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Barcelona'92

La gran incógnita

"¿Dopados? Eso es una leyenda urbana"

El doctor Jordi Segura, responsable del Laboratorio Antidopaje en el 92, el pasado junio. IVÁN CÁMARA

El director del Laboratorio olímpico de Barcelona niega un trato de favor al Dream Team

Era indetectable, dice, algo tomado uno o dos meses antes

«La trampa es innata al deporte, a los negocios, a todo. ¿Llegará el día en que el deporte sea completamente limpio? Es difícil. ¿Que la policía puede ir delante del ladrón? También es muy difícil». El doctor Jordi Segura recibe a EL MUNDO en el Laboratorio de Control Antidopaje del IMIM (Instituto de Investigación Hospital del Mar), a escasos metros de la Villa Olímpica, junto al emplazamiento original. Tras dirigir el centro 30 años (1985-2015), se resiste a la plena jubilación. No hay rastro de la bata blanca, pero sí abundan fotografías, recuerdos y reconocimientos que le anudan a Barcelona'92. Fue él quien dirigió la lucha contra el dopaje entonces, en una cita marcada por el terremoto de Ben Johnson en Seúl, por la caída en el medallero de una Alemania ya unificada -Katrin Krabbe, ante el cerco antidopaje a la RDA, renunció a la cita-, y por las pobres marcas en atletismo -sólo tres récords mundiales-.

A quien nadie discutió su autoridad fue a la selección USA de baloncesto, que acumuló por vez primera a todas sus estrellas NBA. Mucho se ha escrito acerca de las condiciones de un trato que permitió la reunión de Jordan, Magic, Bird, Pippen, Ewing o Barkley. El doctor Segura ataja:

- Es una leyenda urbana que el Dream Team no pasara controles. A mi laboratorio llegaron muestras de todos los partidos de los Juegos. Además, al ganar el oro, seguro que fueron de los más analizados. No estuve en la recogida de las muestras, ni estuvo nadie del laboratorio porque el análisis de las muestras debe ser anónimo, pero, aunque se hubiera pretendido hacer un cambiazo de muestras similar al de los rusos en Sochi, no sé cómo podría haberse hecho. Ello involucraría al oficial de recogida, a la comisión médica del COI, al acompañante del deportista... No hubo ningún síntoma raro. Eran auténticas. Yo creo que lo eran.

Rosa Ventura, que en 2015 relevó a Segura en el Laboratorio -acreditado por la Agencia Mundial Antidopaje-, también participó en los controles del 92. «El Dream Team se sometió a las normas de los Juegos. Antes del torneo, no lo sé. Pero en los Juegos, pasaron los controles que les tocaban».

1800 muestras, cinco positivos

Vayamos a las cifras del evento: 1.871 muestras, con sólo cinco positivos, ocho menos que en Seúl. Nadie perdió la medalla pues ningún implicado subió al podio. Los estadounidenses Jud Logan (martillo) y Bonnie Dasse (peso) dieron positivo por clembuterol. «Pusimos en marcha un método muy sensible para detectarlo», recuerda el doctor Segura. Hubo también uso de estimulantes: a la bielorrusa Madina Biktagirova (maratón) se le detectó norefedrina; a la lituana Nijole Medvedeva (longitud), mesocarb, típico de la antigua URSS. A la china Wu Dan (voleibol) le encontraron estricnina. «Verificamos que había tomado un producto natural chino», matiza.

- Con los métodos de ahora, ¿se hubieran detectado más casos?

- No sé si muchos más. Quizá, hubieran salido más cosas. Trabajamos al máximo de nuestras posibilidades, pero en 25 años, todo varió de manera brutal. Si alguien se tomaba algo un mes antes, no se detectaba. Podíamos detectar anabolizantes durante dos semanas, pero si el deportista los había tomado uno o dos meses antes, pues no. Además, se hacían muy pocos controles fuera de competición y no se almacenó ninguna muestra, cuando ahora se conservan durante 10 años para poder ser reanalizadas.

- ¿Qué sustancias dopantes escapaban a los controles?

- En 1992 [y hasta 2000], la EPO. Aunque entonces se abusaba poco de ella, no como entre 1995 y 2000. Tampoco había métodos para verificar las transfusiones de sangre, cuya única referencia era la del equipo USA de ciclismo del 84.

El doctor Segura, eso sí, tiene claro lo que conlleva su trabajo: «La gente sólo se acuerda del dopaje cuando hay problemas».