Este hombre coge un vuelo cada día para ir a trabajar y ahorra dinero

Actualizado: martes, 11 agosto 2015 9:40
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   MADRID, 11 Ago. (Portalgeek) -

   Hace cosa de un mes, se anunciaba la puesta en marcha de Hyperloop, el medio de transporte de alta velocidad a través de tubos inspirado en Futurama, que teóricamente permitirá viajar a cualquier ciudad de Europa en menos de una hora. No obstante, hay quienes no han querido esperar a vehículos futuristas para tener la oficina en una ciudad distinta de la que viven. Es el caso de Sam Cookney, el londinense que reside en Barcelona y coge un vuelo diario para acudir al trabajo.

   El precio de los alquileres es tan desorbitado en Londres que sale más barato vivir a 700 kilómetros del trabajo que residir en el barrio de West Hampstead, al oeste de la ciudad. Esta fue la conclusión a la que llegó Cookney, un joven de 30 años responsable de comunicación de una empresa londinense, tras hacer unos cálculos en base a los precios de vuelos y alquileres, y publicarlo en su blog en el año 2013.

   Si bien pocos le creían capaz de llevar a cabo su propósito y trasladarse definitivamente a España, lo cierto es que Sam Cookney acaba de mudarse a Barcelona, y ya amanece antes de las 6:00 en la Ciudad Condal para presentarse puntualmente en su puesto de trabajo en Londres a las 9:30. Prueba de ello son sus tuits con las fotografías de las tarjetas de embarque e incluso un selfie de vuelta a casa.

 

   Desde que abandona su apartamento en el barrio de Les Cortes de Barcelona hasta que llega a la Estación de Liverpool Street en las cercanías de su oficina de Londres, transcurren cerca de cinco horas y media, que incluyen trayectos en tren, avión y autobús. Aunque parezca mentira, la travesía internacional sumada al alquiler en España resulta más rentable que el transporte y el alquiler en la propia ciudad de Londres, puesto que este segundo asciende a un total de 1.991 euros mensuales frente a los 1.593 euros del primero.

   Eso sí, el plan de Cookney para ahorrar se torna difícil. El londinense redujo su jornada de trabajo a cuatro días a la semana para evitar comprar vuelos de Ryanair durante el fin de semana dado que son más caros y, aún así, no consigue evitar pagar 150 dólares por algunos vuelos, frente a los 37 dólares habituales.

   Aunque muchos se cuestionan que este estilo de vida sea sostenible, lo cierto es que Cookney presume de algo envidiable: vivir en dos países al mismo tiempo y no tener que elegir entre la comida de uno u otro.