Humilde, dicharachero, cercano y muy prudente. Así era y es Sergio González. Su éxito en el Valladolid no le ha cambiado. Es uno de los técnicos de moda, pero él habita lejos de la vanidad. Se centra en asegurar la permanencia, no se distrae fácilmente con los elogios. Lleva demasiado tiempo en el fútbol como para despistarse en su camino. En Valladolid ha vivido un flechazo: con el equipo, la ciudad y el club. Y este viernes se reencuentra con el otro gran amor de su vida, el Espanyol, en un duelo por los primeros puestos de la tabla.
- Ahora que no nos oye nadie. Dígame cuál es su secreto para tener al Valladolid en puestos europeos.
- Jajaja, no hay secretos. Sólo te puedo decir que la clave ha sido la retroalimentación que ha habido. Nosotros llegamos aquí con ganas de trabajar, de explicar nuestra idea de fútbol, nuestro modelo de trabajo. Y nos encontramos a un grupo de jugadores que estaba muy atento, que se mostró muy perceptivo y que tenía unas ganas tremendas de crecer. Tanto el ascenso como este arranque es un éxito colectivo. Nos lo ha puesto muy fácil. Es como cuando te das cuenta de que has encontrado a la mujer de tu vida. Todo sale bien. Todo encaja.
- Pues como cuando uno está enamorado: su Valladolid está en las nubes, arriba en la clasificación. ¡En puestos europeos!
- ¿Te ha gustado la comparación, eh? Lo sabía. Jajajaja. Pues sí, estamos bien. Pero no miro la clasificación. No tiene sentido a estas alturas de la competición. Nos hace muy felices estar ahí y me gusta mucho que la gente esté ilusionada, que venga emocionada a Zorrilla. Nuestra afición puede disfrutar, no le quiero cortar las alas y ojalá esto dure mucho, pero yo lo que pienso es que ya tenemos 15 puntos y que la permanencia está más cerca.
- Hombre, pero no me dirá que no está sorprendido por este inicio de su Valladolid. Esta jornada pueden ponerse colíderes...
- Lo que está claro es que los jugadores han hecho el recorrido de lo que supone estar en Primera mucho más rápido de lo que esperaba. Es un grupo con muchas ganas y su rápida adaptación ha sido fundamental: a nuestros planteamientos y a la categoría. Y lo que a mí me sugiere lo que me comentas sobre la clasificación es que este año la permanencia no estará en 35 o 36 puntos sino que estará mucho más cara. Estará en 40-42.
- Tiene 15 puntos disputadas las primeras nueve jornadas. ¿Mantiene entonces que el objetivo es la permanencia?
- Sí, sí, claro. Este momento actual no nos puede descentrar. Esto es muy largo. Trabajamos para seguir ganando y sumando. Pero lo que tenemos que hacer es alcanzar cuanto antes los 40 ó 42 puntos que marcan la salvación. No podemos vender algo que no es.
- Su vestuario le apoya y Ronaldo, también. ¿Qué ha implicado la llegada del exjugador brasileño?
- Pues ha supuesto un gran impacto. Un impacto positivo en todos los aspectos. A nivel institucional, ha significado que como marca hemos crecido, a nivel de márketing, por ejemplo. A los jugadores también les ha ido bien, porque incluso a veces baja al vestuario después de los partidos y charla con ellos. Y para nosotros, el cuerpo técnico, también ha sido muy bueno. Fíjate que teníamos un año más de contrato y él decidió ampliárnoslo. No es normal que esto suceda en el mundo del fútbol actual. Ha mostrado una gran confianza en nosotros y eso es de agradecer.
- ¿Qué le parece el arranque de este Espanyol? Es segundo y en función de su partido puede ser líder.
- No me ha sorprendido en absoluto, la verdad. No sólo tiene a un gran entrenador, Rubi, sino que tiene un grandísimo once y un estupendo fondo de armario.
- Ahora tiene un nuevo amor, pero mañana se reencuentra con su ex: el Espanyol.
- Jajaja, sí, pero el Espanyol siempre será mi casa. Estoy muy agradecido y quiero a ese club. Tengo muchos amigos allí. Es un partido especial, pero será más emotivo cuando vaya al RCDE Stadium, si es que sigo siendo técnico del Valladolid entonces.
