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Los votantes del PSOE son los que peor duermen y más se deprimen

Electores insomnes

Por su parte, los electores de Ciudadanos son los que más se automedican

Imagen de archivo de papeletas electorales en una escuela de Madrid

Emilia Gutiérrez

Desde que algunos especialistas buscan una base neuroquímica en las preferencias ideológicas de los ciudadanos, resulta inevitable asociar el signo del voto con las actitudes vitales de los distintos grupos de electores. Por ejemplo, el nivel de felicidad siempre aparece más bajo entre los votantes de izquierda que entre los de centro y derecha. Y esa reiteración de indicadores en los sondeos del CIS parece descartar la hipótesis de las falsas correlaciones. Además, las encuestas reflejan otras correspondencias significativas, también asociadas al voto.

Así, y en relación con los respectivos índices de felicidad, el mayor porcentaje de electores que se sienten frecuentemente tristes o deprimidos se registra entre los votantes del PSOE (casi el 20%). Y lo mismo ocurre en la tasa de electores que tienen dificultades para conciliar el sueño. Hasta uno de cada cuatro votantes socialistas confiesan que duermen mal, una tasa que cae por debajo del 20% entre los seguidores de Ciudadanos y que desciende a menos de la mitad –pese a las tribulaciones del proceso soberanista– entre los de ERC o el PDECat.

Los electores soberanistas se declaran los más felices y también los que duermen mejor

De hecho, y pese a los presumibles efectos del 155, los electores del soberanismo catalán son los que registran mayores niveles de felicidad (cercanos a un 8 sobre 10) y los que menos padecen episodios de depresión o tristeza (únicamente los sufren entre un 4% y un 6% de ellos). La distancia anímica entre los votantes soberanistas y los de los partidos de ámbito estatal se aprecia en un dato muy elocuente: entre estos últimos el menor porcentaje de electores que a menudo se sienten tristes o deprimidos se sitúa entre los de Cs, y aún así alcanza a uno de cada diez (un 12%); es decir hasta el doble o el triple que entre los votantes independentistas.

El estado físico y anímico de los votantes

Raúl Camañas

A ello hay que añadir algunas conductas significativas frente a la enfermedad o la actividad física. Por ejemplo, el mayor porcentaje de votantes que se automedican ante una dolencia leve se produce entre los seguidores de Albert Rivera: casi un 60% de ellos toma fármacos por su cuenta cuando padece un resfriado o sufre dolores de baja intensidad; es decir, 8 puntos más que entre los votantes de PP o PSOE.

En contrapartida, los electores de Cs o de Podemos son también los que, en mayor número, afrontan las dolencias leves sin recurrir a ningún remedio (actúa así uno de cada cuatro). Y paralelamente, los votantes más aficionados a combatir los catarros e infecciones leves con hierbas o infusiones son los de las formaciones soberanistas (uno de cada cinco recurre a esos preparados). Eso sí, los más inclinados por los tratamientos alternativos son los electores de Podemos (aunque igualados a los de Cs cuando se trata de los masajes terapéuticos). Y, finalmente, en lo que respecta a la actividad física, los votantes que la practican en mayor número son los de ERC (60%), aunque el grupo más nutrido de quienes la realizan todos los días se encuentra entre los votantes de PP (31%) o PSOE (28%).