Manuel Piña

Manuel Piña es uno de los diseñadores españoles más importantes de finales del siglo veinte y el máximo exponente de la moda dentro de la Movida madrileña.

Nacido en un pueblo de Ciudad Real, Manzanares, comenzó a trabajar en una ferretería con nueve años y con 20 años puso rumbo a Madrid para ser dependiente en El Corte Inglés. Hombre hecho a sí mismo y autodidacta, trabajó en un pequeño taller de fabricación de conjuntos de punto para, poco después, lanzarse a la creación de su propia etiqueta, concretamente en 1974.

El creador fue uno de los diseñadores españoles seleccionados por Galerías Preciados para la venta de sus colecciones en córners individuales, bajo el nombre de Nuevos Creadores Españoles, instalados en catorce de sus tiendas en toda España. Antes ya había abierto una tienda en EE. UU. y había presentado su primera colección en el Liceo de Barcelona.

Debutó en la Pasarela Cibeles en una carpa instalada en la Plaza de Colón de Madrid y alquilada a Teresa Rabal. "Sabía que mi presentación podía ser un cañonazo, y así fue. A tope de público y con un camerino lleno de barro del que salían mujeres muy guapas y muy modernas. En aquella colección introducía ya el color y las formas pegadas, insinuantes; las mujeres y la música tenían buena onda", relataba al respecto de aquella primera experiencia. Su presencia en la pasarela madrileña sería habitual hasta su retirada, en 1990.

Propietario de un imaginario único, dotaba a sus desfiles de música y carácter propio, y los ubicaba en escenarios insospechados tales como un circo, un ferrocarril o el mismísimo Liceo de Barcelona. Consiguió vender en Italia, Alemania, Francia o Japón.

Máximo exponente de la modernidad española y de la moda de la Movida madrileña, y amigo del fotógrafo Alberto García-Alix, del director de cine Pedro Almodóvar –con el que nunca llegó a colaborar– o de los pintores Juan Carrero y Enrique Naya, Costus, Piña era un habitual de la noche de la capital. “La casa de Manuel Piña fue siempre una de las citas imprescindibles de la Movida y de la moda de España. De aquellos tiempos de vino y rosas recuerdo su bañera llena de Moët-Chandon, de esto hace 20 años, su inmensa terraza llena de alfombras y candelabros....", relataba el periodista Pedro Mansilla.

Tenía en el punto al mejor aliado para sus colecciones y en Enrique Sinovas a su más fiel asistente. Volúmenes geométricos, cinturas entalladas, gasas envolventes, transparencias, hombros marcados y 'reapropiaciones' del imaginario español son algunos de los elementos que caracterizan la obra del diseñador manchego. Una obra confeccionada por y para una nueva mujer –Rossy de Palma o Bibiana Fernández eran algunas de las “mujeres Piña”–, que se emancipaba y comenzaba a salir del ámbito del hogar para empoderarse en otros, y más estimulantes, lugares.