35 salones decorados en blanco y madera llenos de frescura, calidez y estilazo

La decoradora Bárbara Sindreu se alió con el blanco para regalar mucho espacio en este salón sin con ello renunciar a la luz ni a la ligereza visual: paredes, techos, sofás, muebles, estores... Con excepción del suelo, un pavimento de madera rústico que la decoradora eligió precisamente para contrarrestar la frialdad visual de un espacio monocolor. ¡Qué maravilla!

Sí, el blanco puede ser cálido. La clave es apostar por uno matizado con amarillo, que le dé ese plus de calidez necesario. Además, para que la decoración no quede demasiado plana puedes combinar diferentes matices de blanco y sumar color con los textiles, como ha hecho aquí la decoradora Asun Antó. 

Más allá de las paredes, la decoradora Begoña Susaeta combinó a la perfección en este salón el blanco y la madera en el mobiliario, creando una propuesta moderna y atemporal y a la vez personal y cálida, ya que la madera no solo es el contrapunto cálido, sino también el elemento "rompedor" y de contraste. 

Viendo este salón podríamos pensar que pertenece a una casa de campo. Nada más lejos de la realidad, ya que es la casa de la decoradora Marta Tobella a las afueras de la ciudad de Barcelona. Sus vigas de madera blanqueadas, las paredes con un look a la cal, el suelo de barro, la chimenea de obra... Todo respira "campo", pero es 100% urbano. El blanco sobre blanco que envuelve el espacio, con toques de madera muy natural, son la clave. 

Nada en este salón compite con sus espectaculares vistas. Consciente del potencial de este espacio, la decoradora Meritxell Ribé optó por una paleta de blancos rotos con su punto de calidez, que arropan el salón sin estridencias, dejando que la mirada se traslade al exterior. 

En salones con una base de color blanca, añadir detalles en tonos frescos y alegres como el verde evitará que el look se vea demasiado plano o sin vida. El verde, además, encaja a la perfección con la calidez y la naturalidad de la madera. Un trío que jamás defrauda y que aporta mucha calma.

A los salones con fondo blanco, luminosidad y presencia de madera, la decoración de fibras naturales les sienta de fábula. Una alfombra, un estor de yute, una cesta aquí y allá... Son pequeños detalles que siempre funcionan.

Cuando cuentas con unas vigas de madera como las de este salón, ¡lo mínimo es darles protagonismo! Y esto se ha logrado pintando las paredes y el techo en blanco. Ahora no solo son un robamiradas, sino que aportan el toque de calidez necesario a una decoración muy sobria con una base neutra.  

Si haces como en este salón y te decantas por decorar con una gama de tonos neutros y cálidos, ganarás una estancia acogedora y hogareña. El blanco aportará luz, y la madera potenciará la calidez de los neutros.

Otra idea que siempre funciona es apostar por vigas de madera vistas. Se trata de un método 100% eficaz para crear ambientes rústicos y muy acogedores que, en compañía del blanco, conciben salones de ensueño. En este caso, las fibras naturales y los textiles tostados también ayudan.

Los techos altos con molduras protagonizan este amplio salón de corte señorial donde el blanco se ha elegido para resaltar la iluminación natural y crear un ambiente limpio y elegante. El detalle del arrimadero en la pared suma dosis de estilo, mientras los sofás de lino blanco y los muebles rústicos de madera, como la mesa de centro o la lámpara de pie, otorgan calidez. Calidez que también se gana mediante el suelo de parquet en espiga y la gran lámpara suspendida de fibras, que se asemeja a un gran cesto. Sin duda, una mezcla exquisita.

El blanco tiene un gran poder decorativo, pero a veces puede resultar frío. Para ganar calidez, elige un suelo de madera de un tono más oscuro, como ha hecho aquí la decoradora Marta Prats. Además, ¿sabías que los suelos de madera pueden ayudar a regular tu temperatura? Es por ello que en muchas casas nórdicas optan por este material para cubrir el suelo.

En salones de estilo nórdico se suele apostar por muebles de madera en tonos claros, por ejemplo, de pino. Combinado con el acabado en color blanco, este tipo de madera aporta mucha luz a los ambientes.

Las paredes blancas con molduras conciben salones con aire clásico y elegante. Una manera de relajar el ambiente es añadiendo plantas de interior, y cuanto más exóticas, mejor. ¡Nada como un jardín para ganar frescor!

Cuando tienes una base de color blanco en el salón, puedes permitirte el lujo de elegir una pieza más atrevida, como la alfombra con motivos florales que protagoniza esta estancia. De esta forma, lograrás que destaque y le darás ''vidilla'' al ambiente. No olvides elegir los textiles en la misma gama de colores.

En salones de primavera y verano, las paredes revestidas con lamas de madera en color blanco consiguen recrear ese efecto de casa de campo tan alegre y refrescante. Completa el look con muebles de madera y plantas. 

Al amueblar salones pequeños, las piezas grandes como estanterías quedarán mejor si las eliges en el mismo color que las paredes. Así, parecerán fusionarse con el fondo y no tendrás que renunciar al espacio de almacenaje.

Nada en este salón desentona. El blanco se eligió como color de base en las paredes, y la madera que encontramos tanto en el suelo como en la mesa de centro, pone la nota de calidez a la vez que genera contraste. Todo un acierto. 

Si cuentas con piezas con personalidad, como el sofá de terciopelo azul o la cómoda antigua de este salón, apostar por una base blanca o de tonos neutros es la mejor opción, ya que cede el protagonismo a la decoración. Un truco infalible que toda estilista conoce de primera mano: para equilibrar los tonos fríos, utiliza muebles de madera que den un plus de calidez. 

Este salón de casa de montaña aúna calidez, pero a la vez ligereza y modernidad, y el blanco, que tiñe las vigas del techo y los muebles de obra, es una de las claves. No solo ilumina el espacio, sino que equilibra la presencia de los muros de piedra. Los toques de madera raw en los bloques de madera a modo de mesa de centro o de auxiliar dan el toque natural y rústico al espacio. 

Si quieres que no pasen los años para tu casa, aplícale esta máxima: apuesta por una caja (o elementos estructurales) en blanco y reserva la madera para piezas especiales que den personalidad, pero sin sobrecargar el espacio. Aquí, por ejemplo, los muebles de mayor volumen, como la librería o el mueble bajo de la tele, se han lacado integrándose en el espacio, y la madera se ha reservado para algunas piezas, como el mueble bajo en la trasera del sofá. 

Fresco, ligero, natural, rústico chic... son algunos de los adjetivos que definen este salón y que la decoradora Olivia Reina maquilló con una base en blanco en paredes, techo y tapicerías. Las vigas de madera de roble americano y el mobiliario no solo le dan el matiz cálido, sino también el sabor campestre.

Si quieres elegir una gran pieza de madera para tu salón, como esta sólida mesa de centro, es importante equilibrar su impacto con una base muy neutra para no sobrecargar el espacio. ¿La clave de este salón? Pintar la caja en blanco y dar toques de color muy engamados con los textiles y el cuadro sobre el sofá. 

¡Nos encantan las cabañas de montaña! Por las vigas de madera, las chimeneas, los tejidos mullidos y suaves... Y el poder de la madera. Sin embargo, a veces puede acabar empequeñeciendo el espacio. ¿La solución? Usar el blanco para aligerar la estancia sin restarle calidez al ambiente, igual que en este salón.

Pequeño y blanco están condenados a entenderse. Y así lo demuestra este salón decorado por los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar, que unificaron techo y paredes en un blanco roto muy cálido y reservaron para las cortinas y los sofás el blanco más puro, creando así un sutil contraste. El suelo de madera abriga este espacio y lo envuelve de calidez. ¡Una idea sobresaliente!

Que las espectaculares vistas al mar no te engañen: esta casa no es solo de veraneo, sino que sus propietarios se escapan a este refugio en Asturias siempre que pueden. Por eso era primordial que la decoración resultara fresca en verano, pero acogedora y envolvente durante los largos meses de invierno. La decoradora Natalia Zubizarreta se alió con un blanco roto que, junto con el suelo de madera, sube la temperatura del ambiente. 

La madera y el color blanco son una pareja muy versátil, ya que puedes combinarlos con cualquier estilo, ya sea rústico o contemporáneo. Buen ejemplo es este salón, con una base en blanco que cede el protagonismo a su precioso techo de bóveda catalana. ¿Qué te parece el contraste?

En este salón se ha optado por una decoración en blanco, tanto en paredes como en los tapizados de los muebles, para ceder el protagonismo a las vistas del jardín. Para que la propuesta no quedara demasiado "sosa", se eligió una alfombra con color, que además es un elemento fácil de cambiar en cualquier momento. ¿El toque de "calor" visual? La madera de la mesa de centro. 

Las vigas de madera son irresistibles: resultan cálidas, acogedoras y crean un efecto cabaña único. Si quieres que destaquen, mantén su acabado natural y equilibra su presencia con paredes de colores neutros para aligerar el conjunto.  

Potencia el efecto cálido de la madera en tu salón combinando distintos elementos con fibras naturales. Por ejemplo, sillas de mimbre o pufs de yute. Lograrás que el estilo mediterráneo entre en tu salón.

El blanco es el mejor aliado para un salón pequeño. Elígelo en las paredes para ganar espacio y en los textiles para rebotar el efecto lumínico. Y reserva la madera para alguna pieza destacada, así lograrás que el conjunto se vea más cálido y acogedor. ¡Palabra de expertas!

En este salón, la presencia del blanco en las paredes y las sillas del comedor se ha compensado estupendamente con la calidez de la madera en el suelo y la pared de la zona del comedor. Para quedarse y no salir jamás.

Este salón es tan discreto como elegante y señorial. Su arquitectura clásica con techos altos, molduras y rosetones, marca un espacio que, por sí solo, ya resulta especial. El blanco que lo envuelve todo es el mejor lienzo, mientras las mesas de centro de madera y el marco del espejo le dan el toque cálido al conjunto. 

El techo compuesto por vigas de madera y la gran alfombra en color crudo abrazan este salón. Para ganar amplitud y que estos dos elementos no se coman el espacio, se ha optado por el blanco en el mobiliario y en las paredes.

Si tienes un sofá tan extremo como este, con un llamativo estampado floral, es esencial que el resto de elementos de la decoración sean lo más neutros posibles para que nada compita con él. Las lamas de madera que revisten las paredes, pintadas en blanco, le dan además un punto decorativo sin recargar el espacio.