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Carmen Suárez soplando las velas de la tarta.LAURA CARADUJE

Carmen Suárez, 106 años a pleno pulmón

"Mucho trabajo, amor a la familia y nada de rencor", la receta de la abuela de San Claudio para superar de largo el siglo de vida

Carmen Suárez Casarreal celebró ayer sus muy bien llevados 106 años. Y lo hizo, como merecía la ocasión, en San Claudio, donde vive, rodeada de hijos, nietos y bisnietos y también junto con un montón de familiares y amigos en el transcurso de una animada comida. Lógicamente se emocionó varias veces ante tantas muestras de cariño. Primero, al recibir un ramo de flores antes de la comida y después, al soplar las velas en la tarta de cumpleaños.

"Mucha salud para todos por venir a celebrar conmigo mi cumpleaños. Os lo agradezco de verdad", dijo con espontaneidad tras soplar las tres velas con las cifras de su edad. Y lo hizo muy agradecida y de corazón, no había másque mirar la expresión de su cara mientras sonaban los aplausos de la treintena de asistentes a la comida, que atronaban en el establecimiento hostelero, cerrado al público por la celebración tan señalada.

Antes del condumio, mientras Carmen Suárez presidía una larga mesa, recibió un ramo de flores que le hizo saltar las lágrimas, que bajaron alegres por sus mejillas. "Cómo no me voy a emocionar con estas muestras de cariño", comentaba mientras sacaba nerviosa un pañuelo para limpiarlas. Parecía que rejuvenecía. Es lo que tiene llorar de alegría.

¿Cómo llegó tan bien a tan venerable edad? La respuesta no se hizo esperar y lo explicó con aplomo: "Mucho trabajo, dedicación y amor a la familia, y nada de rencor a nadie". Buena receta para sobrepasar de largo el siglo.

Carmen Suárez nació en la pequeña localidad de Soto de Las Regueras. El balance que hizo de su vida se resume en cuatro líneas: "Tuve cinco hijos, dos se murieron muy pequeños, y no paré de trabajar toda la vida, tanto con el ganado de casa como en la huerta y también para los vecinos en la época de la hierba, para sacar unas perrucas que llevar a casa y tirar por la familia, sobre todo después de quedarme viuda".

Ésta es a grandes rasgos la vida de esta mujer ejemplar, que además representa con letras mayúsculas a toda una generación de las mujeres asturianas del mundo rural. Puede tener el orgullo de ser una de las abuelas de Oviedo y Las Regueras.

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