Dicen los expertos que mentir, mentimos todos, pero que hay una gran diferencia entre los mentirosos corrientes que soltamos mentirijillas y mentimos, generalmente, para protegernos o para proteger a alguien y los mitómanos, los mentirosos compulsivos, que son adictos a la mentira sin pensar en las consecuencias

Narcisistas, convicentes, manipuladores, con baja autoestima, adictos a la mentira... ¿qué otras "cualidades" definen a los mitómanos?, preguntamos al doctor José Miguel Gaona, psiquiatra forense, director de IANDS España (International Association of Near-Dead Studies), participa en diferentes estudios de la Universidad de Virginia Occidental y la North Texas University en EE UU, autor de libros como "El síndrome de Eva", "Al otro lado del túnel " o "El límite" y colaborador habitual en programas de televisión y en la Cadena COPE. 

"En ellos la mentira es una tendencia continua. Es difícil para el observador no profesional, diferenciar una cosa de otra, porque a veces sus mentiras no son totalmente improbables sino que tienen un cierto atisbo de verdad. Ya sabemos esa frase que no hay mejor mentira que la que tiene una parte de verdad. Por otro lado, la construcción de esas mentiras siguen una línea determinada;  no son mentiras aleatorias. Son personas con baja autoestima y narcisistas que necesitan reforzar su imagen ante los demás . Me viene a la memoria Romand, un francés que en 1993, mato a su esposa, a sus dos hijos y a sus padres en Francia. Se inventó que trabajaba en la OMS. Durante años salió de casa con su maletín y fabricó documentos falsos pero no trabajaba en la OMS y cuando tuvo que enfrentarse a la verdad, decidió seguir el camino mas psicopático, asesinando a toda su familia". 

A la pregunta de si nuestros políticos son unos mentirosos compulsivos, el doctor Gaona explica que "si dijeran solo la verdad, a la mayor parte de ellos, no habría quien los votara. Por eso resultan curiosas esas grabaciones a micro abierto, cuando hablan sin saber que se los está escuchando, porque en ese instante es cuando dicen lo que realmente piensan" . "La política se basa en engañar a los demás, continúa diciendo, y hay un momento en que ellos llegan a creerse también esas mentiras. Estoy convencido de que muchos políticos adoptan ya ese papel y viven literalmente en la mentira, son incapaces de decir la verdad. Mientras la mentira es una excepción para la gente corriente, ellos dicen la verdad como excepción".

Acerca de qué político se llevaría el premio gordo como mitómano, como mentiroso compulsivo, José Miguel Gaona comenta que "en una entrevista yo llegue a decir que Pedro Sánchez tiene rasgos de una psicopatía importante; con toda honestidad si me hubiesen preguntado por cualquier otro político de cualquier otro partido, hubiera dicho algo parecido. Para llegar a esos posiciones de liderazgo ayuda, no digo que sea imprescindible pero ayuda bastante, tener un cierto perfil psicopático porque hay que aplastar muchas cabezas, hacer muchas pirulas a compañeros de partido..., por lo que no señalaría solo a un político de un determinado partido. Esta, es una cuestión fascinante desde el punto de vista de la psiquiatría, porque que se acaban creyendo ellos su propia mentira, repiten el discurso una y otra vez y se lo terminan creyendo, hasta que el personaje los invade y, estoy seguro de que cuando se acuestan no distinguen donde acaba uno y otro"

Preguntamos si los políticos mentirosos compulsivos tienen arreglo "no, responde el doctor Gaona, no tienen arreglo porque las personas se van decantando a lo largo de su vida en estratos y según su personalidad. Un día, le pregunté a uno de los mejores criminólogos del mundo qué abogado elegiría si tuviera que escoger uno y me respondió que él, elegiría a un buen abogado psicópata; esto, se puede extender a muchas profesiones y personas con baja sensibilidad, que se llevan por delante a quien haga falta y la mentira es una forma de manipulación extraordinaria".

A la cuestión de si la mitomanía, la mentira compulsiva, se puede considerar una patología­ o una enfermedad mental, el doctor José Miguel Gaona responde que es una patología "que se suele encuadrar dentro de los trastornos de personalidad. Lo cierto es que una cosa son esas mentirijillas que de vez en cuando decimos para protegernos y otra, esa tendencia patológica fuera del control de impulso que la mayor parte de las veces, no es necesaria para nada, ni para protegernos ni para una venganza, quizá sólo para construir una falsa identidad".