Huesca temática

Número 26. Mayo de 2000. English language Menú pfrincipal

La Puebla de Castro

           Villa de la provincia de Huesca, situada en el interfluvio Esera-Cinca. Habitantes: alrededor de 340. Altitud: 649 metros sobre el nivel del mar. Dista de Huesca 88 kilómetros. Gentilicio: puéblense. Las rutas de la Ribagorza están llenas de grandiosidad; escapan a la fría enumeración de una guía turística al uso; ni siquiera son para condensarlas en un libro de viajes. Lo que importa es vivir el paisaje y dialogar con los hombres que todavía se sienten dueños de él. A uno le configura el ambiente en que vive y se desenvuelve, no cabe duda, y el ambiente, por estos pagos, es recio y sublime, dulcemente agreste, donde el verde se conjuga con el límpido azul del firmamento, por el que las nubes se desplazan al impulso del viento bonancible.
     Cincuenta kilómetros desde Huesca a Barbastro. Una vez en la ciudad del Vero, el viajero va al encuentro del río Cinca, que discurre tranquilo por la anchura del valle, una vez ya mermadas sus aguas, contenidos sus impulsos por la presa de El Grado. Se gana la margen izquierda a unos diez kilómetros de Barbastro, a la altura de El Chopo -típico merendero antaño, para el que luego soplaron también aires modernistas-; el lugar es particularmente grato durante la época estival. Las aguas del Cinca, que se remansan al llegar a los puentes, atraen a buen número de bañistas. La ribera se llena de chopos de serena verticalidad; frente, las casas de Estada se asoman temerariamente al paisaje, entre los riscos. Unos kilómetros más y se deja la margen del Cinca para enfilar por la del Esera, con escolta rocosa, gigantes de piedra que dan vida al congosto de Olvena. Entre túneles horadados en la propia roca, y el pintoresquismo llenándolo todo, uno alcanza de nuevo el paisaje abierto al trasponer el último túnel, donde la grandiosidad del valle se refleja en las tranquilas aguas del embalse de Barasona (pantano que lleva el nombre de Joaquín Costa), lugar apto para la práctica de los deportes náuticos y para la pesca. Al pie mismo del pantano, pero encaramándose en la montaña, ha nacido una hermosa urbanización, ya en término municipal de La Puebla de Castro. Unos dos kilómetros antes de llegar a Graus nace la carretera que conduce a El Grado y Torreciudad. Es también la que lleva a La Puebla, distante nueve kilómetros de Graus, treinta y ocho desde Barbastro, ochenta y ocho desde Huesca y ciento cincuenta y ocho desde Zaragoza.
     Existe otra ruta, también muy sugestiva, siguiendo por la carretera de Benasque hasta El Grado.
     Se gana altura entre curvas, hasta descubrir el  Foto antigua (años 80) . Puede entrar en Huesca Portal Web, página de todo el AltoAragón casco urbano de La Puebla de Castro sobre un suave altozano. Se accede casi directamente a la plaza Mayor, la de la iglesia, donde destaca un edificio gótico, de finales del siglo XVII y principios del XVIII; tiene forma cuadrangular, de cuatro cuerpos, a base de piedra de sillería, y chapitel de ladrillo como remate. La fachada principal ha sufrido algunas modificaciones, con un tejadilllo añadido y torpes revoques de yeso; queda incólume, sin embargo, la graciosa arquería bajo el tejado, de estilo renacentista.
     La plaza es rectangular, amplia, escenario de fiestas y testigo de todos los aconteceres locales. De allí mismo arranca una calle con soportales, y otra, en sentido ascendente, que lleva al portal de Arriba, con su bello arco de piedra, restaurado, que se abre a la plaza de la Cruz, llamada así por la cruz que en tiempo ocupó el centro de la misma. En esta zona es donde el casco urbano moderno se ha expansionado más. Hay otro portal, el de Abajo, al que se llega por la calle de Graus.
     Quedan en pie varios edificios nobles, con sus piedras armeras en las fachadas. En el interior de alguno de ellos, corno sucede con casa Romeu, se pueden admirar pinturas murales, que bien pudieron ser realizadas entre los siglos XVI y XVIII.
     Cuentan, asimismo, las casas de Juan Antonio, Andrés y Jorge Ceda. Antiguamente tenían dos mesones, el de Abajo y el de Juan el de la Venta, donde Braulio Foz situó uno de los pasajes de «Pedro Saputo». « ... Inclinó su dirección al oriente hacia arriba para subir a la Ribagorza, y llegó a La Puebla de Castro, donde paró en el mesón, no llevando registro de aquel pueblo. Era el mesonero hablador, alegre, franco y muy atento. A los postres pidió licencia y entró en el cuarto de Pedro Saputo, y dijo que si quería madrugar un poco le podía servir, porque pensaba ir a la feria de Graus a divertirse un rato, y en voz baja añadió: Ya traemos una criada para ama de llaves, porque se me casa la que yo tengo, y la cocinera no vale sino para los pucheros y tizones».
     En la Puebla de Castro recuerdan todavía el mesón de Juan de la Venta, en donde se hacían "los ajustes de bodas", y había proyecto matrimonial que no prosperaba por culpa de dos fanegas de trigo, ya fueran de más o de menos.
      La Puebla nació como una aldea de Castro y tomó el apellido de su raíz para fundirlo en un sólo nombre y nacer a la vida como municipio: así surgió La Puebla de Castro. No hay dudas sobre su origen. En el pico donde se levantó el castillo de Castro, dominando el congosto de olvena, se levanta ahora la ermita dedicada a San Román. Allí se asentó, en el siglo XI, un importante complejo defensivo, el más estratégico quizá, en la confluencia de los ríos Esera y Cinca. Allí quedan los vestigios del pasado. También, en el cerro del Calvario, hay un interesante yacimiento arqueológico, donde han aparecido restos de Labitolosa, población romana.
     El retablo del altar mayor de la ermita de San Román de Castro se conserva actualmente en la iglesia parroquias de La Puebla; es de principios del siglo XVI -lo mismo que las casullas que allí se guardan-, y representa varias escenas de la vida de San Benito. También proceden de Castro dos valiosas tablas, que algunos fijan en el siglo XI y otros en los albores del XIV; representan a los apóstoles Pedro y Pablo.
     En La Puebla asentaron sus casas y haciendas los últimos habitantes de Castro; de ahí que los edificios más notables de la localidad procedan de los siglos XVII y XVIII Fue señor del lugar Guillén de Moncada, en el siglo XIl, hasta que don Jaime I incorporó el territorio a la Corona de Aragón y creó la baronía de Castro, con otorgación de la misma a su hijo bastardo, Fernán Sánchez. La Puebla de Castro no cuenta más allá de trescientos habitantes, aunque llegó a sumar cerca de mil. Celebra sus fiestas mayores el 16 de Agosto, en honor de San Roque. -Luego tenemos las de Castro, en honor de San Román, el 18 de Noviembre.
     El día de Castro -el segundo Domingo de Pascua, la de Granada- se va en romería a la ermita, que dista unos tres kilómetros del actual casco urbano. Antes se celebraba la misa y se almorzaba, para regresar a comer cada uno a su casa; ahora se celebra en Castro la comida, encabezada por las autoridades municipales.
     La Puebla cuenta con otras dos ermitas: la del patrón, San Roque, y la de Santa María, conocida esta última como de la Virgen del Camino Fuero. Las fiestas de Santa Águeda, el 5 de Febrero, tienen especial resonancia en toda la comarca, porque las mujeres de La Puebla de Castro dominan plenamente sobre los hombres. Ha sido tradicional la plantada del pino para las fiestas mayores, todo pulido en medio de la pista, con dos gallos coronándolo, los cuales había que alcanzar trepando por el resbaladizo tronco, Y se sigue celebrándose la procesión de Viernes Santo, en la que únicamente salen «pasos» vivientes, según la tradición secular.
     El tozal Gordo, los montes de San Roque el Viejo y de Castro, y las sierras de Castilla, ponen cerco al paisaje, donde abunda la vegetación.

* Alfonso Zapater: "Aragón Pueblo a Pueblo".


  Hay más artículos !!Artículos Literarios del Altoaragón (Huesca, España)


 Visite Huesca, le sorprenderá ....


     Acceso a Twitter