Seguro que te suena la frase de que “el aire caliente sube”. Así que el que tú sientes a tu alrededor es más bien “fresquete”. Lo cierto es que el aire caliente se eleva y en nuestras casa se dirige al techo, entonces, ¿te conviene aislar térmicamente el mismo? Pues todo depende, existen determinadas variables que hay que conocer.

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“Lo primero que hay que saber es qué hay por encima del techo de nuestra vivienda. Puede ser la cubierta del edificio pudiendo ser plana o inclinada, una buhardilla que no tiene uso habitable, la vivienda de nuestro vecino o un local u oficina por ejemplo”, comenta Pablo García, de Atrezo Arquitectos. Veamos las distintas posibilidades:

1. Encima del techo tienes la cubierta del edificio

Estaremos en el caso más desfavorable de todos, ya que todo nuestro techo está en contacto con un elemento expuesto directamente al exterior. “Si es plana es aún peor, porque no hay aire entre ambos que siempre ayuda reducir la transmitancia. La cubierta además, recibe el 50% de la radiación solar por lo que en los meses más cálidos puede ser una auténtica sartén. Evidentemente en estos casos el problema se resuelve actuando desde fuera con una nueva cubierta adaptada a las exigencias del código técnico pero si no es posible esta opción aislar nuestro techo sería muy recomendable”, explica.

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2. Buhardilla no habitable

“Si nuestro techo está en contacto con este espacio tendremos una gran masa de aire hasta el elemento constructivo en contacto directo con el exterior que es la cubierta inclinada. No es tan desfavorable como el caso anterior, pero sigue siendo recomendable aislar el techo y podremos hacerlo desde el espacio abuhardillado para no perder altura en las estancias”.

3. Vivienda vecina

Aunque no soportemos los ruidos de nuestros vecinos, el hecho de que vivan en sus casas ayuda al confort térmico de todos sus colindantes. Cuando estamos en contacto con estancias habitables se consideran adiabáticas por lo que no necesitamos introducir aislamiento de ningún tipo. “Claro que todo lo anterior puede ser aparente porque muchas viviendas son segundas residencias con una ocupación ocasional. En este caso las pérdidas de calor de nuestra casa escaparán hacia el espacio no acondicionado. Como nunca sabremos si la condición puede variar hay que sopesar la inversión de aislar para ver si compensa”.

4. Oficinas o locales

Puede pasar que cuando estemos en casa, el local u oficina esté completamente vacío y sin acondicionar. En este caso es recomendable aislar el techo desde el interior como única alternativa.

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Cómo aislarlo sin obras

Pero vayamos a lo práctico, ¿cómo puedes aislar tu techo sin realizar obra? Ya sea por razones económicas o porque es inviable otro tipo de intervención, la alternativa más elemental es aislar desde el interior con aislantes térmicos. “Los aislantes térmicos reflexivos no transmiten el calor del exterior al interior y viceversa. Tiene un espesor de 25 mm por lo que prácticamente no incrementa el espesor del techo. Se componen de 2 láminas de poliéster metalizado armado, 2 guatas de poliéster, 6 láminas reflectoras y 5 espumas de polietileno de 1 mm. Además de proporcionar aislamiento térmico, son resistentes a la humedad y ayudan en el aislamiento acústico”, dice el experto.