Desde hace tres años, el Gobierno de México ha tratado de prohibir el uso de maíz genéticamente modificado (GM) con el argumento de proteger la diversidad del maíz regional y la salud de los ciudadanos. Esto le ha costado una serie de tensiones con Canadá y Estados Unidos.
En medio de esta discusión, Andrés Manuel López Obrador, anunció que impondrá nuevos aranceles para reducir la importación de maíz blanco. Aseguró que esta misma semana firmará un acuerdo para evitar que las tortillerías del país utilicen granos modificados genéticamente. “Estoy por firmar esta semana (un pacto) para que en las tortillerías solo se use maíz blanco y no transgénico. Esto va a ir acompañado del establecimiento de aranceles para que no se importe y se compre a los productores mexicanos”, señaló el mandatario.
En el marco de su conferencia de prensa matutina, el presidente afirmó tener pruebas de que el maíz blanco que se importa al país es transgénico. Estas declaraciones se dan a unas cuantas semanas de que Estados Unidos solicitara consultas de resolución al TMEC sobre la prohibición al maíz transgénico que México puso sobre la mesa hace cerca de tres años.
En diciembre de 2020, López Obrador firmó un decreto que proponía vetar de manera paulatina el uso, producción, comercialización y distribución de maíz transgénico en el país, con el argumento de proteger la diversidad del maíz regional y la salud de los ciudadanos. En febrero de 2023, México modificó el decreto original para señalar que la prohibición solo se aplicará al uso de maíz transgénico para consumo humano.
El maíz transgénico, el gran tema que se debate en el T-MEC
La modificación no convenció a Estados Unidos. Ante la falta de acuerdos entre ambos Gobiernos, las máximas autoridades de Canadá anunciaron que el país se uniría como tercera parte a las consultas de solución de controversias sobre la prohibición parcial del maíz transgénico en territorio mexicano. “Canadá comparte la preocupación de Estados Unidos de que las medidas de México no estén respaldadas científicamente y tienen el potencial de perturbar innecesariamente al comercio en el mercado norteamericano”, afirmó el Gobierno canadiense.
Además de anunciar nuevos aranceles y prohibiciones al maíz transgénico, Obrador dejó en claro que su administración no está dispuesta a cambiar su postura ante la comercialización y uso del grano genéticamente modificado. El presidente aseguró que es posible que México llegue a un panel ante Estados Unidos y Canadá para debatir el tema.
”Estamos trabajando con Estados Unidos, les explicamos nuestra postura, les hemos dado opciones, se amplió el plazo para el uso de maíz transgénico, aunque les molesta mucho que se diga transgénico. Dijimos, adelante, dos años para que no haya problemas, dos años. Sin embargo, insisten en que se utilice el maíz amarillo para consumo humano, pero no se permitirá. Es posible que nos lleven a un panel, pero no lo permitiremos, es un asunto de salud pública”, reafirmó el presidente.
Las últimas declaraciones del Ejecutivo llegan en un momento en el que las importaciones estadounidenses de maíz son la norma dentro del mercado mexicano. México compró 658,800 toneladas de maíz blanco en 2022, lo que supone 3% menos que en el año previo. Los embarques provinieron de Estados Unidos (87.9%) y Sudáfrica (12.1 por ciento), según cifras entregadas por la Secretaría de Hacienda y del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
A pesar de una disminución interanual en las importaciones, la dependencia del maíz extranjero en el mercado mexicano es evidente. En 2022 México produjo 27 millones de toneladas de maíz, al mismo tiempo que importó 17,3 millones de toneladas, principalmente de Estados Unidos.
