Para las mujeres warao, tejer se ha convertido en su trabajo formal
13/12/2018 Deja un comentario
Equipo de Fundación Tierra Viva
13/12/2018 Deja un comentario
Equipo de Fundación Tierra Viva
11/03/2018 Deja un comentario
Los días 20 y 21 de febrero estuvimos de visita en las comunidades warao que hacen vida a lo largo del Mánamo, uno de los caños más grande en los que se divide el Orinoco, antes de desembocar en el mar.
El propósito de nuestra visita fue reflexionar con las artesanas sobre la importancia del trabajo en equipo para la conformación de una Red de Comercialización que nos ayude aumentar las ventas para garantizar ingresos para las artesanas y sus familias. Lograr conformar una Red de Mujeres Artesanas Indígenas, es uno de los objetivos que nos hemos planteado en el proyecto Mujer Indígena Emprendedora, financiado por la Unión Europea.
El 20 salimos bien temprano desde Tucupita y pasamos recogiendo en nuestra lancha a las mujeres de la comunidad Sagaray; en otra embarcación iban las artesanas de Santo Domingo, Ceibita Indígena y Wakajarita I. En total 20 mujeres de las cuatro comunidades.
El taller No. 1
Comenzamos nuestro encuentro con alegría, jugando a “la lavanderas”, frotándonos como lo hacen las warao cuando lavan su ropa en el río. Por supuesto, que el juego se prestó a risas y causó el efecto deseado: romper el hielo y propiciar la camaradería.
Aprovechando la energía seguimos jugando, esta vez hicimos la “Ere”, un equipo de dos mujeres debió buscar a las otras y sumarlas al grupo, así hasta lograr que todas las participantes formaran un solo equipo.
El juego sirvió de antesala para abrir la reflexión sobre la importancia del trabajo en equipo. ¿Cuál es el beneficio de trabajar juntas? ¿Qué ganamos estando organizadas? ¿Qué tareas se pueden lograr como equipo?
Es interesante ver cómo las artesanas comienzan a dar sus opiniones en su lengua. Pronto se oyen distintas voces y debemos apelar a nuestra traductora oficial, Araselis Calderón.
Es interesante acotar que la mujer warao no acostumbra a realizar visitas sociales a otras mujeres de su misma u otra comunidad. Cada cual está en su janoko (casa) con su grupo familiar, que puede ser bastante extendido, y con quienes realiza las tareas de recolección de fibra, trabajo en el conuco, etc.
No es su costumbre ir a tomarse un cafecito con la vecina. El trabajo artesanal es un hecho individual, en solitario; de modo que la idea del trabajo en equipo, de armar un grupo para hacer cosas juntas no es tan fácil de asimilar.
Las facilitadoras, Claudia Rodríguez y Soliria Menegatti, les instaron a pensar en actividades que podrían hacer en equipo, por ejemplo: ¿Se pueden organizar para la búsqueda de moriche? ¿Se podrían organizar para llevar juntas los productos a la oficina Tucupita? ¿Podrían estar pendientes la una de la otra cuando están enfermas? ¿Qué tal si están pendiente de cómo va la otra compañera con su pedido y si tuvo algún inconveniente, como una enfermedad, para echarle una manito? ¿Se podrían organizar para la compra de alimentos y medicinas?
Seguidamente reflexionamos sobre lo virtuoso que es su trabajo, artesanas tejedoras, que les permite transformar una fibra vegetal e una obra de arte sin abandonar los deberes de casa ni los hijos, siendo sus propias jefas. Ellas no son dignas de lástima sino de admiración.
Continuamos hablando sobre cómo podemos mejorar el equipo. Y aquí aprovechamos para conversar sobre algunos problemas que han surgido recientemente con los tiempos de entrega de los pedidos y las dificultades que tienen las artesanas para llevar la mercancía a las oficina FTV-Tucupita, donde funciona el centro de acopio. Larga fue la conversa sobre este asunto.
La organización que aspiramos:
Con una lámina mostramos la manera cómo estamos organizados actualmente: somos un gran grupo –una Red- dividido en tres son tres subgrupos étnicos (3 nodos) cada uno funcionando separadamente, pero conectados en un centro que es FTV. En el caso warao tenemos 9 comunidades: Volcán, Wakajarita I, Santo Domingo, Ceibita Indígena, Sagaray, Wakajara de Mánamo, San José de Wakajara, Ensenada de Wakajara y la Culebrita.
Lo que aspiramos, así lo compartimos con las participantes, es que cada grupo/comunidad tenga una artesana líder que coordine acciones como: 1) Comunicar a las artesanas decisiones importantes que se emane de FTV y viceversa; 2) Revise el progreso de los pedidos; 3) Acopie, y de ser posible, apoye con el traslado de la mercancía hasta Tucupita; 4) Convoque para talleres, ferias, etc.
Se instó a las participantes a escoger a la artesana líder de su comunidad y los resultados fueron: por las comunidades Santo Domingo/Ceibita Indígena, Cecilia López; Wakajarita I, Magdalena Reyes Valderrey; Sagaray, Nélida Cooper.
Los valores de la Red
Para finalizar, conversamos sobre los valores de este equipo, la Red: 1) responsabilidad; 2) compromiso; 3) honestidad; 4) solidaridad; 5) comunicación. Las que participen en esta Red deben compartir estos valores y comprometerse con el conjunto que somos. Se escucharon muchas opiniones, especialmente sobre la responsabilidad.
También se les participó que las integrantes de la Red deben tener: 1) cuenta bancaria; 2) Factura legal; 3) En lo posible trasladar la mercancía a Tucupita, partiendo del hecho que el 31 de julio termina el proyecto de la Unión Europea y no contaremos con recursos para sufragar gastos de lancha. 4) cada grupo tendrá su artesana líder, y sobre todo, muy importante, la comunicación entre los miembros del equipo.
Al finalizar se le preguntó, a una por una, si quería ser parte del equipo. La respuesta de todas fue un SI. Sabemos que todavía hay mucho trabajo por delante, a pesar que llevamos ocho años trabajando en estas comunidades.
Preguntamos, ¿Cómo se llamará esta Red (nodo) warao? Luego de siete propuestas de nombres que surgieron de las participantes, la frase ganadora fue: OKO NONAMO, nosotras tejedoras.
Taller No. 2
La cita fue el 21 de febrero, esta vez participaron 15 artesanas de las comunidades Ensenada de Wakajara, San José de Wakajara y Wakajara de Mánamo.
La voz campante del grupo la llevó la artesana de más edad, Reina Marín, de 64 años, una mujer con mucho liderazgo, que saber leer y se expresa muy bien, proveniente de Ensenada de Wakajara.
Repetimos los mismos juegos e hicimos las mismas reflexiones. En el caso de la comunidad Ensenada de Wakajara la idea del trabajo en equipo no es distante porque pertenecen a una iglesia evangélica y tienen comunicación constante con hermanos de fe que los visitan. De modo que Reina tomó la batuta y explicó muy bien de qué se trata trabajar juntos.
El taller fue llevado en la misma dirección, hasta preguntar a las artesanas si querían pertenecer a este equipo, a lo que manifestaron que sí. Igualmente se les consultó por nombres para identificar nuestra Red warao, surgieron nuevas frases, pero finalmente estuvieron de acuerdo que Oko Nonamo sería la correcta.
Cabe destacar, que por razones de logística solo se invitaron 35 artesanas a estos talleres. Se seleccionaron en primera instancia, a las artesanas que han demostrado liderazgo y que han participado en muchas de las actividades que ha realizado FTV desde el inicio del proyecto. Nuestro compromiso es realizar esta reflexión en cada una de las comunidades con el resto de las artesanas, secundadas por las que participaron en estos talleres, para extender a otras tejedoras la invitación a formar parte de la Red OKO Nonamo.
Otras actividades:
El encuentro fue propicio para realizar las siguientes actividades:
05/02/2018 Deja un comentario
07/12/2017 Deja un comentario
Nuestras ferias indígenas ya son tradición en el Centro Comercial Plaza Mayor en Puerto La Cruz, los días 24, 25 y 26 de noviembre armamos toldo por quinta vez y llenamos la plaza del edificio 6 con hermosas artesanías que la gente admira y agradece inmensamente.
En esta ocasión la feria contó con la asistencia de las artesanas warao Arelis López (Comunidad Sagaray) , Vixla Migallones (Ensenada de Wakajara), María Luisa Medina (La Culebrita), Nilvida Tovar (Santo Domingo) y Araselis Calderon (Volcán); por el pueblo wayúu estuvieron Luvi Morales (Campo Moga, municipio Mara) y Gloria Fernández (Maracaibo).
La oferta fue muy variada: cestas, porrones, pulseras, collares, sandalias y bolsos elaborados con fibras naturales como el moriche y la bora y adornados con semillas naturales como la peonía y la parapara. Por otro lado, saltaban a la vista el colorido de los pompones wayúu, bolsos, chinelas, sombreros y un hermoso chinchorro que era una obra de arte y que dejó pasmado a más de un visitante. Finalmente fue adquirido por un visitante que además encargó dos más.
No es fácil organizar una feria y viajar con las artesanas en estos tiempos en los que escasea el efectivo, los vuelos y los costos de hotel y alimentación son muy elevados; no obstante, somos perseverantes en la idea de organizarlas porque vemos en ellas oportunidades para la capacitación, el encuentro entre las etnias, descanso y diversión, además de los ingresos que perciben y de las oportunidades para nuevos pedidos.
En lo que respecta a capacitación, las artesanas fueron entrenadas para llevar su propio control de ventas (las que asistieron a Barquisimeto recibieron igual entrenamiento). Recibieron una planilla que debían llenar con cada venta, colocando el nombre de la artesana beneficiada, monto y referencia emitido por el punto de venta. Previamente entregaban al cliente para que presentara en el área de caja, un papelito con la descripción de la pieza y el precio. Al final del día, el equipo de FTV cotejaba con cada artesana su relación de venta y cuadraban cuentas.
La capacitación también incluyó el enseñarles la forma de llenar las facturas, el arreglo de sus mesas, la atención debida a los clientes y el entusiasmo que se debe tener para vender. Se les explica que la gente quiere saber más sobre su cultura, de dónde son, cómo procesan la fibra y elaboran la artesanía.
Las ferias favorecen el compartir y el encuentro entre culturas. No solo entre las propias indígenas, que se reconocen, sino entre las indígenas y los no indígena, que encuentran en las ferias un espacio para la interculturalidad.
Pero en el hotel las relaciones se amplían, y muchas veces reciben «halón de oreja» por no descansaron suficiente porque se quedaron hablando hasta altas horas de la noche. Es fantástico esta reunión de «chicas» que muy difícilmente se da en su lugar de origen pues las asistente viven en distintas comunidades y regiones del país.
Una de las cosas que más nos contenta el alma de las ferias en que proporcionan descanso y diversión a las artesanas. Contribuyen enormemente a su empoderamiento, a la confianza en sí mismas. Hemos observado a algunas artesanas, especialmente warao, que llegan a la feria con mucho temor, con timidez. Y al cabo de dos días, están desenvolviéndose con naturalidad y confianza, han mejorado su arreglo personal, tienen dinero para seleccionar qué comer y comprar cosas para ellas y para sus hijos.
Ir a una feria es salir de sus comunidades, conocer otras ciudades y estados, descansar de la rutina diaria. Algunas como Arelis y Nilvida, que estuvieron en Puerto La Cruz, nunca habían visto el mar, así que fue un placer para el equipo de Fundación Tierra Viva convencerlas de que no habían tiburones y que se podían bañar. Al final, se arrojaron con ropa y todo.
Agradecemos a Chevron y a la Unión Europea por apoyar esta iniciativa a través de los proyectos Tejiendo Esperanzas y Mujer Indígena Emprendedora. Y a todo el equipo humano de Chevron que siempre está atento para acompañarnos en esta jornada.
22/11/2017 Deja un comentario
Como parte de la estrategia de mercadeo y comercialización para apoyar a artesanas de las etnias Warao, Ye’kwana y Wayúu, y promover el conocimiento de su cultura, Fundación Tierra Viva con el apoyo de Chevron y la Unión Europea ha organizado la Feria “Nosotras, nuestras manos” en el Centro Comercial Plaza Mayor, en Lechería, estado Anzoátegui.
En esta oportunidad un grupo de mujeres de esas comunidades indígenas ofrecerán para la venta una amplia variedad de piezas de calidad incluyendo bolsos y carteras, cestas, artesanía, collares, individuales, cholas, la mayoría elaboradas con productos naturales y empleando técnicas que expresan su saber ancestral.
Soliria Menegatti, gerente de Proyectos Especiales de Fundación Tierra Viva explica que “en la feria Nosotras, nuestras manos el público podrá encontrar una variedad de piezas artesanales que demuestran la habilidad, creatividad e innovación de nuestras mujeres indígenas, cuyo arte ha sido trasmitido de madres a hijas de generación en generación. Es un arte orgánico, capaz de adaptarse a las tendencias actuales sin abandonar la tradición ni su cosmovisión”.
Esta feria se desarrollará en el edificio 6 del Centro Comercial Plaza Mayor, ubicado en la avenida Daniel Camejo Octavio, en Lechería, estado Anzoátegui y contará con la participación de artesanas representante de la etnia Warao, Delta del Orinoco, Ye’kwana, estado Bolívar y Wayúu, estado Zulia.
La feria estará abierta al público del 24 al 26 de noviembre en el siguiente horario: viernes 24 de 12:00 a 6:00 p.m., sábado 25 y domingo 26 de 10:00 a.m. a 6:00 p.m. La entrada es libre y habrá punto de venta.
El proyecto Maraisa es financiado por la empresa Chevron en el marco de su acción de apoyo a las artesanas de las comunidades warao, y el proyecto Mujer Indígena Emprendedora, patrocinado por la Unión Europea, tiene entre sus objetivos apoyar el emprendimiento de las artesanas de las etnias Warao, Wayúu y Yekwana. Ambos proyectos vienen apoyando procesos de comercialización y mercadeo que contribuyan a mejorar los ingresos económicos de las artesanas y su familia como parte de la estrategia para la mejora de su calidad de vida.