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El paujil, el ave más amenazada de Colombia

 

 

Se encuentra en peligro crítico de extinción y no es para menos: ha perdido cerca del 88 por ciento de su hábitat original.

 

La ganadería, las vías y los cultivos ilícitos afectan la existencia del paujil de pico azul (Crax alberti ), ave endémica de Colombia. Sí, el ave más amenazada del país.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desde 2005-2006 la Fundación Proaves desarrolla acciones para salvarla. Y fue así como adquirió más de 3.300 hectáreas hacia la Serranía de Las Quinchas, entre los departamentos de Santander y Boyacá, en el Magdalena Medio, zona vital para esta ave.

 

La lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la clasificó el año pasado en peligro crítico, un paso antes de la extinción. 

 

Pero los programas parecen dar resultado. Eso se desprende de lo que dice Alejandro Grajales, subdirector de Áreas Protegidas de Proaves en la región central, a la cual corresponde la Reserva Natural de las Aves El Paujil.

 

Gracias a los programas de investigación, conservación y educación se le ha visto más en las cámaras dispuestas en la reserva. Y según los reportes de los guardabosques.

 

"Baja ya hasta el río Ermitaño", dice.

 

Un estudio de Alonso Quevedo en Conservación Colombiana reportaba hacia 2004 una densidad poblacional de 1,66 individuos/kilómetro cuadrado en zona rural de Maceo (Antioquia) y de 0,78 en Puerto Berrío. A 2006 el global era de 3,8 al sumar otras áreas de estudio

 

El reporte de la UICN estimaba 259 individuos en la Reserva en 2009 y 509 en las áreas aledañas.

 

Grajales indica que se observan tanto hembras como machos, lo cual es buen indicador. Esta especie es de difícil reproducción en cautiverio, pero no se conoce hoy el número que hay en la Reserva.

 

Esta, que va de los 400 a los 1.200 metros sobre el nivel del mar tiene una parte de bosque nativo y otra en recuperación. Alberga muchas otras especies de interés, como una rana de cristal, los monos araña y aullador y el capuchino cabeciblanco. Hay muchas aves también.

 

El paujil piquiazul habitaba desde la Sierra Nevada de Santa Marta, la zona baja del Magdalena Medio incluyendo la Serranía de San Lucas y los ríos Sinú y San Jorge. Hoy su espacio es mucho menor.

 

Es una ave terrestre que pasa la mayor parte del tiempo en el suelo y se alimenta de frutas, pero también incluye otras partes vegetales, gusanos, artrópodos y carroña.

 

Alcanza entre 50 a 60 centímetros, dice Grajales. Tanto macho como hembra son negros, pero por debajo esta es café y aquel blanco, siendo fáciles de distinguir.

 

Son muy territoriales y muy susceptibles a los cambios de su hábitat.

 

El paujil fue cazado mucho (es un crácido, familia a la que pertenecen las pavas), pero también se tuvo como mascota en casas y fincas, habiendo sido además víctima del comercio ilegal de fauna.

 

En las acciones educativas con la comunidad, cuenta Grajales, se le ha hecho ver a las personas que se trata de una especie sombrilla, por lo que hay que ayudar en su conservación: al preservarla, se protegen otras que habitan las mismas zonas.

 

Proaves acaba de adquirir otras 200 hectáreas hacia la cuchilla del Minero para sumar a la reserva, que queda con 3.419, y cuenta con tres guardabosques: Wilson Pineda en la parte alta, Luis Rubelio García en la baja y Ramón Ciro, que también acompaña las labores en El Paujil.

 

El trabajo es acompañado por científicos que van a la Reserva a hacer sus estudios. 

 

Por eso es que el paujil tiene otra oportunidad.

 

Fuente; Diario El Colombiano De Medellin Colombia.

Foto: Google

Video: Youtube

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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