Natación

César Castro, salvado para la natación

NataciónDos graves lesiones pudieron cortar la carrera de un subcampeón mundial júnior

César Castro, en la piscina el CAR de Madrid donde se entrena

Debuta en unos Europeos absolutos tras dos años prácticamente en blanco

En el verano de 2015, los dos nadadores españoles con más talento de las últimas generaciones, Hugo González y César Castro, destacaban en los Campeonatos del Mundo júnior. González logró tres títulos más de esa categoría en 2017 y ha participado en unos Juegos Olímpicos y en los pasados Mundiales . La progresión de Castro, por contra, se frenó a causa de dos serias lesiones que hicieron peligrar su carrera. Tras casi dos años de inactividad, en los recientes Campeonatos de España de verano fue el más rápido en los 200 metros libre (como en 2017) y le repescaron para participar en los Europeos. Será su primera competición internacional absoluta, ya que se perdió los de 2016 y los Juegos de Rio, para los que se había clasificado en los 1.500 metros libre.

A César lo prepara en el CAR de Madrid Serafín Calvo, el técnico que le formó en el centro de tecnificación de Extremadura, en Cáceres. Tras un entrenamiento, el nadador rememora unas vivencias que, asegura, le ha fortalecido como persona y deportista. "Cómo lo voy a olvidar. Estábamos en Tenerife en la concentración previa al Europeo, mi primera con la selección absoluta, y empecé a notar molestias de hombro. Paramos por una posible tendinitis, pero transcurrían los meses y no mejoraba. Cuando me hicieron las pruebas se comprobó que tenía una lesión de SLAP y que me tenía que operar. Al principio no reaccionaba, tampoco había asimilado el haberme clasificado para Río, y a medida que pasa el tiempo es cuando más lo piensas y te entra la angustia y la pena de no poder a los Juegos", explica.

Por genética, Castro tiene articulaciones muy laxas, y los hombros lo sufren por los esfuerzos repetitivos de la natación. César fue operado en junio de 2016. Regresó al agua en septiembre. "Tenía ganas de volver a entrenar, a competir de nuevo y esas ganas de más forzaron que empezase la rehabilitación antes, sin hacer los pasos adecuados y recaer", reconoce.

Tardó un año en estar en condiciones de competir. Llegó a tiempo de ser seleccionado para su segundo Mundial júnior y ahí hizo con el relevo la mejor marca nacional del año en los 200 libre. "Salió bastante bien, mejor de lo que esperábamos. Fue otro plus para seguir con ganas", valora César, pero la pesadilla se reprodujo: "Empezábamos la nueva temporada después con las expectativas altas, con ganas de entrenar y seguir luchando, y al cuarto día se me subluxa el hombro contrario; sigo nadando y me vuelve a pasar. Directamente fuimos a hacer pruebas, y el doctor me dice que tengo la misma lesión, que me tengo que volver a operar. Parecía surrealista. El pensar otra vez en el sufrimiento que pasé durante el año anterior, es bastante duro".

Los hombros son las articulaciones más expuestas a lesiones en la natación, las que pueden dar al traste con una carrera deportiva, el equivalente a las rodillas entre los deportes de balón. A César Castro le sobrevinieron de forma sucesiva cuando era un prometedor competidor, con apenas 18 años. "Lo primero que pensé la segunda vez es que no tenía ninguna gana de volver a intentarlo, por lo mal que lo pasé. Pero tuve el apoyo de mi entrenador, que es como mi segundo padre, de mi familia, de la psicóloga y el fisioterapeuta y volví a intentarlo. No me arrepiento", garantiza.

Se operó por segunda vez el pasado octubre y hasta el 15 de marzo no volvió a tirarse al agua. Como no podía entrenarse con normalidad, se centró en mejorar su nado subacuático y las salidas, mejorándolas sustancialmente, como lo demuestra su marca en los 100 metros en los pasados Nacionales. "No tenemos prisa ninguna, pero tenía ganas de competir y llegar al Campeonato de España, siempre bajo las órdenes del médico y de las pautas que nos daba para entrenar y empezar a competir", garantiza César, que ocupa la plaza dejada vacante en el relevo de 4x200 libre por Francisco José Arévalo, sancionado por la Federación por no asistir a una concentración alegando motivo académicos. "Era una opción que conocíamos, que nos había propuesto el seleccionador. Se iba a sortear una plaza en el Campeonato de España y luchábamos por ella, pero sin ninguna presión", asegura el nadador. No sólo fue seleccionado para el relevo, sino también para disputar en los Europeos la prueba en línea.

"En estos dos años hemos perdido ver a un grandísimo nadador. Solamente la gente que trabaja con él y ha entrenado con él conoce el potencial que tiene. No sólo a nivel físico y como nada, sino que su cabeza es prodigiosa para este deporte", lo describe su entrenador. El proceso de vuelta al alto nivel va más allá de la rehabilitación física. César se está readaptando y aún no se entrena con la intensidad que lo hace un mediofondista. Sus 30.000 metros semanales se quedan cortos, y para este verano su preparación no daba más de sí que para nadar los 200 metros. "En vez de empezar con distancias más largas lo hemos hecho al revés, para adaptar el volumen de trabajo a sus hombros. De aquí a año y medio ya estará nadando 800 libre", confía Calvo. "Su distancia puede ser esa, por la velocidad que tiene y la estrategia que se necesita. Los grandes nadadores tienen esas dos cosas. Hacia eso vamos, pero también necesitamos la velocidad del 200 para ese cambio de ritmo".

Los 800 metros se incorporarán en el programa masculino de los Juegos de Tokio, la meta que se ha trazado Castro. "He estado dos años sin entrenarme, perdidos, pero los he aprovechado en mejorar otro aspectos y me ha hecho mucho más fuerte como persona. Es algo que no voy a olvidar, vives con ello, y tiras para adelante. Mi objetivo es ir a los Juegos de 2020 y ser lo más competitivo que pueda llegar a ser". Él debería ser el nadador referente en las pruebas de crol en este país, desde el 100 hasta el 1.500", apuesta su técnico.