Industria

El rescate de Duro Felguera se atasca por el tamaño de la quita

José María Orihuela, CEO de Duro Felguera.

La ingeniería dispara un 65% las pérdidas, hasta 125 millones, sin el visto bueno de los bancos a la refinanciación de 85 millones con obligaciones convertibles y nuevos avales.

La situación de Duro Felguera ha empeorado sensiblemente desde que pidió el rescate a la Sepi, el verano pasado. El patrimonio neto de la ingeniería asturiana es negativo en 96 millones de euros, le quedan 55 millones de efectivo, sin avales para seguir contratando y con la presión de devolver a los bancos 87 millones de euros de deuda a corto plazo, que no tiene. La realidad de la compañía cada vez se asemeja más a la

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La situación de Duro Felguera ha empeorado sensiblemente desde que pidió el rescate a la Sepi, el verano pasado. El patrimonio neto de la ingeniería asturiana es negativo en 96 millones de euros, le quedan 55 millones de efectivo, sin avales para seguir contratando y con la presión de devolver a los bancos 87 millones de euros de deuda a corto plazo, que no tiene. La realidad de la compañía cada vez se asemeja más a la de 2018, año en el que logró in extremis el apoyo de la banca y de los accionistas para evitar la suspensión de pagos.

Al deterioro del balance se suma la fuerte caída de negocio, que se refleja en las cuentas hasta septiembre. Duro Felguera perdió 125 millones en los primeros nueve meses de 2020, frente a tres millones perdidos un año antes. La cifra de negocio de la empresa se situó en 11 millones, un 65% menos que en 2019 debido a los problemas para ejecutar proyectos que llevan meses parados por culpa del Covid o por discusiones con algunos clientes. El resultado bruto de explotación (ebitda) fue negativo en 111 millones, frente a los 11 millones obtenidos en 2019.

La situación de Duro Felguera al final del ejercicio seguirá empeorando mientras Sepi y bancos no se ponen de acuerdo sobre los términos del plan de rescate.

Diferencias económicas

Según las fuentes consultadas, encima de la mesa está la refinanciación que el pool de bancos formado por Santander, Bankia, CaixaBank, Sabadell y Liberbank tendría que asumir. A falta de una quita explícita, la última propuesta realizada por la compañía consiste en una refinanciación de los 85 millones de euros. Tras fracasar el planteamiento inicial de una quita del 90%, la siguiente opción planteada por la empresa consiste en transformar 59 millones de euros en obligaciones convertibles con vencimiento en 2025, un pago en efectivo de 8,5 millones y transformar 17 millones en un crédito participativo.

El term sheet (carta de intenciones) de Duro Felguera dista bastante del planteado por las entidades financieras, que solo aceptan convertir 43 millones de euros y exigen un pago anticipado (upfront) de 20 millones de euros.

La exposición de la banca a Duro Felguera es desigual. Santander es la entidad con más riesgo y la que tendría que asumir más compromisos en el plan de rescate.

Lo que ya parece descartado es que el Gobierno condicione el apoyo a Duro Felguera a la llegada de un inversor industrial, ya que, a día de hoy, no existen ofertas firmes para invertir en la compañía si, previamente, no se reflota el grupo. Duro Felguera ha contratado los servicios del banco de negocios Alantra que ha recibido ofertas no vinculantes de algún fondo de inversión. También parece ya enterrada la propuesta planteada por el empresario asturiano Blas Herrero, considerada insuficiente por Sepi y acreedores. Alantra también ha contactado con grupos del Principado como TSK (accionista de Duro Felguera) que ha descartado una operación de este calibre.

El rescate de Duro Felguera debe ser autorizado en Consejo de Ministros, por lo que la luz verde deberá esperar, al menos, una semana más, mientras la situación de la empresa es más insostenible, con la plantilla en ERTE.

El plan de rescate consiste en una inyección de 30 millones de euros por parte del Estado a través de una ampliación de capital que lo convertiría en el primer accionista con cerca del 25% del capital. El Estado podría nombrar a varios consejeros y, probablemente, se hará con las riendas de la dirección. Además, Sepi tendría que prestarle otros 90 millones, entre deuda subordinada y habitual.

Por su parte, la banca discute la refinanciación de la deuda más la liberación y nuevas líneas de avales por 100 millones. En este punto, las posturas también siguen alejadas. La propuesta de la empresa incluía una contragarantía del Cesce por hasta el 60% de los nuevos avales, mientras que la banca exige que ascienda al 85%. Sin avales, Duro Felguera solo puede aspirar a contratos con presupuestos pequeños. Hasta septiembre, la compañía ha contratado obra por valor de 63 millones de euros, un 26% menos que hace un año. La cartera de la empresa también se ha deteriorado hasta 328 millones, un 41% menos. La mayor parte de los nuevos contratos corresponde a las áreas de fabricación y servicios especializados, con presupuestos reducidos en comparación con energía o mining. La falta de trabajo ha forzado a plantear un ERTE para 425 empleados.

Las acciones del grupo cayeron ayer en Bolsa un 3,7%, hasta 0,8 euros.

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