Osorno | Palencia

TÚMULO FUNERARIO
DE LA VELILLA

Megalitismo/Prehistoria

El enclave arqueológico se ubica en lo alto de un promontorio, a 2,5 km de Osorno en dirección a Avia de las Torres. A diferencia de lo habitual en los dólmenes meseteños, levantados normalmente con grandes piedras enhiestas, en la original construcción de la Velilla hay diez grandes bloques de piedra en disposición apaisada.

 

Los grandes bloques pétreos dibujan una cámara circular usada como lugar de enterramiento colectivo en la Prehistoria durante un dilatado periodo de tiempo. A la cámara accedían desde el exterior del monumento funerario por un pasillo hoy desaparecido.

El túmulo que rodea la cámara funeraria sobrepasa los 10 metros de diámetro y fue construído en su base con calizas machacadas y una coraza de pequeñas piedras que se completaría en su día con un alzado de arcilla trabada con bolos de río. Aparecieron en el interior del recinto funerario  un sobresaliente número de huesos humanos pertenecientes a 76 individuos. Resulta llamativo que los cadáveres localizados en el fondo de la cámara permanecieron casi intactos, mientras los más superficiales aparecen completamente desordenados. La continua deposición de enterramientos, saturando el espacio sepulcral, obligaría a remover los cadáveres previos e incluso a extraer de la sepultura parte de los huesos de los finados.

Algunos de los enterramientos conservan restos de pigmentos de color rojo con los que, aparte de dignificar al inhumado y de dotar de contenido simbólico al enterramiento, aseguraban el retraso en su descomposición. Igualmente, formando parte del ritual de enterramiento encontramos: puntas de flecha, cuchillos de sílex, cuentas de collar, hachas pulimentadas, colgantes de hueso y concha y unos excepcionales ídolos-espátulas. Entre estos hay un ejemplar en el que aparece representada una mujer en la que dibujan los senos y la melena.

El análisis de los humanos enterrados en La Velilla evidencia que había una selección por genero y edad de los individuos depositados en la necrópolis colectiva; siendo mayoritarios los cuerpos de hombres y en clara desventaja los individuos femeninos e infantiles. Esta preferencia refleja que no depositan los cadáveres de todos los individuos del poblado. Las mujeres y los niños no tenían al parecer el reconocimiento social necesario para enterrarse junto a los hombres. Otro dato para afirmar que los individuos allí enterrados son una élite lo aporta la riqueza y variedad de los objetos que constituyen el ajuar funerario. Algunos de los materiales son exóticos y seguramente muy onerosos, como el ámbar, la variscita, el bermellón o las conchas marinas. Materiales por cierto que nos remiten a redes de intercambio comercial con poblaciones situadas a cientos de kilómetros. En lo que respecta a la cronología del sepulcro colectivo de la Velilla, al parecer estuvo en uso entre la segunda mitad del IV milenio a.C. y los inicios del III milenio a.C.

LOCALIZACIÓN Y VISITA

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