Jonathan Soriano ve prematuro regresar a la Liga española

Jonathan Soriano ha acabdo su contrato con el Beijing

Jonathan Soriano ha acabdo su contrato con el Beijing / AFP

EFE

Jonatan Soriano acaba contrato con el Beijing Guoan chino y, tras una fructífera etapa de dos años, se muestra dispuesto a "valorar" las ofertas que le lleguen aunque reconoce que todavía no ha recibido ninguna propuesta en firme para regresar a su país.

Tras su último entrenamiento en Pekín antes de viajar con el equipo para disputar la vuelta de la final de la Copa -en la ida empataron 1-1 contra el Shandong Luneng-, Soriano atiende a Efe y explica que su continuidad en el Guoan "es muy complicada" y que "hasta ahora, las informaciones son que no voy a seguir".

"Mucho tienen que cambiar las cosas para que yo el año que viene esté aquí", indica el ariete, con contrato hasta el próximo 31 de diciembre.

Preguntado acerca de la posibilidad de volver a España, Soriano cree que "todavía es muy pronto para tener una oferta de un equipo español" ya que aún "queda un mes para que abra el mercado" y "los equipos están esperando a ver cuáles son sus situaciones".

Sí que ha habido "interés" aunque no ha ido más allá de preguntar si queda libre a final de año y sobre su situación contractual, algo que "en el mundo del fútbol no es gran cosa".

Soriano no tiene "ninguna preferencia", y celebra tener "tranquilidad" para poder estudiar las ofertas que le lleguen, sin descartar una posible vuelta al Red Bull Salzburgo -escuadra austríaca donde pasó sus mejores años deportivos-, un fichaje por otro equipo chino o, tal y como se rumorea, firmar por un equipo saudí.

"De momento tengo ganas de ir a casa, estar con la familia y mirar bien las ofertas que puedan venir", sentencia.

Pese a su buen rendimiento, con 31 goles en 36 partidos totales disputados desde que llegó a Pekín en febrero de 2017, su equipo fichó a principios de este año a otro atacante, el congoleño Cédric Bakambu, por quien pagó unos 40 millones de euros al Villarreal.

"Lógicamente, (el fichaje de Bakambu) no me ha ayudado, pero me alegro de que gracias a sus goles el equipo haya conseguido grandes cosas. Si miras sus números, yo creo que es un gran fichaje. Ante eso, nadie puede decir nada", afirma.

Sin embargo, el catalán hace un balance positivo de su etapa en el Estadio de los Trabajadores: "En estos dos años me han tratado muy bien, yo he intentado dar lo máximo que he podido y ahora pasamos a otra etapa. Independientemente de que me merezca o no seguir, hay un cambio y yo de momento no entro en los planes de futuro. Son cosas que hay que aceptar".

El punta, de 33 años, rechaza la idea de que los jugadores que se han ido a China no puedan volver a su máximo nivel: "Yo sigo pensando que sirvo para jugar a fútbol. Los que dicen que a quien se va a China ya se le acabó la carrera y se olvida de Europa son personas que no tienen interés real en seguir a los jugadores".

Para sostener su tesis, cita el ejemplo del centrocampista belga Axel Witsel, que tras año y medio en el Tianjin Quanjian ha regresado al viejo continente de la mano del Borussia Dortmund, donde se ha asentado como titular.

No obstante, también recuerda fracasos como el del argentino Carlos Tévez, quien se convirtió en el mejor pagado de la historia al firmar por el Shanghai Shenhua, equipo en el que ofreció un pobre rendimiento: "Nos hizo daño a los extranjeros con sus declaraciones y con su forma de actuar".

El de El Pont de Vilomara i Rocafort cree que la temporada del Guoan -terminó cuarto en la Superliga- ha sido "muy buena", aunque reconoce que hubo "mucha ilusión" y una "expectativa mayor" en etapas de la temporada donde el equipo lideraba la clasificación.

Sobre su adaptación al país, confiesa que le ha ayudado la presencia de su compatriota Jonathan Viera y de compañeros hispanohablantes como Renato Augusto o Bakambu, y que "lo más difícil ha sido el idioma", aunque asegura, entre risas, que entre las "cosillas" que ha aprendido hay "alguna (palabra) malhablada".

Acerca de las voces que pidieron su inclusión en la selección tras el batacazo del Mundial 2014, Soriano ataja: "No tuve ningún contacto con nadie de la selección. Yo en ese momento estaba muy bien pero me penalizaba mucho estar en Austria. Prefirieron a otros que estaban en ligas mayores o en equipos más competitivos".

"Para un jugador, estar seleccionado para tu país es lo máximo. Hubiera sido fantástico, pero me quedo para mí con ese pequeño interés a nivel mediático que se me dio", recuerda.

A sus 33 años y aunque todavía se ve con gasolina para continuar, Soriano ya tiene claro qué quiere hacer nada más retirarse: "Lo que me apetece es estar un tiempo tranquilo en casa, con mi familia, con mis hijas. Hacer de padre".

"Una vez pase un tiempo, me gustaría algo relacionado con el fútbol. Es lo que me gusta. ¿El qué? De momento lo tengo todo en el aire".