsable de la actividad, con el debido ca-
riño y atención, buscar ofrecer las aclaraciones necesarias, mantenien-
do las posibilidades abiertas para la integración de todos los de buena
voluntad que estén dispuestos a esforzarse sinceramente para mantener
una conducta compatible con la propuesta cristiana de amar a Dios y al
prójimo como a sí mismo. Pero nadie tiene el derecho de cambiar las ca-
racterísticas del Espiritismo presentadas por el Codificador, bajo la asis-
tencia de los Espíritus reveladores, para atraer a personas a los Centros
Espíritas. No es su papel mentir o tergiversar sobre cuestiones funda-
mentales, a título de agradar o complacer, simplemente para mantener
a las personas que no desean entregarse al esfuerzo de transformación
necesario para el ejercicio productivo de la mediumnidad conforme la
propuesta espírita.
Puede, y en ciertas circunstancias tal vez sea conveniente, que
la casa espírita mantenga flexibilidad para atraer a las personas y, con el
tiempo, esclarecerlas sobre los aspectos fundamentales del Espiritismo.
Pero, aquí estamos tratando del estudio y práctica de la mediumnidad
bajo la óptica espírita. Si la persona no entiende desde el principio lo

64
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

que se espera de ella, puede sentirse engañada y rebelarse contra el diri-


gente, la Institución o incluso el Espiritismo. Más adelante veremos que
es preferible ser sincero y dar oportunidad para que los demás también
lo sean, que transigir o tergiversar sobre cuestiones que son cruciales
dentro del trabajo que se pretende realizar, contribuyendo a decepcio-
nes posteriores.

Disciplina
La disciplina es otro factor fundamental cuando nos referimos a
la mediumnidad. Disciplina no sólo en el sentido limitado del cumpli-
miento de reglas establecidas, sino en el sentido de compromiso inter-
no que el individuo asume consigo mismo para el trabajo constante de
auto-perfeccionamiento. La disciplina para el aspirante al trabajo equi-
librado de la mediumnidad consiste en establecer líneas de conducta
moralmente coherentes que sobrepasen los límites cerrados de las re-
laciones sociales, vinculados a la forma, para tornarse una conquista
que, en la medida en que se exterioriza, va siendo absorbida por el ser
esencial, haciéndose más y más espontánea y natural. En esta etapa, el
individuo se disciplina no por imposiciones externas de cualquier natu-
raleza, sino por convicción, desarrollada por el conocimiento y por la
experiencia. En relación específicamente al ejercicio de la mediumni-
dad en un grupo espírita, todo comienza por la simple observación de
compromisos asumidos conjuntamente para la ordenación de las acti-
vidades, las cuales resultarán en beneficio de todos los interesados y de
otros que recibirán indirectamente las consecuencias de sus esfuerzos.

Humildad
No es posible hablar de actividad mediúmnica equilibrada y pro-
ductiva sin tratar la cuestión de la humildad. Esta cualidad es esencial
no sólo para los médiums ostensivos, sino para todos los que asumen
la tarea mediúmnica. Sin humildad el trabajador de la mediumnidad
es candidato seguro a la interferencia de los Espíritus inferiores y, por
tanto, a la obsesión. Es una simple cuestión de afinidad. Los Espíritus
superiores desean y trabajan por nuestro bien, pero no pueden hacer

65
Carlos Campetti / Vera Campetti

por nosotros lo que no les permitimos que hagan. Los superiores jamás
violentarán nuestro libre albedrío, mas los inferiores, que aún no ad-
miten las consecuencias desastrosas de la falta de respeto al derecho de
libre acción del prójimo, saben muy bien utilizar la falta de humildad del
potencial trabajador del bien para desviarlo de los compromisos, espe-
cialmente en el área de la mediumnidad, que es un factor fundamental
para el esclarecimiento de encarnados y desencarnados.

Interés fraterno
Dentro del tema de la conducta, un factor de complemento y
armonización del grupo es el sincero interés fraterno de sus miembros
unos por los otros y por los demás Espíritus encarnados y desencarnados.
Puede ocurrir el hecho de que las personas interesadas en ayudar a los
Espíritus desencarnados, por diversas circunstancias de la vida, no se
den cuenta de que un compañero encarnado del propio grupo está pa-
sando por dificultades en determinado momento. Si el grupo está atento
al papel de la mediumnidad, comprenderá que no puede haber auxilio
selectivo, es decir, no podemos querer ayudar a los desencarnados si
no nos apoyamos mutuamente, si no somos compañeros y hermanos
dentro del propio grupo.
Por eso, cada miembro del grupo estará atento a las necesidades
de los demás y hará todo lo posible por ayudar, cuando sea necesario.
No importa el problema o la situación. Si, por ejemplo, alguien tiene
dificultades con relación al estudio de alguno de los libros recomen-
dados, otra persona que tenga facilidad para eso podrá ayudar a aquel
compañero a superar el obstáculo. Se pueden formar también pequeños
grupos para la lectura y estudio de los libros en horarios compatibles.
Otras veces, es un compañero en dificultades económicas, como en el
caso de que alguien haya perdido el empleo. También por medio de una
palabra amiga y esclarecedora se puede prestar ayuda a alguien que está
sumergido en un grave problema moral como consecuencia, por ejem-
plo, de dificultades en la orientación de los hijos adolescentes.
La caridad se hace por espíritu de solidaridad, que solamente
es verdadera cuando alcanza a todos los que están en nuestro círculo

66
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

de convivencia. De esta forma, el interés fraterno por los miembros del


grupo es fundamental y necesita, a partir de ahí, extenderse a los demás
encarnados y desencarnados.

***
En resumen, podríamos decir que el objetivo es la conciencia-
ción del participante del estudio en cuanto a la importancia y necesidad
de su transformación moral y de hacer esfuerzos por dominar sus malas
inclinaciones (EE XVII: 4). En otras palabras, es esencial el constante
esfuerzo de superarse a sí mismo y de ser cada día más consciente de su
papel en la vida. Todos fuimos creados por Dios con el objetivo de ser
útiles dentro de la obra divina. Nadie está privado de la posibilidad de
evolucionar y de asumir el papel de cooperador en el campo del Señor.
Cuanto antes se conciencie el individuo de esta realidad, más rápido asu-
mirá su papel delante de los demás, de Dios y de sí mismo haciéndose
disciplinado y humilde, listo para aprovechar las oportunidades de ser-
vir, comenzando por el prójimo más próximo —los miembros del pro-
pio grupo en este caso— para ir después, progresivamente, ampliando su
radio de acción.

Estudio individual de apoyo al estudio-armonización


Es esencial que el estudio de grupo y todo el proceso de adquisi-
ción de conocimientos para el trabajo mediúmnico estén acompañados
por el estudio individual. El esfuerzo de cada uno en el aprendizaje de los
conceptos espíritas y de los mecanismos de la mediumnidad es parte in-
tegrante de su inserción en el grupo y acarrea la alineación necesaria para
el entendimiento del proceso de comunicación con el plano espiritual. Al
estudiar, el miembro del grupo adquiere conocimientos y puede obrar
con mayor facilidad en las actividades de análisis y discusión en grupo.
Afirma Allan Kardec: “Lo que caracteriza un estudio serio es la
continuidad que se le da”. (LE Inst. VIII) Lógicamente, para que el estu-
dio sea continuado es preciso que se haga con cierta frecuencia y, para
que sea serio, exige obedecer a ciertos criterios. Lo ideal sería hacerlo
todos los días. Tal vez unos 15 a 30 minutos por día. Quien disponga de

67
Carlos Campetti / Vera Campetti

más tiempo podría hacerlo durante una hora. Esto todos los días sin ex-
cepción. No sería leer simplemente los libros y parar, considerando que
ya se hizo lo suficiente. Sería estudiarlos, hacer anotaciones, comparar
contenidos, comprender y meditar los conceptos, buscar las vías de apli-
cación práctica del conocimiento.
¿Por dónde comenzamos? Por la obra de la Codificación, natu-
ralmente. El libro de los espíritus fue el primero que se editó y el único con
que se contaba, en términos de estudio del Espiritismo, por un tiempo.
Más tarde surgió El libro de los médiums con el objetivo de orientar la
práctica mediúmnica. El evangelio según el espiritismo es otro libro fun-
damental para la conquista y mantenimiento del equilibrio vibratorio y
que sugerimos sea estudiado siempre y paralelamente al estudio de los
demás libros. Después, el Codificador lanzó El cielo y el infierno, seguido
de La génesis. Pero la obra de Kardec no se limita a estos libros. Un estu-
dio serio y continuado envuelve ciertamente toda la obra del Codificador,
incluyendo Obras póstumas y la Revista Espírita, entre otros. En razón de
15 minutos por día, se requieren varios años para este estudio completo.
Entretanto, si el estudio no fuera iniciado, el tiempo pasará igualmente
y la tarea quedará aplazada para otro momento, tal vez más difícil que el
vivido ahora. ¿Quién no dispone de 15 minutos por día para estudiar a
Kardec? ¿Cuánto tiempo utilizamos en el cuidado y mantenimiento del
cuerpo físico todos los días? ¿Cuánto tiempo utilizamos para atender a
nuestro Espíritu? Todo es una cuestión de lógica y definición de priori-
dades.
Nos ocupó aproximadamente un año el primer estudio que hi-
cimos de El libro de los espíritus dedicando 15 minutos al día. El mismo
tiempo fue utilizado para el primer estudio de El evangelio según el espi-
ritismo. Ya habíamos leído las dos obras algunas veces, pero no habíamos
hecho el estudio serio y continuado recomendado por el Codificador.
Posteriormente, volvemos a este estudio algunas veces. Para el estudio
de toda la obra del Codificador, incluidos los 12 volúmenes de la Revista
Espírita, llevamos más de 14 años. Y el estudio continúa…
Como no existe solamente la Codificación, la propuesta es de
estudio también de otras obras indispensables para la formación de la
cultura del espírita serio. Sería, entonces, una busqueda constante de

68
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

ampliar el conocimiento doctrinario, extraído de las obras codificadas por


Allan Kardec y de las complementarias a estas por autores fieles a las orien-
taciones de la Doctrina Espírita. Para quien se va a dedicar a la práctica
mediúmnica, tendrá la necesidad del estudio específico de algunas obras
principalmente relacionadas con la mediumnidad. Como apoyo para el
principiante, sin ánimo de presentar una lista exhaustiva, sugerimos al-
gunos libros en el Anexo 1 al final de este libro.

Colaboración
Participar en otras actividades de la Casa Espírita es fundamental
para el trabajador de la mediumnidad. El trabajo mediúmnico es un apoyo
a la institución. ¿Cómo puede la persona apoyar lo que no conoce? ¿Cómo
puede conocer si no se integra? Es fundamental, por tanto, hacer, realizar y
sentirse parte de la Casa que lo abriga y le proporciona el estudio. Como el
ejercicio de la mediumnidad es una actividad de asistencia y promoción, lo
ideal es que el trabajador de esta área se prepare en el servicio de asistencia
y promoción a los encarnados, adquiriendo experiencia que le facilitará
el intercambio con los hermanos necesitados que se encuentran en otra
dimensión de la vida.

Frecuencia
La asiduidad es fundamental. No se puede formar una base co-
mún de conocimiento sin participar en las reuniones. Tampoco es posible
alcanzar un buen nivel de armonización si las personas no dan la debida
importancia al trabajo, hasta el punto de creer que pueden faltar, pues no
hay mucha diferencia estar presentes o no. En una familia se siente la au-
sencia de alguno de sus miembros en el caso de que no haya llegado a casa
al terminar el día de trabajo y se adoptan medidas para saber si ha habido
algún problema. Lo mismo ocurre con el grupo de estudio o de práctica
mediúmnica. No es bueno que pase desapercibida la ausencia de uno de los
miembros a alguna de las reuniones. Si no se siente la ausencia de alguien
es porque ese alguien no es importante para los demás. En función de esto,
sugerimos que el dirigente, u otro miembro indicado por él o elegido por el

69
Carlos Campetti / Vera Campetti

grupo, llame por teléfono a quien faltó sin aviso previo para saber si ocurrió
algún problema y si el grupo puede auxiliar en algo.

***
Estos temas incluyen también la cuestión de la evaluación, que
abarcará todos los aspectos de la actividad del estudio-armonización.

1.4.5 En cuanto al lugar y el horario


Es de unanimidad que el lugar adecuado para la realización de
la actividad mediúmnica es el Centro Espírita.
También es de aprobación unánime entre los autores y trabaja-
dores experimentados en el área de la mediumnidad que se eviten re-
uniones mediúmnicas en los hogares. ¿Por qué decimos esto? Porque
difícilmente se consigue mantener un ambiente adecuado para la rea-
lización de la actividad mediúmnica en lugares que no estén dedica-
dos exclusivamente al estudio noble y a la práctica de la caridad. Estas
prácticas son imprescindibles para el mantenimiento del ambiente de-
bidamente protegido de las influencias de Espíritus ligeros e ignorantes
que aún no despertaron para la necesidad de la propia transformación
moral y de cumplir su papel en la vida. En los hogares, puede haber
momentos de indisciplina de uno u otro miembro, situaciones naturales
de disputas en relación a las cuestiones de la vida, de manifestación de
diferentes puntos de vista sobre tantos asuntos, no siempre nobles, que
el día a día sugiere, transmitidos por palabras o por los medios de comu-
nicación, hoy tan eficientes en la habilidad de penetrar y mantenerse en
los ambientes domésticos. Cuando no hay vigilancia en todo momento
siempre existe la posibilidad de la entrada y permanencia de Espíritus
que dificultan la realización de la actividad mediúmnica.
Sin embargo, esto no es una regla exclusiva. Recordemos que
cuando surgió el Espiritismo no había Centros Espíritas. Las reuniones
eran realizadas en salones para diversión de las personas o en las casas
de las familias. Eran reuniones más o menos frívolas, dependiendo del
carácter de los participantes y de los Espíritus que eran atraídos a ellas.
El profesor Hippolyte León Denizard Rivail comenzó, en un momento

70
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

dado, a frecuentar reuniones de tipo familiar en el hogar de la familia


Baudin; posteriormente en la casa del Sr. Roustan y Srta. Japhet. A con-
tinuación de la publicación de la primera edición de El libro de los espí-
ritus, creó la Sociedad de Estudios Espíritas de París, en 1858, que estaba
básicamente centrada en la actividad mediúmnica. Incluso después de
esto, realizaba reuniones particulares en su casa, conforme aparece en
registros encontrados en la Revista Espírita escrita y editada por él en el
período de 1858 a 1869.
Sobre el tema Herminio C. Miranda afirma en Diálogo con las
sombras36 que:
[...] La cuestión es delicada […] Hay un montón de condicio-
nantes. Si fuera posible un lugar apropiado en un centro espírita
bien orientado, el trabajo debe ser hecho ahí. Por otro lado, en
un hogar agitado por disputas, rivalidades, celos, pasiones sub-
alternas y desajustes de toda suerte la realización de trabajos de
desobsesión podrá agravar las condiciones, pues será difícil para
los compañeros desencarnados, que orientan el grupo, asegurar
un clima de equilibrio y protección, tanto para los Espíritus traí-
dos para ser atendidos como para las personas que viven en la
casa. En un hogar normal, sin embargo, el trabajo mediúmnico
equilibrado y bien dirigido, bajo la orientación de orientadores
espirituales competentes y esclarecidos, puede funcionar sin
problemas y hasta con beneficios para la vida doméstica. […] Lo
que nos defiende de la investida de compañeros infelices de las
sombras no es la realización de sesiones bien distantes del lugar
donde vivimos, es la oración, son las buenas intenciones, es el
deseo de purificarse, de perfeccionarse, de servir. […] Por otro
lado —y esto va dicho con bastante pesar— no todos los centros
ofrecen condiciones ideales para el difícil trabajo de la desobse-
sión. […] Lo que garantiza la estabilidad de un buen grupo me-
diúmnico no es su localización física, geográfica; es el equilibrio
psíquico, emocional de aquellos que lo componen. [...]

71
Carlos Campetti / Vera Campetti

La práctica mediúmnica es diferente del estudio. En nuestra


experiencia fuera de Brasil, no siempre hemos encontrado Centros
Espíritas o grupos formados y debidamente preparados para tareas
mediúmnicas, en los lugares donde tuvimos que ir para vivir. En di-
versas circunstancias, movidos por la necesidad, tuvimos que iniciar
grupos de estudio en casa, que después se transformaron en Centros
Espíritas regulares. En estos casos, el estudio de la mediumnidad
siempre fue introducido como tarea sugerida por los Espíritus men-
tores que nos asisten, tras la implantación del estudio de El evangelio
según el espiritismo. El corto tiempo de estancia en cada lugar nos
condujo a la necesidad de, con el objetivo de preparar a compañeros
para la continuidad de la tarea, realizar aunque por un breve período
reuniones mediúmnicas de asistencia espiritual en un lugar reservado
adrede y preparado en nuestra propia casa.
La experiencia de Allan Kardec antes referida, la de Hermino
Miranda, así como la nuestra aunque en dimensiones más restringidas,
no nos autorizan a desarrollar, livianamente, actividades mediúmnicas
en nuestros hogares. Solamente la necesidad apremiante y el objetivo
mayor de un compromiso de trabajo pueden conducir a situaciones de
esta naturaleza.
Destacamos, también, conforme comenta Herminio que no
siempre los centros Espíritas están preparados —y añadiríamos, no
siempre están dispuestos a prepararse— para la tarea mediúmnica equi-
librada. Si no estamos seguros de lo que hacemos, podemos vernos en-
vueltos en situaciones de las cuales difícilmente podremos salir solos,
sin la ayuda especializada de compañeros más expertos. El problema es
que tanto las personas como los grupos en estado de obsesión se creen
aptos para enfrentar todo solos, aceptando difícilmente la ayuda de otro.
Siendo lo ideal, por tanto, contar con un lugar exclusivamente
destinado a la actividad mediúmnica, no puede ser ignorado el hecho
de que no siempre podemos disponer de esta condición. En realidad,
nada impide que otras actividades sean llevadas a cabo en el mismo
lugar, siempre que sean nobles y dignas, fuera del horario de la tarea de
estudio y/o práctica mediúmnica. Entretanto, lo ideal es que la sala esté
limpia, libre y cerrada horas antes del trabajo mediúmnico. Hermino

72
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Miranda recomienda que los participantes solamente entren en la sala


destinada a los trabajos momentos antes del comienzo de la actividad.37
Carlos Torres Pastorino,38 haciendo referencia a la sala de re-
uniones, informa que una reunión mediúmnica forma una especie de
campo eléctrico o magnético y aclara:
[...] Cuanto más cargado estuviera el ambiente de electricidad
o magnetismo positivo, más eficaz será la reunión. Cuanto más
impregnado de fuerzas negativas se encuentre el ambiente, más
perturbada será la reunión. Esta es la razón de por qué se pide
que no haya movimiento de gente en la sala mediúmnica, espe-
cialmente algunas horas antes de las reuniones: es para evitar
que el campo eléctrico esté desfavorablemente cargado de ener-
gías negativas, interfiriendo en las “líneas de fuerza” estableci-
das por los Espíritus […]. La conversación fútil, las discusiones
políticas o de otra especie, las críticas o palabras deprimentes
“invierten” la corriente eléctrica del campo.
Ahora bien, las “líneas de fuerza” dependen de la intensidad
de pensamientos buenos y amables. Cuanto más numerosas y
fuertes sean estas líneas de fuerza, tanto mejor será el “cam-
po eléctrico” para las comunicaciones electro-magnéticas en-
tre desencarnados y encarnados. No se trata de religión ni de
sentimentalismo exagerado: es un fenómeno puramente físico,
de naturaleza eléctrica. Quien pretende hacer reuniones espí-
ritas (electro-magnéticas) sin preparar antes el “campo eléctri-
co-magnético”, está sujeto a decepciones de todo tipo, a inter-
ferencias y a fracasos.
Obsérvese, sin embargo, que el campo eléctrico puede también
ser perturbado por entidades desencarnadas que vivan en ese
ambiente (por no ser tranquilo y amoroso) o que sean traídos
por los frecuentadores (que hayan tenido discusiones o violen-
cias durante el día). Las entidades desencarnadas tienen la mis-
ma capacidad que las encarnadas de emitir ondas electro-mag-
néticas de pensamiento. Lo que puede evitar estas molestias es

73
una corriente más fuerte que se sobreponga a todo. Y el mejor
generador de fuerzas eléctricas superiores es la ORACIÓN.

Seguros en cuanto a su buena orientación doctrinaria y evan-


gélica, la Institución Espírita, no cabe duda, es el lugar más adecuado
para la actividad mediúmnica, porque lo ideal es que el trabajador de
esta área sea también un cooperador en otras actividades de estudio,
divulgación y práctica del Espiritismo que los Centros debidamente
organizados pueden proporcionar.
Para la etapa de estudio, es importante tener una sala con si-
llas que se puedan mover para facilitar la formación de grupos. Tanto
para esta etapa como para la del ejercicio mediúmnico, lo ideal es que
el sitio sea protegido del acceso de personas en el horario de las acti-
vidades, sin descuidar la importante cuestión de la preparación del
ambiente para que las reuniones sean productivas, conforme explica
Aulus:39
[...] Nuestros compañeros […] realizan el trabajo de armoniza-
ción preparatoria. Quince minutos de oración, cuando no son de
una exposición o lectura con bases morales elevadas. Saben que
no deben abordar el Mundo Espiritual sin la actitud noble y digna
que les otorgará la posibilidad de atraer compañías edificantes,
por lo cual tampoco comparecen aquí sin portar consigo, en la
faz invisible de su personalidad, las simientes de lo que mejor po-
seen. [...]

El horario será el que más convenga al grupo en razón de los re-


cursos del centro. Conocemos grupos que funcionan en diferentes días
de la semana, inclusive el domingo, y en diferentes horarios, sea por la
noche o durante el día. Esto depende de la disponibilidad de las perso-
nas y de las instituciones.
Capítulo 2 2.1 Ventajas de la adopción
Organizando de un programa de estudio
el estudio Un gran desafío para quien desea orientar
un grupo de estudio de la mediumnidad es
saber en qué obras debe basarse. Comenzar
por las obras de la Codificación es una alter-
nativa siempre segura. Por ejemplo, comen-
zar por El libro de los espíritus, o, cuando los
participantes ya lo conocen, directamente
por El libro de los médiums. También exis-
te la posibilidad de la lectura de otras obras
relacionadas con el tema. Cuando el coor-
dinador tiene alguna experiencia puede,
también, hacer una selección de textos para
orientar el estudio. Otra opción, que ha te-
nido excelentes resultados, es la utilización
de un material previamente elaborado con
objetivos claramente definidos que faciliten
un estudio adecuado basado en la Doctri-
na Espírita y dirigido, al mismo tiempo, a
la preparación de los participantes para el
ejercicio seguro de la mediumnidad.

2.1.1 Variedad de programas


Hay muchos materiales útiles ya elaborados
y que pueden ser utilizados. Citar todos se-
ría difícil. Existe el publicado por la Federa-
ción Espírita Brasileña (FEB), que pasó por
sucesivas reformas. Otro de los más conoci-
dos es el COEM — Centro de Orientación

75
Carlos Campetti / Vera Campetti

y Educación Mediúmnica, elaborado por el Centro Espírita Luz Eterna,


de Curitiba (PR). Existe también un excelente material elaborado por
Suely Caldas Schubert, otro elaborado por la Federación Espírita del
Estado de São Paulo. Algunos órganos de unificación, que participan en
el Consejo Federativo Nacional de la FEB, ofrecen materiales adecuados
a la realidad de sus respectivos Estados. Existe también, entre otros, el
Proyecto Manoel Filomeno de Miranda, de la LEAL de Salvador, que
ofrece obras específicas sobre el asunto.
Es importante destacar que, por mejor que esté elaborado el ma-
terial, la cuestión de la armonización del equipo va a depender siempre
de la habilidad del dirigente y del empeño del grupo, pero hay algunos
materiales que facilitan este trabajo. Es cuestión de buscar, de informar-
se, de examinar cuál es el material que mejor se adapta a las necesidades
y a la realidad del grupo que se pretende formar. Consideremos, tam-
bién, que ninguno de estos materiales sustituyen el estudio directo de
El libro de los médiums y otras obras espíritas que tratan del tema y hoy
están considerados materiales indispensables para la buena formación
de los trabajadores y de la actividad mediúmnica.

2.2 El acuerdo de grupo


De poco puede valer adoptar un programa de estudio o la de-
finición de cualquier otra forma de estudio de la mediumnidad si el
grupo no tuviera una firme orientación que garantice la disciplina y el
buen funcionamiento de las actividades necesarias para llevar a cada
participante a que tenga la plena conciencia de su papel en relación al
grupo y a la tarea mediúmnica. Es muy común que el dirigente del es-
tudio o de la práctica mediúmnica asuma el papel de disciplinar cuando
sea necesario, estando sujeto a situaciones embarazosas en relación a
uno o varios participantes del grupo.
Por eso Allan Kardec40 propone:
Formado este núcleo (de personas sinceras, con carácter concilia-
dor y benevolente), aunque sólo sea de tres o cuatro personas, se
establecerán normas precisas, sea para las admisiones, sea para la

76
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

realización de las sesiones y para el orden de los trabajos, normas


a las cuales los recién llegados tendrán que conformarse. Estas
normas pueden sufrir modificaciones conforme las circunstan-
cias lo requieran, pero hay algunas que son esenciales.
Coherentes con esta propuesta, algunos grupos buscan ame-
nizar la presión sobre el dirigente por medio de un acuerdo de grupo,
con lo cual todos y cada uno asume la responsabilidad en cuanto a la
propia disciplina y el resultado de su participación en el grupo. Es una
especie de procedimiento aprobado por todos en el comienzo de la
etapa de estudio y después adaptado y nuevamente aprobado, cuando
comience efectivamente el ejercicio mediúmnico.
No hay un procedimiento estándar para todos los grupos de
estudio de la mediumnidad. Siendo que “una reunión es un ser colec-
tivo, cuyas cualidades y propiedades son la resultante de todas las de
sus miembros […]” (LM XXIX: 331), es fácil deducir que cada grupo
tiene su realidad, sus necesidades particulares, sus potencialidades,
características, compromisos específicos asumidos entre sus miem-
bros, todo esto, concediéndole un carácter de conjunto no susceptible
de imitación. De este modo, los grupos no funcionan todos de la mis-
ma manera. No nos referimos sólo a grupos formados en diferentes
instituciones. Identificamos este hecho en diferentes grupos formados
en la misma Institución, porque las características de cada grupo serán
siempre la suma de las características de sus participantes, reflejando
sus debilidades y capacidades.

2.2.1 Definiendo directrices


Para llegar a un acuerdo que atienda a las necesidades del grupo,
lo ideal será escuchar a todos los participantes, conocerlos, comprobar
sus expectativas, sus intereses con relación al Espiritismo y, especial-
mente, a la mediumnidad.
Sin embargo, si el dirigente llega al grupo sin una propuesta bá-
sica para ser adaptada, difícilmente conseguirá que los participantes, la
mayor parte de las veces, inexpertos, definan las directrices y procedi-
mientos de la actividad que está en vías de implantarse.

77
Carlos Campetti / Vera Campetti

De este documento básico pueden constar, entre otras ideas, las


referidas en el Capítulo 1, además de procedimientos semejantes a estos
y que están resumidos en el Anexo 1 al final de este libro.

2.2.2 Definiendo procedimientos


Para la etapa del estudio, una vez observados los requisitos para
la participación y los objetivos que constituirían las directrices de la ac-
tividad, se puede sugerir pasos que pueden llamarse de funcionamiento
del grupo de estudio o algo semejante. Cada grupo debe establecer sus
propios procedimientos de trabajo, conforme la realidad local, las posi-
bilidades y disponibilidades de los participantes, el campo de acción y
el trabajo que se intenta desarrollar. Siguiendo presentamos algunas su-
gerencias sobre aspectos específicos relevantes para el funcionamiento
del grupo de estudio.

Día y horario
El tiempo de la reunión queda a criterio del grupo.
Acostumbramos adoptar la práctica de dos horas de reunión, incluidos
quince minutos de preparación para la actividad.
Hay grupos que establecen el cierre de la puerta en cierto hora-
rio cuando ya se ha iniciado la práctica mediúmnica, pero no es normal
que se haga eso cuando el grupo aún está en el período de estudio. Sin
embargo, en la etapa del estudio-armonización las personas están apren-
diendo y adaptándose a la disciplina y al funcionamiento del grupo y,
por tanto, todo necesita funcionar lo más próximo posible de lo que
ocurrirá en el período de la práctica. Acostumbramos a cerrar la puerta
en el horario establecido para el comienzo de la preparación, es decir, los
quince minutos iniciales funcionan realmente como preparación para la
actividad y no como tolerancia para la llegada de personas que, incluso
sin intención, terminan por dificultar la preparación de las demás, ade-
más de no estar ellas mismas en condiciones para la tarea cuando llegan
sin tiempo para esa fase de armonización. Eso no tendría tanta impor-
tancia en el período del estudio-armonización, pero el que se habitúa a
hacer en esa etapa resulta ser la práctica real de la fase siguiente.

78
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Las cuestiones del horario y de la asiduidad constituyen uno de


los primeros factores de disciplina para el grupo. En la hipótesis de que
alguno de los participantes no pueda llegar en el horario previsto, lo
ideal es volver a evaluar la situación con el grupo y, en el caso de que se
confirme la imposibilidad, optar por retrasar el comienzo de la reunión.
Cuando el aplazamiento no fuera posible o, también, cuando incluso
con él la situación no pudiera resolverse, lo mejor es que el compañero
con dificultades de horario sea orientado a participar en otro grupo, en
otro horario, o aguardar la formación de un nuevo grupo.
¿Puede haber una excepción a esta regla? ¡Claro que sí! Podemos
citar un ejemplo ilustrativo. Al formar un grupo de estudio-armonización
un compañero manifestó la imposibilidad de participar, pues, como el
horario estaba siendo definido para las siete y media de la noche, el no
llegaría a tiempo al Centro Espírita, ya que salía del trabajo a las seis de
la tarde y tardaba dos horas en el recorrido. La cuestión fue presentada
al grupo que decidió atrasar el horario de comienzo a las ocho de la
noche. Todos acordaron estar allí a las ocho de la noche, pero la puerta
quedaría abierta máximo hasta las ocho y quince, en caso de que el
compañero tuviera algún problema de retraso en la circulación. Él sería
la única excepción aprobada por el grupo y ninguno más se sentiría
autorizado a llegar tarde por causa de esto. Funcionó perfectamente e
inclusive ayudó a los demás a madurar en cuanto a la responsabilidad
de cumplir los compromisos asumidos con el grupo.

Desarrollo
Una sentida y envolvente oración es esencial para el inicio de
la actividad de estudio. El dirigente de la reunión sería la persona ideal
para hacerla, puesto que al conducir la oración orientará el pensamiento
y unificará los sentimientos de todos en el sentido de poder contribuir
mejor para el buen desarrollo de los trabajos, envolviendo al grupo en el
clima que será la tónica de toda la reunión, en sintonía con la espiritua-
lidad que dirige la actividad.
Sería importante establecer un tiempo determinado (unos diez
minutos) para la evaluación al final de la actividad. Es muy común que

79
Carlos Campetti / Vera Campetti

el grupo comience esta actividad y después vaya perdiendo el interés


por esta parte que puede tornarse repetitiva y aburrida. Recordemos lo
que dijo León Denis y que está registrado en el capítulo 1 de este libro.
Le corresponde al dirigente evitar que esto ocurra, ofreciendo al grupo,
periódicamente, alguna dinámica diferente de evaluación.
Si bien es recomendable que el dirigente haga la oración inicial
es importante que la final sea hecha siempre por otro miembro del gru-
po para que los participantes se ejerciten en la práctica de la oración
colectiva, que será un factor fundamental más tarde durante el trabajo
mediúmnico.

Otros aspectos
Le corresponde al dirigente definir las funciones de cada miem-
bro del grupo conforme se desarrollen las actividades, crezcan en com-
plejidad y se manifiesten las capacidades. Para apoyar el crecimiento
personal de cada participante, el dirigente podrá indicar estudios y re-
comendar procedimientos basados en la Doctrina Espírita, conforme
sean las necesidades particulares de perfeccionamiento intelecto-moral
identificadas.
Sin embargo, cada participante debe procurar integrarse en la
armonización/homogeneidad del equipo, consciente de que ella es indis-
pensable para el ejercicio seguro y productivo de la mediumnidad.
Será ideal la aprobación, como acuerdo de grupo, del compro-
miso de que la asistencia será indispensable, quedando automáticamen-
te desligado el participante que pierda un cierto número de reuniones
consecutivas o alternas sin justificación previa. La cantidad de reunio-
nes necesita ser definida por el propio grupo.
Otra sugerencia está relacionada a la cuestión de las ausencias
inevitables, que deben ser comunicadas al dirigente con la anticipación
suficiente. En el caso de que ocurra alguna ausencia sin previo aviso,
le correspondería al dirigente o a otro miembro del grupo telefonear a
la persona que ha faltado, lo que no justificará la ausencia, pues no fue
iniciativa del ausente informar del motivo de la falta. También dentro

80
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

de este aspecto, para que la persona no se sienta apartada del estudio y


de lo que el grupo está discutiendo, podrían ser compensadas ausencias
inevitables con el estudio individual de los temas, acompañado por el
coordinador u otro miembro del grupo capacitado para esta tarea. En
este caso, hay grupos que establecen la práctica de la entrega de un resu-
men del tema por parte de la persona ausente.
Una cuestión delicada se refiere a la admisión o no de visitas
al grupo. En principio ellas deben ser evitadas, salvo excepciones que
pueden obedecer a alguna regla definida por el dirigente en conjunto
con el grupo.
Otro aspecto que también debe tener medidas definidas es la
entrada de posibles nuevos miembros al grupo. En este caso, así como
para la admisión de visitas esporádicas, sería conveniente que el diri-
gente las analizase con el grupo, siempre con las debidas justificaciones
y previamente a la reunión, para evitar que participen en las reuniones
personas sin que sus miembros sepan qué motivó su presencia allí.

2.2.3 Compromisos de los miembros del grupo


Para que este tipo de actividad alcance los objetivos propuestos,
existe la necesidad de que cada participante del grupo asuma el compro-
miso íntimo de superarse, de emprender todos los esfuerzos para vencer
la inercia, la pereza y la comodidad. No debe compararse con los demás
miembros del grupo, sino consigo mismo a lo largo del tiempo. No impor-
ta si uno u otro participante no está cumpliendo su parte. Lo que importa
es que “yo haga mi parte, done de mí, luche por superar las dificultades
naturales”.
Una de las primeras cosas que debemos comprender cuando
una persona se integra en un grupo de estudio de la mediumnidad es
que sin dedicación y misericordia, entendida ésta en el sentido bíblico,*
no puede haber buen resultado. Si la persona no está dispuesta a realizar
cambios en su forma de vida y en sí misma, será mejor no comenzar la ta-
rea. Sin esfuerzo y sin cambio no hay cómo participar de un buen trabajo

*
“Misericordia quiero y no sacrificios.” ISAÍAS, 6:6.

81
Carlos Campetti / Vera Campetti

mediúmnico, que será el resultado de la composición de cada uno y del


conjunto de todos los participantes.

Orgullo versus humildad


Es en este período que la persona, si aún no vive el esfuerzo de
ser humilde, necesita entender que el orgullo es muy perjudicial para la
práctica mediúmnica y que la humildad es fundamental para el mante-
nimiento del equilibrio personal, principalmente tratándose del inter-
cambio entre encarnados y desencarnados.
Allan Kardec evidencia que (LM XX: 228):41
Todas las imperfecciones morales son otras puertas abiertas que
dan acceso a los Espíritus malos. No obstante, la que ellos explo-
tan con mayor habilidad es el orgullo, porque es la que el hombre
menos se confiesa a sí mismo. El orgullo ha perdido a muchos
médiums dotados de las más bellas facultades que, de no ser por
esa imperfección, habrían podido convertirse en sujetos notables
y muy útiles [...].
No todos nacen para ser misioneros. Si el Espíritu asumió el
compromiso de ser médium, en un trabajo sin mayores pretensiones
en el centro espírita, dedicándose una vez por semana a una tarea hu-
milde y abnegada de atención a los hermanos sufrientes y necesitados,
cumpliendo bien su papel, puede haber aprovechado adecuadamente
su encarnación y llegar al mundo espiritual justificado. Entretanto, si
reencarna con este compromiso y, dejándose vencer por la vanidad y
por el orgullo, procura “proyectarse” como médium especial o se deja
llevar por la idea de que puede ser un “gran misionero”, podrá perder
la oportunidad y dejar de cumplir la tarea asumida. Todas las funcio-
nes requieren preparación previa en el plano espiritual y los trabaja-
dores no pueden ser aquello para lo que no se prepararon. Conforme
aprendemos con los buenos Espíritus, el verdadero misionero es re-
conocido por los demás, no necesita auto-denominarse misionero.
Convengamos que, en realidad, la mayor parte de nosotros hemos re-
encarnado para aprender a vencernos a nosotros mismo, pues aún nos
falta entender el verdadero significado de la expresión donarse. No

82
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

existe trabajo misionero sin auto-donación, renuncia personal, dedi-


cación al prójimo con el olvido de sí mismo. Si no somos capaces de
hacer estas cosas básicas, no podemos pretender un título que sería
artificial y acabaría por ser un peso más a ser cargado.
Uno de los mayores obstáculos, por tanto, de la mediumnidad
es el orgullo. La clave para tener éxito en esta tarea es ser humilde. El
desafío de desarrollar y conquistar la humildad es personal e intrans-
ferible. Se trata de un compromiso que debe ser asumido de forma
consciente y deliberada, en una actitud que es el resultado de la ma-
durez espiritual conquistada por el esfuerzo y por la conciencia de que
la humildad, al contrario de omisión o cobardía, es una fuerza moral
que aumenta el potencial de resistencia y de realización del Espíritu.

Vigilancia y reforma íntima


Hoy, a la luz del Espiritismo, comprendemos que la tentación no
ocurre de fuera hacia dentro sin que exista algún tipo de unión del indi-
viduo con el objeto o instrumento de tentación. O sea, que hay “tomaco-
rrientes” en lo más íntimo del individuo que lo vinculan. Es como una
especie de repercusión íntima que se convierte en una atracción hacia
el engaño y la equivocación, hacia las influencias negativas que actúan
bajo la fuerza de la ley de afinidad, en un proceso que resulta de los ma-
los hábitos adquiridos por la debilidad moral y la ausencia de disciplina.
Comprendiendo esta realidad de la naturaleza humana, Jesús recomen-
dó la vigilancia y la oración (Mateo, 26:41) como instrumento para evitar
la caída en la tentación. La vigilancia se convierte en una constante en
la vida del Espíritu en la medida en que es consciente de sí mismo y de
sus responsabilidades ante la Vida. Estando desarrollado el escudo de la
vigilancia, usándolo las 24 horas del día a la menor señal de peligro, de
influencia negativa, de la presencia de un sentimiento menos digno o
inferior el individuo dispara la dinamo de la oración para mantener el
equilibrio y la protección personales, a la misma vez que vibra en auxilio
de los posibles instrumentos de influenciación perniciosa, de todos los
individuos de quien se acuerde y puedan estar relacionados directa o
indirectamente con la problemática identificada.

83
Carlos Campetti / Vera Campetti

Sin embargo, difícilmente alguien podrá desarrollar el hábito


de la vigilancia y de la oración si no mantiene esta práctica en un pro-
grama de reforma interior aplicado constantemente como instrumento
de conocimiento de sí mismo, de sus debilidades y potencialidades, de
sus flaquezas y capacidades, del inmenso potencial que tiene para crecer
rumbo al bien, en virtud a la integración con los planos superiores de la
Vida. Nadie está incapacitado para crecer y practicar el bien, de realizar
lo que admira en los demás como cualidades nobles y positivas.
Clásicamente, los expositores espíritas citan, al tocar este tema, la
pregunta 919 de El libro de los espíritus donde Allan Kardec, registrando las
palabras de San Agustín, ejemplifica el tema del conocimiento de sí mismo
como componente fundamental de la reforma interior. “El conocimiento
de sí mismo es la clave del progreso individual”, comenta el Espíritu resu-
miendo la enseñanza básica que puede servir de norte para quien desee
realizar esta ardua tarea de actualizar sus potencialidades divinas y hacerse
instrumento efectivo del bien común. Sin embargo, la enseñanza sirve de
guía, de orientación, pues la tarea es intransferible y sólo puede ser ter-
minada por quien ya adquirió las condiciones necesarias y se concienció
de que no hay otra vía de evolución que no pase por la adquisición del
auto-dominio, del conocimiento de la realidad intrínseca que lo vincula
a la esencia espiritual, lo que ocurre, normalmente, a partir de cierto mo-
mento del proceso de crecimiento interior, cuando el ser concluye que es
intransferible la labor de transcender la vida en la materia, por el necesario
esfuerzo de renuncia y de entrega voluntaria al servir en nombre del Padre.

Armonización individual y del grupo


El esfuerzo personal para la auto-superación, para el estableci-
miento de una disciplina de estudio y para el cumplimiento de los acuerdos
de grupo deberá conducir a una armonización de cada uno y del grupo en
sí que son fundamentales para la buena marcha de las actividades dirigi-
das hacia el aprendizaje y el intercambio mediúmnicos.
Con el tiempo, el participante de la reunión de estudio sentirá la
necesidad de buscar medios de meditar las lecciones, de interiorizar los
propósitos de renovación, de buscar oportunidades para poner en práctica

84
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

la teoría que viene aprendiendo. Atender estos impulsos es importantísi-


mo. Hacer el esfuerzo para vencer la inercia y buscar el camino de la rea-
lización noble es un factor decisivo para que la presencia del individuo en
la reunión realmente sea efectiva.
La armonización del grupo depende básicamente del equilibrio
interior de cada miembro. Una persona que no está satisfecha consigo
misma, está ansiosa por conquistar no sabe qué, por sobresalir, por su-
perar a los demás, desconfiada respecto a las intenciones de los otros no
puede estar armonizada y, por tanto, no podrá contribuir a la armoniza-
ción del grupo.
Allan Kardec,42 al evaluar la curación de un caso de posesión de-
bido al esclarecimiento del Espíritu obsesor, destaca la importancia de la
armonización entre los participantes para que haya un ambiente propi-
cio en la actividad de asistencia a los necesitados. Comienza destacando
que, si el entorno está envuelto,
[...] por una comunión de miras, de intención y de acción, el en-
fermo (se refiere al encarnado, pero el razonamiento vale también
para el desencarnado) se halla en una especie de atmósfera homo-
génea de fluidos benéficos, lo que debe necesariamente facilitar y
acelerar el éxito. Pero si hubiera desacuerdo, oposición; si cada
uno quisiera actuar a su manera, surgirán divergencias, corrien-
tes contrarias que forzosamente paralizarán y, a veces, anularán el
intento de los esfuerzos para la curación. [...]
La paz interior, que se refleja en las actitudes y en el comportamien-
to exterior, es una conquista que exige esfuerzo. Al final, perdemos siglos
viciándonos en malos hábitos que hoy condicionan nuestros comporta-
mientos. Nadie podrá resolver el problema por nosotros, por muy buena vo-
luntad que tenga. No nos falta el apoyo de la espiritualidad superior, pero el
esfuerzo tiene que ser individual para que cada uno tenga el mérito de haber
conquistado el derecho de formar parte de ella. El estudio de la mediumni-
dad bien dirigido y bien aprovechado puede auxiliar mucho en ese proceso.
Mucha gente se preocupa en prepararse para el día de la reunión,
pero no es posible ser una cosa un día y en otros días otra cosa. O la per-
sona está armonizada o no lo está. Es lógico que el esfuerzo concentrado

85
Carlos Campetti / Vera Campetti

produzca algún resultado, pero es artificial y temporal. Lo ideal es que el


individuo esté haciendo el esfuerzo de transformación moral, que en sí
mismo ya es una preparación para el trabajo. La persona que participa en
un grupo mediúmnico no trabaja solamente el día de la reunión, no es mé-
diums solamente de tal a tal hora. Incluso los que no tienen mediumnidad
ostensiva están llamados a dar su contribución en muchos momentos, si
están preparados y atentos para esto. El desprendimiento durante el sue-
ño es frecuentemente aprovechado por la espiritualidad superior, cuando
los encarnados están en condiciones de estudiar y trabajar. Esto es para
cualquier día de la semana y no sólo en el día de la reunión de estudio o
mediúmnica.

Cada uno ora por todos


Dentro de esta idea, se destaca la importancia de que cada parti-
cipante se acostumbre a orar por los demás todos los días y en cada mo-
mento que se acuerde de alguno de los compañeros. ¿Cuántas veces, en
trabajos mediúmnicos, asisten Espíritus necesitados que solicitan nuestras
oraciones? La oración es un importante instrumento de auxilio. Es esencial
aprender a protegerse por medio de ella y a contribuir para el bienestar del
prójimo. Cuando los miembros de un grupo oran unos por los otros, se
establece una especie de red de comunicación, en la cual unos funcionan
como refuerzo para los demás. La espiritualidad superior aprovecha estas
vibraciones para establecer barreras de protección en los hogares y lugares
de trabajo de las personas.
En el futuro, cuando el grupo estuviera tratando con la desobsesión,
este hábito de orar unos por los otros podrá ser de fundamental importan-
cia en función de las persecuciones que los Espíritus inferiores desencade-
nan contra los encarnados que se dedican a auxiliar en su despertar moral.

Nadie habla mal del otro


Una de las grandes barreras impuestas al progreso de la huma-
nidad es la costumbre de hablar mal unos de otros. Es una práctica tan
generalizada que mucha gente no se da cuenta de que está haciendo eso
o participando de alguna manera. Lo normal es que el tema termine por

86
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

llegar a los interesados por otras vías y, generalmente, de forma distor-


sionada.
En la actualidad la mayor parte de los telediarios pueden ser con-
siderados fruto de esta costumbre tan arraigada en el comportamiento
humano y de difícil erradicación.
Al comprender, con el Espiritismo, que vive en un mundo de
vibraciones y que la maledicencia genera pésimas energías que se espar-
cen por el ambiente, el espírita siente la necesidad de luchar dentro de
sí para vencer esta costumbre. Estudiando la mediumnidad va a com-
prender que los Espíritus sintonizan unos con otros, sean encarnados o
desencarnados, por la semejanza de las vibraciones que emiten. ¿Cómo
podemos pretender el apoyo de los Espíritus superiores si, descuidados
y distraídos, sintonizamos con los inferiores?
Las personas no están juntas para enfrentarse unas a otras.
Convivimos para aprender a respetar las diferencias y apoyarnos en el
proceso de superación de nuestras imperfecciones y limitaciones. Por
eso es conveniente que el grupo asuma el compromiso de no hablar mal
unos de los otros. Se puede establecer un entendimiento en el sentido
de que, si no es posible decir alguna cosa a la propia persona interesada,
porque podría ofenderse o no comprender, no es conveniente tratar de
ese asunto con otra persona.
Es preciso ser conscientes y tomar en serio la no realización de
comentarios maliciosos. Unos necesitan apoyar a los otros en el esfuerzo
de tal forma que, si alguien del grupo hablase mal de otra persona, quien
está escuchando, conforme fue acordado previamente, necesita guardar
silencio. Si este alguien insiste, podrá recibir la siguiente pregunta clave,
que servirá como recordatorio: “Fulano, ¿ya has orado por la persona a
la que te estás refiriendo?”.
Al analizar esta pregunta (ESE X: 20 y 21),43 S. Luis resalta que
todo depende de la intención. Si aquel que ve las imperfecciones ajenas
lo hace para aprender y evitar hacer lo mismo, está en el buen camino.
Pero si la persona observa con la intención de criticar, de apuntar los de-
fectos ajenos, estará actuando en perjuicio del prójimo, lo que redundará
en perjuicio para sí misma. Para San Luis, “si las imperfecciones de una

87
Carlos Campetti / Vera Campetti

persona sólo la perjudican a ella misma, no habrá ninguna utilidad en


darlas a conocer. En cambio si pueden ocasionar perjuicio a otros, debe-
mos preferir el interés del mayor número al interés de uno solo”.
Le corresponde al grupo el desarrollo de tal nivel de respeto y
confianza mutua que los participantes se sientan cómodos para conver-
sar amigablemente y con el propósito claro y objetivo de servir sobre-
todo los temas del interés del grupo, inclusive las acciones individuales
que puedan redundar en perjuicio del mismo. La comprensión debe ser
la tónica directora de este tipo de conversación fraterna en momentos
de estudio o en reuniones específicas de evaluación, pues nadie puede
jactarse de ser perfecto. De forma que si el propósito de transformación
íntima para servir mejor al prójimo y de respeto mutuo es observado,
la persona que esté equivocada se sentirá feliz por el interés fraterno de
los compañeros en su mejoría. Todo sentimiento de ofensa, de rebeldía,
de revuelta, de inconformismo y todo deseo de fuga, de alejamiento del
grupo revela, para el propio interesado, la distancia que media entre sus
actuales sentimientos y comportamientos y el ideal establecido por su
conciencia, que es la que lo lleva por el buen camino de auto-superación
y plena integración en el servicio en el campo del bien.

Todos se ayudan mutuamente


Esta acción consciente del grupo, en apoyo al despertar y al
desarrollo de cada uno de sus miembros, por otra parte puede llevar a
otro acuerdo de auxilio mutuo, lo cual está relacionado con el interés
fraterno que es necesario cultivar entre los miembros del grupo. Este
asunto fue desarrollado en el ítem Interés fraterno en el Capítulo 1 de
este libro.

El cultivo de la amistad
¿Pero cómo vamos a saber si nuestro compañero de actividad
está necesitado de nuestra ayuda fraterna si solamente lo vemos el día de
la reunión y jamás hablamos con él fuera del ambiente del Centro ni in-
cluso por teléfono? ¿O si mantenemos con él un contacto estricto sola-
mente referente a los asuntos del Centro o de la reunión? ¿Cómo puedo

88
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

saber de su familia —y él de la mía— si no lo invito a venir a mi casa y no


visito la suya? ¿Cómo vamos a conocernos realmente si no convivimos
fuera de la Institución Espírita? ¿Cómo formaremos un grupo familiar,
siguiendo la propuesta de Kardec, si solamente nos vemos una vez por
semana durante dos horas y algunos pocos minutos más?
En esta vida moderna, llena de compromisos referentes a las ne-
cesidades de la sobrevivencia, viviendo en ciudades inmensas que de-
mandan mucho tiempo en el desplazamiento de un lugar a otro y con las
prioridades de la convivencia con la familia consanguínea, difícilmente
la persona encuentra la posibilidad de establecer otras relaciones, que
demandarán tiempo y, de alguna forma, dedicación y compromiso.
A pesar de todo esto, la práctica nos ha demostrado que el cul-
tivo de la amistad entre los miembros de un grupo mediúmnico es un
factor muy importante para la realización de una armonización que
tienda, con el tiempo, a la sintonía de convicciones, de pensamientos,
de sentimientos, de propósitos.
Es lógico que sea muy difícil que cada miembro del grupo de-
sarrolle un profundo nivel de amistad por todos los demás. Algunos
pueden conseguirlo pero la mayoría no, por las propias circunstancias e
imposiciones de la vida y por el hecho de que dentro de un grupo convi-
ven personas de diferente naturaleza, de distintas perspectivas de vida y
variadas experiencias. Sin embargo, si cada uno conserva la amistad por
algunos miembros del grupo, todos, al final, estarán entrelazados en la
misma sintonía de fraternidad y apoyo mutuo.
Además, periódicamente, pueden programarse actividades para
la convivencia lúdica de las familias de los participantes del grupo, entre
otras ideas que naturalmente surgirán si el dirigente supiera conducir al
grupo en la búsqueda de propuestas que puedan facilitar e intensificar
la convivencia entre los participantes.
Recordemos que, en las familias, los aniversarios y otras fechas
importantes son motivo de celebración y que llegando, incluso, a ser de
conocimiento general pueden utilizarse estas ocasiones especiales a tal
efecto.

89
Carlos Campetti / Vera Campetti

2.2.4 Bases de la evaluación


Para que estos acuerdos funcionen, además, es importante tener
alguna referencia sobre cómo acompañar el proceso de identificación de
sus etapas de desarrollo. Acompañar implica evaluar. Evaluar ¿qué? Se
podría responder: ¡todo! Pero como el ser humano se pierde sin proyecto
y sin guía que oriente y ordene sus acciones, diríamos que es necesario
evaluar el cumplimiento de todos los aspectos del acuerdo de grupo
aceptado por los participantes al comienzo de las actividades del estudio-
armonización.
De esta forma, cada participante, y especialmente el dirigen-
te, sería responsable de la observación de la disciplina, de la humil-
dad, del interés fraterno y de la ayuda mutua entre los miembros
del grupo en sus necesidades específicas y generales de perfecciona-
miento intelecto-moral.
Podrían establecerse reuniones periódicas para la evaluación
de los procedimientos y resultados del trabajo y de las condiciones
de armonización del grupo.
También correspondería a cada uno la responsabilidad de
realizar, y al dirigente o persona nombrada por él la de acompañar,
la presentación o entrega de los resúmenes de los libros indicados
—cuando el grupo hubiera optado por este procedimiento— así como
el estudio de El libro de los espíritus, de El libro de los médiums y de El
evangelio según el espiritismo, de la lectura de otros libros relacionados,
de la colaboración en otras actividades del Centro Espírita y de la fre-
cuencia a las reuniones.
No todos pueden alcanzar las condiciones necesarias. Sin em-
bargo, se puede considerar que el grupo habrá cumplido los objetivos si,
por lo menos parte de sus miembros, al cierre del programa, hubieran
establecido un grupo de intercambio mediúmnico consciente, discipli-
nado, armonizado y espiritualmente constructivo.
Los que no tengan una frecuencia asidua, no cumplan los requi-
sitos de participación, no alcancen los objetivos propuestos o no deseen

90
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

participar en el grupo mediúmnico, podrán integrarse a otros grupos de


estudio y de trabajo del Centro.

El proceso de auto-selección
Como podemos observar, el propio participante es el respon-
sable de la adquisición de las condiciones de integración en el grupo
mediúmnico. Él mismo se auto-selecciona al cumplir o no las propues-
tas que aceptó en los primeros días de reunión, liberando al dirigente
de buena parte de la pesada tarea de indicar a los participantes en cada
momento lo que es conveniente o necesario hacer o dejar de hacer.
No obstante, somos seres humanos y estamos obligados por las
demandas del mundo. Es natural que prioricemos sin mayor planifica-
ción lo que es más inmediato, el día a día. Si no mantenemos la mirada
en aquello que definimos como fundamental en cierto momento de la
vida, su importancia se perderá en la dificultad de los compromisos y
problemas que surjan. De ahí la necesidad de preservar las prioridades
que determinamos como verdaderas a lo largo del tiempo.
La consulta periódica del acuerdo de grupo ayuda en el proceso.
De este modo, todos los entendimientos se mantienen vivos y son recor-
dadas las tareas que cada participante necesita cumplir para beneficio
de sí mismo y para el mantenimiento del compromiso asumido frente a
los compañeros.
Pueden aprobarse excepciones por el grupo solamente en casos
realmente justificables, con el fin de que la indisciplina de unos pocos
no venga a corromper a todo el grupo. Lo que vale para uno, vale para
todos. Si uno puede cumplir el compromiso asumido, los demás tam-
bién deben poder. Si no es así, vale la pena identificar el problema y pro-
mover cambios en las directrices del trabajo, si fuera el caso. Pero una
vez aprobadas, se deben llevar a efecto integralmente para garantizar la
salud del grupo.
Si, una vez iniciado el estudio, alguien observa que no puede
cumplir los propósitos asumidos, precisa evaluar si es verdaderamente
su momento de dedicarse a la tarea mediúmnica. Existen muchos otros

91
Carlos Campetti / Vera Campetti

trabajos a los cuales se puede unir hasta que pueda vencer las barreras
que le dificultan cumplir con la disciplina necesaria para el funciona-
miento equilibrado de un grupo mediúmnico.
Hay grupos que no consiguen sostenerse o cuyos resultados son
mezquinos porque no ofrecen la oportunidad para que los participantes
ejerzan sus responsabilidades en el aprendizaje de la disciplina, en la
obediencia de propósitos superiores que exigen los esfuerzos de todos
nosotros que aún somos Espíritus en vías de perfeccionamiento.

2.2.5 Aprobando el acuerdo de grupo


La fase del estudio-armonización es la de la preparación para los
embates de la “práctica”. Es tiempo de aprender a vigilar y orar para no
dejarse llevar por los falsos profetas que se presentan con sutileza para
desviar o corromper al candidato; de formar una base sólida para el man-
tenimiento del grupo, unos apoyando a los otros en todos los sentidos;
de comprender que si “yo” no promuevo mi transformación moral y no
lucho para dominar mis malas inclinaciones, no podré contribuir plena-
mente dentro del grupo. Es tiempo de asumir el compromiso íntimo de
realizar el estudio diario de la Codificación para formar una base sólida
de conocimiento que apoyará después las actividades junto a los desen-
carnados y encarnados que vendrán a nuestro encuentro necesitados de
nuestra colaboración en los más variados aspectos de sus dramas ínti-
mos.
Las cuestiones y conflictos necesitan ser exhaustivamente anali-
zadas hasta formar un consenso para su aprobación. Si, después de todos
los esfuerzos del dirigente y del grupo, después de las adaptaciones posi-
bles y juzgadas necesarias, alguien sigue sin estar de acuerdo con los pro-
cedimientos y no considera viable la aprobación del acuerdo, será mejor
que no participe de esta reunión. Hay otras actividades en la casa espírita
que exigen menos compromiso y renuncia a favor de una obra colectiva.
Algunos dirigentes tienen dificultades de aceptar una posición
más activa, pues no quieren imponer sus puntos de vista a los demás.
La posición es respetable, pero, aquí, no se trata de imposición; al con-
trario, lo que se pretende, como se ha explicado anteriormente, es que

92
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

el dirigente no cargue con todo el peso de la responsabilidad de exigir


disciplina y apoyo del grupo como si fuese un deseo personal, aleato-
rio, dependiendo de sus humores que pueden variar de persona a per-
sona y de una situación a otra. Se trata de firmar un acuerdo de trabajo
que permita a cada miembro hacerse responsable de la continuidad y
sobrevivencia productiva del grupo que se está formando, con base en
la enseñanza y en la práctica del Espiritismo y no conforme a las ideas o
deseos de fulano o mengano. Un compromiso asumido por todos, como
el sugerido, evitaría justamente la disputa entre diferentes puntos de vista
que pueden surgir en la relación de los miembros de un grupo.

***
A partir de la aprobación el documento pasa a regir el funciona-
miento del grupo. La responsabilidad del éxito del trabajo depende del
esfuerzo de cada uno para el cumplimiento del acuerdo asumido. En el
aspecto administrativo del equipo, el dirigente será sólo un compañero
más experimentado que orientará el proceso de comprensión y vivencia
de la propuesta aceptada y aprobada por todos.*

2.3 Iniciando el estudio


Definidos los objetivos, los procedimientos y compromisos,
aprobado el acuerdo de grupo y elegido el material a utilizarse, llega el
momento de comenzar el estudio. A lo largo de los próximos meses per-
manecerán unidos al grupo los que supieran comprender su propuesta
y respondan a la expectativa de auto-renovación en la adquisición de
una base común de conocimientos, en el ejercicio de la humildad y la
disciplina, en el esfuerzo de servir al prójimo más próximo, en el esta-
blecimiento de la armonía como base de la homogeneidad de convic-
ciones, sentimientos y procedimientos como condición para la práctica
mediúmnica equilibrada y productiva que podrá ocurrir al final de cier-
to tiempo de esfuerzo conjunto.

*
Nota de los autores: Ver una experiencia de éxito de implantación de un grupo de estudio de la me-
diumnidad en el Anexo 3 —“Los primeros pasos de un grupo de estudio de la mediumnidad”.

93
Carlos Campetti / Vera Campetti

2.3.1 La práctica desde el inicio


Aquí tratamos no de la práctica mediúmnica propiamente di-
cha, sino de una serie de acciones preparatorias que, una vez com-
prendidas y desarrolladas por el grupo, a lo largo del proceso del
estudio-armonización lo llevaría progresivamente a adquirir habilida-
des que faciliten el intercambio mediúmnico.
Para su implantación hay que atender al ritmo del estudio, de
la armonización, de la conciencia, en fin, hay que tener en cuenta las
necesidades prácticas básicas del equipo, favoreciendo el desarrollo
de las habilidades de cada participante conforme a sus actitudes y
capacidades. Cumplidas las etapas, por un tiempo que podrá variar
desde algunos meses a más de un año, sería posible, finalmente,
identificar las funciones de cada miembro del grupo, encaminando
a los que hubieran cumplido con el acuerdo de grupo para la práctica
mediúmnica. Para esto, recomendamos los siguientes pasos:

La concentración
La mente no disciplinada es como un caballo salvaje que cabal-
ga al gusto de los impulsos inciertos que le llegan de las más diferentes
fuentes. Para disciplinar la mente y ordenar la vida, no obstante, se re-
quiere una buena dosis de equilibrio. Ernest Wood44 afirma que en el
campo de la concentración y de la meditación no se debe violentar el
cuerpo o la mente. Somos personas con capacidad de reflexionar y que
debemos saber cómo vivir. El equilibrio del cuerpo y de la mente consis-
te en el funcionamiento de forma armoniosa de la estructura hereditaria
y ambiental. Dirigir la mente es una cosa. Educarla, como un discípulo
feliz que busca y constantemente encuentra nuevas satisfacciones en las
experiencias de su propio funcionamiento, es muy diferente. Traer la
mente una y otra vez hacia el objeto de la concentración, enseñarla a
concentrarse bajo la mirada severa de la voluntad.
Para contribuir más eficazmente en el grupo mediúmnico es
esencial la disciplina de la mente y, en este sentido, una de las primeras
actividades prácticas a ser desarrolladas, paralelamente al estudio que se

94
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

va profundizando a medida que el grupo madura, podría ser el aprendi-


zaje y el ejercicio de la concentración.
Si el material elegido por el grupo no atiende a este aspecto o es
pobre en su desarrollo, le corresponderá al dirigente del estudio buscar
informaciones al respecto, inclusive ejercicios prácticos que ayuden al
grupo a desarrollar la capacidad de concentrarse. Si el dirigente no tiene
familiaridad con el asunto, precisará ganar experiencia realizando indi-
vidualmente los ejercicios, desarrollando sus actividades en este campo
para tener condiciones de ayudar al grupo a hacer lo mismo. Podrá, in-
clusive, seleccionar el material adecuado o desarrollar un texto con base
en varias fuentes para atender de forma adecuada a esta necesidad de
los miembros del equipo, siempre coherente con la propuesta espírita.

Vigilad y orad — protegerse contra las influencias negativas


Una segunda habilidad a ser observada sería la de defenderse
contra las influencias negativas que ejercen los Espíritus inferiores, de
las cuales, muchas veces, las personas no siempre se dan cuenta, por
estar habituadas a estas interferencias sentidas como normales.
La oración es muy importante con relación a la práctica me-
diúmnica y podrá haber quien prefiera tratar del asunto en primer lugar
antes de la concentración. Nada impide que sea así. Sin embargo, la ló-
gica indica que para orar bien es preciso saber concentrarse.
En un grupo que comienza el estudio de la mediumnidad es
normal que aparezcan personas que no saben orar o no saben expresar-
se en oración. Otros no tienen problemas en orar, individual o conjun-
tamente, pero no conocen todos los recursos y potenciales de la oración.
Entre muchos otros matices existen también los que solamente saben
pedir, utilizando un exceso de palabras para expresar sus necesidades,
como si quisieran convencer a Dios o a los Espíritus superiores de las
ventajas de concederles lo que desean.
En estas etapas iniciales, uno de los primeros desafíos que el
dirigente necesita enfrentar es ayudar para que todos superen sus di-
ficultades y adquieran auto-confianza para manifestar oralmente sus

95
Carlos Campetti / Vera Campetti

sentimientos y pensamientos por medio de la oración colectiva adecua-


da y productiva.
En principio, todo material de estudio de la mediumnidad ofre-
ce explicaciones sobre la oración. El tema es ricamente desarrollado por
Allan Kardec en la Codificación Espírita y, además, autores encarnados
y desencarnados han desarrollado este asunto con mucha propiedad.
Presentamos aquí solamente un resumen, con la ayuda indispensable
de Kardec, André Luiz y Martins Peralva, para finalmente destacar los
aspectos que consideramos fundamentales para la utilización de la ora-
ción en la actividad mediúmnica.
Cuando una persona ora su mente actúa sobre el fluido cósmico
universal, estableciendo una corriente fluidica que transmite el pensa-
miento al ser a quien se dirige y asimila fuerzas regenerativas a favor de
sí mismo o de la persona por quien ora.
Allan Kardec45 registra: “[...] Las oraciones dirigidas a Dios son
oídas por los Espíritus encargados de la ejecución de su voluntad. […]”
Y André Luiz46 completa de forma magistral:
[...] En el nombre de Dios, las criaturas, en tanto que es posible,
atienden a las criaturas. […] Tenemos igualmente en todos los
dominios del Universo los intermediarios [...] de la bendición, del
socorro, del esclarecimiento… Las corrientes centrales de la vida
parten del Todopoderoso y descienden a chorros, transubstancia-
das de forma infinita. De la luz suprema a la tiniebla total y vice-
versa, tenemos el flujo y el reflujo del soplo del Creador, a través
de incontables seres, escalonados en todas las fases del instinto,
de la inteligencia, de la razón, de la humanidad y de la angelitud
que modifican la energía divina de acuerdo con el grado del tra-
bajo evolutivo en el medio en el que se encuentran. […] La ora-
ción, cualquiera que sea, es acción provocando la reacción que le
corresponde. Según su naturaleza, fluctúa en la región en que fue
emitida o se eleva más o menos recibiendo la respuesta inmediata
o remota, según las finalidades a que se destina. Deseos vanos en-
cuentran realización próxima en la misma esfera en que surgen.
Impulsos de expresión algo más nobles son amparados por las

96
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

almas que se ennoblecieron. Ideales y peticiones de significación


profunda en la inmortalidad remontan a las alturas…
[…] Cada oración, así como cada emisión de fuerza, se carac-
teriza por determinado potencial de frecuencia y todos estamos
rodeados por Inteligencias capaces de sintonizar con nuestra ape-
lación, en forma de estaciones receptoras. [...]
De esta forma, podemos deducir con Martins Peralva47 que
“[…] La oración, en cualquier circunstancia, podríamos decir que es
una llamada de nuestra alma estableciendo unión instantánea con el
Mundo Espiritual, según los principios de la afinidad que rige el inter-
cambio mental. […]”
Él aclara que hay dos tipos básicos de oración: la vertical y la
horizontal. La oración vertical es “[…] Aquella que, expresando aspira-
ciones realmente elevadas, se proyecta en la dirección de lo Más Alto,
siendo, en obediencia a los mencionados principios de afinidad, reco-
gida por los Misioneros de las Esferas Superiores. […]” La oración ho-
rizontal, traduciendo deseos vulgares, “[…] no tendrá impulso oblicuo
o vertical, porque encontrará resonancia entre aquellos Espíritus aún
ligados a los problemas terrestres, viviendo, por tanto, horizontalmente.
[…]”
Existen, también, los “[…] Pedidos inadecuados, expresando
desesperación, rencor, propósitos de venganza, ambiciones, etc. […]”. A
estos impulsos descendientes no se les puede dar el nombre de oración,
pues se caracterizan como verdadera invocación. “[…] En la “invoca-
ción”, el llamamiento recibirá la respuesta de entidades de bajo tenor
vibratorio. […]” Y completa Peralva:
[...] Siendo así, nuestras oraciones encontrarán siempre la respuesta
de nuestros afines, de los que comulgan con nuestras ideas y objeti-
vos. […] En nuestros núcleos mediúmnicos, de acuerdo con los ob-
jetivos inspiradores de nuestras tareas, seremos atendidos por unos u
otros Espíritus. Si el pensamiento cristiano es la brújula de nuestras
realizaciones, no faltarán abnegados instructores que, desde los pla-
nos elevados, conducirán nuestros esfuerzos y estimularán nuestro
idealismo. [...]

97
Carlos Campetti / Vera Campetti

En este caso, la oración funciona como un recurso sublime que


hace posible la elevación de nuestra expresión vibratoria, proporcionán-
donos la comunicación con los mensajeros de Jesús. Estos nos auxilian
en la inspiración, en la intuición y en el recibimiento de mensajes su-
blimes que nos despiertan el Espíritu para las realidades mayores de la
Vida.
Hay que destacar, en el contexto, la utilización de la oración en
la práctica mediúmnica. ¿Para qué sirve la oración en este tipo de tra-
bajo? ¿Tiene la misma función que en otras actividades espíritas? ¿Es
suficiente usarla para la apertura y cierre de las reuniones?
Consideramos que, al comenzar el estudio y la práctica de la
mediumnidad, la persona y el grupo estarán ampliando sus posibilida-
des de contacto con la espiritualidad para la ayuda a los necesitados —
sufrientes y obsesores. Este trabajo redundará en beneficio de muchos,
pero también afectará intereses creados por otros que buscarán, de to-
dos los medios a su alcance, dificultar o impedir la acción del media-
nero en el camino del bien. Por eso será interesante que los miembros
del grupo de estudio de la mediumnidad practiquen el vigilad y orad
recomendado por Jesús a sus discípulos (Mateo, 26:41), comprendiendo
el importante papel que la oración tiene en relación al trabajo con la
mediumnidad.
Al ejercitar la oración en conjunto, los participantes podrán
aprender, en el estudio y en el intercambio de aprendizajes, distintas y
espontáneas maneras de dirigirse a los planos superiores de la vida y a
utilizar la oración como instrumento de equilibrio personal, de protec-
ción diaria y de auxilio al prójimo.
La vigilancia, referente a la propia intimidad y a las influencias
externas es una obligación intransferible y todos necesitan aprender a
practicarla. La Revista Espírita registra al respecto las siguientes pala-
bras de Simón M. (RE 1859, nov., p. 451):48
[...] En efecto, es necesario concluir que el hombre debe vigilar
sus menores pensamientos, hasta sus malos sentimientos, apa-
rentemente los más huidizos, ya que estos tienen la propiedad
de atraer hacia él Espíritus malos y viciosos, y lo exponen, débil

98
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

y desarmado, a sus inspiraciones culpables: es una puerta que él


abre al mal, sin comprender el peligro. [...]
Además de eso, podemos considerar con Martins Peralva49 que:
Una mente descuidada atraerá entidades infelices, vampiriza-
doras, porque ciertos Espíritus profundamente materializados,
arraigados todavía, a las pasiones inferiores, se nutren, se ali-
mentan de esas sustancias producidas por la mente irresponsa-
ble o no educada. [...]
Cuando estamos vigilantes, a la menor señal de peligro, pode-
mos levantar el escudo de la oración, elevando pensamientos y senti-
mientos a los planos superiores de la vida en busca de equilibrio, amparo
y protección. Esta es una función principal de la oración en el trabajo
mediúmnico. Seguido al dominio de la técnica de la concentración, o
análogamente, la primera acción práctica que el aprendiz de la medium-
nidad necesita interiorizar es el uso de la oración como escudo contra
el ataque de las tinieblas íntimas y exteriores. Hablamos de las tinieblas
íntimas porque no se trata, simplemente, de pedir asistencia a los bue-
nos Espíritus, a Jesús o a Dios contra la influencia de los hermanos des-
orientados del plano espiritual. La oración es el ejercicio de la voluntad
para promover la elevación íntima, alcanzando un padrón vibratorio
que pone al practicante de la mediumnidad fuera del alcance de las in-
fluencias negativas de sus perseguidores personales o de aquellos que
desean perjudicar la actividad con la que se envuelve.
En este sentido, la combinación de algunos recursos usados en
la concentración con la oración puede ser útil para promover equilibrio
y armonía interior y apoyar el esfuerzo de sintonía con las esferas su-
periores de la vida. La Drª Edith Fiore,50 estudiando las causas y alter-
nativas a las soluciones referentes a la posesión espiritual, sugiere una
técnica de protección basada en la imaginación de un sol interior que
puede ser accionado como si fuese una lámpara encendida por un com-
putador. Esta idea es interesante y puede ser ampliada en base al cono-
cimiento espírita para que pueda ser utilizada por todos los interesados
cuando lo crean oportuno, y, especialmente, por quien trabaje en el área
de la mediumnidad en los momentos de preparación que anteceden al

99
Carlos Campetti / Vera Campetti

comienzo de la actividad de estudio y, más tarde, en la propia actividad


mediúmnica. De esta forma, sin ánimo de generalizar, pues otros esque-
mas e incluso variaciones de esta técnica pueden ser aplicados por quien
lo desee, vamos a sugerir un ejercicio que envuelve la concentración, la
vigilancia y la oración.
Proponemos comenzar con una relajación, colocándose la per-
sona de forma confortable, ya sea sentada en una silla, en posición de
loto, o bien acostada, dependiendo de la preferencia o del lugar donde
se encuentre. Las técnicas de relajación son muchas. Vamos a sugerir
una que consiste en dirigir el pensamiento hacia los pies e imaginar que,
partiendo de la punta de los dedos, la persona está quedándose hueca
por dentro, completamente vacía, relajada. Para conseguir una relaja-
ción más efectiva podemos dirigir el pensamiento a cada parte del cuer-
po, empezando por los pies… piernas… muslos…, y así, hasta llegar a
lo alto de la cabeza.
En esta situación, quien conozca y domine el proceso, podrá ha-
cer una alineación o reconocimiento armonizando y sincronizando los
centros de fuerza. Sin embargo, esta etapa no es imprescindible y, por lo
tanto, se puede ir directamente a la fase siguiente, que es la de buscar la
sintonía con la luz que emana de los planos superiores de la vida.
Todo el universo está sumergido en la luz divina, pero raramente
los Espíritus de mediano nivel de evolución conservan la plena concien-
cia de este hecho, pues, para percibir esta luz, sentirla constantemente,
sería necesario mantener una sintonía permanente con los propósitos
del bien. La mayoría de los Espíritus ligados a la Tierra necesitan con-
centrarse, elevar los pensamientos y sentimientos con intención para
poder identificar la presencia de la luz divina. La mente es fuerza, ener-
gía creadora y activadora de los recursos del Espíritu.
Una vez concentrada la mente y relajado el cuerpo, se puede vi-
sualizar un rayo de luz que viene desde los planos superiores de la vida,
de Dios, penetrando el sistema vibratorio de la persona por el centro
de fuerza coronario, en lo alto de la cabeza. La luz divina va a llenar el
vacío imaginado realizado en la etapa inicial de la relajación, iluminar
todos los órganos partiendo de la cabeza hasta llegar a los pies. Podemos

100
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

utilizar el tiempo que sea necesario para sentir la luz divina iluminando
cada parte del organismo.
El próximo paso es visualizar el encuentro, en el núcleo del ser,
de la luz divina con la luz interior que todos tenemos, independiente
de su intensidad (normalmente ella está débil y titubeante cuando no
se ha desarrollado el hábito de cultivarla). La luz divina potencia la luz
interior, haciendo que se expanda, intensificando cada vez más su brillo
hasta tornarla un sol interior, que irradia en todas las direcciones. Los
rayos de ese sol interior, potenciados por la luz divina, pueden ser di-
rigidos hacia todas las células de los organismos físico y periespiritual.
Las células reciben un baño de esa luz renovadora, regeneradora, cura-
tiva, de intensa alegría y felicidad. Por el poder de la voluntad, la perso-
na puede querer que esta luz alimente sus células, fortalezca su sistema
orgánico, periespiritual y espiritual. Sus células físicas y periespirituales
pueden, igualmente, emitir la luz.
Cuando esta luz hubiera iluminado todo el ser, podrá proyec-
tarse hacia el exterior por los orificios de los organismos físico y peri-
espiritual, por los poros, así como por las manos y los pies, formando
un escudo de luz ovalado alrededor que protege la psicosfera personal
formada por las emanaciones de los sentimientos y pensamientos.
Este ejercicio mental se puede repetir diariamente con el fin de
ir fortaleciendo el escudo personal de protección. En este sentido, el
proceso de armonización y sintonía con el plano espiritual superior se
establecerá cada vez de forma más fácil y si, en alguna circunstancia,
nuestro estado de vigilancia nos alerta sobre algún peligro, inmediata-
mente el individuo puede convenir el escudo vibratorio y fortalecerlo
por el poder de la voluntad, de la emisión de energía positiva, de la fe,
de la oración. Este escudo de luz restringirá a las influencias inferiores
tanto de los lugares y de los Espíritus como de los encarnados desequili-
brados, facilitando el amparo de los protectores espirituales.

La irradiación mental
Una parte esencial de la oración es la irradiación vibratoria por
aquellos que están necesitados de alguna forma. Siempre que alguien se

101
Carlos Campetti / Vera Campetti

acuerde de otro durante la oración y vibre positivamente por esta perso-


na, estará emitiendo rayos de energía que pueden alcanzar al necesitado,
promoviendo efectos saludables en su psiquismo y en su economía sisté-
mica física y periespiritual. A esto se le llama irradiación mental y se puede
practicar individual o colectivamente. Cuanto mayor sea la intensidad del
pensamiento mayor será el alcance y el efecto de la irradiación mental.
Como ampliación del ejercicio anterior podemos proyectar a lar-
ga distancia los rayos de luz generados dentro de nosotros en dirección a
quien se desee ayudar, brindándole un baño de luz, siempre atendiendo al
hecho de que nada se puede realizar sin el permiso de la Bondad divina a
la que siempre se debe recurrir.
La irradiación mental es otro ejercicio práctico que le corresponde
al grupo aprender y realizar en el trascurso del entrenamiento necesario
para la práctica mediúmnica productiva y equilibrada. El grupo podrá
realizarla colectivamente antes o después de la práctica mediúmnica,
conforme el acuerdo establecido por el equipo.

La meditación
Todo Espíritu en evolución descubrirá, en algún momento, la
importancia y la necesidad de la meditación como instrumento de au-
to-conocimiento y de integración con el Padre en el cumplimiento de su
papel en la obra divina en la que se encuentra inserido.
Hay muchas definiciones para la palabra meditación, así como
hay muchas maneras de meditar que sirven para distintos propósitos.
No es objetivo de este libro profundizar este asunto en particular. Vamos
a destacar sólo dos pequeños textos con el propósito de despertar el in-
terés del lector por el tema, pues le corresponderá al dirigente del grupo
de estudio de la mediumnidad y otros interesados buscar en la extensa
literatura disponible la ampliación necesaria al asunto.
La meditación es el acto por el que el hombre se vuelve hacia sí
mismo, encontrando a Dios en su interior, en el esplendor de su
Gloria, en la plenitud de su Poder, en la ilimitada expansión de su
Amor: “El Reino de Dios está dentro de vosotros”. A través de la

102
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

oración, en la meditación, el hombre obtendrá la fe que necesita


para superar sus debilidades y la esperanza que le estimulará el
buen ánimo en el momento penoso, así como la estabilidad y el
bienestar que le asegurará, en los momentos difíciles, el equilibrio
interior. […]51
Para mantener la mente alerta es indispensable el hábito de la me-
ditación, que no tiene el carácter de negación, de anulación, sino
de atención en la observación sincera, sin culpa, sin castigo, sin
disturbios. No tiene como objetivo la racionalización de lo que le
acontece consigo mismo o con el entorno. […] Es siempre valio-
sa, especialmente si tiene como meta la iluminación, el desper-
tar de la mente en el encuentro con el Cristo interno. Todavía se
hace mucho más significativa cuando se practica regularmente,
generando el hábito saludable de observar de dentro hacia fuera,
sin juicio ni condena, analizando el mejor proceso de enriqueci-
miento espiritual.52
Especialmente para los solicitantes y participantes de las activi-
dades mediúmnicas, la meditación es indispensable para la conquista
del equilibrio interior y la más amplia comprensión del prójimo y de los
designios de la Providencia Divina.

La armonización psíquica
El conjunto de prácticas mencionadas llevarán a cada miem-
bro y a todo el grupo rumbo a la armonización psíquica que, para el
trabajo mediúmnico, precisa ser una conquista colectiva, pues todos
deben estar incorporados en el contexto. Una sola vibración disonante
podrá implicar desarmonía en el conjunto vibratorio del grupo y la
persona descuidada y no cumplidora de la parte que le corresponde,
tendrá que ser retirada del conjunto por los mentores del grupo, por lo
menos en aquel día, implicando la utilización de recursos que podrían
ser canalizados hacia el auxilio de los Espíritus sufrientes traídos a la
reunión para recibir la ayuda conjunta de los equipos encarnado y
desencarnado.

103
Carlos Campetti / Vera Campetti

Entre los diferentes ejercicios que el grupo puede realizar, el


dirigente puede proponer que cada miembro procure percibir las vi-
braciones de los compañeros que están a su lado, buscando combinar
la suya con las irradiaciones de los demás, contribuyendo para la for-
mación de una unidad armoniosa de emisiones mentales y fluidicas
que compondrán un ambiente agradable, protegido y adecuado a la
acción en favor de los Espíritus necesitados. Como ampliación, todo
el grupo podrá buscar la armonización vibratoria con los mentores y
trabajadores espirituales del grupo.

La percepción psíquica o espiritual


Más tarde, cuando estén debidamente incorporadas las etapas
anteriores y más próximo el comienzo de las actividades de intercambio
con la espiritualidad, el ejercicio práctico se extenderá a la percepción
psíquica del lugar, de las entidades presentes, del movimiento que hay
en la otra dimensión paralela a la de la sala mediúmnica hasta que el
grupo, adquiriendo las condiciones necesarias, se adentre de forma na-
tural en la práctica mediúmnica propiamente dicha. Finalmente en esta
etapa será posible la identificación de las diversas capacidades y de la
contribución que cada miembro podrá proporcionar en la formación
del equipo de trabajo mediúmnico. Por lo menos en el comienzo de
esta etapa, no es aún momento para recibir mensajes de mentores o en-
tidades necesitadas. La disciplina gana mucho si el médium contuviera
las influencias que recibe, aprendiendo a dominar su facultad para dar
pasividad solamente en el momento en que todo el grupo o parte selec-
cionada esté apta para la práctica mediúmnica.

***
Un buen material ofrecerá recursos adecuados para el desarro-
llo de estos y otros aspectos prácticos de la actividad mediúmnica. En
el caso contrario, una vez más, le corresponderá al dirigente investigar
o apoyarse en su experiencia para ofrecer al equipo los recursos necesa-
rios para el desarrollo de este importante aspecto del trabajo.

104
Capítulo 3 La etapa inicial de estudio tiene el propósi-
to de llevar al equipo al conocimiento bá-
Organizando sico del Espiritismo o a la revisión de sus
conceptos fundamentales para permitir la
el trabajo entrada progresiva en el análisis de temas
mediúmnico más específicos referentes a la mediumni-
dad. No existe tiempo determinado para
finalizar ni plazo seguro para que el grupo
inicie la práctica mediúmnica. Esto varía
de grupo a grupo y, repetimos, lo ideal
sería que la armonización de la actividad
mediúmnica ocurriese en la medida en
que el estudio se profundizase y el equipo
fuese madurando, sin necesidad de una
transición brusca entre una etapa y otra.
Una vez iniciada la práctica, el grupo será
llevado naturalmente a la atención a los
Espíritus sufrientes, pudiendo ser su tarea
central o que podrá servir de etapa de ma-
duración para un futuro trabajo de desob-
sesión. Por ello será interesante examinar
en este capítulo además de los aspectos
referidos, los tipos de trabajos mediúmni-
cos, cómo organizar la actividad mediúm-
nica y desarrollar la actividad de atención
a los Espíritus necesitados.

105
Carlos Campetti / Vera Campetti

3.1 La selección de los participantes


Lo que respecta a los participantes de la actividad mediúmni-
ca, lo ideal sería que todos alcanzasen las condiciones para que el gru-
po comenzase el estudio-práctica en cierto período de tiempo. Pero lo
más natural es que algunas personas estén preparadas antes que otras,
lo que no implica que sea un demérito para nadie. Todo es cuestión
de dedicación, de madurez adquirida en esta o en otras experiencias
de vida, de interés y voluntad dirigidos hacia aquel propósito, de la
prioridad establecida para la tarea, entre otros factores.
La selección de los participantes de la actividad mediúmnica
no se puede hacer por decisión arbitraria del dirigente del estudio
o de la práctica mediúmnica. Con el mejor propósito de ayudar en
la educación y desarrollo de la capacidad de servir, le corresponde
al responsable de la dirección crear un clima de confianza para que,
periódicamente, cada miembro, de forma individual o junto con el
dirigente, o, también, el conjunto del grupo, realicen evaluaciones de
las conquistas efectuadas y de lo que aún falta por conseguir para
alcanzar los objetivos propuestos en el acuerdo de grupo, con vistas
a presentar la “ficha de buenos trabajos personales” y a llevar todo el
“núcleo de actividad espiritualizada” a dejarse presidir “por el mejor
sentido de armonía, esfuerzo y afinidad”, aspectos fundamentales que
informa Emmanuel53 en el mensaje “No Todos”: “Y aconteció que,
casi ocho días después de estas palabras, tomó consigo a Pedro, a Juan
y a Santiago y subió al monte a orar”. (Lucas, 9:28).
Es digno de notarse la actitud del Maestro, invitando sólo a Simón
y a los hijos de Zebedeo para presenciar la sublime manifestación
del Monte, cuando Moisés y otro emisario divino estarían en con-
tacto directo con Jesús, a los ojos de los discípulos.
¿Por qué no convocó a los demás compañeros?
¿Acaso Felipe o Andrés no tendrían el placer en la sublime reve-
lación? ¿No era Tomás un compañero investigador, ansioso por
ecuaciones espirituales? No obstante, el Maestro sabía la causa de

106
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

sus decisiones y solamente Él podría dosificar, convenientemente,


las dádivas del conocimiento superior.
Este hecho debe ser recordado por cuantos deseen forzar la puerta
del plano espiritual.
Cierto, el intercambio con ese o aquel núcleo de entidades del
Más Allá es posible; pero no todos están preparados, a un mis-
mo tiempo, para la recepción de responsabilidades o beneficios
(destacado nuestro).
No se confía, imprudentemente, un aparato de producción pre-
ciosa, cuyo manejo depende de una competencia previa, al primer
hombre que surja, lleno de buenos deseos. No se traiciona impu-
nemente el orden natural. No todos los aprendices y estudiosos
recibirán del Más Allá, de repente, las grandes revelaciones. Cada
núcleo de actividades espirituales debe ser presidido por el mejor
sentido de armonía, esfuerzo y afinidad. En ese menester, a parte
de las buenas intenciones, es indispensable la presentación de la
ficha de los buenos trabajos personales. Y, en el mundo, toda la
gente permanece dispuesta a querer eso o aquello, pero rarísimas
personas se disponen a servir y a educarse.

3.1.1 Auto-evaluación
Si cada participante estuviera acostumbrado a hacer su au-
to-evaluación periódica, mantendrá la idea clara de sus condiciones,
de lo que ya conquistó y de lo que le falta por conquistar para entrar en
la nueva etapa. De esta forma, la auto-evaluación es un excelente ins-
trumento para la selección de los participantes, ofreciendo a todos las
mismas oportunidades que serán o no aprovechadas de acuerdo con la
voluntad, las posibilidades y la dedicación de cada uno.
Sin embargo, puede ser que la persona demuestre un buen nivel
de dedicación y reúna condiciones suficientes, pero aún sienta que no
tiene condiciones o piense que aún le falta mucho más en términos de
conocimientos y habilidades para el ejercicio mediúmnico debido a su
alto grado de exigencia íntima. Podríamos hasta incluso considerar que

107
Carlos Campetti / Vera Campetti

la humildad estaría interfiriendo en la evaluación. La persona, por más


preparada que esté, no lo ve de esta forma porque es humilde y no se
atreve a creer que puede ayudar en el trabajo mediúmnico. Si es así, le
cabe al dirigente ayudar a la persona a reconocer sus potencialidades y
nivel de preparación.
No obstante, no podemos dejar de considerar, dadas las condi-
ciones inherentes a nuestra fase evolutiva, la posibilidad de una especie
de manipulación psicológica, algunas veces inconsciente y oriunda de
inseguridades íntimas. La persona quiere y cree que ya reunió condi-
ciones para trabajar con la mediumnidad, pero espera que otros re-
conozcan su condición. De este modo, ella no asumiría la carga del
compromiso. No hubiera sido ella la que habría dicho que estaba pre-
parada y, por este motivo, no se sentiría responsable por el posible
fracaso. En otros casos, la persona podría esperar que el dirigente lo
indicase para que todos supieran que ella ya ha alcanzado esas condi-
ciones. Ahí ya no habría humildad, sino orgullo. Habría algún tipo de
problema que caracterizase la personalidad y correspondería al diri-
gente procurar ayudar a la persona a madurar para superar la proble-
mática observada.
Por otro lado, puede haber también quien no cumpla el acuerdo
de grupo y no haga los esfuerzos necesarios para superar sus limita-
ciones y dificultades, pero se cree apto para la actividad mediúmnica.
Este comportamiento puede demostrar falta de auto-evaluación, que
el individuo no desea o no tiene madurez para percibirlo. Dentro de
los criterios objetivos establecidos en el acuerdo es sencillo identifi-
car si la persona está o no haciendo los esfuerzos que le corresponde,
pero puede haber quien piense, pasado algún tiempo, que la “regla” es
muy exigente, que no vale la pena nada de esto, o que nadie ve que él
está haciendo todo lo que es necesario, aunque no completamente lo
que acordó con los demás. Estas situaciones exigirán del dirigente y del
grupo, a veces, un esfuerzo máximo de paciencia. No le cabe a nadie
exigir que la persona salga del grupo. Es lógico que no pueda pasar a
la práctica mediúmnica, pero eso no significa que le deba ser negada
la oportunidad del estudio y de la renovación espiritual. En el libro En

108
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

los dominios de la mediumnidad,54 André Luiz registra una pregunta de


Hilario y la respuesta de Aulus, en los siguientes términos:
[...] Y en la hipótesis de que surjan elementos arraigados en el
mal en un grupo de cooperadores del bien, ¿los instructores
espirituales procederán a su expulsión por la revelación de la
ficha psicoscópica?
— No será preciso. Si la mayoría permanece empeñada en la
práctica del bien, la minoría, prisionera del mal, se alejará del
conjunto, poco a poco, por falta de afinidad.[...]
No se trata de que consideremos que compañeros que se in-
teresan por el estudio y la práctica de la mediumnidad puedan estar
arraigados al mal. Pero, efectivamente, la falta de afinidad y de comu-
nión de ideas lleva a la persona a sentirse desplazada y a desear apar-
tarse del grupo cuando no participa de la confianza existente entre los
demás participantes y cuando no se dispusiera a hacer los esfuerzos
necesarios para su verdadera integración. Es importante que cuando
alguien se aparte del grupo lo haga por decisión suya y no porque al-
guien lo “invite” a no volver más o porque sea discriminado por otros
participantes.

3.1.2 Evaluaciones periódicas con el grupo


De esta forma, en las evaluaciones periódicas con todo el gru-
po, el auto-examen debe ser incentivado con habilidad por el dirigen-
te, evitando que los temas resbalen hacia el terreno de las discusiones
personales. Recordemos que no es papel del dirigente dictar normas
ni rescatar los confesionarios y las penitencias de las creencias reli-
giosas del pasado. Basta recordar la importancia del cumplimiento
de los compromisos asumidos en conjunto para la “salud” y el equi-
librio del equipo, cuyos objetivos conjuntos dependen del esfuerzo
individual para ser alcanzados. Será necesario recordar, alguna que
otra vez, que solamente pasarán a la fase práctica los que cumplan el
acuerdo de grupo.

109
Carlos Campetti / Vera Campetti

Lo ideal es que, cuando en la auto-evaluación algunas perso-


nas consideren insuficientes sus esfuerzos para la participación en un
posible grupo mediúmnico en el futuro, decidan tomar por si mismas
iniciativas conscientes para reajustarse e integrarse al grupo. Sin em-
bargo, siempre puede ocurrir que la persona se aparte al percibir que
no acompaña al grupo, alegando diferentes motivos. Una vez identi-
ficado el problema, le corresponde al grupo ayudarla, demostrándole
el deseo de que ella permanezca y llevándola a comprender que todo
depende de su propio esfuerzo. Cuando alguien después de haberse
dado cuenta de que no está acompañando el desarrollo general del
grupo y que de seguir así no podrá pasar a la práctica mediúmnica,
puede empezar a hacer el esfuerzo necesario para superar la dificultad
acompañando el desarrollo general. Aunque también puede dejarse
dominar por el rencor, la frustración e incluso, inconscientemente,
adoptar comportamientos que minen las bases de la armonía y estabi-
lidad del grupo. Casi siempre, después de estas dificultades y luchas,
la persona termina apartándose, después de causar algún perjuicio al
trabajo y a los esfuerzos de armonización de los demás.

3.1.3 Evaluaciones con el dirigente


Cuando todos alcanzan las condiciones establecidas en el
acuerdo de grupo, el dirigente puede promover la transición hacia
la actividad mediúmnica. No obstante, es necesario reconocer que a
pesar de todos los esfuerzos podrá haber quien, habiendo perseve-
rado en el grupo, llegue al comienzo de la actividad mediúmnica sin
estar preparado para la tarea.
No habiendo sido posible armonizar e integrar a todos los
miembros del grupo, se podría iniciar el trabajo mediúmnico con
los que están aptos, permaneciendo los demás en la fase de estudio.
Estos se agregarían a la actividad mediúmnica cuando alcanzasen
las condiciones necesarias. Igualmente, podrían componer un nue-
vo grupo de estudio de la mediumnidad, si la Casa Espírita iniciase
esta actividad u otro tipo de estudio.

110
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Cuando parte del grupo aún no está preparado, las evalua-


ciones periódicas pueden ayudar a concienciar a los participantes al
saber que el dirigente podrá considerar el inicio de la práctica me-
diúmnica con la parte del grupo que ha alcanzado las condiciones
necesarias.
En esta situación, existe un gran desafío para el dirigente
pero precisa enfrentarlo, pues, cuando los que no alcanzaron las
condiciones mínimas también entran en la práctica mediúmnica,
¿qué impedirá que los que se dedican con ahínco no se acomoden
en sus esfuerzos? Además, cuando el inicio de los trabajos mediúm-
nicos, propiamente dichos, se atrasan mucho, todos pueden llegar
a sentir una creciente frustración, especialmente los que ya están
preparados para la tarea que han estado estudiando hace años sin
alcanzar, como grupo, las condiciones suficientes para el ejercicio
de la mediumnidad.
Esta situación requiere mucha habilidad personal del diri-
gente y una gran capacidad afectiva que le permitirá lidiar con cada
caso sin ofender a los compañeros o despertar reacciones de amor
propio herido. Le corresponde al dirigente demostrar que las puer-
tas no están cerradas, pues, por medio del estudio, podrán recibir
nuevas oportunidades de preparación para el trabajo mediúmnico y
poder integrar con el equipo.
Corresponderá una evaluación con cada uno de los parti-
cipantes para adoptar las soluciones oportunas a la posible situa-
ción referentes a los comportamientos y circunstancias propias de
la convivencia que, en la condición humana, resultan infinitas. Para
las evaluaciones individuales, el dirigente del estudio-armonización
podrá contar con la ayuda del futuro dirigente del estudio-prácti-
ca (trabajo mediúmnico), si fueran personas diferentes, o de algún
miembro del grupo cuya habilidad de diálogo y entendimiento fra-
terno se haya demostrado y que será, por este motivo, uno de los
dialogadores en la fase del intercambio mediúmnico.
El papel del dirigente no es sencillo ni fácil, pero es abso-
lutamente necesario. Ya sea en la conducción del estudio, de los

111
Carlos Campetti / Vera Campetti

ejercicios para la práctica mediúmnica y de las evaluaciones perió-


dicas grupales o individuales, o sea presentando nuevos desafíos
que permitan la madurez de cada participante ayudándolo en su
preparación para las etapas siguientes, corresponde siempre al di-
rigente establecer la tónica para encaminar al grupo hacia la obten-
ción de sus propósitos. Si él y los demás participantes observaran
los compromisos aprobados en el inicio, será más viable acompañar,
a lo largo del estudio-armonización, a quien está apto o no para la
práctica mediúmnica y a los que les falta para alcanzar a los demás
con base a los parámetros establecidos.

3.2 Adaptando el acuerdo de grupo


Una vez decidido el comienzo de la práctica mediúmnica, será
conveniente proceder a la revisión del acuerdo de grupo para adaptarlo
a la nueva situación, sometiéndolo a otra aprobación. Serán necesarios
pequeños cambios para redireccionar los esfuerzos del equipo, agregan-
do a los compromisos anteriores la responsabilidad de comenzar y man-
tener una actividad mediúmnica práctica.
Permanecerán las mismas demandas referentes a la conducta,
estudio, colaboración y frecuencia. De este modo, para iniciar la prácti-
ca mediúmnica tienen que haber sido alcanzados los objetivos propues-
tos en aquella etapa. No obstante, el objetivo general tendría que ser
redireccionado al mantenimiento de un grupo mediúmnico en el que
reine la armonía y la homogeneidad de pensamientos, sentimientos y las
consiguientes vibraciones. Persistirá la necesidad de que el grupo apoye
a sus miembros en el constante perfeccionamiento de su capacidad de
servir. En el campo individual, cada uno podrá reforzar el compromiso
con la asimilación y la vivencia de los principios educativos ofrecidos
por la Doctrina Espírita y el Evangelio de Jesús y, también, con el man-
tenimiento de la armonía y con el constante perfeccionamiento de su
capacidad para el cumplimiento de sus funciones dentro del grupo, lo
que redundaría en una actuación mediúmnica equilibrada y productiva.

112
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

El tiempo dedicado al estudio tendría que ser necesariamente


restringido a favor del aumento del tiempo de actividad práctica. Las
bases de evaluación también precisarían de una adaptación a las nuevas
condiciones.
Una sugerencia de acuerdo de grupo para la etapa de la práctica
mediúmnica se puede encontrar en el Anexo 4. Sin embargo, no olvide-
mos que las ideas allí presentadas son sólo una referencia, conforme ya
se aclaró anteriormente.*

3.3 La continuidad del estudio


Cuando el grupo concluye el programa utilizado en la etapa
del estudio-armonización, surge la necesidad de una decisión funda-
mental en cuanto a la secuencia del estudio a seguir.
Hay quien afirma que no sería conveniente que el grupo par-
ticipase de un “aula” o de una reunión de estudio inmediatamente
antes de la reunión mediúmnica, ocasión en que pueden surgir po-
lémicas y discusiones estériles en torno de temas más complejos.
Otros consideran que no sería conveniente el ejercicio mental antes
de la práctica mediúmnica, que exigiría más bien el recogimiento
y la pasividad psíquica de los participantes de la reunión. En esta
línea de razonamiento, un estudio que antecediese a la práctica me-
diúmnica podría inducir a los médiums a interferir en las comuni-
caciones, inclusive simulando, inconscientemente, manifestaciones
que no existen, pues no dispondrían de tiempo para la adecuada
concentración y pasividad. Por este motivo recomiendan la opción
por algún tiempo de lectura, que podría hasta ser seguida de co-
mentario hecho por alguien del grupo, pero sin la discusión del
asunto entre los participantes. El estudio sería hecho después de la
actividad mediúmnica o incluso no sería hecho en este mismo día.
En el primer caso, el equipo necesitaría mantener la dispo-
sición para realizar el estudio después de la práctica mediúmni-
ca, conservando el interés y la atención en los temas y actividades
*
Nota de los autores: Véase el cap. 2 “El acuerdo de grupo”

113
Carlos Campetti / Vera Campetti

propuestos. Es muy normal, no obstante, que las personas sientan


cansancio físico o hambre y estén ansiosas por llegar a sus hogares
al finalizar la actividad mediúmnica, haciéndose necesarias las ex-
plicaciones frecuentes por parte del dirigente sobre el porqué y la
importancia del estudio. Además, la actividad de estudio terminaría
por parecerse más a un apéndice que a una parte fundamental de la
actividad general. Tomadas las debidas precauciones, nada impide
que el estudio sea hecho después del ejercicio de la mediumnidad.
En cuanto a la segunda hipótesis, la de realizar el estudio en
día diferente del destinado a la actividad mediúmnica es necesa-
rio considerar que, para muchas personas, ya es una gran dificul-
tad que, además de participar en la actividad mediúmnica, tengan
que comparecer, por lo menos una vez más por semana, al centro.
Destinar también otro día para el estudio de la mediumnidad pue-
de no ser viable para muchos compañeros que, a pesar de la buena
voluntad, pueden sentirse obligados a no participar de la actividad
mediúmnica si el estudio en un día adicional fuera una de las con-
diciones para eso.
Sin embargo, por lo que orienta la Codificación, este estudio
sería imprescindible. Los grupos que optan por la simple lectura,
aunque con un breve comentario, antes del comienzo de la práctica
mediúmnica, no realizan el estudio de la mediumnidad, concen-
trándose exclusivamente en su aspecto práctico, lo que trae conse-
cuencias negativas. Consideramos aquí que el estudio significa más
que simplemente leer capítulos o tramos de libros. Exige investiga-
ción para profundizar los temas.
Otra opción sería el mantenimiento del estudio en la pri-
mera parte de la reunión, reduciendo el tiempo a él destinado, con
el cuidado de evitar discusiones estériles sobre asuntos, compor-
tamiento que, por otra parte, ya debería estar solucionado, o que
el grupo ya debería haber superado al alcanzar una condición de
armonización donde las discordancias y puntos de vista no agitasen
más el ambiente vibratorio.

114
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Si el grupo aún no ha alcanzado las condiciones ideales para


la práctica mediúmnica, fácilmente las imperfecciones de los par-
ticipantes, tantas veces explotadas por la espiritualidad inferior,
pueden hacer prevalecer la discordia y la polémica estériles que no
viabilizan los mejores esfuerzos de los compañeros de buena vo-
luntad, por más que estos deseen caminar por vías más serenas y
constructivas.
Le corresponde, por tanto, al dirigente conocer las condi-
ciones del grupo que coordina, y, al grupo, decidir por el mejor ca-
mino a seguir. Observando que, si una vía no es la más adecuada
nada impide experimentar otra. Sin embargo, observamos que hay
grupos que jamás maduran, siguiendo siempre la última moda o las
novedades que aparecen.
Cuando el grupo decide entrar en la práctica mediúmnica,
la armonización, que era la meta en los primeros momentos, debe
ser, entonces, realidad. El grupo necesita estar en camino a la ho-
mogeneidad mínima de sentimientos y convicciones en cuanto a
los conocimientos del Espiritismo, los procedimientos y finalidades
del grupo. Si un estudio de temas relacionado con la mediumnidad
sobre-excita el intelecto de algunos miembros del grupo y pertur-
ba su campo sentimental, debemos preguntarnos si estas personas,
efectivamente, absorbieron la teoría y la vivencia propuesta para el
grupo hasta el momento. Si los médiums aún no saben deshacerse
de los aspectos intelectuales del estudio a fin de calmar la mente
para la actividad mediúmnica, ¿quién nos asegura que estén prepa-
rados para deshacerse de sus problemáticas del día o de la semana?
No hay milagros, esto lo sabemos. Y nada nos es dado de gracia.
Todo es conquista. Si los participantes del grupo están persiguiendo
juntos condiciones básicas y fundamentales para servir mejor den-
tro de la actividad mediúmnica, seguramente no podrán prescindir
del estudio equilibrado.
Observamos la existencia de grupos mediúmnicos que hace
tiempo abandonaron el hábito del estudio, limitándose a una peque-
ña lectura con un breve comentario antes de la reunión mediúmni-
ca, siendo este el único “estudio” que sus miembros hacen, más en

115
Carlos Campetti / Vera Campetti

el sentido de “concentrarse” para el trabajo mediúmnico que para


comprender y comprometerse con el ejercicio equilibrado de la me-
diumnidad. Esta rutina pasa a ser la tónica de algunos grupos que
pueden no darse cuenta de la necesidad de mantener la dinámica
del perfeccionamiento intelecto-moral, que demanda esfuerzos y
adaptación a las distintas situaciones para servir mejor e integrarse
en los propósitos de renovación espiritual.

3.4 Los tipos de trabajos mediúmnicos


Consideremos la situación en que los trabajadores están pre-
parados y dispuestos para la actividad mediúmnica. El dirigente co-
loca a los participantes en círculo, utilizando o no una mesa en el
centro, para comenzar el trabajo. Aunque la naturaleza del trabajo
a ser desarrollado no sea de decisión directa del equipo encarnado,
será interesante examinar rápidamente las opciones más evidentes
que son ofrecidas al grupo por los mentores espirituales encargados
de conducir el trabajo, de acuerdo con las mediumnidades y condi-
ciones reunidas.
En primer lugar, especialmente cuando la psicofonía aún no
se manifestó en algún médium el grupo puede, más allá de continuar
con el ejercicio de percepción espiritual y de la psicografía —si hu-
biera algún médium con esta capacidad— realizar una actividad de
vibración, es decir, irradiación, buscando una sintonía más íntima
con los mentores espirituales y envolviendo en mentalización positi-
va a los Espíritus y a los encarnados sufrientes, a los trabajadores de
la casa y del movimiento espírita, a los familiares, a los enfermos, a
la humanidad y así sucesivamente. Podría ser empleado un tiempo,
específicamente, para apoyar el desarrollo de la mediumnidad en un
posible médium psicofónico, identificado en la etapa anterior o que
surja en cualquier momento.
Existiendo en el grupo algún médium o médiums de psico-
fonía, aunque estén en fase de desarrollo, el trabajo de atención a
los Espíritus sufrientes y necesitados podría comenzar. Se podrían

116
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

mantener las actividades de psicografía y de vibraciones. En este caso,


sugerimos que las psicografías sean ejercidas durante el recibimiento
de Espíritus necesitados y las vibraciones podrían ocupar un tiempo
más reducido de la reunión.
El establecimiento de un trabajo de desobsesión es una de-
cisión que depende de factores más propiamente controlados por el
equipo espiritual. El grupo comienza por opciones más simples de
trabajo mediúmnico. Solamente el tiempo, el perfeccionamiento y la
acumulación de experiencias por el equipo —siempre que haya ca-
pacidad de dirección y autoridad moral del dirigente y sus auxiliares,
además de la disponibilidad de médiums con facultades específicas—
serán las que lleven a los mentores espirituales a encaminar Espíritus
en situaciones más complejas para ser atendidos en lo que vendría a
ser un trabajo de desobsesión. Aunque un grupo comience con mé-
diums y demás participantes experimentados en el área de desobse-
sión, el trabajo solamente asumirá esta característica por decisión de
la espiritualidad, que llevará, o no, Espíritus para desobsesión.
Grupos mediúmnicos con mucha experiencia y excelente pre-
paración moral pueden actuar también en un campo más complejo y
difícil, relacionado con la atención a Espíritus suicidas, que raramen-
te se manifiestan en actividades de atención a Espíritus sufrientes y
son traídos a reuniones de desobsesión con poca frecuencia.
Es importante resaltar que no hay jerarquía entre los diferen-
tes tipos de trabajos mediúmnicos o sus participantes. Lo que hay es
diferencia de las funciones. El equipo de desobsesión no es, por mo-
tivo de sus atribuciones específicas, mejor o especial en comparación
con el equipo de atención a los sufrientes. Simplemente asumió un
compromiso diferente, para el que fue necesario reunir experiencia
específica, pero no por eso realiza un trabajo más meritorio, pues
todo trabajador es digno de su salario (Mateo, 10:10).

117
Carlos Campetti / Vera Campetti

3.5 Las reuniones mediúmnicas


Aprendemos con Allan Kardec que son pocas las personas entre
las que no se encuentren algunos rudimentos de mediumnidad, sin em-
bargo, esta calificación sólo se aplica a aquellos cuya facultad mediúm-
nica está claramente caracterizada (LM XIV: 159).55 Pero, como existen
varias funciones en un grupo mediúmnico, habrá siempre trabajo para
todos los participantes. Por otra parte, la reunión precisa estar com-
puesta por médiums ostensivos y no ostensivos, siendo que, en distintos
grados y con distintas funciones, todos funcionarán como médiums.

3.5.1 Las funciones en el grupo mediúmnico


La función más claramente definida en la reunión es la del
médium psicofónico, es decir, si en una persona se manifestó la fa-
cultad de esta naturaleza, éste será el trabajo que ella va a ejercer
dentro del grupo. Otra función evidente es la del dirigente de la reu-
nión, que puede tener también la atribución de adoctrinador. Otros
participantes pueden apoyar al dirigente en la función de dialogado-
res. Otras dos funciones son fundamentales para la buena marcha de
la reunión: apoyo vibratorio y pases.
En la ausencia de colaboradores que puedan actuar apoyan-
do la reunión, los mismos dialogadores funcionan como soporte
vibratorio, manteniéndose en oración y contribuyendo con efecti-
vidad para la armonía del ambiente. Sin embargo, lo ideal es con-
tar con personas que se dediquen especialmente a esta tarea. Los
mismos dialogadores también pueden realizar la función de pasistas.
Entretanto, algunas veces tendrían que desplazarse de su lugar para
dar el pase, corriendo el riesgo de romper la corriente vibratoria,
como veremos a continuación. De este modo, lo ideal es que también
la reunión cuente con una o dos personas que ejerzan la función de
pasistas.
Las funciones serán más bien explicadas en el capítulo 4.
Aquí sólo las citamos como apoyo para el desarrollo del siguiente

118
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

tópico, referente a la disposición de las funciones para el ejercicio de


la mediumnidad.

3.5.2 Cómo organizar la actividad mediúmnica


Aquí, una vez más, recalcamos que no existe “receta” para la
actividad mediúmnica. Cada grupo es soberano para tomar sus de-
cisiones y hacer como mejor le parezca. Vamos a presentar ideas ba-
sadas en la experiencia de autores acreditados y en la nuestra propia.
Nadie está obligado a estar de acuerdo con ellas o a aplicarlas en las
actividades que caen bajo su responsabilidad. Examinemos a la luz de
la razón y hagamos conforme a nuestra conciencia, preservando siem-
pre el derecho ajeno de pensar y actuar de forma diferente a aquella
que consideramos la ideal.
La reunión mediúmnica normalmente se hace en torno a una
mesa, pero nada impide que se pueda realizar sin el uso de este mueble.
A pesar de observar que muchos grupos no violentan esta práctica es
recomendable que los participantes se sientan en círculo, intercalán-
dose los médiums y los dialogadores. No se trata aquí de preferencia
personal o de una cuestión mística. Carlos Torres Pastorino56 esclarece
sobre el asunto:
La “corriente parásita” o “de Foucault” ocurre cuando el núcleo
de metal del rotor (generador) es construido de una sola pieza
sólida e intacta. Siendo los conductores enrollados en torno de
este núcleo de metal, este puede desarrollar una “corriente pa-
rásita”, que interfiere en las líneas del campo magnético. Estas
corrientes, además de no tener utilidad, producen calor en el
núcleo, bajando el rendimiento de la máquina. Para disminuir
la intensidad de la corriente parásita, al contrario de un bloqueo
sólido, son utilizadas chapas separadas por una materia aislante.
De este modo, en lugar de corriente parásita única de fuerte
intensidad, tendremos una serie de pequeñas e inofensivas co-
rrientes, que sólo circulan individualmente en cada lámina.
El conocimiento de este efecto es de gran utilidad para la cons-
titución de la mesa mediúmnica; y explica porqué, desde el

119
Carlos Campetti / Vera Campetti

principio, los buenos dirigentes de sesiones hacen sentar a los


médiums intercalándolos con los no médiums. La razón dada es
que los no médiums sirven para “alimentar la corriente”. Perfec-
tamente lógico y verdadero.
Pero ahora, por la comparación con la “corriente de Foucault”,
podemos percibir el motivo científico: si los médiums se sien-
tan todos seguidos en la mesa, se forma la “corriente parásita”,
que puede provocar interferencias en el campo magnético de la
mesa, haciendo que la vibración recibida por un médium re-
percuta en los que están a su lado, perturbándolos. Además de
esto, al envolver a otro médium esta vibración, puede llevarlo a
equivocarse: suponiendo que se trata de los fluidos de un desen-
carnado, tal vez fuerce la manifestación, resultando de ello una
mistificación involuntaria e inconsciente.
Más aún: formando el bloqueo monolítico de médiums un gru-
po sólido, la intensidad de la manifestación es mayor, debilitan-
do las resistencias de los médiums (por la corriente parásita) y
la acción de los Espíritus se hará con mucha más violencia.
Si los médiums (sensitivos) fuesen intercalados con los no mé-
diums (no sensitivos = aislante) cada uno de ellos dará su ma-
nifestación con la intensidad normal, sin peligro de influenciar
a los que estén a su lado y con mayor posibilidad de contener la
violencia de los manifestantes.
Además, si al lado de cada médium hay dos dialogadores,
será más fácil la atención a los Espíritus manifestantes sin necesidad
de moverse por la sala. Si un adoctrinador se levanta para atender a
un Espíritu que se manifiesta por un médium al otro lado de la mesa,
hay una ruptura del aislamiento, dando margen al hecho de la llamada
“corriente parásita”, por estar sentados dos médiums seguidos, aunque
temporalmente.
Pero vimos que hay otras funciones en el grupo además de la del
dirigente, dialogadores y médiums de psicofonía. ¿Dónde quedarían
los médiums de psicografía, los videntes y las personas que cumplen
el papel de pasistas y de apoyo vibratorio? Los médiums de psicografía

120
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

pueden formar parte de la mesa, estando entre dos dialogadores, como


los de psicofonía. Incluso porque, normalmente, el médium de psico-
grafía también tiene la psicofonía. Las dos mediumnidades podrían ser
ejercidas sin prejuicio de la marcha de las actividades. Los médiums
videntes, si sólo tienen esta mediumnidad, los pasistas y los de apoyo
vibratorio pueden estar fuera de la mesa o del círculo compuesto por
los médiums de psicofonía y por los dialogadores. Formarían, de este
modo, una corriente de apoyo. Durante toda la reunión, por las razones
técnicas explicadas más arriba y para evitar movimientos innecesarios
que podrían dificultar la concentración de los demás, solamente los
pasistas se moverían en función de las necesidades a que hubiera lugar.

3.5.3 El desarrollo de los trabajos


Una vez dispuestos los trabajadores es conveniente que el diri-
gente comience la actividad con una oración, intensificando la sintonía
del equipo encarnado con la espiritualidad. Es la evocación general,
sin la necesidad de dirigirse a un Espíritu en especial, aunque el grupo
haya sido informado sobre quién es su mentor espiritual, evitándose
exclusividades innecesarias o evocación de un Espíritu que no se sabe
si puede estar disponible para atender al llamado. Es importante el
establecimiento y la conservación de la sintonía con el plano superior,
que atraen a los Espíritus trabajadores del bien y superiores para pro-
teger y apoyar las actividades que se pretende desarrollar en beneficio
de los necesitados.
Lo que ocurre a partir de este momento, generalmente, queda
a cargo del equipo espiritual. Pero debemos considerar que los men-
tores amigos siempre respetan la programación hecha por los encar-
nados. Si, por ejemplo, el grupo decide que está destinado un tiempo
inicial para un posible mensaje de orientación antes del inicio de la
atención a los Espíritus necesitados y sufrientes, con otro tiempo al
final para otro posible mensaje de los mentores amigos, normalmente
ellos no interrumpirán la atención para dar mensajes. Algunos diri-
gentes prefieren establecer este tipo de programación, pues, además de
disciplinar la continuación del trabajo, evita el riesgo de que Espíritus

121
Carlos Campetti / Vera Campetti

mistificadores tomen el tiempo de atención para intentar engañar al


grupo con supuestos mensajes de orientación.
Si hay médiums de psicografía en el grupo, durante la atención
a los Espíritus necesitados y sufrientes, ellos pueden recibir las pági-
nas que la espiritualidad crea necesarias. Después del mensaje final,
se podría proceder a la lectura del contenido recibido. Estos mensajes
necesitan ser examinados con mucha atención, conforme veremos en
el ítem Análisis de los mensajes recibidos, en este capítulo.
Antes de la oración final, sería ideal que el dirigente hiciese
una evaluación de la reunión con el grupo, donde cada participante
recibiría la oportunidad de manifestar sus percepciones e impresiones
durante la reunión, levantar posibles dudas, problemas, dificultades,
observaciones interesantes, sugerencia para mejorar algún aspecto
identificado etc. Este sería un buen momento para el/los médium/s
vidente/s presentar sus percepciones para ser evaluadas también por
el grupo.

Manifestaciones sucesivas o simultáneas


Hay grupos que prefieren que las manifestaciones se realicen
de forma simultánea, cuando se realiza la atención a Espíritus nece-
sitados y sufrientes en las sesiones mediúmnicas por parte de los di-
versos médiums. Otros, en cambio, prefieren que las manifestaciones
ocurran de una en una, correspondiendo a los médiums contener po-
sibles influencias hasta el momento adecuado para la manifestación.
Quien prefiere el método de manifestaciones simultáneas afir-
ma que es más eficaz, pues permite la atención de mayor número de
entidades por reunión. Sin embargo, el mismo argumento es utiliza-
do por quien prefiere las manifestaciones sucesivas, pues se considera
que al atender a un Espíritu otros pueden estar escuchando y aprove-
chando la orientación dada. Atendiendo esta línea de pensamiento,
se observa que cuando hay varias comunicaciones al mismo tiempo
se hace difícil que los Espíritus necesitados se concentren en una de
las manifestaciones para entender lo que pasa y sacar provecho de las
enseñanzas y de la experiencia vivida.

122
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Esta última posición encuentra apoyo en el relato hecho por


Camilo Cándido Botelho57, cuando describe una reunión donde un
suicida fue atendido en un grupo mediúmnico y otros acompañaron
la orientación recibida para beneficiarse de la oportunidad. De esto se
desprende que, por mayor que sea la cantidad de Espíritus atendidos
simultáneamente, en el corto tiempo de la reunión, jamás sería posible
beneficiar a todos los presentes, como en el caso de atender solamente
a uno de ellos por un médium con los demás acompañando el desarro-
llo del trabajo de fraternidad.
André Luiz58 también es objetivo en cuanto a este asunto: “No
sobreponer diversas manifestaciones psicofónicas al mismo tiempo, con
el fin de preservar la armonía de la sesión, atendiendo a su vez cada caso
en un ambiente de disciplina y serenidad.”
Además, el mismo Espíritu registra en el libro Desobsesión59 la
importancia de la cooperación mental para la buena marcha del traba-
jo mediúmnico en un ambiente de armonía y equilibrio en el que los
asistentes pueden prestar un inestimable apoyo vibratorio al dialogador,
mientras busca orientar al Espíritu necesitado.

¿Cuándo se deben dar los pases?


Los pases en las reuniones mediúmnicas se pueden dar para be-
neficiar al médium, al Espíritu comunicante o a ambos. Es un recurso
de gran utilidad tanto para los integrantes encarnados del grupo como
para los Espíritus que se comunican. Sin embargo, es importante saber
recurrir a este recurso fluidico y de equilibrio con criterio y en el mo-
mento oportuno, evitando vicios, indisciplinas o abusos de cualquier
naturaleza.
Es normal que un médium, en los primeros tiempos del desa-
rrollo y educación de su facultad, necesite de apoyo vibratorio de un pa-
sista, pero hay dirigentes que prefieren esperar que el médium adquiera
condiciones de equilibrio por sí mismo, pues, si el apoyo por el pase
fuese repetitivo, podrá acostumbrar al médium que llegaría a hacerse
dependiente de este recurso. En esta línea de razonamiento, sería con-
veniente el apoyo del pasista al médium solamente después de cerradas

123
Carlos Campetti / Vera Campetti

las actividades en el caso de que aún conservase malestar, molestia u


otro tipo de desequilibrio; pero esta práctica no podría ser una regla,
sino excepción.
Hay grupos que adoptan el procedimiento de la aplicación de los
pases a todos los participantes al comienzo o al final de cada reunión,
pues entienden que ellos funcionarían como factor de limpieza psíquica
y equilibrio. Otros en cambio, no adoptan el procedimiento al entender
que le corresponde a cada participante buscar los medios de protegerse
y equilibrarse. Además, afirman que en la reunión mediúmnica aquel
que se disponga a servir con sinceridad será siempre el primer benefi-
ciado, puesto que por más recursos que done de sí mismo, siempre los
recibe directamente de la espiritualidad superior para su transmisión a
los Espíritus necesitados, siendo, por tanto, un canal, un instrumento al
servicio del prójimo. Asimismo, según los que no aceptan el uso indis-
criminado de los pases, si, con frecuencia, durante la reunión o al final
de ésta, un participante se siente mal o desequilibrado la solución no se-
rían los pases, sino un trabajo de auto-educación, apoyado por el grupo
para que aprenda a protegerse y a mantener el equilibrio fundamental
en las actividades relacionadas con la mediumnidad.
Es lógico considerar que, en un grupo equilibrado, donde se rea-
liza una preparación psíquico-espiritual de los médiums y demás par-
ticipantes antes del comienzo de la reunión mediúmnica, los pases son
dispensables. Esta preparación puede incluir, como principales recur-
sos, la oración, la meditación, la lectura y el estudio elevados que, efecti-
vamente, ayudan a repeler las vibraciones inconvenientes incorporadas
por la falta de vigilancia en el día a día y predisponen a la elevación
espiritual de los participantes del grupo, dificultando la influencia de
fluidos desequilibrados o perturbadores quizá emitidos por las entida-
des que son traídas para ser atendidas.
Hay grupos que adoptan la práctica de “seguir la inspiración”, o
sea, cuando el médium pasista siente que debe dar el pase, se levanta y se
dirige al médium que está intermediando la comunicación aplicándole
los pases. Hay dirigentes, en cambio, que prefieren indicar a los pasistas
cuándo deben aplicar los pases, correspondiendo, de este modo, a estos

124
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

trabajadores estar atentos a la señal, muchas veces silenciosa, del diri-


gente.
Cualquiera que sea la modalidad preferida es importante reco-
nocer la esencia de los pases como instrumento de atención espiritual al
Espíritu necesitado, como apoyo a los médiums en procesos más com-
plejos de atención y, excepcionalmente, como elemento de soporte para
el reequilibrio y control del médium, en situación de estrés físico o psí-
quico.
De hecho, son comunes los casos en que durante la atención
las emanaciones psíquicas del Espíritu que se comunica pueden inducir
al médium a sensaciones de angustia, dolor u otro desequilibrio. Estas
sensaciones repercuten en su campo físico, produciéndole sensaciones
muy materiales, como la asfixia, la falta de control de los miembros,
reproducción de los estertores de la muerte o de los daños en general
que marcan el periespíritu de los enfermos desencarnados. En estas
condiciones, los pases suministrados por intermedio del médium se ex-
tienden al desencarnado, atenuando sus sensaciones en desarmonía y
permitiendo al organismo más sano y a las vibraciones naturales del
médium sobreponerse y pasar a ejercer influencia saludable al visitante
espiritual. En casos de esta naturaleza y también de Espíritus endureci-
dos en general, se pueden utilizar movimientos dispersivos en el centro
de fuerza coronario, aplicando, a continuación, energías que faciliten la
atención calmándole los impulsos y promoviendo el control de sus ma-
nifestaciones. Como resultado, habitualmente, el Espíritu se torna más
leve, algunas veces con señales de entorpecimiento mental o sueño que
proporcionan la continuación del tratamiento.
Vale la pena, igualmente, volver a leer a Manoel Philomeno de
Miranda que habla sobre la utilización de pases en la regresión de me-
moria de Espíritus, principalmente los empedernidos en la venganza
que necesitan reconocer cómo su pasado se mezcla en su problemá-
tica presente, o, incluso, los que necesitan recuperar su condición de
Espíritus humanos, deformada y modificada por recursos de hipnosis
maléfica. En el libro Tormentos de la obsesión narra la utilización de pa-
ses durante la manifestación en una reunión mediúmnica de un Espíritu
obsesor que creía ser Mefistófeles y se presentaba de esta manera: “[…]

125
Carlos Campetti / Vera Campetti

El Dr. Ignacio se acercó al médium y comenzó a aplicarle energías dis-


persivas en el centro cerebral, a fin de que la memoria del Espíritu se
liberase de las inducciones mentales a las que fuera sometido”.60
El pase fue acompañado por la inducción a un sueño pro-
fundo, acariciado por la palabra tranquila, pacífica, monótona y re-
petitiva de la hipnosis. La memoria del Espíritu volvió al pasado y,
con él, el recuerdo de que, como actor de teatro, representó el per-
sonaje Mefistófeles. Mientras el adoctrinador esclarecía a la entidad
el Dr. Ignacio deshacía las construcciones ideoplásticas con pases de
dispersión energética.
Otro episodio relacionado con el tema, también referido
Manoel Philomeno de Miranda61 es el de la manifestación del Espíritu
Khan Tuqtamich, que fue conducido a construcciones ideoplásticas
por un obsesor desencarnado. En este caso, el tratamiento se procesa
por medio de una médium en desdoblamiento durante el sueño. El
propio dirigente espiritual, el Dr. Carneiro de Campos, se encarga al
mismo tiempo de la conversación con el Espíritu y de los pases:

Aproximándose a la médium en trance, el Dr. Carneiro comenzó


a aplicar pases longitudinales, después circulares, en el sentido
opuesto al del movimiento del reloj, alcanzando el chacra cere-
bral de la Entidad que persistía en la fijación. Sin prisa y mante-
niendo un ritmo, el Benefactor proseguía con los movimientos
adecuados, mientras decía:
— Tuqtamich, tú eres una persona… Tuqtamich, tú eres una per-
sona…
La voz se tornó monocorde, continua mientras los movimien-
tos proseguían. Sus manos despedían círculos luminosos que
pasaron a envolver al Espíritu. Poco a poco se rompieron las
construcciones mentales que lo ocultaban, cayendo como des-
garrones que se hubiesen quebrado de adentro hacia fuera. El
manto rojo pareció incendiarse y la cola cayó inerte. Los de-
más aderezos de la composición, igualmente se despedazaron
y cayeron al suelo.61

126
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Los pases pueden ser también utilizados para inducir la mani-


festación, cuando sea necesario, en médiums principiantes que sien-
do inexpertos tienen dificultad de sintonía o de asimilar las corrientes
mentales del desencarnado. Sin embargo, este recurso solamente debe
ser utilizado en casos excepcionales a fin de evitar el vicio en el proceso
de inducción al acoplamiento fluidico del Espíritu comunicante.
Otro aspecto que merece mención es el de la manipulación
directa de los fluidos espirituales por los mentores de forma aislada
o en combinación con los fluidos de los participantes encarnado, así
como con recursos obtenidos de la naturaleza con el fin de ampliar
la capacidad de comprensión, de visión o de percepción de la entidad
manifestante para que pueda entender cierta situación, ver a los ami-
gos espirituales, familiares o benefactores que la aguardan o percibir su
propia condición y los cuadros fluidico o incluso mentales que le son
ofrecidos para su mejora espiritual.

Manteniendo la armonía del ambiente


El mantenimiento de la armonía del ambiente es responsabi-
lidad de todos y cada uno de los participantes de la reunión. Como
hemos visto con Allan Kardec un grupo es un ser colectivo, formado
por la colaboración de cada uno de sus miembros (LM XXIX: 331).
Sin embargo, la responsabilidad específica corresponde al personal
de apoyo vibratorio.

El uso de la concentración
Son muchos los factores que contribuyen a la armonía del
ambiente. Uno de ellos es el uso de la concentración, caracterizada
de forma individual, para cumplir con la responsabilidad de la tarea
del conjunto. Distracciones, devaneos, somnolencias, curiosidades
absurdas, ruidos innecesarios, movimientos por la sala, inquietudes,
movimientos involuntarios de brazos o piernas son señales de falta
de la concentración adecuada, pudiendo interferir algunos de estos
disturbios en la concentración de los compañeros.

127
Carlos Campetti / Vera Campetti

Otro factor que dificulta la contribución efectiva es el desvío


de la atención o acompañar el desarrollo del trabajo mediúmnico con
críticas sobre la actuación del médium o del adoctrinador durante la
reunión. Les corresponde a los médiums psicofónicos estar concen-
trados y receptivos a las influencias de los Espíritus con equilibrio y
buen sentido, pero no les corresponde prestar atención a las comu-
nicaciones que están ocurriendo por medio de otros médiums. A los
demás participantes, sean dialogadores, pasistas o apoyo vibratorio
les corresponde el papel de apoyar al adoctrinador de turno, sin juz-
gar sus palabras, razonamientos, forma de dirigir el diálogo etc. Hay
participantes que utilizan la táctica de repetir mentalmente las pala-
bras del dialogador, ya que sienten dificultades para concentrarse; de
este modo permanecen atentos y apoyan al dialogador en el cumpli-
miento de su tarea.
Le corresponde al dialogador de turno, y, cuando este no se dé
cuenta de lo que está ocurriendo, al dirigente, adoptar medidas que
lleven al grupo a mantener la concentración, evitando posibles in-
fluencias de Espíritus perturbadores que desean dificultar el desarro-
llo de las actividades o hacer perder el tiempo de una forma o de otra.
Dentro de la vivencia de los grupos iniciantes es muy común
la aparición de uno u otro Espíritu mistificador o magnetizador, que
intenta influenciar a los participantes para producir en la reunión
los efectos que desea. Actuando en un grupo principiante, tuvimos
la oportunidad de testificar la manifestación de un Espíritu con una
fuerte capacidad magnética, que afirmaba ser un mago. Describiendo
objetos y enseres, exagerando sus capacidades de magnetizador con
voz severa y rítmica, despertaba el temor en algunos participantes
aún sin experiencia y buscaba utilizar las energías desequilibradas a
favor de sus propósitos. En dado momento, el dirigente, que estaba
dialogando en esta oportunidad con el Espíritu, interrumpió la asis-
tencia y se dirigió a los presentes alertándolos sobre lo que estaba
ocurriendo y pidiendo, a todos, el esfuerzo de desligarse del mag-
netismo del Espíritu, minando las bases en las cuales él se mantenía
para no ceder a los esfuerzos de esclarecimiento que eran emplea-
dos a su favor. Después de mucho esfuerzo, ahora con el apoyo más

128
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

efectivo de los demás participantes y la natural influencia positiva de


la espiritualidad superior, el dirigente consiguió alcanzar el centro de
la problemática del hermano comunicante, dándole la oportunidad
de reconocer que hay caminos mejores a seguir. En la evaluación, al
final de la actividad, el grupo fue unánime al reconocer que habían
aprendido una excelente lección con esta experiencia.

El uso de la oración
Una táctica utilizada, entre otras muchas, para favorecer la con-
centración inicial es la visualización de campos verdes y floridos, de
escenas felices y situaciones agradables que despiertan emociones de
naturaleza superior. Este recurso puede ser muy útil en los momentos
que anteceden al comienzo de las actividades, pero hay que utilizarlo
con prudencia, pues puede favorecer el sopor y el alejamiento psíquico
de la reunión.
Las oraciones son esenciales para mantener el núcleo y la armo-
nía de la reunión. Después de la oración de apertura, hay dirigentes que,
en algunos intervalos entre una comunicación y otra, sin dejar que esto
sea un ritual, solicitan a alguno de los participantes que haga una breve
oración para fomentar el equilibrio de la reunión, el trabajo de la espiri-
tualidad amiga y la atención a los Espíritus comunicantes.

3.6 Análisis de los mensajes recibidos


No es nuestra intención insistir en la importancia del análisis de
los mensajes, pues consideramos que todos los trabajadores del grupo
mediúmnico y, muy especialmente, los médiums ostensivos ya com-
prendieron la necesidad crucial de este análisis. Destacamos solamente
que en la posición de médiums nos corresponde aceptar agradecidos
y, más aún, solicitar las observaciones y el examen crítico de las comu-
nicaciones que recibimos, comprendiendo que no estamos exentos de
las influencias de los Espíritus infelices, siempre conscientes de nuestra
fragilidad, de nuestra situación como seres en crecimiento evolutivo.

129
Dicho esto, consideramos que, normalmente, el tiempo es in-
suficiente en las reuniones para el análisis de los mensajes recibidos,
vía psicofonía o psicografía. Entretanto, Allan Kardec (RE, 1861, dic. p.
539)62 considera importante

[...] recoger y pasar a limpio todas las comunicaciones obtenidas,


por orden de fechas, indicando el médium que sirvió de inter-
mediario. […] Pero muchas veces ocurre que se pierde de vista
estas comunicaciones, que de este modo se tornan letra muerta;
esto desilusiona a los Espíritus que las habían dado, con vistas a
la instrucción de los asistentes. [...]

Los propios médiums, o un equipo indicado dentro del grupo,


podrían ser los encargados de transcribir los mensajes grabados y los
psicografiados, ordenándolo conforme orienta el Codificador. Este mis-
mo equipo u otras personas podrían ser las encargadas del examen del
contenido, estilo, propósito, utilidad de las comunicaciones etc., selec-
cionando las que ocasionalmente pudieran ser publicadas. Los médiums
que fueron los intermediarios pueden ser informados sobre la marcha
del análisis. En un día específico, que puede ser el de la evaluación pe-
riódica, fuera del horario de la actividad mediúmnica, el resultado pue-
de ser presentado y analizado por el grupo. Todos y especialmente los
médiums ganarían mucho con este examen de los mensajes que no son
de ellos, para los cuales funcionaron como intermediarios.
Capítulo 4 Antes de iniciar una actividad mediúm-
nica es importante que el dirigente de la
El equipo de reunión defina las funciones de cada par-
ticipante conforme a las aptitudes demos-
trabajadores tradas en el período inicial de estudio y de
encarnados los ejercicios de percepción espiritual. En
la medida en que el grupo madura, pue-
den surgir nuevas posibilidades con la
aparición de facultades aún no identifica-
das o con el perfeccionamiento de las ya
conocidas. Pueden ser necesarios algunos
ajustes después de algún tiempo en cuanto
a las funciones inicialmente indicadas por
el dirigente.
Normalmente un grupo mediúmnico, ade-
más de un dirigente, cuenta con uno o dos
dialogadores, de uno a cuatro médiums de
psicofonía, algún médium de psicografía o
videncia, si hubiera, uno o dos pasistas y
dos o más en el apoyo vibratorio. Puede ser
que algún médium tenga más de un tipo
de mediumnidad y nada impide su ejerci-
cio de forma disciplinada y coherente.

4.1 La dirección del grupo


Los grupos mediúmnicos normalmente es-
tán dirigidos por personas experimentadas
y consideradas capacitadas para la tarea.
Hay grupos donde esta persona es la única

131
Carlos Campetti / Vera Campetti

que dialoga con los Espíritus manifestantes. Hay otros en el que el diá-
logo se lleva a cabo por varias personas y la dirección se comparte entre
el dirigente y otros adoctrinadores. Los diálogos se realizan de forma
rotativa entre ellos.
De forma restringida, se hacen reuniones periódicas entre el di-
rigente y los dialogadores con el fin de examinar la participación de cada
miembro y la marcha del equipo como un todo, sus conquistas y dificul-
tades, que precisan recibir una orientación para su avance. No obstante,
se organizan reuniones periódicas de evaluación con todo el equipo. En
este día, cada dos meses aproximadamente, los trabajos se interrumpen y
las actividades se direccionan en el sentido de integrar y evaluar al equi-
po en los aspectos indicados en el acuerdo de grupo.

4.1.1 El dirigente
Aquí nos estamos refiriendo al dirigente de la reunión
mediúmnica y no al de la etapa del estudio-armonización. Nada impide
que sea la misma persona, conforme ya dijimos. Entretanto, sus funciones
se amplían y ganan matices que no eran solicitados en la primera fase.
Igualmente serán indispensables características que anteriormente sólo
podían ser deseables.

Funciones y responsabilidades
Las funciones del dirigente del estudio-armonización son, como
ya vimos, las de coordinar y dirigir el equipo para la adquisición del
conocimiento indispensable al ejercicio consciente de la mediumnidad
y del desarrollo de la armonización, que permitirá la homogeneidad de
sentimientos y propósitos con vistas a la posible y futura práctica me-
diúmnica.
Al dirigente de la práctica mediúmnica le corresponde el papel
de conducir al grupo hacia el productivo y buen desempeño mediúm-
nico sin permitir desvíos o el monótono cumplimiento del deber por
obligación, de forma automática. Para el cumplimiento de este papel,
el dirigente de buen sentido comprenderá que no podrá eximir a los

132
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

participantes de la continuidad del estudio que hasta ahora caracteriza-


ba las actividades del grupo.
Sin ánimo de agotar el asunto o establecer medidas herméti-
cas, se resaltan entre las funciones y responsabilidades del dirigente las
que están relacionadas con la dirección de las actividades del grupo; la
definición, acompañamiento y auxilio para el mejor desempeño de las
funciones de sus miembros; la preparación y la aplicación, compartida
con otros miembros, del estudio programado; el cuidado para que el
acuerdo de grupo no sea olvidado, sino que continúe cumpliéndose por
los participantes; su constante perfeccionamiento personal para el buen
desempeño de la función de dirección; la evaluación, con los miembros,
del desempeño individual y del grupo; el ejercicio de la creatividad, den-
tro de los parámetros del buen sentido y de las directrices ofrecidas por
el Espiritismo y el Evangelio de Jesús para intensificar las actividades
del grupo, evitando la acción repetitiva que lleva a la monotonía y a la
perdida del interés.
Se pueden señalar otras responsabilidades siempre que contri-
buyan con efectividad al cumplimiento de su atribución de dirigente del
grupo mediúmnico.

Características necesarias
Considerando que nadie es perfecto y que todos necesitamos
perfeccionarnos constantemente para coordinar y asumir la responsa-
bilidad de la reunión, al dirigente le será necesaria una buena formación
doctrinaria, familiaridad con el Evangelio, autoridad moral, habilidad
en la relación personal, pensamiento lógico bien estructurado, acentua-
da capacidad de comunicación, nociones básicas de didáctica y psico-
logía, moral intachable y auto-disciplina. Estas cualidades le permiten
adquirir, junto al grupo, el respeto indispensable para ser aceptado como
líder. En muchas situaciones prácticas, el dirigente podrá necesitar pru-
dencia, tacto, paciencia, sensibilidad, valor y energía, pero jamás podrá
exceptuar la vigilancia, la fe, el amor, la caridad, la oración, la humil-
dad y el equilibrio. También es ideal que el líder del grupo cuente con
las capacidades de la intuición y la inspiración desarrolladas, las cuales

133
Carlos Campetti / Vera Campetti

facilitarán el surgimiento de soluciones espontáneas, muchas veces bajo


el impulso de la influencia de los dirigentes espirituales. Sin embargo,
estos no son los únicos requisitos para el líder del grupo. Todo lo que
es indicado como importante para los demás miembros, constituye una
característica necesaria para el líder, especialmente las cualidades indi-
cadas para el dialogador, cuya función se integra, habitualmente, entre
las tareas del líder del grupo mediúmnico.

Anticipando y administrando conflictos


Una de las principales dificultades en las dos etapas de forma-
ción del grupo es la administración de conflictos. Los conflictos son
inevitables. Diríamos más: ellos son necesarios e incluso indispensables
para que el grupo adquiera madurez. Surgirán por diferentes motivos
y en diversos momentos por necesidades y deficiencias personales del
grupo y/o por influencias de los Espíritus inferiores.
Solamente puede construirse la armonía en el grupo si se pre-
sentan las aristas entre los miembros para que puedan ser limadas y
pulidas a lo largo del tiempo de convivencia. Quien piense que el grupo
ideal es el que jamás ha tenido conflictos puede haber tenido el raro pri-
vilegio de encontrar personas evolucionadas, pero lo más seguro es que
esté sobre el cráter de un volcán y no se haya dado cuenta que en cual-
quier momento podrán surgir erupciones inevitables. O sea, los conflic-
tos aún no aparecieron y, por tanto, no fueron trabajados.
Si alguien piensa que va a dirigir un grupo ideal aquí en la
Tierra, por ahora necesita para beneficio propio y de los compañeros
superar su ilusión para enfrentar la realidad. Somos Espíritus imperfec-
tos, viviendo el período evolutivo en que se encuentra nuestro Planeta.
Lo normal es que estas imperfecciones interfieran en el desarrollo de las
actividades. En el caso contrario, la relación sería artificial y no podría
mantenerse por mucho tiempo.
Le corresponde al dirigente anticiparse y prevenir posibles con-
flictos. No le corresponde, sin embargo, el derecho de cortar la mani-
festación de las ideas o de evitar que las personas sean espontáneas a
título de mantener un ambiente armonioso. Esta apariencia no puede

134
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

ser mantenida para siempre. Normalmente, en estas circunstancias los


que no encuentran campo para expandir sus ideas y manifestaciones
se apartan, quedando en el grupo los que siempre concuerdan con el
dirigente. Entonces, se establece lo que podríamos llamar “consenso por
omisión”, en el que puede haber un momento en que todos estén equivo-
cados y nadie lo vea, o aunque alguien perciba o identifique el problema
no diga nada, pues “compele concordar para no generar desarmonía”.
Este tipo de grupo puede apartarse de la realidad, viviendo en un am-
biente artificial que terminará por entrar en conflicto con el mundo real.
Por otro lado, es muy común que los miembros de este tipo de grupo
estén afectados por el aburrimiento, por la monotonía que pasa a carac-
terizarlo: las cosas siempre acontecen como el dirigente quiere y nadie
tiene ánimo para nada diferente, pues esto podría generar desarmonía
y desagrado.
Pero reconocer la realidad e incluso la necesidad de la diver-
gencia de ideas no significa acomodarse, sujetarse a los conflictos. Las
diferencias en el campo de las ideas son importantes para hacer más
dinámico el estudio, la búsqueda de nuevos conocimientos, el enten-
dimiento de lo que motiva las relaciones y de lo que es necesario hacer
para mejorar la interacción dentro del grupo. El surgimiento de dife-
rentes puntos de vista y diferentes formas de percibir y envolverse con
las situaciones es normal en función de las diferencias de educación, de
cultura, de niveles intelecto-morales y evolutivos entre los participantes
de un grupo. Pero nada justifica que estas diferencias conduzcan a las
divergencias y al envolvimiento emocional negativo de las personas, di-
ficultando o imposibilitando la armonía del equipo.
La emoción desequilibrada necesita trabajarse a nivel personal y
de relación con los demás. Necesita ser educada y dirigida para hacerse
constructiva, siendo utilizada como elemento de apoyo para dirigir los
potenciales de servicio y de cooperación con el prójimo. Negar que ten-
gamos emociones sería desconocer un importante aspecto de nuestra
condición de ser. Canalizar las emociones en sentido positivo es uno de
los aprendizajes que los miembros de un grupo, que desean producir
positivamente, precisan realizar.

135
Carlos Campetti / Vera Campetti

Los radicales que se encierran en sus propias convicciones, sin


flexibilidad para crecer, normalmente no resisten un trabajo de refor-
ma interior y de búsqueda de desarrollo positivo conjunto. No saben
y no aceptan la administración que lleva a la solución de los conflic-
tos. Tienen miedo de ceder. Habitualmente, se dejan envolver de forma
negativa por la emoción, por la influencia de Espíritus desequilibra-
dos y son refractarios al raciocinio lógico. No quieren que las ideas y
posiciones “de los otros” prevalezcan. Prefieren pensar que los demás
están contra ellos, que no pueden confiar en nadie. Una de dos, o pro-
mueven cambios internos o se apartan del equipo, por más que el di-
rigente y otros compañeros intenten mantenerlos unidos a los demás.
Conflictivos e inseguros, normalmente tienen la costumbre de afirmar
que fueron apartados o expulsados del grupo, cuando en realidad no
tuvieron el coraje de enfrentar su propia realidad, prefiriendo dejar para
otro momento la inevitable transformación moral necesaria para el pro-
pio desarrollo espiritual. Se asientan en los grupos solamente cuando no
se sienten presionados o no se les exija hacer esfuerzos para los cambios
necesarios.
En algunas circunstancias, le corresponderá al dirigente obser-
var el interés de la mayoría (EE X: 21)63 no permitiendo que se perpe-
túen situaciones que redunden en perjuicio de los demás participantes.
Sin embargo, jamás deberá faltar el amor fraterno y el sincero interés de
ayudar al semejante, por más difíciles que sean las circunstancias.

¿Puede ser un médium?


Para ser dirigente del estudio-armonización la respuesta es
simplemente: sí, puede. Nada impide que un médium pueda coordi-
nar grupos de estudio, aunque sean de mediumnidad, tenga el tipo de
mediumnidad que tenga.
En cuanto al dirigente de la práctica mediúmnica, el asun-
to necesita profundización. Considerando la información de Allan
Kardec que la mediumnidad es una facultad inherente al hombre y
por eso son raras las personas que no posean algún rudimento (LM
XIV: 159), lo más común es que el dirigente sea médium. Le sería

136
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

inclusive deseable al dirigente la mediumnidad de inspiración. Podría


ser un excelente instrumento de trabajo la mediumnidad de videncia,
siempre que esté bien educada y sean comprendidos sus complicados
matices y limitaciones. Sin embargo, la videncia no es indispensable
y si el dirigente —esto es también válido para el dialogador— tuviera
mediumnidad de psicofonía, podría enfrentarse a dificultades al dia-
logar con los Espíritus, pues estará sujeto a la influencia mediúmnica,
inclusive del propio Espíritu que está comunicándose por otro médium,
perturbando la claridad y la objetividad del diálogo. Pero esto depende
mucho de la persona, pues puede haber quien tenga psicofonía y no
sienta dificultades para controlar su facultad en el momento de ejercer
la función de dirigente o dialogador en el grupo. Preguntando sobre la
posibilidad de que el dirigente de la reunión mediúmnica actúe también
como médium de psicofonía, el Espíritu Camilo64 informa que es des-
aconsejable esta práctica. Incluso considerando que tanto el médium
como el dirigente/dialogador están bajo la influencia del mundo espi-
ritual, las funciones de cada uno son diferentes. Para el dirigente/dia-
logador los canales utilizados por la espiritualidad serían la intuición y
la inspiración. Ahora, para los médiums de psicografía o psicofonía los
mentores amigos accionarían los centros motores correspondientes a la
producción de estos fenómenos.

4.1.2 El Dialogador
El dialogador es definido como “aquel que dialoga”. El verbo
dialogar, a su vez, tiene dos significados, conforme sea el caso. El prime-
ro es “hablar alternativamente; conversar” y el segundo “entablar o man-
tener entendimiento (dos o más personas, grupos, entidades etc.), con
vistas a la solución de problemas comunes; entenderse, comunicarse.”65
Por otra parte, la palabra “adoctrinador” es definida como
“aquel que adoctrina; adoctrinador”. Adoctrinar es como “instruir en
una doctrina”. Doctrina es una palabra con un significado muy amplio.
Puede corresponder a un “conjunto de principios que sirven de base
a un sistema religioso, político, filosófico, científico, etc.”. Puede signi-
ficar, también, “catequesis cristiana”, “enseñanzas; predicación”. Puede

137
Carlos Campetti / Vera Campetti

ser usada también como “opinión de autores”, “texto de obras escritas”,


“regla, precepto y norma”.66
El Espíritu Emmanuel dice que “para doctrinar basta el cono-
cimiento intelectual de los postulados del Espiritismo” y, por tanto, “la
lectura y el conocimiento”, pero para evangelizar “es menester que en lo
íntimo brille la luz del amor”, “es necesario vibrar y sentir con Cristo”. Él
enseña que, “el doctrinador no es muchas veces otra cosa que un canal
comunicante de las enseñanzas, en tanto el evangelizador sincero será
siempre el depositario de la verdad, habilitado para servir a las necesi-
dades de los demás sin privarse de la fortuna espiritual de sí mismo.”67
De este modo, introduce otra palabra significativa en nuestro estudio,
que es “evangelizar”, aunque, en la acepción vulgar, evangelizar sea “con-
vertir (a alguien) a la religión, predicando el Evangelio, divulgando la
palabra que consta en el Evangelio”.68
Otra palabra de esta naturaleza es “orientador”, que tiene un sig-
nificado mucho más amplio. Es usada para indicar al “que dirige, orien-
ta; dirigente, director.” Orientar puede corresponder a “indicar el rumbo
a; dirigir, encaminar, guiar”; o aún “guiar, dirigir, orientar”.69
En el diálogo que mantenemos con los Espíritus —que se debe
adaptar a la necesidad del manifestante, sus características personales
y a la situación que vive—, utilizamos todos los matices implícitos en
los cuatro radicales, de acuerdo con el caso atendido. De este modo, en
nuestro estudio, para utilizar las palabras en el contexto preciso, ten-
dríamos que añadir más complejidad a la explicación del asunto, que
ya es, por su propia naturaleza, de ardua comprensión, pues tiene como
tema central la atención al alma humana en sus diversos estados post
mortem, que incluyen una miríada de posibilidades y una considerable
variedad de situaciones.
Por este motivo optamos por usar las palabras indistintamente
en el texto de esta obra. Pedimos al lector que nos permita esta sim-
plificación, que consideramos de naturaleza didáctica, recordando que,
en cualquier caso, estaremos refiriéndonos al individuo, espírita, que
dialoga con los Espíritus, con el objetivo de apoyarlos en el auto-reco-
nocimiento y en la comprensión de sus dificultades íntimas y, también,

138
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

de ayudarlos a encontrar el camino de vuelta hacia la marcha del bien,


de la luz y del crecimiento espiritual.

Lo que es y lo que hace


El dialogador, repetimos, es el miembro encarnado del equipo
mediúmnico que se responsabiliza de la conversación con los Espíritus
necesitados y rebeldes traídos a la sesión para atenderlos. En algunos
grupos esta función puede ser desarrollada por el dirigente de los traba-
jos; en otros puede ser compartida por el dirigente y por uno, dos o más
compañeros. En otros, el dirigente se limita a dirigir la reunión, con-
trolando su desarrollo y dejando el diálogo a cargo de otros miembros
del grupo. Existen, también, algunas agrupaciones donde los propios
Espíritus orientadores, a través de los médiums, responden, en ciertas
oportunidades, atendiendo a los Espíritus que se manifiestan por otros
médiums.
No nos compete, aquí, entrar en el mérito de estas opciones. En
nuestras reuniones, hemos utilizado el sistema donde el dirigente de los
trabajos comparte funciones de adoctrinamiento con otros compañe-
ros. Justificamos esta elección con razones objetivas y prácticas de las
que vamos a citar algunas como: 1) desarrollar potenciales eventual-
mente demostrados por integrantes del grupo; 2) permitir que la tarea
sea realizada por más de una persona, reduciendo posibilidades de per-
sonalismo; 3) preparar a un sustituto en el caso de impedimento na-
tural del dirigente, por ejemplo, una enfermedad, un viaje o la partida
definitiva; 4) preparar dirigentes para asumir otros grupos de estudio o
mediúmnicos que la Institución desee formar con el tiempo.
Nos corresponde considerar que, cualquiera que sea la situación,
la función del dialogador es la de apoyar al Espíritu manifestante en el
proceso de auto-conocimiento, en la identificación de sus dificultades
interiores y de sus necesidades. En la continuación de este proceso, el
adoctrinador lo ayuda a encontrar su camino de redención, a rehacer
sus opciones de vida, impulsándolo en la ruta de la conquista de sí mis-
mo, de vuelta al dinamismo del crecimiento interior del cual se apartó.

139
Carlos Campetti / Vera Campetti

Principales condiciones que le son necesarias


¿Qué es lo que necesita el dialogador para cumplir esta tarea?
Los manifestantes son, en general, hermanos necesitados, des-
orientados, enfermos espirituales. ¿Cómo podremos ayudar a estos
Espíritus? No podemos decir, como Jesús, que le dijo al centurión que
vino a pedirle por su siervo, “Yo iré a curarlo.” (Mateo, 8:7). Nos falta
mucho para que estemos en las condiciones de adelanto moral y eleva-
ción espiritual que nos permita proceder así. Del mismo modo, tampo-
co podremos curar obsesores con una simple palabra.
Recordemos que los Mentores Espirituales explican a Kardec
que “los Espíritus ejercen unos sobre otros una autoridad que está en
relación con su grado de superioridad, y lo hacen por medio de un as-
cendiente moral irresistible.” (LE 274)70
Es evidente que nosotros, Espíritus que aún luchamos con nues-
tras imperfecciones, carecemos de la plenitud de ese ascendiente moral.
Pero no vamos a esperar a que estemos espiritualmente evolucionados
para ayudar, aunque reconozcamos la realidad de la fase evolutiva de
nuestro planeta y consideremos nuestras condiciones personales de
individuos en busca del perfeccionamiento espiritual. Dios nos pro-
porciona las posibilidades de trabajo conforme nuestras tendencias y
dentro de nuestras limitaciones. Además, el apoyo a nuestros hermanos
más necesitados constituye, para nosotros, una palanca de progreso y
oportunidad de crecimiento interior.
Sin embargo, debemos reconocer que, para realizar bien la ta-
rea a que se propone, el adoctrinador debe estar habilitado en más de
un aspecto en sus cualidades personales y conocimientos adquiridos.
En primer lugar, su personalidad debe ser razonablemente equilibrada.
Para ayudar a nuestro semejante que sufre precisamos tener la buena
voluntad del bien en dos sentidos principales: el primero consistiendo
en la ayuda que debemos querer prestar hasta el punto de abdicar a las
comodidades y superar la apatía, para dedicar nuestro tiempo y esfuer-
zo a aquellos que lo necesitan más. El segundo, tan importante como
el primero, es la disposición a la reforma íntima y a la conquista del
amor. Hemos de aceptar que tenemos dificultades interiores y luchar

140
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

para corregirlas. Tenemos que entender que todos somos entidades en


el camino del crecimiento interior. Unos más al frente y con más condi-
ciones de ayudar a los que se detienen en la retaguardia.
El esfuerzo del desarrollo del bien es esencial para el adoctri-
nador. ¿Cuántas veces nos siguen las entidades en nuestras actividades
diarias para después referirse a nuestros hechos, cuando se manifiestan
en las reuniones mediúmnicas? ¿Cómo podremos incentivar a nuestros
hermanos en Humanidad, desencarnados, a tener fuerzas para caminar
rumbo al bien y vencer sus luchas del momento si no hacemos nosotros
también el esfuerzo en este sentido?
Otro punto que tenemos que considerar es que si carecemos
de la superioridad necesaria para ayudar con mayor capacidad a los
Espíritus necesitados, si tenemos buena voluntad para ayudar, así como
de corregirnos y evolucionar espiritualmente, no nos faltará la asistencia
de los Espíritus que ya conquistaron méritos mayores. Ellos utilizan sus
posibilidades que son más amplias a fin de suplir nuestras deficiencias y
nuestra falta de suficiente amor.
Por otra parte, el amor es el instrumento básico para todos los
integrantes de la reunión de atención mediúmnica. Cada uno tiene que
distribuirlo y, de este modo, multiplicarlo, pues el amor es un bien del
Espíritu cuya cualidad esencial es que cuanto más se distribuye, más se
tiene, es decir, cuanto más amamos más se amplía nuestra capacidad de
amar y más amor tenemos para ofrecer.
Las personas normalmente consideran el amor simplemente
un sentimiento. Jesús, cuando nos dice que amásemos a nuestros ene-
migos, hiciésemos el bien a los que nos odian y orásemos por los que
nos calumnian (Lucas, 6:27 a 35), extendió este concepto de modo que
abarcara no solamente la expansión emotiva positiva, sino la disposi-
ción favorable que se concreta en la acción —entendida como actividad
de apoyo al adversario— y el pensamiento —que corresponde a la vibra-
ción positiva, a la oración— de aquel que utiliza sus posibilidades espi-
rituales en beneficio de los que se sitúan en la posición de adversarios.

141
Carlos Campetti / Vera Campetti

Los Espíritus que orientaron el trabajo de la Codificación de


Allan Kardec colocaron la cuestión en El evangelio según el espiritismo
(EE XII: 3)71 explicando que:
[...] por lo general se comete una equivocación en cuanto al senti-
do de la palabra amar. Jesús no pretendió, mediante esas palabras,
que tengamos para con el enemigo la misma ternura que para con
un hermano o a un amigo. […] Amar a los enemigos no significa,
pues, dispensarles un afecto que no está en nuestra naturaleza,
porque el contacto con un enemigo nos hace latir el corazón de
muy diferente modo que el contacto con un amigo. Amar a los
enemigos es no sentir por ellos ni odio, ni rencor, ni deseo de
venganza; es perdonarles sin segundas intenciones e incondicio-
nalmente el mal que nos hacen; es no poner ningún obstáculo
para la reconciliación; es desearles el bien en lugar del mal; es ale-
grase, en vez de afligirse, con el bien que les sucede; es tenderles
una mano caritativa en caso de necesidad; es abstenerse tanto en
palabras como en acciones de todo lo que pudiera perjudicarlos;
es, en definitiva, retribuirles el mal con el bien, sin intención de
humillarlos. [...]
Estos conceptos son esenciales, principalmente en nuestro ni-
vel evolutivo, para que podamos entender lo que significa amar a los
Espíritus que se manifiestan en nuestros trabajos mediúmnicos.
Sepamos, entretanto, que la definición de amor puede ir más
allá, pues los Espíritus de gran capacidad espiritual no ven enemigos o
adversarios en aquellos que se les oponen o que contrarían las acciones
del bien, sino sólo hermanos infelices y desorientados, necesitados de
esclarecimiento y equilibrio. Los consideran Espíritus que tan solamente
se encuentran en un desvío del camino o paralizados en su proceso evo-
lutivo. En ellos perciben enfermos del alma y, como dijo Jesús, “los sanos
no necesitan de médico, sino los enfermos.” (Mateo, 9:12). Comprenden
que tarde o temprano todos retornarán al camino del bien y, sin ninguna
excepción, se unirán en un amplio sentimiento de fraternidad. Para los
Espíritus de gran evolución, entonces, el amor se amplía y la emoción
sublime se expande en esta anticipación, recibiendo con sentimiento a
los pobres desviados de la senda del bien.

142
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

El amor, solamente el amor, puede mucho en la conversión al


bien de los Espíritus en desequilibrio. Ahora, un hecho incontestable es
que el amor, en su forma emocional, más intensa y equilibrada, puede
derrumbar barreras psíquicas y corregir distorsiones psicológicas, inclu-
so las más severas, antiguas y de apariencia más sólida. ¿Pero nosotros
tenemos este amor? ¿Ya adquirimos el sentimiento que se expande y en-
vuelve en una caricia espiritual hecha de pura luz?
Volvamos, pues, a poner nuestros pies en el suelo de la realidad
y consideremos que el adoctrinador para auxiliar con sus dones inci-
pientes del corazón, necesita el concurso de tres elementos de la más alta
relevancia en el buen desempeño de su tarea: el raciocinio, la lógica y el
conocimiento.

Raciocinio, lógica y conocimiento


Comenzando el examen de la cuestión con los requisitos del ra-
ciocinio y la lógica, recordemos la enseñanza del Espíritu Emmanuel.72
En las reuniones doctrinarias, el rol que desempeña el orientador
y el que está a cargo del instrumento mediúmnico deben hallarse
siempre identificados; sobre todo, en una misma expresión de
fraternidad y amor. Pero hay características que señalar, para que
los servicios espirituales produzcan los más elevados efectos; es
preciso destacar que los directores de las sesiones deben ser el
raciocinio y la lógica, en tanto el médium tiene que representar
la fuente de agua pura del sentimiento. [...]
Como vemos, Emmanuel sitúa la lógica y el raciocinio como
elementos necesarios para el trabajo del dirigente y del orientador que,
obviamente, en el texto se confunden en la misma función, la del ser-
vicio espiritual de atención. Primeramente veamos qué es la lógica. La
palabra lógica viene del griego logos, que significa palabra, pensamien-
to, idea, argumento, relato, razón o principio. Como ciencia formal, en
el campo de la filosofía, la lógica trata de las formas del pensamiento, de
afirmaciones y argumentos, inferencias, falacias, paradojas y otros re-
cursos del raciocinio. En el uso común, del que nos vamos a valer aquí,
la palabra lógica se relaciona íntimamente con los principios limitados

143
Carlos Campetti / Vera Campetti

a la argumentación, que son el debate, el diálogo, la conversación y la


persuasión.
En lógica, el raciocinio es la “actividad mental que, por medio de
instrumentos inductivos o deductivos, fundamenta el encadenamiento
lógico y necesario para un proceso argumentativo, especialmente den-
tro de las demostraciones científicas, filosóficas o matemáticas”.73
Aplicando estos conceptos a la atención mediúmnica, con-
cluimos que el adoctrinador precisa disponer de recursos para la
argumentación y el análisis lógico, conocimientos de principios de
debate, ideas lógicamente estructuradas, conceptos de vida elevados,
exhaustivamente racionalizados y otros recursos de la mente de la
misma naturaleza. Estos elementos se utilizaran como instrumento
de trabajo para apoyar y, en muchos casos, incluso dirigir a los her-
manos infelices al descubrimiento de sí mismos, de sus necesidades
y anhelos, así como para incentivarlos rumbo a la aceptación de su
realidad y a la búsqueda de soluciones y alternativas para el desarrollo
de su proceso de renovación íntima.
La lógica y el raciocinio son elementos de conquista personal
y no se adquieren inmediatamente, pues demandan esfuerzo y expe-
riencias vividas de muchos años y, algunas veces, de varias encarna-
ciones. A veces, una persona no tuvo la oportunidad de desarrollar
estas capacidades en la actual encarnación, pero trae el bagaje de ex-
periencias anteriores y, por más humilde que se presente, se revela
un excelente dialogador, con raciocinio lógico y conocimiento por
la facilidad de entender los conceptos espíritas cara a la madurez de
su sentido moral. Es imprescindible, por tanto, unir el sentimiento al
raciocinio y a la lógica, conforme destaca Emmanuel.
Recordamos el caso de una pequeña Institución, situada en
una región donde había pocos espíritas y, por tanto, con escasez de
recursos humanos, que puso, en la formación, a una persona de na-
turaleza tímida y con dificultades en el campo de la palabra y de la
argumentación lógica para la atención a los manifestantes, bajo la
justificación de su buen equilibrio moral y sus buenos sentimientos.
Valoraron, con acierto, su mejor condición espiritual, pero dejaron

144
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

de lado la necesaria complementación que reside en la capacidad de


dialogar, de argumentar y contra-argumentar y de apoyar, a través de
este recurso, a los Espíritus que venían para recibir orientación del
grupo. De este modo, la experiencia se prolongó en el tiempo sin que
produjese resultados prácticos en el desarrollo de las posibilidades de
aquella persona en el adoctrinamiento.
En aquel momento, la solución más adecuada hubiera sido la
transformación del trabajo mediúmnico de atención a los necesitados
en otra de las muchas especies de reuniones conocidas en el medio es-
pírita. Tal vez si hubiera podido optar por el recogimiento al estudio y
a un trabajo de oraciones, o, también, por la alternativa que el grupo
prefirió: recurrir a las actividades de estudio y formación de nuevos
trabajadores para el área de la mediumnidad, incluso adoctrinadores.
Tal es el caso del estudio de la mediumnidad y de los seminarios des-
tinados a desarrollar las posibilidades de los interesados en cooperar
en el área de la actividad mediúmnica.
Algunos fueron seleccionados para la formación en el área
del diálogo. Las enseñanzas ofrecidas ayudaron a identificar perso-
nas con más condiciones, con mejor desenvoltura de la lógica y de
los procesos del pensamiento. Ellas comenzaron lentamente, con un
trabajo casi rutinario de atención, pero que viene mejorando paula-
tinamente. De cualquier modo, el trabajo está siendo hecho y el gru-
po presta la colaboración que deseaba. Por su parte, los Benefactores
Espirituales aprovechan la buena voluntad del grupo manteniendo
las actividades en el nivel de atenciones sencillas y el trabajo de la
caridad se está continuando.
Aquí surge otro aspecto de la preparación del adoctrinador:
el conocimiento doctrinario. En el caso del Espiritismo, el término co-
nocimiento doctrinario presenta un significado mucho más amplio
que el entendido habitualmente. La Doctrina Espírita es de naturale-
za práctica, pues enseña lo que verdaderamente ocurre post mortem.
Habla de las diversas situaciones en que los Espíritus se encuentran
y de lo que carecen para salir de las situaciones de sufrimiento y des-
equilibrio. Contiene, de esta forma, un abanico mucho más amplio
de conocimientos que son esenciales en el trato al desencarnado. El

145
Carlos Campetti / Vera Campetti

conocimiento espírita es la herramienta necesaria para comprender


cómo se procesa la atención al Espíritu, tanto desde el punto de vis-
ta del grupo de trabajadores encarnados como de las actividades en
el plano espiritual colocada por la Bondad Divina a disposición de
aquel que desea ayudar con eficacia al hermano equivocado a volver
al camino del bien, del crecimiento interior.
Los libros – las obras básicas legadas por Allan Kardec y las
obras complementarias traídas por los Espíritus Superiores – consti-
tuyen la principal fuente de información para la preparación del tra-
bajador que desea dedicarse a los servicios de atención espiritual.
Si los centros espíritas utilizan estas obras para la preparación
del material básico de los cursos y estudios que ofrecen, hay que re-
conocer su valor, pues ellos prestan la necesaria asistencia a los tra-
bajadores y candidatos a trabajadores para que la buena voluntad, el
deseo de realización en el bien pueda ser aprovechado en la divina
siembra de la caridad.
Sólo el hecho de volcarse en el estudio, cualquiera que sea la
vía, libros o cursos de diversa naturaleza con la seriedad que carac-
teriza el orden y continuidad, puede llevar al dialogador y a todos
los demás participantes de la actividad mediúmnica a la preparación
cognitiva adecuada para la tarea. El estudio debe ser frecuente, aun-
que en sesiones de corta duración, hecho individual o colectivamente,
pero con dedicación y sincero deseo de aprender, buscando siempre
ayuda para aclarar las dudas que puedan surgir, estableciendo cone-
xiones entre los diversos asuntos, profundizando el raciocinio en los
contenidos abordados, ampliando las condiciones lógicas para el de-
sarrollo del sentimiento productivo que nace de la comprensión de la
Ley Divina expresada en los contenidos de la revelación espírita.
Paralelamente al conocimiento espírita hay otro elemento
que cabe destacar y que se trata de un requisito de naturaleza com-
plementaria, que puede venir a enriquecer nuestras posibilidades de
cooperación en la recuperación de muchos de los necesitados que
nos son traídos, que es el conocimiento intelectual, especialmente,
sobre la realidad de la vida social en las diferentes épocas. En algunos

146
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

casos, este conocimiento puede servir para evocar un detalle históri-


co, cuya identificación nos permita situar mejor la problemática del
compañero que debemos atender. En otro caso, puede ser interesante
contar con elementos de conocimiento sobre aspectos filosóficos o
del pensamiento en vigor en cierta época o en ciertas clases socia-
les. De cualquier manera, es siempre válido utilizar conocimientos
de la historia del desarrollo humano como orientación para la mejor
comprensión de las cuestiones que afectan a la individualidad que se
manifiesta en el grupo.

El amor
Entendamos, no obstante, que nuestro trabajo es sólo una parte
del proceso de reconquista de los Espíritus desorientados para el bien,
pues, como enseña el asistente Calderaro a André Luiz “[…] si el cono-
cimiento auxilia por fuera, sólo el amor socorre por dentro […]. Con
nuestra cultura rectificamos los efectos, cuanto sea posible, y sólo los
que aman consiguen alcanzar las causas profundas. […]”
En esta misma línea de pensamiento, André Luiz nos traslada la
explicación facilitada por el Asistente Calderaro, al relatar el caso de dos
personas atendidas una encarnada y la otra el obsesor desencarnado, de
que “[…] Nuestros infelices amigos requieren una intervención en lo
más íntimo para modificar actitudes mentales de forma definitiva… Y
nosotros, por ahora, sólo conocemos, sin saber amar… […]”
En este mismo episodio, a continuación de la intervención
realizada por Calderaro y André Luiz cuando la mensajera superior
Cipriana comparece para dar la solución final del caso, la infeliz entidad
obsesora, cediendo a los apelativos del corazón sublimado de la men-
sajera superior, responde: “[…] ¡No me hablaríais de esta manera si no
me amaseis! ¡No son vuestras palabras las que me convencen…, sino
vuestro sentimiento el que me convierte!”. Y el asistente, el hermano
Calderaro explica después que: “[…] El corazón que ama está lleno de
poder renovador. En cierta ocasión, dijo Jesús que existen demonios que
solo son susceptibles de regeneración ‘por el ayuno y por la oración’. A
veces, […] el hombre tiene que estar animado de la fuerza divina, que

147
Carlos Campetti / Vera Campetti

fluye del ayuno por la renuncia, y de la luz de la oración, que nace del
amor universal. […]”
Por este motivo muchas veces en nuestras reuniones, después de
algún tiempo de diálogo con los hermanos que se manifiestan —con-
versación de naturaleza preparatoria pero sin duda necesaria— cuando
parece que hemos llegado a un impasse, pasamos a recibir la asistencia
de una entidad rodeada de la luz del bien y vibrante en el amor fraternal
intenso y envolvente, cuya presencia es un foco de atracción que logra
finalmente conducir al Espíritu desorientado al proceso de crecimiento
interior. Su invocación es siempre irresistible por la autoridad moral de
la que se reviste. ¡Cuántas veces, incluso el más empedernido integrante
del grupo de los Dragones,* es arrastrado por el poder de su Amor!
Jesús, el foco de luz más intenso, que derrama su amor continua-
mente por toda la extensión de las regiones espirituales bajo su respon-
sabilidad directa es el divino Pastor y, llegado el tiempo, ninguna de sus
ovejas permanecerá fuera del redil. Sus asistentes están por todas partes,
intermediarios de su luz y de su llamamiento eterno a todos nosotros,
almas endeudadas, que estamos retornando, cada una a su paso y que
algunas veces es acelerado por los recursos de la Misericordia divina,
para, al final, poder ser un solo rebaño, con un sólo Pastor.

4.2 Los médiums y las mediumnidades


En la mayoría de los casos la mediumnidad es un compromiso
que el Espíritu ha asumido antes de reencarnar, motivado por el deseo
de acelerar su progreso espiritual.
Puede surgir como expiación, como prueba o, incluso, como
una especie de recordatorio para que el médium, en la encarnación pro-
gramada, mantenga la conciencia de su condición de Espíritu inmortal.

*
Nota de los autores: Organización de inteligencias rebeladas, de gran desarrollo intelectual, que pre-
tenden oponerse al trabajo del bien y al poder de Cristo y de sus grandes mensajeros, contrariando el
proceso de renovación del planeta referida por Áureo (Sant’ Anna, Hernani. El poder de las tinieblas.
In Universo y vida. 1 ed. Río de Janeiro: FEB, 1980, p.93)

148
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Cuando el médium asume la mediumnidad como expiación


tiene por objeto rescatar deudas originadas en el pasado de escabrosas
caídas morales. En este caso la mediumnidad presenta, normalmente,
una forma atormentada, con manifestación de problemas obsesivos, de
persecución de Espíritus poco evolucionados con los que el médium
mantiene vinculaciones debidas a engaños cometidos con anterioridad
y que se aprovechan de esta situación como “canal abierto”, para ejercer
su influencia por motivos de venganza o para satisfacción de sus pasio-
nes y deseos menos dignos.
Se somete a la mediumnidad de prueba el Espíritu que desea
sufrir los peligros y las tentaciones que ella favorece utilizando la opor-
tunidad de la práctica del bien en favor de su adelantamiento espiritual,
demostrándose a sí mismo que tiene condiciones de superar todas sus
situaciones.
En situaciones más raras, la mediumnidad puede asumir el ca-
rácter de misión. Tal es el caso de Espíritus más evolucionados, que re-
encarnan con el compromiso de auxiliar al progreso de la humanidad
por medio de esta facultad que, con ellos, alcanza las cimas de la subli-
midad.
Allan Kardec informa que “toda persona que siente, con mayor
o menor intensidad, la influencia de los Espíritus, es por esto mismo
médium”, (LM XIV: 159)76
En un grupo que inicia, lo natural es que los médiums no tengan
sus facultades debidamente identificadas, desarrolladas y educadas.

4.2.1 Desarrollo y educación de la mediumnidad


Es muy raro que alguien entre en un grupo de estudio de la
mediumnidad sabiendo el tipo de mediumnidad que tiene, porque,
muchas veces, la eclosión y el desarrollo de la facultad depende del
ejercicio. Lo más común es que sean identificadas las facultades de los
participantes del grupo solamente después de cierto tiempo de estu-
dio unido a la práctica, que progresivamente lleva a los participantes
a la percepción del mundo espiritual. Es el período en que se inicia el

149
Carlos Campetti / Vera Campetti

desarrollo mediúmnico, que va a exigir la educación de la mediumni-


dad con el fin de que sea productiva.
Hay una diferencia fundamental entre desarrollar la mediumni-
dad y educarla. La facultad mediúmnica se puede desarrollar espontá-
neamente en algunas personas o por el ejercicio en otras. Para algunas,
basta frecuentar un trabajo mediúmnico para que los Espíritus puedan
comunicarse por su intermedio. Otros aguardan años hasta que un día,
cuando menos lo esperan, eclosiona la facultad y comienza el desarro-
llo. El desarrollo puro y simple es el entrenamiento de la facultad para
la recepción de los Espíritus. La educación de la mediumnidad lleva
al médium a concienciarse en cuanto a la función y el propósito de la
facultad. Por eso es siempre más fácil desarrollar la mediumnidad que
educarla.

¿Cómo trabajar con las primeras manifestaciones de la mediumnidad?


Allan Kardec afirma (LM 198):77
[...] Es muy raro que la facultad de un médium se circunscriba
rigurosamente a un solo género. Sin duda, un mismo médium
puede tener muchas aptitudes, pero siempre existirá el predo-
minio de una, y es esa la que debe cultivar con dedicación, en
caso de que sea útil. Es un grave error forzar el desarrollo de
una facultad que no se posee. [...]

Uno de los factores indicativos de la existencia de la mediumni-


dad es la repetición de los fenómenos. Cuando ocurre una manifestación
aislada en determinada circunstancia y jamás vuelve a ocurrir es eviden-
te que el participante del evento no es necesariamente médium ostensivo.
Es muy común que aparezcan personas en los centros muy impresio-
nadas por algún caso ocurrido como, por ejemplo, la aparición de un
familiar desencarnado, el movimiento de algunos objetos de la casa etc.
Si los dirigentes no son conscientes pueden encaminar a estas personas
hacia la práctica mediúmnica. Después de pasado algún tiempo, como
no ocurre nada, estas personas se decepcionan y muchas veces se alejan

150
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

de las reuniones al no encontrar lo que esperaban. En realidad, además


de no tener facultad mediúmnica ostensiva, no tenían la base teórica ne-
cesaria para la actividad. Hubiera sido interesante el aprovechamiento
de la oportunidad, no para introducir a la persona directamente en una
actividad mediúmnica, sino en un grupo de estudio de la mediumnidad,
ofreciéndole la oportunidad de conocer el tema e inclusive, en el debido
momento, llegar a colaborar de forma consciente en un grupo.
Ocurriendo los fenómenos con cierta frecuencia puede darse
la caracterización de algún tipo de mediumnidad, siendo fundamental
orientar a la persona para que conozca el fenómeno y sus consecuencias.
Los síntomas que anuncian el surgimiento de la mediumnidad
son muchos y varían de persona a personas. Por esto, no tenemos la pre-
tensión de agotar el tema. Vamos a hacer referencia a algunos de ellos.
Los médiums que ya han pasado por el proceso de la eclosión de la me-
diumnidad seguramente recordarán otros adicionales.
La facultad mediúmnica se manifiesta independientemente de
las creencias o convicciones, de posibilidades de inteligencia o de nivel
cultural.
Allan Kardec afirma, y podemos comprobarlo por nuestra ex-
periencia, que la mediumnidad se manifiesta “[…] en los niños y en los
ancianos, en los hombres y en las mujeres, cualquiera que sea su tempe-
ramento, el estado de salud y el grado de desarrollo intelectual y moral.
[…]” (LM XVII: 200).78 De esta forma, los médiums se pueden encontrar
en todos los lugares entre las personas de cualquier religión o incluso en-
tre los ateos.
La mediumnidad no depende del grado moral. Es neutra en este
aspecto. La moral dará la calidad al ejercicio mediúmnico. Pero la persona
no necesita estar elevada moralmente para poseer la facultad y no es por el
hecho de no ser espírita, es decir, de ser católico, protestante o incluso ateo
que no necesite vivir esta oportunidad de conocer la realidad espiritual.

151
Carlos Campetti / Vera Campetti

Existen personas que no se dan cuenta de que tienen esta facultad,


pues son médiums espontáneos que conviven con la mediumnidad de
forma natural sin darle la mayor importancia. Algunos incluso no perci-
ben que tienen una capacidad diferente a los demás.
Allan Kardec registra en la Revista Espírita79 que conoció en París
a una señora en quien la doble vista era permanente y tan natural como
la vista ordinaria. Escribe que:
[...] Ella ve sin esfuerzos y sin concentración el carácter, los há-
bitos, los antecedentes de quien quiera que se aproxime a ella;
describe las enfermedades y prescribe tratamientos eficaces con
más facilidad que muchos sonámbulos ordinarios; basta pensar
en una persona ausente para que la vea y la designe. Un día está-
bamos en su casa y vimos pasar por la calle a alguien con quien
tenemos relación, y que ella jamás había visto. Sin ser provocada
por ninguna pregunta, le hizo el más exacto retrato moral y nos
dio a su respecto consejos muy sensatos. Y, sin embargo, esta se-
ñora no es sonámbula. Habla de lo que ve, como hablaría de cual-
quier otra cosa, sin desviarse de sus ocupaciones. ¿Es médium?
Ella misma no lo sabe, porque hasta hace poco tiempo ni incluso
conocía de nombre el Espiritismo. [...]
Si para algunos ocurre de esta forma, para la mayor parte el sur-
gimiento de la mediumnidad lleva trastornos y sufrimientos.
En El libro de los espíritus (LE 471),80 Allan Kardec pregunta:
“Cuando experimentamos un sentimiento de angustia, de ansiedad in-
definible o de satisfacción interior sin causa conocida, ¿depende eso
únicamente de una disposición física?” Los Benefactores Espirituales
responden que “Casi siempre es un efecto de las comunicaciones que,
sin saberlo, mantenéis con los Espíritus, o que habéis mantenido con
ellos mientras dormíais”.
Una persona, sin conocer los recursos mediúmnicos que tie-
ne, muchas veces, comienza a sentirse visitada por problemas de dife-
rentes naturalezas, muchos de los cuales sin justificaciones fundadas.
Especialmente si, teniendo algún conocimiento de mediumnidad,

152
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

comienza a dedicarse al estudio del asunto. Experimenta múltiples for-


mas de desarmonía que le sorprenden: súbitas alteraciones emociona-
les con irritaciones o apatías sin motivo, desequilibrios sentimentales,
sensaciones extrañas como escalofríos, malestar y dolores sin causa
aparente e incluso enfermedades para las cuales la medicina no tiene ex-
plicaciones claras o soluciones adecuadas. En estos casos, muchas veces
los síntomas son evidentes incluso con la aparición de consecuencias
desagradables para el organismo, sin que nada pueda justificar la situa-
ción. En realidad, estos hechos pueden indicar que hay aproximaciones
espirituales, está habiendo intercambio mediúmnico, fluidico, entre los
seres desencarnados y el médium que está sintiendo el despuntar de su
mediumnidad.
Los estudiosos del tema son unánimes en afirmar, y la experien-
cia así lo confirma, que en sus comienzos la mediumnidad casi siempre
aparece a través de hechos tormentosos. Siendo Espíritus comprome-
tidos, los hombres son visitados por antiguos compañeros o víctimas
de sus excesos y engaños. Al manifestarse la mediumnidad sienten las
presencias y las influencias de estos seres que se unen a ellos por com-
promisos de diferente naturaleza. Esto es debido a que cargan matri-
ces que tuvieron origen en errores del pasado y que ahora permiten el
acoplamiento de estas mentes enfermas que desean y se sienten con el
derecho de impedir o dificultar la marcha de su progreso.
De ahí que se diga que las personas buscan la Casa Espírita ins-
tigadas por el dolor. Es el sentimiento que impulsa al médium a bus-
car las soluciones para sus males y, en consecuencia, llevarlo a conocer
su propia condición de necesitado de estudio constante y del trabajo
perseverante en la caridad, el amor y la paciencia para con los mismos
Espíritus que lo buscan, dificultándole o desviándolo del camino del
auto-perfeccionamiento, que debe ser recorrido con enorme esfuerzo
para alcanzar la redención.

***
Especialmente para quien está unido a un grupo mediúmnico
es importante entender un poco más el mecanismo de este proceso de
comunicación entre los dos planos de la vida.

153
Carlos Campetti / Vera Campetti

Vivimos en un mundo de vibraciones y, porque somos también


fuentes y receptores permanentes de estas vibraciones, las intercambia-
mos unos con los otros. Existe la teoría de campo muy difundida des-
de hace algunos años por el mundo científico. El ejemplo clásico que
ilustra esta teoría es el de una vela encendida que establece un campo
de luz a su alrededor. Podemos decir que todos nosotros establecemos
un campo vibratorio en nuestro entorno que puede ser más o menos
extenso, dependiendo de la capacidad de cada uno. El médium tiene la
posibilidad, aunque involuntaria, de expandir más su campo vibratorio,
y esta capacidad de expansión es lo que caracteriza su mediumnidad,
permitiéndole el contacto más o menos fácil con los Espíritus.
Cuando existe afinidad fluidica entre el ser encarnado y el des-
encarnado, la comunicación se establece por el contacto de sus respec-
tivos periespíritus. Si el Espíritu está desarmonizado, las repercusiones
vibratorias de esta desarmonía se transportan de forma automática para
el médium al cual se aproxime, pasando este a sentir las mismas sen-
saciones. Por ejemplo, un hombre desencarna víctima de un enfisema
pulmonar y, como no está equilibrado, tiene sensaciones de dolores fí-
sicos en el pecho. En la condición de Espíritu necesitado y sufriente, al
aproximarse a un médium, su campo vibratorio entra en relación con
el de este, trasladando sus sensaciones de periespíritu a periespíritu, pa-
sando el encarnado a registrar una sensación de malestar, inclusive con
dolores en el pecho y problemas respiratorios. Esta impresión variará de
intensidad de persona a persona, de acuerdo con la naturaleza y el grado
de desarrollo de su facultad.
Es lo que ocurre en el trabajo mediúmnico donde el médium,
conocedor del proceso en función de sus experiencias en el ejercicio de
la mediumnidad, ya ha desarrollado condiciones para mantener el equi-
librio necesario. De este modo, puede dar pasividad en aquel momento
y después, al apartarse la entidad, asistido por los mentores espirituales
del grupo, se repone de forma espontánea y natural.
Mientras tanto, el médium que siente el despuntar de su me-
diumnidad, normalmente, aún no ha tenido tiempo de prepararse para
estas actividades, y, por eso, sufre las consecuencias del contacto con los
Espíritus, representando el dolor y el sufrimiento de aquí procedentes

154
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

una especie de aguijón que impulsa al interesado a buscar el conoci-


miento y a adquirir las condiciones necesarias para reequilibrarse.
Otras veces, el médium que percibe el surgimiento de su me-
diumnidad, comienza a sentir una presencia más o menos desagradable
que lo preocupa; percibe interferencias en sus pensamientos como si
dialogase con alguien. A veces oye voces o ve a alguien que, de un mo-
mento a otro, desaparece.
Siendo raras las personas que no presenten algún grado de sen-
sibilidad a la influencia de los Espíritus, casi todas pueden ser objeto de
esta influencia o establecerse participantes de acontecimientos mediúm-
nicos escasos, no significando que tengan compromiso o condiciones
de desarrollo de algún tipo de mediumnidad. A veces, la persona siente
la presencia de los Espíritus, caracterizando una persecución iniciada
por un desafecto, por ejemplo, que se cree con el derecho de cobrarse
algún tipo de prejuicio que sufrió en el pasado por la acción de la actual
víctima. Esta, por sí misma o llevada por otro, va a un Centro Espírita
en busca de socorro. Allí es asistida, encuentra esclarecimiento, orien-
tación, comienza a estudiar y, con el tiempo, se reequilibra. Como eran
muy efectivos los fenómenos que ocurrían con ella, alguien podrá tener
la expectativa de que, una vez reequilibrada, esta persona sea una ex-
celente colaboradora en el área de la mediumnidad. Puede ser que esto
ocurra. Pero puede ser también que ya no ocurra ningún fenómeno por
su intermediación. Puede ser, también, que ella no tenga compromiso
en este aspecto y que los fenómenos solamente hayan tenido el objetivo
de llevarla al centro para encontrase el camino de la auto-iluminación,
de su integración en la Institución a través de otros trabajos que benefi-
cien también a otros.
Cuando las manifestaciones mediúmnicas comienzan a ocurrir
con alguna insistencia, la persona necesita buscar aclaraciones, pues,
por sí misma, muy difícilmente podrá entender lo que le pasa y encon-
trar el camino para el equilibrio y el aprovechamiento de la facultad.
Necesitará recibir orientaciones sobre los trabajos que puede frecuentar
en el centro, qué libros leer, qué acciones emprender para dominar la
facultad y así sucesivamente. Ese papel de orientación le corresponde al
dirigente, dentro del grupo mediúmnico.

155
Carlos Campetti / Vera Campetti

Al principio, el médium podrá desear un desarrollo excepcio-


nal de su facultad, sin darse cuenta de las implicaciones que podrán
resultar de ello. La mayor parte de los hombres que habitan la Tierra
está comprometida con su pasado. Habitualmente la mediumnidad no
surge como una misión o con características de exuberancia en la reali-
zación de grandes trabajos con el fin de provocar fenómenos que llamen
la atención de las personas.
Este tipo de mediumnidad, que tiene un mayor alcance, exige de
su portador, para que sea plenamente productiva, condiciones evoluti-
vas que son raras en el plano material. Los médiums misioneros sufren
mucho y tienen una carga de trabajo que pocos podrían soportar. La
mayor parte de los médiums no está apta para vencer este desafío. Por
eso, reciben la oportunidad de realizar trabajos más humildes, vincula-
dos a un grupo más reducido, a fin de prepararse para trabajos de mayor
amplitud en el futuro.
Aunque con características más propias de expiación y, a ve-
ces, de prueba, este tipo de mediumnidad es para el médium y para los
Espíritus que son asistidos, de fundamental importancia. Puede ejerci-
tarla todas las semanas en la institución que frecuenta con sencillez y
dedicación, ayudando a entidades sufrientes, ignorantes, atormentadas,
obsesoras. Al aceptar esta oportunidad, podrá dar pasos definitivos en
la trayectoria de su progreso espiritual. La mayoría de los médiums está
comprometida con este tipo de mediumnidad.
Allan Kardec explica (EE XXIV:12):81
[...] La mediumnidad no implica forzosamente que se manten-
gan relaciones habituales con los Espíritus superiores. Es apenas
una aptitud para servir de instrumento más o menos flexible a
los Espíritus en general. El buen médium no es, pues, el que tiene
facilidad para comunicarse, sino el que es simpático a los buenos
Espíritus y está asistido sólo por ellos. Únicamente en este senti-
do la excelencia de las cualidades morales se vuelve omnipotente
en relación con la mediumnidad.
Sin embargo, sí es verdad que el mejor médium no es el que recibe
con más facilidad las comunicaciones, sino el que mejor sintoniza con los

156
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Espíritus superiores, sin dejarse engañar por los ignorantes, no se debe


entender que el mejor médium es el que recibe solamente a los “mentores”
del grupo, pues, supuestamente, no se deja influenciar por los “inferiores”.
Ciertamente, el comentario del Codificador no significa que los
médiums no deban ser instrumento de la manifestación de entidades su-
frientes, necesitadas y obsesoras, cuya atención se haga necesaria en los
trabajos mediúmnicos. Tal conclusión sería un equívoco. Recordemos la
mediumnidad de doña Celina en el libro En los dominios de la medium-
nidad82 que teniendo una facultad bien determinada y dotada de títulos
de elevación espiritual era, entre todos los médiums, la más apta para
recibir al Espíritu endurecido de un agricultor inhumano.
La idea que impregna la afirmación de Kardec es la de que el
mejor médium es el que sirve de instrumento para el bien, sin dejarse
engañar por los Espíritus mistificadores.
También en relación a este tema recordemos que, con el propó-
sito de establecer contacto con nosotros, los Espíritus superiores hacen
un esfuerzo de bajar su vibración y los médiums el de elevarse para que
se establezca la sintonía. Esto se da porque la caridad exige que el supe-
rior extienda sus manos para apoyar a aquellos que se encuentran en
grados más bajos de la escalera evolutiva.
En el caso de los Espíritus menos evolucionados, el médium
hará el esfuerzo para bajar su tono vibratorio a fin de permitir la mo-
mentánea sintonía con aquel a quien desea ayudar, favoreciendo su ma-
nifestación. No pensará como el Espíritu, no dirá, ni hará todo lo que él
desee. Lo envolverá en vibraciones fraternales de amor y comprensión,
dándole ánimo y reanimando sus fuerzas para que acepte, con valor, la
propuesta de renovación que le es presentada. Terminada la comunica-
ción, el médium se restablecerá por la elevación de su patrón vibratorio
con la ayuda de la oración y de la meditación, confiando en el amparo de
los mentores amigos que aprovechan su concurso para la atención a los
necesitados, equivocados y extraviados con dificultades para encontrar
el rumbo de la paz y de la confianza en el poder divino.
Cada médium presenta reacciones diferentes ante la eclosión
de la mediumnidad. Si supiera aprovechar la oportunidad, esta misma

157
Carlos Campetti / Vera Campetti

lucha para vencer las dificultades iniciales facilitará el conocimiento


de sus facultades, de sus potencialidades y capacidades, indicándole el
rumbo que debe dar a sus pasos, las tareas que puede y necesita reali-
zar. Aprenderá también a reconocer los tipos de influencias que ejercen
los Espíritus y, en el perfeccionamiento de su mediumnidad, descubrirá
cómo sintonizar con los mensajeros del bien, poniéndose a su disposi-
ción para el trabajo digno en beneficio de sus hermanos sufrientes de
la Tierra. De este modo, desarrollará su capacidad de resistencia, en el
campo de combate de las malas inclinaciones, que son “tomacorrientes”
de conexión con los Espíritus ignorantes y sufrientes. El trabajo digno y
perseverante proporcionará la conquista de la simpatía de los buenos y
el respeto de los Espíritus menos evolucionados.
Es indispensable, por tanto, desde el comienzo el estudio de las
obras espíritas, la asistencia asidua a un Centro bien dirigido, el cultivo
de la oración y de la meditación, la integración en trabajos de caridad a
favor de los necesitados del pan material y espiritual, la lucha consciente
para vencer sus malos hábitos y superar sus limitaciones, el desarrollo
de la capacidad de escuchar y guardar silencio, no sólo ante el dolor
ajeno, sino también cuando es agredido por aquellos que aún se dejan
llevar por sus desequilibrios, resistiendo al deseo de vengar una ofensa.
Como se puede observar, el desarrollo de la mediumnidad no
significa solamente integrarse a un grupo y ponerse a disposición de los
Espíritus. No se puede concluir que el médium está desarrollado por el
hecho de favorecer o de ser instrumento de uno u otro tipo de fenóme-
no. En verdad, el desarrollo de las facultades mediúmnicas continuará
mientras permanezca el médium en el ejercicio equilibrado de sus ca-
pacidades, que se ampliarán más a medida que el tiempo pase. No es
posible afirmar, por tanto, que un médium puede concluir el desarrollo
de su mediumnidad dentro de un tiempo predeterminado, pues siem-
pre podrán surgir, en la continuación del ejercicio, aspecto que él no
conocía.
Teniendo en consideración que la mediumnidad es siempre una
oportunidad de trabajo que el Espíritu recibe para avanzar en su proce-
so evolutivo, cuanto más conozca y se esfuerce el médium, cuanto más
disciplinado y humilde sea más sutiliza sus vibraciones, facilitando la

158
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

sintonía con los Espíritus superiores y, de este modo, más condiciones


obtiene para darse en beneficio de aquellos que lo buscan carentes de
auxilio y esclarecimiento.

Escollos de la mediumnidad
En el comienzo de El libro de los médiums, Allan Kardec mani-
fiesta su felicidad por los frutos de su trabajo, en el sentido de prevenir
a los adeptos de los escollos en los contactos iniciales con los Espíritus.
En el ítem 136 de la misma obra se refiere a que uno de los mayo-
res escollos de la comunicación mediúmnica es el hecho de que hay
Espíritus que no tienen escrúpulos en utilizar los nombres más respe-
tables para firmar sus mensajes. En el ítem 197 Sócrates (Espíritu) des-
taca la importancia de que los médiums conozcan el texto referente a
los buenos médiums, allí inscrito, para prevenirlos contra los escollos
a los que están expuestos.
En el ítem 21183 encontramos un texto importante sobre el
asunto que recomendamos al lector y del cual destacamos:
El escollo a que se enfrenta la mayoría de los médiums prin-
cipiantes consiste en relacionarse con Espíritus inferiores, y
deben considerarse dichosos cuando sólo se trata de Espíritus
frívolos. Es preciso que toda su atención se concentre en im-
pedir que esos Espíritus se arraiguen, pues en caso de que eso
suceda no siempre les resultará fácil desembarazarse de ellos.
Este punto están importante, sobre todo al comienzo, que si
no se tomaran las precauciones necesarias podrían perderse
los frutos de las más preciosas facultades. [...]
La interferencia de un Espíritu inferior, burlón, durante la co-
municación de un buen Espíritu es otro de los escollos de la medium-
nidad apuntados por Kardec en el ítem 230 de El libro de los médiums,
donde también hace referencia a las personalidades ambiciosas capaces
de colocar sus obras personales como si fuesen de los Espíritus.
Otro escollo considerado uno de los mayores y de los más fre-
cuentes por Kardec (LM XXIII: 237 y 242) es la obsesión. Remitimos al

159
Carlos Campetti / Vera Campetti

lector a los ítems referidos, pues el asunto merece un análisis atento y


preciso.
Las mistificaciones están clasificadas como uno de los escollos
más desagradables por el Codificador (LM XXVII: 303).
Tratando de las reuniones en general (LM XXIX: 324), Kardec
recomienda que sean tomadas las mismas precauciones que para los in-
dividuos en lo que respecta a la prevención de los escollos de la práctica
mediúmnica. Otros escollos para las reuniones son examinados en los
ítems 329 y siguientes.
En la selección de disertaciones que Kardec incluye en la refe-
rida obra encontramos una de Juana de Arco donde destaca el orgullo
como un escollo que puede hacer naufragar a los médiums en los si-
guientes términos:
Las facultades de que gozan los médiums atraen hacia ellos los
elogios de los hombres. Las felicitaciones, las adulaciones: ahí es-
tán los escollos. Esos médiums se olvidan de su incapacidad pri-
mitiva, cuando deberían tenerla siempre presente en el recuerdo.
Hacen más aún, pues lo que sólo le deben a Dios, lo atribuyen a
su propio mérito. ¿Qué ocurre entonces? Los Espíritus buenos los
abandonan, y ellos se convierten en juguete de los malos, para
quedarse sin una brújula que los oriente.[…]

Como vemos, son muchos los escollos relacionados con la


práctica mediúmnica. Vamos a examinar, con más detalles, dos de
ellos —el animismo y la mistificación— por las muchas dudas que
suscitan en los interesados en el tema y recomendamos, también, al
lector, el texto Escollos de la mediumnidad,85 de Martins Peralva, que
hace una importante síntesis sobre el asunto.

Animismo
Con base en el análisis que Allan Kardec hace en los capítulos
XIX y XX de El libro de los médiums,86 podemos clasificar los fenóme-
nos en anímicos y mediúmnicos. Estos ocurren por la influencia de los

160
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Espíritus sobre el médium. En cuanto a los anímicos, estos serían provo-


cados por la propia alma, es decir, por el agente llamado médium, que en
este caso, manifestaría aspectos de su propia alma y experiencias de su
pasado, en vez de canalizar a otras entidades espirituales. Los Espíritus
superiores afirman (LM XIX: 223-3ª pregunta) que, para distinguir si el
Espíritu que responde es el del médium, u otro, es necesario examinar la
naturaleza de las comunicaciones. Es preciso estudiar las circunstancias
y el lenguaje para distinguirlos. Añaden que es en el estado de sonam-
bulismo o de éxtasis que el Espíritu del médium se manifiesta con más
frecuencia, “porque entonces se encuentra más libre”.
Pero el fenómeno no es sencillo y difícilmente se puede garan-
tizar, por un análisis superficial, lo que es producción de la propia alma
o lo que le viene por una influencia ajena. Vamos a examinar algunos
aspectos del asunto, sin ánimo de agotarlo, remitiendo a los interesados
a los capítulos de El libro de los médiums indicados más arriba.
El animismo es, generalmente, inconsciente y natural en el ini-
cio del desarrollo y educación de la mediumnidad, cuando el médium
estará pasando por un proceso que puede ser, a título de ilustración,
comparado con la abertura de un grifo que estuvo mucho tiempo sin
usar. Las primeras aguas salen sucias y contaminadas con todo lo que
quedó acumulado en la tubería durante desuso. Pero con el tiempo el
agua va saliendo más clara y más limpia. Si acoplamos al sistema un
proceso de filtraje, garantizaremos mayor pureza del líquido abastecido.
Algo semejante puede ocurrir al inicio del ejercicio mediúmni-
co. Dificultades acumuladas a lo largo del tiempo, en esta o en otras en-
carnaciones, pueden aparecer aparentemente como si fuesen problemas
de una personalidad ajena, necesitando solucionarlo para la liberación
del psiquismo del médium permitiendo una disposición más comple-
ta al servicio mediúmnico. Por otro lado, cuando el médium involun-
tariamente no manifiesta su problemática como si fuese una entidad,
puede interferir, no obstante, en las ideas y contenidos que los Espíritus
quieren transmitir, intercalando ideas propias a las de los comunicantes,
mezclando sus propios problemas con los de las entidades necesitadas.
En las dos situaciones el proceso es natural y no puede ser confundi-
do como enfermedad o mala fe por parte del médium. Es un proceso

161
Carlos Campetti / Vera Campetti

liberador de las problemáticas no solucionadas debidamente a su debi-


do tiempo y que, cuando el médium comienza a sumergirse más pro-
fundamente en su psiquismo, salen a la superficie solicitando atención
y encaminamiento adecuado para liberarlo, proporcionándole mejores
condiciones de actuar como médium.
En este período, pueden surgir dudas y vacilaciones, pues el mé-
dium podrá creer que las sensaciones que le surgen repentinas, las ideas
y pensamientos que visitan su mente, no son más que productos de su
propio cerebro, dificultando, atrasando o incluso interrumpiendo el de-
sarrollo de su facultad.
El dirigente de la reunión debe ser consciente de esta realidad
y apoyar al médium principiante en sus esfuerzos de auto-superación
y adiestramiento de sus capacidades de servir por mediación de la me-
diumnidad. En palabras de Erasto (LM XX: 230): “[…] Aquí tenéis por
qué es preciso que los jefes de los grupos espiritistas estén dotados de un
tacto exquisito y de una rara sagacidad para discernir las comunicacio-
nes auténticas de aquellas otras que no lo son, y para no herir a aquellos
que se hacen ilusión a sí mismos. […]”
Por lo tanto, la paciencia y la perseverancia son imprescindibles
en la etapa inicial, tanto por parte del médium, como del dirigente y de
los demás integrantes de la reunión. La disciplina en el cumplimiento
de los deberes, en el estudio y en el análisis consciente soportado por la
razón con sinceridad y responsabilidad, ayudará al médium a conquis-
tar la confianza en sí mismo y en el equipo, así como merecer el apoyo
de los buenos mentores, factor imprescindible para que el trabajo sea
productivo.
En realidad, el médium siempre participa de la comunica-
ción, principalmente al comienzo de la actividad mediúmnica. Con el
tiempo, con la educación de su facultad y el desarrollo de sus poten-
cialidades, el médium amplía su experiencia, aumenta su capacidad de
concentración y pasividad permitiendo a los Espíritus comunicantes
mayor libertad para la expresión de sus ideas y características. Pero la
comunicación siempre llevará los matices del canal que es instrumento

162
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

de su concreción. Erasto y Timoteo (LM XIX: 225) explican el asunto de


forma muy objetiva:
[...] Con un médium cuya inteligencia actual o anterior se en-
cuentra desarrollada, nuestro pensamiento se comunica ins-
tantáneamente de Espíritu a Espíritu, por una facultad propia
a la esencia del mismo Espíritu. En este caso encontramos
en el cerebro del médium los elementos propios para dar a
nuestro pensamiento la forma de la palabra correspondiendo
a este pensamiento, y esto que el médium sea intuitivo, semi-
mecánico o mecánico puro. Por esto, cualquiera que sea la
diversidad de los Espíritus que comunican con el médium, los
dictados que se obtienen por él, aunque procedan de Espíritus
diversos, llevan el sello de la forma y el calor personal de este
médium. Sí, bien que el pensamiento sea del todo extraño a
él, bien que el asunto salga del círculo en el cual se mueve
habitualmente, o bien que lo que nosotros queremos decir no
provenga de ningún modo de él, no por esto deja de influir
menos la forma, por las cualidades y propiedades inherentes
a su individualidad. [...]

Mistificación
Cuando el médium percibe el hecho de un proceso anímico y
se complace en él, se caracteriza como un caso de mistificación. De esta
forma, la mistificación puede ocurrir por parte del médium que cons-
cientemente, por un mecanismo de desvío psicológico, atribuye a los
Espíritus comunicaciones producidas por él mismo.
Puede ocurrir también que haya la influencia exclusiva de un
único Espíritu que finge ser diferentes entidades, presentándose con va-
riados problemas falsos, alegando sufrimientos y dolores que no siente,
dando supuestos mensajes de orientación al grupo o a alguien de sus
miembros, entre muchos otros recursos que utilizan para divertirse a
costa de los trabajadores y/o hacer perder el tiempo de la reunión, que
debería dedicarse a la atención de entidades necesitadas y dispuestas a
recibir ayuda.

163
Carlos Campetti / Vera Campetti

Le es posible al médium percibir este tipo de farsa si está vigilan-


te, pero hay situaciones en que el médium se complace en las manifesta-
ciones, muchas veces inteligentes y ostentosas, y se hace cómplice más o
menos consciente del mistificador, aceptando difícilmente orientación
y ayuda del dirigente u otros compañeros del grupo.
Le corresponde al médium, al dirigente y a todo el equipo la
vigilancia y la oración recomendada por Jesús, así como el esfuerzo
consciente para desarrollar confianza mutua que permita destruir, en
el comienzo, cualquier tentativa de mistificación, sea por parte del mé-
dium sea de la autoría de Espíritus inferiores.
No obstante, nada autoriza al dirigente o a cualquier miembro
del equipo el derecho de hacerse “cazador de médiums” en situación de
animismo o mistificación. La postura necesita ser solidaria sin conni-
vencia con el engaño, de apoyo a los aspectos positivos sin la intención
de arrojar piedras al prójimo por sus dificultades, que necesitan más
orientación y dirección hacia el bien, que de acusaciones que dañan y
apartan al médium de las personas que deberían ser las primeras en
prestarle asistencia fraterna y, muchas veces, las únicas, en aquel mo-
mento, en posición de ayudarlo.
Calderaro, orientador de André Luiz87 esclarece:
[...] La tesis animista es respetable. Partió de investigadores
conscientes y sinceros, y se creó para cohibir los probables abu-
sos de la imaginación; pero, viene siendo usada cruelmente por
la mayoría de nuestros colaboradores encarnados, que hacen
de ella un órgano inquisitorial, cuando deberían aprovecharla
como un elemento educativo, en la acción fraternal. Millares
de compañeros huyen al trabajo, amedrentados, retroceden ante
los obstáculos de la iniciación mediúmnica, porque el animismo
se convirtió en un intransigente vigilante. Afirmaciones serias y
edificantes, tornadas, no obstante, en opresivo sistema, impiden
el paso de los candidatos al servicio por la gradación natural
del aprendizaje y de la aplicación. Se reclama de ellos precisión
absoluta, olvidando elementales lecciones de la naturaleza. Re-
cogidos en el castillo teórico, innumerables amigos nuestros, re-

164
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

uniéndose para el elevado servicio de intercambio con nuestra


esfera, no aceptan, generalmente a los servidores, que han de
crecer y de perfeccionarse con el tiempo y con esfuerzo. Exi-
gen simples aparatos de comunicación, como si la luz espiritual
se transmitiese de la misma forma que la luz eléctrica por una
lámpara vulgar. Ningún árbol nace produciendo, y cualquier
facultad noble requiere perfeccionamiento. La mediumnidad
tiene, pues, su evolución, su campo, su ruta. No es posible pre-
miar al estudiante en el curso superior, sin que él haya tenido
la suficiente aplicación en los cursos preparatorios, a través de
algunos años de lucha, esfuerzo y disciplina. [...]
Recordamos un hecho ocurrido con un médium principiante.
El grupo contaba con más de treinta participantes y, en el momento de
la asistencia a los Espíritus necesitados, era dividido en subgrupos de
seis a ocho personas en pequeñas salas al cuidado de un subdirigente.
El médium acostumbraba a servir en el grupo liderado por el dirigente
general y, por primera vez, fue indicado para trabajar en un subgrupo
bajo la orientación de otra persona. Los trabajos marchaban normal-
mente y el médium principiante comenzó a recibir a un Espíritu nece-
sitado cuando el subdirigente del pequeño grupo, en vez de iniciar el
diálogo, se dirigió al médium acusándolo de animismo y mistificación.
La reacción del médium fue callarse inmediatamente interrumpiendo
la comunicación. El subdirigente, entonces, utilizó el silencio como
confirmación de que el médium estaba mistificado, pues no había, se-
gún él, ningún Espíritu comunicante, siendo todo creación del propio
médium, que sin suficiente experiencia se puso a llorar, quedando en
silencio durante todo el resto de la reunión. Cuando terminó la activi-
dad del subgrupo, el médium pidió al subdirigente que lo acompañase
para una conversación de esclarecimiento con el dirigente general del
trabajo, pues él no tenía la intención de engañar a nadie, de ser víctima
de procesos anímicos y mucho menos de mistificaciones de cualquier
tipo. Como él no había entendido lo ocurrido, pedía el apoyo del sub-
dirigente para la solución del impasse. Éste, sin embargo, sorprendido
con la sinceridad del médium lo trató con aspereza y mala voluntad.
Al final de las actividades, muy constreñido, siguió al médium hasta

165
Carlos Campetti / Vera Campetti

donde se encontraba el dirigente general y, empujándolo, dijo: “este


muchacho quiere hablar con usted” y se fue, no obstante. El médium,
entonces, explicó lo ocurrido al dirigente general que lo animó afir-
mando que estaba acompañando el proceso del desarrollo inicial de
su mediumnidad y que lo conocía lo suficiente para saber que su na-
tural participación en la comunicación, como médium principiante,
se venía reduciendo normalmente hasta el punto de haber creído él
que el médium ya podría participar de otro subgrupo no dirigido di-
rectamente por él, aseverando que no se estaba produciendo mistifi-
cación en las comunicaciones por él recibidas. Le dijo que estuviera
tranquilo, pues hablaría con el subdirigente oportunamente. Para el
médium, además del malestar que siempre queda en situaciones como
esta, el caso fue cerrado allí mismo. El subdirigente jamás lo buscó
para conversar y, poco tiempo después, dejó la actividad mediúmnica
en aquella Casa Espírita.
También tuvimos la oportunidad de acompañar, en otro gru-
po, un proceso de mistificación por parte de un Espíritu que mani-
pulaba al médium, haciendo imposible su aprendizaje en la fase del
estudio-armonización y posteriormente en la etapa de la práctica me-
diúmnica. Se presentaba, repetidas veces, fingiendo ser diferentes en-
tidades con problemas diversos, tomando el tiempo de la asistencia a
los Espíritus realmente necesitados. Por falta de experiencia suficiente
del dirigente del estudio, el médium fue evaluado como apto para la
práctica mediúmnica. Por más esfuerzos que empleasen, los respon-
sables del equipo no conseguían auxiliar al Espíritu, que terminó por
arrastrar al médium a otro grupo menos exigente, donde su problemá-
tica pasó por alto.
En todas las situaciones, estando el médium en proceso de
animismo o mistificación, el cariño fraterno y la disciplina objetiva y
clara establecida para todos y no particularmente para él, pueden ayu-
darlo en su proceso cuando demuestre buena fe en los cambios nece-
sarios y en el crecimiento deseado. Si estuviera de mala fe, no obstante,
y se siente, repentinamente o con el tiempo, inadaptado, con malestar
y, por más que reciba ayuda, no cambia de postura, se apartará de

166
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

aquellos que más podrían ayudarlo en aquel momento, posponiendo


la solución de la dificultad para otra oportunidad futura.

Características deseables para los médiums


Conforme registra André Luiz,88 Calderaro define al médium
como un puente uniendo dos esferas o dimensiones
[...] entre las cuales se estableció una aparente solución de
continuidad, en virtud de la diferenciación de la materia en el
campo vibratorio. Para ser un instrumento relativamente exac-
to, le es imprescindible haber aprendido a ceder, y no todos los
artífices del taller mediúmnico realizan en breve espacio de
tiempo tal adquisición, que reclama devoción a la felicidad del
prójimo, elevada comprensión del bien colectivo, avanzado es-
píritu de cooperación fraternal y de serena superioridad en las
fricciones con la opinión ajena. Para conseguir la edificación
de esta naturaleza, se hace menester el refugio frecuente en la
“morada de los principios superiores”. La mente del servidor
ha de fijarse en las zonas más altas del ser, donde aprenderá el
valor de las concepciones sublimes, renovándose y purificán-
dose para constituir un elemento padrón de los que le siguen
su trayectoria. El hombre, para auxiliar el presente, es obli-
gado a vivir en el futuro de la raza. La vanguardia le impone
la soledad y la incomprensión, a veces dolorosa; sin embargo,
esa condición representa un artículo de la Ley que nos im-
pele primero a adquirir para que podamos dar. Nadie puede
enseñar caminos que no haya recorrido antes. […] La ciencia
legítima es la conquista gradual de las fuerzas y operaciones
de la Naturaleza, que se mantenían ocultas a nuestra estrecha
aprehensión. [...]
Como vemos, es amplia la gama de cualidades y condiciones
que debe adquirir el médium. Son la sabiduría, resultante de las expe-
riencias y de los conocimientos acumulados a lo largo de diferentes en-
carnaciones; la capacidad de servir, preparada por el ejercicio; el deseo
sincero de ayudar al semejante, que nace en lo más profundo del alma;

167
Carlos Campetti / Vera Campetti

la condición de reconocer y respetar el límite ajeno sin desfallecer en


el esfuerzo paciente y sincero; el envolvimiento, que se desdobla en las
redes de la solidaridad llevando a cada uno a “hacer a los otros lo que le
gustaría que hiciesen por él” (Lucas, 6:31) y que se transforma en abne-
gación, en la entrega incondicional para producir el bien del necesitado.
João Cleofas,89 con el objetivo de auxiliar la comprensión del
tema, presenta un resumen de los requisitos para el médium seguro,
cualidades estas que entendemos son deseables para todos los tra-
bajadores del área mediúmnica:
A fin de obtener el éxito en el emprendimiento de las comuni-
caciones espirituales inteligentes, el médium que se postula al
ministerio socorrista debe satisfacer como mínimo las siguien-
tes condiciones:
Equilibrio – Sin una perfecta armonía entre la mente y las emo-
ciones, difícilmente consiguen, los filtros psíquicos, destilar el
mensaje que proviene del Mundo Mayor;
Conducta – No estando la vida fundamentada en una conducta
de austeridad moral, muy raramente el intermediario de los Es-
píritus logra una sintonía con los Mentores Elevados;
Concentración – Sólo después de aprender la técnica de aisla-
miento del mundo externo para oír interiormente y sentir el
mensaje que fluye a través de sus facultades mediúmnicas podrá
conseguir, el trabajador honesto, registrarla con fidelidad;
Oración – Sin practicar el cultivo de la oración como clima de
serenidad interior le será difícil abandonar el círculo vicioso de
las comunicaciones vulgares para ascender y alcanzar una per-
fecta identificación con los Instructores de la Vida Mejor;
Disposición – Sin aficionarse a la valoración del servicio en
plena sintonía con el ideal espírita, comprensiblemente se hace
improbable la cosecha de resultados satisfactorios en el inter-
cambio mediúmnico.
Humildad – Escaseando el auto-conocimiento, el médium
dispondrá de muy pocas posibilidades para una completa asi-

168
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

milación del dictado espiritual, porque en los temperamentos


rebeldes e irascibles la supremacía de la voluntad del propio
instrumento anula la interferencia de las mentes nobles desen-
carnadas;
Amor – No estando el Espíritu encarnado aclimatado a la com-
prensión de los deberes fraternos en nombre del amor que dis-
culpa, del amor que ayuda, del amor que perdona, del amor que
edifica se torna, invariablemente, medianero de Entidades per-
niciosas con las cuales se complace afinar.
El ministerio del intercambio mediúmnico es sobre todo un tra-
bajo de auto-perfeccionamiento, en el que se beneficia más el
encarnado.
Quien no pretende dominarse no consigue ayudar a los que se
debaten en la indocilidad bajo los azotes de la frustración y del
desequilibrio.
Aquel que se niega a ascender por esta o aquella razón en la
obstinación de las pasiones en que se demora, sincroniza men-
talmente con los Espíritus perturbados que lo martirizan y cuya
compañía se hace habitual.
Esta orientación nos inspira el siguiente cuadro-resumen:

MÉDIUM SEGURO
Auto-perfeccionamiento . dominarse
. prepararse
. donarse
. ascender
Equilibrio . conducta moral recta
. armonía mente/emociones
. discreción
Humildad . nada es nuestro
. somos solamente instrumentos
. reconocer nuestras imperfecciones

169
Carlos Campetti / Vera Campetti

MÉDIUM SEGURO
Disposición . para el estudio constante
. para el servicio ininterrumpido
Concentración . aislamiento interior
. meditación
. abertura a la realidad espiritual
Oración . serenidad interior
. reflejo condicionado
. sintonía con el bien
Amor . abnegación y devoción
. solidaridad
. caridad

Los tipos de mediumnidad más útiles en la reunión


Podemos afirmar que todas las facultades mediúmnicas son
útiles, pudiendo contribuir con excelente productividad en las reunio-
nes, inclusive las capacidades de donación fluidica esenciales para la
armonía y el mantenimiento del equilibrio del ambiente y de los nece-
sitados, es decir, la contribución de los compañeros que trabajan en el
apoyo vibratorio y en los pases.
Conscientes de los registros de Allan Kardec sobre el asunto
(LM XV: 180 y 182)90 , vemos en nuestro día a día que la capacidad in-
tuitiva es una de las más útiles en términos de intercambio con la rea-
lidad espiritual. La intuición es la facultad del futuro de la Humanidad.
Esta es el sexto sentido en desarrollo en la etapa evolutiva que atrave-
samos. La intuición es definida como:
Facultad de percibir, discernir o presentir cosas independiente-
mente del raciocinio o del análisis […]; forma de conocimiento
directa, clara e inmediata, capaz de investigar objetos pertene-
cientes al ámbito intelectual, a una dimensión metafísica o a la
realidad concreta […]; en el cartesianismo, conocimiento de un

170
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

fenómeno mental que se presenta con la claridad de una eviden-


cia, sin ofrecer ninguna duda. [...]”91
Por la intuición es posible rescatar el caudal de posibilidades de-
sarrolladas y acumuladas por nosotros mismos a lo largo del proceso
evolutivo sin necesidad de influencia espiritual. Sin embargo, esta facul-
tad puede ser utilizada por los mentores amigos accionando las fibras
más íntimas de nuestra alma para que ofrezcamos de nosotros mismo
aquello que ya tenemos condiciones de donar.
En el proceso mediúmnico muchas veces la intuición es confun-
dida con la inspiración, que examinaremos a continuación. En realidad,
hay una gran dificultad incluso estando el individuo en avanzado pro-
ceso de instrucción de sus potencialidades, por medio del auto-conoci-
miento, para saber si está buscando las informaciones que transmite en
la fuente de sus propias adquisiciones (intuición) o si las está recibiendo
de fuera (inspiración). Esta dificultad es natural, pues, frecuentemen-
te los mentores espirituales se valen de los canales de la intuición para
vestir el mensaje que desean transmitir, elaborando, en los recursos del
propio médium, datos e informaciones que ayudan en la composición
del contenido que ellos elaboran y ofrecen a los beneficiarios en sus
orientaciones. En el proceso de esta naturaleza es casi imposible saber
lo que proviene de la intuición y lo que está siendo recibido por la ins-
piración.
De esta forma, consideramos, también, la inspiración entre las
capacidades más útiles en la actividad mediúmnica. Houaiss92 entende
inspiración como:
[...] especie de aliento, soplo creador que, emanado de un
ser sobrenatural, llevaría a los hombres consejos, sugeren-
cias; iluminación, revelación […]; acción que se ejerce sobre
las disposiciones psíquicas, sobre la voluntad de determina-
da persona; consejo, sugerencia, influencia […]; entusiasmo
creador que anima y aumenta la creatividad de escritores,
artistas, investigadores etc. [...]
Lo que permite a los encarnados ser agentes de los desencar-
nados, que dirigen y ejecutan el trabajo de solidaridad en beneficio

171
Carlos Campetti / Vera Campetti

de los más necesitados de los dos planos de la vida, es un proceso de


interacción vibratoria que comprende la concentración, la sintonía, la
pasividad y la entrega con la confianza que facilita la recepción de los
sentimientos y pensamientos de los Espíritus que se dedican al trabajo
del bien.
Del mismo modo que la intuición, la inspiración no se manifies-
ta ostensiblemente como la psicofonía o la psicografía. No obstante, es
una de las capacidades más activas durante el funcionamiento del grupo
mediúmnico y también fuera de él, en muchas situaciones de conviven-
cia, cuando los Espíritus buenos influencian positivamente y los igno-
rantes intentan dificultar el progreso de los encarnados. Esta cuestión
está simbolizada en las religiones tradicionales como la lucha entre sata-
nás y los ángeles para convertir a las almas al mal o al bien. Allan Kardec
preguntó a los mentores espirituales (LE 459):93 “¿Influyen los Espíritus
en nuestros pensamientos y acciones? Y ellos respondieron: “En ese as-
pecto su influencia es mayor de lo que creéis, pues muy a menudo son
ellos quienes os dirigen.”
Es una cuestión de sintonía que se refleja en el dicho popular
como “lo semejante atrae a lo semejante”, pues la responsabilidad por
el tipo de influencia recibido y por las decisiones tomadas pertenece a
la persona que está siendo influenciada, correspondiéndole esforzarse
para sintonizar y ser inspirada por los buenos, resistiendo a la acción de
los ignorantes.
La psicofonía es otra facultad importante para el pleno funciona-
miento del equipo mediúmnico al permitir el diálogo con los Espíritus
necesitados y la recepción oral de orientaciones de los mentores espiri-
tuales. Sin embargo, un grupo mediúmnico puede funcionar sin la pre-
sencia de médiums de psicofonía, conforme nos informa León Denis:94
“[...] En el caso de que haya falta de médiums o de que sean improduc-
tivos, no por esto debe el grupo reducirse a la inacción. […]” En esta
circunstancia no habrá manifestaciones ostensivas, los mentores no po-
drán transmitir orientaciones específicas ni el grupo podrá ayudar a los
necesitados por medio de la palabra y del diálogo. Pero, siempre habrá
condiciones para continuar con el estudio y los ejercicios de percep-
ción espiritual porque, en cualquier momento, se podrá manifestar la

172
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

facultad en alguno de los participantes. El grupo podrá, también, man-


tener actividades de oración e irradiación mental por los necesitados
desencarnados y encarnados, la psicografía y el ejercicio de otras facul-
tades acaso existentes entre sus miembros.
La psicografía tiene, también, su importancia dentro de la acti-
vidad mediúmnica, pues por su mediación los amigos mentores pueden
orientar al grupo o especialmente a algún trabajador en circunstancias
de necesidad. Los mensajes psicográficos generalmente se restringen a
las necesidades específicas del grupo, pero pueden tener un alcance más
amplio y general, con lo cual se podrá pensar en su publicación para
extender el auxilio a otras personas.
La videncia, con los debidos cuidados que ella requiere (ver LM
XIV: 167),95 puede ser de bastante utilidad en la conducción de las activida-
des mediúmnicas.
Podemos mencionar, también, como excelente instrumento
de apoyo para el trabajo de los mentores espirituales la capacidad de
desdoblamiento de los médiums para incursiones en regiones de necesidad
en socorro a hermanos en estado de desequilibrio que, muchas veces, son
“buscados” por los medianeros para la asistencia en el grupo mediúmnico.
Las capacidades de donación fluidica por medio de los pases y del
apoyo vibratorio también son importantes en la reunión mediúmnica y se-
rán examinados a continuación en este mismo capítulo.

El control de la mediumnidad y de las manifestaciones


– la responsabilidad del médium
Uno de los mayores desafíos del médium principiante es apren-
der a controlar la facultad mediúmnica y sus manifestaciones. Vicios
y tics pueden surgir en cualquier momento, automatizando la interfe-
rencia del médium en las comunicaciones y dificultando el filtro de los
pensamientos y sentimientos de los Espíritus comunicantes.
Nada justifica los ruidos, sonidos extraños, movimientos brus-
cos y sin control, gritos, golpes en la mesa, en fin, las manifestaciones
ruidosas producidas cuando el médium muestra falta de educación de sí

173
Carlos Campetti / Vera Campetti

mismo y de su facultad mediúmnica. Para manifestar las características


del Espíritu comunicante, el médium no necesita dejar que haga lo que
quiera. La función del médium no es demostrar que allí está presente un
Espíritu necesitado, sino contribuir para que el hermano sea atendido
de la mejor forma posible aprovechando la oportunidad de su presencia,
a veces, conquistada después de mucha lucha por parte de los trabaja-
dores abnegados del plano espiritual, que lo traen para el contacto con
nosotros.
El médium siempre puede, cuando lo desea y se esfuerza para
eso, dominar las manifestaciones inconvenientes e inadecuadas. Es a
él, por lo tanto, al que le corresponde observarse, conocer sus límites y
potencialidades, trabajar para superar unos y desarrollar los otros, sin
desfallecer jamás en el trabajo. La acomodación ha perjudicado mucho
la actividad de excelentes promesas iniciales que acaban por restringirse
a un trabajo rutinario a lo largo de los años cuando el médium encara su
facultad como una simple obligación a cumplir.
Los principales factores de control de las manifestaciones me-
diúmnicas son la condición moral elevada, el conocimiento doctrinario,
el auto-conocimiento y el mérito por el trabajo realizado, además de la
vigilancia y de la oración que atraen el apoyo de la Espiritualidad supe-
rior.

4.2.2 Médiums que ofrecen consultas


Este es un tema ya resuelto para quien comprendió la recomen-
dación de Jesús “dad de gracia lo que de gracia recibisteis” (Mateo, 10:8)
y trabaja en equipo bajo el amparo y la orientación de una Institución
equilibrada que se dedica al estudio y a la práctica del bien, conforme
la orientación de la espiritualidad superior. Son trabajadores atentos al
esclarecimiento de Emmanuel:96
La espera de resultados, después de expresiones y acciones re-
conocidamente elevadas, puede provocar enormes perjuicios en
nuestra romería hacia la Suprema Luz.

174
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Mientras aguardamos manifestaciones ajenas de gratitud o me-


joría, somos susceptibles de paralizar nuestras propias obligacio-
nes, desviándonos hacia el terreno obscuro de la maledicencia o
del juicio precipitado.
Sin embargo, hay médiums que se creen portadores de una
mediumnidad especial y, por tanto, capacitados para orientar a per-
sonas en cualquier momento, dentro o fuera del centro espírita, por
iniciativa propia, generalmente instigados por Espíritus obsesores
que desean utilizar la posibilidad del servicio individual y confundir
a las personas en cuanto a las actividades de la Institución Espírita.
Sin entrar en el mérito de los casos en que los médiums están
convencidos de que precisan recibir por el tiempo que están “dedi-
cando al prójimo”, o algo semejante, observamos que, algunas veces,
nos enfrentamos con situaciones en que el médium, por no cobrar
directamente, no ve ningún mal en distribuir, aleatoriamente, infor-
maciones a las personas de su entorno o que encuentre casualmen-
te. La situación presenta desequilibrio visible para quien conoce las
orientaciones del Espiritismo, pero imperceptible para el médium y
para las personas que no tienen familiaridad con el tema y también
están en la fase de la curiosidad sobre cuestiones de menor impor-
tancia desde el punto de vista espiritual. Es muy común que estos
médiums sean manipulados por Espíritus inferiores, pseudo-sabios e
ignorantes que fingen ser diferentes personalidades importantes o se
hacen pasar por “guías espirituales”, haciendo, muchas veces, que sus
intermediarios y quien quiera que los escuche pierdan el tiempo en lo
más mínimo o sean envueltos en situaciones ridículas y embarazosas.
Tuvimos la oportunidad de convivir con Espíritus que ma-
nipulaban a los médiums dificultándoles el raciocinio y el enten-
dimiento en los momentos de estudio para que no comprendan la
situación en que se encuentran e incluso piensen que el dirigente y
los compañeros de grupo están equivocados. De buena fe, a veces,
estos médiums intentan convencer al dirigente de que sólo desean el
bien y de que no se creen con el “derecho” de impedir que los “men-
tores” utilicen sus facultades para auxiliar, en cualquier momento, y
“sin interés”, a las personas que necesitan, dándoles consultas sobre

175
Carlos Campetti / Vera Campetti

cualquier cosa o situación de sus vidas, inclusive en cuanto a aspec-


tos financieros y relaciones amorosas, familiares o con amigos etc.
Otras veces, impulsados por el obsesor, buscan sutilmente convencer
a compañeros del grupo en cuanto a una supuesta discriminación que
vienen sufriendo dentro del grupo por ser médiums especiales, con
facultad ya desarrollada, no comprendida o envidiada por “algunos”
dentro del equipo.
Situaciones de esta naturaleza exigen paciencia y compren-
sión por parte del dirigente y de los demás participantes del grupo en
el intento dilatado en el tiempo y muchas veces frustrante de auxiliar
al/los médium/s y su/s obsesor/res. Es muy común que el médium
en este proceso se cambie de grupo hasta encontrar un lugar donde
a las personas no les importe lo que hace, no le pongan obstáculos e,
inclusive, apoyen su acción.

4.3 Otras funciones en el grupo

4.3.1 El apoyo vibratorio


Alguien podría pensar que las personas que colaboran en el
apoyo vibratorio son las que no presentan características mediúmni-
cas ni tienen aptitud para los pases, estando “de sobra” en la distribu-
ción de tareas. Sin embargo, los médiums de apoyo vibratorio ejercen
una función muy importante para el equilibrio y la armonía de la re-
unión. Son ellos los que mantienen la vibración del ambiente, siendo
conocido como miembros de sustentación. Los Espíritus trabajadores
utilizan sus fluidos y vibraciones para auxiliar a los necesitados y para
el mantenimiento del patrón vibratorio indispensable para la protec-
ción psíquica de los trabajadores de los dos planos.
En el libro Instrucciones Psicofónicas,97 el Espíritu Efigenio S.
Vítor, comenta respecto a los arquitectos espirituales que actúan en la
preparación del ambiente y en el momento de la actividad mediúmnica,
utilizando los recursos disponibles para formar:

176
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

[...] jardines, templos, fuentes, hospitales, escuelas, talleres, ho-


gares y otros cuadros en que nuestros compañeros desencarna-
dos se sientan como volviendo a la realidad anterior, a través
de la cual se disponen más fácilmente al encuentro de nuestras
palabras, sensibilizándose en las fibras más íntimas y favore-
ciéndonos, de este modo, la interferencia que debe ser eficaz y
provechosa. […]
Espejos ectoplásmicos y diversos recursos son improvisados
también por ellos, ayudando a la mente de nuestros amigos en-
carnados, que operan en la fraseología asistencial, dentro del
Evangelio de Jesús, a fin de que se establezca un perfecto servi-
cio de sintonía entre el necesitado y nosotros.
Sin embargo, para que nuestra acción se caracterice por la efi-
cacia es necesario ofrecerles lo mejor de nuestros pensamien-
tos, palabras, actitudes y concepciones.
Es recomendable toda la cautela en el esfuerzo preparatorio de
la reunión de intercambio con los desencarnados menos felices,
porque a ellas comparecemos, en la condición de enfermeros e
instructores, incluso cuando no tengamos, en nuestro campo
de posibilidades individuales, el remedio o el esclarecimiento
indispensables.
Sin embargo, a través de la oración, nos convertimos en canales
del socorro divino, a pesar de la precariedad de nuestros recur-
sos, y, en vista de esto, es preciso que haya por nuestra parte
mucha tranquilidad, cariño, comprensión y amor, a fin de que
la colaboración de nuestros compañeros arquitectos encuentre
en nosotros una base segura para la formación de los cuadros
de los que nos valemos en la obra asistencial. [...]
Entonces, deberemos estar todos atentos, y muy especialmente
los miembros que actúan como apoyo vibratorio, pues el trabajo co-
mienza desde antes de entrar a la sala de la actividad mediúmnica, sien-
do imprescindibles el silencio, el respeto y la reflexión, la lectura noble,
la concentración, la oración, la meditación en los momentos que antece-
den al comienzo de las actividades, así como la donación incondicional

177
Carlos Campetti / Vera Campetti

durante la realización de los trabajos de asistencia a los hermanos ne-


cesitados.

4.3.2 Los pasistas


Para ser pasista en una reunión mediúmnica es ideal que el tra-
bajador tenga conocimiento adquirido en el área por medio de cursos
de formación de pasistas y de lectura y estudio del tema en libros y otros
materiales ofrecidos por los Centros Espíritas. Sin embargo, es impor-
tante que también domine el tema por la práctica en las actividades nor-
males de pases que las casas espíritas ofrecen a sus frecuentadores.
Los pases ejercen una importante influencia positiva en una ac-
tividad mediúmnica. Es por esto que, si no hay personas que asuman
esta tarea específica, el dirigente o el dialogador, siempre que sea nece-
sario, aplicarán, ellos mismos, los pases para el auxilio a los manifestan-
tes necesitados o a los médiums para su reequilibrio psicofisiológico.
Ver en el capítulo 3 el ítem que está relacionado con el tema:
“¿Cuándo se deben dar los pases?”.

4.3.3 Participación de los invitados


En la Revista Espírita, ejemplar de junio de 1860, Allan Kardec
registra el hecho de la mistificación de un Espíritu que se hace pasar
por San Luis y los desdoblamientos del hecho. El Codificador pregun-
ta al propio San Luis: “[…] ¿Cómo se explica que habiendo llamado a
los buenos Espíritus y pidiéndoles que alejen a los impostores no sea
atendida la llamada?” El presidente espiritual de la Sociedad Espírita de
París, responde:
Es atendida, no lo dudéis. ¿Pero estáis seguros de que la llama-
da procede desde el fondo del corazón de todos los asistentes, o
que no haya alguien que, por un pensamiento poco caritativo y
malévolo, o por el deseo atraiga hasta vosotros los malos Espíri-
tus? […] ¿Observaste bien el rostro de los que os escuchan cuan-
do hacéis estas invocaciones? ¿No percibiste, más de una vez,
la sonrisa de sarcasmo en ciertos labios? ¿Qué Espíritus pensáis

178
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

que atraigan estas personas? Espíritus que, como ellas, se ríen de


las cosas sagradas. Es por esto que os digo para que no admitáis
al primero que venga, evitando a los curiosos y a los que no vie-
nen para instruirse. [...]98
Hermínio C. Miranda es objetivo en cuanto al asunto:
En mi opinión, solamente en casos excepcionales se justifica la pre-
sencia de personas extrañas en el grupo en los trabajos de desobse-
sión. Bajo condiciones normales esta presencia no es necesaria para
la tarea… Más que innecesaria, la presencia de personas perturba-
das en el ambiente donde se desarrolla el trabajo mediúmnico, pue-
de provocar incidentes y dificultades insuperables.99
Afirma que por dos veces admitió la presencia de visitantes en
el trabajo de desobsesión observado que los trabajos se llevaron penosa-
mente, con grandes lagunas entre una comunicación y otra, con visible
obstrucción a la marcha normal de la actividad. En nuestra experiencia
ha ocurrido lo mismo tanto en visitas como cuando asisten personas
que no mantienen la asiduidad.
Seamos sinceros, aunque algunos consideren exceso de rigor: la
reunión mediúmnica no es una actividad social a donde van todos los
que lo desean. ¿De qué sirve trabajar con ahínco en la preparación de los
trabajadores del grupo, durante años, para conseguir una armonización
que garantice la presencia de los Espíritus trabajadores del bien, para,
en un momento de descuido, o por no querer contrariar a alguien, el
dirigente opta por admitir la presencia de una visita que, por no estar
preparada, pueda perjudicar toda la reunión? De esta forma, las visitas
en las reuniones mediúmnicas se darán solamente con carácter de ex-
trema excepción. Y en esta excepción jamás están incluidos los enfer-
mos y obsesados, cuya presencia es totalmente dispensable en el trabajo
mediúmnico de desobsesión.
Citaremos una única excepción que sería la admisión de perso-
nas que, procedentes de un Centro de reconocido equilibrio, necesiten
conocer un trabajo mediúmnico que pueda servir de referencia para
una actividad semejante que estén en vías de implantar. En este caso, los

179
Carlos Campetti / Vera Campetti

visitantes serían como aprendices que ya están estudiando y que ahora


necesitan presenciar la práctica.

4.4 Características deseables para los


miembros del grupo — Resumen
La moralidad, el sentimiento, la educación y el carácter... Áulus100

En el libro En los dominios de la mediumnidad, capítulo 2,


Aulus aclara a André Luiz y a Hilario que el psicoscopio* revela las
posibilidades y permite catalogar la situación de una personalidad o
de un equipo de trabajadores, pues todos estamos sujetos a sondeos
de los planos superiores, es decir, los Espíritus superiores miden las
condiciones de realización de los grupos mediúmnicos que es la suma
de las disposiciones y recursos de cada uno de sus miembros. Sin
embargo, este hecho no nos debe atemorizar o restringirnos las ex-
pectativas de trabajo. En cierta ocasión, una señora se dirigió a Chico
Xavier para decirle que estaba deseando participar o formar un grupo
mediúmnico donde todos los integrantes fuesen conscientes de sus
responsabilidades. Con todo lujo de detalles, ella describía las carac-
terísticas nobles que deberían ser presentadas por los participantes
del grupo deseado por ella. Después de escuchar pacientemente y con
mucha atención, Chico le dijo a la señora que ese grupo ya existía.
Ella, entusiasmada, informó que estaba dispuesta hasta de cambiar de
ciudad si fuese necesario para participar en este grupo. Con ansiedad,
en la esperanza de ver hecho realidad su deseo, preguntó a Chico
dónde estaba ese grupo. Chico le respondió con mucha sencillez: es
el grupo que está asesorando Jesús en su tarea de esclarecimiento y
orientación a la Humanidad.
Todos reconocemos que no somos perfectos y que la perfec-
ción aún no forma parte de nuestra realidad. De este modo, quien
quiera que exigiese de otro muestra de perfección para participar en

*
Nota de los autores: “[...] Se destina a la auscultación del alma, con el poder de definirle las vibraciones
y con la capacidad de efectuar diversas observaciones en torno a la materia [...]”.

180
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

un determinado grupo mediúmnico, tampoco podría formar parte


del grupo, ya que la perfección no se encuentra en nuestro plano evo-
lutivo. Aunque existiese, exigir de alguien perfección para participar
en alguna actividad sería buscar el aislamiento y la frustración.
En El libro de los médiums,101 cuando Allan Kardec pregunta
“¿Cuál es el médium que podríamos denominar perfecto?”, los Espíritus
superiores responden:
¡Perfecto! ¡Ah! Bien sabéis que en la Tierra no existe la perfec-
ción; de lo contrario no estaríais en ella. Decid, por consiguiente,
un buen médium, que ya es mucho, porque los buenos médiums
son escasos. El médium perfecto sería aquel ante el cual los Espí-
ritus malos nunca hubieran osado hacer la tentativa de engañarlo.
El mejor médium es el que, por el hecho de simpatizar exclusiva-
mente con Espíritus buenos, ha sido engañado con menos fre-
cuencia”.
Esto no significa que debamos acomodarnos y abandonar todo
esfuerzo de perfeccionamiento, desistir de analizar las condiciones idea-
les y necesarias para la buena práctica mediúmnica, buscar adquirir es-
tas condiciones en un constante esfuerzo de auto-perfeccionamiento.
De esta forma, es importante que estemos conscientes de que es
el esfuerzo constante y perseverante, la lucha de auto-superación per-
sistente la que nos llevará a adquirir las cualidades necesarias para la
buena práctica de la mediumnidad.
El siguiente cuadro permitirá una visión esquemática de las ca-
racterísticas deseables para los miembros de un grupo mediúmnico.
La columna “funciones” no presenta una división entre el diri-
gente y el dialogador porque las atribuciones del segundo son también
las del primero y corresponde al dialogador desarrollar habilidades para
dirigir posiblemente ese u otro grupo mediúmnico en el futuro. Esta
columna tampoco presenta separación entre el pasista y el apoyo porque
corresponde al primero las funciones atribuidas al segundo y, en el caso
de que sea de su interés, nada impide que el apoyo vibratorio desarrolle
la habilidad de dar pases.

181
De la misma forma, en la columna “ principales condiciones”
son presentadas las características que, en diferentes grados de respon-
sabilidad, son necesarias a todos los miembros del grupo.
Papel Funciones Principales condiciones
Dirigente liderar, coordinar, formación doctrina-
dirigir, responsabili- ria, familiaridad con
zarse el Evangelio, auto-
Dialogador dialogar, adoctrinar, ridad moral, valor,
orientar, esclarecer prudencia, paciencia,
Médium depende del tipo de tacto, sensibilidad,
mediumnidad energía, confianza,
Pasista dar pases entrega, auto-perfec-
cionamiento,
Apoyo apoyar vibratoria-
disciplina, vigilancia,
mente la reunión,
fe, amor, caridad,
sus actividades y
concentración,
demás integrantes
oración, humildad,
evangelización,
equilibrio, conducta
elevada, buena
disposición, armonía

No siendo posible relacionar todas las condiciones deseables


para los miembros de un grupo mediúmnico, hacemos referencia a al-
gunas de ellas remitiendo a los interesados al ítem “El hombre de bien”,
en El Evangelio según el espiritismo.102
Capítulo 5 Al mismo tiempo en que los encarnados
proyectan la formación de un grupo me-
El equipo de diúmnico los Espíritus se presentan para
apoyar la iniciativa. Normalmente, ellos son
trabajadores los mismos mentores que idealizaron e ins-
desencarnados piraron la realización de la tarea. Además,
el funcionamiento de cada grupo mediúm-
nico, desde la fase de preparación y for-
mación, requiere la autorización del Plano
Mayor. Ya en este comienzo, el mentor espi-
ritual responsable del grupo se hace presen-
te inspirando decisiones tomadas por los
encarnados, dirigiendo la selección de los
participantes —de uno y de otro lado de la
vida— orientando la definición de objetivos
y procedimientos e identificando, con base
en la disponibilidad y capacitación de los
miembros encarnados del grupo, su campo
de trabajo ya sea en relación a la asistencia
a los desencarnados sufrientes, en la orien-
tación a obsesores, en trabajos más especí-
ficos en el área de la materialización y cura-
ción, así como en actividades mediúmnicas
de otra naturaleza.

5.1 Los mentores


Los mentores espirituales suelen ser Espíri-
tus de mayor nivel evolutivo que se encar-
gan de diversas tareas en la ejecución del
plan de perfeccionamiento de las criaturas,

183
Carlos Campetti / Vera Campetti

familias, grupos sociales, países, mundos y universos. Inspiran, estimu-


lan, sugieren ideas, acciones y realizaciones en el bien y en beneficio de
la evolución del Espíritu.
Cada tarea específica requiere Espíritus de grado evolutivo ade-
cuado, siempre superior en moralidad y conocimiento a sus tutelados y
con la experiencia necesaria a la ejecución de las tareas a las que están
designados.
En el Plano Espiritual no hay improvisación en la ejecución de
los trabajos. Todo obedece a una planificación cuidadosa y a una orga-
nización estructural y de recursos humanos apta para ofrecer los resul-
tados más eficaces.
En la tarea mediúmnica, igualmente, los mentores espirituales
son de innegables competencia y conocimiento. Ellos establecen un plan
con criterio para las actividades, encadenando los casos y las actividades
necesarias para obtener los resultados deseados en las asistencias. Se ro-
dean de un gran equipo de trabajadores especializados en los diferentes
menesteres necesarios para el desarrollo de las actividades.
En el plano material, puede ocurrir que a última hora aún es-
temos haciendo preparativos o tomando algunas precauciones necesa-
rias para el comienzo de la reunión. Sin embargo, en el plano espiritual
cuando el Mentor del grupo se presenta, todas las medidas han sido
tomadas y los miembros de los diversos equipos espirituales se encuen-
tran en su lugar orando o desarrollando la tarea para la que fueron lla-
mados, aguardando el horario de comienzo de la reunión. El tiempo del
mentor es siempre escaso y precioso, dadas las muchas actividades que
se desarrollan bajo su responsabilidad.
En los términos de la clasificación hecha por Allan Kardec en
El libro de los espíritus,103 los mentores de los grupos mediúmnicos y su
equipo no son Espíritus puros, sino Espíritus buenos. Sus características
son: predominio del Espíritu sobre la materia, deseo del bien, cualida-
des y poderes para el ejercicio del bien desarrollado en conformidad con
su grado de adelanto y su rama de especialización. Unos tienen la cien-
cia, otros la sabiduría y la bondad. Los más adelantados reúnen el saber

184
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

a las cualidades morales. Sin embargo, aún tienen que pasar por pruebas
y están, de modo general, sujetos a las reencarnaciones.
Estas entidades son las responsables, en el plano invisible, de
la dirección de las actividades de la reunión mediúmnica. El Director
Espiritual –que en los trabajos seriamente desarrollados y con el obje-
tivo de la caridad es siempre de un nivel evolutivo muy elevado– es el
principal responsable y dirige la organización, conducción y conclusión
de las actividades a ser ejecutadas. Él es quien coordina los equipos de
trabajadores espirituales, estos siempre en gran número, superando en
mucho la cantidad de encarnados.
Los trabajadores del plano físico están sometidos a la influencia
benévola de estos guías, habitualmente unidos al grupo por afinidad
espiritual y simpatía y siempre ejecutan su misión con un sentimiento
espontáneo de ayuda, actividad que también concurre para su propio
desarrollo y evolución.
De esta forma, en el trabajo mediúmnico serio y efectivamen-
te dedicado al bien, el mentor espiritual es el principal responsable de
las actividades que allí se desarrollan. El Espíritu Emmanuel104 enseña
que “[...] el programa espiritual de las sesiones está relacionado con los
mentores que desde el plano invisible las orientan [...]”. De este modo, a
ellos compete no solamente la delineación de los objetivos generales y
específicos del grupo, sino también los fines a ser alcanzados, la distri-
bución de los trabajos en los dos planos de la vida, determinaciones en
cuanto a la asistencia a ser dada a las entidades necesitadas, así como la
definición del apoyo técnico eventualmente requerido y disposiciones
en cuanto a la asistencia y orientación tras la reunión a ser prestadas en
cada caso.

5.2 Los trabajadores espirituales


Cuando participamos en un trabajo mediúmnico percibimos
la acción de los Espíritus trabajadores del bien en la protección dada
al ambiente, en los hermanos sufrientes y desorientados traídos a la

185
Carlos Campetti / Vera Campetti

asistencia y en el Espíritu rebelde que dice que vino de mala gana o se


siente adormecido por controles ajenos a su voluntad. Algunas veces
también sentimos la acción espiritual en el hermano que vuelve al pasa-
do para revivir la existencia o el episodio de una existencia que se hace
crucial para su problemática de hoy. Podemos comprobar también, con-
forme nuestra sintonía, cierta paz en el ambiente, vibraciones positivas
que nos inundan el alma llenándonos de calma, esperanza y bienestar.
Todas estas acciones son indicativas del trabajo del Plano Espiritual,
cuya acción plena no es totalmente perceptible incluso para aquellos
que disponen de mediumnidad ostensiva.
No tenemos parámetros para comparar la sublimidad de su or-
ganización y realizaciones en el bien. Se destaca el nivel de su dedica-
ción para el bienestar de la Humanidad y la perfecta sincronización de
sus actividades, su espíritu de cooperación y entendimiento superior,
del que todos están persuadidos, conscientes de la realidad espiritual y
de la importancia de esta actuación concertada en las tareas de eleva-
ción de los Espíritus comunes.
Los equipos de trabajadores espirituales, bajo la orientación
del Mentor o Director Espiritual, responden respecto a la ejecución
de las tareas específicas, dentro de su sector de actividades, conforme
sea necesario para el buen desarrollo de cada reunión mediúmnica.
Desempeñan sus propias responsabilidades bajo la égida del amor y de
la caridad, fieles al compromiso asumido, sin las tergiversaciones tan
habituales de los encarnados que, atraídos por las preocupaciones de la
vivencia material, siempre encuentran cotidianos obstáculos a superar.

5.3 Acción espiritual en los trabajos mediúmnicos


Para enfocar la cuestión de la actuación del mentor en el trans-
curso de la reunión mediúmnica examinemos, en el capítulo 5 de En los
dominios de la mediumnidad, cómo el hermano Clementino, Espíritu
que dirigía la reunión mediúmnica, recibe a los visitantes (André Luiz,
Hilario y el instructor Aulus) y, con la propiedad que le concede la con-
dición de dirigente espiritual del grupo, les da la bienvenida: “La casa

186
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

nos pertenece a todos – nos dijo sonriente. Estén, pues, a gusto y dis-
puestos para la tarea a la que nos hallamos abocados”.105 Este episodio
nos sugiere la exacta dimensión de las responsabilidades del mentor en
relación a la admisión de las entidades espirituales al grupo, ya sea para
los servicios desarrollados allí, o para las atenciones inclusive en el caso
de los desencarnados que ocasionalmente acompañan a los miembros
encarnados del grupo.
Sin embargo, en el campo material, le corresponde con priori-
dad al dirigente encarnado la decisión final respecto a los miembros del
grupo o a las personas admitidas en él. La Espiritualidad, respetando
estas atribuciones, evita intervenir en el caso de personas desarmoniza-
das con el grupo hasta el punto de introducir elementos disonantes en
el conjunto. En caso de duda por parte del dirigente, la naturaleza y las
leyes vibratorias operan automáticamente. También en el libro En los
dominios de la mediumnidad vamos a encontrar una mejor aclaración,
además ya referido en este libro, cuando respondiendo a una pregunta
de Hilario sobre la hipótesis del surgimiento de elementos arraigados en
el mal, en una formación de cooperadores del bien, el Instructor Aulus
esclarece que la Espiritualidad superior no interviene directamente,
afirmando que “[…] Si la mayoría permanece empeñada en la práctica
del bien, la minoría, prisionera del mal, se alejará del conjunto, poco a
poco, por falta de afinidad.”106
Es el mentor el que inspira al dirigente encarnado, reduciendo
su tono vibratorio para obtener la sintonía necesaria, graduando el pen-
samiento y la expresión en conformidad a la capacidad receptiva del
dirigente y del grupo. El Instructor Aulus explica que el mentor, en este
caso el hermano Clementino, “[…] actúa ahora sobre la vida cerebral
del conductor de la casa, a la manera de un músico emérito que ma-
nejara, con sentido respeto, un violín de alto valor del que conoce su
calidad y armonía.”107 De este modo, le transmite su influencia amorosa
que hace que el cerebro del encarnado se nimbe de una luminosidad
intensa, aunque diferente, ya que traduce las características espirituales
que le son propias. Ningún Espíritu, así como ningún agente externo es
capaz de producir, por sí mismo, elevación espiritual que no haya sido
adquirida por los propios esfuerzos y recursos del encarnado.

187
Carlos Campetti / Vera Campetti

El mentor también actúa para proporcionar mejor interacción


entre el médium y la entidad que va a ser atendida vía mediúmnica.
André Luiz relata como el hermano Clementino se aproxima a una de
las médiums del grupo en estudio, Doña Eugenia, y le aplica “[…] fuer-
zas magnéticas sobre la corteza cerebral, después de proyectarle nume-
rosos rayos luminosos sobre una extensa región de la glotis. [...]”108 Esta
acción ayuda a que Eugenia-alma, como describe André Luiz, se ale-
je del cuerpo para propiciar la interacción mediúmnica. Una acción
magnética con la misma finalidad es ejercida sobre los demás mé-
diums en trabajo, a excepción de la médium Doña Celina que por su
propia evolución en amor ya conquistado, prescinde de esta medida.
Es, también, el mentor el que envolviendo al dialogador ins-
pira sus ideas y las palabras que las revisten, en la atención al desen-
carnado sufriente, apoyando también al sentimiento de compasión e
interés fraternal que es siempre el elemento de mayor convencimiento
e influencia a promover, en el manifestante, cambios de comporta-
miento y de retorno al bien y al equilibrio.
Se encuentra en su competencia también la fluidificación del
agua, así como los pases en la zona frontal de los médiums para favore-
cerles el campo sensorial para las percepciones finales a ser obtenidas
poco antes del cierre de la reunión, uniéndolos en su faja magnética
para la inspiración.
En fin, todas las tareas desarrolladas en esta ocasión del inter-
cambio mediúmnico se encuentran bajo la responsabilidad directa o
indirecta del mentor del grupo.
Remontémonos, ahora, a algunas tareas que los trabajadores
espirituales desarrollan basándonos principalmente en el libro En los
dominios de la mediumnidad, del Espíritu André Luiz, psicografiado
por Francisco Cándido Xavier, sin ánimo de presentar una relación
exhaustiva, ya que el tema apenas circunda este estudio, y consciente
de que ya fue escrito mucho y con más propiedades en obras como
Dimensiones espirituales del centro espírita, de la autoría de Suely
Caldas Schubert, y Diálogos con las sombras, de Herminio C. Miranda.

188
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

En una relación sumaria, podríamos indicar, entre otros traba-


jos, la higienización y protección del ambiente espiritual de la reunión
con la retirada de vibraciones mentales y de los resquicios de vibracio-
nes deletéreas que quizás se mantuvieron allí; los trabajos previos de
selección, colección de informaciones y preparación de las entidades
que van a ser atendidas, su encauzamiento y transporte e ingreso en
el local de la reunión; la atención eventual necesaria a los encarnados–
trabajadores o personas en tratamiento en la Casa Espírita; medidas de
armonización y apoyo a los médiums en la intermediación de los comu-
nicantes del Plano Espiritual; tareas localizadas y específicas de conden-
sación, materialización y modificación de recursos fluidicos; transporte
de máquinas y equipos; magnetización y desmagnetización, así como
tantas otras actividades que puedan venir a ser requeridas en la etapa
precedente al desarrollo y finalización de las reuniones mediúmnicas.

5.3.1 Preparación del ambiente de la reunión


Las salas que utilizamos para la realización de nuestras reunio-
nes mediúmnicas no siempre están destinadas exclusivamente a esta
finalidad. De este modo, su ambiente puede estar impregnado de cor-
púsculos microbianos psíquicos creados por las mentes descuidadas,
desorientadas, viciadas o mentalmente enfermas de desencarnados y
encarnados que frecuentan el aposento con otras actividades, o, tam-
bién, por ideoplastías que resultan de creaciones mentales indignas y
deprimentes producidas por vibraciones de nivel inferior. En algunos
casos, Espíritus desorientados que por uno u otro motivo fueron dete-
nidos allí, pueden estar también presentes.
Para que estas salas sirvan de ambiente adecuado para el trabajo
mediúmnico, requieren protección e higienización espiritual y magné-
tica, es decir, acción activa, purificadora, de equipos especializados que
sanean el ambiente, eliminando presencias indeseables, exterminando
bacterias u otros corpúsculos malhechores y deshaciendo ideas enfer-
mizas. En substitución de los elementos deletéreos, la sala es saturada
de elementos balsámicos y fluidos superiores para crear un ambien-
te de paz y de bienestar espiritual. Se establecen, también, corrientes

189
Carlos Campetti / Vera Campetti

magnéticas aislantes y fajas de protección controladas por equipos de


defensa.
Un ejemplo de la purificación del ambiente realizado para una
actividad de materialización es relatado por André Luiz,109 que se sor-
prende al notar “[...] el esfuerzo de veinte entidades de noble jerarquía
que renovaban el aire del ambiente. [...]” Aulus esclarece a André que
se trata de “esclarecidos cooperadores del servicio, que preparan el am-
biente, ionizando la atmósfera, combinando recursos para efectos eléc-
tricos y magnéticos. [...]”
Con intervención purificadora, la asepsia espiritual también se
hace intensa en los casos en que los Espíritus son mantenidos en el pro-
pio recinto mediúmnico en vista de la necesidad de proporcionar un
ambiente positivo, higienizado. Es necesario evitar la contaminación
espiritual tanto en beneficio de la textura periespiritual de los encar-
nados cuanto para evitar perjuicio para los Espíritus en tratamiento,
que comparecen debilitados por las propias dolencias para resolver su
constitución periespiritual, así como por la perturbación y sensibilidad
emocional y psicológica con que vienen al grupo mediúmnico.
El Espíritu André Luiz, En los dominios de la mediumnidad,110
describe el “largo cordón luminoso que hacía de aislamiento” alrede-
dor de la mesa de los trabajos de recepción mediúmnica. Como en
este caso específico se trataba de una actividad mediúmnica de ase-
soramiento y atención a encarnados, bajo la afluencia de público, re-
lata la protección de los guardias espirituales diciendo que “vigilantes
de nuestro plano se desplegaban, atentos, impidiendo el acceso a los
Espíritus impenitentes y escarnecedores”. Menciona, también, la re-
serva de “[…] una gran área en la que eran ubicados todos los que
carecían de asistencia, encarnados o no, área esta que se mostraba
igualmente protegida por fajas de defensa magnética bajo el cuidado
cauteloso de guardias pertenecientes a nuestra esfera de acción. [...]”
La sala de los trabajos mediúmnicos, conforme las necesida-
des de la asistencia desarrollada y las condiciones de funcionamien-
to favorecidas por el ambiente y por el equipo de encarnados, puede
asumir una distribución más amplia que la que tenemos en el plano

190
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

material. Es frecuente que su configuración sea expandida para abri-


gar un espacio provisional de socorro donde se sitúan entidades en
fase de transición o que esperan una nueva atención, reciben trata-
miento fluidico y médico, o, también, se preparan en un estado que
diríamos comatoso o semi-comatoso antes que se les pueda dar un
tratamiento más efectivo.
Hemos pasado por una experiencia muy valiosa y esclarece-
dora en este sentido. Residiendo en un país donde las actividades es-
píritas eran muy limitadas, tuvimos que recurrir a la realización de
un estudio preparatorio para el trabajo mediúmnico en una sala re-
servada de la que podíamos disponer en nuestra propia casa. El tiem-
po fue pasando y los Espíritus, en la imposibilidad de contar con un
Centro Espírita con comodidades apropiadas, agregaron a aquella sala
un puesto de socorro espiritual. Ante las necesidades de las asistencias
que se multiplicaron, la sala llegó a asumir amplias proporciones antes
de ser finalmente transferida para las instalaciones propias del Centro,
cuando este fue efectivamente creado y la reunión mediúmnica ini-
ciada.
A través de la sensibilidad mediúmnica, podíamos percibir
actividades desarrolladas siempre con la percepción reducida por la
discreción de los Espíritus en relación a cometidos de esta naturaleza.
Cuando finalmente se dio la transferencia de la sede de la reunión,
los Espíritus se mostraron satisfechos en relación al éxito obtenido en
aquella experiencia transitoria, cuya coordinación con el ambiente del
hogar, bajo el amparo de entidades superiores, fue conducida por un
Espíritu familiar.
Es comun que esta extensión del espacio destinado a la asis-
tencia preliminar de entidades necesitadas o en fase de atención en el
trabajo mediúmnico se mantienga aislada del ambiente principal de la
Institución y de la sala destinada al intercambio con el plano espiritual
por recursos fluidicos y magnéticos. La contaminación por gérmenes
psíquicos, así como por creaciones mentales nefastas, es controlada de
esta forma.

191
Carlos Campetti / Vera Campetti

Los médiums videntes acostumbran a describir estos hechos


con mayor o menor precisión. Recordamos un relato sobre uno de
estos aposentos de extensión hecho en una reunión mediúmnica en la
que participamos en la Federación Espírita Brasileña cuando se habló
de un ambiente de luz tenue, mantenido por columnas de un material
que parecía mármol rosado, con todas las vetas y marcas habituales de
la piedra que conocemos, pero transparente, de las que normalmente
se utilizan en Brasilia, recordando las columnas exteriores del Palacio
de la Alborada emitiendo una suave luz que se reflejaba en las camas
donde eran atendidos los Espíritus enfermos.

Equipos e instrumentos del plano espiritual


Otro aspecto de la preparación del ambiente de la reunión
mediúmnica por el Plano Espiritual es que los Espíritus trabajadores
traen, anticipadamente, al recinto de comunicación mediúmnica los
recursos necesarios para la asistencia. Recordemos en este punto que
nuestro mundo físico es una pálida versión de lo que existe en el pla-
no espiritual. Esta consideración nos permitirá una mejor atención
de lo que pasa en el otro lado de la vida.
De este modo, consideremos a los desencarnados en sufri-
miento como enfermos que necesitan de atención médica y nos po-
dremos hacer una idea, aunque incompleta, de los recursos que en
el plano espiritual les son ofrecidos. Lo mismo que hacemos cuando
atendemos a nuestros enfermos en las salas de urgencias ofreciéndo-
les una cama, medicamentos, gasa, equipos médicos etc., en el plano
invisible estos componentes existen y son utilizados. Allá, sin embar-
go, hay recursos que nuestra medicina aún no ha alcanzado a desa-
rrollar, principalmente en lo que se refiere al tratamiento de la mente
y los disturbios psíquicos. Además del amplio conocimiento, hay ins-
trumentos, aparatos y otros medios de tratamiento, aún desconocidos
en nuestro plano, como es el caso del psicoscopio, de la pantalla para
la proyección de experiencias de encarnaciones pretéritas, de equi-
pos quirúrgicos para las eventuales intervenciones periespirituales,
intensificadores y orientadores de sintonía, entre otros.

192
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Aunque abunden en las obras espíritas informaciones y ejem-


plos de esta evolución de conocimiento y tecnología, vamos a citar
únicamente el caso registrado en el libro En los dominios de la me-
diumnidad,111 cuando André Luiz relata que, a petición del Hermano
Clementino mentor de la reunión,
[...] uno de los asesores de nuestro plano (se trata aquí del plano
espiritual), el que apresuradamente acudió, trayendo una inte-
resante pieza que me parecía una tela de gasa muy tenue con
dispositivos especiales, la que medía en total un metro cuadra-
do aproximadamente. El mentor espiritual de la reunión hizo
maniobrar una pequeña llave en uno de los ángulos del aparato
y el tejido se cubrió de una leve masa fluidica, blanquecina y
vibrátil. [...]
Sobre el aparato informó más tarde, el instructor Áulus, que se
trataba de un “condensador ectoplásmico” con la
[...] propiedad de concentrar en sí los rayos de fuerza proyectados
por los componentes de la reunión, reproduciendo las imágenes
que fluyen del pensamiento de la Entidad comunicante, no sólo
para nuestra observación, sino también para el análisis del adoc-
trinador, que las recibe en su campo intuitivo auxiliado por las
energías magnéticas de nuestro plano. [...]
El instrumento condensaba las energías ectoplásmicas pro-
porcionadas por el conjunto de los encarnados como apoyo para la
atención de los desencarnados en estado de una mayor vinculación
a la materia.
Otro aparejo del que nos hablan las obras espíritas es el que
permite el recurso de la ampliación de la voz de los adoctrinadores y
de los mensajes de los buenos Espíritus a las zonas espirituales som-
brías, como medio de convencimiento y de extensión de los benefi-
cios de la reunión mediúmnica a un número mayor de habitantes de
ciertas regiones umbralinas.

193
Carlos Campetti / Vera Campetti

5.3.2 Selección y preparación de los Espíritus


traídos para la comunicación mediúmnica
De entre las tareas esenciales para el buen desarrollo de las re-
uniones destacamos aquí la selección y el transporte de los Espíritus
traídos a la comunicación mediúmnica. Participando de la reunión,
recibimos a los Espíritus que son traídos para la comunicación sin
conocer la extensión del trabajo previamente realizado en el plano
invisible para que aquellos necesitados de ayuda y/o endurecidos en
el mal comparezcan a la atención que van a recibir a través de los ca-
nales de la mediumnidad.
Los libros psicografiados por Francisco Cándido Xavier y
Divaldo Pereira Franco refieren casos donde los Espíritus benefac-
tores se sumergen en la psicosfera enfermiza del umbral e incluso
en esferas espirituales más inferiores aún, para rescatar a hermanos
dementes, enfermos que aún llevan en el periespíritu las marcas del
episodio o de la enfermedad que les precedió la desencarnación, o
también para intentar auxiliar a entidades cegadas por el odio o por
el deseo de venganza.
En Nuestro hogar,112 encontramos registrada como emisión ra-
diofónica de un equipo espiritual llamado Samaritanos, en actividad en
el umbral, un mensaje en este sentido:
— ¡Samaritanos al Ministerio de Regeneración!... ¡Samaritanos
del Ministerio de Regeneración!... Hay mucho trabajo en los
abismos de la sombra. Fue posible transferir gran cantidad de
infelices; secuestrando de las tinieblas espirituales a veintinueve
hermanos. Veintidós en desequilibrio mental y siete en completa
inacción psíquica. Nuestros grupos están organizando el trans-
porte… Llegaremos algunos minutos después de la media no-
che… Pedimos instrucciones…
Este pequeño trecho es uno, de entre muchos, que nos deja en-
trever la gran cantidad de trabajo de los benefactores que rescatan de las
tinieblas espirituales a los hermanos dementes y sufrientes los cuales, de
algún modo, o ya cumplieron su etapa de necesidad del dolor renova-
dor, extendiendo manos suplicantes hacia el cielo, o agotaron los fluidos

194
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

pesados que los prendían al pasado de dolor, o incluso despertaron a la


necesidad de renovación interior.
De este modo, el trabajo de localización de los hermanos des-
orientados ya predispuestos en algún grado para la atención mediúm-
nica, así como la identificación de los que necesitan recibir los recursos
del magnetismo y de los fluidos materiales se realiza todo en una etapa
previa a la reunión mediúmnica.
Muchas veces, estos hermanos ya reciben ayuda y recursos que
los predisponen a la renovación en la retirada de la región de sufrimiento
o de extravío. De esta forma, cuando los benefactores acompañan a uno
de estos Espíritus necesitados al trabajo mediúmnico, se puede obtener
mucho en términos de producir la predisposición relativa, que facilitará
la aceptación de las palabras del dialogador, o de otras medidas de auxi-
lio tomadas directamente en el plano espiritual con la utilización de los
recursos medianímicos.
De modo general, es en este estado de espíritu que la mayoría de
las entidades son admitidas en las reuniones mediúmnicas. André Luiz
describe de esta forma su postura íntima: “[...] casi la totalidad de los
distintos rostros que se ubicaban en el lugar reservado a los hermanos
pacientes, se expresaben con sus máscaras de sufrimiento suavizadas por
signos inequívocos de arrepentimiento, fe, humildad, esperanza…”113
En la atención mediúmnica los casos están seleccionados bajo
el criterio principal del mejor aprovechamiento de la combinación de
los recursos de los dos mundos: el material y el espiritual. De forma
general, ellos ya están más o menos propensos a la transformación.
Asimismo, En los dominios de la mediumnidad, el Espíritu André Luiz
narra la entrada de un infortunado solterón desencarnado que obsesaba
a una torturada enferma a la que se imantaba por los lazos de la pasión.
Él entraba al recinto como si fuera un sordo-ciego, conforme el relato
mediúmnico, custodiado por tres guardias espirituales, cuya compañía
no percibe. Es llevado al recinto de la reunión “[…] sin nada saber acer-
ca del rumbo tomado, al igual que le sucede a cualquier alienado mental
en estado grave. […]”.114 Es el caso de Liborio que, después de la aten-
ción mediúmnica, es retirado bajo una crisis emotiva y entregado a los

195
Carlos Campetti / Vera Campetti

vigilantes para su abrigo en la organización socorrista próxima. Narra


también el caso de un Espíritu demente que entra en el recinto con un
horrendo aspecto y en el que su rostro siniestro parece emerger de un
lienzo de barro, uniendo frialdad y maldad, astucia y endurecimiento.
Es José María…, que, comenzando a aceptar el servicio de la oración,
llegó incluso a “[…] alcanzar [...] la felicidad de poder llorar”.115
¿Cuántas veces en nuestros trabajos mediúmnicos recibimos en-
tidades que sólo muestran algún tedio de la vida o el principio de un des-
contento que los lleva a considerar la posibilidad de un camino diferente
en la eternidad de su vida espiritual?
En el intercambio mediúmnico también son atendidos casos
más leves, sea por merecimiento o intercesión, así como son recibidos
Espíritus en los cuales el choque mediúmnico puede producir resultados
más rápidos y muy benéficos. Es frecuente que se utilice un Espíritu como
ejemplo; la orientación que le es dada sirve para encaminar y atender a las
diversas entidades allí reunidas con la misma problemática.
Recordamos, en este sentido, al Espíritu de un muchacho joven
que vimos entrar a la sala de la reunión mediúmnica en la época del car-
naval, cuando muchos Espíritus se congregan en estos festejos carnavales-
cos y ocurren muchos accidentes y sucesos infelices. La sala mediúmnica
estaba repleta de Espíritus asociados a los festejos. El muchacho vestía
pantalón blanco y una blusa estampada de flores y caminaba como si es-
tuviese danzando al compás de una samba. Lo acompañaba solamente un
benefactor, también de apariencia joven y vestía como en nuestros tiem-
pos. Nada más que entrar al recinto fue encaminado para su atención. La
médium, una señora de edad madura, lo dejó abrir el diálogo pregun-
tando: ¿Dónde estoy? ¡Esto no es una fiesta! Daba a entender que así le
fue prometido. Ignoraba que estaba desencarnado y que efectivamente en
aquel lugar se celebraba una fiesta de recursos espirituales que la Bondad
divina esparcía en gran cantidad sobre los necesitados. Afortunadamente
consiguió comprender su situación y, manifestando un grado de con-
formidad inesperado, pudo tener atendidas sus necesidades espirituales
más urgentes, habiendo sido útil el diálogo mantenido con él, a diversos
Espíritus con el mismo problema, congregados en aquel lugar.

196
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

En los casos más arriba indicados y en muchos otros que encon-


tramos relacionados en los libros espíritas, mayormente los psicografia-
dos, se destaca la importante cuestión del transporte y del rescate de los
Espíritus para ser atendidos en el grupo. Algunos de estos Espíritus res-
catados se encuentran en el mundo sin tener conocimiento del fenómeno
de la desencarnación por el que pasaron, otros buscaban actividades de
su preferencia entre los “vivos”, utilizando sus fuerzas y energías, en acti-
vidades de vampirización y asociación espiritual, otros, igualmente se en-
contran vagando en las zonas umbralinas e inferiores del plano espiritual.
Con consistente espíritu de sacrificio y amor a la humanidad,
Espíritus bondadosos y de gran envergadura espiritual descienden al
umbral, a las tinieblas y a los abismos en busca de los Espíritus en con-
diciones de ser atendidos. Muchas veces, invaden las propias organiza-
ciones tenebrosas para recuperar una o varias almas allí prisioneras. Esta
valiente actitud, frecuentemente, hace que se levante en rebeldía toda la
organización inferior, en un impulso que termina por traer encadenada la
renovación de muchas almas que allí se instruyen y que ya se encuentran
cansadas, desilusionadas o deseando un nuevo rumbo en sus vidas, acti-
tud mental de la cual muchas veces no son conscientes y que sólo viene a
la superficie en los diálogos en la reunión mediúmnica y bajo la influencia
del amor con el cual los baña la Bondad divina.

5.3.3 La atención ofrecida a los Espíritus


en la reunión mediúmnica
Si el mentor actúa directamente en el apoyo a los médiums y
a los adoctrinadores, otros Espíritus benefactores también desempe-
ñan funciones, cuando el trabajo se multiplica, apoyando el estudio.
Cuando hay explicación doctrinaria la inspiran, aprovechando la
oportunidad para esparcir orientación, esclarecimientos y consuelos
a las entidades que allí vienen para ser atendidas. Asimismo, pueden
también actuar en la asistencia al desdoblamiento y a la visita de los
médiums a lugares distantes del sitio de la actividad mediúmnica,
entre otras actividades de apoyo.

197
Carlos Campetti / Vera Campetti

La atención que requiere cada Espíritu nos permite entender


un poco mejor la dimensión y la variedad de los requisitos, en tér-
minos de especialización de trabajadores espirituales y de recursos
fluidicos que las sesiones mediúmnicas requieren.
Suely Caldas Schubert, en Dimensiones espirituales del cen-
tro espírita, relaciona: “[…] Médicos, enfermeros, sacerdotes y mon-
jas católicos, pastores evangélicos, espíritas – entre estos, médiums,
adoctrinadores y dirigentes – además de magnetizadores, guardia-
nes, portadores, etc.”116
Efectivamente, médicos, enfermeros, portadores y otros traba-
jadores afines son necesarios en las tareas de atención a los desencar-
nados con lesiones en el cuerpo periespiritual, disfunciones mentales
y disturbios psíquicos que, además, constituyen la gran mayoría de los
que son traídos a la reunión mediúmnica. La fijación a ideas religiosas
tradicionales, que mantienen las mentes cerradas en círculo de racio-
cinios estrechos y estáticos, hace precisa la presencia de religiosos de
las respectivas iglesias para el esclarecimiento necesario para el des-
pertar espiritual de muchos recién desencarnados o incluso de algunos
Espíritus que sufren en las regiones inferiores creyéndose en el infierno
o en el purgatorio.
Existen, entre los desencarnados que integran las legiones
umbralinas y tenebrosas, muchos que participaron en episodios do-
lorosos de la historia religiosa de la humanidad, como las Cruzadas,
la Inquisición y, también, la persecución a los cristianos, en la antigua
Roma. De entre estos, muchos vienen siendo rescatados por la presen-
cia de compañeros de aquellos tiempos pasados que, o resistieron a las
imposiciones sociales de la época, volviéndose desde entonces hacia el
bien, o se renovaron en tiempos posteriores y, conmovidos, retornan a
recuperar antiguos hermanos de creencia o afectos del pasado.
El trabajo de magnetización y desmagnetización también es
muy demandado por entidades con fijaciones en ideas desequilibra-
das, que van desde los episodios más simples de persistencia en una
situación específica del pasado, a los casos más graves de las lesiones y
distorsiones periespirituales causadas por el suicidio o por la hipnosis

198
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

maléfica que determinó la inmersión en los procesos de licantropía, o


hasta el caso superlativo de la pérdida de la forma periespiritual que
ocurre en las entidades transformadas en ovoides.

La curación de enfermedades y lesiones


Almas afligidas que aún se resienten de los ecos de sus en-
fermedades o de las mutilaciones causadas por el episodio que les
originó la desencarnación requieren atención fluidica específica.
Accidentes de tráfico, ahogamientos y asesinatos pueden dejar mar-
cas periespirituales que encuentran recursos de alivio e incluso cu-
ración en los elementos fluidicos manipulados y transformados para
convertirse en “remedios”.
La farmacia divina es abundante y variada. En la atención
mediúmnica son combinados tres tipos de energías fluidicas: las que
provienen del plano mayor de la vida, dotadas de mayor sutileza,
superioridad y maleabilidad; las donadas por los participantes en-
carnados de la reunión, que portan sus cualidades espirituales, vita-
lidad y disponibilidades físicas y las energías neutras retiradas de los
elementos naturales del planeta.
En Misioneros de la Luz,117 el autor espiritual relata:
[...] Los dieciocho compañeros encarnados permanecían en
rigurosa concentración de pensamiento elevado a objetivos
superiores y puros, […] Cada cual emitía rayos luminosos,
muy diferentes entre sí, en la intensidad y en el color. Esos
rayos se unían a una distancia aproximada de sesenta centí-
metros de los cuerpos físicos y establecían una corriente de
fuerza bastante diferente de las energías de nuestra esfera. […]
En un cierto punto, despedía elementos vitales, como si se tra-
tara de una fuente milagrosa con origen en los corazones y
cerebros humanos que se reunían allí. Las energías de los en-
carnados se unían a los fluidos vigorosos de los trabajadores
de nuestro plano de acción, […] formando precioso almacén
benéfico para los infelices que se hallaban todavía extremada-
mente apegados a las sensaciones fisiológicas.

199
Carlos Campetti / Vera Campetti

Las entidades suicidas reciben fluidos de recomposición. Su si-


tuación es grave y requieren una gran habilidad del magnetizador espi-
ritual, por el estado en que se encuentran de inmersión en un proceso
de desequilibrio psíquico y periespiritual, con la recapitulación compul-
siva del momento del suicidio, y, en muchos casos, la vacilación entre el
momento de este acto, el procedimiento de la autopsia y los embates de
la descomposición cadavérica del propio cuerpo físico asociados a un
profundo sentimiento de remordimiento, dolor y sufrimiento.

Regresión de la memoria y paneles fluidicos


La regresión de la memoria es un recurso importante para el
trabajo mediúmnico, principalmente en el caso de la desobsesión,
con el fin de obtener de los compañeros perdidos en el odio la in-
mersión necesaria en acentuados recuerdos que se encuentran en el
centro de su problemática anímica. En el esclarecimiento del obse-
sor, la inmersión en vidas físicas anteriores puede llevarlo al motivo
inicial de su sufrimiento y al origen de las dificultades afectivas con
el actual oponente, permitiéndole volver a vivir el propio error, el
propio crimen, de modo que pueda comprender y perdonar.
En este trabajo de regresión, los Espíritus relatan sobre la uti-
lización de los “cuadros o pantallas fluidicas”, con el auxilio de equi-
pos específicos (ver ítem 5.3.1 – equipos e instrumentos del plano
espiritual), que corresponden a proyecciones en las que el Espíritu
es convocado a visualizar escenas vivas de su pasado, retiradas del
episodio central de su problemática. No se trata de recreaciones del
pasado como en nuestro cine, donde los actores interpretan dramas.
Estos cuadros traen, directamente de la mente, de los archivos peri-
espirituales del desencarnado, los episodios vividos en los cuales él
no puede dejar de reconocerse, sintiendo, pensando y actuando. El
Espíritu puede resistir, negándose a este reconocimiento, pero esta
actitud es momentánea, pues la conciencia de su yo allí reflejado es
una evocación dominadora e irresistible de la propia memória del
alma.

200
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

André Luiz ejemplifica:118 “[...] Varios ayudantes del servicio


recogían las fuerzas mentales emitidas por los hermanos presentes,
inclusive las que fluían abundantemente del organismo mediúmnico
[…]”. Estas energías representan enérgicos recursos plásticos para
que los benefactores espirituales se hagan visibles a los Espíritus per-
turbados y afligidos o para que sean materializadas provisionalmen-
te las imágenes y cuadros para el despertar de la emotividad y de la
confianza en las almas infelices.
En este proceso terapéutico, equipos como los mencionados
anteriormente, citando como ejemplo el caso del “condensador ecto-
plásmico”, son utilizados para permitir que el Espíritu comprenda su
situación y el por qué del sufrimiento que está experimentando y de-
sarrolle las condiciones necesarias para el perdón y para recomenzar
las experiencias de reajuste.

Hipnotismo y contención con recursos magnéticos


Los recursos de hipnotismo son esenciales en muchos casos y
la reunión casi siempre requiere el apoyo de un magnetizador, como
recurso de reconducción al bien de Espíritus ignorantes y desviados
del bien. Hay obsesores que necesitan tener depuestos los efectos del
magnetismo insensible que, aplicados en las esferas inferiores de la
vida espiritual, les impide sentir los efectos de sus crímenes en su
cuerpo espiritual. Otros traen imantaciones dolorosas, como las
transformaciones periespirituales que les prestan aspectos deforma-
dos, o que resultaron en la licantropía. Otros, incluso, necesitan re-
cursos magnéticos para superar condiciones que les impiden volver a
armonizarse con la vida y con el bien.
Son muchos los casos. Recordamos a un hechicero que pasó
mucho tiempo desviado del bien en el plano espiritual y que, después
de un largo diálogo, durante el cual intentó hipnotizar miembro por
miembro del grupo para obtener el mantenimiento magnético para
su causa, terminó por declararse vencido, reconociendo el conoci-
miento superior del magnetizador espiritual que apoyó al grupo y
le entregó sus instrumentos y pertrechos a modo de rendición. Otro

201
Carlos Campetti / Vera Campetti

caso distintivo que nos quedó en la memoria fue el de un rabino, gran


magnetizador, practicante de la Cábala cuando estaba encarnado que
desvió sus conocimientos para el mal. Compareció a muchas sesio-
nes, requiriendo un gran esfuerzo de los participantes para evitar ser
envueltos en la fascinación que él intentaba ejercer, así como un gran
trabajo de contra-hipnosis de los Espíritus Benefactores para contro-
lar su gran poder magnético.
En un tramo, sobre otra actividad de los Espíritus benefac-
tores que trabajan con la magnetización, Manoel P. de Miranda des-
cribe un proceso en el que un encarnado recibe un implante en su
periespíritu que lo lleva a actuar de forma negativa hasta que recibe
el auxilio de los trabajadores del bien que lo liberan de la imposición
infeliz.119

Desintegración de objetos traídos por los Espíritus


Cuando Kardec (LE 552)120 pregunta “¿Qué pensar de la creencia
en el poder que tendrían algunas personas para hechizar?”, los Espíritus
le responden que:
Algunas personas tienen un poder magnético muy grande, del
que pueden hacer mal uso si su propio Espíritu es malo. En ese
caso, otros Espiritus malos pueden secundarlas. Sin embargo, no
creáis en ese supuesto poder mágico, que sólo se encuentra en la
imaginación de los supersticiosos, los cuales ignoran las verda-
deras leyes de la naturaleza. Los hechos que se citan son hechos
naturales mal observados y, principalmente, mal comprendidos.
Encanto, sortilegio y brujería son conceptos antiguos surgidos
de la falta de desarrollo intelectual y del reducido conocimiento del
hombre de entonces. Amuletos y talismanes, así como objetos hechiza-
dos le son afines.
A propósito Kardec aclara (LE 555, comentario)121 que:
[...] El espiritismo y el magnetismo nos dan la clave de una multi-
tud de fenómenos acerca de los cuales la ignorancia ha tejido una
infinidad de fábulas, en la que la imaginación exagera los hechos.

202
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

El conocimiento pleno de ambas ciencias –que son sólo una, por


decirlo así–, al mostrar la realidad de las cosas y su verdadera causa,
es la mejor prevención contra las ideas supersticiosas, porque revela
lo que es posible y lo imposible, lo que se halla conforme a las leyes
de la naturaleza y lo que sólo es una creencia ridícula.
Así es cómo la realidad espiritual nos habla de la posibilidad
de movilización de las fuerzas del plano espiritual para magnetizar ob-
jetos, y la psicometría surge como la capacidad de percibir las impre-
siones fluidicas o energéticas dejadas en los objetos de sus dueños. Lo
que da valor a estos objetos es, pues, el pensamiento y las energías de
los Espíritus, encarnados o desencarnados, que a ellos se unen o que de
ellos se ocupan u ocuparon.
Existen seres en el plano espiritual inferior con un gran cono-
cimiento de los procesos magnéticos. Algunos provienen de tiempos
remotos y se consideran hechiceros o brujos. Se apegan a objetos que
consideran mágicos, cuyo “poder” reside en el largo proceso de imanta-
ción a que los sometieron, rodeándolos de energías magnéticas propias,
a la influencia de su poderosa voluntad.
Estos objetos magnetizados de esta forma son, unas veces, ele-
mentos que los retienen en la actitud desequilibrada del pasado, otras
veces son “instrumentos de trabajo”, los cuales utilizan para fijar su pen-
samiento en la actividad maléfica que están ejecutando.
En las reuniones mediúmnicas, una tarea de los benefactores
con gran conocimiento en esta área es la desintegración de estos objetos
imantados en el plano espiritual inferior, como recursos de liberación
de estas entidades volcadas al mal.
Para una mejor ilustración, recordamos un episodio ocurrido
en una reunión mediúmnica en la que participamos cuando una her-
mana desorientada llegó ofreciendo con una voz tranquila y baja: “Eh,
eh, eh, ¡yo puedo hacer un trabajito para resolver todos sus problemas!
¿Son muchos, ¿verdad? Mira – insistía – esto es una oferta, ¡no estoy
pidiendo nada a cambio!” El entendimiento con el Espíritu infeliz fue
largo y difícil. Ella dijo que hacía esto hace mucho tiempo. ¿Cuánto? No
lo recordaba. Decía: “Desde que el mundo es mundo”. ¿Reencarnación?

203
Carlos Campetti / Vera Campetti

Eso era para los mortales. ¿Por qué tendría que abandonar ella la buena
vida que llevaba? Todos la respetaban, incluso los grandes, austeros y
llenos de suntuosidad. Solamente la acción de magnetización realizada
por el benefactor espiritual, que superó todos los recursos y procesos
que ella conocía, deshaciendo sus amuletos, fue capaz de convencerla a
retomar el camino del aprendizaje y de la evolución.

Interferencia directa del mentor espiritual


Existen raros casos en que el mentor asume el papel del dialo-
gador por intermedio de otro médium. Esto solamente ocurre en casos
extremos, excepcionales, cuando el mentor se manifiesta por uno de los
médiums psicofónicos a fin de dialogar con el Espíritu rebelde.
Reproduzcamos aquí lo que enseña André Luiz en Desobsesión122
respecto al asunto:

En algunas ocasiones, durante el curso de la tarea, suele aparecer


uno u otro desencarnado en condiciones de casi absoluto empe-
cinamiento.
Tal desequilibrio de la Entidad puede coincidir con el momento
poco feliz de la mente mediúmnica, estableciéndose desarmonía
mayor.
El fenómeno es susceptible de lograr límites de suma inconve-
niencia. Siendo así, el Guía Espiritual, si lo considerara oportuno,
ocupará espontáneamente al médium correspondiente e imparti-
rá el servicio de esclarecimiento, dirigiéndose al comunicante o al
médium que lo manifiesta; quedando también la otra posibilidad
de que el director recurra a la intervención del orientador referi-
do, si fuera necesario, solicitándole su colaboración por interme-
dio del médium indicado, a fin de salvar el contratiempo.

La lectura cuidadosa de esta enseñanza nos lleva a concluir


que la medida sólo es válida en casos de descontrol, cuando el médium

204
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

se encuentra en un “momento desdichado” o en el caso de médiums


principiantes que aún no tienen experiencia en la contención de
Espíritus particularmente rebeldes, pues, como ya vimos, le corres-
ponde al médium mantener el control de la comunicación para evitar
perturbaciones inconvenientes en el lugar mediúmnico.
Le corresponde también al dirigente del plano físico la preser-
vación de su autoridad moral, que será respetada por el Espíritu mani-
festante, pues, como enseña Kardec, “los Espíritus ejercen unos sobre
otros una autoridad que está en relación con su grado de superioridad
[…]”.123 La advertencia fraterna y/o la enseñanza al médium también
deberán ser hechas con respeto y procurando evitar herirle la suscep-
tibilidad. Esta es una tarea delicada, de la cual no le corresponde al
dirigente liberarse.

Acompañamiento de los Espíritus después del cierre de la reunión


La inmersión temporal del Espíritu desencarnado en los
fluidos más densos de la materia, por vía mediúmnica, no es más
que una etapa en el tratamiento que él necesita para reequilibrarse,
reajustándose a la Vida. Como dijimos anteriormente, su venida al
grupo está precedida de preparativos más o menos extensos de los
benefactores espirituales y su presencia en el grupo es ampliamente
planeada y asistida, así como su partida está marcada por la conti-
nuidad de la atención en el plano espiritual directamente.
Cuando los encarnados consiguen mantener una postura de
equilibrio interior, se admite su concurso en esta etapa de atención
que se procesa en el período posterior a la reunión mediúmnica. A
veces, el Mentor nos invita a esta participación ya sea en los mensa-
jes del cierre de los trabajos o en el período del sueño, que se realiza
cuando nos desdoblamos en el transcurso del sueño. Aunque siem-
pre nos alerta de la necesidad de optar por una postura hacia el bien
y de vigilancia mental para que podamos ser útiles en este trabajo.
El Espíritu atendido en nuestras sesiones mediúmnicas o bien
permanece en lugares transitorios, algunas veces aposentos que se
extienden en la dimensión espiritual a partir del lugar de reunión, o

205
Carlos Campetti / Vera Campetti

en instituciones correspondientes a su necesidad específica. El nece-


sitado no queda jamás entregado a sí mismo; incluso cuando rechaza
la asistencia ofrecida es seguido de cerca, mientras los Benefactores
espirituales aguardan una nueva oportunidad para intentar atraerlo
hacia el bien.
En estos lugares de atención que pueden ser provisionales
o permanentes, más o menos apartados de la corteza terrestre, los
Espíritus reciben tratamiento con los recursos superiores del pla-
no espiritual, continuando, así, con su atención. La gran mayoría
es sumergida en un sueño profundo del cual despierta renovada y
más propensa a comprender su nueva situación y los caminos de
crecimiento en el bien que la Divina Misericordia siempre nos brin-
da cuando nos decidimos a la renovación. Otros vuelven al grupo
mediúmnico para una nueva etapa de atención, o son encaminados
directamente a la reencarnación, cuando así se hace necesario por
motivo del endurecimiento en el error o por otras necesidades como
las del remordimiento superlativo deprimente, o por graves lesiones
periespirituales que precisan de los recursos de reequilibrio ofreci-
dos por el nuevo modelo del cuerpo físico. Otros, incluso, vuelven
a su propio medio, siendo acompañados discretamente por el plano
espiritual superior en una etapa de asimilación de conceptos y de
abrirse a la comprensión de sus necesidades de evolución y de volver
al camino del bien. De todos modos, el trabajo de atención prosigue
hasta que el atendido retorne a un nivel de equilibrio y muchas veces
se convierta en un trabajador más del bien.

5.4 Interacción entre los equipos


encarnado y desencarnado
Si consideramos solamente los indicios que percibimos de la acción
espiritual, difícilmente nos haremos una idea de la amplitud e intensidad
del trabajo de los Benefactores desencarnados, así como de la extensión de
sus responsabilidades.

206
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Verdaderamente, los benefactores espirituales realizan la mayor


parte de la asistencia a los desencarnados y a los encarnados necesitados
en la propia espiritualidad. Utilizan el recurso de los médiums solamente
en situaciones en las que es necesaria la intervención de recursos fluidicos
o vibraciones más materializadas para tratar, por ejemplo, de Espíritus muy
arraigados en las cuestiones terrenas. Así es cómo el Espíritu Emmanuel124
comenta que muchos desencarnados no se encuentran aptos para com-
prender el lenguaje de los Benefactores espirituales y precisan oír la voz ma-
terial de los encarnados. Aclara también que son conducidos con frecuencia
hasta nuestro medio los Espíritus que, en el mundo espiritual, se encuen-
tran impregnados de las sensaciones corporales.
André Luiz conforma esta enseñanza en el libro Los mensajeros,125
cuando Aniceto aclara que “[...] el servicio de socorro es más eficien-
te al contacto de las fuerzas magnéticas de los hermanos que aún se
encuentran envueltos en los círculos carnales [...]”, pues ellos se con-
suelan con el auxilio de los benefactores, “pero el calor humano está
lleno de un magnetismo de tenor más significativo para ellos”. Y el
instructor concluye informando que, por este motivo, el trabajo de
cooperación en las Casas Espíritas ofrece proporciones que por ahora
no podemos imaginar.
La reunión mediúmnica es, pues, un trabajo que cuenta con la
participación conjunta de los encarnados y de los benefactores espi-
rituales.
Las principales dificultades que se muestran en esta asociación
son siempre derivadas de la actitud mental y del comportamiento de
los encarnados, la parte más frágil de este equipo mixto.
Sin embargo, por el propio Espíritu de humildad de los bene-
factores espirituales que ocultan sus virtudes y realizaciones, revelan-
do solamente los hechos que contribuyen en gran medida a nuestro
entendimiento de la vida y a la atención de nuestras necesidades espi-
rituales, se sabe muy poco de la excelencia comparativa y de la supe-
rioridad del trabajo de las falanges de Espíritus superiores, no sólo en
el hecho de neutralizar la influencia de las entidades maléficas, sino en
el de impulsar la evolución humana.

207
Carlos Campetti / Vera Campetti

La continuidad de la atención, que no se procesa solamente


en el ambiente mediúmnico, sino antes de él y después de él, se puede
hacer con grandes ventajas aprovechando los recursos de la interac-
ción entre los equipos encarnado y desencarnado cuando el grupo de
los encarnados se encuentra en condiciones psíquicas y espirituales
adecuadas.

5.4.1 Preparación durante la semana


y en el día de la reunión
Hemos escuchado en distintas ocasiones a Raúl Teixeira, orador y
médium espírita, que si la persona es médium es médium siempre y, por lo
tanto, no sabe cuándo será requerida para el trabajo. Su deber es estar pre-
parada en el caso de ser requerida por la espiritualidad amiga para el auxilio
a los necesitados de todo orden que pueden surgir en nuestro camino en
cualquier momento. El médium de Niteroi no se estaría refiriendo a una
actividad mediúmnica ostensiva y evidente a los ojos de todo el mundo y en
todo momento, lo que se convertiría en un espectáculo ridículo a los ojos
de quien no entendiese del asunto. Estaba destacando la importancia de la
preparación del médium, su disciplina y conciencia en cuanto a la extensión
de sus responsabilidades, inclusive fuera de la reunión mediúmnica.
Hay trabajadores del área mediúmnica que piensan, cuando aún
no han profundizado sobre el tema, que es suficiente su preparación para
la actividad solamente en el día de la reunión. La aproximación del Espíritu
comunicante puede ocurrir días antes de la reunión mediúmnica. Además,
es importante considerar que los Espíritus inferiores pueden acompañar a
los trabajadores encarnados por períodos variables levantando “acta” o bus-
cando la ocasión para atraparlos en un comportamiento contradictorio al
compromiso asumido ante el grupo y la propia conciencia.
Por tanto, si en el día de la reunión son importantes algunos cuida-
dos especiales como la alimentación, el descanso físico y mental, la búsque-
da de la sintonía más íntima con los trabajadores del bien desencarnados,
la vigilancia y la oración, el programa de reforma íntima necesitan formar
parte diaria del trabajador del área mediúmnica, que debe estar preparado
todo el tiempo para no ceder a las tentaciones naturales o armadas por los

208
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

enemigos de la luz y para saber aprovechar las oportunidades que surjan


para hacer todo el bien posible.

5.4.2 Durante el sueño


El período de desprendimiento del cuerpo físico por el sueño es
propicio al trabajo espiritual en conjunto con los amigos del plano ma-
yor que nos estimulan en la cooperación. Pero también puede ser una
oportunidad mal aprovechada por las personas menos vigilantes que no
se preparan debidamente para dormir. André Luiz registra palabras del
asistente Áulus sobre el tema:126
— Cuando el cuerpo físico descansa, no siempre las almas repo-
san. En la mayoría de ocasiones siguen el impulso que es propio
de ellas. Quien se dedica al bien, de un modo general, sigue tra-
bajando en la sementera y en el campo del amor, y quien se en-
maraña con el mal acostumbra a prolongar en el sueño físico las
pesadillas que lo torturan...
Por más extraño que parezca, dormir exige una preparación. No
es recomendable que una persona se eche en la cama y duerma cuando
ya no soporte más el peso del sueño y del cansancio. El sueño es un pe-
ríodo de descanso del cuerpo, pero el Espíritu normalmente encontrará
a otros encarnados y desencarnados con los cuales es afín y pasará por
experiencias en estado de desdoblamiento que son consecuencia de sus
compromisos del pasado o del presente y de las afinidades que establez-
ca por sus intereses, pensamientos y actos.
Yvonne Pereira127 describe que tenía el hábito de visitar manico-
mios en cuerpo astral durante el sueño, sin acompañarla los guías y pro-
tectores espirituales. Cierta vez, una obsesora desencarnada enfurecida
invistió contra ella, persiguiéndola precipitadamente hasta que Yvonne,
despertando del trance, elevaba el pensamiento en oración y súplica de
ayuda para sí misma y para la infeliz.
André Luiz, en Misioneros de la luz,128 incluye dos ejemplos de
personas que eran aguardadas para participar en una asamblea en el
mundo espiritual durante el período del sueño, y que no comparecen

209
Carlos Campetti / Vera Campetti

por estar presas por afinidad, identidad de intereses y sintonía con


entidades atrasadas dominadas por las sensaciones y que dificultan
el trabajo de esclarecimiento del incauto que se deja enredar en sus
redes.
Hace años, conversando con un muchacho sobre el desdobla-
miento durante el sueño él, no espírita y poco versado en las cuestio-
nes de la espiritualidad, dijo que conocía el fenómeno, pues, al dormir
buscaba, y al despertar, tenía recuerdos de los encuentros que mante-
nía durante el sueño con “bellas mujeres” a las que no tenía valor de
dirigirse durante la vigilia. Las horas de desdoblamiento espiritual que
podrían ser aprovechadas para el perfeccionamiento espiritual eran
utilizadas para la búsqueda de sensaciones materiales consecuencia
de la inmadurez del Espíritu, generadoras de desequilibrio e inesta-
bilidad emocional. Otro, aún no acostumbrado a la disciplina de la
preparación para el sueño, nos reveló que un día al despertar repen-
tinamente por la mañana guardaba un vivo recuerdo de una relación
que mantenía con una mujer que tenía cola y que, al ver el despuntar
del Sol en el horizonte, le dijo que tenía que partir inmediatamente,
pues ya iba atrasada. Había en ella un sentimiento de riesgo de puni-
ción por su descuido. Él, a su vez, insistía para que ella se quedase un
poco más, preguntándole el por qué ella tenía aquella cola.
Según André Luiz, millares de personas son atraídas a lugares
menos dignos durante el período del sueño. Ya sea de forma sutil u
ostensiva hay Espíritus que inician persecuciones espirituales a encar-
nados, aprovechándose del período de desdoblamiento por el sueño,
para diversos propósitos que resultan en perjuicio del propio indivi-
duo o de otros con los que convive. En Liberación,129 encontramos un
ejemplo en este sentido donde se registra una conversación mantenida
entre una entidad desencarnada y otra encarnada en las regiones de las
tinieblas, que estaban siendo visitadas por André Luiz en misión de res-
cate. La encarnada recibe la orientación perjudicial:
— ¿Oraciones? ¿Usted está ciega en cuanto al peligro que eso
significa? Quien reza cae en la mansedumbre. Es necesario ator-
mentarlo, torturarlo, herirlo a fin de que la rebeldía lo mantenga

210
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

en nuestro círculo. Si recibe piedad, nos estropeará los planes,


dejando de ser nuestro instrumento en la fábrica. [...]
De ahí la importancia de la preparación antes de dormir. Lo
ideal es que la persona se sienta cómodamente antes de acostarse y
sin caer en el ritualismo, que atrapa más que ayuda, adopte algunas
medidas que sean eficaces para prepararse al sueño. Entre ellas, no es
necesariamente en este orden, citamos la lectura de una página noble,
ya sea El evangelio según el espiritismo u otro libro que auxilie a la
mente y al corazón a sintonizar con el bien y los propósitos de servir
al prójimo; una breve meditación sobre la lectura y sus aplicaciones
en la vida diaria; un pequeño balance del día a la luz del conocimien-
to espírita que ya posee; o una oración sentida en busca de la sintonía
con la espiritualidad superior, renovando las intenciones de aprove-
char bien el período del sueño para el estudio y actividades nobles en
compañía de benefactores espirituales.
Cuando la persona participa en una actividad mediúmnica es-
tando consciente de la realidad de los desdoblamientos durante el pe-
ríodo del sueño, podrá ser admitida en actividades de preparación de
la/s próxima/s reunión/es durante las noches de la semana. También
podrá ser invitada a participar en asambleas, conferencias, reuniones
de estudio sobre diversos temas que tiendan a su perfeccionamiento
espiritual o a sus condiciones de servir mejor en las actividades a las
que se dedique.
Cuando estamos implicados en la tarea mediúmnica, los men-
tores espirituales pueden aprovechar nuestros esfuerzos durante el
sueño para auxiliar a Espíritus reacios y empedernidos que se resisten
a presentarse en un grupo mediúmnico o a los cuales sea conveniente
atender allí mismo en el mundo espiritual.
En nuestra experiencia personal hemos tenido la oportuni-
dad de funcionar como adoctrinadora y médium, respectivamente,
durante el período de desdoblamiento normal por el sueño. Al des-
pertar, ambos guardábamos recuerdos de aspectos complementarios
de la actividad desarrollada, conforme a la perspectiva de la tarea que
teníamos bajo nuestra responsabilidad.

211
Carlos Campetti / Vera Campetti

La literatura espírita nos ofrece diversos ejemplos de tra-


bajos realizados por los encarnados en el plano espiritual. Manoel
Philomeno de Miranda, en Sexo y obsesión, hace referencia a la in-
cursión a los antros de dolor y sufrimiento en misión de auxilio y
rescate en que el médium encarnado, en desdoblamiento, fue inclui-
do en el equipo de trabajadores espirituales, encarando el encuentro
con determinada entidad que, más tarde, sería atendida en el grupo
mediúmnico por su intermedio.
Eurípides Barsanulfo, Francisco Cándido Xavier, Divaldo P.
Franco, entre otros médiums, muchas veces trabajadores anónimos,
tuvieron la ocasión de visitar durante el descanso del cuerpo en ex-
cursión de aprendizaje y esperanza planos superiores a la superficie
terrestre en que estamos encarnados. André Luiz, en su obra, registra
diversas excursiones y visitas que hacen los encarnados en desdobla-
miento a familiares durante el período del reposo físico.

5.4.3 Las consultas a los trabajadores espirituales


¿Sería correcto consultar a los mentores espirituales sobre cues-
tiones respecto al grupo espírita o especialmente al grupo mediúm-
nico, sobre problemas que los frecuentadores o trabajadores vienen
enfrentando?
Para muchas personas la respuesta es obviamente, sí. Pero otros
tienen dudas en cuanto al asunto. Tuvimos la oportunidad de observar
trabajos equilibrados de consulta a la espiritualidad y otros visiblemen-
te manipulados por Espíritus burlones y poco interesados en el adelan-
tamiento moral de los componentes del grupo mediúmnico.
Normalmente, los mentores amigos orientan al grupo y a sus
cooperadores de forma espontánea cuando es necesaria alguna aclara-
ción. Pero nada les impide a los participantes, coordinados por el di-
rigente, hacer alguna pregunta específica con el objeto de obtener una
orientación puntual sobre cuestiones nobles respecto al grupo o a los
problemas vividos por alguno de sus miembros. Pero, por favor, no va-
mos a hacer reuniones administrativas con la presencia de los médiums
o del supuesto “médium principal” para que los “mentores” resuelvan

212
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

divergencias de opiniones entre los encarnados diciendo, por ejemplo,


cuál sería el mejor lugar para poner la jarra de agua o construir esta o
aquella sala en el Centro. Algunas cuestiones son, obviamente, respon-
sabilidad de los encarnados que, si mantuvieran la serenidad y los ca-
nales de sintonía abiertos por la elevación de propósitos, cuando fuera
necesario los mentores amigos utilizarán la inspiración para conducir
ciertos temas que juzguen merecer su atención específica.
En cuanto a la consulta a la espiritualidad para la atención de
personas necesitadas que visitan el Centro, la experiencia ha demos-
trado que lo ideal es que el Centro desarrolle una actividad controlada
donde, por ejemplo, la persona interesada escriba sus datos personales
como nombre y dirección, en un papel, haciendo una breve descrip-
ción del motivo de su consulta al mundo espiritual. Al/los médium/s
le/s sería presentado solamente el nombre de la persona para que re-
ciba la orientación de la espiritualidad. Un tercer trabajador o, mejor
aún, un pequeño equipo recibiría la respuesta de la espiritualidad y
compararía la orientación con la breve descripción registrada por el
interesado, haciéndole llegar la orientación en el caso de que ella tenga
algún sentido, tenga lógica y muestre realmente estar conforme con la
necesidad indicada.
Esta práctica preservaría al médium de posibles mistificacio-
nes u otras interferencias negativas y la persona que consulta de ser
eventualmente engañada por Espíritus infelices, además de ayudar al
Centro a reducir los riesgos de orientar equivocadamente a alguno de
sus frecuentadores. El Centro puede, igualmente, saber en qué aspectos
precisaría profundizar el estudio y las orientaciones a los médiums que
trabajan en la actividad.
El trabajo sería discreto y tendría todas las oportunidades para
dar buenos resultados. Los médiums serían anónimos, preservándolos
del riesgo de la vanidad que ha hecho perder excelentes potenciales a
lo largo del tiempo.

213
Carlos Campetti / Vera Campetti

5.5 Cómo reconocer a los Espíritus trabajadores


La influencia de los Espíritus superiores es siempre benevo-
lente y por este hecho puede ser fácilmente reconocida. Su presencia
suscita buenos pensamientos, su inspiración es siempre conciliado-
ra, su orientación es precisa y sin fantasías, su lógica es clara y su
raciocinio equilibrado. Su acción es siempre en el sentido de desviar-
nos del mal, de proteger a los que se muestran dignos, de neutralizar
la influencia de los Espíritus imperfectos. Hacen el bien por el bien
mismo, tolerando nuestras imperfecciones y debilidades.
La primera sensación que tenemos cuando un Espíritu se
aproxima a nosotros es exactamente lo que está en su interior. Por
este mecanismo relacionado a la sensibilidad mediúmnica, de la cual
todos tenemos algún indicio, podemos reconocer la naturaleza de las
entidades espirituales. Unos más, otros menos, casi todos tenemos
condiciones de percibir las corrientes mentales proyectadas por los
seres espirituales, identificando y a veces aprehendiendo sus sensa-
ciones, sentimientos, ideas o sugerencias.
Los buenos Espíritus irradian a su alrededor fluidos suaves,
agradables, calmos, armónicos, que nos provocan una sensación de
bienestar, armonía, optimismo. Los malos emanan fluidos pesados,
desagradables, fuertes, violentos, de desarmonía, que nos pueden
hacer sentir un malestar general, ansiedad, desasosiego, nerviosis-
mo, irritación.
No les es posible a los Espíritus inferiores reproducir las sen-
saciones benevolentes de los seres espiritualizados. Por este motivo,
para la persona vigilante y conocedora tampoco le es posible disfra-
zar la condición espiritual en la que se encuentra, bastando el análi-
sis de las impresiones que transmiten.
No cabe duda que en nuestro día a día, cuando andamos
desviados en el mundo, la convivencia entre encarnados y desen-
carnados es tan sutil que muchas veces no conseguimos establecer
una separación entre lo que es nuestro en términos de pensamientos
y sentimientos de lo que proviene de los Espíritus. Muchas veces,

214
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

nuestras ideas y cuadros mentales reflejan lo que recibimos, por la


vía telepática, sin que nos demos cuenta de ello.
Los médiums ostensivos y, especialmente, los videntes tie-
nen más facilidad para el reconocimiento de los mentores espiritua-
les que, cuando es el caso, colaboran para este fin manteniendo la
apariencia que tuvieron cuando estaban encarnados. Les es factible
hasta incluso identificar posibles embustes de Espíritus mistificado-
res que quieren hacerse pasar por mentores o asumir identidades de
personalidades conocidas y respetables.
Nos fue contado, por un familiar, un caso ocurrido en la épo-
ca en que proliferaban las sesiones mediúmnicas abiertas al público.
Una señora era clarividente y acompañó al marido a un Centro en
busca de un pase. Cuando llegaron allí, se hacía oír la palabra del
mentor de la Casa en una explicación sobre un tema de orden moral
dando consejos sobre la vida matrimonial. El matrimonio se colocó
en la fila del pase, se acomodó en un lateral del salón y cuando la
señora miró en la dirección del médium que recibía el mensaje, estu-
pefacta, sin poderse contener exclamó en voz alta:
—Valsinho —ese era el nombre por el cual llamaba al marido—
mira, mira, por debajo de la túnica blanca del Espíritu está cayendo una
viscosidad negra! ¡Es un Espíritu impostor!
Para perplejidad general, viéndose descubierta la entidad dio
una risotada de mofa, pasando de ahí a las carcajadas, con las cuales se
retiró, mientras la reunión terminaba en disturbio.
La clarividencia es una mediumnidad rara en nuestros días. Sin
embargo, el examen de los mensajes recibidos del plano espiritual, ya
sean los psicofónicos o los psicográficos, nos permiten reconocer sin
ninguna duda la naturaleza espiritual del mensaje, que siempre refleja
a su autor. El mensaje de los buenos Espíritus es siempre positivo, sin
exotismos ni mezclas de sentimientos inferiores.
Añadimos también que los benefactores espirituales son siem-
pre disciplinados y atienden a la programación hecha por el equipo en-
carnado. Por ejemplo, si fuera establecido que hubiera comunicaciones
de los mentores solamente al principio y/o al final de las reuniones, ellos,

215
Carlos Campetti / Vera Campetti

muy difícilmente, interferirán durante la atención a los necesitados para


dar mensajes, siendo siempre motivo de desconfianza en cuanto al tipo
de comunicante cuando ello ocurra, exigiendo un cuidado redoblado en
el examen del contenido o de la orientación transmitida.

5.6 Elementos que definen un mensaje


de los Espíritus superiores
Los Espíritus superiores afirman a Allan Kardec:130
[...] los Espíritus sólo tienen un idioma, que es el del pensamien-
to. Todos comprenden ese lenguaje, tanto los hombres como los
Espíritus. El Espíritu errante, cuando se dirige al Espíritu encar-
nado del médium, no le habla en francés ni en inglés, sino en el
lenguaje universal, que es el del pensamiento. Para expresar sus
ideas en un lenguaje articulado, transmisible, el Espíritu emplea
las palabras del vocabulario del médium.
Esto es válido para todo tipo de comunicación recibida por me-
dio de los médiums, inclusive las transmitidas por Espíritus menos evo-
lucionados que utilizan el proceso sin darse cuenta de él, muchas veces,
pues aunque esté hablando esto o aquello el médium puede desarrollar
la habilidad de captar la realidad del Espíritu, que puede ser bastante
diferente de las palabras que esté pronunciando.
Pero eso no es tan sencillo. Muchas veces el médium tiene du-
das sobre el tipo de Espíritu que está haciendo uso de sus facultades y
siempre puede haber los que, por demasiada afinidad, con el dominio
de técnicas de “camuflaje”, confunden la percepción del medianero.
Por esto, podemos preguntar: ¿cuáles son los principales ele-
mentos por los que podemos identificar un mensaje que provenga de
los Espíritus superiores?
Acordémonos de la enseñanza evangélica que aclara: “Un ár-
bol malo no puede dar buenos frutos” y veamos primeramente las ca-
racterísticas presentes en los mensajes que no provienen de Espíritus

216
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

superiores. Ellas son: resquicios de materialidad y orgullo, mezclando


palabras supuestamente de orientación y esclarecimiento; predicciones
de futuro, indicando descubrimientos científicos y de otros órdenes,
acontecimientos, fechas etc.; elogios al médium, incentivando su orgu-
llo y vanidad; empleo de nombres conocidos y respetables en página
de pensamientos comunes y banales; indicación de lugares de tesoros
ocultos y fortunas; teorías absurdas o razonamientos ingeniosos, aun-
que ilógicos para defender ciertas ideas del agrado del Espíritu y del
médium. Todas estas son indicaciones seguras de presencia de Espíritus
inferiores. Mucho más se puede identificar en los mensajes recibidos
que denotan la acción de esta categoría de hermanos que se dedican a
engañar a ignorantes, incautos y crédulos con el objetivo de la auto-pro-
moción, pérdida de tiempo o, igualmente, interés financiero.
Las contradicciones quizás existentes en el mensaje también
pueden indicar esta acción. Hay, sin embargo, contradicciones reales y
contradicciones aparentes, surgiendo estas últimas de problemas de fil-
traje mediúmnico o de eventual interferencia anímica que deriva de la
participación natural del médium en muchos de los fenómenos.
El examen a la luz de la razón y de la lógica nos permite identi-
ficar, de modo general, cuando estamos en presencia de Espíritus bro-
mistas que a veces se presentan con aspecto aparentemente inofensivo,
pero claramente liviano o incluso cuando se trata de obsesores aislados
o integrantes de falanges del mal procurando interferir en los trabajos
mediúmnicos.
Recordemos a respecto la enseñanza de San Luis (RE, 1859):131
Por más legítima que sea la confianza inspirada por los Espíritus
que presiden vuestros trabajos, hay una recomendación, nun-
ca repetida demás, que siempre debéis tener en el pensamiento
cuando os dediquéis a vuestros estudios: pensarlo todo y ma-
durarlo; someter al control de la más severa razón todas las co-
municaciones que recibáis; no dejar de pedir, siempre que una
respuesta os parezca dudosa u oscura, las aclaraciones necesarias
para aseguraros.

217
Será necesaria una buena preparación en el campo intelec-
tual y moral para reconocer a los Espíritus de naturaleza hipócrita y
embaucadora que se hacen más peligrosos porque engañan, mante-
niéndose en una actitud de seriedad fingida y apoyándose en lógica
desvirtuada en sus principios, pero razonablemente consistente. Este
tipo de Espíritus engañan principalmente a los médiums orgullosos
e indisciplinados y a dirigentes poco competentes ya sea en el campo
moral o en el intelectual.
Por este motivo Allan Kardec132 insiste que “[…] Toda teoría
en manifiesta contradicción con el buen sentido, con una lógica rigu-
rosa y con los datos positivos ya adquiridos, debe ser rechazada, por
más respetable que sea el nombre con el que firma”. Así que él reco-
mienda:133
[...] No pedir al Espiritismo más de lo que que puede y debe daros.
Su objetivo es el mejoramiento moral de la Humanidad. Mientras
no os apartéis de este objetivo, nunca seréis engañados, pues no
existen dos maneras de comprender la verdadera moral, aquella
que todo hombre provisto de buen sentido puede admitir.
Los Espíritus superiores sólo dicen cosas buenas en sus men-
sajes, exentos de toda trivialidad. No son mensajes de larga duración y
dicen mucho con pocas palabras. La bondad, la afabilidad, la lógica y
el buen sentido son atributos esenciales del contenido que transmiten.
Cuando lamentan nuestras debilidades o critican los engaños lo hacen
siempre con moderación, sin animosidad y de forma no personal, aler-
tándonos a la necesidad de mejoría espiritual. Siempre recomiendan el
bien y aceptan, sin ofenderse, que sus comunicaciones sean examinadas
con la atención y rigor que aseguren el rechazo de todo lo que pueda
venir de Espíritus inferiores, pseudo-sabios o mistificadores. En caso
de duda en algún concepto o alguna idea presentada, admiten atender a
las preguntas serias que le son dirigidas, en el sentido de esclarecer los
puntos que quizá no hayan quedado claros.
Capítulo 6 Superadas las etapas iniciales de estudio-ar-
monización e implantada la actividad me-
El diúmnica, el grupo suele pasar por un
período de tranquilidad en que todo son
mantenimiento novedades. El nivel de interés se mantiene
del grupo elevado, las mediumnidades surgen y van
siendo desarrolladas, algunos descubren
mediúmnico aptitudes que no suponían tener, cada uno
se va acomodando en sus funciones y todo
marcha bien.
Pero todo grupo tiene la tendencia de caer
en la rutina, estabilizándose las actividades
en la monotonía en la que de forma imper-
ceptible, pero progresiva, todo se va convir-
tiendo en repeticiones fastidiosas. Con el
grupo mediúmnico no será diferente si el
dirigente y sus miembros no supieran adop-
tar medidas preventivas que eviten la mo-
notonía que acaba por desanimar a la ma-
yoría de los miembros, algunos se apartan
por frustración, por olvido de los objetivos
que llevaron a la creación del equipo, falta
de solidaridad y otros factores procedentes
del desinterés que se implanta y contagia a
los trabajadores.
A veces, en el afán de recomponer el equipo
que perdió miembros a lo largo del tiempo,
el dirigente comienza a admitir a personas
que no participaron de las etapas vividas
por los miembros que aún permanecen. Los
nuevos participantes traen sus costumbres
y vicios y el grupo va perdiendo su caracte-

219
Carlos Campetti / Vera Campetti

rística inicial, tan arduamente construida por la dedicación que termina


olvidada y abandonada.
Vamos a examinar algunas sugerencias que pueden contribuir
y/o inspirar otras para que el grupo mediúmnico mantenga siempre el
dinamismo y el interés necesarios para su propia sobrevivencia.

6.1 El curso terminó. ¿Qué vamos a estudiar ahora?


En los primeros tiempos de actividad mediúmnica, normalmen-
te el grupo aún está finalizando el estudio propuesto. El tiempo para el
estudio disminuye, pero el material aún fomenta esta parte de las reu-
niones por un período más o menos largo. Sin embargo, este material
se acabará tarde o temprano. Entonces, surge el primer gran desafío del
mantenimiento del grupo mediúmnico: ¿qué vamos a estudiar ahora?
Las opciones son varias, desde la interrupción del estudio, que
sería sustituido por una breve lectura inicial o un comentario sobre algún
tema previamente elegido; el reinicio del estudio finalizado, adaptándose
la práctica a la nueva situación; la elección de otro material que presente
diferentes aspectos de los temas estudiados hasta entonces; la lectura en
conjunto de las obras de la Codificación o de André Luiz, por ejemplo;
la selección de temas de interés del grupo para profundizar mediante in-
vestigación de alguno de sus miembros o de pequeños grupos formados
para presentarlos en cada reunión y así sucesivamente.
Dependiendo de la elección y de la forma en que el nuevo mate-
rial será utilizado, el grupo podrá recibir el primer factor de desunión y
desinterés. El equipo estaba acostumbrado a una dinámica de estudio que
ha sufrido alteraciones desde que se inicia la práctica mediúmnica. Pero,
como todo es novedad en este inicio de trabajo más íntimo con la espiri-
tualidad, el grupo normalmente acoge bien el cambio… por un tiempo.
Ahora, el nuevo material podrá introducir otra dinámica totalmente di-
ferente o simplemente no introducir dinámica alguna, quedando a cargo
del dirigente o de otra persona indicada por el grupo la conducción de
este estudio. Este hecho podrá significar medio camino recorrido antes

220
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

de la rutina paralizante, que necesariamente se implantará en el caso de


que no sea utilizado la creatividad y el dinamismo equilibrados.
Las opiniones en cuanto a este tema son variadas y divergentes.
Cada uno tiene sus experiencias que, generalmente, considera son las
ideales para solucionar la cuestión. No entraremos en el valor de qué
método sería el mejor, pues esto realmente va a depender de cada grupo.
Pero, conscientes de que hay opiniones divergentes, ya manifestamos*
que nuestra práctica ha demostrado que el estudio tiene comienzo pero
no fin, es decir, mientras exista el grupo es importante mantener el estudio.
De esta forma, estamos seguros de que el estudio es fundamental durante
toda la vida del grupo mediúmnico. El estudio deberá ser siempre un
elemento añadido que mantenga a los trabajadores actualizados en cuan-
to a las nuevas enseñanzas y firmes en cuanto a las bases que dirigen la
actividad mediúmnica.
Hay grupos que, con el tiempo, pasan a funcionar como islas.
Ignoran el mar revuelto de la vida y sus demandas a título de concentrar-
se y desarrollar mejor el intercambio mediúmnico. Se olvidan de que en-
carnados y desencarnados somos seres humanos que no podemos cerrar
los ojos para la realidad que nos rodea y que, todo trabajo mediúmnico,
alejado de lo cotidiano de sus miembros y de las demandas de la vida en
sociedad, pierde su función y se aísla del contexto para el que fue creado.
Es de la naturaleza humana acomodarse. Con el tiempo, lo normal es
que nos olvidemos de los puntos fundamentales que sirvieron de base
para la formación y mantenimiento del grupo. Examinar los problemas y
dificultades que se van identificados a lo largo de la vida del grupo, apo-
yándose en estudios bien elaborados y basados en Kardec y otros autores
seguros, es un privilegio para el grupo y un dirigente maduro y seguro en
cuanto al destino del trabajo que dirige.
En síntesis, siempre que el estudio comience a ser rutinario, le
corresponde al grupo reaccionar y pensar en el asunto buscando nue-
vos caminos. Ninguna actividad dentro del grupo mediúmnico debe ser
hecha simplemente para “cumplir” o para “constar”. O el alma de cada

*
Nota de los autores: Consulte los capítulos 1 y 2.

221
Carlos Campetti / Vera Campetti

miembro y todo el grupo está empeñada en el dinamismo de las acti-


vidades, o el grupo tenderá a la monotonía y futura acomodación y/o
separación.

6.2 Los procesos obsesivos a lo largo del trabajo


Nadie es inmune a las influencias espirituales negativas, inclui-
do los grupos mediúmnicos. Especialmente cuando una persona o un
grupo se considera seguro y libre de cualquier peligro en relación al
asunto, la mayoría de veces es cuando el factor riesgo está más alto. Por
eso la importancia del cultivo de elementos que garanticen la seguridad
de cada miembro y de todo el grupo.

6.2.1 Los enemigos encarnados y desencarnados del grupo


Los mayores enemigos del Espiritismo pueden estar entre sus
propios adeptos. Todo aquel que se afirma espírita, pero no tiene el
comportamiento compatible con los postulados del Espiritismo, actúa
en perjuicio de la causa. Por extensión, los peores enemigos del gru-
po mediúmnico pueden ser sus propios participantes. No significa que
alguien necesite tener la deliberada intención de perjudicar al grupo
para causarle daño. Basta no cumplir con la parte que le corresponde.
Cuando alguien descuida la propia vigilancia, por ejemplo, podrá llevar
al grupo vibraciones de desarmonía y atraer a los enemigos desencar-
nados, que actuarán por medio del propio incauto y de otro miembro
que baje la guardia provocando momentos de tensión en la relación o
desánimos y abandonos.
La confianza de unos en relación a los otros precisa cultivarse
todo el tiempo para que, a la menor señal de influencia negativa, sea
por el comportamiento de un participante encarnado o por la acción de
un enemigo desencarnado, el grupo actúe de forma conciliatoria para
el mantenimiento o el restablecimiento del equilibrio amenazado. No
puede haber entre los miembros el pique, el miedo de no ser entendido,

222
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

el deseo no manifiesto de exponer propuestas, las incomprensiones en


relación a esta o aquella actitud de alguien y así sucesivamente.
Recordemos que la cizaña es una de las estrategias preferidas
por los enemigos de los grupos mediúmnicos como, igualmente, de
toda la acción espírita. Por tanto, oremos siempre y cultivemos la amis-
tad por encima de toda posibilidad de desentendimiento manifiesto,
disfrazado o contenido.

6.2.2 Algunos desafíos

El desánimo, la paralización del estudio etc.


Puede ocurrir que el participante del grupo siga de forma conjunta
acompañando el estudio e inclusive participando de las actividades pro-
puestas con cierto ahínco y dedicación. Sin embargo, si individualmente se
relaja del estudio en casa, de la meditación u otro compromiso cualquiera
asumido con el grupo, podrá encontrarse en camino del desánimo o de la
rutina que paraliza.
Una vez implantado en su interior el germen del desánimo, la per-
sona empieza a pensar que el esfuerzo no vale la pena, que los demás no
están dando todo lo que deberían para el bien del grupo. Las ausencias
de los otros incomodan y justifican las propias. Después de cierto tiempo,
el participante llega a la conclusión de que todo está equivocado, que el
dirigente debería ser sustituido o, por lo menos, debería actuar de forma
diferente para evitar la derrota eminente del grupo (percepción que puede
estar equivocada, pues podrá ser el resultado del análisis viciado y par-
cial de la realidad del equipo). Puede aparecer uno u otro que comparta la
misma opinión y se forman pequeños grupos, unos criticando a los otros,
haciéndoles el juego a los enemigos de la luz que urden y ejecutan planes
para anular las acciones del grupo mediúmnico.
Esta situación es propicia para que los “inocentes”, los “buenos”
del grupo se manifiesten bajo un entendimiento superficial, del “dejemos
esto para luego”, “necesitamos el consenso”, “esto es cosa de las tinieblas”,

223
Carlos Campetti / Vera Campetti

sin darse cuenta de que los problemas no solucionados se acumulan con


el tiempo, exigiendo cada vez mayores dosis de esfuerzo para superarlos.
Existen dirigentes que prefieren este tipo de participantes, ya que
estos no dan trabajo, estando siempre “dispuestos a colaborar” para el
“equilibrio” del grupo. En realidad, casi siempre, son pusilánimes que no
desean ser incomodados en su inercia, creyendo que van para “Nuestro
Hogar” simplemente por frecuentar un Centro Espírita, especialmente si
“forman parte” del grupo mediúmnico. Son los enemigos pasivos del gru-
po.
Si el dirigente y el grupo se permiten seguir en esta línea, la pro-
ductividad podrá caer y con el tiempo podrá quedar anulada por la ac-
ción de los Espíritus inferiores que sabrán aprovechar la oportunidad para
mantener el trabajo en niveles bajos de “atención” a supuestos sufrientes y
obsesores que fingen arrepentimiento, representan transformaciones, que-
dando feliz el grupo por el “trabajo realizado”.
Alguien podrá preguntar: “¿Pero dónde están los mentores del
grupo?” Diversos autores, encarnados y desencarnados, ya respondieron
a esta duda. Los mentores y trabajadores están esperando el despertar de
los encarnados acomodados en su propia ignorancia voluntaria, pues ellos
no nos pueden obligar a hacer lo que no queremos. Si nos complacemos
con la inercia, con la acomodación, con la influencia paralizante de los
enemigos del grupo, ¿qué más pueden hacer ellos si no aguardar a que nos
decidamos sinceramente a encontrar el camino del crecimiento espiritual
y la elevación de nuestras responsabilidades?
Por este motivo es fundamental mantener vivo el proceso de eva-
luación, los encuentros fraternos en fin, las oportunidades para que todos
se manifiesten abiertamente, teniendo la oportunidad de oír la opinión de
los demás las cuales, si el grupo ya tiene una base de conocimiento común
y ha desarrollado afinidad entre sus miembros, no tienen por qué ser dispa-
ratadas y fuera de propósito. Pero si lo fueren, por cualquier razón, incluso
por el envolvimiento de un proceso obsesivo, la mejor forma de identificar
y auxiliar a la persona es por el diálogo generoso dentro del equipo, evi-
tando, inclusive, una excesiva carga sobre los hombros del dirigente que,
de otra forma, tendría que enfrentar estos casos solo. Las manifestaciones

224
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

muchas veces evitadas por ser consideradas “discordantes”, pueden ser jus-
tamente las que traigan nuevo ánimo al equipo, apuntando a la lucha contra
la acomodación con el incentivo de la constante consulta a la Codificación,
a otras obras espíritas y a los avances de la ciencia.
Le corresponde al dirigente y a todos los miembros del grupo es-
tar atentos para auxiliar a los compañeros al inicio de la problemática de
la acomodación, paralización del estudio, entrada en el estado de inercia
negativo. Pero también es responsabilidad de cada miembro la constante
vigilancia y la búsqueda de soluciones para que su participación en el gru-
po no se convierta en rutina.

Todo está equivocado y yo tengo la solución


Cuando los problemas surgen y no reciben un tratamiento ade-
cuado, con el tiempo pueden surgir polarizaciones dentro del equipo
quedando convencido, uno u otros, de que todo está equivocado y que
él es el único que ve la solución. No entiende por qué los demás no lo
“ven” como él. A veces se forman pequeños grupos no porque tengan
las mismas opiniones, sino porque se sienten “alimentados”, pues si son
obligados a oír las quejas y críticas de los otros, a su vez serán también
oídos eventualmente y es todo lo que desean. Este tipo de situación de-
muestra cierta carencia de liderazgo y de rumbo de las actividades. Si
el dirigente permite que esto ocurra con el grupo, será responsable de
la paralización de la productividad del equipo. El diálogo existe para
que el equipo sea encaminado en el sentido de evitar estas disensiones y
divisiones con polarización de opiniones desencontradas, consecuentes
de la falta de madurez de los individuos y de todo el grupo.

El deseo de abandonar el grupo


De forma sutil, en lo más íntimo de nuestro ser se va formando
el deseo de abandonar el grupo, ya que la persona comienza a conside-
rar que no vale la pena esforzarse para estar allí. Siempre hay mucho que
hacer, otros compromisos que cumplir. Como la persona no se siente
bien en las reuniones, pues perdió la afinidad con el equipo, los Espíritus
obsesores se aprovechan de la brecha para potenciar el deseo de dejar las

225
Carlos Campetti / Vera Campetti

actividades por razones que antes no tenían la menor importancia o si-


quiera formaban parte de las meditaciones del potencial desertor.

La aparición de nuevas oportunidades (cursos, empleos, promociones)


Es común, en momentos de esta naturaleza, la aparición de nue-
vas oportunidades profesionales, promociones que exigirán la presencia
de la persona en el trabajo profesional justamente en el día de la actividad
mediúmnica o de un curso de perfeccionamiento que le absorberá todo
el tiempo y no le permitirá la participación en el trabajo mediúmnico. La
idea de hacer un máster u otro tipo de estudio va ganando dimensiones
antes inexistentes. Pueden surgir invitaciones para participar en otra Casa,
en alguna actividad social o simplemente de un curso de baile etc., siempre
con horario incompatible con la actividad mediúmnica. Interiormente, la
persona sabe que está utilizando la “oportunidad” como escusa para apar-
tarse del grupo.
Observemos que puede no haber nada de malo o equivocado con
las oportunidades que el individuo comienza a encontrar. El gran proble-
ma es la visión equivocada de que ellas son incompatibles con la actividad
mediúmnica. Cuando las personas son conscientes de sus responsabilida-
des en diferentes momentos de la vida, aunque asuman otras responsa-
bilidades por diversas razones, no abandonan el trabajo mediúmnico al
reconocer en él un factor crucial de equilibrio personal y protección contra
las investidas de los enemigos de la luz.

Los compromisos y enfermedades de familia


Además de los factores mencionados y de otros factores que no
consideramos aquí, dada la gran variedad de las condiciones y expe-
riencias ofrecidas por la vida, también pueden llevar a alejamiento de
los miembros del grupo los compromisos y las enfermedades dentro
de la familia. Esta es la prioridad de cada uno de nosotros, entretanto,
muchas veces es posible conciliar los desafíos familiares con el trabajo
mediúmnico y todo miembro motivado, consciente de la importancia
de la actividad para su propio equilibrio y la protección de sus familia-
res, difícilmente dejará la tarea por esta razón.

226
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

6.3 Objetivos permanentes


¿Cuál es la solución de todo esto? ¿Cómo evitar el desánimo que
paraliza, la tendencia a pensar que todo está equivocado, el deseo de
abandonar el grupo, el deseo de suspender la participación en función
de otras oportunidades como nuevos empleos, promociones, cursos y
estudios de perfeccionamiento y tantos otros factores que pueden inter-
ferir negativamente en la participación de la persona en el grupo?
Es lógico que todo dependa de la propia persona ante las situa-
ciones que le toca vivir, pues la decisión es siempre individual en base
a su libre albedrío. Sin embargo, una dirección segura y activa –que re-
mite al grupo periódicamente al análisis de los compromisos asumidos;
que cultiva la base común de conocimiento, manteniendo actualizados
a los miembros del equipo; que renueva la propuesta de la armonización
individual y del grupo como objetivos permanentes– conduce a una so-
lidez que asegura al equipo equilibrio y productividad, que motivan la
continuidad de los esfuerzos de cada uno en favor del bien de todos.

6.3.1 Factores de desequilibrio


Pueden ser considerados factores de desequilibrio personal y
de todo el grupo: el abandono o relajación de la oración de unos por
los otros; las críticas mentales o verbales al dirigente y a los demás
miembros; los ejemplos negativos en el cumplimiento de la disciplina;
la creencia en que el grupo es mejor que el de los otros; la ausencia de
examen de los mensajes recibidos; la entrega a la rutina que paraliza.

6.3.2 Factores de equilibrio


Las evaluaciones periódicas tienen como uno de sus objetivos
identificar los factores de desequilibrio que se están estableciendo y
mostrar posibles acciones que, si se adoptan en conjunto, podrían solu-
cionar el problema. Es siempre importante recordar puntos fundamen-
tales como el estudio individual, la vigilancia, la oración y la meditación,
que son atribuciones de cada miembro. No obstante, es muy importante

227
Carlos Campetti / Vera Campetti

también que el grupo conserve la convivencia fuera de la reunión me-


diúmnica, incluyendo a otros miembros de la familia y amigos o tra-
bajadores de otras áreas de la casa, como factor crucial de equilibrio y
mantenimiento del equipo.
El dirigente debe dar una atención especial a cada participante,
pero es interesante que, además de las reuniones periódicas conjuntas,
se hagan también encuentros por separado con los adoctrinadores, con
los médiums, con las personas de apoyo (pasistas y apoyo vibratorio),
pues cada una de estas partes del grupo puede tener necesidades y difi-
cultades específicas que necesitan ser identificadas y atendidas debida-
mente.
Después de cierto tiempo de actividad es muy común que los
médiums pasistas y especialmente los de apoyo vibratorio, por la rutina
establecida, comiencen a dejarse envolver por la monotonía y entren en
proceso de desánimo pensando que la tarea que desarrollan no es im-
portante y podría ser realizada por cualquier otro. Por tanto, no habría
diferencia si faltasen o, incluso, dejasen de frecuentar el grupo. Cualquier
brecha en este sentido podría ser aprovechada por los Espíritus enemi-
gos del grupo para la ejecución de tácticas que minen las defensas de las
reuniones, el área de especialidad en apoyo vibratorio.
Les cabe, pues, a los trabajadores de esta función y al dirigente
estar atentos para no dar margen a que la monotonía y el desánimo se
instalen. Vale el esfuerzo periódico de recordar la importancia de cada
función dentro del grupo y la necesidad de la constante actualización de
conocimientos, de la búsqueda de nuevos ángulos para la comprensión
de la importancia del trabajo, que trasciende las capacidades individua-
les por la unión de esfuerzos y que potencia la productividad del grupo.

Utilizando el acuerdo de grupo


Hemos observado que muchos grupos comienzan con entu-
siasmo tanto el estudio como la práctica mediúmnica para, poste-
riormente, caer en desánimo y hasta incluso sufrir severos problemas
obsesivos, que llevan a la anulación de los esfuerzos anteriormen-
te empleados y que aseguraron que el grupo lleguase a la práctica

228
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

mediúmnica. Pueden ser muchos los factores para estas situaciones.


Pero el principal de ellos está unido a la inexistencia o al descuido
del grupo en cuanto a la observación de un acuerdo de grupo. Con el
tiempo, la tendencia es que la rutina domine a los participantes que
se van acomodando en sus funciones y dejan de emplear esfuerzos
para ampliar conocimientos y observar matices del trabajo que les
ofrecerían nuevas oportunidades y desafíos en la actividad. El diri-
gente va perdiendo el entusiasmo y no percibe que está contagiando
al grupo. Las brechas comienzan a aparecer y los obsesores, enemi-
gos de la luz, aprovechan las oportunidades para plantar desavenen-
cias entre los trabajadores, rompiendo la armonía conquistada.
Una situación interesante relacionada con el tema puede ser-
vir de ejemplo. Durante años tuvimos la oportunidad de acompañar
la participación de un compañero en un grupo mediúmnico. Desde
el principio de la actividad, cuando supo de la propuesta del acuerdo
de grupo para el estudio-armonización, dijo con pesar que, incluso
deseándolo mucho, pues había esperado años para encontrar un gru-
po como aquel, no podría participar del estudio de la mediumnidad
ya que viajaba mucho debido a su actividad profesional.
El dirigente, con alguna experiencia ya adquirida, para no
perturbar la marcha del programa establecido en la reunión, propuso
al compañero que tratasen el tema después de finalizar las activida-
des del día. En particular, le preguntó si él estaría dispuesto a evitar
faltas que no fuesen por motivo de viaje de trabajo o vacaciones,
comprometerse a leer todo el material recomendado, a presentar re-
súmenes de los contenidos ofrecidos en las reuniones en las que él no
estuviese presente, mantener contacto frecuente con el dirigente u
otros compañeros del grupo cuando estuviese de viaje, vibrar positi-
vamente por la reunión y por los compañeros con asiduidad. Él dijo
que estaría dispuesto a intentarlo y quedó muy entusiasmado con la
perspectiva de superar la barrera que le impedía realizar un deseo
que hacía mucho cultivaba: participar de una reunión mediúmnica
equilibrada, en un Centro Espírita que adoptase la orientación de
Allan Kardec.

229
Carlos Campetti / Vera Campetti

El dirigente informó al compañero que en la siguiente reu-


nión expondría la situación al grupo para saber si todos estarían dis-
puestos a aprobar aquella excepción al acuerdo, pues sus ausencias
no podrían ser motivo para que otros se ausentasen a las reuniones
por cualquier razón. La excepción sería exclusivamente para él. El
grupo lo aprobó y realmente el compañero cumplió con los com-
promisos asumidos. Cuando parte del grupo estaba preparado para
la actividad mediúmnica, este compañero fue uno de los que tuvo
condiciones de iniciar la práctica mediúmnica, mientras otros, que
no tuvieron sus mismas limitaciones, aún no habían alcanzado la
condición deseada.
Algún tiempo después, el dirigente se había trasladado a otra
ciudad y, encontrándose con el compañero en un viaje, le preguntó
cómo iba el trabajo mediúmnico, recibiendo, satisfecho, la respuesta
de que todo iba muy bien. Confirmó, entonces, que el compañero
seguía cumpliendo los compromisos con el nuevo dirigente y con el
grupo.
Pasado algún tiempo, el ex-dirigente se encontró con el com-
pañero en una visita que hizo al Centro donde se mantenía y supo,
por él, que las cosas ya no iban muy bien. El ex-dirigente le preguntó
si él continuaba manteniendo los compromisos que había asumido
inicialmente y que venía cumpliendo hasta el último encuentro que
tuvieron. La respuesta fue un poco evasiva y el dirigente supo que
nadie en el grupo, inclusive el dirigente, estaba muy interesado en
sus contactos, resúmenes etc. Ampliando informaciones con el en-
tonces dirigente del grupo, el antiguo dirigente supo que el acuerdo
de grupo estaba olvidado hacía ya algún tiempo. En el grupo se ins-
taló la indisciplina generalizada y el actual dirigente declaró que no
sabía qué hacer. Las críticas eran frecuentes entre los miembros del
grupo y de ellos en relación al dirigente, con la aparición de aquellos
que “sabían” identificar los “problemas”, pero que nunca tenían una
propuesta de soluciones. La respuesta era obvia: o el dirigente recu-
peraba la dirección del grupo o no habría cómo mantener la pro-
ductividad en el equipo. El acuerdo de grupo u otro instrumento que
pudiese reactivar el compromiso de los frecuentadores con el trabajo

230
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

sería indispensable en aquella situación. Con el olvido del acuerdo,


con la creciente indisciplina y el continuo minar de su autoridad mo-
ral, por la acción de los Espíritus inferiores enemigos del grupo, el
dirigente se veía en una situación complicada que solamente podría
ser resuelta mediante un serio y sincero análisis de todo el grupo.
La solución fue la interrupción de la actividad mediúmnica por al-
gún tiempo, retomándose el estudio hasta que el grupo nuevamente
construyese las bases de armonización mínimas necesarias para la
práctica mediúmnica.

El incentivo permanente
La homogeneidad aún sigue siendo una meta para este y mu-
chos grupos que existen hace años. Por esto mismo, grupos en estas
condiciones producen abajo de su potencial, pues sólo la homogeneidad
identificada por el codificador posibilita la plena realización de un gru-
po como un todo y de sus miembros particularmente.
Sin embargo, para que la homogeneidad se mantenga es preciso
que el dirigente busque constantes incentivos para que el equipo se sien-
ta envuelto y cada miembro tenga convicción de su utilidad en el grupo.
La inseguridad es una característica de nuestra inferioridad. Por esto la
importancia del apoyo de todos para que cada uno se sienta confiado
en relación a su papel y a los resultados que está favoreciendo alcanzar
al grupo.
El grupo es un organismo vivo que necesita ser alimentado, hi-
gienizado, en fin, cuidado. Si los miembros fallan en sus compromisos,
el grupo queda desnivelado, debilitado e imposibilitado para cumplir
plenamente su función. Pero si cada uno se siente responsable y realiza
la parte que le corresponde, sin desánimo, comprendiendo la importan-
cia de su contribución para el bien del conjunto, el equipo se mantendrá
coherente y productivo a lo largo de toda su existencia.

231
Carlos Campetti / Vera Campetti

6.4 Cómo incorporar nuevos miembros


Examinamos anteriormente que, por distintas razones, puede ha-
ber una disminución de participantes de la reunión mediúmnica. Si, para
equilibrar esta situación el dirigente o el grupo admiten circunstancial-
mente nuevos participantes, preguntamos: ¿de qué habrá valido todo el
esfuerzo para formar el grupo con base en criterios que han exigido el
establecimiento de la base fundamental de conocimientos del Espiritismo
y, especialmente, de la mediumnidad, así como el desarrollo de la homo-
geneidad de pensamientos, sentimientos y propósitos? Ya vimos también
que un nuevo miembro implica un nuevo grupo, pues las contribuciones
incorporadas en términos de vibraciones y participación activa ejercen
influencia en el conjunto, emprendiendo un nuevo dinamismo positivo
o incorporando elementos disonantes que dificultarán la marcha de las
actividades.
Quien ya ha entendido la responsabilidad exigida para la práctica
mediúmnica equilibrada, considerará los inconvenientes de participar en
un grupo que, en cada reunión, puede contar con nuevos participantes,
surgidos al gusto de la voluntad de alguien que los admite sin criterio cla-
ro y sin la seriedad compatible con la tarea. De este modo, el grupo podrá
tener, como participantes, personas que no cuentan o no están dispuestas
a admitir un mínimo de requisitos que garanticen la seguridad de un tra-
bajo productivo y resistente a las investidas de los Espíritus ignorantes y
enemigos de la luz.
De esta forma, sería ideal que los nuevos miembros fuesen admi-
tidos cuando estos pasaran por el mismo proceso que todos los demás,
lo que deberá hacerse en otros grupos de estudio de la mediumnidad,
periódicamente abiertos por el centro espírita, con las mismas bases que
el otro. ¡Ah! ¡Pero la persona habrá tenido afinidad con un grupo y, ahora,
participará en otro! ¿Cómo podemos resolver esto?
Muy sencillo: ¿el grupo mediúmnico continúa manteniendo el
estudio de la mediumnidad? Si así fuese, esta es la puerta de entrada para
el nuevo integrante que será invitado a frecuentar sólo la parte del estudio
por un tiempo indeterminado, necesario y suficiente para que él conozca
a los demás miembros del grupo, sea conocido por ellos, manifieste allí

232
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

sus dudas e inquietudes, conozca el acuerdo de grupo y acepte plenamen-


te sus reglas y se sienta, finalmente, que forma parte del equipo y éste lo
acoja como miembro. Cuando esto suceda, nada impide su presencia y
participación en la actividad práctica.
Si, en el transcurso del proceso, el candidato llega a la conclusión
de que no desea participar en el grupo o de que no tiene condiciones de
cumplir con el compromiso, bastará informar del hecho al grupo o al di-
rigente y dejar de frecuentar las reuniones de estudio.
Es importante considerar que no es necesario tener prisa, sin ha-
cer jamás ningún tipo de exigencia al candidato en función de las necesi-
dades de su contribución en el grupo, para no inducir a una integración
que aún no ha madurado lo suficiente para ser productiva. Por otro lado,
jamás se deben atender posibles ansiedades del candidato para su acep-
tación. Si él manifiesta este tipo de comportamiento, demuestra que aún
no está maduro y podrá ser un elemento de disensión dentro del equipo.
El dirigente o el grupo y el nuevo candidato deben ser conscientes
de que esta es una etapa de acogida y posible integración en el grupo, mas
también de que no hay garantía de resultado positivo. Por esto, después
de explicar el proceso de formación del grupo, el acuerdo de grupo y sus
funciones con énfasis en los objetivos que mantiene, en la importancia
del estudio constante y en el cultivo de la armonía del equipo, podemos
preguntar a la persona si acepta intentar la integración, manifestando que,
después de algún tiempo, si el candidato no muestra una acción efectiva
que garantice su plena integración y productividad, con riesgo de causar
desarmonía y desequilibrio dentro del grupo, su admisión no será posible.
De esta forma, si no hubiera correspondencia en cuanto a las expectativas
y necesidades del grupo, el candidato debe ser informado por el dirigente,
después de una justa evaluación con el grupo, que conforme al criterio
establecido y esclarecido desde el principio, su participación no va a ser
necesaria en la parte práctica y, por tanto, está exento de seguir compa-
reciendo al estudio específico de este grupo, siendo invitado a seguir es-
tudiando en otros grupos existentes en la Casa o en otros que puedan
formase.

233
Carlos Campetti / Vera Campetti

Si el individuo estuviera preparado, habiendo comprendido desde


el principio que la invitación era para intentar su adaptación en el gru-
po y de éste para con él, no habrá mayores dificultades. Sin embargo, si
no estuviera preparado presentará un comportamiento de rebeldía, y de-
mostrará, de esta forma, que realmente no está capacitado para el trabajo
mediúmnico práctico. Herminio Miranda comenta en Diálogos con las
sombras, que la facilidad en la admisión puede implicar una gran dificul-
tad en la dispensación. Por esto, antes de invitar a alguien para la fase de
integración en el equipo es necesario saber quién está siendo admitido
para evitar los posibles constreñimientos de un rechazo posterior. Pero si
fuera necesario ejercer este rechazo para el bien del grupo, mejor enfren-
tar la dificultad que admitir a un miembro que después se podrá convertir
en una pesadilla para el grupo. Si el dirigente aún no está maduro para
comprender que necesita dar preferencia al bien del grupo, que es mayo-
ría, en relación a un miembro, que es minoría, es conveniente recordar
la consulta de los ítems 19 al 21 del capítulo X de El Evangelio según el
espiritismo.

6.5 Nuevos grupos de estudio de la mediumnidad


¿Son necesarios nuevos grupos de estudio de la mediumnidad?
¿Son convenientes? La respuesta para ambas preguntas es afirmativa.
¿Pero cuándo sería el momento de crearlos? Siempre que la Institución
Espírita tuviera recursos humanos y logísticos y personas interesadas
en el estudio de la mediumnidad. La cantidad de grupos de estudio de
la mediumnidad y de grupos mediúmnicos depende de cuánto desee
crecer la Casa en esta área. Es importante recordar, a este respecto, la
recomendación de Allan Kardec en cuanto a la mayor efectividad de
los pequeños Centros que las grandes instituciones.

234
PARTE II – Diálogo y situaciones
Capítulo 7 Cada ser es el resultado de sus experien-
cias de vida. Hablando de esta forma, no
EL diálogo con estamos limitándonos a la última y más re-
cordada de las existencias. Nos referimos
los Espíritus a todo el proceso de formación del Espí-
ritu, desde su principio en las etapas más
básicas hasta el momento actual, en el que
se presenta con el comportamiento com-
plejo del ser que necesita experiencias más
positivas para el crecimiento interior por
haber fracasado o por haberse mantenido
inconsciente de la realidad espiritual.
Las experiencias de vida son variadas a lo
largo de la historia, pues las sociedades y
las épocas presentan condiciones propias a
los seres que en ellas viven. Por otra parte,
el ser, en su proceso evolutivo individual,
reacciona de modo diferente ante las op-
ciones de vida, generando personalidades
únicas en las distintas etapas del proceso
evolutivo que interaccionan a cada paso
del camino. De este modo, de esta amal-
gama de influencias y elecciones indivi-
duales, resulta un ser complejo, diferente
y que se presenta para el dialogador, que
pretende ayudarlo, como un desafío que
no puede ser encarado siempre de la mis-
ma manera y para el cual no hay solucio-
nes unificadas.

237
Carlos Campetti / Vera Campetti

7.1 Breve visión del plano espiritual


y las regiones de sufrimiento
Antes de tratar del diálogo propiamente dicho y de los esfuerzos
para auxiliar a los hermanos desencarnados necesitados, recurramos al
libro Evolución en dos mundos134 para comprender que
En el plano espiritual, el hombre desencarnado lucha más directa-
mente con el fluido vivo y multiforme, febril e inagotable, originán-
dose en su propia alma, dado que podemos definirlo, hasta cierto
punto, como un subproducto del fluido cósmico absorbido por la
mente humana, en un proceso vitalista semejante al de la respiración,
por la cual el ser humano asimila la fuerza emanada del Creador,
expandida por todo el Cosmos, transustanciándola, bajo su propia
responsabilidad, para influir en la Creación, partiendo de sí misma.
André Luiz describe ahí, en una síntesis admirable, el principio
de la co-creación por el que el Espíritu transforma el fluido cósmico
para crear, en torno de sí, su propia psicosfera y el ambiente en que se
mueve, ya sea de dolor y sufrimiento, suciedad y fealdad o de resplando-
res de luz, bienestar y belleza, conforme a su nivel evolutivo.
La interacción entre los Espíritus, cada uno en el ejercicio de
su potencial creador, sea instintivo en los grupos menos evolucionados
o planeado y combinado entre los Espíritus con mayor desarrollo in-
terior, resulta en los diferentes ambientes espirituales encontrados por
los Espíritus desencarnados. Buscándose unos a los otros por las leyes
de afinidad y atraídos a cada región espiritual por las leyes de sintonía,
estos Espíritu forman colonias, que pueden ser felices o desdichadas, en
grados variados en conformidad con el nivel de adelantamiento moral
de sus habitantes.
A medida que el Espíritu se desarrolla gana mayor nivel de res-
ponsabilidad individual y colectiva. Su capacidad de co-creación se
expande saliendo de las reacciones instintivas ante la vida para la co-
laboración efectiva y consciente en el desarrollo de los mundos y en
el apoyo al crecimiento de los seres. También crean hermosas colonias
espirituales, de inimaginable expresiones de belleza y bienestar para

238
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

consuelo y aprendizaje del Espíritu en fase adelantada de crecimiento


interior, y como bases de trabajo sublime en la siembra divina.
Infelizmente, en la actualidad, millones de individuos desen-
carnan en condiciones rudimentarias de conocimiento y de evolución
moral, permaneciendo apegados a la superficie de la Tierra. Son como
niños espirituales que reclaman el amparo de las potencias divinas, sin
poner en movimiento los propios recursos de auto-realización y sin de-
sarrollar las potencialidades del alma. Sobre estos, André Luiz135 dice
que
[...] no permanecían prendidos a la esfera carnal por maldad, sino
que se demoraban, vacilantes, en el suelo terrenal, como los pe-
queños descendientes de los hombres que se refugian en el seno
materno; guardaban de la existencia sólo el recuerdo del campo
sensitivo, reclamando la reencarnación casi inmediata cuando
no les era posible la matrícula en nuestras escuelas de servicio y
aprendizaje iniciales. [...]
Estos difícilmente comparecen en nuestros grupos mediúmnicos,
siendo tratados en la serie de los automatismos sublimes de la propia Ley
divina.
Sin embargo, hay Espíritus que aunque con mayor nivel de concien-
cia, a semejanza de los que acabamos de referirnos, aún desencarnan de for-
ma inconsciente. Piensan que siguen en el cuerpo de carne y permanecen
presos a las mismas rutinas que tenían cuando estaban encarnados. Vivieron
centrados en las necesidades de la vida material. Otros, todavía, apegados a
los gozos materiales, dejan de cumplir los compromisos asumidos para la
encarnación o no hacen el esfuerzo de evolución necesario, habiendo caído
muchos en desvíos morales o asumido débitos considerables ante las Leyes
divinas. Pocos son los que consiguen llevar a la práctica los planes de evolu-
ción trazados para sus encarnaciones.
La mayor parte de la humanidad pasa, de esta forma, al plano espiri-
tual rodeada de creaciones inferiores, con la mente en desajuste y con el cuer-
po espiritual comprometido por las acciones desequilibradas. De esta forma,
los ambientes que los Espíritus crean a su alrededor reflejan estas situaciones
interiores y la reunión de individuos semejantes crea regiones diversas en el

239
Carlos Campetti / Vera Campetti

plano fluidico en las cuales predominan los miasmas de los sufrimientos y


de las inferioridades espirituales, donde los paisajes oscuros, entristecidos y
aterrorizantes dan eco a la desolación y a las tempestades interiores.
No es nuestro objetivo hacer aquí descripciones pormenorizadas
que pueden ser examinadas mejor en los libros de André Luiz, Manoel
Philomeno de Miranda, Hermano Jacobo, Yvonne Pereira, entre otros au-
tores. André Luiz,136 por ejemplo, registra explicaciones de Lisias sobre el
Umbral que
[...] comienza en la superficie terrestre. Es la zona oscura de cuantos
en el mundo no se resolvieron a atravesar las puertas de los deberes
sagrados a fin de cumplirlos, demorándose en el valle de la inde-
cisión o en el pantano de los numerosos errores. […] Por tanto, el
Umbral funciona como región destinada al agotamiento de resi-
duos mentales; una especie de zona purgatorial, donde se quema
por cuotas el material deteriorado de las ilusiones que la criatura
adquirió al mayor, menospreciando la sublime oportunidad de una
existencia terrenal.
El Hermano Jacobo137 relata que
Ruidos de voces desagradables nos alcanzaban los oídos de cuan-
do en cuando. De espacio en espacio, surgían a nuestra vista for-
mas monstruosas, y, por lo que me era dable percibir, flotaban
sobre aquella región verdaderos volcanes cuyo “suelo inestable”
ofrecía erupciones en los más diversos puntos. [...]
Camilo Cándido Botelho, en Memorias de un suicida hace una
sorprendente descripción de la región que lo atrajo después del suicidio.
Son muchos, en fin, los textos por los cuales se puede evaluar el
ambiente de donde proceden los Espíritus que se manifiestan en nues-
tros grupos mediúmnicos. Recomendamos profundizar el estudio en las
obras de estos autores espirituales para comprender esta realidad, aun-
que parcialmente, dadas las restricciones impuestas por nuestra situa-
ción de encarnados y por la descripción de los Espíritus superiores, que
reducen las noticias del plano espiritual al que tenemos condiciones de
absorber y entender.

240
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Largo tiempo pasan los Espíritus en este proceso de purgación


hasta que el sufrimiento desgasta la resistencia, la desesperación llama
a la Misericordia divina y el Espíritu pasa a suspirar por el alivio de sus
padecimientos y por el cambio de la molesta y desalentadora rutina de la
infelicidad. Generalmente es en este punto en el que los mensajeros espi-
rituales buscan a estos Espíritus, siendo atendidos en los diversos puestos
de asistencia creados en el propio plano espiritual o, en casos menos nu-
merosos, traídos para su atención a los grupos mediúmnicos al necesitar
fluidos más materializados u otros recursos que los encarnados de buena
voluntad y deseo de servir les puedan aportar.
Se ven en una situación de sufrimiento indescriptible, en algunos
casos entorpecidos por técnicas de hipnosis o por la debilidad moral y
espiritual auto-inducida, como recurso atenuante ante un dolor de ma-
yor grado. Comparecen, de forma general, con profundos desequilibrios
de sentimiento, principios lógicos muchas veces confundidos y razona-
miento vacilante. Otras veces rebeldes y desesperados o, todavía, en ac-
titud de plena confrontación con las fuerzas del bien. Los casos varían
al infinito de acuerdo con la naturaleza de la problemática que interio-
rizaron en conformidad al patrimonio de sus experiencias evolutivas, y,
también, como resultado del modo en que abrazaron positiva o negativa-
mente la marcha natural de la vida, por la senda evolutiva, bajo el aguijón
del dolor y del sufrimiento.

7.2 Breve visión del mundo íntimo


del Espíritu en desequilibrio
Antes de entrar en las consideraciones respecto al diálogo, va-
mos a examinar brevemente la complejidad del mundo íntimo de los
Espíritus que son traídos a la atención espiritual.
Por diferentes causas ocurrió, en algún momento de su vida
de Espíritu inmortal, un desajuste de comportamiento que provocó
alteraciones en su complejo intelecto-moral repercutiendo más o me-
nos en su organización periespiritual. La razón distorsionada por las

241
Carlos Campetti / Vera Campetti

interpretaciones derivadas de la visión siempre parcial de los hechos


que afectaron sus sentimientos, llevan al Espíritu, a sobrestimar sus pro-
pios sufrimientos y de los que ama. Por no alcanzar la visión del con-
junto de sus varias existencias físicas y por rebeldía a los designios de la
Providencia divina se atribuye el derecho de vengarse de aquellos que
cree haber sido la causa de sus decepciones y fracasos. Movido por el
odio se une cada vez más a aquellos que desea perseguir, mientras estos
no resuelvan sus problemas cármicos y dejen de merecer la venganza
inicial. En situaciones en que sus perseguidores logran, por la evolución,
escapar de su furia, se transforman en rebeldes contra la Ley divina y sus
procesos. La razón y el sentimiento se encuentran en desequilibrio y ya
no es un conjunto armónico no cumpliendo, por tanto, su función de
conducir al Espíritu por el camino del bien que le lleva a la felicidad y a
la paz.
En los desajustes espirituales, en general, predominan las disfun-
ciones emocionales. En el alma humana el equilibrio existe en función de
la opción del amor que conduce a las alturas de la devoción, santificando
y sublimando el sentimiento. Por otro lado, el odio, el rencor y el deseo
de venganza conducen a los abismos del dolor, de las angustias indes-
criptibles y del infierno de la locura.
Por eso, Herminio C. Miranda138 registra que en la asistencia a
los necesitados debemos recordar siempre que en la gran mayoría de los
casos paradójicamente es el amor, bajo la forma de afecto desorientado,
mezclado con el orgullo y el egoísmo característicos de nuestra inferio-
ridad moral, el que desencadena los grandes dramas espirituales.
Las disfunciones emocionales existen sólo porque los seres hu-
manos llevan aún en sus almas una elevada tasa mayor de sombras que
de luz. Muchos de los enfermos del alma viven en un pasado del que no
consiguen o no quieren huir, ya sea por el poder del que disfrutarían,
sea por la vanidad y el orgullo que desarrollaron tanto con el ejerci-
cio del poder cuanto con la posesión de la belleza física, de vestimentas
opulentas o de una inteligencia brillante.
Para estas anomalías espirituales el único antídoto es el amor, tal
como Cristo nos lo enseñó.

242
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

7.3 Comenzando el diálogo


La complejidad interior de cada Espíritu no permite adoptar re-
glas absolutas para el inicio del diálogo, su desarrollo o su terminación.
No obstante, para alcanzar la meta hay una actitud que se puede adop-
tar – la de observación – y un sentimiento que se puede cultivar – el de
empatía – ambos recomendables en cualquier caso.

7.3.1 Observación
Emmanuel139 enseña que “[…] sean las manifestaciones del tipo
que fueren, el creyente o el estudioso del problema de la identificación
no puede prescindir de ese sentido espiritual de observación que siem-
pre le hablará en lo profundo de su conciencia.” La observación requiere
silencio y atención. No es conveniente adoptar, después del inicio y apre-
suradamente, cuando apenas ha comenzado la manifestación espiritual,
cualquier línea de diálogo o formular saludo de bienvenida, o recurrir
a palabras de moda que muchas veces se tornan habituales en nuestras
sesiones mediúmnicas como por ejemplo: “hermano mío, estamos aquí
para ayudarte”, “hermano mío, aquí te recibimos con cariño y respeto”,
o incluso, “querido hermano, esta Casa se alegra de tu presencia”. No
hay nada en contra de estas expresiones que pueden efectivamente ser
útiles para introducir algún que otro diálogo o para interrumpir largos
silencios, pero en el momento y situación adecuada. ¿Cómo sabemos
cuál es la situación que vamos a enfrentar si no paramos para observar
al Espíritu y comprobar a qué viene?
Pensemos en nuestra vida cotidiana. Cuando alguien se acerca
a nosotros con un problema ¿qué le decimos? ¿Nuestra primera actitud
no es escuchar para saber cómo podemos ayudar? Lo mismo ocurre con
el Espíritu que se manifiesta en una reunión mediúmnica.
En la experiencia con adoctrinadores principiantes, comproba-
mos que la mayor parte de las dificultades para el comienzo de un diálo-
go se encuentran relacionadas a las limitaciones de ver y comprender al
Espíritu como un ser humano con problemas o en estado de rebeldía, o
también con un profundo desconocimiento de la realidad que vive. Por

243
Carlos Campetti / Vera Campetti

la forma en que actúa da la impresión de que están recibiendo a alguien


extraño, que viene de una tierra desconocida, de diferentes costumbres.
En algunos casos, parecen ver en el Espíritu manifestante a una especie
de ser de otro mundo, un fantasma indefinido con quien acaban por
establecer diálogo, cuando no un monólogo, de la forma que jamás usa-
rían con un encarnado.
Difícilmente el dialogador principiante consigue, de inmediato,
aprehender en toda su extensión la idea de tratar al Espíritu comuni-
cante de forma natural, como se haría con una persona normal con pro-
blemas y que necesita de una palabra amiga. Muchas veces encuentra
dificultades para poner en práctica una orientación de esta naturaleza.
El médium le permite vislumbrar un mundo apenas imaginado con se-
res que lloran, se alteran o expresan rabia y aflicción, entidades que no
conoce, no puede ver y le parecen diferentes de todo lo que ha visto,
pero cuya problemática le cabe entender. Le falta una percepción más
amplia del mundo espiritual y de la extensión del trabajo que en él se
procesa, lo que sólo vendrá con el conocimiento y la experiencia.
Pero este obstáculo inicial puede ser superado. Basta pensar en
lo que haríamos con alguien que llegase hasta nosotros trayendo un
problema. Naturalmente que en un primer momento lo escucharíamos
y aguardaríamos antes de decidir cómo enfocar sus dificultades o qué lí-
nea de orientación definir. Del mismo modo puede producir el procedi-
miento con el Espíritu que se presenta: aguardar un poco y observar. Es
importante recordar que los Espíritus, cuando no están en grave crisis
de sufrimiento y necesidad apremiante, no siempre vienen dispuestos a
pedir o aceptar ayuda. Muchas veces procuran incluso ocultar su proble-
ma. No confían en nosotros, no saben quiénes somos. Si estuviésemos
en su lugar, ¿hablaríamos con un desconocido sobre nuestras dificul-
tades? ¿Y qué decir de aquel que se presenta contrariado o que viene a
quejarse de nuestra “interferencia en problemas que no son nuestros”,
como es el caso de los obsesores o de los opositores del Espiritismo?
Es recomendable, por tanto, mantener una actitud inicial de ob-
servación, oír lo que el Espíritu dice o lo que deja entrever. Miremos la
actitud del médium, que siempre es reveladora y puede ofrecernos los
primeros indicios de la problemática del Espíritu. Miremos sí, abramos

244
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

los ojos y observemos. Nada de cerrar los ojos y “dejar fluir la inspira-
ción” desatando un cúmulo de consejos y orientaciones o narrativas de
pasajes evangélicos, que si utilizásemos un poco de buen sentido vería-
mos que muchas veces no vienen al caso.
Recordamos ahora un acontecimiento ocurrido en una de nues-
tras primeras experiencias en un grupo mediúmnico cuando nos co-
rrespondía a nosotros el próximo diálogo, aún en fase de aprendizaje.
El dirigente, nuestro instructor, nos pasó la palabra y cerró los ojos, re-
cogiéndose en oración. Vimos que el médium abría los ojos vítreos y
enrojecidos y el Espíritu examinaba el ambiente a su alrededor. Con una
media sonrisa que le daba cierto aire de burla, comenzó a hablar de la
necesidad de paz y amor en el mundo, discurriendo de forma inteligen-
te sobre la necesidad de desarrollo de las posibilidades de amor del ser
humano, que había sido creado para ser feliz y hacer felices a todos a su
alrededor. El discurso parecía coherente, pero la actitud y la expresión
del Espíritu no parecían coincidir con sus palabras.
Tras algunos segundos de vacilación, tomamos la iniciativa de
saludarlo y decir que concordábamos en que el amor a Dios y al prójimo
es la enseñanza principal de Jesús. En este punto, el dirigente abrió los
ojos y, por gestos, intentó interrumpirnos la palabra, pensando que el
comentario era indebido, pues las palabras del Espíritu no estaban fuera
de las máximas evangélicas.
Sin embargo, con las pocas palabras que se habían dicho, ha-
bíamos tocado un punto fundamental, crítico para el Espíritu: hablába-
mos de Jesús. Su reacción fue inmediata: “no vine aquí para hablar del
Cordero”. Se calló el dirigente, que abrió mucho los ojos y, además de las
palabras intempestivas del Espíritu, vio de inmediato la equivocación
que habíamos notado: la actitud de ironía y el lenguaje corporal de or-
gullo que se manifestaban en la sonrisa de un solo lado y en la postura
excesivamente altiva y el mentón erguido, en actitud no muy coherente
con su discurso.
El primer momento de la asistencia debe, por tanto, repeti-
mos, estar reservado al silencio y a la atención. Miremos, observemos.
Oigamos, con cuidado y detalle, las primeras palabras dichas por la

245
Carlos Campetti / Vera Campetti

entidad. En primer lugar, procuremos identificar la problemática del


hermano que nos visita. Solamente cuando conseguimos entender lo
que le ocurre es que podemos discernir caminos tomar e identificar al-
ternativas para atenderlo. No obstante, es preciso intentar que el silencio
no se prolongue demasiado con el pretexto de estar observando e in-
tentando entender el caso. Es importante que siempre se utilice el buen
sentido. Es en esta ocasión cuando los saludos y las palabras cordiales
pueden ser útiles, incentivando a los manifestantes a expresarse más
amplia y claramente.
Existen situaciones obvias en que después se percibe la necesidad
del Espíritu. Tal es el caso, por ejemplo, de las situaciones de sufrimien-
to que requieren bienestar inmediato, atención sin más prolongación.
Mientras tanto, la tarea de la identificación no es siempre fácil ni la situa-
ción en que el Espíritu se encuentra es tan evidente. Asimismo es difícil
que en los rápidos momentos iniciales de una atención se comprenda
toda la extensión de sus dificultades. En este caso, debemos seguir con el
propio diálogo que mantienen con nosotros, con delicadeza y atención,
las indicaciones que deja vislumbrar hasta que podamos poco a poco
formarnos una idea segura del caso, confiando en el amparo espiritual
que nos inspira en los momentos precisos.

7.3.2 Empatía
Otra actitud de gran valor es la de la búsqueda de la empatía.
Primero vamos a entender lo que significa esta palabra. El concepto
psicológico de empatía corresponde al “proceso de identificación en el
que el individuo se coloca en el lugar del otro y, con base en sus propias
suposiciones o impresiones, intenta comprender el comportamiento del
otro”.140
La aplicación de este concepto en la atención mediúmnica nos
permite mayor aproximación emocional con el Espíritu comunicante y
nos ofrece condiciones ideales de acogimiento del hermano necesitado.
¿Cómo podríamos ayudar de forma eficiente si mantuviésemos nuestro
sentimiento aislado y le ofreciésemos solamente la contribución de nues-
tro razonamiento lógico o de nuestros conocimientos espíritas? ¿Quién de

246
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

nosotros, al ver sufrir a un ser amado, un padre, una madre, hijos o un


amigo querido, no sentiría el corazón angustiado delante de su sufrimiento
o de su confusión?
Para ayudar es necesario tener sentimiento. La búsqueda de la em-
patía en el sentido de procurar acoger y comprender al Espíritu necesitado,
entendiendo cómo nos sentiríamos si estuviésemos en su lugar y cómo nos
gustaría de ser ayudados, constituye un puente que nos pone en contacto
con él. Sin embargo, es importante que nuestro sentimiento sea dirigido en
el sentido positivo, esto es, en el de la buena disposición, de la voluntad de
socorrer, de consolar, del deseo de ayudar a aquel compañero a recuperar-
se. Es imperativo evitar sintonía con sus quejas, sus dolores, sus prejuicios
y desvíos. Para ayudar efectivamente es necesario mantener el equilibrio
en el bien.
Nuestra capacidad de identificación con el Espíritu comunicante y
de entendimiento de lo que siente no implica querer lo que él quiere o apo-
yar sus desvaríos o hasta desequilibrase con él, pensando que así demos-
tramos solidaridad. Sería un evidente desequilibrio si, tan pronto revelase
el Espíritu su problemática, el adoctrinador se envolviese en la emoción
del comunicante y comenzase a llorar junto a él. En la comprensión emo-
cional y en el deseo de servir y ayudar está el límite de esta interacción
del sentimiento, pues para que podamos ayudar necesitamos mantener el
control del pensamiento y el equilibrio de los sentimientos, además de la
precisa sintonía con el ambiente espiritual superior necesario para el fluido
de la inspiración elevada. No perdamos de vista el conocimiento de que
somos solamente enfermeros, mas precisamente asistentes menores, pues
el tratamiento real y efectivo es el que procede de los Espíritus Superiores,
que dirigen y orientan el trabajo mediúmnico con los recursos que fluyen
inagotables de la Bondad divina.

7.4 ¿Qué, cómo y cuándo hablar a los Espíritus?


Después del primer contacto con la entidad y su problemática,
¿cómo conseguir el diálogo y proceder a una atención adecuada del en-
fermo espiritual?

247
Carlos Campetti / Vera Campetti

Podemos encontrarnos con diferentes casos. Algunas veces, la


entidad se abstiene de conversar, se muestra reticente o no consigue dar
informaciones sobre su problemática. La entidad puede no disponerse
al diálogo, por uno u otro motivo del foro íntimo, por compromiso que
asumió con algún posible líder u organización, así como por la des-
confianza de exponerse con sus dificultades y limitaciones delante del
desconocido que le interroga.
En otras oportunidades, la entidad, al sentir alguna confusión
mental, no consigue razonar su problema y por lo tanto no logra expo-
nerlo adecuadamente, no permitiendo que el adoctrinador identifique
con claridad sus características y dificultades. Existen también los casos
en que los Espíritus tienen dificultades o no consiguen hablar absoluta-
mente por motivo de la permanencia, en los registros periespirituales,
de daños físicos que fueron la causa de su fallecimiento.
Otra situación, por otra parte muy común, acontece cuando el
Espíritu enfrenta limitaciones que no le permiten mantener siquiera un
diálogo básico debido al exceso de dolor o a los desequilibrios mentales
graves que generan mutación en el periespíritu. En este último caso, las
transformaciones pueden ser en conformidad a su origen automáticas,
cuando el remordimiento provoca la alteración periespiritual privativa
de la voz o inducidas, cuando además del remordimiento interfieren
factores de naturaleza externa, como la hipnosis. Un ejemplo de este
último caso es el de la zoantropía en la que el Espíritu asume la forma
animal y se ve sin poder acceder a los recursos del habla.
También existen obstáculos para la comunicación que son per-
tenecientes al propio mecanismo del intercambio mediúmnico. Pero,
los casos más simples son aquellos en que conseguimos llegar a una
conclusión, aunque preliminar, sobre la naturaleza de la dificultad que
enfrenta la entidad manifestante. Aquí, como las variaciones entre los
casos se presentan más perceptibles, las opciones para el tratamiento del
enfermo espiritual tienen una mayor amplitud.
En la mayoría de estos casos en que encontramos dificultades en
la caracterización de los problemas que afectan al Espíritu comunicante,
precisamos seguir receptivos, manifestando solidaridad e incentivando

248
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

al comunicante a expresarse, para recoger los indicios necesarios a la


adecuada atención. Vivimos una situación de esta naturaleza cuando
un Espíritu se presentó en el grupo mediúmnico y se puso a mirar al-
rededor, guardando silencio. El adoctrinador lo saludó y le preguntó
cómo podía ayudarle. La respuesta vino desconcertante: “– ¡Usted no
puede! No lo conozco y usted no me conoce”. El adoctrinador respon-
dió: “Pero usted es bienvenido aquí y, ¿quién sabe?, si usted nos dice lo
que le preocupa, juntos podemos intentar encontrar una solución”. Un
simple encoger de hombros recibió la declaración, volviendo el Espíritu
al mutismo inicial y dejando al adoctrinador un tanto desconcertado.
El diálogo siguió un poco más en esta línea, con el adoctrinador
realizando algunas afirmaciones al bienestar, arriesgando una idea aquí
otra allí, arrancándole algunas pocas palabras al manifestante. Después
de algún tiempo, cuando el adoctrinador ya se disponía a interrumpir la
atención en vista del tiempo transcurrido, el Espíritu abrió un resquicio
para la comprensión, diciendo: “– ¿Cómo puedo confiar en usted si mi
propia familia me ignora?” Esta fue la abertura que le permitió al adoc-
trinador comunicar una mejor orientación y, casi en seguida, percibió
que estaba ante un Espíritu de naturaleza desconfiada, desorientado por
creerse abandonado por los familiares, ya que no tenía conciencia de su
desencarnación.

7.5 Otros elementos de apoyo para la atención


La atención de los casos en que el Espíritu no consigue comuni-
carse por encontrarse en estado de licantropía o sometido a otros facto-
res limitadores impuestos por procesos de inducción magnética podrá
entenderse mejor en el capítulo siguiente, cuando abordemos algunas
situaciones en que los Espíritus se encuentran y presentemos sugeren-
cias para su atención.
Cuando el Espíritu se niega al diálogo es muy importante ade-
más de los recursos que sugerimos la ayuda del médium, cuya sintonía
mental con el manifestante le permite el acceso a la base de sus pensa-
mientos e intenciones. Algunos médiums tienen la percepción de lo que

249
Carlos Campetti / Vera Campetti

está sintiendo o pensando el Espíritu. Otros, además de la percepción,


como que oyen mentalmente los pensamientos del Espíritu y pueden
transmitirlos en voz alta para que el dialogador dirija la conversación
y la orientación conforme las necesidades del hermano al que se está
atendiendo.
Si fallan los recursos a disposición, el adoctrinador siempre po-
drá valerse de la empatía, buscando en los canales de la inspiración y de
la intuición la identificación del problema y lo que podrá decir, en un
breve monólogo, para calmar, infundir confianza, reconfortar y recor-
dar las promesas de la Misericordia divina a través de las enseñanzas del
Maestro. Caben aquí los pasajes evangélicos de consuelo, ánimo, espe-
ranza y la oración que, movida por el amor al sufriente puede auxiliar
en el quebrantamiento de barreras que obstaculizan su manifestación o
bien para continuar la marcha de la atención en los puestos de socorro
situados en el mundo espiritual.
Recordamos a un pobre enfermo espiritual que al ser atendido
no podía hablar ni comunicarse debidamente porque se mantenía preso
al choque de su decapitación. Sentía su cabeza separada del cuerpo. Sin
embargo, a la medida en que el dialogador hablaba sobre las promesas
de Jesús, recordando pasajes evangélicos que mostraba a Cristo soco-
rriendo a los enfermos que se ponían en condiciones de fe y confianza,
deseando la curación en el sentido más amplio del equilibrio espiritual,
se podía percibir su envolvimiento emocional hasta el punto en que,
finalmente, pudo irrumpir entre sollozos con una simple declaración:
“Jesús, yo quiero sanarme”. En seguida, sorprendido, notó que estaba
entero, su organismo periespiritual recompuesto, y se puso a llorar agra-
decido.
Como vemos, la oración, hecha por el adoctrinador, por otro
componente del grupo o, también, por el propio asistido es un elemen-
to fundamental en la atención a los Espíritus sufrientes. La oración, al
elevar el padrón vibratorio del ambiente envolviendo positivamente al
adoctrinador y al paciente, funciona como catalizador de energías de re-
equilibrio y restablecimiento. Además de esto posibilita la sintonía con
los mensajeros del bien que, desde el plano espiritual, se empeñan en la
recuperación del hermano en sufrimiento.

250
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Los pases también funcionan como instrumento relevante para


la movilización de los recursos fluidicos necesarios en los procesos de
reequilibrio psíquico y de reconstitución periespiritual como explica-
mos anteriormente.*
De esta forma, el buen desempeño de la tarea de asistir al ma-
nifestante, ofreciéndole el apoyo que necesita para encontrar su camino
de recuperación depende de que comprendamos la condición específica
bajo la que se presenta y de que lo ayudemos a identificar alternativas
para su reencuentro con la vida.
Por eso resulta necesario ampliar nuestro patrimonio de co-
nocimientos, a fin de hacernos una idea precisa de la vida en el Plano
Espiritual, de los lugares en que viven los Espíritus, de las situaciones
que ellos pueden enfrentar después de la muerte, de las condiciones en
que se encuentran, de los desvíos afectivos y procesos de fuga que utili-
zan para intentar disminuir o superar el dolor.
Son muchos los libros que para este fin la Espiritualidad Superior
puso a nuestra disposición. El estudio metódico y organizado es esen-
cial para ampliar nuestras posibilidades de servir. No podemos perder
de vista las bases comunes de trabajo para el esclarecimiento de todos
estos hermanos, que encontramos en El libro de los espíritus, en El cielo
y el infierno y en El evangelio según el espiritismo. Los dos primeros nos
proporcionan el conocimiento del ambiente que los hombres encuen-
tran tras la desencarnación y del estado de perturbación más o menos
intenso en que pueden sumergirse. En las enseñanzas complementarias
de Espíritus, como André Luiz y Manoel Philomeno de Miranda tene-
mos también un valioso patrimonio de estudios que nos permite una
visión más clara del plano espiritual, de las condiciones de vida que en-
frentan los recién desencarnados y otras informaciones que nos permi-
ten tener una idea más segura de la problemática del manifestante que
accede a nuestras reuniones mediúmnicas.
El Evangelio nos alerta en cuanto a la necesidad del auto-co-
nocimiento, de la renovación interior, del desarrollo de las virtudes del
Bien y de las potencialidades del Amor. En él encontramos las bases y

*
Nota de los autores: Véase el cap. 3 – Cuándo transmitir los pases y el cap. 4 – Los pasistas

251
Carlos Campetti / Vera Campetti

la orientación necesaria para la renovación íntima, esencial para el re-


equilibrio del Espíritu para que pueda rehacer su vida y retomar el cami-
no del crecimiento espiritual. Todos estos libros básicos son necesarios
para el conocimiento del participante del trabajo mediúmnico.

7.6 ¿Hacer preguntas a los Espíritus necesitados?


Aunque la intuición y la inspiración sean siempre los mejores
guías, pues estos dos recursos son fundamentales para dirigir el diá-
logo en la atención y tratamiento del enfermo, con una coordinación
armoniosa entre la acción de los encarnados y la dirección del plano
espiritual, tenemos que recordar que no existe diálogo sin preguntas
o cuestionamientos. Sí, podemos hacer preguntas, pues ellas son par-
te importante de la atención mediúmnica. Sin embargo, como todo
recurso de ayuda, deben tener un límite razonable y ser dirigidas con
buen sentido. Además, destamos que el buen sentido es esencial en la
formación de todos los dialogadores.
Analizando la cuestión por temáticas, consideremos, en pri-
mer lugar lo que podemos tener como límite razonable. Primeramente
reducir la cantidad de preguntas a un número suficiente para esclare-
cer el caso, sin la intención, aunque inconsciente (¡vigilémonos!), de
explorar la cuestión con vestigios de curiosidad. Debe ser empleado
un cuidado especial para no agravar sufrimientos o hacer revivir epi-
sodios dolorosos con el exceso de preguntas. El respeto al dolor de los
manifestantes es un elemento crucial en la atención.
Por ello, que sea importante no hacer muchas preguntas para
no forzar respuestas y no desarrollar una curiosidad perjudicial que
lleve a averiguar nombres, procurar relaciones con personas conoci-
das u obtener detalles de la vida del desencarnado. El respeto a la pri-
vacidad del manifestante y de las personas que puedan estar envueltas
en su problema es una condición necesaria para el buen desarrollo del
diálogo.

252
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Incluso en situaciones en las cuales los dirigentes espiritua-


les del trabajo mediúmnico decidan por el retorno del comunican-
te a situaciones críticas del pasado, como factor esencial para que el
Espíritu reconozca sus dificultades e identifique cuestiones centrales
de su dolor, el mejor instrumento para lograr este objetivo no son
las preguntas que el dialogador pueda hacer, sino los recursos de la
magnetización y la visualización de cuadros fluidicos, cuyo uso sería
prevenido por la inspiración o por el proceso mediúmnico más os-
tensivo.
Además de las preguntas eventualmente necesarias, ¿qué po-
demos decir? Pensemos en nuestro pariente enfermo. ¿Qué le diría-
mos? Allí estamos para servir y ser útiles de alguna manera. Podemos
argumentar que la conversación es un recurso natural de entendi-
miento entre las personas y que, conversando, podemos entendernos
y apoyarnos en nuestras necesidades. Utilicemos el recurso de la em-
patía: ¿qué nos gustaría oír si estuviésemos en el lugar del manifestan-
te? ¿Y si fuese nuestro padre el que estuviese allí necesitando ayuda u
orientación? Este es el camino del amor que nos compete recorrer a
cada paso de la atención.

7.7 El proceso de despertar y el reequilibrio


Vale la pena que hagamos, aquí, una breve revisión de las cau-
sas generadoras de los sufrimientos de los Espíritus, de cómo puede ser
utilizado este conocimiento para su auxilio y del esquema de reanuda-
ción del proceso de renovación íntima, por cuyas veredas necesitamos
ayudar al manifestante a caminar.

7.7.1 La raíz de la problemática del Espíritu sufriente


Es interesante, en este punto, examinar el egoísmo, vicio del
sentimiento que lleva a los hombres a una vida centrada en los inte-
reses propios, a su promoción en la vida material, a la adquisición del

253
Carlos Campetti / Vera Campetti

bienestar físico y riqueza sin consideración alguna a las cuestiones de las


relaciones con el prójimo o a los temas espirituales.
La pregunta 913 de El libro de los espíritus141 sitúa el egoísmo
como el vicio del cual deriva todo mal, y “[…] neutraliza todas las demás
cualidades”. El egoísmo, efectivamente, elevando el yo, el personalismo,
lleva a las personas a colocar sus intereses, puntos de vista, voluntades y
lo que consideran sus necesidades como prioridad, procurando adaptar
los hechos y el ambiente en el que viven a esta opción.
Observemos, no obstante, que en los principios de su evolución
el Espíritu en formación, en sus primeros ensayos de relaciones sociales,
parte del egocentrismo característico de la infancia de la humanidad
para establecer sus referencias ante el mundo. Se trata de la etapa na-
tural, inicial del crecimiento espiritual del hombre y de su proceso de
sociabilidad y que, normalmente, debería evolucionar hacia una com-
prensión de la necesidad de interacción de los intereses de todos como
guía del comportamiento social.
El altruismo, sentimiento contrario al egoísmo, es una construc-
ción espiritual del hombre en su caminata evolutiva. Sus primeras mani-
festaciones son dirigidas a los semejantes más próximos y que facilitan
el mantenimiento emocional del Espíritu, es decir, la familia. El amor
a la familia es vía de desarrollo espiritual inicial del ser humano. Los
amigos constituyen otra frontera de expansión del afecto, extendiéndo-
se desde ahí hacia la comunidad mayor en que vive el ser, ampliándose
hasta abrirse hacia la humanidad.
La persistencia en la centralización de los intereses del Espíritu
en el yo se transforma en egoísmo. Esta situación es considerada enfer-
miza, en esta fase que vivimos en la Tierra, por los Espíritus que des-
piertan hacia la razón y el desarrollo de las expresiones superiores de la
emoción. Cuanto más denso es el manto de inferioridad que envuelve a
la entidad, más arraigada al yo se encuentra y mayor imperio tiene sobre
ella los procesos egoístas.
El orgullo es un sentimiento asociado, pues el egoísta tiene una
estimación muy elevada de su propio yo.

254
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

7.7.2 ¿Qué necesita el Espíritu sufriente?


La principal palanca de la Bondad divina para impulsar la co-
rrección de estas distorsiones del alma se encuentra en el dolor y en
las luchas experimentales. En ellas están los recursos que impulsan a la
adquisición de valores morales y al desarrollo de las virtudes que llevan
al altruismo. Al mismo tiempo, sufriendo lo que hicimos sufrir, pasando
por las dificultades por las cuales hicimos pasar a nuestro prójimo, en
bendito sufrimiento temperado por la Misericordia Divina conforme
nuestro desempeño en las pruebas del mundo, rescatamos las deudas
cármicas adquiridas en nuestro pasado primitivo.
El conócete a ti mismo es la primera fase de la reforma consciente
del yo, en el proceso evolutivo. Este antiguo aforismo griego, registrado
en el frontispicio del Templo de Apolo en Delfos, permanece actual a
pesar de los siglos transcurridos desde que Sócrates, el conocido sabio
griego, lo inmortalizara teniendo en el perfecto conocimiento del hom-
bre el objetivo de sus estudios y de las relaciones sociales, así como de la
realidad espiritual como núcleo de la filosofía.
Efectivamente, Emmanuel142 afirma que, “Como en los tiempos
más remotos de las civilizaciones muertas, debemos reafirmar que la
más grande necesidad del ser humano sigue siendo la de conocerse a sí
mismo”. El libro de los espíritus143 ddestaca el auto-conocimiento como
el “[…] medio práctico más eficaz para mejorar en esta vida y resistir a
la incitación del mal”.
En su aplicación en la vida cotidiana, sin entrar en profundos
estudios filosóficos, implica saber lo que somos, nuestros principales
defectos, las conquistas que ya hemos alcanzado y nuestros objetivos
en la vida definiendo, de esta forma, lo que queremos de nosotros mis-
mos. Solamente a partir de ahí podemos trazar planos, estructurando,
modificando, reformulando, o encaminando nuestra vida en el sentido
escogido. Se trata, por tanto, de una acción lógica y racional necesaria
para que no nos dejemos llevar por los acontecimientos cotidianos, li-
mitándonos a reaccionar ante la vida. Es un pre-requisito para que sea-
mos parte activa en el planeamiento y ejecución de nuestra existencia.

255
Carlos Campetti / Vera Campetti

En síntesis, debemos pensar bien, examinar lo que queremos y


vivir de acuerdo con los principios espirituales que adoptamos, crean-
do en cada momento valores de elevación intelecto-moral que originen
armonía en nuestra existencia y en la relación con nuestros semejantes,
generando felicidad y alegría en nuestra vida. La felicidad y el bienestar
en el mundo sólo acontecerán cuando supere cada persona su inferio-
ridad y se renueve dando paso a la luz del bien, ascendiendo espiritual-
mente a la paz y a la armonía interior.
Para el Espíritu desviado, que vivió en el mundo reaccionando,
ejecutando sus opciones con el inmediatismo del momento sin mayores
aspiraciones espirituales o morales, el primer paso para el despertar es
la comprensión de la situación en que se encuentra. Para esto, necesita
hacer un auto-examen para saber quién es y reconocer la debilidad que
lo desvió del camino recto.
El tiempo de purgación que sigue inmediatamente a la desen-
carnación funciona, para la mayoría, como un período de reconoci-
miento inicial del yo. El dolor es la consecuencia de la equivocación.
El desengaño ante las ideas más comunes de ultratumba demuestra el
equívoco de las convicciones tradicionales en el mundo. El desencanto y
tedio señalan la necesidad de nuevas ideas y nuevos rumbos. En muchos
casos, sin embargo, la rebeldía y el endurecimiento emocional bloquean
los objetivos de este período de depuración y de reencuentro con el Yo,
introduciendo grandes complicaciones en la vida de los Espíritus que
así lo eligen, llevándolos a desperdiciar el tiempo y recursos sublimes
de regeneración.
Algunas de estas entidades agravan su situación espiritual cuan-
do se envuelven en un proceso de negación de su verdad interior y de la
realidad espiritual, reuniéndose, en su estado de rebeldía, con Espíritus
de la misma naturaleza con los que deciden perturbar su vida post mor-
tem por medio de la dominación de otros Espíritus que pasan a explotar
de una forma o de otra. De este modo incurren en desatinos mayores,
complicando su patrimonio cármico hasta el momento en que son res-
catados por la Misericordia divina, por los diversos procesos que hemos
examinado, incluyendo la atención en el grupo mediúmnico.

256
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Cuando son traídos a nosotros estos Espíritus, nuestra primera


responsabilidad es procurar reforzar el proceso de concienciación. El
paso inicial ineludible para el reequilibrio del Espíritu es la consolida-
ción de este reencuentro consigo mismo. El Espíritu necesita reconocer
que sufre, concordar en que necesita ayuda, acceder a buscar los recur-
sos de la Misericordia Divina para sus necesidades, admitir la necesidad
de cambiar el rumbo y abrir el corazón a la orientación superior. Es el
conócete a ti mismo lo que necesitamos ayudar a buscar al manifestante.
Esto no significa que le debamos decir: ¡Mira tú estás equivoca-
do y necesitas reconocerte! El proceso es sutil, donde vale más la induc-
ción que la declaración. Esto significa que debemos llevar al Espíritu a
buscar el auto-conocimiento y no a acosarlo con meras e inútiles afir-
maciones en este sentido.

7.7.3 Cómo utilizar este conocimiento en la reunión mediúmnica


La solución, como propuesta de utilización del conocimiento de
esta estructura inicial del ser humano en el proceso de orientación a los
Espíritus que se manifiestan en los trabajos mediúmnicos, puede ser
simple: en primer lugar, comprendiendo que viven una fase de la evolu-
ción espiritual por la que todos pasamos y de donde unos emergen más
rápidamente que los otros y poniéndonos en posición de simpatía en
relación al Espíritu desmantelado, sufriente o rebelde que nos es traído
para la ayuda que pudiéramos prestar.
El segundo paso es procurar retirar a la entidad de esa envoltura
infantil que limita sus emociones, llevándolo a recordar a sus afectos, a
las personas con las cuales estableció los vínculos emocionales iniciales
de la evolución: familia, amigos, amores considerando que no hay ser
que no haya recibido nunca afecto, pues la Bondad divina siembra amor
a nuestro paso, desde el amanecer de nuestra humanidad.
Emmanuel144 confirma que hay una gradación del amor que
[...] en todos los tiempos ha existido, así como gradual es taam-
bién la posición de todos los seres en la infinita escala del progre-
so. […] Ya en las más humildes manifestaciones de los reinos in-
feriores de la Naturaleza observamos la exteriorización del amor

257
Carlos Campetti / Vera Campetti

en su modalidad divina. En el polvo cósmico, síntesis de la vida,


tenemos las atracciones magnéticas profundas. En los cuerpos
simples, vemos los que en química reciben el nombre de “preci-
pitados”. En los reinos mineral y vegetal se verifica el problema de
las indispensables combinaciones. En las expresiones de la vida
animal advertimos, en todo, la presencia del amor, en gradacio-
nes innumerables, que van desde la violencia hasta la ternura,
dentro de las manifestaciones que hacen los irracionales.
Entre los hombres es asimismo el amor el que preside todas las
actividades de la existencia, así en la familia como en la sociedad.
Una vez que reconozcamos su divina luz en todos los ámbitos,
comprobaremos la unión de los seres como un sagrado punto de
referencia de esa ley única que rige el Universo. [...]
Convocadas a esa verdad, algunas entidades que procuramos
ayudar a adentrarse en el proceso del despertar del amor, de la emoción
positiva llegan a decir irritadas: “– Nadie me ha amado ni yo he amado”.
Después viene alguien que fue objeto de sus crímenes, muchas veces
atroces, y que le ofrece la mano con compasión. Y preguntan: “– ¿Cómo,
él o ella, podría perdonarme?” No comprenden que el afecto, el amor
no siempre se manifiesta en nuestras vidas de manera habitual. Cuando
no se acuerda efectivamente de nadie, existe siempre el amor infinito
del Padre y el cariño insuperable de Jesús, el Buen Pastor que da la vida
por las ovejas que el Padre le confió. Habitualmente la carencia afectiva
de estos hermanos desorientados es tan intensa, que el amor, el afecto,
la consideración pueden operar el milagro de su conversación interior.
Por otro lado, los lamentables procesos de dolor en que todos
están inmersos constituyen un incentivo de lo más poderoso para hacer
que el Espíritu acepte la ayuda y la orientación que se les ofrece.
Existen ocasiones en que, a merced de procesos de magnetiza-
ción a que fueron sometidos por asociados de errores, estas entidades
comparecen con la sensibilidad embotada, olvidadas de los dolores de
su pasado reciente, dopadas en los recursos más sublimes del alma por
terapias criminales utilizadas en las regiones inferiores de la vida espi-
ritual.

258
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Los trabajadores de Jesús, en el plano de vida espiritual, instrui-


dos en técnicas de recuperación suelen retirar esas corazas que impiden
al Espíritu sentir y les restauran muchas veces el dolor y el sufrimiento
con que desencarnaron, como el médico que receta y aplica un remedio
amargo o doloroso, pero que llevará a la curación del paciente. Nuestro
corazón se angustia en estas situaciones en que la entidad de amenaza-
dora, irritada o fría y calculadora, pasa a retorcerse conmovida por el
dolor moral.
En otros casos, se presentan entidades que llegan al grupo me-
diúmnico con dolores superlativos que precisan ser reducidos a niveles
por lo menos soportables para que los pobres enfermos tengan condi-
ciones de razonar y comprender. Muchas lesiones del cuerpo espiritual
necesitan ser tratadas como en el caso de los suicidas, que solamente
cuando sienten el alivio de la atención espiritual, la acción de los medi-
camentos utilizados en la Espiritualidad es cuando pasan a presentar las
condiciones para ser tratados con eficacia.
Es André Luiz145 el que nos informa de cómo se realiza el trata-
miento de estos enfermos en el plano espiritual:
En la Espiritualidad, los servidores de la medicina penetran con más
seguridad en la historia del enfermo para estudiar, con el éxito posi-
ble, los mecanismos de la afección que se les presenta.
Por ello los exámenes en los tejidos psicosomáticos son realizados
con aparatos de precisión, correspondiendo a las inspecciones ins-
trumentales de laboratorio en voga en la Tierra, los que son en-
riquecidos con la ficha kármica del paciente, lo cual determina la
reversibilidad o irreversibilidad de la molestia, antes de la nueva
encarnación, motivo por el cual numerosos dolientes son tratados,
pero solamente curados mediante prolongadas o cortas internacio-
nes en el campo físico, a efecto de que las causas profundas del mal
sean extirpadas de la mente por el contacto directo con las luchas en
que se generaran.
Es conveniente, por tanto, que el médico espiritual se valga aún, en
cierta manera, de la medicación que os es conocida, en el socorro a
los desencarnados en sufrimiento, puesto que, en el mismo mun-
do terrestre, todo remedio de la farmacopea humana, hasta cierto

259
Carlos Campetti / Vera Campetti

punto, es una proyección de los elementos quimioeléctricos sobre las


agregaciones celulares, estimulándoles las funciones o corrigiéndo-
las, según las características del desequilibrio con que la enfermedad
se manifieste. [...]
A este tratamiento, según explica André Luiz, se suma la psi-
coterapia y el magnetismo ampliamente usados en el plano extrafísico,
que exigen del médico espiritual grandeza de carácter y pureza de co-
razón. En muchos casos se le sigue la internación hospitalaria necesaria
para que la entidad se restablezca periespiritual y psíquicamente. Por
este motivo es que muchas veces los Espíritus ven camillas que le son
ofrecidas, enfermeros que los tratan y medican y que cariñosamente le
ofrecen el amparo para la partida hacia las estaciones espirituales de
hospitalización.
Existen situaciones en que el manifestante precisa que sea incen-
tivado en la toma de conciencia de sus dificultades, una vez alcanzado
cierto nivel de comprensión respecto a la condición en que se encuen-
tra. A continuación, hay que hacer que se disponga a adoptar las dis-
posiciones íntimas necesarias para el reequilibrio o por lo menos que
acepte la ayuda que necesita para el fortalecimiento espiritual, como un
primer paso para ese reequilibrio.
La función del orientador en esta fase del proceso en el ejercicio
del amor al prójimo enseñado por Jesús es procurar apoyar emocional-
mente al enfermo, a buscar la elevación posible de pensamiento para
que los recursos de la Luz Divina puedan ser aprovechados en su fa-
vor. Como dijimos, la oración coopera eficazmente en este sentido y los
textos evangélicos son la luz que ilumina los caminos de retorno para
el Espíritu que perdió el rumbo en la locura del error, en el desvío del
egoísmo.
Esta es una síntesis muy sencilla del inicio del proceso de re-
equilibrio de los Espíritus, a los que corresponde, a partir de ahí, de-
sarrollarse rumbo al bien con el apoyo de los Benefactores Espirituales
que los encaminan a la atención médica. Ciertamente, la experiencia en
los trabajos de esclarecimiento a los manifestantes va a llevar a los adoc-
trinadores al conocimiento y comprensión de matices y estructuras más
complejas que se establecen en cada caso.

260
Capítulo 8 La diversificación individual del ser huma-
no es innegable. Siendo los Espíritus seres
Algunas humanos desencarnados, sería ideal eva-
luar y trazar líneas de diálogo para cada
situaciones caso. No obstante, sería prácticamente im-
en las que se posible cubrir toda la gama de personalida-
des y de problemáticas existentes. Tampoco
encuentran se puede, frente a la complejidad del alma
humana, caracterizar a cada entidad, pro-
los Espíritus curando encajarla en modelos necesaria-
mente genéricos y fraccionados.
A despecho de lo inadecuado de cualquier
proceso de esta naturaleza, necesitamos,
para fines didácticos exclusivamente, anali-
zar algunas de las problemáticas más comu-
nes a partir de circunstancias, datos e infor-
maciones que podríamos reunir o incluso
de rasgos de personalidad de los Espíritus
que se manifiestan en el grupo mediúm-
nico. Tendremos que valernos aquí de una
lista simplificada en beneficio de nuestra
mejor comprensión, conscientes, todavía,
de que toda generalización siempre implica
dejar de lado aspectos importantes para la
atención de la situación individual.
Muchas veces estas características y con-
diciones se sobreponen y complementan,
otras veces la entidad que se comunica no
presenta ajuste aproximado con cualquiera
de los grupos que a continuación analiza-
mos.

261
Carlos Campetti / Vera Campetti

De este modo, encaremos el estudio que se sigue como un pano-


rama que tiene la intención de permitir una visión genérica y necesaria-
mente superficial conforme las observaciones, también limitadas, que
podemos hacer en los grupos mediúmnicos que frecuentamos. Otros
autores, como Hermino C. Miranda, principalmente en Diálogos con las
sombras, presentan una clasificación diferente que vale la pena conocer.
Para tornar más claras nuestras afirmaciones y conjeturas va-
mos a relatar también, en las oportunidades que creemos convenientes
y cuando sea relevante, algunos casos que ilustran adecuadamente la
problemática examinada, con el debido respeto a los hermanos que he-
mos llegado a conocer y con quien pudimos interaccionar. Justificamos
nuestra voluntaria indiscreción con la finalidad de este estudio, que
principalmente trata de ofrecer contribuciones a los espíritas en la ta-
rea de ayudar a los necesitados del plano espiritual, así como de prestar
apoyo a los encarnados asediados por las dificultades relacionadas con
las actividades del plano invisible.

8.1 Principales tipos de Espíritus traídos


a los trabajos mediúmnicos

8.1.1 Vinculados a la vida física


Al tratar de los Espíritus vinculados a la vida física estamos con-
siderando a aquellos que prestaron poca atención a la realidad espiritual
durante su vida en la materia, independientemente del tiempo de su
desencarnación. Incluimos, de este modo, en esta categoría, Espíritus en
los que predomina el problema de la vinculación excesiva a la materia y
que necesitan de la interacción fluidica con el médium para facilitar la
separación de los obstáculos físicos o afectivos, el despertar a la actual
realidad en que se encuentran, o también, la ampliación de sus percep-
ciones en relación al mundo espiritual.
Tal sería el caso, por ejemplo, de un Espíritu que se manifes-
tó en el grupo extrañándole la luz reducida y quejándose de malestar

262
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

general. “– ¿Dónde estoy?” – preguntaba. “– ¿Por qué está todo tan os-
curo? ¿Cómo he venido a parar a esta sala? ¡Estaba haciendo un viaje!”
súbitamente se pasó la mano por el pecho y exclamó: “– ¡Santa Madre
de Dios, yo no estaba con esta ropa!” Mientras el adoctrinador inten-
taba tranquilizarlo, para procurar desarrollar el clima necesario para el
esclarecimiento, le surge una idea: “– ¡Dios mío, es como en la película
‘Los Otros’!” (Película que muestra una familia que habita en una anti-
gua mansión y que desconoce su desencarnación y de la cual sólo se da
cuenta casi al final de la película). “– ¿Será que…?” – pregunta. “¡Oh
Dios mío, tengo miedo!” A partir de ahí el esclarecimiento se hizo más
fácil y la oración ayudó a elevar el padrón vibratorio del manifestante
para que él pudiese percibir el plano espiritual, a los Espíritus que allí
prestaban la asistencia a los necesitados y al familiar que vino a recibirlo
en el umbral de la nueva vida.
En este grupo pueden ser incluidos los materialistas que se de-
jan llevar por los excesos del culto a la inteligencia o del racionalismo
desorientado. Son adormecedores del amor-propio, que no logran ra-
zonar más allá de sus conveniencias o prevenciones, creyendo que no
existe nada más allá del estrecho límite de sus sentidos físicos. La propia
existencia de la vida tras la muerte los coloca inicialmente en estado de
confusión y, con el tiempo, los hace revisar sus ideas y convicciones.
También es el caso de los que se vinculan a la vida material, sin
alzar la vista a los procesos de espiritualización y crecimiento interior,
presos a los intereses del día a día y luchando arduamente en una vida
de objetivos inmediatistas. En casos extremos, llegan al plano espiri-
tual en una situación muy penosa. Centrados en una vida materialista,
creían fijamente que la vida terminaba con la nada, que consideraban
como un sueño interminable. El Espíritu André Luiz relata las palabras
de Narcisa, en Nuestro Hogar,146 sobre la situación de estos “semi-muer-
tos”, llamados “creyentes negativos”, que “[…] convirtieron la experien-
cia humana en constante preparación para un gran sueño, y como no
tenían la más ligera idea del valor del bien, al servicio de la colectividad,
no tienen otro recurso que el de dormir largos años en pesadillas sinies-
tras. […]”
En circunstancias normales la vinculación a la materia puede
generar la incapacidad de percibir la ayuda espiritual. Cuando es excesi-
vo, el apego al cuerpo físico puede prolongarse hasta que el Espíritu pasa

263
Carlos Campetti / Vera Campetti

a sufrir los horrores de la descomposición. ¡Cuántos hermanos se pre-


sentan en los grupos mediúmnicos bajo conmovedores padecimientos,
sintiendo la acción de los gusanos, la desesperación de creerse enterra-
dos “vivos” y, en muchas ocasiones, la tristeza de creerse traicionados o
abandonados por sus seres queridos!
También es muy común la situación de que el Espíritu se cree
que sus familiares y amigos no se interesan más por él, habiéndolo de-
jado en el hospital o en su propia casa desatendido, o incluso, que sus
entes queridos le hacen oídos sordos, ignorando su desdicha y siguien-
do con su vida rutinaria, como si no lo estuviesen viendo u oyendo. Son
frecuentes los casos en que el Espíritu se apega a la familia o a otros
seres queridos. Algunas veces, principalmente cuando establece alguna
vinculación entre su situación de desdicha y alguien a quien considera
enemigo, queda preso a aquellos a quien odia.
En otras ocasiones, sus ataduras se encuentran en determinados
lugares de su predilección o a los que se ata por fuertes lazos del hábito o
el uso cotidiano. Tal es el caso, por ejemplo, de una señora, nuestra veci-
na, que desencarnó con mucha edad y que por largo tiempo permanecía
meciéndose en su mecedora habitual frente a la televisión, asustando a
su familia de poca preparación espiritual e interesantes recursos me-
diúmnicos. Otra situación peculiar fue la de un señor, también desen-
carnado anciano que durante el trabajo mediúmnico entró en el Centro
Espírita con pasos tan pesados que pudimos oír y acompañar hasta que
se puso detrás de uno de los médiums por el que se comunicó diciendo
que no entendía lo que pasaba, refiriéndose, entre otros hechos, a que
fue al mercado a comprar y el vendedor lo ignoró. Decía: “– No sé lo
que está ocurriendo, pues siempre compré allí y el vendedor me atendía
sin problemas. Ahora quiero llevar comida a casa y él no me responde”.
En casos de esta naturaleza la entidad manifestante necesita
incentivarla al esfuerzo de reformulación de sus ideas y convicciones.
Reconocerse en el plano espiritual y concienciarse de que una nueva
vida se le abre ante sí sería el objetivo al que el orientador debe pro-
curar conducirla. Claro que, en la mayoría de los casos, ante la total
despreocupación de la preparación para la verdad de la muerte física y
de su nueva realidad en el plano espiritual, hay que evitar enfrentar al

264
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

pobre sufriente con declaraciones muy directas como comunicándole la


muerte del cuerpo físico, por ejemplo.
El asunto se puede introducir con delicadeza y tacto, por me-
dio de referencias a las verdades básicas de la sobrevivencia del Espíritu
al fenómeno de la muerte, dejando la afirmativa final para el propio
necesitado. Es interesante que dejemos al manifestante la pregunta o
afirmación: “– Entonces, ¿he muerto?” Claro que surgirán oportunida-
des en que podremos informar, de modo indirecto, sobre la ocurrencia
de la desencarnación. Se puede inclusive utilizar afirmaciones delicadas
como, por ejemplo, “Comprendemos que usted pasó por una situación
muy difícil de transición”, o también, “en verdad usted está viviendo una
realidad diferente”, y otras tantas afirmaciones en este sentido que nues-
tra creatividad consiga introducir en el diálogo, siempre guiados por el
sentido de la oportunidad y conveniencia.
El orientador precisa dosificar la verdad. Si no fuera posible en
absoluto caminar en este sentido, podemos mantener la atención en el
nivel asistencial, procurando, por lo menos, llevar al manifestante a per-
cibir el socorro que está recibiendo de los Espíritus que normalmente
hacen el trabajo inicial de enfermería, vistos como médicos o enferme-
ros comunes del plano físico por el Espíritu que se cree simplemente
enfermo.

8.1.2 Vinculados a la modalidad de desencarnación


Pueden considerarse aquí a los Espíritus que mantienen las
sensaciones de las enfermedades o que continúan sintiendo los efectos
de los accidentes por los cuales desencarnaron. Manifiestan los sínto-
mas de las dolencias que los llevaron a la tumba, pueden sentir dolores,
problemas respiratorios o de otra naturaleza, se sienten inválidos o mu-
tilados. Todavía pueden ser incluidos en este grupo a los Espíritus que
optaron por el suicidio, siendo los padecimientos más graves en esos
casos, pues el dolor de algunos de ellos es multiplicado por la repeti-
ción sistemática del acto final del drama de su desencarnación.
De modo general, los Espíritus de poca o de mediana evolución
al desencarnar mantienen por un tiempo más o menos largo, conforme

265
Carlos Campetti / Vera Campetti

la condición íntima de cada uno, las señales de las enfermedades, del


choque, o del accidente violento del momento de la muerte física.
Algunos se presentan con un profundo sufrimiento, lo que no
les permite siquiera pensar en el socorro que necesitan. Sólo se quejan,
lloran o gimen bajo la constricción del dolor. Otros, también, bajo la
impresión de vivir con el cuerpo físico piden el socorro de enfermeros,
médicos y hospitales para el alivio de su padecimiento.
Todos tienen dificultades en deshacerse del dolor por descono-
cer la realidad espiritual a la que pasaron, así como por ignorar los re-
cursos curativos de la oración. En su mayoría, o no recuerdan el poder
del divino Bien o no consiguen movilizar los recursos de la voluntad
y del auto-control para sobreponerse al sufrimiento y relacionar los
pensamientos y las emociones en la búsqueda del auxilio divino para
sus dolores.
Solamente cuando el agotamiento y la pérdida de las energías
extinguen la exasperación y traen la reconciliación y la resignación es
cuando el alma se dispone a oír los ecos del Divino Amor que impreg-
nan la naturaleza invitándonos a la comunión con los impulsos nobles
de nuestro Yo interior.
Muchas veces, la Misericordia divina se manifiesta en medio
del sufrimiento impulsada por alguna oración bondadosa de un ser
querido o por créditos espirituales que pueden ser movilizados a favor
del Espíritu en el proceso de dolor reparador. El Espíritu puede ser lle-
vado a la atención mediúmnica de forma que se apresure su despertar
a la realidad espiritual y acelere la recuperación.
El consuelo es clave en estos casos con la expresión de la soli-
daridad y deseo sincero de ayudar. En casos de gran sufrimiento los
pases pueden ayudar mucho. Para esta clase de Espíritus en todas las
situaciones la oración es siempre recomendable.

Causas de los dolores después de la desencarnación


Es interesante que examinemos el proceso que determina esta
continuación de las sensaciones del cuerpo físico. Allan Kardec afirma

266
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

(LE 257), en este sentido, que el alma tiene la percepción del dolor mate-
rial que recibe a través del periespíritu, que es el agente de las sensaciones
exteriores. Con la desencarnación y la pérdida del cuerpo físico, el peri-
espíritu sigue reflejando los dolores del alma que o bien son repercusio-
nes de los desequilibrios morales y espirituales que el individuo carga o
son ecos de las enfermedades, accidentes o de la elección de la muerte
voluntaria que condujeron al Espíritu a la desencarnación.
Este fenómeno resulta de la naturaleza plástica y maleable de la
que está dotado el periespíritu. Es el instrumento de comunicación con
la materia formado a partir del elemento material rarefacto que circunda
nuestro orbe y que Kardec denomina fluido universal, del cual también
se origina el cuerpo físico. De este modo, el Espíritu imprime la marca
de sus características individuales en su propio periespíritu de acuerdo
con el mismo principio y de igual modo como actúa para la modifica-
ción del fluido ambiente, por el poder del pensamiento, en la actividad
de co-creación.
Siempre hay que recordar que las enfermedades físicas y sus
matrices periespirituales tienen sus orígenes en los desequilibrios o dis-
funciones espirituales. El Espíritu Áureo,147 en el libro Universo y vida
confirma que son de las vibraciones de la mente espiritual de las que
dependen la armonía y la desarmonía orgánicas de la personalidad y,
por tanto, la salud o la enfermedad del periespíritu y del cuerpo material.
Nada más natural, por tanto, que el Espíritu, al desencarnar, mantenga
por algún tiempo, más o menos largo, conforme el nivel de comprensión
de la vida y de los valores del bien, las repercusiones de los más recientes
problemas físicos en su cuerpo periespiritual.
Los Espíritus superiores, de este modo, se presentan como focos
de luz, irradiando serenidad, emotividad superior y paz. Los Espíritus en
desequilibrio imprimen de forma automática, en su propio periespíritu,
las señales de sus errores y vicios, así como las enfermedades, distorsio-
nes y dilaceraciones que resultan de compromisos negativos adquiridos
al apartarse el alma del camino recto y del cumplimiento del deber. ¿Esto
implica dolor? Ciertamente. André Luiz relata que Gotuzo, médico des-
encarnado que trabajaba en beneficio de entidades muy arraigadas a la
materia, en una Casa Transitoria en las regiones umbralinas inferiores,

267
Carlos Campetti / Vera Campetti

comenta que “[…] El cuerpo astral es una organización viva, tan viva
como el aparato fisiológico en el que vivíamos en el plano carnal […]”.148
En el mismo libro,149 André Luiz relata una excursión de apoyo
a sufrientes en la que describe que las filas de sufridores se extendían:
[...] como una gran procesión de duendes silenciosos y tristes, que
parecían guardar impresas en el cuerpo astral todas las caracterís-
ticas de las enfermedades físicas traídas de la Corteza Terrestre. Se
veían allí a todos los tipos de necesitados: lesionados, heridos, in-
digentes, que constriñéndonos los corazones se exhibían ante no-
sotros. [...]
Recordamos a una entidad triste que se manifestó en nuestro
grupo mediúmnico llorando pacíficamente. Dijo que sabía que había
muerto y preguntaba: “– ¿Pero cómo puedo seguir con este dolor en el
pecho como si aún tuviese un corazón?” ¡Y lo tiene! El periespíritu es el
molde del cuerpo que reproduce órganos, estructura y características.
Cuando la persona pasa por una larga enfermedad antes de la
desencarnación normalmente se inicia, aún en el cuerpo físico, una pur-
gación que predispone al sentimiento y a la razón a la aceptación del
fenómeno de la muerte física. No es el caso de las desencarnaciones por
accidentes que el desprendimiento súbito e inesperado puede ser fuente
de dolor y sufrimiento para el Espíritu. Casi nunca este se encuentra
preparado para el desenlace tanto por tratarse de un hecho imprevisto,
con la ruptura brusca de los lazos que lo prendían al cuerpo, como por
la inconformidad normal en estos casos.
La situación del Espíritu se hace aún más difícil cuando la
muerte súbita tiene lugar por la propia negligencia o desequilibrio de
la víctima –como en el caso de los accidentes en carretera en los que el
conductor cansado se duerme al volante, o bien cuando la bebida alco-
hólica precipita el hecho– situaciones que podrían ser descritas como
suicidio involuntario o inconscientemente buscado y que vamos a exa-
minar, a continuación, con más detalle.
Podemos sintetizar la cuestión relativa a los Espíritus de baja
comprensión espiritual de la siguiente forma: el ser en desequilibrio im-
pregna sus problemas en el periespíritu que los traduce en desarmonías

268
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

en el cuerpo físico. Surgiendo la desencarnación, el apego a la materia


y el desequilibrio del individuo hacen que el periespíritu siga reflejando
los problemas espirituales y evolutivos de las criaturas. De este modo,
las desarmonías físicas, en los Espíritus más materializados, siguen
imantadas al periespíritu y tienen su origen en la inferioridad del pro-
pio Espíritu.
Cuando se encuentra en proceso de reajuste emocional y espiri-
tual las repercusiones en el periespíritu disminuyen gradualmente hasta
desaparecer. Pero pueden ocurrir recaídas por los desequilibrios emo-
cionales provocados por el odio, por el deseo del mal o por el simple
recuerdo de las relaciones dejadas en el mundo carnal.
Para los Espíritus de un nivel espiritual superior la situación es
diferente, pues Kardec enseña (LE 257)150 que:
[...] cuando abandone esa envoltura no sufrirá más su influencia.
Los padecimientos físicos que haya experimentado no dejarán en
él ningún recuerdo penoso; no le quedará al respecto ninguna im-
presión desagradable, porque sólo le habrán afectado al cuerpo y
no al Espíritu. Se sentirá feliz de haberse liberado, y la paz de su
conciencia lo eximirá de todo sufrimiento moral. [...]

Distraídos
La gran mayoría de los Espíritus en condiciones de persistencia
de dolorosas sensaciones de enfermedad o incapacidad son atendidos
directamente, en el mismo plano espiritual, por los Espíritus trabajado-
res que desarrollan actividades de socorro en las regiones umbralinas y
en las tinieblas, con una gran dosis de sacrificio y dedicación al bien. Se
presentan a las actividades mediúmnicas aquellos que necesitan de una
mayor interacción con los recursos del plano físico para su despertar y
reequilibrio. Entre estos están los distraídos que vivieron la vida sin dar
la mayor importancia a sus compromisos. Cuando no tienen otra cosa
que hacer, cumplen simplemente con el deber y vuelven para su vida de
inercia, viendo pasar el tiempo.
Esta situación es la de aquellos que no emprenden la lucha de
la perfección por miedo, cobardía, pereza moral o intelectual que los

269
Carlos Campetti / Vera Campetti

mantiene en estado de inercia espiritual o por la falta de elección del


bien. Son individuos que retroceden ante los desafíos, sin tener fuertes
convicciones o ideas propias que defender.
Cuando están encarnados son lo que la gente denomina “María
va con las otras”. Viven en el mundo siguiendo la corriente de pensa-
miento de la época, sin desarrollar la inteligencia de la vida y el cono-
cimiento filosófico necesario para elevarse por encima del común de
los hombres. Pueden ser luminarias en otras áreas del conocimiento,
incluso grandes matemáticos o científicos, pero no se dedican a medi-
tar en el aspecto del alma y del comportamiento, o incluso de la ética
y del pensamiento humano. Sin ideas propias viven la vida por vivir,
simplemente dejándose llevar. No son malos, pero tampoco toman la
opción consciente del bien. Les falta la voluntad y la disposición.
Algunas veces, cuando no asumieron gran compromiso moral,
son atendidos en el propio plano espiritual después de un período de
purgación más o menos largo. Normalmente sólo se presentan a la re-
unión mediúmnica cuando su extrema unión con la materia los lleva
a tener dificultades en la percepción de los benefactores espirituales.
Con mucha frecuencia, su falta de valor o su pereza los convierte en
rebeldes pasivos, requiriendo fuertes envites de dolor para arrancarlos
de la inercia.
Cuando el problema de la vinculación a la modalidad de la des-
encarnación es identificado – lo que se consigue casi de inmediato, da-
das las características muy precisas del caso– necesitan calmarse con
palabras agradables que los distraigan de sus dolores, despertándoles la
atención hacia la enfermería que seguramente ya les está siendo sumi-
nistrada. La oración es importante como elemento de elevación que les
permite la sintonía con los recursos del plano espiritual superior que
fluyen en su socorro. En algunos casos es posible avanzar orientaciones
sobre la importancia del aprovechamiento del tiempo y del uso de los
recursos de la vida para el bien del prójimo.

270
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Suicidas
El caso de los suicidas merece ser examinado aparte por la com-
plejidad de la situación que estos Espíritus viven en el plano espiritual.
Están los suicidas involuntarios, cuya desencarnación se debe a enfer-
medades procedentes del abuso contra el cuerpo físico o de acciden-
tes, conforme mencionamos más arriba, provocados por descuidos o
desequilibrio. Es el caso de aquellos que llevan una vida de desconsi-
deración ante la dádiva divina del cuerpo físico. Estos pueden ser con-
siderados suicidios prolongados en el tiempo y que gradualmente van
minando el cuerpo de aquel que se deja dominar por la inercia del día a
día en la interacción con el mundo material. Normalmente estos indivi-
duos también están afectados por los resultados de sus propias actitudes
irrazonables ante el mundo y sus semejantes y alcanzados por las vibra-
ciones de odio y aversión que siembran a su alrededor.
Este es el caso del propio André Luiz, como él relata en el libro
Nuestro hogar151 Identificado como suicida, sin reconocerse en esta con-
dición, recibió la siguiente aclaración:
[...] La oclusión (intestinal) se derivaba de elementos cancerosos
y éstos, a su vez, de algunas liviandades de mi estimado herma-
no, en el terreno de la sífilis. La enfermedad tal vez no hubiera
asumido características tan graves si su procedimiento mental en
el planeta estuviesse encuadrado en los principios de la fraterni-
dad y de la temperancia. Sin embargo, su modo especial de con-
vivir, muchas veces exasperado y sombrío, captaba destructoras
vibraciones de aquellos que lo oían. ¿Nunca imaginó que la cólera
fuese un manantial de fuerzas negativas para nosotros mismos?
La ausencia de autodominio, la inadvertencia en el trato con los
semejantes, a los cuales muchas veces ofendió sin reflexionar, lo
condujeron con frecuencia a la esfera de los seres enfermos e in-
feriores. Tal circunstancia agravó, mucho, su estado físico. [...]
Existen también aquellos que buscan la muerte voluntaria bajo
diferentes justificaciones más o menos graves. Desilusiones amorosas,
bancarrotas financieras, pérdidas de seres queridos, muerte dolorosa
eminente y tantas otras razones alegadas, todas disculpas que marcaron

271
Carlos Campetti / Vera Campetti

la falta de valor moral ante los infortunios y la ignorancia de la realidad


del alma, de la cual resulta la falta de fe y de confianza en Dios.
La primera decepción que les aguarda a los suicidas es la cons-
tatación de que la vida prosigue y de que su situación se encuentra agra-
vada por tormentos superiores, pues el momento de la desencarnación,
con todos los dolores y pavor, permanece grabado en su memoria espi-
ritual imborrable. Además, el Espíritu sigue en viva unión con el cuerpo
en deterioro, sintiendo los ecos de los gusanos trabajando, afanosamen-
te, en la descomposición para la reabsorción natural de sus elementos.
En la mayoría de los casos, el Espíritu ve el momento de la muerte repi-
tiéndose indefinidamente, años tras años, hasta la completa destrucción
de los lazos que lo prenden a la materia.
Nos causó mucha lástima un pobre Espíritu que vino a la aten-
ción mediúmnica después de haber desempeñado el papel de bomba
viviente en un país de Oriente Medio. Su estado de profundo remordi-
miento y de vacilación en el último instante que manifestó a sus supe-
riores jerárquicos, en la organización a la que pertenecía, le permitió
que fuese atendido y llevado a una nueva encarnación que le ayudase
a reparar el periespíritu muy lesionado. Se presentó agitando los bra-
zos desequilibradamente en el aire, mientras gritaba: “No, yo no quiero
más. Ustedes no me pueden obligar a esto.” A continuación clamaba:
“¡Apártense, apártense, va a explotar, va a explotar!” Pasaba entonces
por un síncope para, inmediatamente, ponerse a reunir residuos que no
podíamos ver y decía: “– Ay, por Alá, mi cuerpo, no ha quedado nada,
nada. ¿Qué soy yo ahora?” La necesaria acción de recomposición peri-
espiritual fue efectuada con el apoyo de los recursos fluidicos de los par-
ticipantes manipulados por técnicos espirituales, lo que no impediría
la aparición de lesiones en el futuro cuerpo físico, pero que constituyó
una bendición para el Espíritu que, después, no cesaba de agradecer a la
Bondad divina el alivio que experimentaba y la oportunidad del reajuste
con el que se descubría.
En la atención a los suicidas debemos considerar que, al deser-
tar de las pruebas y expiaciones del mundo físico, el Espíritu incurre
en un débito mayor al manifestar extrema rebeldía ante la vida y, por

272
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

consiguiente, ante la Ley divina, además de desestructurar los centros


energéticos del periespíritu.
Cuando son traídos al grupo mediúmnico, de modo general, los
suicidas ya vienen de un largo proceso purgatorial durante el cual fue-
ron agotadas las energías vitales que lo mantenían unido a los despojos
físicos. Los ecos del acto infortunado, sin embargo, prosiguen actuando
y el suicida necesita el apoyo fluidico para mejora de su condición pe-
riespiritual, así como esclarecimiento y orientación para encontrar una
vía de solución a su problemática.
Los pases y la oración son esenciales para la recomposición pe-
riespiritual, presidida por los benefactores desencarnados. En cuanto al
esclarecimiento prestado, hay que considerar que los suicidas se pueden
presentar por lo menos con dos características diferentes. En algún caso,
el Espíritu ya comprendió su error y lamenta el hecho irreflexivo. Desea
la oportunidad del reequilibrio, pero no sabe cómo hacerlo para recon-
ciliarse con las Leyes divinas y recomenzar el camino con nuevo rumbo.
En otra situación el suicida sigue pretendiendo la muerte, lamentándose
por no haber podido conseguir su objetivo y, en algunos casos, llega a
acusar a la Divinidad de injusta por haberle concedido el don de la vida.
En el primer caso, donde el remordimiento y la comprensión
en cuanto a la lamentable equivocación ya ha dado inicio al proceso de
reequilibrio, la asistencia es más fácil, pues, se centra además del nece-
sario tratamiento fluidico en el esclarecimiento en cuanto a las bendi-
ciones de la Bondad divina, que siempre da al culpable la oportunidad
de reajuste y de volver a comenzar. Debemos recomendar e insistir al
Espíritu en el sentido de que procure deshacerse del pensamiento del
pasado, pues el simple recuerdo del suicidio lo llevará al torbellino de
la rememoración del acto practicado y del inmenso dolor al que lo ha
llevado. Los recuerdos y lamentaciones pueden arrastrar a las recaídas.
La curación requiere una mente firme en el bien y en el propósito del
reequilibrio.
Es interesante informar en cuanto al tratamiento que el Espíritu
va a recibir en el plano espiritual para levantar su ánimo y garantizarle
que no estará solo en esta dificultad, que recibirá atención y servicios de
enfermería. Este dato se confirma cuando el Espíritu finalmente pasa

273
Carlos Campetti / Vera Campetti

a recibir el servicio de enfermería que se le está prestando, consigue


visualizar la camilla que le ofrecen y, en muchos casos, puede percibir al
familiar o al amigo que lo atiende en este momento de reencuentro in-
terior. No podemos olvidar que la asistencia médica que se ofrece en el
plano material a los enfermos es una pálida réplica de los métodos utili-
zados en la Espiritualidad para el tratamiento de las lesiones del cuerpo
periespiritual.
En el segundo caso, cuando el suicida se mantiene en actitud
de rebeldía ante la vida y los designios divinos, compete al adoctrina-
dor orientar al manifestante para que haga aflorar a la superficie de su
conciencia el error en el que incidió, ayudándolo a reconocer que el he-
cho practicado empeoró su condición, añadiendo más dolor a su estado
de sufrimiento, sin haber resuelto el problema original que lo llevó al
suicidio. Todo esclarecimiento debe ser siempre aliviado debidamente
con las promesas de la Misericordia divina. Recordemos la afirmativa
de Pedro (Pedro, 3:9) que dice: “El Señor no retarda el cumplimiento de
la promesa, como creen algunos que le acusan de tardanza, sino que usa
la paciencia con vosotros, pues no quiere que nadie perezca, sino que
todos alcancen el arrepentimiento.”
Recordemos, también, la parábola de la oveja perdida (Lucas,
15:7) en la que Jesús concluye que “habrá más alegría en el cielo por un
pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no nece-
sitan arrepentirse”.
Es importante que se conciencie que su vida no terminó y su
destino no está concluido. El infierno y el purgatorio son estados del
alma de los que todas las criaturas se pueden levantar. Recordemos que,
en el trabajo de atención mediúmnica, el esclarecedor es siempre un
evangelizador y solamente el Evangelio puede elevar a las almas del su-
frimiento y reencaminarlas para la armonización interior y la paz de
espíritu tan necesaria para la vida.

8.1.3 Culpables y arrepentidos


Aquí consideramos a los Espíritus que incurrieran en faltas gra-
ves y fueran recogidos por los mecanismos de la Justicia Divina. Sufren
en las zonas umbralinas o tenebrosas en conformidad a la naturaleza de
sus actos contra el prójimo y de las responsabilidades negativas en que

274
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

incurrieron. Cuando se manifiestan en el grupo mediúmnico se carac-


terizan o por el remordimiento o por la insania de los que desconocen la
extensión de sus débitos y de los que ignoran las nefastas consecuencias
de su crueldad contra el semejante. Algunos de estos se presentan con
demencia de diferentes grados. Otros vienen amedrentados, persegui-
dos por obsesores empeñados en cobrar esas deudas morales.
Los Espíritus arrepentidos son susceptibles de comprender el mal
que causaron, saben que su sufrimiento deriva de la infracción de la Ley
divina y, normalmente, se sienten aliviados cuando son informados de
que pueden reconstruir su vida en nuevas bases y que tendrán la oportu-
nidad de corregir sus errores y pedir perdón a aquellos que perjudicaron.
En algunos casos, principalmente cuando vienen huyendo, per-
seguidos por obsesores que los localizan en el propio plano espiritual y
que muchas veces ya los seguían en la última y tal vez anteriores encar-
naciones, necesitan incentivos para adquirir valores íntimos, así como el
coraje necesario para emprender nuevos rumbos en su vida. Necesitan
comprender que en los recursos de la Misericordia divina encontrarán
la fuerza para vencer sus nuevas luchas. Es importante que sepan que el
amparo siempre se concede a aquel que pide y se coloca, por su decisión
positiva, por su empeño en el proceso de renovación interior en con-
diciones de recibir la ayuda que necesita. Es posible recurrir siempre a
un pensamiento como este: “– Querido mío, usted tendrá la ayuda que
necesita, pero también tiene que mantenerse en posición de recibir esta
ayuda, lo que implica una actitud decidida de caminar rumbo hacia el
bien”.
Ya los Espíritus culpables, y que, por desviaciones del raciocinio o
por preconceptos y convenciones humanas que aún afecta su equilibrio,
persisten en creencias erróneas, necesitan, además del esclarecimiento,
alentarlos a racionalizar el pensamiento y analizar su vida a la luz de la
lógica y del buen sentido. En muchas situaciones necesitan comprender
y sentir, por experiencia propia, que son amados y que aman también, a
pesar de haber hecho todo el esfuerzo para negar esa realidad. Hay situa-
ciones en que requieren presentarse más de una vez al grupo mediúm-
nico, pues ideas adormecidas hace mucho tiempo, a veces por siglos,
no pueden ser extirpadas del alma recalcitrante sin un gran esfuerzo. El

275
Carlos Campetti / Vera Campetti

propio sufrimiento es la gran palanca que los impulsa a analizarse a sí


mismos. El adoctrinador, en este caso, funciona como un direccionador
de la meditación y auto-análisis que el Espíritu debe realizar.
Aún existen aquellos en quienes las ideas perjudiciales y las
creencias desequilibradas echaron raíces tan profundas que los sumer-
gieron en una fase que podríamos decir de pre-demencia o incluso de
locura. Estos se vuelven casi niños inconscientes que, en la mayoría de
los casos, solamente consiguen superar sus atavismos seculares con el
recurso de la reencarnación.

8.1.4 En estado de inferioridad deliberada


Hay Espíritus que se dejan llevar por el predominio de intereses
de bajo nivel evolutivo, por el inmediatismo, por la rebeldía, o hasta por
la falta de control de las pasiones manteniéndose, deliberadamente y de
forma consciente, en estado de atraso o incluso se estacionan en su plan
evolutivo.
En este caso existen las entidades orgullosas que no admiten la
existencia de seres que son superiores a ellas, inclusive el propio Dios.
Otras reconocen la existencia de Dios, pero se incluyen como participan-
tes de organizaciones encargadas de ejecutar la “cobranza” o “venganza”
divina, teniéndose por imprescindibles en este proceso, pues los “buenos”
no hacen este tipo de “trabajo”. También se incluyen ahí los Espíritus vi-
ciosos o los que se rebelan ante la corrección que les fue impuesta por
las Leyes divinas, incluso los obsesores y los integrantes de asociaciones
tenebrosas.
Vale la pena detenernos en el estudio de estas entidades, exami-
nando sus principales características y destacando algunas posibilidades
de enfoque de sus respectivos problemas.

Viciosos
La dependencia del tabaco, del alcohol o de la droga no desa-
parece solamente porque el individuo desencarna. Su efecto destructor
es tan intenso que va más allá de las consecuencias perniciosas en el

276
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

organismo físico, lesionando también el vehículo periespiritual. André


Luiz152 enseña que:
[...] El periespíritu, formado a partir de materia sutil, moviliza
igualmente a trillones de estructuras unicelulares de nuestra esfera
de acción, que abandonan el campo físico saturadas de la vitalidad
que le es peculiar. De ahí los sufrimientos y angustias de determi-
nadas criaturas, más allá del deceso. Los suicidas acostumbran a
sentir, durante largo tiempo, la aflicción de las células aniquiladas
violentamente, mientras los viciosos sufren gran inquietud por el
deseo insatisfecho. [...]
No podemos olvidar que los vicios son una forma de suicidio
indirecto con las mismas implicaciones, en términos de daños al peries-
píritu, producidos por el suicidio deliberado.
Las condiciones causadas por ellos también persisten después de
la muerte, no permitiendo el reequilibrio espiritual del interesado, mien-
tras los últimos resquicios de los hábitos perniciosos no sean suprimi-
dos. Además, el deseo y necesidad de consumir la droga, permaneciendo
en el Espíritu desencarnado, hacen que, en muchos casos, se una a un
encarnado, obsesando y vampirizando, única manera de encontrar sa-
tisfacción a sus ansias. De este modo absorbe las emanaciones tóxicas
del vicioso o se une a él, en proceso simbiótico, para el propio consumo
del tabaco, del alcohol o del estupefaciente. El adicto es un esclavo de su
voluntad pusilánime que lo prende en una tela mental, psíquica y física
y/o periespiritual de desequilibrio.
Los Espíritus que se manifiestan en el grupo mediúmnico por-
tando esta problemática presentan síntomas de ansiedad, angustia, crisis
de perturbación, convulsiones y espasmos. Vienen de un largo tiempo
de purgación en las regiones espirituales inferiores. En muchos casos son
traídos a la reunión después de haber sido interrumpidos en medio de
un proceso de obsesión, cuyo tiempo terminó o que fue suspendido por
la Misericordia divina.
Normalmente sienten ya el deseo de recuperación, el cansancio
del sufrimiento o el tedio de la insatisfacción, a veces incluso una mezcla
de todas estas condiciones. La mayoría de las veces esta disposición pue-
de hallarse embrionaria o también imperceptible por situarse en el nivel

277
Carlos Campetti / Vera Campetti

del inconsciente. La atención a estos tipos de entidades requiere el estí-


mulo necesario para que enfrenten su realidad, su aislamiento afectivo,
sus deseos de bienestar y, principalmente, para que deseen con mucha
voluntad el retorno al equilibrio.
La recuperación del Espíritu que enfrenta esta situación requie-
re, más de lo que en cualquiera de los otros casos, el fortalecimiento
y la reanudación del control de la voluntad. La manipulación, por los
dirigentes espirituales de la reunión, de recursos fluidicos espirituales
y físicos, en este caso, donados principalmente por los encarnados que
participan en la reunión, sirve de apoyo para la recomposición periespi-
ritual y facilita el alivio de los resquicios y condiciones de la enfermedad.
Sin embargo, el reequilibrio del Espíritu depende, fundamentalmente,
del deseo de retornar a la vida y de una actitud persistente y firme en el
sentido de vencer los condicionamientos.
Algunas veces las situaciones son tan serias que hacen necesario
el retorno a la vida física en un cuerpo muy comprometido, formado
sobre la matriz desestructurada del periespíritu lesionado.
Se incluyen en este grupo, también, los viciados en el campo del
sexo desorganizado, exigiendo la orientación adecuada para la recupe-
ración y el retorno a las vías normales de la evolución. Mientras están
confundidos por el vicio, estos Espíritus, simplemente siguen la onda
de sus instintos pervertidos por las malas costumbres de explotación de
la economía vibratoria ajena. Se vuelven obsesores en los más variados
grados de intensidad, llevando a las personas incautas a la práctica del
sexo “sin compromiso” o, en situaciones más graves, se hacen especialis-
tas en la inspiración a los médiums inconscientes, promotores de publi-
caciones pornográficas por los más variados medios de comunicación.
Pueden estar en diferentes etapas del despertar. Cuando están
endurecidos, son hipócritas o libertinos creyendo que todo el mundo
piensa y hace lo mismo que ellos, pues dudan de la buena naturaleza
humana. Llegan a afirmar que no hay quien no ceda a una influencia de
esa naturaleza y cometa “sus pecados”, pero que no admiten y disfrazan
por causa de las imposiciones de la “falsa moral” familiar o social. Otros
se presentan en el trabajo mediúmnico aún sin entender la extensión
de su problemática, pero sintiendo ya la necesidad del cambio de con-
ducta. Algunos en esta situación son pusilánimes, no tienen coraje para
enfrentar su problema y se dejan caer de experiencia en experiencia con

278
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

una ansiedad creciente por la necesidad que la conciencia les impone


para cambiar de comportamiento. Otros, todavía, son bon vivants, no
quieren compromiso y están viviendo la vida simplemente tal como se
les presenta.
En el diálogo con este tipo de Espíritus es importante estar aten-
to al tedio creciente que les viene dominando a lo largo del tiempo, a la
insatisfacción por la insaciabilidad de placer, al cansancio por la repeti-
ción de experiencias que ya no tienen el mismo significado de antes, a la
necesidad de que alguien lo ame verdaderamente y se dedique a su bien.
En la mayoría de estos casos, la convocatoria a la responsabilidad ante la
vida precisa presentarse en algún momento del diálogo. Y, nuevamente,
el amor verdadero, no el sexual simplemente, es la vía de recuperación de
estos hermanos profundamente necesitados de apoyo y soporte afectivo
equilibrado.

Rebeldes
La rebeldía es un rasgo de carácter que se puede manifestar
en seres de evolución incipiente. Existen algunos Espíritus en los que
esta disposición es tan marcada que pasa a potenciar los demás senti-
mientos y emociones negativos, acentuando las características nefastas
predominantes en la personalidad. La gran mayoría de los Espíritus ob-
sesores se encuentra en este caso, pues la rebeldía es un gran incentivo
a la acción contraria a los desafectos y a los movimientos de renovación
religiosa, política y social que actúan contra sus intereses. Pasemos a
examinar algunos casos específicos de Espíritus en los que la rebeldía
es el epicentro de su problemática interior.

Orgullosos
Se trata del caso de Espíritus rebeldes que se creen más impor-
tantes que los demás, destacándose de la Humanidad, y que manifiestan
el orgullo excesivo como elemento central en sus individualidades. Este
es el caso, por ejemplo, de personalidades que ocuparon una posición
destacada entre los hombres, ya sea en jerarquías sociales, administra-
tivas o sacerdotales. Entre ellos pueden encontrarse grandes señores

279
Carlos Campetti / Vera Campetti

feudales o reyes que se creen con derecho de vida y muerte sobre otros
seres; hacendados, señores de esclavos que no admiten la igualdad de
todos los hombres; sacerdotes y personalidades de iglesias, rebelados
contra la situación que encuentran después de la desencarnación y que
creen merecer mejor posición en el mundo espiritual en función de la
que ocuparon en la Tierra.
Tuvimos contacto con un caso ilustrativo al respecto con un alto
dignatario asiático que percibía, de alguna manera, los cambios en sí y
en torno de sí, pero movido por la rebeldía se negó, por siglos, a aceptar
su nueva situación, manteniéndose en estado de locura voluntaria. En
su manifestación en el grupo mediúmnico se negó desde el principio a
hablar con la adoctrinadora, pues ella era una mujer. “– Las mujeres –
decía– son sumisas y siervas.” ¡No son para ser oídas, ni deberían, bajo
pena de punición física, dirigirse a ningún hombre sin autorización,
cuando más a un hombre de su posición! Pasó largos años encerrado en
su locura y delirios de grandeza.
El choque de tener, por interlocutora, a una mujer y de no poder
ejercer sobre ella su mando, terminó por mostrarse positivo, ayudán-
dolo a despertar a su nueva realidad. Cuando finalmente, con la orien-
tación recibida, comenzó a revisar racionalmente su situación a la luz
de las enseñanzas de su religión formal, el budismo, pudo comprender
mejor la realidad en que vivía y, cuando recordó las enseñanzas sobre
la reencarnación y la vida después de la muerte, consiguió el equilibrio
suficiente para salir del estado de auto-hipnosis en que se había sumer-
gido.*

Mistificadores
Los Espíritus mistificadores pueden presentar una naturaleza
pusilánime, donde el sesgo de la rebeldía asume un carácter de flexi-
bilidad aparente. Se trata de Espíritus perezosos, miedosos o cobar-
des que muchas veces retroceden ante los desafíos de la evolución. Ya
*
Nota de los autores: Conforme a las referencias históricas, inicialmente el Budismo consideraba a la
mujer inferior al hombre. Buda sólo habría cambiado de idea y admitido la fundación de una orden
femenina tiempos después de haber orientado a sus discípulos a ser vigilantes en relación a lo que
consideraba las artimañas de las mujeres.

280
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

sienten deseos de cambio, perciben una necesidad íntima de liberarse y


progresar, pero dudan y retroceden en el momento de la decisión que
saben que les va a requerir un esfuerzo adicional o fortaleza interior y,
seguramente, los va a sacudir del acomodamiento de su vida.
Pueden presentar, también, mayor dosis de rebeldía compare-
ciendo al grupo mediúmnico con el propósito de distraer a los trabaja-
dores, simplemente engañarlos u ocupar el tiempo de la reunión.
En la primera situación, los Espíritus mistificadores de natura-
leza pusilánime, para evitar la presión de la argumentación del adoctri-
nador y de sus invitaciones bienintencionadas a la renovación que los
incita a razonar sus opciones y su vida, huyen a través del subterfugio
del fingimiento. Asumen una apariencia de flexibilidad y fingen estar
de acuerdo con todo lo que se les dice. Concluida la reunión retornan
a la situación anterior para evitar enfrentar sus luchas. Traídos nueva-
mente al grupo, procuran esconderse tras personalidades ficticias evi-
tando “cobranzas”.
Rebeldes pasivos, requieren observación exacta y, en la mayoría
de los casos, la ayuda de los médiums para ser descubiertos. El médium
equilibrado pronto consigue identificar a la entidad y alerta al adoc-
trinador o el dirigente de los trabajos. Sin embargo, pueden acompa-
ñar frecuentadores de la casa espírita o incluso integrantes del grupo
mediúmnico, cuando, por algún motivo, falla el proceso de selección
inicial de los trabajadores.* En este caso, acostumbran a manifestarse
por el mismo médium que obsesan y requieren observación atenta para
ser identificados.
La señal más característica de la presencia de un Espíritu de
esta naturaleza es la repetición en diferentes manifestaciones de expre-
siones verbales, tics y costumbres que no son habituales en el médium,
en su estado normal. Es así que, por ejemplo, el médium recibe a un
Espíritu que se presenta con algo de sufrimiento físico, en la misma
reunión o en otro día, el manifestante se muestra desequilibrado, en
otra oportunidad se presenta como una entidad asustada. Otras ve-
ces se presenta con jocosidad y burlas, haciendo comentarios que creía

*
Nota de los autores: Véase el cap. 3 de este libro.

281
Carlos Campetti / Vera Campetti

divertidos o dando carcajadas con el objetivo de romper el clima de la


reunión. No obstante, en todos los casos la manifestación se procesa de
manera semejante, con características que evidencia que es el mismo
Espíritu.
Debemos tener precaución, sin embargo, ante el hecho de que
principalmente, cuando el médium es principiante, puede exteriorizar
muchas de sus características en las manifestaciones de las entidades de
las que es intermediario. Es esencial que busquemos cuando tengamos
duda –toda duda equilibrada es siempre saludable– el apoyo de otro
médium experimentado o, si es posible, de un médium vidente con
dominio de su facultad para auxiliar discretamente en la identificación
del caso. El dirigente también puede hacer una evaluación con los de-
más adoctrinadores del grupo sobre el caso específico y cuando se crea
que la medida ayudará al médium, después de explicarle la situación,
el dirigente podrá proponerle que quede durante algún tiempo inde-
terminado haciendo apoyo vibratorio, sin dar pasividad, acompañan-
do los movimientos del mistificador para ver si se cansa de esperar la
oportunidad, que no le será dada a la entidad, de perjudicar al grupo.
Se trata de un problema sensible, pues una equivocación del
dirigente puede perjudicar a un compañero principiante en las luchas
mediúmnicas. Su orientación requiere mucha precaución, pues algu-
nas veces la presencia del mistificador puede ser permitida por los
mentores espirituales para entrenamiento del médium y/o aprendizaje
del grupo. Otras veces tendrá la intuición de ayudar a la entidad a su-
perar sus dificultades. Hasta que se defina claramente el caso, conviene
proseguir con el adoctrinamiento de manera habitual.
Una vez comprobada la presencia del Espíritu mistificador
es necesario comprobar si se trata de una entidad pusilánime o si el
problema es más grave, pues algunas veces estas entidades pueden ser
Espíritus especialmente preparados, traídos allí para impedir la buena
marcha de los trabajos o del desarrollo del grupo, sea intentando ase-
diar al médium, sea buscando hacer perder el tiempo de la reunión o,
también, introducir perturbación en el orden de la atención. Algunas
veces estos Espíritus forman parte de planes bien urdidos para suspen-
der la actuación del grupo.

282
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

De cualquier modo, manteniéndonos alerta y bajo el debido


control y desarrollo de los trabajos mediúmnicos, debemos atender
al manifestante mistificador como el hermano necesitado que es, pro-
curando primeramente ayudarlo a identificar sus carencias íntimas y
desencuentros interiores sin dejarnos enredar en sus redes y engaños.
Conviene exponer sus dificultades de modo claro, pues solamente
cuando asuma sus luchas y se decida efectivamente por la renovación,
podrá ser ayudado de forma efectiva.
Si en algunos casos el grupo ha conseguido ser de alguna ayuda
a entidades con esta problemática recordamos aquí, con pesar, el ejem-
plo de un compañero no necesariamente malo, sino en el que el orgullo
y el ansia de poder catalizaban sus actitudes, llevándolo a buscar, por
medio del encarnado al que obsesaba, predominar y destacar en todos
los grupos de amigos o de compañeros de ideal espírita para los cuales
estaba siempre listo para dar consejos y orientaciones.
En sus primeras manifestaciones en el grupo se presentaba ves-
tido con la típica ropa de los rabinos, el indefectible sombrero de ala,
la barba larga y los rizos laterales. Quería aconsejar, orientar, hacerse
líder. A partir de entonces, pasó a ser asiduo con su antiguo discurso,
sin elocuencia porque estaba centrado en las mismas ideas –sin evolu-
ción– de su reencarnación anterior. Ante la argumentación de la ética
y de la moral, de las claridades no sofisticadas de las enseñanzas del
Evangelio, presentadas de forma sencilla para evitar una confrontación
innecesaria, procuraba evadirse.
Algunas veces simulaba estar de acuerdo, falseaba cambio de
interés y de comportamiento, hasta incluso renovación espiritual y vol-
vía inalterable. Comenzó a intentar mistificar, para alterar el ritmo de
los trabajos y ocupar el tiempo de la reunión. Se hacía pasar por un
Espíritu sufriente, cambiando las características de sus dolores e in-
cluso la presentación espiritual. Estaba lleno de recursos, pero los tics
y las expresiones peculiares siempre lo descubrían. El dirigente quería
ayudarle y consentía en su venida. Cuando el director del grupo estaba
decidiendo adoptar una medida más firme, en el sentido de solicitar
al médium que pasase a ejercitar el apoyo vibratorio, para no admi-
tir más la manifestación de aquel Espíritu, infelizmente se apartó de

283
Carlos Campetti / Vera Campetti

forma definitiva sin aceptar la atención espiritual que necesitaba y se


llevó consigo al médium que obsesaba que, además, jamás admitió es-
tar bajo la infeliz influencia. No estaba preparado aún, pero el grupo
que comenzaba el trabajo de atención mediúmnica ganó mucho con la
experiencia del pobre rabino.

Pseudosabios
Cuando los Espíritus pseudosabios se presentan, vienen a enga-
ñar, a ocupar el tiempo de la reunión, a dificultar el entendimiento de
la realidad de la vida. No le es conveniente al dialogador entrar en su
terreno de acción, pues ellos son muy hábiles y pueden poner al inter-
locutor en una situación de dificultad. Si no hay un claro incentivo de
interés por su parte de cambiar es mejor no perder el tiempo con ellos,
encaminando el diálogo hacia las enseñanzas del Evangelio referentes a
la responsabilidad que cada uno asume con sus propios actos y hacia la
oración.
Los pseudosabios prefieren grupos o personas que le dan aco-
gida. Cuando dominan un grupo difícilmente lo dejan, siendo conve-
niente en este caso, para garantizar mejor su alejamiento, interrumpir la
actividad mediúmnica y retomar el estudio inicial como si se estuviese
creando un nuevo grupo. Si al final, un infeliz hermano consiguió ins-
talarse es porque los encarnados no supieron rechazar su influencia y
necesitan aprender, tal vez no intelectualmente, sino en la práctica, los
conceptos básicos de la relación mediúmnica. Si un miembro del grupo
está bajo una influencia de esta naturaleza le corresponde al dirigente
invitarlo a la abstención indefinida de la práctica mediúmnica, entre-
gándose al estudio diario del Evangelio, acompañado de una persona
responsable y conocedora de los procesos de la desobsesión.
Hemos observado que grupos o médiums aislados han sido
guiados por esta categoría de Espíritus, promoviendo una verdadera
abundancia de publicaciones pseudo-espíritas que tienden al lucro y la
promoción de los envueltos bajo el disfraz de donación de los resultados
de la venta de las obras para las actividades de asistencia y promoción
social. Algunos ni se preocupan de eso. Simplemente publican, pues

284
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

saben que tendrán un público ansioso de novedades “espirituales” y “del


otro mundo”.

Ateos
En los casos de ateísmo el Espíritu cede casi siempre ante el inevi-
table reconocimiento de la sucesión que la vida tiene después de la muer-
te del cuerpo físico. Se exceptúan situaciones muy especiales en que hay
rechazo del propio concepto de la Divinidad y una negativa absurda de la
propia sobrevivencia a la muerte, lo que podrá exigir por parte del grupo
más esfuerzo para auxiliar al hermano rebelde. Consideremos, entretanto,
con Emmanuel,153 que en todos los casos “El ateísmo o la incredulidad ab-
soluta no existe, si no es como un juego de palabras que elaboran algunas
mentes desesperadas, autoras de teorías humanas, porque en su intimidad
todos los Espíritus se identifican con la idea de Dios y de la supervivencia
del Ser, que les es innata. […]”
El principal elemento en la atención a este grupo de Espíritus
es la racionalización sobre la continuidad de la vida y el envolvimiento
fraterno solidario que promueva la elevación del patrón vibratorio del
manifestante, permitiendo su acceso a los recursos de auxilio superior.
Finalmente, entenderá que aquel que sufre necesita hacer el esfuerzo de
buscar la ayuda de la Bondad divina.

Obsesores
Para facilitar nuestro estudio coloquemos en una categoría
aparte de entre los Espíritus rebeldes, aquellos en los cuales la inconfor-
midad puede potenciar un insaciable deseo de venganza. Se trata de una
situación muy común que se presenta en las reuniones mediúmnicas.
Este es el caso, principalmente, de aquellas entidades que no
aceptaron la corrección de la Justicia divina y ven, como culpables de
sus sufrimientos, a aquellos que sirvieron de instrumento de su dolor.
El objetivo de su vida es la venganza y se presentan irritados por la in-
terferencia en sus planes. Hablan del pasado y se ponen en la condición
de víctimas inocentes de los perseguidores a quienes, a su vez, hoy per-
siguen.

285
Carlos Campetti / Vera Campetti

Son Espíritus fundamentalmente infelices, pues además de man-


tener vivos en sí los sufrimientos por los que pasaron pierden el fruto
del dolor que debería ser la conformación y una mejor comprensión de
la vida. Siguen viviendo una existencia sin paz, cultivando verdaderos
infiernos interiores, pues se esclavizan en la persecución y viven, cada
segundo, en compañía de seres que creen detestar, cerrando su percep-
ción a la presencia de seres amados que los podrían auxiliar.
Comprensión y esclarecimiento constituyen la tónica de su
atención. Es imprescindible hacerles ver el ciclo vicioso que están es-
tableciendo en sus vidas, pues, por los efectos de la propia Ley divi-
na, tendrán que recapitular la experiencia fracasada. Es importante que
comprendan que al hacer sufrir inciden en una nueva deuda cármica.
La sementera del dolor en la vida de aquellos que hoy sufren su vengan-
za recaerá, agravada, en sus vidas futuras. El principio de causa y efec-
to los llevará nuevamente, en el futuro, al dolor reparador. Del mismo
modo, las víctimas de hoy, en el caso de que no sepan perdonar, podrán
volver a ser instrumentos de ese dolor.
Es necesario concienciarlos de que la Ley divina actuará sobre
sus ofensores, sin necesitar de su activa acción de cobro. Su venganza
solamente a ellos les hace mal, porque los perseguidos, una vez exentos
del débito, huirán de su influencia, frustrando su venganza. Además es
preciso que comprendan, también, que la venganza es insaciable –cuan-
to más castiga más quiere castigar– generando la natural insatisfacción
interior y muchas veces no admitida, y el infierno del alma.
Solamente el perdón, la reconciliación sincera hará que puedan
salir de la situación de sufrimiento en la que viven, permitiendo el re-
encuentro con entes queridos con quienes no pueden convivir y que no
pueden ver, porque estos perdonaron y siguieron adelante. La promesa
de afecto y de reunión con la familia es el argumento que más consigue
mover a los Espíritus despiadados en la venganza.
Nos acordamos particularmente de un caso en que la entidad
quería ejercer venganza sobre una familia de trabajadores espíritas que
emprenden, en la presente reencarnación, serios esfuerzos de reestruc-
turación emocional, procurando dedicarse al bien, participando activa-
mente en una institución de beneficencia. El Espíritu decía: “– Ah, pero
usted no sabe, no sabe no lo que me hicieron a mi y mi familia. Perdí
todo, todo. Me engañaron para quedarse con mis bienes, fui a prisión y,

286
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

después de muchos años, cuando finalmente salí, no sé lo que pasó con


los míos. Busqué, busqué por todas partes. Perdí todo, todo.” Palabras de
orientación, apoyo afectivo y oración, después de cierto tiempo, permi-
tieron que pudiese percibir a la hijita de seis años* que vino a recibirlo y
a decirle: “– Ven papá. Ven papaíto, mamá y todos los otros te esperan.”
Y entre llantos se fue, siguió para retomar la vida de la cual huía por
rebeldía y odio, centrado en la venganza sin nexo y sin resultado.
La atención a estos Espíritus se puede hacer en una única opor-
tunidad, dependiendo de que sientan, dentro de sí, el ansia de cambiar,
el aislamiento afectivo o el tedio del sufrimiento y de la falta de propó-
sito superior de vida. En otros casos, requieren varios diálogos, mucha
comprensión y lógica incontestable. Por más que conozcamos o que
presintamos a las víctimas de su venganza, por más intenso que sea el
vínculo afectivo que a ellas nos liguen, debemos tener, en el bienestar, en
el reequilibrio y en la felicidad del vengador nuestro propósito y nues-
tra verdadera prioridad. Los Espíritus perciben nuestro corazón, sienten
cuando nuestras palabras salen desde el fondo del alma, de una dedica-
ción real a su bien.
En diversos casos, los Espíritus vengadores se unen a asocia-
ciones tenebrosas que vamos a examinar a continuación y que son in-
tegradas por otros Espíritus rebeldes, aunque con diferentes objetivos,
pero con intereses semejantes o complementarios para obtener apoyo
y para tener acceso a recursos específicos de que otros tengan conoci-
miento o de que puedan disponer para alcanzar propósitos de venganza.
Observados los matices particulares que siempre se presentan, la aten-
ción es semejante al del Espíritu vengativo que actúa aisladamente.

8.1.5 Las congregaciones de las regiones espirituales inferiores


Además de los Espíritus vengativos de los que hemos tratado
existen otras entidades que habiendo gozado de riqueza, poder, po-
sición social o hasta habiendo pertenecido a la alta jerarquía de or-
ganizaciones a las que se vincularan en la vida física, llegan al plano
espiritual y, por haber abrazado conscientemente ideologías –muchas

*
Nota de los autores: Forma con la que el Espíritu se presentó para que fuera reconocido por el padre.

287
Carlos Campetti / Vera Campetti

veces vinculadas a profesiones religiosas– y modos de vida contrarios


al bien, infringieran fuertemente la Ley divina y se ven frente a la frus-
tración de ser recibidos como Espíritus moralmente fallidos sobre los
que recaen grandes culpas.
Inmediatamente atraídos hacia zonas de gran inferioridad es-
piritual, por rebeldía, en vez de comenzar humildemente el camino de
retorno, de corrección, se encierran en el orgullo y, en la convivencia
con sus iguales, se organizan procurando asumir posiciones de supe-
rioridad en las asociaciones desequilibradas de las zonas espirituales
inferiores, apoyándose mutuamente para negar su realidad interior y
su condición espiritual inferior. Se unen a grupos, organizados o in-
formales que les permitan perpetuar el poder, el orgullo, los profundos
engaños y les permitan mantener la ilusión que cultivaron en una en-
carnación de valores equivocados.
André Luiz, en el libro Liberación, describe una ciudad orga-
nizada de esta forma, en la que un grupo de Benefactores espirituales
penetra con el objetivo de rescatar a un Espíritu dominante en aque-
llos círculos espirituales: Gregorio. Nada mejor que extraer algunos
puntos seleccionados de la narración de André Luiz para comprender
más ampliamente la situación.
Dice que la ciudad estaba situada en un vasto dominio de som-
bras donde, para ser visto su grupo, fue necesaria una adaptación pe-
riespiritual debido a la asimilación de los recursos fluidicos pesados
del medio ambiente. Gúbio,154 orientador de André Luiz, informa que
la dirección administrativa quedaba a cargo de un...
[...] sátrapa de incalificable impiedad, que se puso a sí mismo el
pomposo título de Gran Juez, asistido por asesores políticos y re-
ligiosos, tan fríos y perversos como él mismo. Aquí se alinea una
gran aristocracia de genios implacables, dominando millares de
mentes perezosas, delincuentes y enfermizas... [...]
Sus habitantes presentan “rostros horrendos”, “transeúntes
de un miserable aspecto”, “centenares de mutilados, lisiados de todos
los matices, entidades visceralmente desequilibradas”. Además, ha-
bla el instructor Gúbio, de los “millares de criaturas utilizadas en los

288
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

servicios más rudos de la naturaleza” que “se mueven en estas zonas


en una posición infraterrestre”, tema que no nos compete examinar
en esta ocasión, sino dejar solamente la anotación para que podamos
tener una idea más aproximada de la estructura de la ciudad.
En estas regiones espirituales las estructuras de mando pueden
ser de naturaleza jerárquica. En este caso, los Espíritus que integran
sus cuadros asumen posiciones variadas, pero definidas, conforme sus
inclinaciones y experiencias de la vida. André Luiz habla de sacerdo-
tes, jueces y magistrados, servidores, guardas, algunos de ellos técni-
cos utilizados en la identificación y selección de visitantes etc.
Pero esas organizaciones pueden variar en su composición y
objetivos. Si algunas poseen estructuras altamente jerárquicas, otras
son de naturaleza más informal. En términos de objetivos y finalida-
des algunas concentran actividades en el área religiosa; otras, volcadas
casi exclusivamente al poder, desarrollan actividades pseudo-jurídi-
cas; otras, igualmente, están construidas en torno de personalidades
carismáticas y actúan en la administración de las concentraciones es-
pirituales que están próximas. Manoel Philomeno de Miranda refiere
la Ciudad Pervertida, destinada al cultivo del sexo desequilibrado por
desencarnados y encarnados que la visitan durante el desprendimien-
to nocturno por el sueño.155
Hermínio C. Miranda156 informa que los Espíritus que se detie-
nen en estas pasiones...
[...] saben muy bien que, mientras permanezcan unidos a aquellas
tenebrosas estructuras, están retrasando el momento del encuen-
tro consigo mismos, con sus males, sus conciencias, sus remordi-
mientos. Mientras están allí, permanecen al abrigo de las miradas
amargas de antiguos amores que el tiempo no ha extinguido. ¿Por
qué cambiar la gloria, que llega a las fronteras de la “divinización”,
por el sufrimiento anónimo, por la reencarnación de rescate? […]
Mientras estén en el ejercicio del poder estarán al abrigo del ma-
yor dolor, de enfrentarse a sí mismos. Es más fácil enfrentar el
dolor de los otros.

289
Carlos Campetti / Vera Campetti

Existen también grupos de Espíritus que vamos a examinar aquí,


por presentar características semejantes a las de los grupos organizados,
aunque no constituyan propiamente asociaciones espirituales.

Los religiosos
Examinemos, en primer lugar, la cuestión de las asociaciones de
religiosos. Las religiones existen en el mundo con el objetivo de trazar
normas de crecimiento interior para la aproximación de los seres huma-
nos con Dios. Estos objetivos son sublimes en su esencia y, aunque pre-
senten divergencias en su exteriorización, su base moral tiene puntos en
común con el amor, el bien, con la convivencia social inclinada al apoyo
mutuo de los individuos. La gran mayoría de los religiosos sinceros, a
pesar de las diferencias de forma exterior de sus creencias respectivas,
cuando mantuvieron una vida equilibrada, atendiendo a las directrices
de sus propias conciencias y a los preceptos morales de sus credos, aun-
que encuentren alguna dificultad se adaptan a la vida espiritual tras el
fallecimiento del cuerpo.
Sin embargo, existen muchos en los cuales preponderó la atrac-
ción de la ventaja material, del poder, del orgullo y del egoísmo en su ac-
ción en el mundo. La vida que vivieran reflejó esos intereses inferiores.
En este caso, cualquiera que haya sido o sea su religión, seguramente
que se encontraron, al dejar el cuerpo físico, en una situación de sufri-
miento y dolor, relegados a planos inferiores de la existencia espiritual.
Cuando se unen a este cuadro, al tener conocimiento de su si-
tuación espiritual real, la rebeldía y el consecuente deseo de tratar de
mantenerse en la situación de poder o de ventaja personal, buscan inte-
grándose en asociaciones de individuos con objetivos similares promo-
verse, elevándose por lo menos en apariencia, a posiciones de mando en
la convivencia con estos Espíritus de naturaleza semejante y que com-
parten su misma religión.
Así surgen y se mantienen las asociaciones de religiosos que tie-
nen diferentes objetivos, conforme el credo que profesaron, y cuya natu-
raleza está normalmente relacionada con el proceso histórico vivido en
los lugares contiguos en la costra terrestre. Comprobamos, por ejemplo,

290
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

en el ambiente espiritual de la Península Ibérica el predominio de insti-


tuciones en las que pontifican a ex-sacerdotes, vinculados a los antiguos
procesos inquisitoriales.
Del mismo modo en Brasil, donde la esclavitud marcó indele-
blemente el ambiente espiritual del país y el sincretismo religioso que
generó los rituales afro-brasileños tienen plena aceptación en muchos
grupos sociales, se tiene la asistencia de los negros-viejos y otras en-
tidades. En las regiones más al norte del país, las tradiciones del cha-
manismo indígena también contribuyen con entidades que se dicen
“mestizos” o “encantados”, seres vinculados a las florestas, ríos y mares.

Sacerdotes y religiosos católicos fracasados


Es elevado el número de sacerdotes o prelados, espiritualmente
fracasados, que se presentan en las reuniones de desobsesión. De modo
general, se llaman defensores de Cristo y de sus enseñanzas. Por ignoran-
cia o por mala fe, consideran a la Doctrina Espírita como una ofensa a la
Santa Madre Iglesia, a la que creen defender y a la cual pretenden perte-
necer. También creen que es su deber oponerse al movimiento espírita y
a la divulgación de los conceptos espiritistas. Pero se intensifica su lucha
cuando, en la reunión mediúmnica, se consigue atender con éxito algún
miembro de sus cuadros.
Hay algunos que, en un ligero análisis, aparentan actuar de buena
fe, creyendo que están ciertos y que sólo cumplen su deber de buenos
católicos, al intentar impedir el desarrollo de las actividades espíritas.
Algunas veces son instrumentos de asociaciones religiosas centradas en
impedir el desarrollo de la Doctrina Espírita. Sin embargo, tras produc-
tivas conversaciones con el adoctrinador, no sólo vienen a reconocer que
realmente no anduvieron, en la experiencia física, de modo constante
con el Cristianismo, sino que llegan a admitir que, en el fondo, saben que
están actuando de forma equivocada.
La gran mayoría, no obstante, es consciente de sus engaños en los
cuales permanecen voluntariamente por la atracción del poder o por re-
beldía. En las organizaciones a las que se vinculan buscan el poder al que
estaban acostumbrados cuando se encontraban en el cuerpo físico y del

291
Carlos Campetti / Vera Campetti

que no tienen intención de abdicar o buscan la protección de sus iguales


para continuar siendo como son, evitando la necesaria transformación
liberadora de los prejuicios cultivados, a veces, por siglos. Su conven-
cimiento es de difícil obtención. Luchan contra todos los argumentos,
incluso contra la razón lógica que les procura apuntar la incongruencia
de sus “teorías filosóficas” o “religiosas”.
Por otra parte, en su asistencia, cualquier argumento en defensa
de los postulados de la Doctrina Espírita u otro modo semejante de in-
tentar convencerlos de que no somos demonios o hechiceros, de lo que
nos acusan enseguida, es imprudencia. Debemos reconocer que muchos
de los que hoy militan en las huestes del Espiritismo son almas rescata-
das por Jesús de experiencias fracasadas en los monasterios o conven-
tos. ¡Cuántos llegan acusándonos de traidores de la causa, sobornados
o cobardes, débiles o pusilánimes! Por otro lado, el Espiritismo, con sus
grupos mediúmnicos, interfiere directamente en las actividades de estos
compañeros desorientados al procurar rescatar de sus errores, muchas
veces seculares, a estas almas que, como nosotros en el pasado, desvirtua-
ron en sus vidas las bellas enseñanzas evangélicas a cuya fecunda fuente
tuvieron acceso.
El trabajo de orientación precisa ser dirigido a su sentimiento
con prioridad. No podemos olvidar que por más rudo que se presente,
por más endurecido que nos parezca o por más radicales que se muestren
sus posiciones espirituales, estamos ante un hermano que, en silencio, y
muchas veces sin que él mismo lo perciba, clama socorro, pide afecto y
sentimientos de amistad y compasión verdaderos. Recordemos que vi-
ven en un mundo de fantasía, son odiados por los subalternos y respiran
un clima de rivalidad permanente en la lucha por el poder que se desa-
rrolla dentro de estas organizaciones. Muchas veces el orden extremo y
disciplina que rigen sus estructuras pesa en la economía espiritual del ser
que anhela la flexibilidad del amor, la aceptación incondicional de un ser
que les ofrece un sentimiento positivo sin exigir nada, queriendo simple-
mente su bien y su felicidad.
El argumento lógico se debe utilizar en apoyo a estos procesos de
despertar de sus sentimientos de carencia afectiva o en el refuerzo de la
sensación de tedio y desencanto que muchas veces comienza a despuntar,

292
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

lenta y silenciosamente, en su interior en respuesta al llamado de la luz y


de las vibraciones de afecto que los alcanzan, partiendo de entes queridos
que hace mucho que los esperan, que aguardan su retorno.
Sus convicciones están distorsionadas, basadas, a veces, en com-
plejos sistemas teológicos y filosóficos que engendran para justificar
sus acciones y su posición espiritual. Los argumentos que nos ofrecen
el Evangelio y la ejemplificación de Jesús son esenciales para atender su
problemática.
El análisis deformado del episodio de los mercaderes del templo,
por ejemplo, constituye una de las justificaciones básicas de sus actitudes
de violencia y agresividad contra las organizaciones religiosas espíritas
cristianas y sus adeptos. Se olvidan que Jesús, en aquel momento, no es-
taba comparando el judaísmo o cualquier otra secta religiosa, sino que
atendía justamente a que no se transformasen las cosas santas en objeto
de comercio y abuso, en una repetición y énfasis de la enseñanza “a César
lo que es de César y a Dios lo que es de Dios”. Estas cuestiones confrontan
la esencia de su problemática que es la búsqueda del poder y de la domi-
nación, de la riqueza y de los bienes materiales, puntos cruciales de sus
desvíos en la ruta cristiana.
Los pobres hermanos confunden el Cristianismo con la Iglesia a
la que pertenecieron y los propósitos del bien con los desvíos de pensa-
dores y dirigentes religiosos que impusieron su desorientación a la pro-
pia estructura que debería ser el refugio del crecimiento religioso de las
comunidades a las que decían servir. Ante la claridad de las enseñanzas
de Jesús, levantan equívocos intencionados de interpretación y desvíos
de sentido que no se mantienen por largo tiempo delante del frío análisis
que su conciencia, hambrienta de luz, abraza ansiosa, tan pronto se abre
la primera brecha emocional en la fachada mal compuesta de su dureza
espiritual.
Estos pobres compañeros no pueden resistir, por mucho tiempo,
los argumentos, esenciales a su atención, que se centran en la máxima
evangélica del amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí
mismo. Toda y cualquier actitud de agresión y lucha no podrían estar
más distantes de esta enseñanza de Jesús y de la moral cristiana.

293
Carlos Campetti / Vera Campetti

Para muchos el punto de partida está en Francisco de Asís, en su


trabajo misionero de renovación y en su esfuerzo de reconducir al cami-
no de la pobreza y de la modestia a una Iglesia medieval aislada en el lujo
y en la riqueza, viviendo en el mundo, con el mundo y para el mundo.
Cuando evocamos la imagen del Pobre de Asís, su primera reacción pue-
de ser la de acusarlo de haber sido un visionario, un loco. Sin embargo,
pocos son los sacerdotes desorientados que no tuvieron conocimiento y
comprensión de su apostolado, aunque les cueste reconocerlo. No pode-
mos olvidar que Francisco vino al mundo por ellos y para ellos. Son las
antiguas almas comprometidas con el Cristo desde los albores de la hu-
manidad y que entraron por sendas y desvíos peligrosos del camino. Son
las ovejas perdidas que Jesús mandó al gran misionero medieval rescatar
de las brumas de sus engaños.
En muchos casos, conseguimos contribuir para el despertar de
estos compañeros, cuyo problema nos habla particularmente al corazón,
pues también venimos de allí. Pero existen otras ocasiones en que los
Espíritus se encuentran tan endurecidos, que la Misericordia divina los
beneficia con una reencarnación forzosa como medio de evitar mayores
errores y de interrumpir sus acciones, cuando estas comienzan a ser un
obstáculo más rígido al camino del Evangelio en los corazones, o cuando
comienzan a interferir en procesos o con personas que no merecen su in-
fortunada acción. En el momento de la decisión crucial, siempre tomada
por los benefactores espirituales y por su exclusiva iniciativa –y de que
nos damos cuenta cuando estos hermanos comienzan a sufrir procesos
de restricción de su libertad– ellos entran en desesperación y preguntan
dónde está su libre albedrío. La enseñanza de los Espíritus a Kardec157
es clara. El Maestro lionés pregunta: “La unión del Espíritu a un cuerpo
determinado ¿puede ser impuesta por Dios?” Los Espíritus instructores
responden:
Puede ser impuesta, así como las diferentes pruebas, sobre todo
cuando el Espíritu aún no es apto para hacer una elección con
conocimiento de causa. Como expiación, el Espíritu puede ser
obligado a unirse al cuerpo de un niño que, por su nacimiento y la
posición que ocupará en el mundo, podría llegar a ser para él un
motivo de castigo.

294
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Nos acordamos particularmente de un compañero que llegó al


grupo mediúmnico irritado, pero hablando de forma controlada. Se
trataba de un ex-prelado, de alta jerarquía, desencarnado en la España
medieval. Su voz era áspera y su aptitud decidida. Dijo que venía para
desestructurar los planes de trabajo que se estaban haciendo en “su re-
gión” por la acción espírita. En el caso en que no lo escucháramos venía
dispuesto, a ejemplo de Cristo, a traer la espada y no la paz.
El adoctrinador comentó, en síntesis, que el contexto de esas
palabras de Jesús era otro y que Jesús alertaba en esa ocasión a la des-
avenencia entre los hombres por causa de sus enseñanzas, orientaba en
cuanto a la necesidad de que lo amáramos más a Él que al mundo, de-
cía que tomásemos nuestra cruz y lo siguiésemos para ser dignos de Él
y, finalmente, que quien perdiese la vida por Su causa, la encontraría.
Obviamente, el hermano se indigno, pues ¿cómo osábamos intentar en-
señarle el Evangelio?, en el que él seguramente era profesor.
El adoctrinador insistió en el asunto afirmando que su inten-
ción no era enseñar, sino sólo examinar ciertos aspectos de la vida y de
las enseñanzas de Jesús, aprovechando el conocimiento que decía tener,
para comparar anotaciones. Hizo consideraciones sobre la mansedum-
bre de la que Jesús daba ejemplo y a la que incitaba a sus discípulos.
Recordó, también, que el Maestro condenaba toda violencia e, incluso
en el momento en que los soldados venían para prenderlo, cuando un
discípulo cortó la oreja del criado del sumo sacerdote mandó que en-
vainase su espada. Dijo que todos los que echaban mano de la espada, a
espada perecerían.
Sin tener como contradecir, el manifestante declaró que sola-
mente a la Iglesia le competía el entendimiento de las enseñanzas de
Jesús. Presentó amenazas y levantó argumentos sobre la autoridad ex-
clusiva de la Iglesia. El adoctrinador entonces, bajo inspiración, recordó
la figura de Francisco de Asís y percibió que ahí encontraba un punto
de apoyo inicial para romper la coraza de la que se revestía el hermano
desorientado. Recordó el papel de Francisco, que vino para renovar la
Iglesia, repitiendo los conceptos de la sublime oración inspirada en el

295
Carlos Campetti / Vera Campetti

misionero católico,* procurando resaltar, en cada línea, las enseñanzas


básicas del Evangelio de Jesús, restauradas en su pureza inicial. Se podía
sentir, a cada paso, ecos dolorosos en el Espíritu manifestante. Pero, a
cada grieta que se abría, el Espíritu reaccionaba diciendo: “– ¡Era un
loco, un visionario!” Repitió la frase como en proceso de auto-hipnosis,
con el cual reaccionaba contra los argumentos del adoctrinador.
En cierto punto interrumpió la cantinela. Emergió, por comple-
to, en la realidad espiritual que los Benefactores le descubrían como úl-
timo recurso de conversión. Cubriéndose los ojos con los brazos decía:
“– ¡Apaguen esa luz! ¡Apaguen esa luz! ¿Qué quieren hacer ustedes con-
migo? ¿Crucificarme en esta cruz de luz? ¿Ustedes me están encerrando
en una burbuja oscura, rodeado por toda esta luz que quema mis ojos?”
El pobre compañero no comprendía el gran símbolo franciscano, la cruz
de luz, que se mostraba ante sus ojos espirituales en supremo acto de la
Misericordia Divina. No conocía su propia opacidad espiritual, no asi-
milaba que era suya la oscuridad que lo envolvía.
No quería escuchar. No le afectaban las explicaciones. Él dejó
completamente de escuchar, concentrándose solamente en la resistencia
deliberada hasta que, con un tono más desanimado, dijo: “– Estoy solo,
solo…” Se refería al aislamiento en relación a los compañeros de su cor-
te, que hasta entonces venían sustentándolo en la resistencia.
En este momento fue informado de su reencarnación obligato-
ria, directamente por el amigo espiritual, lo que pudimos comprender
por su reacción. Percibía a antiguos compañeros de sotana, miembros
de la “Cofradía de la Renovación”, entidad espiritual española, según
supimos más tarde, que habían venido en su ayuda. “– Yo no quiero.
Ustedes no pueden obligarme. ¡Traidores! ¿Dónde está mi libertad?”
Procurando justificarse en relación al hecho desconocido
por nosotros y que le estaría siendo presentado por algún benefactor

*
Nota de los autores: La oración atribuida a San Francisco es de autoría desconocida y hubiera sido
publicada por primera vez en 1912 en el semanario católico francés A Croix de Orne por el abad Bou-
querel con el título “Una bella oración para hacer durante la misa”, y en el Osservatore Romano, en
1916, conforme la investigación de Christian Renaux, doctor en historia moderna y conferenciante
de la Universidad de Angers, en Francia, referida en la web www.centrinho.usp.br/sfa/cur_04.html,
teniendo por fuente el Instituto Teológico Franciscano http://www.itf.org.br.

296
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

espiritual decía: “– ¡Pero él ha accedido! ¡El firmó el documento! Él fir-


mó en la parte inferior, el firmó en la parte inferior…”
Empezó, entonces, a ver los brazos de la madre que lo atraían
y decía: “–¿Cómo puede? ¿Cómo va a poder amarme ella, de la forma
que yo voy a nacer? ¿Cómo la convencerán ustedes?” La pregunta fue
respondida por el adoctrinador: “–Por amor, querido mío, por amor.
El amor de madre que acepta al hijo deficiente, el amor de madre que
es sublime e incondicional. Un santo Espíritu que te ama hace mucho
tiempo y que ahora se alegra de poder recibirte de vuelta en sus brazos,
una carga preciosa que le corresponde ayudar a restablecer. ¡Su intersec-
ción es una gran dádiva divina en tu favor!”
Todo el grupo quedó en un respetuoso silencio ante su gran
choque emocional, maravillado por la grandiosidad de la Misericordia
Divina que amparaba al Espíritu recalcitrante dando comienzo a un pro-
ceso de rescate que, al mismo tiempo, lo retiraba de un círculo vicioso
de engaños, evitando que se comprometiese más ante la Justicia Divina.
Efectivamente una dádiva: un corazón de madre que se sometería a un
dulce sacrificio por la recuperación de un ser muy amado.
Después supimos, por los médiums, que nuestro amigo rena-
cería con una deficiencia mental extrema y que, en la misma reunión,
con material ectoplásmico cedido por el grupo, ya fue preparado para
el proceso reencarnatorio que, por alguna razón que no nos fue dado
conocer, sería inmediato.

Rabinos y judíos radicales desencarnados en desequilibrio


Viviendo en los Estados Unidos, donde predominaban mani-
festaciones de entidades muy vinculadas a la materia y a los intereses
más inmediatistas y donde habitan muchos descendientes de las casas
judaicas, tuvimos la oportunidad de recibir, en el grupo mediúmnico,
rabinos y judíos radicales que no tuvimos la oportunidad de comprobar
si integraban alguna asociación del plano desencarnado.
Su atención fue siempre un gran desafío, pues su persistencia
en desvíos afectivos y espirituales era milenaria y la orientación que

297
Carlos Campetti / Vera Campetti

requerían pedía una familiaridad mayor con partes de las antiguas


Escrituras, como los Salmos. Jesús era para ellos una figura histórica y, a
veces, un profeta más cuyas enseñanzas no eran plenamente aceptadas.
Felizmente el lenguaje del amor es universal y los conceptos mo-
rales de las principales religiones de la humanidad se aproximan mu-
cho. De este modo, recurrimos, en la atención, al punto común en la
personalidad de todos los seres humanos, en especial aquellos que se
muestran extremadamente inteligentes y hábiles en el discurso teológi-
co: la acción con los recursos del corazón que siempre producen bue-
nos resultados incluso ante el mayor endurecimiento espiritual, aunque
en algunos casos solamente se consiga plantar una simiente que sólo el
tiempo y la lluvia de la Bondad divina vendrán a hacer que germine.
En otras situaciones, la feroz defensa de la tradición mosaica y
de las Antiguas Escrituras, en oposición al Cristianismo, formaba par-
te de un complejo de culpa y remordimiento que tenía origen en los
principios de la divulgación del Evangelio. En la convivencia con los
primeros cristianos e incluso en un encuentro con la figura inolvidable
del Nazareno o con los apóstoles, habían practicado una acción nefasta
o de indiferencia, que en este último caso resultó en serias consecuen-
cias para sus víctimas. Se sentían acusados por la conciencia. Para huir
del problema intrínseco que les exigía reparación, se atrincheraban en
los postulados de su creencia tradicional y se justificaban alegando el
cumplimiento de deberes religiosos.

Antiguos esclavos africanos e indígenas


En la época de las plantaciones, del triste episodio de la escla-
vitud en Brasil, muchos individuos traídos de África para la servidum-
bre en las ciudades y haciendas, donde ayudarían en la formación de
la nacionalidad, rescataron deudas cármicas antiguas y recientes y se
emanciparon espiritualmente. La mayoría eran Espíritus sencillos y
bondadosos, sin gran desarrollo intelectual que se reintegraron en la
corriente de la vida sin mayores dificultades. Otros eran Espíritus con
más conocimiento y responsabilidad espiritual más antigua que, en el
dolor de la esclavitud, cerraban un ciclo de rescate.

298
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

De estos dos grupos de Espíritus, unos dieron continuidad a su


proceso de aprendizaje y desarrollo, retornando a las plagas de origen a
que estaban vinculados, no necesariamente en el Continente Africano,
volviendo a encarnar y asimilando nuevos y distintos valores en cada
experiencia, integrándose al proceso evolutivo general de la humani-
dad que hermana a todos los seres, aun cuando provengan de diferentes
sociedades y con variadas adquisiciones intelectuales y diferentes con-
cepciones de vida. Otros se mantuvieron en el plano espiritual en tareas
de ayuda a seres queridos en rescate en el campo físico o entregados a
un severo proceso de purgación en regiones inferiores de la erraticidad.
Otros igualmente permanecieron para ayudar, agradecidos a la tierra y
a la gente que fueron su motivo de crecimiento y reencuentro espiritual.
Sin embargo, hay algunos que sin aceptar el rescate, rebeldes,
presos al odio y al deseo de venganza siguieron en el torbellino de la
espiritualidad desorientada, buscando a los que fueron el motivo de su
sufrimiento e instrumentos de su dolor, encontrándolos en una nueva
encarnación o en el propio plano espiritual, sedientos de venganza y
recayendo en el círculo vicioso de la “culpa-remordimiento-prueba de
rescate-inconformidad-venganza-culpa”.
Lo mismo ocurre entre los indígenas. En su gran mayoría son
Espíritus sencillos y ligados a la Tierra. Otros, no obstante, reencarnan
en aquel medio tribal en busca de reajuste cármico. En uno y en otro
caso, cuando, en vez de ver en el dolor un instrumento de renovación
y proseguir en la vida rumbo a nuevas experiencias evolutivas, optan
por la inconformidad del necesario rescate, agravan sus débitos por la
búsqueda de venganza y utilizan los rituales de la brujería como apoyo
para su deseo de venganza. En este caso necesitan ayuda para retomar el
camino del progreso.
Lo que los caracteriza y los hace diferir, llevándonos a tratarlos
como un grupo aparte es el cultivo de las creencias antiguas y procedi-
mientos de magia de la herencia tribal muy presente en sus manifesta-
ciones en el grupo mediúmnico, mayormente cuando eran responsables
del culto religioso de su grupo de origen. La mayoría recibe tratamiento
y atención en las mismas regiones espirituales que frecuentan o en me-
dio a las actividades a las que se dedican.

299
Carlos Campetti / Vera Campetti

Una que otra vez son admitidos en el grupo mediúmnico para


ser auxiliados y reconocer su condición de necesidad y su íntima an-
siedad de renovación y felicidad y para ser apoyados en la liberación
de sí mismos. Se manifiestan, de esta forma y con este objetivo, tanto
los Espíritus de antiguos esclavos africanos, de indígenas o incluso de
poblaciones primitivas vinculadas de modo básico a la tierra y a la na-
turaleza, presos a las costumbres tribales y a sus ritos religiosos tradi-
cionales.
Muchas veces los vemos, haciendo sus “trabajos” entre “adep-
tos”, en las casas de macumba. Son los negros-viejos, los indios y cha-
manes. Muchos ofrecen venganzas, separaciones, arreglos para distintas
situaciones, búsqueda de bienes y bienestar material. No se preocupan
del crecimiento espiritual. Pero es sin duda alguna que reconocemos
allí, también, a muchos Espíritus militando en la tarea de la sublime de-
dicación al bien, ejerciendo actividades in situ de recuperación de estas
entidades y de los frecuentadores de aquellos ambientes, procurando
ayudar a esos desviados que fueron sus compañeros de experiencias, ya
sea en la acción de la esclavitud, en las comunas, sea entre los pescado-
res humildes o del pueblo que trabaja el campo simple. No es por otro
motivo por el que vemos cada vez más leído en estos lugares El evangelio
según el espiritismo, donde la luz de la fe viva comienza a penetrar, ani-
mando corazones y resucitando conciencias.
Un pariente nuestro adquirió el hábito de localizar a los grupos
dedicados a las actividades de esta naturaleza, en el norte de Brasil, para
enviarles ejemplares de El evangelio según el espiritismo, con el objetivo
de que desarrollen sus actividades bajo el aspecto de la moral cristiana.
Cierto día, le preguntaron sobre si no estaría provocando una mayor
confusión en algunos compañeros, que ya venían atribuyendo a estos
rituales el nombre de Espiritismo, él respondió jocosamente que esta-
ba agregando sólo un elemento más, de naturaleza más noble y con la
mejor de las intenciones, en el crisol del sincretismo religioso que pros-
peraba en el país. Y los conceptos espíritas se van esparciendo por los
diferentes grupos religiosos, alcanzando también a los Espíritus que se
unen a ellos.

300
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Algunas entidades, no obstante, requieren el apoyo que sólo pue-


den obtener por un medio diferente a aquellos a los que están acostum-
brados o de los “trabajos de mesa blanca”, como acostumbra a llamar a
nuestras reuniones mediúmnicas, aunque nunca usemos manteles blan-
cas y algunas veces ni recurrimos a ellos, puesto que en las reuniones
espírita no se utilizan símbolos ni rituales de ninguna naturaleza.
Muchas veces fueron recogidos en medio de “trabajos de magia”
y vienen con su parafernalia, aquellos que tenían la intención de utili-
zar contra sus enemigos o contra aquellos a los que desean perjudicar.
Algunos son movidos por venganza personal, otros por venganza “con-
tratada”. De cualquier modo, son siempre compañeros desorientados,
afianzados en episodios infelices de su vida infinita y que nos corres-
ponde ayudar.
No nos impresionemos con sus amenazas, ni con los rituales que
profieren delante de nosotros y mucho menos con los elementos que
dicen traer, como cráneos cadavéricos, velas, plumas, o lo que quieran
que digan que están haciendo contra nosotros. Efectivamente, los re-
cursos magnéticos activados por una creencia absoluta y por el poder
de la voluntad, utilizando el apoyo de objetos y otros recursos como
centros de imantación, pueden presentar efectos inusitados y disponer
de influencias psíquicas considerables. Sin embargo, estos recursos no
encuentran resonancia en el alma que usa la oración como recurso de
sintonía superior, la vigilancia y el trabajo en el bien como escudos de
protección espiritual y el amor y el deseo del bien para todos como de-
rrotero de vida. Siempre es una cuestión de sintonía.
Más importante aún es, recordemos, que cuando la Misericordia
divina trae a estas entidades a nuestro medio es para que sean ayuda-
das y podemos estar seguros que la llama de la renovación ya se hace
sentir en su íntimo. Nos corresponde a nosotros alimentar esta llama e
incentivarla, para hacerla crecer y expandirse. Puede ser que, en algunos
casos, encontremos sólo una pequeña chispa, pero incluso una pequeña
chispa bien cultivada puede hacer brillar una hermosa y útil hoguera de
bien eterno.

301
Carlos Campetti / Vera Campetti

El principal elemento en esta atención se encuentra, como en


casi todos los casos, en la necesidad de la reconciliación con el dolor,
de la opción al perdón y por el retorno de los sentimientos de afecto y
amor que seguramente existieron en el pasado del Espíritu, rumbo a la
reconquista del equilibrio en el bien. Nuestro diálogo se debe encaminar
invariablemente en este sentido.

“Enviados” de congregaciones espirituales inferiores


En nuestros grupos mediúmnicos pudimos identificar también
la comparecencia de Espíritus con tareas de naturaleza más definida,
como es el caso de los jueces, magnetizadores o magos, de los planifi-
cadores de las campañas de obsesión o de combates a actividades selec-
cionadas, de los verdugos, o, también, de los Espíritus utilizados como
instrumentos de enfermedad o desequilibrio.
Ellos proceden de las sociedades de las que ya hablamos, estruc-
turadas en bases administrativas de preponderancia del más fuerte, de
los que disponen de más “conocimiento” o de los que sean más expertos,
localizadas en regiones espirituales inferiores, ya sea por encima de la
corteza terrestre sea en las zonas bajo la corteza a partir de las que ac-
túan organizadamente para promover sus intereses entre los encarnados
y las instituciones del plano físico.
Son enviados por sus respectivas asociaciones para actuar junto
a los grupos mediúmnicos y sus miembros, normalmente en el senti-
do de la desorganización o en la conclusión del trabajo que les puede
estar afectando adversamente las actividades. Su actuación en este sen-
tido acostumbra a estar muy bien estructurada, con estrategias cuida-
dosamente pensadas, después de una exacta evaluación del grupo. Sus
“demostraciones de fuerza” pueden causar dificultades para grupos des-
cuidados y médiums inexpertos.
El “conocimiento” de que disponen no debe ser subestimado.
En muchos casos estamos luchando con una acumulación de hechos
y experiencias que la humanidad olvidó o a los cuales no tienen más
acceso, por haber seguido por los caminos exclusivos de la ciencia ob-
jetiva. No por eso estos conocimientos son menos reales. Muchas veces

302
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

se extienden por los dominios de la magia, que es el magnetismo ma-


nejado con base en amuletos, símbolos y recursos naturales de los que
olvidamos el empleo. Otras veces se apoyan en recursos de la mente,
desarrollados por experiencias milenarias de repetición e investigación.
Pueden tener incluso conocimientos científicos y tecnológicos hereda-
dos de experiencias en otros orbes de donde fueron exiliados.
El esquema de trabajo de estas asociaciones sigue rutinariamen-
te un proceso de observación inicial del grupo y/o de sus miembros
para identificar modos de trabajo, características de los componentes
del grupo, debilidades y puntos fuertes. La información recogida sirve
como material de análisis a los planificadores, que delinean la estrate-
gia a seguir para lograr el objetivo de deshacer el grupo o apartar a los
miembros principales de las actividades mediúmnicas.
Esta estrategia siempre implica la exploración de las dificulta-
des morales de los miembros del grupo y, en la mayoría de los casos,
produce disensiones y crisis de relaciones. Algunas veces el proyecto se
concentra en apartar a algunos de los miembros centrales del grupo por
uno o por otro motivo. La acción sobre los grupos y sus miembros pue-
de hacerse desde el exterior, actuando sobre las personas de su entorno,
en el que pueden llegar a incidir sobre familiares, jefes y otras relaciones
profesionales. Otro método que emplean es el de generar impedimen-
tos para que comparezcan a las reuniones, incentivando la vanidad o
la atracción a aspectos mundanos de la vida como, por ejemplo, fies-
tas, promoción del medio social, etc. En fin, cualquiera de los recursos
puede ser utilizado para lograr el objetivo de la separación del grupo.
Incluso el trabajo de magnetizadores o magos, o recursos como los ovoi-
des o Espíritus en profundo desequilibrio en procesos de imantación
para producir perturbaciones semejantes o enfermedades no quedan
fuera de las preocupaciones de las asociaciones espirituales inferiores
en su plan de desmantelamiento de los grupos espíritas.
Recordemos, no obstante, como nos dice el Espíritu Áureo, por
la mediumnidad de Hernani T. Sant’Anna,158 que:
[...] Por más intelectuales que puedan ser los genios del mal, y
por más sofisticados que sean sus recursos tecnológicos, ellos no
pueden, nunca pudieron y jamás podrán enfrentar la sabiduría y

303
Carlos Campetti / Vera Campetti

el Poder del Cristo y de sus grandes mensajeros, que controlan,


con absoluta seguridad, todos los fenómenos que ocurren en el
planeta y en el sistema del que este forma parte. [...]
Efectivamente, si hay conocimientos que la humanidad condi-
cionada a la materia no domina, ellos no son ajenos a la Espiritualidad
superior que pasó por experiencias más ricas y más completas, no sólo
por haber caminado más, sino por no restringirse a la observación sólo
del aspecto material de la vida, pues las aplicaciones del amor y de las
Leyes Divinas superiores a todos los aspectos de la existencia traen re-
cursos nuevos y más amplios a la acción del bien. Además, la actividad
de las inteligencias rebeldes está absolutamente condicionada a las leyes
de la Justicia Divina y siempre llega un punto en que su libertad está
contenida para que no sobrepase los límites de los derechos de aquel
que ya no tiene allí qué rescatar.
Además de esto, si estamos al servicio del bien, los benefactores
espirituales que orientan nuestras reuniones seguramente establecieron
barreras de protección a nuestro favor. En este sentido, nuestra propia
confianza en los recursos divinos es la mejor protección de la que pode-
mos disponer. Prudencia sí, temor no.
A nivel personal solamente somos afectados cuando nos pone-
mos al alcance de estos compañeros desorientados debido a nuestra fal-
ta de vigilancia o por acciones deliberadas contrarias al bien. Muchas
veces las acciones de nuestro pasado espiritual nos ponen en situación
de poder ser alcanzados por la actividad nefasta de alguna individuali-
dad con quien tenemos antiguos débitos que rescatar. Pero la Bondad
divina siempre nos permite el pago con amor.
Recordamos una oportunidad en que pasamos unos dos días
sintiendo una presencia espiritual extraña. Era como si una irritación
pesase en el ambiente, afectando a nuestra concentración y a todo y cada
uno de los trabajos que pensábamos ejecutar. Teníamos que mantener
un gran nivel de control. Nos preocupábamos en saber lo que estábamos
haciendo mal para que nuestro ambiente doméstico pudiese estar aco-
sado de esta forma. Mantuvimos nuestras oraciones y lecturas diarias

304
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

en familia, como de costumbre, pero en la mañana del día del trabajo


mediúmnico la “presencia” se acentuó.
Al caer el día, no obstante, era como si el clima hubiese sido
aclarado por la lluvia benéfica de la luz espiritual. Un poco más tarde,
en el trabajo mediúmnico, se manifestó un prelado, con todo el peso
de la irritación y desequilibrio espiritual que sentíamos los días ante-
riores, reclamándonos la deserción. Nos llamó traidores de la causa.
Mencionaba un pasado en común y al final de una conversación, que no
es necesario relatar aquí, pudo ser felizmente atendido y encaminado a
la recuperación espiritual.
Por fin, comprendimos que la entidad, compañera de muchas
equivocaciones pasadas, tenía acceso a nosotros por los vínculos som-
bríos de errores comunes. Vino para que fuera ayudada por aquellos
que apoyaron sus equívocos. Agradecimos la oportunidad de servir y de
pagar una antigua deuda y reconocimos que, en todo el proceso, no nos
faltó el apoyo espiritual. Al contrario, fuimos los más beneficiados por
la experiencia que nos favoreció en términos de aumento de resistencia
y equilibrio y amplió nuestra fe y confianza en la Bondad divina.
En la cuestión de la destrucción de estas organizaciones, Áureo
aclara que “[…] La Tiniebla puede organizar y organiza infiernos de vas-
ta y terrorífica expresión; no obstante, siempre que semejantes quistes
amenazan la estabilidad planetaria, la intervención superior promueve
su desintegración. […]”
En otro tramo dice que:
[...] Los operadores celestes no solamente barren, con frecuencia, los
residuos de saturación que infecta muy peligrosamente ciertas regio-
nes del Espacio aniquilándolos a través de interacciones de partícu-
las con antipartículas atómicas, sino que se valen de otros recursos,
infinitamente más poderosos, rápidos y decisivos más allá de todas
las fuerzas electromagnéticas y físico-químicas al alcance de las Ti-
nieblas. [...]
Algunas veces, somos llamados para colaborar en la destruc-
ción de sistemas establecidos y proyectos en curso en estas organizacio-
nes por medio de la atención de entidades-clave en nuestras reuniones

305
Carlos Campetti / Vera Campetti

mediúmnicas. Observadores, ejecutores, juristas, magnetizadores y


otros “profesionales” de estos equipos de Espíritus inferiores son con-
ducidos al intercambio mediúmnico.
Cuando son admitidos en el grupo, ya experimentan algún
cambio de disposición, alguna ansiedad de la que muchas veces no se
dan cuenta y que corresponde al adoctrinador identificar e incentivar.
Utilizan, como escudo contra su realidad íntima y para evitar el reco-
nocimiento del desvío de su vida, la argumentación de que son inter-
mediarios de la Justicia divina o dicen que están cumpliendo órdenes.
Algunos asumen la postura de la necesidad de unirse al desequilibrio
del mundo para vivir lo mejor posible, sin buscar justificaciones más
elaboradas.
La mejor ayuda que se les puede prestar es la de convencerlos
a salir de detrás del escudo del que se esconden, buscando facilitar el
reconocimiento de que la Misericordia Divina siempre tepera la Justicia
y de que ésta se hace sin la necesidad de intermediarios imperfectos y
falibles. El cínico, por otro lado, siempre espera, en el fondo de su cora-
zón, que alguien le demuestre que vale la pena invertir en las cualidades
superiores del Espíritu como camino hacia la felicidad.
Otro punto importante es el de destacar las necesidades íntimas
de estos hermanos desorientados, pues casi siempre el tedio y el vacío
de su existencia sin ideas superiores, sin amigos verdaderos, sin la pre-
sencia de personas que los aman se les hace presente en la forma de un
sentimiento vago que nos cabe ayudar a tornar más preciso. En muchos
casos surge como una ansiedad, un anhelo que es un punto doloroso
en el corazón. ¿Quién de nosotros no tiene a alguien cuya presencia es
un rayo de sol en nuestras vidas? Muchas veces cuando tenemos a esa
persona, sea de la familia –un padre, una madre, un hijo, un compañero
o compañera– o un amigo, no sabemos darle el valor debido hasta que
la perdemos por uno u otro motivo.
En algunas ocasiones, cuando la actuación nefasta de determina-
do grupo procedente de regiones espirituales inferiores llegó a un punto
en que amenaza el derecho de otras personas o instituciones, el deter-
minismo divino del bien opera en la corrección necesaria de rumbo y
los buenos Espíritus, mensajeros divinos, traen al grupo mediúmnico a
algunas de estas entidades, hastiados de la organización tenebrosa, to-
mando medidas para su aislamiento en reencarnaciones forzosas.

306
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

En estas ocasiones, el grupo mediúmnico actúa en el abasteci-


miento de las energías necesarias para el condicionamiento magnético
de la entidad manifestante. Los médiums abastecen los fluidos materia-
les y muchas veces ectoplásmicos necesarios para la atención y las pa-
labras del orientador sirven como advertencias y orientación espiritual
para el ser que ahora va a enfrentar otra realidad y otras experiencias de
vida en la continuidad de su lucha hacia la armonía interior.
Para que la cuestión quede más clara, más abajo hacemos una
descripción rápida de estos “enviados” en relación a la función que des-
empeñan en su asociación de origen, recomendando a los interesados
que consulten el libro Diálogos con las sombras, de Herminio C. Miranda.
Con todo, recordemos siempre que la tarea específica que desempeñan
se sobrepone a los problemas morales individuales, que constituyen el
centro de su problemática evolutiva. Solamente cuando se rompe el “es-
cudo” con el cual se defienden de la culpa, del remordimiento, de las
acusaciones de su conciencia y evita el auto-enfrentamiento es cuando
podemos ayudarlos a enfrentar las dificultades íntimas que están en el
origen de su desequilibrio espiritual. Sólo entonces es cuando nuestra
ayuda consigue ser efectiva.
De este modo, la atención inicial debe objetivar primeramente
ese escudo y la conversación que mantuvimos debe tener por objeto
las dificultades de orden moral del Espíritu manifestante. En todos los
casos corresponde mirar primeramente al individuo, el alma necesitada,
cuyas manifestaciones de rebeldía y de irritación corresponden a las del
niño que requiere una mano firme con mucho amor para que crezca
espiritual y moralmente sano. Recordemos siempre que el mal solamen-
te existe mientras el bien no se instala. Todos somos niños espirituales
caminando hacia el crecimiento. Unos más viejos otros más jóvenes y el
Padre velando por nosotros a lo largo del camino.

Juristas
En la asociación espiritual, su función está vinculada a las bases
legales para el castigo de los infelices que recaen en su “jurisdicción”.
Normalmente se presentan en el grupo cuando comprueban que alguien
que se encuentra bajo “investigación” o que está sufriendo la “pena”

307
Carlos Campetti / Vera Campetti

determinada por efecto de uno de sus “procesos” está siendo asistido en


el ámbito de las actividades del grupo.
Creen estar ejecutando órdenes, como instrumentos de la justi-
cia, algunas veces de naturaleza indefinida y otras veces confundida con
la propia Justicia Divina y, por este motivo, se ven sin culpa, cuando el
peso de sus determinaciones recae sobre alguno de sus “reos”. Afirman
que los “autos del proceso” son impersonales y ellos son sólo los instru-
mentos de la acción jurídica.
Su propio pasado le es muchas veces mostrado por los
Benefactores como medio de exponerles el íntimo desequilibrado y
auxiliarlos a despertar a su corazón carente de bienestar, paz y afecto
verdadero. Sin embargo, algunas veces incluso la comprensión de su
verdadera condición de Espíritus rebeldes no es suficiente para que rea-
licen el proceso de renovación interior. Recordamos a una entidad que
nos respondió, sin vergüenza y sin vacilación, que no esperásemos que
los ángeles fuesen a cuidar de aquellos “animales” de los que él se en-
cargaba.

Compiladores de información
Su función es la de observar para identificar debilidades y pun-
tos endebles que el equipo al que pertenecen pueda venir a utilizar para
destruir el grupo mediúmnico, apartando a sus participantes.
Su trabajo de observación es metódico. Normalmente se apro-
ximan al grupo mediúmnico con mucho cuidado, procurando pasar
desapercibidos. Utilizan mucho tiempo en su táctica de aproximación.
Observan a los participantes de la reunión, primero fuera de sus hoga-
res, en la calle, en el trabajo, y en cualquier otro lugar donde puedan
acceder sin ser muy percibidos. Algunas veces, distraídos junto a algún
miembro del grupo, son atraídos para la reunión propiamente dicha.
Otras veces son conducidos para la atención desde las inmediaciones
del centro espírita. Existen, también, los casos en que, creyendo estar
observando in situ los trabajos del grupo, entran en el recinto de la re-
unión creyendo que están allí por su voluntad y con pleno dominio de
la situación hasta que son finalmente ligados al médium para el diálogo

308
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

con el adoctrinador. En todos los casos, solamente cuando se ven aco-


plados a los médiums perciben que otros factores han entrado en acción
y que han sido descubiertos.
Un factor muy importante en su conversión al bien es la con-
ducta moral de los participantes de la reunión, que ellos mismos pu-
dieron verificar en sus andanzas. Cuando ven, en aquellos que están
observando, que la voluntad de realizar el bien y caminar hacia la luz
es sincera, una simiente de renovación comienza a germinar en su in-
terior. De este modo, nuestro comportamiento diario se convierte aquí
también en un elemento crucial para el buen desarrollo de los trabajos
y para nuestra participación eficaz como miembros positivos de la reu-
nión mediúmnica.
Su manifestación suele comenzar con la indignación, a veces
decepción y, en la mayoría de los casos, sorpresa por haber sido identi-
ficados. Algunas veces, inicialmente, observan a su alrededor sin darse
cuenta de que lo están haciendo por medio del instrumento mediúmni-
co, tal es el cuidado tomado para hacer viable la atención. En el diálogo
dicen que son sólo observadores, que no están allí para perjudicar, sino
para evaluar. Sólo recogen datos, dicen. Pero sus datos sirven para la
acción contraria al bien.

Planificadores
Costumbran ser muy racionales e inteligentes, no necesaria-
mente cultos, pero brillantes como estrategas, los planificadores son
los inspiradores de las actividades de las asociaciones del plano espi-
ritual inferior en el sentido que responden por la planificación de la
actividad de obsesión o del esquema montado para la desestructura-
ción del grupo espírita, conforme sea el caso. Procuran mantener un
control absoluto de las emociones y no se envuelven directamente en
la acción: son pensadores. En el diálogo, requieren mucha habilidad
y lógica, nunca, sin embargo, la lógica fría del pensamiento, sino la
lógica armoniosa y cálida del corazón, del sentimiento. Aquella que
no examina ideas, sino realidades experimentales.

309
Carlos Campetti / Vera Campetti

Verdugos
Pueden ser entidades embrutecidas, utilizadas para la eje-
cución de una sentencia punitiva. Su escudo son las órdenes a las
cuales obedecen, de modo brutal y sin compasión, cuando ejecutan
una tarea que les fue determinada por el gremio espiritual inferior.
Cumplen órdenes. Cuando se manifiestan en el grupo lo hacen irri-
tados y nerviosos, pues dicen que estamos interfiriendo en su “tra-
bajo”.
Cuando son de mejor nivel de conocimiento o mayor refina-
miento en las técnicas se dicen agentes especializados. Citamos, en
este sentido, el caso de un Espíritu que se manifestó diciendo que su
trabajo estaba destinado a crear cizaña en el medio espírita. Cosas
pequeñas: una molestia aquí, una disensión allí, un realce en una
tendencia a la vanidad… Varios grupos, decía, habían sido destrui-
dos por sus acciones en estas pequeñas cosas que tomaban cuerpo y
asumían proporciones de crisis alimentadas por las grandes dimen-
siones de algunos “egos”. En el transcurso de la conversación dice
que su “trabajo” era siempre la actividad inicial de una amplia cam-
paña de asedio al Movimiento Espírita. Otros daban la continuidad
necesaria, una vez rota la cohesión.

Magnetizadores (hipnotizadores, magos y hechiceros)


Aquí se incluyen Espíritus con conocimientos en el área del
magnetismo y que muchas veces utilizan símbolos, objetos o rituales
como catalizadores del proceso de magnetización con el que utilizan re-
cursos fluidicos y energías para producir el efecto pretendido. Algunos
son entidades con siglos de experiencia en el campo de la magia negra,
otros, Espíritus primitivos que repiten rituales mágicos de sus tribus.
La mayoría se componen, no obstante, de Espíritus versados en el mag-
netismo y en otras fuerzas naturales relacionadas.
Algunas veces se presentan haciendo rituales, en otras extien-
den su mente procurando influenciar a los participantes del grupo, en
otras, además, apoyan su acción con palabras, procurando crear en el
espíritu de los oyentes el impacto que necesitan para activar su proceso

310
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

de magnetización. Nos acordamos, en este sentido, de la presencia de


un rabino que se manifestó en un grupo que comenzaba la mediumni-
dad y aún estaba en fase de entrenamiento. Compareció varias veces a
la reunión y siempre producía su presencia, por efecto de la utilización
de técnicas magnéticas, un malestar en ciertos miembros despreveni-
dos del grupo, en ejercicio de desarrollo mediúmnico, en los cuales,
algunas veces, sus comentarios producían efectos de “eco”. Era como
si ellos estuviesen apoyando vibratoria o fluidicamente lo que decía la
entidad, lo que requirió medidas enérgicas por parte del dirigente del
grupo para remediar la situación.

Espíritus utilizados como fuente de enfermedad o perturbación


Son Espíritus que cayeron en las redes de la organización, por-
tadores de un gran drama de conciencia que los vincula al dolor y a
sufrimientos superlativos que los vuelve casi inconscientes del mundo
a su alrededor. Son, en muchos casos, Espíritus de suicidas o crimina-
les muy comprometidos, algunas veces reducidos al estado de ovoides
por la fijación en el remordimiento o en la idea de venganza o aún en
un pensamiento de cualquier otra naturaleza tan absorbente para la
entidad que la hace concentrar todo su pensamiento y su emoción en
esa única idea central, atrofiando los órganos periespirituales de inte-
racción con el mundo.
Lo que las hace diferir de otras entidades en desagradable
expiación es el hecho de estar unidas a encarnados en “punición”,
vampirizándolos para provocar una influencia nociva permanente, in-
terfiriendo en su psiquismo o en su condición orgánica.

Dirigentes
En las organizaciones múlti-administradas, estos pueden respon-
der por diferentes niveles de liderazgo. Los que se encuentran verdade-
ramente en lo alto de la pirámide jerárquica, casi nunca se apartan de los
trabajos de administración de las agrupaciones, que dirigen en las regiones
del plano espiritual inferior. Utilizan muchos intermediarios. Solamente
cuando la acción del grupo amenaza la estabilidad de su organización o

311
Carlos Campetti / Vera Campetti

cuando hay todo un trabajo de los Benefactores Espirituales volcado a su


recuperación, creando condiciones propicias en este sentido, es cuando
intervienen directamente compareciendo en el grupo mediúmnico.
Otros son jefes de grupos menores dentro de la organización.
Estos son más frecuentes en las reuniones mediúmnicas, pues la acción
de los grupos espíritas se hace primeramente en sus propias actividades,
solamente después los efectos de su trabajo se extienden a las demás ins-
tancias administrativas de la organización tenebrosa.
En ambos casos, se trata de Espíritus dominantes, acostumbrados
a ser obedecidos sin tergiversación. “Consienten” en comparecer al gru-
po en atención a algún caso específico o a una situación especial. Tienen
poca paciencia para escuchar a otras personas. Muchas veces se presentan
con una advertencia o una propuesta para el grupo.

***
En conclusión, se puede decir, con Herminio Miranda,160 que:
[...] Las actitudes se agrupan y, en cada una de ellas, se repiten los
gestos, las palabras, los impulsos, las motivaciones. Entretanto,
guardan todas y cada una de ellas su individualidad y sus sorpre-
sas. […] Cada uno toma el camino que le imponen sus fantasmas
interiores. […] Hay ciertas constantes que se repiten, que se cris-
talizan, que constituyen modelos, patrones, o lo que sea dentro
de los cuales la individualidad de cada uno se preserva, mante-
niendo cierta autonomía. Es como si en un amplio concepto de
determinismo difuso ellos actuasen dentro de un amplio rayo de
libre elección. [...]
De esta forma, cada diálogo es único porque cada Espíritu comu-
nicante siempre guardará sus características individuales, sus problemas
personales, sus deudas particulares, sus compromisos intransferibles,
sus dudas e inseguridades peculiares exigiendo del dialogador el ejer-
cicio de la paciencia, perseverancia, dedicación y del insustituible amor
en el auxilio específico para que cada hermano encuentre la vía propia
hacia el auto-conocimiento y su reintegración en los caminos del bien.

312
La formación de un grupo mediúmnico es
9 Conclusión una tarea ardua que exige empeño, dedica-
ción, perseverancia y una amplia concien-
cia sobre las implicaciones y consecuencias
de la tarea por parte del dirigente como de
todos sus participantes. Es una tarea colec-
tiva que demanda acción conjunta definida
y coordinada a lo largo del tiempo para ga-
rantizar los resultados esperados.
Con el objetivo de colaborar con los intere-
sados en cuanto a la planificación e implan-
tación de grupos de estudio y práctica de la
mediumnidad, así como con quien desee
reorganizar y dar un nuevo dinamismo a
los trabajos ya existentes, dejamos aquí
nuestra humilde y limitada contribución,
conscientes de que el trabajo en el campo
del intercambio entre los dos planos de la
vida exige mucho más que la lectura de un
libro de la naturaleza del que ahora finali-
zamos. La intención fue la de una simple
contribución para el entendimiento de la
importancia de esta tarea y de las exigen-
cias que ella requiere para que los trabaja-
dores no vengan a tener, después de años
de frecuencia, frustradas sus esperanzas de
auxilio a los hermanos necesitados.

313
Para finalizar nuestra tarea queremos asimis-
“El cuerpo mo anotar un antiguo aprendizaje que la vida
responde nos ofreció en la juventud cuando escuchá-
bamos que: “– El cuerpo responde conforme
conforme ordena la cabeza”. Este concepto es perfecto
ordena la para entender de lo que ocurre con un grupo
de estudio de la mediumnidad o mediúm-
cabeza” nico. El grupo seguirá conforme ordene el
dirigente. Este es el gran responsable de la
orquestación de lo que el equipo producirá o
por lo que dejará de realizar.
En nuestra experiencia es invariable la ob-
servación de este hecho: el grupo es lo que
el dirigente hace de él, porque el dirigente es
responsable del destino del grupo. Sin em-
bargo, esperamos que la lectura y la reflexión
de lo que escribimos puedan aliviar esa car-
ga. Nuestra propuesta es que el dirigente
comparta con el grupo las decisiones y en-
cauzamientos necesarios para el constante
equilibrio y mantenimiento de su capacidad
productiva. Cada miembro necesita concien-
ciarse de sus responsabilidades en relación al
conjunto.
Si logramos que al terminar la lectura de este
libro usted haga esta reflexión y encuentre al-
ternativas para una actuación más consciente
y productiva en sus actividades mediúmni-
cas, vamos por buen camino para lograr esta
propuesta.

315
Anexo 1 Algunos libros relacionados
con el estudio de la
mediumnidad
Observación: Esta pequeña relación no
pretende ni podría agotar la indicación de
libros relacionados con el asunto. Ni todos
los libros están en español.

Allan Kardec
• El Libro de los Espíritus
• El Libro de los Médiums
• El Evangelio Según el Espiritismo
• El Cielo y el Infierno
• La Génesis
• Obras Póstumas
• Revista Espírita

Léon Denis
• En lo Invisible

André Luiz, Francisco Cándido Xavier


• Los Mensajeros
• Misioneros de la Luz
• Desobsesión

317
Carlos Campetti / Vera Campetti

• Liberación
• En los Dominios de la Mediumnidad
Yvonne A. Pereira
• Recuerdos de la Mediumnidad
• Traspasando lo Invisible
• En las Telas del Infinito
• Memorias de un Suicida

Hermínio C. Miranda
• Diálogos con las sombras

Martins Peralva
• Estudiando la Mediumnidad
• Mediumnidad y Evolución

Suely Caldas Schubert


• Obsesión/Desobsesión
• Mediumnidad: Camino para ser feliz
• Dimensiones espirituales del centro espírita

Divaldo P. Franco y Raul Teixeira


• Directrices de Seguridad

Manoel Philomeno de Miranda, Divaldo P. Franco


• Locura y obsesión
• En las fronteras de la locura

318
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

• En los bastidores de la obsesión


• Paneles de la obsesión
• Temas de la vida y de la muerte
• Tramas del destino
• Trastornos psíquicos y obsesivos
• Senderos de liberación
• Tormentos de la obsesión
• Sexo y obsesión

Marlene Severino Nobre


• La obsesión y sus máscaras

Carlos Torres Pastorino


• Técnica de la mediumnidad

319
Anexo 2 Algunas sugerencias para
el acuerdo de grupo –
estudio/armonización

Reunión de Estudio y Educación


Mediúmnica Acuerdo de Grupo

Requisitos para la participación:


1. Conducta espírita, ética y moral basada
en el Evangelio de Jesús;
2. Disciplina, humildad, sincero interés
fraterno con los miembros del grupo
y demás Espíritus encarnados y desen-
carnados;
3. Estudio de El Libro de los espíritus, de El
Libro de los médiums y de El evangelio
según el espiritismo;
4. Busca constante de ampliación del co-
nocimiento doctrinario, extraído de las
obras espíritas codificadas por Allan
Kardec y de las complementarias a és-
tas, por fieles autores a las orientaciones
de la Doctrina Espírita;
5. Lectura de los libros indicados durante
el desarrollo del estudio;
6. Colaboración en otras actividades del
(incluir el nombre del centro), especial-
mente en aquellas dedicadas a la asis-
tencia y promoción social;
7. Frecuencia asidua a las reuniones.

321
Carlos Campetti / Vera Campetti

Objetivos:
1. Objetivos generales:
• Promover, por el estudio de la mediumnidad y el desarrollo
de la armonía entre los participantes, condiciones para el in-
tercambio mediúmnico equilibrado;
• Apoyar a los miembros del grupo, que muestren perseveran-
cia y sincero interés, en la identificación y educación de sus
capacidades y facultades mediúmnicas.

2. Objetivos para los participantes:


• Estudiar la mediumnidad, sus manifestaciones, mecanismos
y consecuencias;
• Comprender la mediumnidad como medio de comunica-
ción y recurso de esclarecimiento y redención de encarna-
dos y desencarnados;
• Asimilar y vivir los principios educativos ofrecidos por la
Doctrina Espírita y el Evangelio de Jesús;
• Formarse para la actuación mediúmnica productiva y equi-
librada.

3. Funcionamiento:
• La reunión de estudio tendrá lugar el (día de la semana),
desde (horario ideal de dos horas), en base al material (in-
dicar el material escogido), porque atiende a las necesidades
específicas presentadas y observadas en el grupo;
• La puerta se cerrará con llave y los primeros 15 minutos se
dedicaran a la lectura individual de páginas edificantes, ora-
ción y/o meditación con el propósito de la armonización ín-
tima y la preparación del ambiente;

322
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

• A continuación se hará el estudio propuesto por 1 h. 15 mi-


nutos;
• Los 20 minutos siguientes serán dedicados a la “práctica
desde el principio”
• En los 10 minutos finales se realizará una evaluación de la
actividad y la oración final;
• El dirigente hace la oración inicial, después de la lectura edi-
ficante. Un miembro indicado por él hace la del cierre;
• El dirigente identifica y, de acuerdo con el grupo, define las
funciones de cada miembro para el mejor funcionamiento
del equipo, pudiendo indicar estudios y recomendar proce-
dimientos basados en la Doctrina Espírita, conforme las ne-
cesidades particulares de perfeccionamiento intelecto-moral
identificadas;
• Cada miembro buscará la armonización del equipo, cons-
ciente de que es indispensable para el ejercicio seguro y pro-
ductivo de la mediumnidad;
• La asistencia será indispensable, quedando automáticamen-
te desligado del grupo el miembro que falte a tres reuniones
consecutivas o alternas sin justificación previa;
• Las ausencias inevitables serán comunicadas al dirigente
con la posible anticipación;
• El dirigente u otro miembro del grupo telefoneará al miem-
bro que falte sin previo aviso, lo que no justificará su ausen-
cia;
• Las ausencias inevitables serán compensadas con el estudio
individual de los temas con asistencia del coordinador u
otro miembro del grupo capacitado para la tarea;
• No serán admitidas visitas al grupo, salvo casos excepciona-
les y esporádicos a criterio del dirigente y del consentimien-
to del grupo;

323
Carlos Campetti / Vera Campetti

• La entrada de posibles nuevos miembros será analizada con


criterio por el grupo y la decisión de admisión será tomada
en común acuerdo.
4. Bases de evaluación:
• Observación de la disciplina, humildad, interés fraterno y au-
xilio mutuo entre los miembros del grupo en sus necesidades
específicas y generales de perfeccionamiento intelecto-moral;
• Reuniones periódicas, una cada dos meses como mínimo, de
evaluación de los procedimientos y resultados del trabajo y de
las condiciones de armonización del grupo;
• Presentación o entrega de los resúmenes de los libros, confor-
me decisión del grupo;
• Acompañamiento del estudio de El Libro de los espíritus, de
El Libro de los médiums y de El Evangelio según el espiritis-
mo, de la lectura de los libros indicados, de la colaboración
en otras actividades del centro espírita y de la frecuencia a las
reuniones;
• Al cierre del Programa, los participantes deberán haber es-
tablecido un grupo de intercambio mediúmnico consciente,
disciplinado, armónico y espiritualmente productivo;
• Los que no tuvieron una asidua frecuencia, no alcanzaron los
requisitos para la participación, no consiguieron los objetivos
propuestos o no desearan participar en el grupo mediúmni-
co podrán integrarse a otros grupos de estudio y trabajo del
Centro.

324
Anexo 3 Caso: Los primeros pasos
de un grupo de estudio
de la mediumnidad
Al cambiar de una ciudad a otra per-
cibimos, en la nueva localidad, una carencia
en el área de la mediumnidad. Conocimos,
después de los primeros días, a una persona
que ya había sido invitada anteriormente a
formar un grupo de estudio del Espiritismo.
La amistad nació espontánea e inmediata.
Con el tiempo, después de muchas con-
versaciones en torno al Espiritismo y su
divulgación en la región, decidimos iniciar
un nuevo grupo espírita. Concertamos con
ella que invitaríamos a algunos amigos para
participar en un estudio del Evangelio se-
gún el espiritismo para lo que ella ofreció su
casa. Por lo tanto, nos animamos a ofrecer
la sala de nuestra casa para reunir a inte-
resados en el estudio de la mediumnidad.
Divulgamos, igualmente, las dos activida-
des. Para el estudio del Evangelio compare-
cieron cerca de seis a ocho personas. Para el
de la mediumnidad el doble, al principio, y,
después, el triple. Cuando la sala de la casa
ya no permitía más asistentes, fue propues-
to un local alquilado. Después de indecisio-
nes y vencidas las inseguridades, el grupo
se decidió por el alquiler. El estudio del
Evangelio se transformó en una conferencia

325
Carlos Campetti / Vera Campetti

pública y el estudio informal de la mediumnidad se tornó en el primer


grupo de estudio del asunto en el nuevo Centro.
No había cómo exigir conocimiento previo del Espiritismo para
que las personas participasen del estudio de la mediumnidad, pues
eran raros los que habían leído alguno de los libros de Allan Kardec.
Sentimos la inspiración de proponer un acuerdo de grupo para que las
propias personas, al unirse al estudio, se sintiesen responsables de los
resultados obtenidos individualmente, como fruto de su esfuerzo perso-
nal, y de los progresos del grupo, como colectividad por la contribución
de cada uno para la organización y funcionamiento de un posible futuro
grupo mediúmnico.
Esta actividad es siempre un gran desafío, pero si el dirigente
fuese disciplinado e hiciera un buen planteamiento de cómo orientar y
dinamizar el proceso de interacción y aprendizaje del grupo, las posibi-
lidades de obtener un buen resultado son grandes.
El primer día del estudio de la mediumnidad asistieron 24 per-
sonas. Pedimos que los participantes se presentasen y respondiesen a
tres preguntas, una a una, primero oralmente, teniendo a alguien del
propio grupo anotando las respuestas. Las preguntas estaban relaciona-
das con los siguientes asuntos:
• ¿Qué lo/la trajo a este grupo? o ¿Por qué vino usted a este
grupo de estudio de la mediumnidad?
• ¿Qué espera usted del grupo?
• ¿Qué va aportar usted al grupo?
Cumplida esta etapa pedimos que las mismas preguntas fuesen
respondidas por escrito, con el aumento de una cuarta proposición. Las
manifestaciones escritas fueron colocadas en sobres, identificados por
los propios participantes, para ser devueltos a ellos dentro de un perío-
do aproximado de seis meses. La cuarta proposición tuvo relación con
el siguiente asunto:
• ¿Qué le gustaría dejar por escrito para usted mismo/a
sobre su integración en este grupo de estudio de la mediumnidad para
leerlo pasados seis meses?

326
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Los sobres fueron bien guardados, sin posibilidad de acceder


nadie a ellos, a no ser la dirección del Centro, para entregarlos a los pro-
pios interesados pasados los seis meses. Nadie leyó las respuestas a no
ser el propio interesado. Cuando no fue posible la entrega al interesado,
el sobre fue destruido sin abrir su contenido.
Esta dinámica contribuyó para una actividad de auto-evalua-
ción, que fue realizada al cabo de los seis meses, con el objetivo de
profundizar el esfuerzo de auto-conocimiento y de integración del indi-
viduo con el grupo.
También en este primer día de reunión, propusimos al grupo
el acuerdo, que tuvo como punto de partida experiencias realizadas en
otros Centros y que sería adaptado a la realidad del grupo, conforme las
manifestaciones anotadas por la persona encargada.
Durante la semana trabajamos con un pequeño equipo compa-
rando el texto que teníamos con las expectativas y necesidades identifi-
cadas en los apuntes hechos y promovimos variaciones en la propuesta
básica para someter a la apreciación del grupo en la siguiente reunión.
En el segundo encuentro asistieron 22 personas. Presentamos la
propuesta de acuerdo explicando ítem por ítem, atendiendo a las dudas
y recogimos observaciones y sugerencias para promover variaciones, si
fuesen compatibles con las directrices del Espiritismo. Explicamos tam-
bién que la propuesta solamente sería aprobada por el grupo en la próxi-
ma reunión y que podría ser examinada durante toda la semana para
posibles sugerencias, que deberían ser encaminadas al dirigente hasta
el día acordado.
En el tercer encuentro asistieron 20 personas, faltando, ahora,
cuatro. Posteriormente supimos que sus expectativas eran otras. Unos
deseaban la mediumnidad práctica de inmediato y no era lo que estába-
mos ofreciendo, pues proponíamos el estudio previo para un ejercicio
seguro y productivo. Otros veían ese acuerdo innecesario.
Presentamos la versión final del acuerdo, dando también opor-
tunidad para el examen de las manifestaciones al dirigente en el trans-
curso de aquella semana. También en ese día, presentamos el material
que sería utilizado para el estudio de la mediumnidad explicando, en

327
Carlos Campetti / Vera Campetti

detalles, cómo debería ser utilizado por el participante durante la sema-


na para que las reuniones tuviesen el mayor provecho posible. Entre las
recomendaciones estaban la lectura individual del material, la investiga-
ción de la bibliografía indicada, la realización de posibles averiguacio-
nes indicadas o sugeridas por el dirigente.
En el cuarto encuentro el grupo aprobó el acuerdo e iniciamos
la primera reunión basada en el programa elegido para guiar la etapa
del estudio-armonización. Informamos al grupo que no admitiríamos
más participantes y que, a partir de aquel momento, se estaba iniciado
el gran desafío. Explicamos algunas de las luchas que tendrían que en-
frentar, pues serían invitados, de muchas formas a abandonar el grupo.
Hablamos de la posible acción de Espíritus inferiores, que no desean
nuestra iluminación. Recomendamos que cuidasen incluso de las invi-
taciones para ascender profesionalmente, que tuviesen siempre en men-
te la necesidad de la asistencia en el día de la reunión. En fin, quedaba
claro siempre que los que perseveraran, los que tuviesen firmeza en los
propósitos conseguirían llegar a la etapa de la práctica mediúmnica.
Muchas veces fuimos buscados por miembros del equipo que
venían a informarnos sobre las invitaciones que recibían de “amigos”
claramente intuidos por los Espíritus de las tinieblas para apartarlos del
compromiso. Uno hasta rechazó una invitación de ascenso profesional
que le haría dejar el grupo, pues tenía que trabajar justo en ese horario.
Menos de un mes después, el jefe cedió y le dio el cargo sin necesidad de
tener que ir a trabajar aquel día y horario específico.
En fin, fueron enfrentadas luchas desagradables el primer año,
con el acompañamiento particular de cada situación y de cada proble-
ma, con el desarrollo de prácticas de apoyo mutuo para la superación
de los obstáculos personales o de relaciones en el grupo, identificados
durante el estudio y la convivencia. Actividades extras relacionadas con
la reforma íntima y la integración del grupo fueron desarrolladas en
diversas oportunidades. Los compromisos eran recordados periódica-
mente, solicitando su observación, con el esclarecimiento de que sola-
mente podría ir a la práctica mediúmnica quien los cumpliese.

328
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Algunos no resistieron, a pesar del apoyo incluso por medio de


visitas a sus hogares, para dejar claro que estaban apartándose por vo-
luntad propia y no porque el grupo no quisiese su participación. A partir
del cierre del grupo, nadie salió sin que el propio grupo fuese invitado
a envolver a la persona en el máximo cariño, en oraciones y vibraciones
positivas, con el apoyo de las amistades cultivadas a lo largo del tiempo.
Después de un año de estudio-armonización, habiendo llega-
do ya la práctica de la percepción mediúmnica, el grupo contaba con
16 participantes y no todos estaban aptos para la práctica mediúmni-
ca. ¿Qué debemos hacer en una situación como esta? Para eso sirve el
acuerdo de grupo. A pesar de las evaluaciones periódicas hechas a lo
largo del año, era necesario, ahora, hacer una evaluación que pudiese
indicar, de forma clara y objetiva para todos, los que habían consegui-
do alcanzar las condiciones propuestas y los que aún necesitarían más
tiempo para ello.
Pedimos que cada uno hiciese su evaluación y nos dijese, a la
semana siguiente, si se consideraba apto o no para la práctica mediúm-
nica. De los 16, la mitad dijo que sí estaba apta y la otra mitad que no
lo estaba. Entre los que dijeron que no lo estaban, había dos personas
que, en la evaluación de los dirigentes (el del estudio-armonización, el
del estudio-práctica y la presidenta del centro), estaban preparadas. Y
entre las que dijeron que sí lo estaban, había dos que no habían logrado
las condiciones propuestas en el acuerdo. Cada uno fue llamado indivi-
dualmente para conversar con dos dirigentes.
Los dos que dijeron que no estaban preparados, fueron invitados
a reflexionar sobre el asunto hasta la próxima semana. Si siguiesen con-
siderando que no estaban listos, no pasarían para la práctica mediúmni-
ca. Los dirigentes podrían afirmar que, ellos, a pesar de no considerarse
preparados, serían admitidos, por la simple evaluación positiva de los
dirigentes. En el futuro, ante cualquier dificultad, podrían simplemente
afirmar que el problema era de los dirigentes, pues ellos habían dicho
que no estaban listos. Cuando percibieron la situación, cambiaron de
opinión y decidieron asumir la responsabilidad de la propia decisión.

329
Carlos Campetti / Vera Campetti

Los dos que dijeron que lo estaban, pero no fueron considerados


aptos por no cumplir el acuerdo, se rebelaron y dieron prueba de que
realmente no estaban listos, pues dejaron el Centro. Uno de ellos se llevó
consigo al cónyuge que tenía mejores condiciones que él para participar
en la actividad mediúmnica.
Resultado: de las 16 personas, ocho comenzaron la práctica me-
diúmnica, tres salieron y los otros cinco, después de cuatro meses, al
entender que no habría otra forma de ingresar en la actividad mediúm-
nica, a no ser por el cumplimiento del acuerdo, se formaron y acom-
pañaron a los demás. De este modo, le fue posible al grupo alcanzar la
segunda etapa del proceso pasando del estudio-armonización al estu-
dio-práctica.
El proceso no es infalible, pues tuvimos algunas situaciones difí-
ciles dentro del equipo. Hubo quien cumplió todas las etapas y atendió
a los aspectos evidentes del acuerdo, sin embargo, al ser admitido a la
práctica mediúmnica se relajó en el proceso de la reforma interior, tra-
yendo dificultades al grupo por las compañías que traía hacia dentro
de la actividad. Todos, como seres humanos que son, siguen sus luchas,
con altibajos, pero no tiene motivos para afirmar que no tuvieron la
oportunidad de comprender lo que significaba trabajar con la medium-
nidad en el Espiritismo.
***
Hacemos también algunos comentarios con el objetivo de ayu-
dar al entendimiento de los procesos que auxilian al éxito en el esfuerzo
de formar un grupo mediúmnico en una Casa Espírita.
Durante el período inicial, y durante las primeras reuniones de
estudio, se pueden admitir nuevos participantes siempre que ellos sean
atendidos individualmente por el dirigente y entiendan las etapas ya su-
peradas por el grupo. Ellos siempre deben escribir las respuestas a las
proposiciones y preparar sus sobres para leerlos en el tiempo previsto.
Estos nuevos participantes deben conocer y aceptar el acuerdo de gru-
po, pues ya no es el caso de hacer más cambios. En el caso de que no
acepten el acuerdo no deben ser admitidos en el grupo.

330
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

En esta etapa inicial, durante los dos primeros meses de existen-


cia del grupo, si no cuenta con un mínimo de unos 20 participantes se
puede hacer la campaña “cada participante trae uno más”, referida en el
texto del libro, Parte I, capítulo 1, ítem “La cantidad de participantes”. Es
decir, cada miembro del grupo invita a un amigo o familiar o persona
conocida que le gustaría estudiar la mediumnidad. No importa que no
conozca el Espiritismo, pues, la persona, para mantenerse y ser admi-
tida en la posible futura actividad mediúmnica, tendrá que estudiar y
conocer el Espiritismo y los aspectos fundamentales del proceso me-
diúmnico. Es una oportunidad desafiante, pero posible de realizarse, de
auxiliar a desarrollar el hábito saludable del estudio serio y continuado
del Espiritismo.
Tras la aprobación del acuerdo de grupo, hay dirigentes que
solicitan a los participantes que firmen un original para que sirva de
registro histórico de la creación del grupo de estudio y también de for-
malización de un compromiso conjunto. En este caso, el documento es
archivado por la secretaría de la Institución.

331
Anexo 4 Algunas sugerencias para
el acuerdo de grupo–
estudio/práctica

REUNIÓN MEDIÚMNICA

Acuerdo de grupo
Requisitos para la participación:
1. Conducta espírita, ética y moral ba-
sada en el Evangelio de Jesús;
2. Disciplina, humildad, sincero interés
fraterno con los miembros del grupo
y demás Espíritus encarnados y des-
encarnados;
3. Estudio de las obras de Allan Kardec;
4. Búsqueda constante de ampliación
del conocimiento doctrinario, extraí-
do de las obras espíritas codificadas
por Allan Kardec, y de las comple-
mentarias a estas, por autores fieles
a las orientaciones de la Doctrina Es-
pírita;
5. Lectura de libros seleccionados por
el grupo;
6. Colaboración en otras actividades
del (incluir nombre del centro), es-
pecialmente aquellas dedicadas a la
asistencia y promoción social;
7. Frecuencia asidua a las reuniones.

333
Carlos Campetti / Vera Campetti

Objetivos:
1. Objetivos generales:
a. Mantener un grupo dedicado:
1. al estudio de la mediumnidad –sus manifestaciones
y mecanismos;
2. al intercambio mediúmnico equilibrado para la
orientación y asistencia fraterna a encarnados y des-
encarnados.
Obs.: La madurez de los participantes y el encaminamiento
dado por el equipo espiritual responsable definirá si y cuán-
do actuará el equipo en el campo de la desobsesión;
2. Objetivos de los miembros del grupo:
a. Asimilar y vivir los principios educativos ofrecidos por
la Doctrina Espírita y el Evangelio de Jesús;
b. Mantener la armonía entre todos y la homogeneidad del
grupo;
c. Buscar el perfeccionamiento constante de sus capacida-
des para el mejor cumplimiento de sus funciones en el
grupo con vistas a la actuación mediúmnica equilibrada
y productiva.
Funcionamiento:
1. La reunión se realiza los (día de la semana), desde las xx:xx
a las xx:xx horas (tiempo ideal 2 horas) y tiene por base las
obras codificadas por Allan Kardec;
2. El dirigente identifica y, de común acuerdo con el grupo,
define las funciones de cada miembro para un mejor fun-
cionamiento del equipo, pudiendo indicar estudios y re-
comendar procedimientos basados en la Doctrina Espírita
de acuerdo con las necesidades particulares de perfeccio-
namiento intelecto-moral identificadas;

334
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

3. La puerta se cerrará con llave y la reunión tendrá el si-


guiente orden:
a. Lectura individual de páginas edificantes, oración y/o
meditación con el propósito de armonizarse interior-
mente para la preparación del ambiente: 15 minutos;
b. Oración inicial hecha por el responsable del estudio:
2 minutos;
c. Estudio basado en el material seleccionado (indicar el
material): 30 minutos;
d. Oración hecha por el dirigente de la actividad me-
diúmnica: 2 minutos;
e. Disponibilidad para posible manifestación de un
mentor amigo por alguno de los médiums: 5minutos;
f. Atención a los Espíritus necesitados, que serán enca-
minados para la reunión por el equipo espiritual: 54
minutos;
g. Evaluación: 10 minutos;
h. Oración de cierre a ser hecha por un miembro indi-
cado por el dirigente: 2 minutos;
Obs.: Los médiums psicofónicos podrán o no, conforme
decida el grupo, ejercer la actividad de psicografía. La
psicografía podrá ser ejercida durante la atención a los
Espíritus necesitados. La lectura podrá ser hecha antes de
la evaluación. Siendo necesario 10 minutos del tiempo de
estudio que serán destinados a esta finalidad. Los men-
sajes serán evaluados por los criterios establecidos en la
Codificación y serán de propiedad del Centro, no pudien-
do ser divulgados sin previa aprobación de la dirección;
4. La orientación del mentor espiritual podrá ser grabada
para uso exclusivo del grupo mediúmnico y serán tam-
bién propiedad del Centro. En el caso de que la dirección
decida su publicación, esta solamente deberá realizarse
después de la evaluación hecha en base a los criterios esta-
blecidos en la Codificación;

335
Carlos Campetti / Vera Campetti

5. La frecuencia será indispensable para la armonización


entre los participantes, quedando automáticamente desli-
gado del grupo el miembro que falte a tres reuniones con-
secutivas o alternas sin justificar;
6. Las ausencias inevitables serán comunicadas al dirigente
con la posible anticipación;
7. El dirigente u otro miembro del grupo telefoneará al
miembro que falte sin previo aviso, lo que no justificará su
ausencia;
8. Las ausencias inevitables serán compensadas con el estu-
dio individual de los temas, con asistencia del coordina-
dor u otro miembro del grupo capacitado para la tarea;
9. La armonización del grupo será responsabilidad de cada
miembro de forma permanente;
10. Todas las actividades, análisis y evaluaciones se manten-
drán en el ámbito del grupo, no se harán comentarios fue-
ra del horario y del ambiente de la reunión;
11. Los mensajes recibidos en el grupo, vía psicofonía o psi-
cografía, serán transcritos con la indicación del nombre
del Espíritu comunicante y del médium y ordenados por
fecha. Estos mensajes serán analizados por el equipo in-
dicado dentro del grupo para posibles orientaciones a los
médiums, siendo el caso, y para destacar los aspectos que
ayuden en el crecimiento y desarrollo del grupo. Si fuese
posible, los que tuvieran condiciones serán seleccionados
para su publicación;
12. No se admitirán visitas al grupo mediúmnico, salvo casos
excepcionales y esporádicos a criterio del dirigente de co-
mún acuerdo con el equipo;
13. La entrada de posibles nuevos miembros será analizada
con mucho criterio por el grupo y la decisión de admisión
se tomará de común acuerdo;

336
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

14. En el caso de que se observe que el grupo no está en con-


diciones ideales de armonización para el ejercicio equili-
brado de la mediumnidad, las actividades mediúmnicas
deberán ser interrumpidas por el tiempo que sea necesa-
rio para el establecimiento de la armonía, siendo toda la
reunión dedicada al estudio y actividades de integración
del equipo.

Bases de Evaluación:
1. Observación de la disciplina, humildad, interés fraterno y au-
xilio mutuo entre los miembros del grupo en sus necesidades
específicas y generales de perfeccionamiento intelecto-moral;
2. Reuniones periódicas, una cada dos meses como mínimo,
de evaluación de los procedimientos y resultados del trabajo
y de las condiciones de armonía del grupo;
3. Presentación o entrega de los resúmenes o estudios de los
libros elegidos por el grupo dentro del tema de la obsesión
y desobsesión;
4. Acompañamiento del estudio de la obra de Allan Kardec,
de la lectura de los libros indicados, de la colaboración en
otras actividades del Centro Espírita y de la frecuencia a las
reuniones.

Mantenimiento del equipo:


1. Cada miembro asume la responsabilidad de cumplir con
este acuerdo;
2. Cada miembro cultivará la amistad con los demás, teniendo
la fraternidad como base de la relación;
3. La observación del acuerdo será examinada en cualquier
momento y en evaluaciones periódicas colectivas e indivi-
duales con el dirigente y un asistente;

337
Carlos Campetti / Vera Campetti

4. Si estuviera en desacuerdo, el propio miembro solicitará su


baja temporal o permanente del grupo para unirse o no a
otro de estudio de la mediumnidad o podrá solicitar perma-
necer en el grupo sin función definida hasta su reajuste para
los objetivos y procedimientos del acuerdo de grupo;
5. La readmisión o reinicio de la colaboración interrumpida
será aceptada con la aprobación de los demás miembros si
y cuando el participante desligado estuviera en condiciones
para respetar el acuerdo de grupo;
6. Si el miembro en desacuerdo no solicita la baja y sus acciones
fueran perjudiciales para el cumplimiento de los objetivos
del grupo, podrá ser invitado, por el dirigente, en nombre
del equipo, a permanecer en el grupo sin función definida
hasta su reajuste al acuerdo hecho;
7. Cada uno admite que la acomodación, la rutina y la inercia
son factores que disgregan el equipo y se comprometen a
hacer todo el esfuerzo necesario para evitar que se instalen
en el grupo;
8. Todos los miembros concuerdan en orar unos por los otros
todos los días, se comprometen no hablar ni admitir que le
hablen mal del grupo, de sus miembros, del centro o de cual-
quier otra persona, instituciones o situaciones de la vida;
9. Todos aceptan que, si el grupo no va bien, la responsabili-
dad es de todos y cada uno, no cabiendo críticas fuera del
grupo o que no sean constructivas dentro del propio grupo.
Problemas y dificultades que comprometan la seguridad y
continuidad del trabajo productivo en el grupo serán comu-
nicadas al dirigente. Si este no estuviera en buenas condi-
ciones de equilibrio, la comunicación será hecha a todo el
grupo en una reunión de evaluación, con vistas a llegar a las
soluciones necesarias.

338
ÍNDICE GENERAL
A entorno mediúmnico – 71 a 72
equilibrio – 242
Acuerdo de grupo Espíritus que sufren – 142,
adaptación – 112 257-258, 266, 279
aprobación – 92-93, 331 Espíritus superiores – 141-142, 196
compromiso – 62 Evangelio – 251
conocimiento del Espiritismo – 326 flexibilidad – 292
consulta periódica – 91, 133, 230 gradaciones de – 257-258
directrices– 77-78, 90-93 habitación psíquica – 176
dirigente – 77, 91, 93, 228, 327, 331 herramienta básica – 141
Espíritus inferiores – 230 Jesús – 147-148
estudio-armonización – 90, 229, 321 lenguaje universal – 297
estudio-prática– 333 líder – 133, 136, 181
evaluación – 90-92, 106-111, madre – 296-297
132, 324, 329, 337 miembros del grupo – 180-181
excepción – 229 médium – 143, 157, 168, 169
formalización – 331 mentor espiritual – 187-188
mantenimiento del equipo – 337-338 naturaleza del trabajo psíquico – 42-43
no cumplimiento del – 108, 109 número por grupo – 132
nuevos miembros – 232, 330 opositores – 141-142
olvido – 228, 230 oración – 141
práctica mediúmnica – 94 poder transformador – 16
procedimientos – 78-81 propia – 263
responsabilidad– 77 religiones – 290, 297
sugestiones – 61, 76-81, 112, sabiduría – 7
321-324, 333-338 sentimiento – 141
uso de – 228-230, 329 servir a la causa – 47
sinónimo de trabajo psíquico – 37
Adoctrinador (ver Dialogador) trabajadores espirituales– 186
Amor Animismo
a la familia – 254 diálogo – 164-165
acción – 141-142, 303
antídoto del mal – 243 Apoyo vibratorio
atenciónspiritual – 253 atención – 36
definición – 141-142 atribuciones – 127, 175-176, 180-181
desorientado – 242 cantidad de – 131
deudas – 304 cooperación mental-122
dialogador – 137, 140, 143, 146 a 148, dialogador – 117
181,250, 260, 279, 301, 307, 312 donación fluidica – 172
Dios – 293 el desánimo – 228

339
Carlos Campetti / Vera Campetti

el dialogador – 127 Diálogo


evaluación – 127 adaptación – 138
función fundamental – 117 animismo – 164-165
la armonía del medio ambiente – 126, 169 apoyo espiritual – 147
médium – 282-283 asistencia superior – 147
meditación – 176 ayudar a otros espíritus – 196
organización del trabajo – 120 cada uno es único – 312
pases – 181 cómo continuar – 247 a 249
cómo empezar – 243-246
C conciencia – 196
congregaciones inferiores – 301-311
Congregaciones inferiores consuelo – 266
desmantelar – 305-306 creatividad – 265
“enviados” – 301-311 decir no – 247-249
organización – 287-289 dificultades – 247-249
dirección – 301
Consulta(s) dirigente – 131-132, 138-139
médiums que se ofrecen – 173-175
ejemplos de – 37-38, 196, 202, 245, 248-
periódica de acordo de grupo – 91
249, 250, 262-263, 265, 272, 280,
trabajadores espirituales – 211-212
283, 286-287, 294-297, 304-305, 310
equipo – 224-225
D espíritus problemáticos – 261
evangelio – 284
Desencarnación
experiencia – 29
apego a la materia y – 262 , 268
formación para – 145
causas de dolor después – 266-269
la buena voluntad – 28
el plano espiritual – 251
la empatía – 246 a 247, 250, 253
el suicidio – 270 a 272
lógica – 143
enfermedades – 198-199 , 268
madurez – 105, 334
espíritus – 265-274
médium – 136-137
ignorancia de – 29 , 35 a 36 ,
mistificación – 164-165
196 , 249 , 262 hasta 265
necesidad – 35
orgulloso – 279-280
necesidad de más de uno – 287
periespíritu y – 266-268
negativa – 249
purga – 256
observación – 243 a 246
Desobsesión preguntas – 252
aburrimiento – 279, 287 privacidad – 252
casos más complejos – 43 psicofonía – 171
equipo – 117 regiones inferiores – 287-289
equipo espiritual – 116 rotación – 131 a 132
equipo experimentado – 43 rotatoria – 132
encarnados – 26-27 sentimiento – 292
local – 70 útil para diversos espíritus – 196
oración – 87
Dialogador(es)
regresión de la memoria – 199
amor – 137, 140, 143, 146 a 148, 181.
sacerdotes (Espíritus) – 291
250, 260, 279, 301, 307, 312
trabajo – 116
apoyar el otro – 127
visitas – 178
apoyo al dirigente – 117

340
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

apoyo de la vibración – 117, 122, 127 continuación del grupo – 219, 337, 338
asignaciones – 133-134, 180-181, 260 convivencia – 90
cantidad de – 131 críticas al – 227
capacidad – 144 deificación – 34
concentración de grupos – 127 diálogo – 131– 132, 138-139, 245
condiciones necesarias – 139-142 directrices del grupo – 77-78
conocimiento – 28, 145 a 146, 251 disciplina – 76
consejero – 137-138 estudio de la armonización – 45
definición – 137-138 estudio y la práctica – 113-114, 220, 221
desafiar a – 237 evaluación – 80, 90, 91, 109 a 112,
desencarnado – 29 121, 133, 165, 282, 329
empatía – 246 a 247 experiencia – 46-47
estudio – 146 funcionamiento de trabajo – 120 -121
evaluación – 111 funciones en el grupo – 80, 131
función – 139 incautos – 34
inspiración – 252 incentivos para el grupo – 231
intuición – 169 a 171, 252 integración de -, 45-46
libros – 251 liderazgo – 46
lógica – 143-144 magnetizadores – 310
médium – 249 materiales de estudio – 94, 95, 102, 104
mentor espiritual – 188, 203 meditación – 102
organización del trabajo – 118-119 médium – 136-137
pases – 118, 177 médium principiante – 161
predisposición del espíritu – 194 mentor espiritual – 187, 203-204
preguntas – 252-253 miembros del grupo – 108, 187
principiante – 28, 244 mistificación – 163, 174-175,
psicofonía – 136-137 216-217, 282-283
razonamiento – 143-144 monotonía deprimente – 228
reuniones – 132 objetivos del grupo – 48
sentido común – 252 oración – 79, 80, 120, 128, 323, 335
organización del trabajo – 115, 119
Dirigente(s) oscuridad – 311
¿puede ser psíquico? – 136-137 paciencia – 175
“cabeza” del grupo – 111, 315 participantes (cheque) – 53, 56, 57,
acuerdo de grupo – 77, 91, 93, 133, 60, 61, 63, 106, 108, 150, 187,
136, 181, 228, 327, 331 219, 223, 229-233, 329-330
armonización del equipo – 76 pases – 123, 177
armonización psíquica – 103 programa de estudio – 46
asignaciones – 111, 117, 132-133, pseudosabios – 284
150, 180-181, 187, 315 punto de vista – 93
atención al grupo – 60, 227 razonamiento, conocimiento
ausencias en el grupo – 68, 80, 323, 336 lógico – 143-146
autoridad moral – 116, 204 responsabilidad compartida – 77, 80, 81,
autoselección – 91 90, 91, 93, 102, 111, 114, 138-139,
características necesarias – 133-134 177, 224, 228-230, 313, 323, 334
concentración de grupos – 127 visitas al grupo – 81, 178, 323, 336
conflictos – 134-136, 223-225
conocimiento del grupo – 55
consultas – 211

341
Carlos Campetti / Vera Campetti

E consulta con – 211-212


cura – 198-199
Egoísmo desintegración de objetos – 201-203
altruismo – 254 educación moral – 33
amor – 242 empatía – 246 a 247
Evangelio – 260 espiritistas – 16
oración – 260 evocación – 120
fuente de todo mal – 253 grupo psíquico – 241
origen – 254 hipnotismo – 200-201
planos inferiores – 290 humildad – 83
raíz del problema – 253-254 imperfectos (somos) – 134, 140-141
influencia de – 40 a 41, 64, 69,
Empatia 128, 134, 135, 154, 171
atención mediúmnica– 246, 250 interés fraterno – 65
definición – 246 invitados – 177
inspiración – 246-247

Espiritismo (ver también línea – 87, 99, 120, 171


Doctrina Espírita) lógica – 143-145
adeptos – 292 magnetismo – 200-203
canalización – 23, 25, 33-34, 330 manifestaciones – 121-122
candidatos a la mediumnidad mediana evolución (de) – 37
– 52, 54, 58, 63 medio ambiente – 71, 104, 189 a 190
conducta – 62 meditación – 102
conocimiento – 105, 114, médium – 104, 124, 127, 148, 152-
145, 231, 326, 331 163, 172, 174, 180, 204, 206
consejero – 137 misión – 148
consuelo – 42 nombres – 158
cursos de estudios – 54-56 objetos – 201-202
enemigo – 222 paneles de fluidos – 199-200
estudio – 26, 66 pases – 122, 124-126
fenómeno – 25 periespíritu – 266-267
grupo psíquico – 34 proceso evolutivo – 237
grupos africanos – 300 protección – 101
humanidad – 217 líder – 46 razonamiento – 143-145
magnetismo – 202 ser humano – 244, 261
puntos de vista – 93 sueño – 208-210
reforma interior – 83 trabajadores – 36, 41, 184, 185,
191, 212-214, 265, 269
Espíritu(s) vigilancia – 83-84, 98-99, 101
actividad psíquica – 69 visitas – 51
amor – 141, 142, 146
aparejos – 192-193 Espíritus inferiores
apoyo de la vibración – 175 abogados – 307-308
autoridad – 140, 204 accidente – 268
capacitación en grupo – 183 acción de – 26, 224, 230, 328
clases – 39 acuerdo de grupo – 230
co-creación – 238 adictos – 276-279
comunicaciones – 129 ambientes espirituales – 238, 240-241, 251
concentración – 127 ateos – 284-285

342
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

carnaval – 195-196 obsesivo – 284 hasta 287


congregaciones – 287-312 oración – (ver la oración)
contención – 204 oración – 86, 97, 128, 250, 260, 266
cuidar – 26-29, 35-38, 40-41, 51, orgullosos – 279-280
58, 98, 105, 116, 119, 121, 124, pantallas de fluidos – 199-200
139, 185, 191, 197-205, 241, 243, periespíritu – 267, 268
251, 257, 260 , 266, 313, 335 persecución de – 86
choque psíquico – 195 planificadores – 309
descomposición – 263-264, 272 preguntas para – 252-253
desconcertante (s) – 121, 127, 174, preparación de selección – 193-196
213 a 214, 224, 245, 280 a 283 presencia – 216
descorporización – 239, 265 a 274 pseudosábios – 284
desequilibrio – 241 hasta 243 qué necesita – 254-256
diálogo con – 136, 138-141, qué, cuándo, cómo decir – 247-249
144, 171, 237, 312 rabinos judíos radicales – 297 de 298
dificultad para hablar – 247-248 raíz del problema – 253, 254
distraído – 269-270 rebeldes – 279-287
dolor – 256, 258 reencuentro con ellos mismos – 256
egoísmo – 253-254 reequilibrio – 260, 278
enviado – 301, 311 regresión de la memoria – 199-200
esclavo (antiguo) – 298 a 301 religioso – 290 a 301
escollos de la mediumnidad – 158-159 sacerdotes católicos – 291-297
estudio de – 276-312 sensaciones – 213
familia – 264 sentimiento de culpabilidad
ficha (trabajadores) – 207 – 274 hasta 276
fuente de enfermedades – 310-311 sintonía con – 87
grupo – 228, 230, 232 suicida – 116, 265, 270-274
ignorancia – 43 tipos – 262-312
imperfecciones morales – 82 tratamiento en el plano espiritual – 205
indios – 299-300 verdugos – 309-310
inferioridad deliberada – 276-312 víctima (s) – 40, 58, 254-260
influencias de – 95, 134 vida física – 262-265
información (buscan) – 308-309
interferencias – 64 Espíritus obsesores
judíos – 297-298 abandono del grupo – 225
la dominación de los demás – 256 acción – 225
libre albedrío – 64 auxilio – 98
líderes – 311 desacuerdos – 228-229
lo siento – 275 descripción – 285-287
magnetizadores – 127, 310 Espíritus culpables – 274-275
manipulación – 174 grupo – 225
materialistas – 263 inferioridad deliberada – 276
mayor – 36 magnetismo – 200
mensajes – 217 mediumnidad especial – 174
mistificación – 163 pases – 40
monitorizar – 204-205 presencia de – 216
muerte – 265 rebeldes – 279
mundo íntimo – 241-243 sexo – 278
necesitados – 35 venganza – 285

343
Carlos Campetti / Vera Campetti

Espíritus sufridores (ver ayuda – 65


Espíritus inferiores) benefactores – 197
codificación – 58, 92
Espíritus superiores comunicaciones – 216
conciencia espiritista – 57, 65
acción – 206 a 207, 247 conocimientos básicos – 48, 105
acción en el umbral – 193, 194, 196 continuar – de 66-67, 113-115, 132,
amistad con – 41 146, 171, 220-221, 230, 232
amor – 141-142, 196 de partida – 93
apoyo de – 25 democratizador – 57-58
asistencia a – 37 desobsesión – 43
bien – 64 despertar de la mediumnidad – 152
buenos – 33, 35 dialogador – 146
capacidad de grupo – 179 diferencias – 135
características – 267 dirección – 45-46
colonias – 238-239 desánimo – 223 a 224, 228
descorporización – 269 diálogo – 28
discreción – 191, 241 equipo espiritual – 49
enemigos – 142 ESDE – 55-56
estudio – 197 espiritismo – 25 a 26, 42, 54
grupo psíquico – 179 espiritualista – 23
influencia de – 212 espiritualistas obras – 157
libre albedrío – 64 espíritus (de) – 276
los mensajes de – 214-215-217 evaluación – 90 a 91, 324, 337
mediumnidad – 156 Evangelio (de) – 70, 284, 325
mentores – 183-184 experiencia – 46
percepción – 36 formación – 52, 123
periespíritu – 267 frecuencia – 68
sentimiento – 213 general – 55
sintonizar – 87, 156, 158 grupo (psíquico) – 26, 34, 39, 45, 49, 62
homogeneidad – 48
Espíritus trabajadores
identificación de los colegios – 149
acción de – 36, 175, 185-207, 224, 269
individual – 66, 81, 227,
armonización con – 104, 178
284, 321, 323, 336
clases de golf – 39
oración – 95, 98-101
consulta con – 211-212
libro (este) – 18, 23, 29
equipo – 183-186
libro de los espíritus, o, – 66, 90
equipos – 191 a 193
libro de los médiums, o, – 23, 66, 76, 90
especialización – 184 de 197
libros – 251, 317-319
reconocimiento de – 212 a 214
líder – 111, 323, 334
simpatía y protección – 41
local – 69 a 70, 72, 190
sintonía con el – 120, 208
mantenimiento – 26
Estudio materiales – 28, 42, 46, 54, 75-
acuerdo de grupo – 77, 112, 228 76, 96, 104, 145, 220
apoyo espiritual – 50 médium – 49, 161, 169, 174, 212
armonización – 45-46, 47-52, 55, 58, mediumnidad (de) – 39, 45,
60, 61, 62, 66, 68, 78, 79, 90, 93 48, 54, 55-58, 77
a 94, 111, 113, 132, 136, 165, metódico – 251
219, 229, 321, 328, 329, 330 nuevo miembro – 232-233

344
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

nuevos grupos – 233-234 confidencialidad de – 336


objetivo – 48 dialogador – 111
oportunidad – 108, 110-111, 150 dinámica – 80
otras obras – 67 estudio de la armonización – 68
paralización – 224 factores de desequilibrio – 227
pasista – 177 grupo psíquico – 24, 338
planificación – 39 grupos de las tinieblas – 302
práctica – 45, 62, 106, 111, 329, 330 humildad – 108
preparación – 133 individuales – 111, 233
procedimientos para – 78-81 líder – 80, 90, 91, 109 a 112,
programa – (ver materiales) 121, 133, 165, 282, 329
psíquica práctica – 26, 40, 45, 55, 56-57, mantenimiento – 224
62, 70, 92, 94, 112, 113-115, 179 médium – 282
reforma interior – 81, 84-86 mensajes – 335-336
renovación – 144, 230, 284, 337 periódicas – 56, 90, 109-110, 129, 132
responsabilidad individual – 326 reunión – 132
responsabilidad por el grupo – 326 reunión – 80, 121
resultados – 49 selección de los participan-
resumen – 81, 90, 229, 230, 324, 337 tes – 55, 106, 329 a 330
rutina – 221 tiempo para – 80, 323, 335
seriamente – 43 a 45, 47, 57,
66 a 67, 251, 331 Evocación
servicio – 49 Espíritu – 120
sueño – 210 general – 120
sufrimiento – 152-153
tiempo – 24, 56, 67, 105, 106, 112, F
114-115, 220, 232, 332, 335
trabajo básico – 56, 67, 333 Frecuencia
visión del mundo de los espíritus – 251 acuerdo de grupo – 112, 321, 334
armonización del grupo – 68, 336
Estudio-armonización conocimiento – 68
acuerdo de grupo – 62, 321-324 dirigente – 68
cantidad de participantes – 60 estudio – 66
evaluación – 111, 329 evaluación – 90-91, 324, 337
nuevos grupos – 61 importancia de – 68, 157
obstáculos personales o en el grupo– 328

Estudio-práctica G
acuerdo de grupo – 62, 333-338 Grupo
evaluación – 111, 329 acuerdo de grupo – 61-62, 76-93, 112,
participantes – 104, 330 228-230, 315, 321-324, 333-338
trabajo mediúmnico – 45 ser coletivo – 126
Evaluación/es Grupo mediúmnico (ver tb
acuerdo de grupo – 132, 337 Trabajo mediúmnico)
a partir de la práctica – 329
adaptación – 112 amor – 42-43
auto – 107-109, 327, 329 ayuda fraterna – 43
bases de 90-93, 324, 337 características – 30, 41-43
comprensión – 88 características de los miembros – 179-181

345
Carlos Campetti / Vera Campetti

cómo formar – 43-73 H


creación – 27, 41
desacuerdos – 34 Humildad
desafíos – 223-226 acuerdo de grupo – 321, 324, 333
desequilibrio – 227 benefactores espirituales – 206
diálogo – 224-225 dirigente – 133
dirección – 131-132 Ejercicio de la – 93
directrices – 77-78 Espíritus inferiores – 194-195
dirigente – 45-47 evaluación – 90, 108, 324, 337
dirigente de – 132 médium – 168, 169
el desánimo – 223 a 224 mediumnidad – 34, 64
el deseo de abandonar – 225 orgullo – 82 a 83, 108
enemigos de – 222, 223 trabajadores – 181
equilibrio – 227-228
errores – 225 I
espíritus inferiores – 35-38, 228, 230, 232
espíritus superiores – 179 Inspiración
estudio – 26, 34, 39, 45, 49, 62, acuerdo de grupo – 326
113-115, 171, 220-221 definición – 170 – 171
evaluación – 24, 109-110 dialogador – 137, 245, 250, 252, 295
experiencia – 29 dirigente – 133, 136-137
familia – 226 empatía – 246 a 247
formación – 34-35, 43-73, 313, 325-331 espíritus superiores – 50, 212-213
funciones en – 117 a 118, 131 intuición – 170-171
homogeneidad – 230-231 médiums – 278
incentivo – 230-231 mensajeros de Jesús – 98
mantenimiento – 24, 219 a 234 mentor – 188
materiales de estudio – 28 participantes – 50
mentores – 183-185 pasista – 123-124
naturaleza de – 43
nuevo – 24 Intuición
nuevos miembros – 231-233 definición – 169-170
número de participantes – 60 dialogador – 137, 250, 252
objetivos – 47-48 dirigente – 133, 137
obsesión – 222 facultad del futuro – 169
oportunidades – 225-226 inspiración – 170-171
otras funciones – 175-177 mentores – 170
papel de – 48
principiantes – 28 K
procedimientos – 78
renovación – 24
Kardec (Allan)
actividad psíquica – 40
rutina – 26
acuerdo de grupo– 76-77
Grupos afro amar a los enemigos – 141
El Evangelio según el Espiritismo – 300 animismo – 160
armonización – 85
candidatos a la mediumnidad – 52
comunicaciones – 129
conocimiento – 55

346
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

conocimiento de sí mismo – 84 transporte y rescate de espíritus – 196


escollos de la mediumnidad – 158-159 umbral – 193
espiritismo (fin del) – 217
espiritista sincero – 62 M
espíritus (influencia de los) – 171
espíritus (lenguaje de los) – 215 Manifestaciones
espíritus (sensación de los) – 266, 269 secuenciales – 121-122, 196
espíritus (superioridad de los) – 204 simultáneas – 121-122
estudio – 25, 43, 48, 57, 66, 67, 221, 333
grupo – 126 Meditación
grupo familiar – 89 apoyo vibratorio – 176
hechizos – 201 autoconocimiento – 102
homogeneidad – 47, 48, 55, 59 definición – 102
intuición – 169 desánimo – 223
invitados – 177 desde el principio – 157
libro de los médiums, o, – 23 dirigente – 102
magnetismo – 202 equilibrio – 94
médium – 148, 155-156 espíritus inferiores – 275
médium perfecto – 180 factores de equilibrio – 227
mediumnidad – 117, 136, 149 a 152 hábito – 102
mediumnidad equilibrada – 48 importancia de – 102 a 103
mentores (características) – 184 lectura – 210
mistificación – 177 médium – 157, 169
moral – 140 preparación – 123, 322, 335
número de participantes – 59-60 Médium(s)
obra de – 21, 24, 67, 145, 317, 334, 337 amor – 143, 157, 168, 169
oración – 96 apoyo vibratorio – 282 a 283
orgullo – 82 atribuciones de los – 181
pequeños centros – 234 ausência de – 116
reencarnación obligatoria – 294 características deseables – 166-169
reglas – 76-77 choque anímico – 38
compromiso – 81
L consultas – 172-175
dialogadores – 119
Libro(s) disciplina – 104
básicos – 251 especial – 34, 82
estudio – 58, 65, 67, 146, 251 estudio – 49, 161, 169, 174, 212
evaluación – 337 evaluación – 282
expertos y estudiosos – 27 funciones – 117, 249
fuentes de información – 145 manifestación (uno a la vez) – 122
indicados – 317 a 319 manipulación – 34, 174
lectura – 54, 66, 114, 321, 333 meditación – 157, 169
lista – 67, 90, 317, 324 mediumnidades – 148-149
médium principiante – 155 mentor espiritual – 187-188
objetivo de este – 24, 27-30, 47, 262, 313 misionero – 82 a 83, 155
organizaciones inferiores – 240 mistificación – 281-283
pasistas – 177 organización del trabajo – 119
resumen – 90, 324, 337 preparación – 86
trabajador – 145 psicofonía – 116, 177

347
Carlos Campetti / Vera Campetti

psicografía – 119 O
responsabilidad de los – 172-173
sufrimiento – 15 Objetivos
todos somos – 117, 136 grupo mediúmnico – 47-48
videntes – 121 participantes – 48-52
permanentes – 226-231
Mediumnidad(es)
amuletos – 202-203 Oración
animismo – 160-162 amor – 141
clarividencia – 172 dirigente – 79, 80, 120, 128, 323, 335
comprensión – 50-51 espíritus inferiores – 86, 97,
control – 172-173ºc 128, 250, 260, 266
definición – 26 material de estudio – 96
educación y desarrollo – 149 pensamiento – 141
equilibrada – 48 por todos – 86
escollos – 158-166 sintonía superior – 301
espíritus superiores – 156 uso de la – 128
estudio – 24: 48-49
extensa literatura sobre – 27 P
hablar con sencillez – 17
hechizos – 201-203 Participantes
inspiración – 170-171 amistad – 88-89
labor trascendental – 15 armonización – 85-86
médiums – 148-149 ausencias – 80-81
mistificación – 162-166 autoevaluación – 107-109, 329
primeras manifestaciones – 149-158 autoselección – 91-92, 329-330
psicometría – 202 ayuda mutua – 88
puntos esenciales – 18 cantidad de – 58 a 61
relación del espiritismo – 25, 33 colaboración – 67-68
tipos más útiles en la reunión – 169-172 compromisos – 81-93
conducta – 62-63
Mensajes disciplina – 64
análisis – 128-129 estudio individual – 66-67
Espíritus superiores – 215-217 evaluaciones con el dirigente – 110-112
Mentor espiritual frecuencia – 68
interferencia del – 203-204 funciones – 80
hablar mal – 86-88
Misionero humildad – 64, 82-83
Francisco de Asís – 293-295 interés fraterno – 65
médium – 82-83, 155 nuevos – 81
objetivos – 48-52
Mistificación oración – 86
diálogo – 164-165 orgullo – 82-83
dirigente – 163, 174-175, reforma interior – 83-84
216-217, 282-283 selección de – 52 a 58, 60, 61,
escollo de l mediunidade – 159, 162-166 63.106 a 112, 150, 187, 219,
inconsciente – 119 223, 229-233, 329 a 330
Kardec – 177 vigilancia – 83-84
médium – 165, 281-283
Revista Espírita – 177

348
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

Pases Suicidio
dialogador – 118 Espíritus – 265, 270-274
médium principiante – 122-123 inconsciente – 268, 270-271
práctica mediúmnica – 122-126, 250 oración – 273
pases – 273
Pasistas vicios – 277
atribuciones de los– 181
desánimo – 228
preparación de los – 177 T
Pensamiento Trabajadores
oración – 141 consultas espirituales – 211-212
desencarnados – 183
Periespíritu encarnados – 131
dolóres – 266-267 espirituales – 185-186, 212-214
espíritu – 266-267 interacción entre los __ encarnados
órganos – 268 y desencarnados – 205-207
plasticidad – 267 preparación de los – 144, 207
soufrimiento – 276-277 selección de los – 281
sueño – 208-211
Plano espiritual
breve visión del – 238-241 Trabajadores espirituales
regiones de sufrimiento – 240-241 amor – 186
acción de los – 185-186, 212-214
Práctica mediúmnica (ver
Trabajo mediúmnico) Trabajo mediúmnico (ver también
Grupo mediúmnico)
Princípios espíritas acción espiritual – 186-189
asimilación de los – 51-52 ambiente – 68-73, 189-193
vivencia de los – 51-52 armonía – 126-128
Psicofonía armonización 85-86
diálogo – 171 armonización psíquica – 103
asiduidad – 178
Psicografía casa espiritista – 40-41
momento para la – 121 concentración – 94-95, 126-128
desarrollo – 79-80, 120-128
R desde el principio – 93-104
encarnados – 38-40
Reencarnación equipos – 191 a 193
obligatoria – 294, 296 esde – 55-56
espíritus – 35-38, 241
Reunión mediúmnica (ver también estudio – 113-115
Trabajo mediúmnico) evaluación – 90 a 91
definición de – 77 horario – 73, 78-79
invitados – 177-179
S irradiación mental – 101-102
local – 68-73
Sala mediúmnica mentor espiritual – 203-204
amor – 176 naturaleza de los – 43
preparación de la – 68-73, 175-176 nuevos miembros – 81

349
Carlos Campetti / Vera Campetti

oración – 128
organización – 105, 118-120
papel – 33-34
pases – 122-126
percepción psíquica y espiritual – 103-104
por qué formar un – 34-35
promoción – 68
público – 214
requisitos de participación – 61-68
sinónimo de amor – 37
tipos de – 115-117
vigilar y orar – 95 a 101
visitas – 81, 178-179, 186, 323, 336

350
1 KARDEC, Allan. Médium interesseiros. En: Instruções de Allan
Referencias Kardec ao Movimento Espírita. Org. por Evandro Noleto Be-
zerra. Rio de Janeiro: FEB, 2005. Cap. 3. (Traducción libre.)
2 DENIS, Léon. Condiciones de experimentación. En: En lo
invisible. Traductor no indicado.1 ed. Barcelona: Editora
Amelia Boudet, 1987. p. 100.
3 XAVIER, Francisco Cándido. Mediumnidad. En: En el mundo
mayor. Por el Espíritu André Luiz. Trad. de Alipio González
Hernández. 4 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2013. Cap. 9.
p. 143-144.
4 XAVIER, Francisco Cándido. Mediumnidad. Desarrollo. En:
El consolador que prometió Jesús. Por el Espíritu Emmanuel.
Trad. de Alberto Giordano. 1 ed. Buenos Aires: Editora Ar-
gentina “18 de Abril”, 1973. Preg. 385. p. 166.
5 KARDEC, Allan. De las reuniones en general. En: El libro de
los médiums. Trad. de Gustavo N. Martínez y Marta Haydee
Gazzaniga. Brasilia: Consejo Espírita Internacional, 2010.
Cap. XXIX, ítem 327, p. 455-456.
6 KARDEC, Allan. Los falsos profetas de la erraticidad. En: El
Evangelio según el espiritismo. Trad. de Gustavo N. Martínez
y Marta H. Gazzaniga. Brasilia: Consejo Espírita Internacio-
nal, 2010. Cap. XXI, ítem 10. p. 385-387.
7 XAVIER, Francisco Cándido. Adoctrinamiento. En: Misione-
ros de la luz. Por el Espíritu André Luiz. Trad. de Alipio Gon-
zález Hernández. 1 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2007.
Cap. 17. p. 284-285.
8 XAVIER, Francisco Cándido. En la escuela de la iluminaci-
ón. En: Volví. Por el Espíritu Hermano Jacobo. Trad. de Luis
Guerrero Ovalle. Buenos Aires: Kier, 1988. Cap. 17. p. 149-
156.
9 XAVIER, Francisco Cándido. Adoctrinamiento. En: Misione-
ros de la luz... Cap. 17. p. 282-301.
10 XAVIER, Francisco Cándido. Finalmente, el socorro. En: Li-
beración. Por Espírito André Luiz. Trad. de Marta Haydee
Gazzaniga. Brasilia: Consejo Espírita Internacional, 2011.
Cap. 15, p. 222.
11 XAVIER, Francisco Cándido. Aula de preparación espiritual.
En: Volví… Cap. 13. p. 120-122.
12 XAVIER, Francisco Cándido. Adoctrinamiento. En: Misione-
ros de la luz... Cap. 17. p. 285.
13 XAVIER, Francisco Cándido. En la labor de adoctrinamien-
to. En: Volví... Cap. 13. p. 122.
14 KARDEC, Allan. Introducción. En: El libro de los médiums...,
p. 14.
15 KARDEC, Allan. De las reuniones en general. Ibídem. Cap.
XXIX, ítem 331. p. 459.

351
Carlos Campetti / Vera Campetti

16 DENIS, Léon. Primeras experiencias. En: En lo invisible… p. 106.


17 KARDEC, Allan. Método. En: El libro de los médiums… Cap. III, ítems 34-35. p. 52-54.
18 KARDEC, Allan. El papel de los médiums en las comunicaciones espíritas. Ibídem. Cap.
XIX, ítem 225. p. 297.
19 XAVIER, Francisco Cándido. Posesión. En: En los dominios de la mediumnidad. Por el Es-
píritu André Luiz. Trad. de Jane Authievre y Héctor Centrón. 1 ed. Buenos Aires: Editora
Argentina “18 de Abril”, 1975. Cap. 9. p. 70.
20 KARDEC, Allan. Organización del espiritismo. En: Revista Espírita. Trad. de Evandro Nole-
to. 1 ed. Brasilia. FEB, 2004. Año IV, 1861. p. 538. (Traducción libre.)
21 DENIS, Léon. Primeras experiencias. En: En lo invisible…, 1987. p. 106.
22 KARDEC, Allan. Método. En: El libro de los médiums... Cap. III, ítems 31-33. p. 49-52.
23 KARDEC, Allan. Introducción. En: El libro de los espíritus. Trad. de Gustavo N. Martínez.
Brasilia: Consejo Espírita Internacional, 2008. Ítem 8. p. 47-49.
24 KARDEC, Allan. De las reuniones en general. En: El libro de los médiums.. Cap. XXIX, ítem
332. p. 460-461.
25 XAVIER, Francisco Cándido. El psicoscopio. En: En los dominios de la mediumnidad. Por el
Espíritu André Luiz. Trad. de Jane Authievre y Héctor Centrón. 1 ed. Buenos Aires: Editora
Argentina “18 de Abril”, 1975. Cap. 2. p. 19.
26 DENIS, Léon. Condiciones de experimentación. En: En lo invisible... p. 94.
27 XAVIER, Francisco Cándido y VIEIRA, Waldo. Componentes de la reunión. En: Desobse-
sión. Por el espíritu André Luiz. Trad. de Héctor Centrón. 1 ed. Avellaneda, Argentina:
Clínica Allan Kardec, 1970. Cap. 20. p. 34.
28 MIRANDA, Herminio C. A instrumentação. O grupo. En: Diálogo com as sombras. 7 ed. Rio
de Janeiro: FEB, 1993. Cap. I. p. 30. (Traducción libre.) Disponible en: www.espiritismo.es
29 KARDEC, Allan. De las sociedades propiamente dichas. En: El libro de los médiums... Cap.
XXIX, ítem 335. p. 463-464.
30 KARDEC, Allan. De las sociedades propiamente dichas. Ibídem. Cap. XXIX, ítem 334 y
335. p. 462-464.
31 DENIS, Léon. Formación y dirección de los grupos. Primeras experiencias. En: En lo invi-
sible... p. 104.
32 KARDEC, Allan. Del método. En: El libro de los médiums... Cap. III, ítem 28. p. 47-48.
33 KARDEC, Allan. los buenos espíritas. En: El evangelio según el espiritismo. Cap. XVII, ítem
4. p. 325-327.
34 KARDEC, Allan. Del método. En: El libro de los médiums… Cap. III, ítem 27. p. 46.
35 KARDEC, Allan. Del método. Ibídem. Cap. III, ítem 18, 19, 30 y 31. p. 41-43 y 49-51.
36 MIRANDA, Herminio C. A instrumentação. O grupo. En: Diálogo com as sombras… Cap. I.
p. 37-38. (Traducción libre.) Disponible en: www.espiritismo.es
37 MIRANDA, Herminio C. A instrumentação. O grupo. Ibídem. Cap. I. p. 39. (Traducción
libre.) Disponible en: www.espiritismo.es
38 PASTORINO, Carlos Torres. Linha de força. En: Técnica da mediunidade. 3 ed. Rio de Janei-
ro: Sabedoria, 1975. p. 18. (Traducción libre.)
39 XAVIER, Francisco Cándido. El psicoscopio. En: En los dominios de la mediumnidad... Cap.
2. p. 22.
40 KARDEC, Allan. Organización del Espiritismo. En: Revista Espírita. Trad. de Evandro Nole-
to. 1 ed. Brasilia: FEB, 2004. Año IV, 1861. p. 538. (Traducción libre.)
41 KARDEC, Allan. De las reuniones en general. En: El libro de los médiums… Cap. XX, ítem
228. p. 308.
42 KARDEC, Allan. Un caso de posesión. En: Revista Espírita. Trad. de Evandro Noleto. 1 ed.
Brasilia: FEB, 2004. Año IV, 1864. p. 33. (Traducción libre.)
43 KARDEC, Allan. La indulgencia. En: El evangelio según el espiritismo... Cap. X, ítems 20 y

352
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

21. p. 209-210.
44 WOOD, Ernest. The practice of recall. En: Concentration: an approach to meditation. 11 ed.
Wheaton, Illinois: Quest Books, 1997. p. 20-22.
45 KARDEC, Allan. Acción de la oración. Transmisión del pensamiento. En: El evangelio según
el espiritismo… Cap. XXVII, ítem 9. p. 444.
46 XAVIER, Francisco Cándido. En torno da prece. En: Entre a terra e o céu. Pelo Espírito André
Luiz. 6 ed. Rio de Janeiro: FEB, 1978. Cap. 1. p. 9-10.
47 PERALVA, Martins. Definindo a oração. En: Estudando a mediunidade. 6 ed. Rio de Janeiro:
FEB, 1975. Cap. XXXIII. p. 174-175. (Traducción libre.)
48 KARDEC, Allan. O espírito e o jurado. En: Revista Espírita. Tradução de Evandro Noleto
Bezerra. 1 ed. Rio de Janeiro: FEB, 2004. Ano II, 1859. p. 451. (Traducción Libre.)
49 PERALVA, Martins. Problemas mentais. En: Estudando a mediunidade… Cap. II. p. 21. (Tra-
ducción libre).
50 FIORE, Edith. Técnica da luz branca. En: Possessão espiritual. Tradução de Octavio Mendes
Cajado. São Paulo. Editora Pensamento Ltda, 1990. p. 176-179.
51 PERALVA, Martins. Renovação. En: Estudando o evangelho. 3 ed. Rio de Janeiro: FEB, 1975.
Cap. III. p. 32. (Traducción libre.)
52 FRANCO, Divaldo P. A mente alerta. En: Impermanencia e imortalidade. Pelo Espírito Carlos
Torres Pastorino. 3 ed. Rio de Janeiro: FEB, 2004. p. 33. (Traducción libre.)
53 XAVIER, Francisco Cándido. No todos. En: Camino, verdad y vida. Por el Espíritu Emmanuel.
Trad. de Alipio González. 2 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2010. Cap. 105. p. 227-228.
54 XAVIER, Francisco Cándido. El psicoscopio. En: En los dominios de la mediumnidad... Cap.
2. p. 21.
55 KARDEC, Allan. De los médiums. En: El libro de los médiums... Cap. XIV, ítem 159. p. 219-220.
56 PASTORINO, Carlos Torres. Corrente parasita. En: Técnica da mediunidade. 3 ed. Rio de
Janeiro: Sabedoria, 1975. p. 28-29. (Traducción Libre.)
57 PEREIRA, Yvonne del Amaral. Comunión con lo alto. En: Memorias de un suicida. Por el
Espíritu Camilo Castelo Branco. Trad. de Héctor Centrón. Buenos Aires: Fundación Espírita
Humanista Allan Kardec, 2008. p. 111-136.
58 VIEIRA, Waldo. Perante os espíritos sofredores. En: Conduta espírita. Pelo Espírito André
Luiz. 22 ed. Rio de Janeiro: FEB, 2000. Cap. 24. p. 91. (Traducción libre.)
59 XAVIER, Francisco Cándido; VIEIRA, Waldo. Cooperación mental. En: Desobsesión. Por el
Espíritu André Luiz. Trad. de Héctor Centrón. 1 ed. Avellaneda, Argentina: Clínica Allan
Kardec, 1970. Cap. 38. p. 55.
60 FRANCO, Divaldo Pereira. Alucinações espirituais. En: Tormentos da obsessão. Pelo Espírito
Manoel P. de Miranda. 1 ed. Salvador. Leal, 2001. p. 239. (Traducción libre.)
61 FRANCO, Divaldo Pereira. A luta prossegue. En: Trilhas da libertação. Pelo Espírito Manoel
P. de Miranda. 10 ed. Brasília: FEB, 2011. p. 254. (Traducción libre.)
62 KARDEC, Allan. Organización del espiritismo. En: Revista Espírita. Trad. de Evandro Noleto.
1 ed. Dic. 1861. Brasilia: FEB, 2004. p. 539. (Traducción libre.)
63 KARDEC, Allan. La indulgencia. En: El evangelio según el espiritismo... Cap. X, ítem 21. p.
210.
64 TEIXEIRA, J. Raúl. Sobre as reuniões mediúnicas. En: Desafios da mediunidade. Pelo Espírito
Camilo. 2 ed. Niteroi: Frater. 2004. Pergunta 101. p. 118-119.
65 FERREIRA, Aurelio Buarque de Holanda. Verbetes dialogador y dialogar. En: Aurélio Século
XXI. O dicionário da língua portuguesa. 4ª impressão. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1999.
p. 676. (Traducción libre.)
66 FERREIRA, Aurelio Buarque de Holanda. Verbetes doutrinador, doutrinar e doutrina. Ibí-
dem. p. 707. (Traducción libre.)
67 XAVIER, Francisco Cándido. Realización. En: El consolador que prometió Jesús. Por el Es-

353
Carlos Campetti / Vera Campetti

píritu Emmanuel. Trad. de Alberto Giordano. 1 ed. en castellano. Buenos Aires, Editora
Argentina “18 de Abril”, 1973. Preg. 237. p. 106-107.
68 HOUAISS, Antonio. VILLAR, Mauro de Salles y FRANCO, Francisco Manoel de Mello. Ver-
bete evangelizar. En: Dicionário Houaiss da língua portuguesa. 1 ed. Rio de Janeiro: Obje-
tiva, 2011. p. 1277. (Traducción libre.)
69 FERREIRA, Aurelio Buarque de Holanda. Verbete orientador. En: Aurélio Século XXI. O di-
cionário da língua portuguesa. 4ª impressão. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1999.p. 1456.
(Traducción libre.)
70 KARDEC, Allan. Relaciones de ultratumba. En: El libro de los espíritus. Trad. de Gustavo N.
Martínez. Brasilia: Consejo Espírita Internacional, 2008. Parte segunda, cap. VI, preg. 274.
p. 249.
71 KARDEC, Allan. Volver bien por mal. En: El evangelio según el espiritismo. Trad. de Gustavo
N. Martínez y Marta H. Gazzaniga. Brasilia : Consejo Espírita Internancional, 2010. Cap.
XII, ítem 3. p. 228-229.
72 XAVIER, Francisco Cándido. Práctica. En: El Consolador que prometió Jesús. Por el Espíritu
Emmanuel. Trad. de Alberto Giordano 1 ed. en castellano. Editora Argentina “18 de Abril”,
1973. Preg. 374. p. 161.
73 HOUAISS, Antonio. VILLAR, Mauro de Salles y FRANCO, Francisco Manoel de Mello. Ver-
bete raciocínio. Dicionário Houaiss da língua portuguesa. 1 ed. Rio de Janeiro: Objetiva,
2011. p. 2373. (Traducción libre.)
74 XAVIER, Francisco Cándido. Estudiando el cerebro. En: En el mundo mayor. Por el Espíritu
André Luiz. Trad. de Alipio González Hernández. 4 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2013.
Cap. 4. p. 71.
75 XAVIER, Francisco Cándido. El poder del amor. Ibídem. Cap. 5. p. 88.
76 KARDEC, Allan. De los médiums. En: El libro de los médiums. Trad. de Gustavo N. Martínez
y Marta Haydee Gazzaniga. Brasilia: Consejo Espírita Internacional, 2010. Cap. XIV, ítem
159. p. 219.
77 KARDEC, Allan. Buenos médiums. Ibídem. Parte segunda, cap. XVI, ítem 198. p. 260-261.
78 KARDEC, Allan. Desarrollo de la mediumnidad. Ibídem. Parte segunda, cap. XVII, ítem
200. p. 263-264.
79 KARDEC, Allan. El sentido espiritual. En: Revista Espírita. Año X, junio 1867, v. 6 Trad. de
Evandro Noleto Bezerra. 1 ed. Río de Janeiro: FEB, 2005. p. 244. (Traducción libre.)
80 KARDEC, Allan. Influencia oculta de los Espíritus en nuestros pensamientos y acciones.
En: El libro de los espíritus. Trad. de Gustavo N. Martínez. Brasilia: Consejo Espírita Interna-
cional, 2008. Parte segunda. Cap. IX, Preg. 471. p. 336.
81 KARDEC, Allan. Los sanos no tienen necesidad de médico. En: El evangelio según el espi-
ritismo... 2ª parte. Cap. XXIV, ítem 12. p. 419.
82 XAVIER, Francisco Cándido. Psicofonía sonambúlica. En: En los dominios de la mediumni-
dad. Por el Espíritu André Luiz. Trad. de Jane Authievre y Héctor Centrón. 1 ed. Buenos
Aires: Editora Argentina “18 de Abril”, 1975. Cap. 8. p. 56-62.
83 KARDEC, Allan. Desarrollo de la mediumnidad. En: El libro de los médiums… Parte segun-
da, cap. XVII, ítem 211 p. 271.
84 KARDEC, Allan. Sobre los médiums. Ibídem. Parte segunda. Cap. XXXI, ítem XII. p. 496-
497.
85 PERALVA, Martins. Escolhos da mediunidade. In: Mediunidade e evolução. Rio de Janeiro:
FEB, 1980. Cap. 13. p. 51-58.
86 KARDEC, Allan. Papel de los médiums en las comunicaciones espíritas e Influencia moral
del médium. En: El libro de los médiums... Parte segunda, cap. XIX y XX. p. 287-313.
87 XAVIER, Francisco Cándido. Mediumnidad. En: En el mundo mayor. Por el Espíritu André
Luiz. Trad. de Alipio González Hernández. 4 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2013. Cap. 9.
p. 138.

354
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

88 XAVIER, Francisco Cándido. Mediumnidad. En: Ibídem. Cap. 9. p. 140-141.


89 FRANCO, Divaldo Pereira. Requisitos para o médium seguro. En: Intercâmbio mediúnico.
Pelo Espírito João Cleofás. Salvador. LEAL, 1986. Cap. 12. p.49-51. (Traducción libre.)
90 KARDEC, Allan. Médiums intuitivos y Médiums inspirados. En: El libro de los médiums…
Parte segunda, cap. XIV, ítems 180 y 182. p. 238-239 y 240-241.
91 HOUAISS, Antonio. VILLAR, Mauro de Salles; FRANCO, Francisco Manoel de Mello. Ver-
bete intuição. En: Dicionário Houaiss da língua portuguesa. 1 ed. Rio de Janeiro: Objetiva,
2011. p. 1640-1641. (Traducción libre.)
92 HOUAISS, Antonio. VILLAR, Mauro de Salles; FRANCO, Francisco Manoel de Mello. Verbe-
tes inspiração. Ibídem. p. 1626. (Traducción libre.)
93 KARDEC, Allan. Influencia oculta de los Espíritus en nuestros pensamientos y actos. En:
El libro de los espíritus... Parte segunda. Cap. IX, Preg. 459. p. 332.
94 DENIS, Léon. Primeras experiencias. En: En lo invisible... p. 113.
95 KARDEC, Allan. Médiums videntes. En: El libro de los médiums… Parte segunda, cap. XIV,
ítem 167. p. 226-227.
96 XAVIER, Francisco Cándido. Operemos con Cristo. En: Viña de luz. Por el Espíritu Emma-
nuel. Trad. de Alipio González Hernández. 3 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2012. Cap.
108. p. 236.
97 XAVIER, Francisco Cândido. Arquitetos espirituais. Instruções psicofônicas. Por Espíritos
diversos. Organizado por Arnaldo Rocha. 3 ed. Rio de Janeiro: FEB, 1974. Cap. 44 p. 204-
205. (Traducción libre.)
98 KARDEC, Allan. Sexta-feira, 18 de maio de 1860 – sessão particular. En: Revista Espírita.
Ano III, junho 1860. Tradução de Evandro Noleto Bezerra. Rio de Janeiro: FEB, 2004. p.
247-251. (Traducción libre.)
99 MIRANDA, Herminio C. Os assistentes. En: Diálogo com as sombras. 17 ed. Rio Janeiro:
FEB, 2003. p. 86-91. Disponible en: www.espiritismo.es
100 XAVIER, Francisco Cándido. El psicoscopio. En: En los dominios de la mediumnidad... Cap.
2. p. 21.
101 KARDEC, Allan. Influencia moral del médium. En: El libro de los médiums… Parte segun-
da, cap. XX, ítem 226, 9ª pregunta. p. 306.
102 KARDEC, Allan. El hombre de bien. En: El evangelio según el espiritismo... Cap. XVII, ítem
3. p. 323-325.
103 KARDEC, Allan. Diferentes órdenes de Espíritus. En: El libro de los espíritus... Parte segun-
da. Cap. I, Preg. 96 y siguientes. p. 132-133.
104 XAVIER, Francisco Cándido. Prosélitos. En: El consolador que prometió Jesús... Preg. 368.
p. 159.
105 XAVIER, Francisco Cándido. Asimilación de corrientes mentales. En: En los dominios de la
mediumnidad…. Cap. 5. p. 38.
106 XAVIER, Francisco Cándido. El psicoscopio. Ibídem. Cap. 2. p. 21.
107 XAVIER, Francisco Cándido. Asimilación de corrientes mentales. Ibídem. Cap. 5. p. 39.
108 XAVIER, Francisco Cándido. Psicofonía consciente. Ibídem. Cap. 6. p. 45.
109 XAVIER, Francisco Cándido. Materialización. En: Misioneros de la luz. Por el Espíritu André
Luiz. Trad. de Alipio González Hernández. 1 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2007. Cap.
10. p. 113.
110 XAVIER, Francisco Cándido. Mandato mediúmnico. En: En los dominios de la mediumni-
dad… Cap. 16. p. 117.
111 XAVIER, Francisco Cándido. Socorro espiritual. Ibídem. Cap. 7. p. 53 y 55.
112 XAVIER, Francisco Cándido. En servicio. En: Nuestro hogar. Por el Espíritu André Luiz.
Trad. de Alipio González Hernández. 2 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2006. Cap. 28. p.
135.

355
Carlos Campetti / Vera Campetti

113 XAVIER, Francisco Cándido. Psicofonía sonambúlica. En: En los dominios de la mediumni-
dad... Cap. 8. p. 56.
114 XAVIER, Francisco Cándido. Psicofonía consciente. Ibídem. Cap. 6. p. 44.
115 XAVIER, Francisco Cándido. Psicofonía sonambúlica. Ibídem. Cap. 8. p. 62.
116 SCHUBERT, Suely Caldas. Equipe espiritual. En: Dimensões espirituais do centro espírita. 1
ed. Brasília: FEB, 2007. Cap. 7. p. 81. (Traducción libre.)
117 XAVIER, Francisco Cándido. El psicógrafo. En: Misioneros de la luz. Por el Espíritu André
Luiz. Trad. de Alipio González Hernández. 1 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2007. Cap. 1.
p. 14.
118 XAVIER, Francisco Cándido. Adoctrinamiento. Ibídem. Cap. 17. p. 296.
119 FRANCO, Divaldo Pereira. O sanatório esperança. En: Tormentos da obsessão. Pelo Espíri-
to Manoel P. Miranda. 1 ed. Salvador: LEAL, 2001. p. 40.
120 KARDEC, Allan. Poder oculto. Talismanes. Hechiceros. En: El libro de los espíritus... Cap. IX,
preg. 552 p. 372.
121 KARDEC, Allan. Poder oculto. Talismanes. Hechiceros. Ibídem. Cap. IX, preg. 555 p. 374.
122 XAVIER, Francisco Cándido. Interferencia del benefactor. En: Desobsesión. Por el Espíritu
André Luiz. Trad. de Héctor Centrón. 1 ed. Avellaneda, Argentina: Clínica Allan Kardec,
1970. Cap. 41. p. 58.
123 KARDEC, Allan. Relaciones de ultratumba. En: El libro de los espíritus... Parte segunda, cap.
VI, preg. 274. p. 249.
124 XAVIER, Francisco Cândido. Evangelização dos desencarnados. En: Emmanuel. Pelo Espí-
rito Emmanuel. 8 ed. Rio de Janeiro: FEB, 1977. Cap. 30. p. 157-158.
125 XAVIER, Francisco Cándido. Pavor a la muerte. En: Los mensajeros. Por el Espíritu André
Luiz. Trad. de Alipio González Hernández. 1ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2006. Cap. 48.
p. 266.
126 XAVIER, Francisco Cándido. Lucha expiatoria. En: En los dominios de la mediumnidad...
Cap. 24. p. 182.
127 PEREIRA, Yvonne do Amaral. Sutilezas da mediunidade. En: Devassando o invisível. 3 ed.
Rio de Janeiro: FEB, 1976. Cap. 8. p. 185.
128 XAVIER, Francisco Cándido. En el plano de los sueños. En: Misioneros de la luz... Cap. 8.
p. 82-95.
129 XAVIER, Francisco Cándido. Observações e novidades. En: Libertação. Pelo Espírito André
Luiz. 15 ed. Rio de Janeiro: FEB, 1992. Cap. VI. p. 82. (Traducción Libre.)
130 KARDEC, Allan. Papel del médium en las comunicaciones espíritas. En: El libro de los
médiums… Cap. XIX, ítem 223-15ª. p. 292.
131 KARDEC, Allan. Proceso para afastar os maus espíritos. En: Revista Espírita. Tradução de
Evandro Noleto. 1 ed. Brasília: FEB, 2004, v.2, set. 1859. p. 245-246. (Traducción Libre.)
132 KARDEC, Allan. Autoridade da doutrina espírita. En: Revista Espírita…, v.7, abr. 1864. p.
141. (Traducción libre.)
133 KARDEC, Allan. Mistificaciones. En: El libro de los médiums... Cap. XXVII, ítem 303-1. p. 435.
134 XAVIER, Francisco Cándido y VIEIRA, Waldo. Alma y fluidos. Fluido vivo. En: Evolución en
dos mundos. Por el Espíritu André Luiz. Trad. de Héctor Centrón. 1 ed. Buenos Aires: Fun-
dación Espírita Humanista Allan Kardec, 2003. Cap. 13. p. 95-96.
135 XAVIER, Francisco Cándido. La casa mental. En: En el mundo mayor. Por el Espíritu André
Luiz. Trad. de Alipio González Hernández. 4 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2013. Cap. 3.
p. 42.
136 XAVIER, Francisco Cándido. El umbral. En: Nuestro hogar. Por el Espíritu André Luiz. Trad.
de Alipio González Hernández. 2 ed. Caracas: Mensaje Fraternal, 2006. Cap. 12, p. 62-63.
137 XAVIER, Francisco Cândido. Atravessando sombria região. En: Voltei. Pelo Espírito Irmão
Jacob. 23 ed. Brasília: FEB, 2003. Cap. 7. p. 74. (Traducción libre.)

356
Trabajo mediúmnico: desafíos y posibilidades

138 MIRANDA, Herminio C. Campo de trabalho. En: Diálogo com as sombras. 1 ed. Rio de
Janeiro: FEB, 1979. p. 181-182. Disponible en www.espiritismo.es
139 XAVIER, Francisco Cándido. Práctica. En: El consolador que prometió Jesús. Por el Espíritu
Emmanuel. Traductor no indicado. 1 ed. Buenos Aires: Editora Argentina “18 de Abril”,
1973. Preg. 379. p. 163.
140 HOUAISS, Antonio. VILLAR, Mauro de Salles; FRANCO, Francisco Manoel de Mello.Ver-
bete empatía. En: Dicionário Houaiss da língua portuguesa. 1 ed. Rio de Janeiro: Objetiva,
2011. p. 1125. (Traducción libre.)
141 KARDEC, Allan. Acerca del egoísmo. En: El libro de los espíritus... Libro tercero. Cap. XII.
preg. 913. p. 556-557.
142 XAVIER, Francisco Cándido. Realización. En: El consolador que prometió Jesús… Preg.
232. p. 104.
143 KARDEC, Allan. Conocimiento de sí mismo. En: El libro de los espíritus... Libro tercero. Cap.
XII. preg. 919. p. 563.
144 XAVIER, Francisco Cándido. Amor. Unión. En: El consolador que prometió Jesús… Preg.
322, p. 140-141.
145 XAVIER, Francisco Cándido y VIEIRA, Waldo. Predisposiciones mórbidas. En: Evolución
en dos mundos. Por el Espíritu André Luiz. Trad. de Héctor Centrón. 1 ed. Buenos Aires:
Fundación Espírita Humanista Allan Kardec, 2003. Segunda parte. Cap. 19. p. 221-222.
146 XAVIER, Francisco Cándido. Por fin, el trabajo. En: Nuestro hogar... Cap. 27. p. 134.
147 SANT’ANNA, Hernani T. Fluido magnético. En: Universo e vida. Pelo Espírito Áureo. 1 ed.
Rio de Janeiro: FEB, 1980. Cap. V, ítem 18. p. 98.
148 XAVIER, Francisco Cándido. El hermano Gotuzo. En: Obreros de la vida eterna. Por el Es-
píritu André Luiz. Trad. de Alipio González Hernández. 4 ed., Caracas: Mensaje Fraternal,
2008. Cap. 5. p. 71.
149 XAVIER, Francisco Cándido. Tinieblas y sufrimientos. Ibídem. Cap. 8. p. 129.
150 KARDEC, Allan. Ensayo teórico acerca de la sensación en los Espíritus. En: El libro de los
espíritus... Libro segundo. Cap. VI. Preg. 257. p. 237-238.
151 XAVIER, Francisco Cándido. El médico espiritual. En: Nuestro hogar. Por el Espíritu André
Luiz. Trad. de Alipio González Hernández. 2 ed., 1ª. reimpresión, Caracas: Mensaje Frater-
nal, 2009. Cap. 4. p. 30-31.
152 XAVIER, Francisco Cándido. La sierva fiel. En: Obreros de la vida eterna... Cap. 19. p. 298.
153 XAVIER, Francisco Cándido. Prueba. En: El consolador que prometió Jesús… Preg. 251. p.
112.
154 XAVIER, Francisco Cándido. Numa cidade estranha. En: Libertação. Pelo Espírito André
Luiz. 1 ed. especial, Brasília: FEB, 2003, cap. 4. p. 59. (Traducción libre.)
155 FRANCO, Divaldo Pereira. Sexo e obsessão. Pelo Espírito Manoel P. de Miranda. 1 ed.
Salvador: Leal, 202. p. 331.
156 MIRANDA, Herminio C. O poder. En: Diálogo com as sombras. 1 ed. Rio de Janeiro: FEB,
1979. p. 191. (Traducción libre.) Disponible en: www.espiritismo.es
157 KARDEC, Allan. Preludio del regreso. En: El libro de los espíritus… Libro segundo. Cap. VI.
Preg. 337. p. 269.
158 SANT’ANNA, Hermani T. O poder das trevas. En: Universo e vida. Pelo Espírito Áureo. 1 ed.
Rio de Janeiro: FEB, 1980. Cap. V, item 15. p. 93. (Traducción libre.)
159 SANT’ANNA, Hermani T. O poder das trevas. Ibídem. Cap. V, item 15. p. 93-94. (Traduc-
ción libre.)
160 MIRANDA, Herminio C. Processos de fuga. En: Diálogo com as sombras... p. 194. (Traduc-
ción Libre.) Disponible en: www.espiritismo.es

357

You might also like