El plan de Carles Puigdemont, convertir su caso en un asunto europeo

Puigdmeont aparece en Bruselas en la sede del partido 'European Free Alliance'

Mientras todo el mundo lo buscaba en Barcelona y en Gerona, Carles Puigdemont estaba en Bélgica, posiblemente estudiando cómo pedir asilo político. El ex presidente de la Generalitat y cinco ex consellers de su Govern habían viajado en coche desde Cataluña hasta Marsella y, después, en avión hasta Bruselas.

La noticia de su huida se conocía poco después de que la Fiscalía anunciara una querella contra toda la Generalitat destituida y contra varios miembros de la Mesa del Parlament. Después de un fin de semana de distensión en Gerona -no ha dado instrucciones a los separatistas sobre qué hacer después de que el viernes proclamara la independencia-, Puigdemont jugó al despiste hasta el último minuto.

El lunes publicó en las redes sociales una imagen desde el interior del Palau de la Generalitat, para hacer creer que se encontraba dentro. Pero, en realidad, Puigdemont ha decidido ceder al Estado el control de la administración catalana sin oponer resistencia y marcharse a Bruselas.

Le acompañan Joaquim Forn, Meritxell Borràs, Toni Comín, Dolors Bassa y Meritxell Serret. Los dos primeros son ex consellers del PDeCAT, y los tres últimos, de ERC. Del traslado no tenía constancia previa casi ningún dirigente de los partidos independentistas, que encajaron el anuncio con "perplejidad".

Contrata a un abogado de etarras

"Sí, soy el abogado de Carles Puigdemont». El polémico Paul Bekaert, el hombre que en las últimas décadas ha defendido a varios miembros de la banda terrorista ETA residentes en Bélgica para impedir su extradición, confirmó anoche a EL MUNDO que acababa de «aceptar como cliente al señor Puigdemont" y que será el encargado de asesorarle a partir de ahora. "No puedo explicarle de qué hemos hablado porque me ampara el secreto profesional. Está en Bélgica, he hablado con él y desde hoy es mi cliente", explicó Bekaert, que horas antes había descartado esos contactos.

¿Ha ido Puigdemont a pedir asilo a Bélgica? "No está decidido todavía", dejó abierta la puerta su representante. El letrado tiene su despacho en la localidad flamenca de Tielt. Preguntado por si se ha encontrado allí o en persona con el ex presidente de la Generalitat prefirió no responder: "No puedo dar detalles de su ubicación". Pero insistió en que el único cliente es Puigdemont, y nadie más de su ex Govern.

Bekaert es bien conocido en Bélgica y por las autoridades españolas. Se encargó de la defensa los de los presuntos colaboradores de ETA Luis Moreno y Raquel García, cuya extradición a España fue rechazada. Y de la de Ventura Tomé o Natividad Jaúregui, alias Pepona, fugada en 1979 para la que España ha pedido y tramita la extradición, tras las tres órdenes de arresto dictadas por la Audiencia Nacional en 2004, 2005 y 2015. "Llevo más de 20 años llevando expedientes sobre España, tengo mucha experiencia en extradiciones y asilo", aseguró.

Según su análisis, la legislación europea, que cierra la puerta al asilo, no importa demasiado. "El Tratado de Ámsterdam eliminó el asilo político, pero Bélgica no lo ha aceptado. Aquí todo el mundo puede pedirlo. Yo lo he hecho en el pasado para tres españoles. El comisario responsable no estuvo de acuerdo y no los concedió, pero dijo que era competente para decidirlo. Cada caso es diferente", advirtió.

Dónde se vieron y qué hizo el ex presidente todo el día sigue siendo un misterio. En la capital comunitaria no lo vio absolutamente nadie. No hubo fotos, reuniones oficiales ni comparecencias. "No lo hemos invitado". "No estamos al corriente del paradero del señor Puigdemont ni hemos hablado con él". "No hay ninguna cita ni estaba previsto un encuentro, es semana de vacaciones".

Los mensajes se repitieron desde todas las instancias: la oficina del ministro presidente flamenco, aliado en la distancia del independentismo catalán; el Parlamento flamenco; el ministro del Interior; la Secretaría de Estado de Inmigración belga; el Gobierno federal; el grupo de la Eurocámara que acoge a los movimientos independentistas; la N-VA, el partido nacionalista flamenco; y todas las asociaciones con vínculos y simpatías hacia el procés.

Los partidos belgas piden explicaciones

El ex president no movió ficha, pero logró la atención mediática y política. La mera posibilidad de una petición de asilo y su viaje están creando una crisis política en un país, Bélgica, cuyo Gobierno preside un liberal francófono en una coalición imposible con cuatro partidos flamencos, incluido la N-VA. La oposición pidió explicaciones, la prensa exige dimisiones y la situación le puede estallar en las manos al primer ministro.

El plan de Puigdemont es que esto se convierta en un asunto europeo, por las buenas o por las malas. Si Bélgica optara por darle asilo, algo altamente improbable por la legislación comunitaria, sería mediante una fórmula que obligaría a que el Consejo Europeo, los 28 jefes de Estado y de Gobierno, fueran informados y se tuvieran que implicar. Por no hablar de la tremenda crisis diplomática que se generaría con Madrid. Pero incluso si no hace la petición y sólo se quedara en Bruselas un tiempo, quedaría en manos de un juez decidir sobre su extradición.

El PP: se ha ido "por desesperación"

El coordinador general del PP, Fernando Martínez Maíllo, ha asegurado que el viaje a Bruselas es fruto de la "desesperación". En rueda de prensa tras el Comité Ejecutivo Nacional del PP, y preguntado al respecto, Maillo ha dicho que ve "una contradicción" que Puigdemont se haya trasladado a la capital de las instituciones europeas "donde uno de los grandes valores es la defensa del Estado de Derecho, de la legalidad y de los valores constitucionales". "Para eso que se quede en casa, es un desatino y una muestra de desesperación", ha añadido el dirigente popular.

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