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Terra

versión impresa ISSN 1012-7089

Terra vol.26 no.40 Caracas dic. 2010

 

El Tocuyo: región Histórica*

El Tocuyo: a Historical region

Janette García Yépez, Pedro Rodríguez Rojas

Janette García Yépez. Licencia en Historia (UCV), Magister en Educación UPEL. Tesista Doctorado de Historia UCV. Profesora UCLA. Directora Museo Histórico Lisandro Alvarado de El Tocuyo. PPI FONACIT. Nivel I.

Pedro Rodríguez Rojas. Profesor Titular UNESR. Doctor en Historia y Cienias Sociales. Maestría en Educación y Economía Petrolera; sociólogo e historiador. PPI FONACIT. Nivel III. Más de cincuenta publicaciones entre libros y revistas indexadas a nivel nacional e internacional.

RESUMEN

Este trabajo es una aproximación a los cambios de la división político territorial ocurridos en la historia de la ciudad de El Tocuyo, Venezuela; se considera ciudad madre de Venezuela, la tercera en fundación pero la primera que se establece en el interior del territorio venezolano con propósitos de permanencia bajo la fundación agrícola y ganadera. La historia de El Tocuyo aquí, no se circunscribe a la ciudad capital del hoy municipio Morán, sino al territorio que desde tiempos prehispánicos fue espacio territorial de algunas etnias indígenas (principalmente Gayonas), y que luego, en el período colonial y hasta mediados del siglo XIX, comprendía todo el territorio que hoy conforma el municipio Morán (hasta 1925 distrito Tocuyo), el municipio Jiménez (Quíbor y Cubiro), el municipio Andrés Eloy Blanco (Sanare y Yacambú), el municipio El Paraíso (Chabasquén, estado Portuguesa) y Curarigua, perteneciente al municipio Torres. Esta referencia a la región histórica El Tocuyo tiene la intención de demostrar su significado como área que hasta principios del siglo XX fue la segunda en importancia, después de Barquisimeto, y una de las más importantes del país, por ser conexión fundamental para llegar a los Andes. A pesar de su debilitamiento y tras haber perdido parte de su territorio, aún conserva la influencia y herencia de una relación milenaria indígena y de los trescientos años del período colonial, visibles por la permanencia de manifestaciones sociales y culturales similares, lo que demuestra que los 150 años de separación son insignificantes con el largo tiempo de unidad.

PALABRAS CLAVE: Ciudad histórica, espacio, región, cambio, geohistoria, proceso, territorio.

ABSTRACT

This study is an approach to the changes in the territorial and political divisions that historically occurred in the city of El Tocuyo (Venezuela). From the historical importance as a mother city, El Tocuyo is considered the third city in the foundation of Venezuela, but the first one that was set inside the Venezuelan territory for purposes on agriculture and livestock. The history of El Tocuyo here, is not confined to the nowadays capital city of the municipality of Moran, but to the territory that was the territorial space of some indigenous groups (mainly Cayones) since pre-Hispanic times, and then, in the colonial and midnineteenth century periods, the one that encompassed all the territory that now forms the town of Moran (El Tocuyo district until 1925), the municipality of Jiménez (Quíbor and Cubiro), the municipality of Andrés Eloy Blanco (Sanare and Yacambú), the municipality of El Paraíso ( Chabasquén, Portuguesa state) and Curarigua, in the municipality of Torres. This brief reference to the historical region of El Tocuyo is intended to demonstrate its significance as an area that was the second largest one, after Barquisimeto, until the early twentieth century, and one of the largest ones in the country, being a fundamental connection to reach the Andes. Despite its weakening and having lost part of its territory, El Tocuyo still has the influence and heritage of indigenous and ancient relationships of the three hundred year colonial period, visible by the persistence of similar social and cultural manifestations, which shows that 150 years of separation are negligible to the long drive in the colonial and post colonial times.

KEYWORDS: Historic cities, space, region, change, geohistory, process, territory.

* Recibido: 07-10-2009.

Aceptado: 15-07-2010.

INTRODUCCIÓN

Este documento señala los cambios políticos administrativos ocurridos en la ciudad venezolana de El Tocuyo, en su historia. Se hizo uso del enfoque geohistórico, y Tovar (1986; p. 54) lo refiere como “... la concepción geográfica que entiende al espacio como un producto concreto de los grupos humanos sobre su medio circundante para su conservación y reproducción dentro de condiciones históricas determinadas”. En este mismo orden de ideas, Rojas (1995; p. 37), señala: “En tal sentido, para nosotros el enfoque geohistórico viene a ser una perspectiva metodológica que nos permite estudiar una formación social en el espacio y en un tiempo histórico determinado”.

La región histórica evoluciona en la representación de los centros poblados por medio de diferentes formas de producción, redes comerciales, vías y medios de comunicación, puertos fluviales, lacustres y marítimos, centros de acopio, ciudades principales, cambios en el ordenamiento administrativo del espacio, imposición de su geomorfología, relaciones sociales, vida cotidiana, entre otros.

Este trabajo es de carácter documental, se toman como referencias fundamentales la obra de Perera (1946), así como las informaciones suministradas por el Obispo Mariano Martí en su visita pastoral a la jurisdicción de El Tocuyo en 1777, y así reconstruir cómo fue el proceso de configuración de lo que hoy llamamos municipio Morán. Nos proponemos abordar la región histórica El Tocuyo en su conformación y cambios internos y haremos referencia a sus vínculos con otras regiones.

Cuando se hace referencia a la historia de El Tocuyo no se circunscribe a la ciudad capital del hoy municipio Morán, sino al espacio que desde tiempos prehispánicos fue territorio de las etnias indígenas (principalmente Gayonas) y que luego en el período colonial y hasta mediados del siglo XIX, comprendía todo el territorio que hoy conforma el municipio Morán (hasta 1925 distrito Tocuyo), el municipio Jiménez (Quíbor y Cubiro), municipio Andrés Eloy Blanco (Sanare y Yacambú), municipio El Paraíso (Chabasquén estado Portuguesa) y Curarigua, perteneciente al municipio Torres.

Un espacio geográfico heterogéneo desde sus valles tocuyanos hasta la serranía; limitan con los estados portuguesa y Trujillo y que ha generado múltiples formas de ocupación del territorio.

El Tocuyo está al suroeste del estado Lara -Venezuela, a menos de 55 km. de la capital Barquisimeto. El Tocuyo es la capital del municipio Morán, está conformado por ocho parroquias: Anzoátegui, Bolívar, Guárico, Hilario Luna y Luna, Humocaro Alto, Humocaro Bajo, Morán y La Candelaria; limita al norte con el municipio Torres, al sur con el estado Portuguesa, al este con los municipios Andrés Eloy Blanco y Jiménez, al oeste con el estado Trujillo (figuras 1 y 2).

De la importancia histórica de El Tocuyo se afirma que es la ciudad madre de Venezuela, la tercera en fundación en el país, pero la primera que se establece en el interior del territorio venezolano con el propósito de permanencia bajo la fundación agrícola y ganadera. De ella, surgen las expediciones que darían fundación a ciudades como Barquisimeto en 1552, Valencia en 1555, Trujillo en 1546 y Caracas en 1567, entre otras. La fundación de El Tocuyo también dio pie a la salida de los Welser, quienes habían dejado más perjuicios que beneficios en el territorio venezolano (Troconis, 1971).

En esta ciudad se entregan las primeras Encomiendas, como mecanismo de distribución de la mano de obra indígena en el territorio venezolano. Aunque de derecho, Coro seguía siendo la capital de la provincia de Venezuela, de hecho El Tocuyo, hasta 1576 cuando se traslada a Caracas, es la verdadera capital.

En lo económico, se debe señalar que desde el comienzo del período de la colonia, El Tocuyo fue pionera en la producción de caña y ganadería, y el municipio Morán se convertiría en uno de los principales productores de café en Venezuela, desde mediados del siglo XIX. El Tocuyo ha sido históricamente tierra fértil, desde épocas precolombinas se conoce el cultivo de maíz, yuca, frutos y leguminosas (guanábana, caraotas, ciruelas, guayabas, entre otros) y en los años posteriores se cultivó higos, manzanas, cítricos, algodón y el trigo entre otros (Perales, 1954). La producción artesanal de los telares es conocida desde el siglo XVII, la cual fue comercializada fuera de nuestro territorio, haciéndose conocer como “Lienzo Tocuyo”, así como también la producción de panes, los hoy conocidos “Pan de Tunja “ y “Acemita” (Avellán, 1997).

La primera actividad de los españoles fue la cría de ganado, así lo menciona Gil (1970; p. 464):

De la relación de Juan de Carvajal a tierras de El Tocuyo se desprende que la primera actividad industrial la dedicaron a la cría de ganado. Trajeron 175 hombres, 18 mujeres con hijos, 100 caballos y 200 yeguas, 300 vacas, 500 ovejas y puercos.”(p. 261). Según Mac Pherson (1981), Cristóbal Rodríguez “Celebre industrial vecino de la ciudad del Tocuyo; fue el primero que introdujo a los llanos y hasta Santa Fe (Bogotá) el ganado vacuno, fundando y propagando esta importante industria en 1548.

Según los primeros cronistas en el proceso de colonización llegaron a El Tocuyo, la producción silvestre del algodón, era procesado en forma rudimentaria por aborígenes para la realización de sus trajes y ornamentos. Luego, ya instaurada la colonia, su producción y procesamiento tecnificado se convertiría en una de las principales actividades económicas de la región.

Desde los tiempos del gobernador Juan Pérez de Tolosa (Troconis, 1971), quien instala los primeros telares, pasando por las ordenanzas del Gobernador Francisco de la Hoz Berríos, en el año 1621, donde se establecía la obligación de las Indias de hilar cinco libras de algodón al año para sus encomenderos y cinco más para su propio uso, esta actividad toma un importante auge.

EL RÍO TOCUYO

Al centro poblado El Tocuyo lo atraviesa un río con el mismo nombre, el de mayor importancia en la región occidental, nace en el Páramo de Cendé y desemboca a unos 350 km. en las costas falconianas hacia el Mar Caribe. Su caudal hizo posible el desarrollo de importantes comunidades indígenas en sus alrededores, así mismo, el papel fundamental que ocupó El Tocuyo en la colonia tuvo como determinante el aprovechamiento de este río. Y hoy, después de haber sido sobreexplotado, sus mermadas aguas apenas cubren las necesidades de riego y consumo de la región.

La mayoría de los poblados fundados en el período colonial estaban ubicados estratégicamente en las márgenes de los principales ríos y en las costas. Estos núcleos de poblamiento, en sus inicios, no eran otra cosa que pequeños puertos o puntos de resguardo. De allí se desarrollaría una importante red de comunicación fluvial hasta llegar al Mar Caribe.

Se debe mencionar que la vida económica de El Tocuyo ha consistido, fundamentalmente, en el uso de las afluentes para el regadío de los cañamelares y de otros cultivos en las zonas altas. Como es conocido, el río Tocuyo es el más importante de la región centro occidental, recorre los Humocaros, continúa por los Arenales donde se encuentra con el río Curarigua, luego pasa por el pueblo de río Tocuyo donde se une al río Morere y en Siquisique confluye después al Baragua, luego continua hasta Falcón hasta llegar a Chichiriviche y a Tocuyo de la Costa (Silva, 1981, p. 34). Tiene un recorrido de unos 320 kilómetros hasta llegar al Mar Caribe. Sus mermadas aguas aun cubren las necesidades de riego y de consumo de la región, se tiene conocimiento que hasta principios del siglo XX era navegable (Mac Pherson, 1981).

Uno de los primeros documentos que hace descripción del río Tocuyo pertenece al florentino Galeoto Cey quien acompañó la expedición de Carvajal, según éste (citado por Avellán, 1997; pp. 44-45):

...el único medio de transporte que tenían los aborígenes era la canoa, que utilizaban para navegar los ríos... hacen algunas pequeñísimas que sólo entra en ella el indio que va a pescar, luego hacen medianas y grandes que llevan 250 quintales en mercancía y 10 o 12 personas... navegan con ellas en el mar de costa a costa y alguna veces pasan golfotes de 10 a 12 leguas.

En las descripciones que hacían los visitadores y cronistas encomendados por las Corona española, conocidas como Relaciones Geográficas, y en la correspondiente al año 1760 (Veracoechea, 1971; p.17) se dice:

que a pesar de la distancia de El Tocuyo hasta el Mar, seria fácil su conducción por medio del río, por ser grande y navegable, pues dentro de él se construyó unos cuarenta años antes, ósea más o menos en 1720, una fragata que navegó hasta Veracruz (México), propiedad de un tal señor Navarro. Dicha embarcación se llamó La Tocuyana.

En las Relaciones Geográficas de 1766, se insiste en el tema y en la conveniencia de sacar frutos para llevarlos a Puerto Cabello. En la Relación de 1768, se hace reconocimiento que a pesar de lo grande del río era sumamente pedregoso y que a unas 10 leguas de El Tocuyo hacia el mar hay un gran salto.

Mac Pherson (1981; p. 501) hace el señalamiento de que ante la pronta llegada del ferrocarril a Barquisimeto (1891) “El río Tocuyo es el camino puesto por la naturaleza a disposición de estos pueblos para que a poco costo tenga vía fácil, cómoda y barata para salir al mar los pueblos del estado Lara, y para penetrar al interior de los de Falcón”.

DESDE LA REDES INTERREGIONALES INDÍGENAS A LAS REDES COMERCIALES HISPÁNICAS

Desde el periodo prehispánico, y en el transcurso de tres siglos de colonización, la región estuvo interconectada con los Andes venezolanos, atravesando Colombia hasta llegar a Perú (figura 3). Desde las poblaciones indígenas gayonas, pertenecientes al tronco lingüístico macrochibchas, se estableció una importante red de intercambio y vínculos económicos-sociales, entre la región que se ha llamado El Tocuyo con otras regiones fundamentalmente de los Andes americanos (Jahn, 1973, p.24).

Esta red fue luego reutilizada por los españoles. La colonización española no se llevó a cabo en un territorio virgen, lo cierto es que utilizaron y dieron continuidad a las redes espaciales propias de los indígenas y fueron los que por la fuerza sirvieron de guía para el dominio de estas vías por parte de los colonizadores. De El Tocuyo salieron los fundadores de Trujillo, y de allí se pasó a Colombia, llevando el primer ganado. Hasta Perú llegó el producto de los telares tocuyanos, donde aún hoy es conocido como lienzo Tocuyo, un tipo de tela de alto consumo. De Tunja (Colombia) se trajeron hábitos culinarios, que hoy son conocidos como el Pan de Tunja.

Luego, a finales el siglo XIX, con la expansión del cultivo y comercialización del café se produjo una importante interconexión con el Lago de Maracaibo, pasando por el Puerto de la Ceiba (Trujillo). Por esta vía era llevado el café, además de Puerto Cabello, y de ambos puertos se trajo la mayoría de mercancías importados de la época. Por Chabasquén se mantuvo una vinculación permanente con los llanos occidentales. En el triangulo montañoso de Portuguesa, Trujillo y Lara, nacen los principales afluentes acuíferos de la región centro occidental: El Tocuyo, Chabasquén, Portuguesa, Boconó, Tucupido, Caño Colorado, entre otros.

En lo interno de esta región se dio una importante conexión, no sólo por la unidad política administrativa, sino también cultural. Muchos ricos hacendados viviendo en la capital: El Tocuyo, tenían su posesiones en los otros territorios. Así mismo, se fue dando una especie de división de la producción: Curarigua que es un valle similar a El Tocuyo expandió también el cultivo de la caña, Sanare, y el resto de las zonas montañosas del pie de monte andino, se dedicaron al cultivo del algodón, maíz, trigo, hasta que son sustituidos estos rubros por el predominio café a finales del siglo XIX. En el caso de Quíbor por su condición de tierras áridas se dedicó a la producción de talares y artesanía.

En lo cultural, hoy se pueden apreciar como las principales manifestaciones, como el Tamunangue, los Santos Inocentes, La Cruz de Mayo, se celebran y conmemoran por igual en estas poblaciones. Además que los principales centros religiosos en la colonia y los educativos en la época republicana tenían como sede El Tocuyo, allí iban a estudiar los hijos de las familias pudientes de las otras poblaciones, acrecentándose estos rasgos culturales, y sentido de pertenecer a una misma región histórica.

En el informe del cabildo Tocuyano de 1579, se hace mención a la existencia de varias naciones indígenas entre ellos los Coyones, Ajaguas, Cuibas, Camagos y Gayones (Silva Uzcátegui, 1941; p. 170). Según Avellán (1997), podría calcularse en unos 20 mil la población aborigen a la llegada de Carvajal en 1545. De estas etnias, para la mayoría de especialistas, la predominante fue la Gayona, que también lo había sido en el “territorio larense y norte de Portuguesa, perteneciente al tronco lingüístico macrochibchas” (Linarez, 2.000. p. 165). Esta etnia fue considerada una de las más combativas de los indígenas que poblaban esta región, primeramente había dominado buena parte de las otras etnias y fue de las que ofrecieron mayor resistencia a los conquistadores alemanes (Welser) y luego a los conquistadores españoles.

En los propios escritos del conquistador alemán Federman queda evidenciado que al momento de llegar con su tropa a la población de El Tocuyo, aproximadamente en 1530, se produjeron estos fuertes combates, y por lo tanto, también centenares de muertos. En este relato de Federmann (1964) es donde por vez primera se menciona, en forma escrita, a los cayones (tomo II, pp. 181-184) a cuyo territorio llegó el 12 de octubre de 1530.

A pesar de haberse impuesto los colonizadores, lo cierto es que tal como lo comenta Avellán, a la llegada de Carvajal al valle de El Tocuyo, se consiguió con las mismas dificultades y tuvo que tratar con más de 150 caciques. Esta etnia fue perseguida durante toda la colonia, muchos huyeron hacia las montañas y otros fueron aparentemente controlados a través de las encomiendas.

Hoy, a pesar de los siglos transcurridos y del proceso de dominación, perduran muchas características físicas y culturales de estas etnias. Los aguerridos Gayones siguieron combatiendo aún en el siglo XVII, contra la imposición española, recuérdese la lucha de Ana Soto, que durante 50 años liderizó la defensa de su territorio en las cercanías de Barquisimeto, citemos al historiador Hermano Nectario María:

Desde la fundación del Tocuyo y de la Nueva Segovia, los indios Camagos y Gayones quedaron rebeldes a la acción de los conquistadores; no solamente no pudieron ser sometidos a encomienda, sino que se negaron a toda comunicación con ellos y los hostilizaron a menudo por todos los medios a su alcance” (…) Estos indios estorbaban las comunicaciones entre Barquisimeto, Tocuyo y Carora, las cuales tenia que hacerse en caravanas armadas, además robaban los animales, destruían las sementeras y aun varias veces intentaron contra Barquisimeto.

Estos eran los antiguos pobladores del territorio larense y concretamente del territorio Tocuyano, y gracias a los trabajos antropológicos se ha podido demostrar la existencia de una cultura organizada que hizo del cultivo del maíz, el trigo, el algodón, junto a otros frutos, sus principales actividades económicas, unos pobladores que defendieron lo que durante miles de años había sido su forma de vida.

A la llegada de los conquistadores alemanes y luego de los españoles, todo esto se pierde, los que vivieron y pudieron ser sometidos fueron victimas de la esclavitud, utilizados para abrir caminos y comunicaciones hacia otras poblaciones que ellos conocían mejor que nadie, como interpretes con otras etnias, en el trabajo servil, ultrajadas sus mujeres. Si bien la encomienda no daba propiedad sobre los indios al encomendero, lo cierto es que estos fueron tratados como esclavos hasta finales del siglo XVII, cuando por una parte se crean los pueblos de doctrina en el año 1620, se pasa de encomienda de servicio a encomienda de tributos (1687) y se inicia la importación masiva de los negros esclavos para trabajar en las plantaciones de caña en El Tocuyo.

Según Veracoechea (1997; p. 79): el proceso de formación de pueblos indígenas estuvo siempre regido por la idea religiosa de la colonización (...). A medida que fueron llegando clérigos para la conversión de los indios se fue formando el sistema llamado de doctrinas (...). En las Relaciones Geográficas de 1581, se señala que existían mas de 30 encomiendas y siete doctrinas de 300 a 400 indios, lo que permite calcular la población del momento estaba entre 2 a 3 mil indígenas encomendados; habría que preguntarse dónde había quedado la otra población aborigen, muchos de ellos habían huido, otros fueron asesinados y otros arrasados por las enfermedades que traían los españoles.

Es interesante traer los siguientes datos encontrados en el diagnóstico del Distrito Tocuyo de 1834, donde se reconoce un número crecientes de indígenas: el total cantonal era de 4.156, distribuidos de la forma siguiente: 50 en Buenavista, diez en la Otra Banda, 300 en Guarico, 1.000 en Humocaro Alto, 450 en Humocaro Bajo, 809 en Chabasquén, 237 en Barbacoas y 800 en Sanare. (Archivo General de la Nación: sección Interior y Justicia, tomos LXXVII y XCVII).

Las doctrinas de indios, que en un principio no tenían una clara jurisdicción territorial y legal, fueron luego institucionalizadas con los conocidos pueblos de doctrinas, fundados en el año 1620, por el Gobernador y Capitán general Francisco de la Hoz Berríos, siendo nombrados para la jurisdicción de El Tocuyo: San Antonio de los Naranjos de Humocaro (Alto), Nuestra Señora del Rosario de Humocaro (Bajo), San Francisco de la Otra Banda, Nuestra Señora de Altagracia de Quíbor, Santa Cruz de Guarico, Santa Ana de Sanare, San Miguel de Cubiro y San Felipe de las Barbacoas. Fueron familias de los indios Gayones de la encomienda del Capitán Tomas de Ponte, de su encomienda de los Humocaros, los que fueron trasladados para Yaritagua en 1640, para fundar el pueblo de misioneros.

Al final de la encomienda de servicio y su transición a la encomienda de tributo, a partir de 1687, se hace un cierto reconocimiento de la propiedad de los indígenas sobre el territorio ocupado ubicados en los ya mencionados pueblos de doctrina, sin embargo, durante el siglo XIX, con el auge económico de la cañicultura en los valles tocuyanos y del café en las serranías estas tierras fueron siendo usurpadas por los grupos dominantes, que luego gracias a mecanismos, como la composición de tierras, la eliminación de los resguardo indígenas o la compra a través del engaño, fueron apropiándose de estas tierras utilizadas para el cultivo de otros productos que abastecieran a la ciudad de El Tocuyo . Tal como lo plantea Veracoechea (1997; p.126): los pueblos y resguardos indígenas van desapareciendo poco a poco y este proceso de intensifica en el siglo XVIII. Esa apropiación fraudulenta de tierras realengas y de resguardos indígenas se legaliza mediante la formula de la composición.

En cuanto a la población negra, para el año 1810 se calcula en unos 60 mil, el número de esclavos en Venezuela. El Tocuyo fue donde la población negra tuvo el mayor porcentaje en relación con la población total, llegan a representar en algunos años hasta el 30%. Según Veracoechea (1977) para 1758, de 6.532 habitantes que tenia El Tocuyo, 1.163 eran esclavos, lo que representó un 18% de los habitantes. La población negra esclava estaba distribuida entre los cañamelares de los principales fundos del valle Tocuyano, a saber: Boro, El Palmar, y hacia el otro extremo de la ciudad, El Molino, la Guajira, entre otros. La propia toponimia de la jurisdicción Tocuyo como lo son Boro, Buga, entre otros, es demostración de la importancia de esta población negra en El Tocuyo.

La diferenciación social queda marcada en la propia ciudad de El Tocuyo, con la diferenciación que se hace entre el conocido Barrio Arriba o Santo Domingo, donde habitaban los blancos, el barrio de los pardos o Cuartel Santa Ana, donde habitaban los artesanos y poetas y el Bario Abajo o Cuartel San Juan, donde vivían los esclavos negros y sus descendientes (Tamayo, 1968). Estos últimos eran los esclavos de las haciendas más cercanas a la población de El Tocuyo, que producto del emparejamiento con los indígenas, o del abuso sexual por parte de los colonizadores europeos, pudieron constituir una población aparte; tal como es el reconocido Barrio Los Hornos, cuya capacidad de trabajo artesanal dio pie no solamente a una verdadera economía preindustrial sino también al desarrollo de grandes actividades culturales.

Es necesario destacar que sólo en el valle de El Tocuyo estaba el 17% de los esclavos de la provincia de Barquisimeto, que unía a los actuales estado Lara y buena parte del Yaracuy. Restando este último estado, se tendría un 20%. Pero, si se suma al valle la población de Guárico, los Humocaros y Barbacoa este porcentaje se eleva al 23%. Y si se toma en cuenta que hasta esta fecha los territorios de Chabasquen, Sanare y principalmente Curarigua (segundo en población esclava y cuyas tierras estaban en manos de terratenientes Tocuyanos) pertenecían a la región histórica Tocuyo, se tiene que más de una tercera parte de los esclavos existente en esta época en el hoy estado Lara, se encontraban en El Tocuyo y su zona de influencia. (Aris, 2004; p. 118).

Según Perera (1954) para el año 1609, la población indígena de la región Tocuyo era de 2.600 indios, distribuidos en 39 encomiendas correspondiente 698 a los Humocaros, 548 a Guarico y Quibor; 626 a Yacambú, 728 a Sanare y Cubiro. Por otra parte, Rojas (1995) señala que para el año 1691 la población aborigen de El Tocuyo fue la mayor en el hoy estado Lara, con 2.812 aborígenes por encima de Barquisimeto que tenía 2.692, y Carora 1.408. Los de El Tocuyo estaban distribuidos de la forma siguiente: Sanare 448, Cubiro 440, Humocaro Bajo 328, Humocaro Alto 852, Guárico 204, Quibor 404 y Barbacoas 136. Este mismo autor señala que entre 1776-1799, El Tocuyo con una población 21.787 habitantes, representaba la segunda jurisdicción -en términos poblacionales- de la región Barquisimeto con un 28,1 por ciento, de los cuales 3.531 eran blancos y mestizos (19%), indios 7.477 (40,8%), negros 5.888 (33,1%), esclavos 1.475 (8%) .

DINÁMICA ESPACIAL

El Tocuyo además de ser la primera ciudad en Venezuela con carácter de permanencia, donde se desarrollaron las primeras actividades agrícolas y ganaderas, se convirtió también en epicentro del comercio hacia otras regiones del país y hacia otras naciones. De allí se lleva el ganado a los llanos venezolanos, vía Coro y los Andes, así también el lienzo que se haría famoso en buena parte de Sudamérica. El Tocuyo hasta la construcción de la carretera transandina que atravesaba el valle de Carora, era el camino principal para llegar a los Andes y al estado Zulia, donde desde el puerto de Maracaibo, se exportaba el café.

Hasta 1920, cuando comienza el auge de las carreteras en Venezuela, el vehículo comienza a sustituir a los animales como medio de transporte; solamente hacia Barquisimeto existía una carretera que podía ser transitada en automóvil, para el resto de las poblaciones solo existían pequeñas veredas peligrosas. Ya en 1915, El Tocuyo anhelaba la prolongación de las líneas del ferrocarril Bolívar, que transportaba mercancía entre Puerto Cabello y Barquisimeto, pasando por Aroa y Duaca, y que significó un verdadero impulso para las economías de estas regiones; pero nunca se hizo realidad.

En demostración de esta riqueza agrícola y comercial de El Tocuyo, se puede citar como referencia, lo que representó la actividad de varias casas comerciales, entre las que destacaron las de los García Hermanos, La Torcaz, entre otras, y ante los debilitados sistemas crediticios, se convirtieron en importantes prestamistas de la región; esto se mantuvo en funcionamiento hasta la crisis cafetalera de los años treinta del siglo XX.

Las casas comerciales nacionales y extranjeras más importantes tenían sociedad con comerciantes de esta localidad o enviaban a estas sus agentes viajeros. Estas casas comerciales ofrecían la mercancía (vehículos, maquinarias, vestidos, perfumes, bisuterías, etc.) más solicitada en el mercado mundial, pero no ocurría casi con el consumo de alimentos, los cuales provenían de zonas cercanas. Así como en estos años hay un auge de la actividad comercial, también florecen importantes actividades industriales y de servicios. Otros servicios de importancia como el teléfono, la electricidad y los primeros acueductos apenas comenzaban a desarrollarse en los años de 1920.

La ciudad de El Tocuyo se convierte también en epicentro del comercio hacia otras regiones del país y hacia otras naciones. Tal como lo manifiesta Yépez (1969; p. 47) “Es digno de mención, igualmente, que por la ruta de El Tocuyo-Tunja los tocuyanos exportaban el renombrado “lienzo tocuyo” a Nueva Granada, Ecuador y Perú...”

Así lo plantea Veracoechea (1984; p. 47):

La ciudad de Tunja del Nuevo Reino de Granada, fundada en 1539 por el capitán y conquistador español Gonzalo Suárez Rendón, esta ubicada a 2.820 metros sobre el nivel del mar. Antiguamente fue capital de los Muiscas, nación poderosas de indígenas que ocupaban la zona en el siglo XV. Esta y otras ciudades del virreinato quedaron, pues, incorporadas al comercio con nuestra provincia, por la tenacidad y el interés de los tocuyanos, quienes no cejaron hasta lograr esa nueva vía de penetración. Podemos presumir que el renombrado “amasijo” tocuyano tuvo su origen en alguna fórmula culinaria traída de Tunja, ya que tradicionalmente a este tipo de pan dulce fabricado hasta hoy en El Tocuyo, se le llama “Pan de Tunja”. (p. 48). “La creación de esa importante vía Tocuyo-Tunja fue obra de los tocuyanos: a los españoles que habitaban en el Nuevo Reino de Granada, les era muy difícil conseguir ganado, pues tenían que transportarlo con muchos problemas por el río Magdalena, única vía accesible a las altiplanicies de Bogotá y Tunja (destacado nuestro).

En cuanto al comercio de ganado, Humboldt (Ortografía de la época) (p. 239) reconoce que es de El Tocuyo desde donde se expande esta actividad:

...de Coro y del Tocuyo es de donde ha venido a las llanuras el ganado español. La historia ha conservado el nombre del colono que por primera vez tuvo la idea feliz de poblar estas dehesas en las cuales por entonces no pacian mas que gamos y una especie crecida de Aguti (Cavia Capibara) llamada Chigüire en aquellos territorios. Cristóbal Rodríguez envió el primer ganado vacuno a los llanos hacia los años de 1548. Era vecino de la ciudad del Tocuyo y había permanecido largo tiempo en la Nueva Granada.

Mach Pherson (1981) al referirse los caminos que a finales del siglo XIX comunicaban al estado Lara con otros seis caminos:

1) al este sale el camino que conduce a los estados del centro y al estado Zamora pasando por el Distrito Cabudare. 2) De este camino se desprende hacia la izquierda en el sitio de tierra blanca, como a dos Km de la ciudad, otro camino principal que conduce al estado Carabobo, pasando por San Felipe a Puerto Cabello y por Nirgua a Valencia. 3) Al occidente sale el camino que conduce al estado de los Andes pasando por los Distritos Quíbor y Tocuyo. 4) En el sitio de Cerritos Blancos, distante de Barquisimeto, 11 kilómetros 146 metros, y hacia la derecha se desprende otro camino que conduce al Distrito Torres, cuyo limite es por esa vía el sitio denominado: “La Entrada de Quíbor”, que dista de Barquisimeto como 67 kilómetros. 5) Hacia el norte de Barquisimeto sale el camino principal que conduce a Aroa, Municipio del Distrito Sucre; donde esta la estación principal del ferrocarril de Tucacas...Esta carretera pasa por Duaca,...al 6) Noreste, sale otro camino principal que conduce al, estado Falcón pasando por el municipio Bobare del Distrito Barquisimeto y Siquisique y Baragua Distrito Urdaneta. (Destacado nuestro, p. 102).

Para Briceño (2005; p. 18) en este período también cumplieron una función importante los puertos de Santa Rosa (1787), San Pedro (1762), Santa María (1682), Moporo (1715), y Tomoporo (1774); cumplían los requerimientos del intercambio comercial no solamente con Mérida, sino con la ciudad de Trujillo, e influían en los centros poblados del occidente de Venezuela, al funcionar como plataforma de intercambio con El Tocuyo, Barquisimeto, Carora y Guana.

Esto fue expresado muy bien por el viajero alemán Christan Antón Göering, durante su permanencia de 8 años en Venezuela de 1866 a 1874, quien explorará Maracaibo, de donde parte al sur del lago, llega a Moporo y a través del río Escalante llega a San Carlos y Santa Bárbara, donde comienza su ascenso a la sierra nevada, pasando por una serie de caseríos y pueblos entre los que se destacan: Mucutíes, Estanques, Lagunillas, Jají, El Moral, Ejido, La Punta hasta llegar a Mérida. Estando en la meseta de Mérida organizó una expedición para La Otra Banda, Loma de Los Ángeles, San Jacinto, El Valle, El Páramo de Pan de Azúcar, El Encanto, Tabay, Mucurubá, Mucuchíes, Mucumpate, Torondoy, Tovar, Bailadores, Portachuelos, El Cobre, Táriba, San Cristóbal, Rubio, Capacho, San Antonio, hasta llegar a Colombia y recorrer Rosario y Cúcuta. Ascendió a la Sierra Nevada, partiendo definitivamente de Mérida por el Valle del Chama, Mucuchíes, Apartaderos, Esnujaque, Valera, Trujillo y Carache, donde se vio obligado en cambiar la ruta de su viaje, el cual quería continuar por el Valle de Quíbor y Barquisimeto y no pudo por la revolución azul que tenía presencia en El Tocuyo (destacado nuestro).

Para reafirmar la primacía de la comunicación hacia los Andes pasando por El Tocuyo, se trae a colación un documento del 15 de enero de 1850, en el que Juan Bejarano firma con la Junta Económica de Hacienda de la Provincia la condición de valijas de esta ciudad a la de Trujillo: Tocuyo-Carache-Trujillo a un peso y medio por lienzo y extraordinario a 3 y medio (Registro Principal de El Tocuyo (RPT). Protocolo Primero).

De Lima (2002; p. 93) hace referencia a lo importante que eran hasta principios del siglo XX las relaciones comerciales entre El Tocuyo, Carora y Coro y el papel que ocupaban los comerciantes tocuyanos: “Hacia la depresión de Carora se localizan de Sur a Norte El Tocuyo, Carora y Baragua. Estas 3 poblaciones formaban parte de la antigua ruta colonial hacia Coro, la estratégica ruta de la sal (negocio monopolizado en buena medida por comerciantes tocuyanos-que conectaba con el occidente falconiano)” (destacado nuestro). A través de El Tocuyo las casas comerciales como la de los Senios y los Boulton comercializaban el café de esta zona y de Trujillo.

Según Gil (1945; p. 263-266):

En el proceso evolutivo de las industrias tocuyanas se advierte palpable la influencia primaria de la vialidad, desde la colonia hasta nuestros días. Al comienzo de su vida solo existe la ruta entre el puerto coriano y la naciente población tocuyana (...) Así fue nuestra región, centro comercial de principal importancia, después de los, puertos en el occidente de Venezuela. Coro y Puerto Cabello se unían a El Tocuyo gracias a cadenas de recuas, de burros y de mulas; así mismo la carrera arrieril llevaba nuestros productos hasta Mérida por el occidente, a Nutrias por el sureste y Valencia al oriente, trayendo en cambio los productos de cada región... de aquí salían: Azúcar en panela, papelón, tabaco ambirado, manteca de marrano, harina de trigo, aguardiente de caña, pulpa de tamarindo, añil y el famoso lienzo... y le venían velas, jabón curao, maíz, legumbres, ferrerías, fósforos (cocineros), plátanos y mijagues pasados, pieles curtidas de Carora, sal de Coro... (destacado nuestro).

Sólo como referencia, se citan dos casos de compra-ventas, en cuyos registros aparece reflejado el camino público hacia los Andes desde El Tocuyo. En 1910, aparece registrada la venta que Emilio Pérez le hace a Jesús María Pérez Castillo, de un terreno en el Limoncito, que está en el “camino vecinal que conduce de San Cristóbal a El Tocuyo” (RPT. No. 24, Folio 15, Primer Trimestre). En ese mismo año, en la venta que hace Leónidas Agüero Mosquera (médico) a Ramón Yépez Peraza, de parte de la hacienda Garrapatera, dice en el documento que limita hacia el oriente “con el camino público que va para el Estado Trujillo” (Folio 2, Primer Trimestre).

Hasta finales de la segunda década del siglo XX, la casi totalidad del transporte comercial y de población entre El Tocuyo, y las otras localidades se hacia a través de bestias (mulas, asnos y caballos) o simplemente a pie. Esto representaba que para trasladarse a Barquisimeto, por citar solo un ejemplo, debían considerarse dos días de ida y dos de vuelta, haciéndose obligatoria una parada en las cercanías de Quíbor. Esta faena, además del agotamiento físico, representaba, como es lógico, un encarecimiento en los precios de los productos.

Según Briceño (2005) al referirse al peso comercial del Lago de Maracaibo, señala que productos de los conflictos armados (independencia, federal, entre otros) y la subsiguiente crisis económica, en el siglo XIX, las vías de comunicación entre las diferentes regiones de Venezuela desmejoraron notablemente; es una de las razones por las cuales Mérida comienza a perder presencia en el Sur del Lago, principalmente por la desaparición de caminos como el de Gibraltar- Mérida, que trajo como consecuencia que los productores agrícolas y sus áreas de influencia se vieran en la obligación de sacar su producción por el puerto sur laguense de La Ceiba, que desde su fundación estuvo bajo el control y jurisdicción de la ciudad de Trujillo.

El análisis del circuito agroexportador marabino, al revelar sus estrechos nexos con Europa y los Estados Unidos de América, y las escasas relaciones de intercambio con el resto del país, expresan el modo de coexistencia de regiones económicamente autónomas, con el desarrollo de élites comerciales y financieras locales, donde se refleja la realidad de un país no integrado; fue con el auge del café que: “entre 1830 y 1860 los comerciantes, criollos y principalmente extranjeros, sentaron las bases de la consolidación o fraguado de la economía agroexportadora del occidente venezolano.” (Briceño, 2005; p. 176).

TRANSFORMACIONES POLÍTICO-ADMINISTRATIVAS

Morán es hoy uno de los municipios territorialmente más grande del estado Lara, tiene una superficie de 2.231 km2, cuenta con ocho parroquias, algunas muy distantes entre sí, a saber: Guárico, Hilario Luna y Luna (Villa Nueva), Morán (Barbacoas), Bolívar (El Tocuyo), Anzoátegui, Humocaro Bajo, Humocaro Alto y La Candelaria (Guaitó). Imaginemos lo que representó el espacio geohistórico de El Tocuyo que abarcaba casi el doble del territorio que hoy ocupa: Jiménez con 768 km2, Andrés Eloy Blanco con 708 km2, Curarigua con 290 km2, el municipio Unda estado Portuguesa (Chabasquén) con 222 km2, para un total de 4.219 km2, lo que representaba más del 20% del territorio total del estado Lara.

Al tomar como referencia a Perera (1946), se puede reconstruir cómo fue el proceso de configuración de lo que hoy es el municipio Morán. En un primer momento, se puede advertir que cuando llegan los españoles y fundan a El Tocuyo, en 1545 lo hacen sobre un territorio en el cual ya existía una población con su actividad económica alrededor del río Tocuyo, y una organización social y cultural sobre la cual apenas en los últimos años se ha venido conociendo.

Así mismo, se debe considerar que la fundación colonial no hizo una delimitación exhaustiva de los territorios. Esto tuvo como resultado que en el siglo XVIII, se produjeran varios litigios limítrofes entre las tres principales ciudades en las que estaba dividido el territorio perteneciente al actual estado Lara, como lo son: Barquisimeto, Carora y El Tocuyo, el resto de las poblaciones y territorios pertenecían hasta el siglo XIX a una de estas ciudades. Esta fue la realidad de todo el territorio que desde 1777 pasó a llamarse Capitanía General de Venezuela, y que aún después de este importante paso en la integración de lo que hoy llamamos Venezuela, siguió definiendo su estructuración espacial.

Sin embargo, ya desde 1547, (dos años después de su fundación) según Perera (1945), El Tocuyo estaba conformado por el territorio de los hoy municipios Morán, Jiménez, Andrés Eloy Blanco y las poblaciones de Curarigua y Chabasquén. Para el año 1620, el Gobernador y Capitán General Francisco de la Hoz Berríos funda los pueblos de doctrina, como de transición de las encomiendas hacia pueblos fundamentalmente poblados por indios.

Para 1777, según las informaciones suministradas por el Obispo Mariano Martí en su visita pastoral, la jurisdicción de El Tocuyo estaba dividida en los siguientes pueblos:

1. Quíbor: limita por el este con la jurisdicción de Barquisimeto, cuyo lindero es la quebrado o Sanjón de Guasduar. Por el oeste con la ciudad de El Tocuyo cuyo límite es el Corral de los Toros (a cuatro leguas); norte jurisdicción de Barquisimeto cuyo lindero es el Sanjón de Quidure (que son las mismas de Guasduar); sur con los pueblos de Cubiro y Sanare.

2. Sanare: limita por el norte con Cubiro, cuyo lindero es la quebrada de El Chorro, sur con Guarico cuyo lindero divisorio es la quebrada de Curumato, este con la Aparición de La Corteza, cuyo lindero llaman Angostura y por el oeste con el pueblo de Barbacoas por el sitio de La Laguna.

3. Barbacoas: norte con Carora en Paso Real de Curarigua de Leal (la cual se incluye). Sur con Humocaro Bajo, cuyo lindero es la montaña de Carora, este con El Tocuyo cuyo lindero son los sitios de Bano y Hato Viejo y al oeste con Carora, pero incluyendo El Hato, Carrizal y Agua Dulce (hoy San Pedro).

4. Guarico: norte con El Tocuyo, sur con la ciudad de Guanare, este con Ospino; y oeste con Humocaro bajo.

5. El Tocuyo: norte con Curarigua del Leal (anexo al pueblo de Barbacoas) cuyo lindero es el sitio de Tierra Blanca. Sur con Guarico, cuyo lindero son las quebradas de Guarico y El Cercado, este con Quíbor cuyo lindero es El Hato (cinco leguas) y por el oeste con el pueblo de Barbacoas.

6. Humocaro Alto: norte con Humocaro Bajo, sur con la ciudad de Guanare y hasta con el lindero divisorio que es la quebrada de Las Cruces, este con el pueblo de Guarico cuyo lindero es La Palomera y por el oeste con el pueblo de Carache cuyo lindero es el páramo de Las Rosas.

7. Humocaro Bajo: norte con Barbacoas, sur con Humocaro Alto, cuyo lindero es la quebrada de Badillo, oeste con el pueblo de Carache cuyo lindero divisorio es el sitio conocido con el nombre de Los Letreros y por el este con El Tocuyo, cuyo lindero es la quebrada de Cycoinó (llamada Chirinó).

Rojas (1995) señala que entre los años 1770 a 1810 se nota un significativo aumento de la población en Humocaro Bajo (98,7%), Barbacoas (195,6%), Quibor (188,1%), y por el contrario una caída fuerte en Humocaro Alto del 48%, que según este autor pudo ser causada por la desagregación de Chabasquén -que pasa a pertenecer al estado Portuguesa- y otros caseríos que pasan a Trujillo. Sin embargo, se tienen algunas diferencias con esta última afirmación, porque Chabasquén sólo se separa de Humocaro Alto a finales del siglo XIX, tal como lo plantea Perera (1945), esto hace significativo indagar sobre las causas de este movimiento demográfico. Este mismo autor plantea que entre 1776-1779, la población de las principales jurisdicciones de la región de Barquisimeto eran las siguientes: Barquisimeto 22.604 (29,2%), El Tocuyo 21.787 (28,1%), Carora 11.355 (14,7%), San Felipe 14.578 (18,9%), Villa de Araure 7.008 (9%).

En la Constitución de 1811, se crea la provincia de Barquisimeto, conformado por los cantones: Barquisimeto, El Tocuyo y San Felipe; en esta propuesta Carora queda injustamente incluida en el cantón San Felipe. El cantón Tocuyo estaba dividido en tres distritos: el primero era El Tocuyo, el segundo distrito estaba conformado por Barbacoas, Curarigua, Cubiro y Quíbor la capital. Y el tercer distrito conformado por Chabasquén, Humocaro Alto y Humocaro Bajo (capital), Guarico y Sanare. En el Congreso de Cúcuta de 1821, la antigua Capitanía General de Venezuela queda dividida en los departamentos de Orinoco, Zulia y Venezuela, esta última estaba dividida en los cantones de Caracas y Barinas.

El territorio de los actuales estados Lara y Yaracuy (que habían estado unidos desde 1777) formaron parte del cantón Caracas hasta que en 1830 pasaron a formar parte de la recién creada provincia de Carabobo.

Precisamente desde esta fecha comienza, el cantón Tocuyo, a perder parte de su jurisdicción territorial al configurarse, en 1824, el cantón Quíbor que anexaría también al territorio de Sanare. En este mismo año, aunque por poco tiempo, se crearía el cantón que uniría a Humocaro Bajo y Chabasquén pero en 1829 es anulado integrándose nuevamente al cantón Tocuyo.

En 1832, se crea la provincia de Barquisimeto con los cantones Barquisimeto, El Tocuyo, Carora, San Felipe y Nirgua. En 1855, estos dos últimos pasarían a conformar la provincia de Yaracuy. En este mismo año. se propuso la conformación de una sola provincia en la cual se eliminarían a los cantones de Carora y Quíbor, que serian incorporados a El Tocuyo, pero fue negada. En la Ley Territorial de 1856, existían en la provincia de Barquisimeto los cantones: Barquisimeto, Cabudare, Quíbor y El Tocuyo (conformado nuevamente por Sanare, Guarico, Humocaro Alto, Humocaro Bajo, Barbacoas) y el cantón Carora que asumiría al territorio de Curarigua hasta entonces parte del cantón Tocuyo.

Recapitulando, se puede señalar que la región histórica El Tocuyo pierde el territorio de Quíbor en 1824, y Sanare en 1832, aunque lo recuperó luego en 1856, lo pierde definitivamente a finales del siglo XIX, Curarigua en 1856, y ese mismo año Chabasquén pasa a formar parte del estado Portuguesa. Aunque Mac Pershon (1981) sigue ubicando a Chabasquén como población de Humocaro Alto, también en este año surge la parroquia Anzoátegui, que abarcaba el territorio conocido como La Ciénaga del cantón Tocuyo. Aunque en 1859 es nuevamente eliminado y forma parte –al igual que Villa Nueva– de la parroquia Guarico. En la legislación de 1864, Anzoátegui una vez más es erigida como parroquia. En este año se divide el distrito Tocuyo (ciudad El Tocuyo) en dos parroquias civiles: Ayacucho y Junín y, en 1867, en dos parroquias eclesiásticas: San Francisco e Inmaculada Concepción. En 1890 se crea el municipio Guaitó.

En 1879, los hoy estados Lara y Yaracuy pasan a formar parte del gran estado norte de occidente, que en 1881 se llamaría estado Lara. En 1909, se separan definitivamente Yaracuy y Lara, conformados desde entonces por el territorio que hoy ocupan. El 26 de diciembre de 1925, el entonces distrito Tocuyo pasa a denominarse distrito Morán en honor al General José de la Trinidad Morán.

Como se ha señalado, el objetivo de esta breve referencia a la región histórica de El Tocuyo es demostrar su significado histórica que hasta principios del siglo XX fue la segunda en importancia, después de Barquisimeto; en la región larense y una de las más importantes del país, conexión fundamental para llegar a los Andes e importante productor de café y caña de azúcar. A pesar de su debilitamiento, y tras haber perdido parte de su territorio, aún conserva la influencia y herencia de una relación centenaria indígena y de los trescientos años del período colonial, y que es visible por la permanencia de manifestaciones sociales y culturales similares, lo que demuestra que los 150 años de separación no pueden con el largo tiempo de unidad.

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