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Rituales y curiosidades de la Endiablada, una fiesta ancestral de Cuenca

La localidad de Almonacid del Marquesado vive esta celebración los primeros días de febrero

Ritos y curiosidades de la Endiablada, una fiesta ancestral de Cuenca

Ritos y curiosidades de la Endiablada, una fiesta ancestral de Cuenca

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Cuenca

La fiesta de La Endiablada está declarada de Interés Turístico Regional y se celebra en la localidad de Almonacid del Marquesado (Cuenca) entre el 1 y el 3 de febrero. Su característica principal es la participación en los actos religiosos de la Virgen de la Candelaria y de San Blas de una cofradía de diablos ataviados de trajes de llamativos colores y grandes cencerros conocida como Endiablada. Encabeza ese grupo de danzantes el Diablo Mayor, cargo que ostenta el de mayor edad, en la actualidad Julián Rodrigo, conocido por todos como Pancho, con quien hemos conversado en Hoy por Hoy Cuenca.

Fiestas antiguas

Son muchas las fiestas de invierno que sacan a la calle personajes grotescos como las botargas y mascaradas. Desde San Antón (17 de enero) y San Sebastián (20 de enero) hasta los Carnavales que culminan con la imaginación de los disfraces antes de la clausura de la Cuaresma, estas fiestas se suceden por el territorio peninsular con más o menos presencia, algunas de pervivencia ininterrumpida, otras recuperadas, pero todas de una antigüedad que se pierde en las primitivas culturas mediterráneas, acopladas al Cristianismo y asociadas hoy a la veneración de los santos o de la Virgen.

Endiablada de Almonacid del Marquesado (Cuenca). / Enrique Cuesta Albertos

Ahuyentar el mal

Son personajes que escarnecen, que ahuyentan al mal y protegen lo divino, como esta Endiablada de Almonacid del Marquesado que cada tarde de los días de la celebración da dos vueltas por las afueras del pueblo tocando con gran brío sus grandes cencerros asustando almas y animales, marcando el territorio que quieren proteger de influencias poco benignas.

Esa misma función de alejar el mal es la que representan en la procesión de la Virgen de la Candelaria (2 de febrero) y de San Blas (3 de febrero) cuando acompañan el recorrido de las sagradas imágenes por las calles del pueblo abriendo el paso con cencerradas y vertiginosas carreras por las cuestas, siempre con la emoción a flor de piel.

La Endiablada de Almonacid del Marquesado (Cuenca) en 1934. / Santos Yubero-laendiablada.com

Flores y mitras

La indumentaria de la Endiablada, cofradía formada solo por hombres de la localidad, se centra en trajes de colores, cencerros a la espalda, porra en la mano y sobrero de flores en la cabeza el día 2 que sustituyen por la mitra episcopal del día 3 por eso de que San Blas, abogado de las enfermedades de garganta, era obispo.

Rituales

Comienza la fiesta el día 1 a las ocho de la tarde con la primera reunión de la Endiablada para recoger al Diablo Mayor en su casa. Siguiente parada: “visita al Diablo Mayor emérito, Aniceto Rodrigo que está enfermo”, dice Pancho.

Después, visita al alcalde del pueblo, ahora Álvaro Martínez Chana, también presidente de la Diputación Provincial de Cuenca, “para pedirle permiso para celebrar la fiesta”. Son ritos que se repiten año tras año como el rezo de la Endiablada en la iglesia también en la noche del 1 de febrero.

Día de la Virgen

Al día siguiente, la Endiablada recorre las calles del pueblo tras el amanecer tocando los cencerros, “una especie de despertá”, apunta Pancho. “Después vamos a casa de la madrina mayor a recoger la torta de la Virgen”, una especie de tarta de gran tamaño que los diablos acercarán a cada una de las casas del pueblo, rito que termina al mediodía para comenzar la misa y procesión a las doce y media.

La Endiablada en 1950. / laendiablada.com

Día de San Blas

Los ritos en torno a San Blas comienzan la víspera por la tarde cuando se repite el ritual de lavarle la cara al santo, recordando una antigua leyenda sobre cómo apareció la imagen enterrada en el campo y hubo que quitarle la tierra que la cubría.

El día 3 por la mañana se repite la despertáy el recorrido casa a casa por el pueblo pero esta vez se hace “con el bolsillo para recaudar fondos para la Endiablada, lo que cada uno quiera echar”, dice Pancho.

La Endiablada en 1978. / laendiablada.com

Recuerdo a los difuntos

Se acerca también la Endiablada al cementerio de Almonacid para recordar a sus difuntos y mantienen aún la tradición de, cuando fallece alguno de los miembros de la cofradía, vestirse con su traje típico, cargarse los cencerros a la espalada, y acompañar al féretro hasta su entierro.

Los diablos de Almonacid en el cementerio de la localidad. / David Culebras-laendiablada.com

Las danzantas y los dichos

Completan esta fiesta tan costumbrista las niñas y jóvenes del pueblo que desempeñan el papel de danzantas representando bailes con trajes típicos y castañuelas durante el recorrido de la procesión. También se dicen los dichos en la iglesia, textos irónicos y satíricos escritos por las jóvenes del pueblo que se proclaman ante todos los vecinos y en los que se hace un repaso socarrón sobre las principales noticias acaecidas a lo largo del año.

La Endiablada en la década de los 2000. / David Culebras-laendiablada.com

Paco Auñón

Paco Auñón

Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...

 
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