El testimonio de la secretaria judicial que registró la Consejería de Economía, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, pone contra las cuerdas al mayor Trapero. "No pude soportar más la presión y salí trepando y escalando tejados y azoteas", relata.

El 21 de septiembre pasado, pocas horas después de haber sufrido el asedio de 40.000 personas concentradas a las puertas de la Consejería de Economía de la Generalitat de Cataluña, la letrada de la Administración de Justicia que dirigió el registro judicial relacionado con los preparativos del 1-O escribió su testimonio de lo ocurrido en un informe que hoy se alza como prueba de cargo contra el mayor de los Mossos d'Esquadra. Josep Lluis Trapero, su subordinada Teresa Laplana y el presidente de Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sànchez, son expresamente mencionados en ese documento, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, y no precisamente para bien.

"Absoluto abandono" y "terror" resumen el testimonio de la letrada de Justicia, a la que a las 22.00 horas -el registro había comenzado a las 8.00- los Mossos ofrecieron salir por la puerta principal "hasta la primera esquina libre y que siguiera por mi cuenta". Acabó abandonando la Consejería pasada la medianoche y de una forma insólita: "Trepando y escalando tejados y azoteas" hasta alcanzar un teatro contiguo. Pudo salir al término de la función teatral y mezclada entre el público para evitar ser identificada.

Trapero, la intendente Laplana, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, presidente de Omnium y al que la Guardia Civil atribuye también un papel directivo en el asedio, están citados a declarar de nuevo este lunes ante la jueza central de instrucción de la Audiencia Nacional Carmen Lamela en condición de investigados por un presunto delito de sedición. El interrogatorio se ampliará a los incidentes ocurridos el 1-O, sobre los que no pudieron ser preguntados el pasado día 6, cuando quedaron en libertad con cargos.

La posibilidad de que se les impongan medidas cautelares es este lunes mucho más alta. Antes de que declaren los cuatro investigados, lo harán como testigos los dos oficiales de la Guardia Civil que estuvieron en la Consejería de Economía el 20 de septiembre, uno como responsable de los agentes de investigación que debían realizar el registro ordenado por el juez de instrucción número 13 de Barcelona y el segundo como encargado del dispositivo de seguridad que debía proteger a la letrada del Juzgado (antes llamada secretaria judicial) y a sus compañeros.

También declarará como testigo la propia letrada de la Administración de Justicia, encargada de la fe pública judicial, cuyo relato contradice radicalmente la versión que dio a la jueza el mayor Trapero. Según éste, en todo momento se dijo a los guardias civiles que "cuando quieran salir sólo tienen que decírnoslo".

"A las 9:00 el edificio está taponado"

El informe escrito firmado por la secretaria judicial refleja que a las ocho de la mañana llegó a la Consejería de Economía en un coche de la Guardia Civil sin logotipos. "En la acera ya se observaban personas filmando y haciendo fotografías", señala.

Asedio a la Guardia Civil en la Consejería de Economía de la Generalitat

"Sobre las 9:00 horas el acceso al edificio había quedado complemente taponado por una masa de gente gritando y enarbolando banderas".

"Iniciado el registro y habiéndome comunicado que no podían traer a los detenidos correspondientes a los registros [entre ellos José María Jové, número dos de Oriol Junqueras], opté por continuar dejando constancia de los hechos".

"A lo largo de la mañana, el responsable de la Guardia Civil del equipo encargado del registro me manifiesta que había hablado con el Sr. Jordi Sànchez (ANC), quien quería pactar las condiciones para permitir el acceso de los detenidos. Dichas condiciones no fueron aceptadas por la Guardia Civil. El resultado fue la continuación del registro bajo los constantes gritos y cánticos de los manifestantes".

"El mismo responsable me manifiesta que a primera hora pidió a la intendente de los Mossos d'Esquadra encargada de la seguridad del edificio [Teresa Laplana] que solicitara los medios necesarios para garantizar el orden público, contestándole la misma que, a su juicio y previa llamada a su superior, no tenía por qué producirse ninguna alteración del orden y que no solicitaría apoyo, considerando que los dos mossos d'esquadra de seguridad ciudadana que había custodiando la puerta eran suficientes".

"El registro siguió desarrollándose bajo la constante presión de los gritos y arengas de determinadas personas públicas, indicándome que el Sr. Rufián y el Sr. Junqueras habían comparecido y hecho proclamas".

"Cinco bocadillos escondidos"

La letrada de Justicia añade que a lo largo del día "se nos impidió salir del edificio para conseguir comida, obteniendo sólo agua y refrescos de la máquina sita en los bajos del edificio".

"Una mossa d'esquadra se apiadó de nosotros y consiguió traer escondidos cinco bocadillos para veinte personas que formábamos la comitiva judicial"

Sobre las 16:00 horas "me comentan que una mossa d'esquadra se apiadó de nosotros y consiguió traer escondidos cinco bocadillos para veinte personas que formábamos la comitiva judicial".

Cuando a las 20.40 horas termina el registro, resulta "absolutamente imposible salir del edificio", señala la letrada del Juzgado.

"A las 21.30 decido bajar al hall en busca del responsable de la guardia civil para solicitar ayuda para salir. Él mismo estaba entrevistándose con el Sr. Jordi Sànchez (ANC) sobre la forma de permitirnos la salida con seguridad y garantía de nuestra integridad, no pudiendo asumir dicha responsabilidad el Sr. Sànchez".

"Se me ofreció salir por la puerta principal acompañada de un par de mossos de seguridad ciudadana hasta la primera esquina libre y que siguiera 'por mi cuenta'". Ella respondió que no saldría si no era junto al resto de la comisión judicial, esto es, con los guardias civiles, "para la cuales no se había establecido ninguna medida de seguridad".

Una "retención ilegal"

Fuera se escuchaban gritos de "no pasarán" y "aquí los esperamos". A las 22.30 horas, "ante la evidencia de que no se podría salir", la letrada de Justicia contactó con el Juzgado de Guardia de incidencias, que era precisamente el juez de instrucción número 13, ordenante del registro. "Le relaté los hechos y el magistrado adoptó como medida llamar al responsable de los Mossos d'Esquadra (Sr. Trapero), apercibiéndole para dar las órdenes oportunas para poner fin a la retención ilegal que venía padeciendo desde las 20.40 horas en que mi función debería haber finalizado".

"A las 23.30 horas se nos ofreció salir por un acceso trasero del edificio que daba a otro edificio con salida a la Gran Vía, trepando y escalando tejados y azoteas. Dicha opción no fue aceptada por los guardias civiles por orden expresa de su superior, pero personalmente no podía soportar más la presión y opté por salir".

"Esta letrada de la Administración de Justicia jamás ha sentido mayor vergüenza y humillación"

"Esta letrada", concluye el escrito, "jamás ha sentido mayor vergüenza y humillación al verse obligada a escapar cual delincuente, escondiéndose de la vista de unos alterados, cuando únicamente había cumplido con mi deber y representado el Poder Judicial como así se me había encargado".

"Pongo de manifiesto la sensación de absoluto abandono que padecí y el terror de ver aquella cantidad de gente enardecida y fuera de control".