José Manuel Caballeron Bonald, Premio Cervantes 2012, ha presentado este martes en Sevilla su último poemario titulado 'Desaprendizajes' (Seix Barral), un libro que dice "haber publicado contra todos lo pronósticos", y en el que "hay parodias, sarcasmo, ironía, y, sobre todo, crítica de la vida y crítica de la cultura de nuestro mundo contemporáneo", asegura. "Éste es un libro que se ha concebido y publicado contra todos los pronósticos porque pensé que mi libro anterior, 'Entreguerras', iba a ser el último, ya que es un libro testamentario donde resumía los episodios más significativos de mi biografía y en el que estaba todo lo que me quedaba por decir", asegura el poeta en un encuentro con los periodistas previo a la presentación al público que tendrá lugar esta tarde. Sin embargo, "se me cruzó de pronto una forma de entender la poesía que ya había aparecido en algún libro anterior, como 'Descrédito del héroe' (1977) y luego, posteriormente, 'El laberinto de fortuna', que son poemas en prosa, aunque no me gusta llamarlos así porque esto es un poema dispuesto tipográficamente como si fuera prosa", añade. De este modo, el autor explica que 'Desaprendizajes' "tiene algo de enfrentamiento a una realidad que no comparte, a cosas que le han enseñado de mala manera, que ha asimilado malamente y que cree que hay que desaprender, olvidar, y volver a aprender de otra forma", toda vez que explica que este libro está lleno de preguntas, a algunas de las cuales contesta y otras no sabe qué contestar, pero "dan origen a otras preguntas consecutivas". POEMAS DE ORIENTE MEDIO Así, en 'Desaprendizajes' hay poemas referidos al "drama bélico" de Oriente Próximo, pero también otros de la vida cotidiana, de la propia tierra en la que vive. De este moda, una de las piezas representa al Coto de Doñana, uno de sus parajes "más reiterativos" en literatura y donde vive prácticamente medio año, porque "ver desde mi ventana la desembocadura del río y los pinares de Doñana es para mí una recompensa impagable", reconoce. Preguntado sobre si ese 'desaprendizaje' es también una poética, el autor responde que "se podría llamar una poética del desaprendizaje", porque "aunque no todos los poemas respondan a ese objetivo, sí hay muchos que intentan enfocar de otra manera lo aprendido". En este sentido, afirma que en varios poemas aparece el concepto de poesía como "una construcción verbal", porque "la verdadera poesía está hecha con palabras que se juntan y abren una nueva realidad al lector". "La poesía no cuenta historias, cuenta ideas". JUAN RAMÓN, CERNUDA, MACHADO (ANTONIO)... Además, el autor habla de Andalucía y dice que para él "el andaluz verdadero es el reconcentrado, el introvertido, el melancólico, ya sea Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado o Luis Cernuda; el andaluz jaranero, alegre, dicharachero, exagerado, son tópicos y lugares comunes que detesto y no me parece que respondan al verdadero tipo de andaluz, que es el que Cernuda ha descrito por ejemplo en 'Ocnos'". Un andaluz --el estereotipado-- con "el que nada tengo que ver, aunque me siento muy andaluz", añade. Sobre las afirmaciones que apuntan que este libro "parece invocar a las vanguardias por el simbolismo del que habla", el también Premio Nacional de las Letras 2005 y el Premio Nacional de Poesía 2008 ha dicho "no ser consciente de esa preocupación por las vanguardias" y reitera "haber hecho hincapié en una forma de entender la poesía que es el poema escrito como prosa, donde tengo más libertad para contar o dar ideas de ciertos aspectos de la vida que de otra forma no me sería tan cómodo", manifiesta. Además, indica que "no le interesa que el poema se entienda del todo, basta con que produzca una emoción en el lector". ANATOMÍA DEL IMBÉCIL Del mismo modo, y sobre la duda, un tema recurrente en este volumen, Caballero Bonald manifiesta que "la duda es una actitud personal muy positiva" y que la incertidumbre "te hace meditar y ver las cosas de una manera más apacible", porque "el que no tiene dudas es lo más parecido que hay a un imbécil". "La duda es el factor desencadenante del pensamiento; hay que dudar para poder llegar a saber cosas", apostilla. Pero Caballero Bonald también se preocupa en 'Desaprendizajes' por la deriva de la sociedad, donde "los malos modales son cada vez más evidentes", señala. "La educación mal entendida y la acumulación de gregarios y obedientes que se ven en todas parte y que a mí me producen verdadera alergia, sobre todo el gregario, el dogmático, el obediente, tres grupos humanos que conforman un sector bastante caudaloso de la vida contemporánea". "Contra el dogmático, el sumiso y el gregario también está este libro", agrega. EL MEJOR LIBRO, 'ÁGATA OJO DE GATO' Preguntado sobre si 'Desaprendizajes' es un buen libro para gente quien nunca ha leído a Caballero Bonald, ha respondido que "no está mal", pero asegura que "no lo considera su mejor libro". En este sentido, el jerezano confiesa que "su mejor" libro es 'Ágata ojo de gato' (1974) --supuesta novela dedicada al Coto de Doñana-- porque "pienso que estoy muy bien expresado". Ya en poesía, el autor considera "importante" 'Entreguerras', su obra anterior. Por último, y cuestionado sobre por qué no decidió continuar con sus memorias, que tras dos volúmenes finalizan en 1975, Caballero Bonald asegura que "tenía previsto continuar", pero "el segundo tomo termina cuando muere Franco, un hecho que marca una frontera muy contundente para la gente de mi edad". Luego, explica que "vivió muy de cerca la Transición, y vivió en permanente zozobra esos años que van desde la muerte de Franco hasta el Golpe de Estado de Tejero", unos años que el escritor tacha como "atroces para la historia de España". EL FRANQUISMO LATENTE SIGUE AHÍ Todo lo ocurrido es esos años manifiesta que "lee creó una atmósfera muy negativa", por lo que apunta que "no le gusta acordarse de ese tiempo", y por "ello no siguió las memorias", puntualiza. En este sentido, Caballero Bonald dice "no tener muy buena opinión" sobre cómo transcurrió la Transición, porque "la Ley de Amnistía fue, sobre todo, una especie de pacto que motivó que los crímenes del franquismo quedaran sin juzgar, y faltó un tribunal que los juzgara". "Esto motivó que hubiera un franquismo latente que de cuando en cuando surgió y sigue surgiendo", manifiesta. Por último, el poeta --que actualmente está escribiendo semblanzas sobre gente del mundo hispánico que ha conocido-- asegura que "aún hay cosas que le quedan por aprender", y confiesa que le hubiera gustado aprender "dos cosas que para él son dos frustraciones: haber aprendido a tocar el saxo en una orquesta de jazz y haber aprendido la lengua árabe".