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Vivienda

Una anciana de 92 años sufre otra okupación en Arcos

  • Es la segunda que se da en las últimas semanas en el pueblo. La abuela estaba convaleciente en casa de una hija

La fachada que ha sido okupada por una pareja, según las informaciones de los afectados.

La fachada que ha sido okupada por una pareja, según las informaciones de los afectados. / Ramón Aguilar

Otra vecina de Arcos está sufriendo en carne propia la okupación de su vivienda familiar cuando hace pocos días saltaba a la palestra mediática el caso de Jean, una residente irlandesa, a la que un vecino le había quitado su chalé, también en el pueblo, que ya ha recuperado.

Esta vez la afectada es una abuela de 92 años, Juana Sañudo, que no puede creerse lo que le está pasando. La mujer se restablece en casa de una de sus hijas de una operación por la rotura de vértebras tras una caída cuando, al parecer, una pareja ha aprovechado para entrar en su vivienda, ubicada en la calle Granadillos, e instalarse allí y okuparla.

La sorpresa de los hijos de Juana llegó cuando uno de ellos se acercó hace dos semanas a la vivienda familiar para dar una vuelta a ver cómo estaba y se topó con que alguien había cambiado la cerradura.

Ante esto, todas las alarmas se dispararon y la familia denunció está okupación, que ya está en manos del Juzgado de Arcos. “Mi madre ha dado un bajonazo desde que han okupado su casa. Está fatal de ánimos. Ha sido un golpe muy fuerte”, sostiene Pepa, una de sus hijas, que lamenta por lo que está pasando Juana, quien ha criado en este inmueble a su familia y lleva más de 50 años en él. “Fue mi hermano a dar una vuelta a la casa y no pudo meter la llave. Habían cambiado la cerradura”, añade Pepa. Así que los afectados están viviendo una pesadilla particular.

No saben quién ha ocupado su casa, pero creen que se trata de una pareja, que puede ser gente de fuera. “Los hemos visto y no los hemos visto. Pero alguien de Arcos no se mete así porque así. Somos muy conocidos.Teníamos un local de un supermercado. Y creo que no”, dice Pepa. Así que la familia ha tenido que buscar un abogado y poner en manos de la Justicia y la Guardia Civil la situación de Juana, que se ha quedado sin su vivienda habitual. “Es una vergüenza que mi madre se quiera ir a su casa y no pueda. Eso es verse. Ver que te puede tocar”, asiente la hija de la afectada, que dice que la anciana sigue asumiendo los suministros de agua y luz, según explica.

“La vivienda tiene hasta aire acondicionado”, añade la hija de la afectada, quien reconoce que esta situación desde hace dos semanas le está pasando factura a su estabilidad física y emocional.

A otra residente en Arcos, Jean, el hijo de una vecina le okupó su casa mientras ella estaba fuera visitando a familiares. El pasado sábado él devolvió a su dueña las llaves.

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