82 minute read

Inicios de la era comercial del petróleo en el Zulia

Iván José Salazar Zaíd

PARTE II

Advertisement

CAPITULO I

INICIOS DE LA ERA COMERCIAL DEL PETRÓLEO EN EL ZULIA

Puerto de Maracaibo al inicio de la Era Petrolera Colección Dirk Bornhorst (1910-1920)

Índice

II PARTE Capitulo I

INICIOS DE LA ERA COMERCIAL DEL PETRÓLEO EN EL ZULIA El conocimiento del petróleo por los indígenas de la costa oriental del lago de Maracaibo................................................................................................................48 Situación de Venezuela al inicio de la era petrolera.....................................................49 El Zulia en los inicios de la era petrolera...........................................................................50 La explotación inicial del asfalto...........................................................................................51 El otorgamiento de las concesiones petroleras al Dr. Rafael Valladares..............51 Situación laboral de los obreros pioneros de la industria petrolera.....................53 Reflexiones finales......................................................................................................................56 El Pozo Zumaque 1, Primer Pozo Petrolero Comercial de Venezuela............ 58 La Refinería de Petróleo San Lorenzo Pionera de la Industria Comercial Petrolera en Venezuela..............................................................................................................66 El Llamado del Oro Negro y su Impacto Socio-Cultural en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo................................................................................70 Los de afuera.................................................................................................................................72 Los de adentro..............................................................................................................................73 Un crisol de tradiciones folclóricas..................................................................................... 74 Primeros Movimientos de Trabajadores y Obreros Petroleros. Génesis de los primeros movimientos de trabajadores y obreros petroleros ..................76 Primera huelga petrolera.........................................................................................................81 Fundación de los sindicatos de obreros y empleados petroleros.......................... 83 La gran huelga petrolera de 1936-1937............................................................................84 Bibliografía.....................................................................................................................................88

EL CONOCIMIENTO DEL PETRÓLEO POR LOS INDÍGENAS DE LA COSTA ORIENTAL DEL LAGO DE MARACAIBO

Según los especialistas en la materia, los indígenas que dieron origen a las primeras poblaciones de la costa oriental de lago fueron los quiriquiris. Estos se establecieron en la zona alrededor de 14.000 años antes de la llegada de los europeos a la región. Eran de filiación Caribe, puesto que eran afines entre si y hablaban el mismo dialecto con ligeras variantes. Mantenían un estilo de vida muy relacionado con su medio ambiente. Incorporaban a la naturaleza como parte de su mundo cultural. Francisco D’pons, uno de los primeros cronistas de tierra firme, nos dice sobre estos primeros pobladores de las riberas del lago que:

“ellos conocían el petróleo al que llamaban Mene. Lo utilizaban para calafatear sus canoas, como medicamento para curar ciertas heridas y se lo untaban en su cuerpo y cabeza. Existen algunas anécdotas que refieren sobre algunos europeos que llevaron muestras de petróleo a la corona española y dado sus propiedades curativas lo utilizaron para la cura de dolores y enfermedades como el reumatismo, artritis y otras”.

Los indígenas junto con los primeros europeos que se establecieron en la zona, utilizaron el petróleo pero nunca con fines comerciales. Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, primer cronista del nuevo mundo, en sus relatos del siglo XVI, sobre el descubrimiento del lago, refiere lo siguiente:

“hay en aquella Provincia algunos ojos o manantiales de betún, a manera de brea o pez derretida, que los indios llaman mene, y en especial hay unos ojos que nacen en un cerrillo en lo alto que es sabana… este betún, con la fuerza del sol parece que hierve, bullendo hacia arriba y corre por la tierra y está muy blando y pegajoso entre día, de noche se hiela con el fresco de la noche y ausencia del sol, y por la mañana pueden pasar por encima de ello sin que se pegue a los pies ni se hunda el hombre. Pero entrado el sol es muy pegajoso; y el que pasa a pie o a caballo, atolla como quien pasa por limo o cieno”.

Con esta descripción del lugar de los hechos, está muy claro que el cronista se refiere al mene que brota en las laderas del cerro La Estrella, ubicado a pocos metros, del sur de la población de Mene Grande y donde fue descubierto el primer pozo petrolero comercial del Zulia y Venezuela denominado El Zumaque Nº 1, del

cual hablaremos más adelante. En el presente, ese fenómeno del brote de mene, su calentamiento de día y su enfriamiento de noche, aún es una curiosidad que puede observarse en el lugar.

SITUACIÓN DE VENEZUELA AL INICIO DE LA ERA PETROLERA

Al principio del siglo XX Venezuela se presentaba como un país con una economía que se podía definir como agraria y pastoril. En ese sentido, (Godio, 1980:33) nos refiere que en el campo imperaban relaciones económicas precapitalistas y a nivel nacional, la economía se articulaba a través de una burguesía mercantil financiera. Según Aguilera (1974:50), la estructura social de la Venezuela de principios del siglo XX estaba conformada de la manera siguiente: •En primer lugar, una clase de terratenientes donde se distinguía una capa superior, compuesta por los grandes propietarios de tierras, dedicados a la producción de café, cacao y frutas de exportación. •En segundo lugar, un estrato constituido por los terratenientes medios, también ubicados generalmente en el área del café y el cacao, dependientes de la burguesía mercantil que actuaba como prestatario de dinero y suministraba el “utilaje” para la producción. •En tercer lugar, se apreciaba un sector de pequeños terratenientes o campesinos ricos, productores también de café y cacao. •En cuarto lugar, las clases medias urbanas que existían en las ciudades y estaban constituidas por pequeños comerciantes y artesanos •En quinto lugar, existía también una incipiente clase obrera en manufacturas, en la construcción y funcionamiento del sistema ferroviario y en explotaciones mineras. •En sexto lugar, mencionaremos a la masa de trabajadores rurales, formada por peones “semi serviles” de los grandes y medianos latifundios, los conuqueros (campesinos con pequeños cultivos de subsistencia), los colonos y los arrendatarios. En el período de gobierno de Juan Vicente Gómez, se acentuaban cada día más, las acciones represivas contra los trabajadores. Algunos de ellos conseguían burlar el espionaje implantado por el gobierno y fomentaban movimientos masivos, provocando cierta agitación en la población laboriosa. Quienes hacían esto, estaban inspirados en las noticias sobre la revolución mexicana, donde participaban grandes grupos de obreros y campesinos. Estas noticias en su mayoría daban referencias sobre la toma del poder por parte de los trabajadores de las ciudades y de los campos de la Rusia Zarista.

EL ZULIA EN LOS INICIOS DE LA ERA PETROLERA

La naciente industria petrolera, genera una necesidad de mano de obra. Esta situación, originó en la región, una importación de mano de obra campesina, que en el campo, era explotada y sometida a un régimen similar a la esclavitud, donde eran prácticamente obligados a contraer una deuda de por vida con el patrono. Debido a esta situación, el campesinado vio en la naciente industria petrolera su “tabla de salvación”. Se produjo un éxodo de campesinos oriundos de oriente, los andes, Lara y Falcón hacia la costa oriental del lago. Algunos dueños de posesiones, solicitaban el apoyo de las autoridades, para evitar la fuga de peones de sus haciendas, producto de los mejores jornales que ofrecían las compañías petroleras. Entre las causas que motivaron la fuga de los peones para irse a trabajar en las compañías petroleras se encontraban: el mísero jornal que pagaban los hacendados de 3 bolívares diarios, una desnutrida y desbalanceada dieta alimenticia, el maltrato que recibían por parte de los capataces y en oportunidades de los mismos dueños de las haciendas, los peones se quejaban de que mientras los productos de los dueños de haciendas (ganado en pie, queso, mantequilla, etc.) subían precios y obtenían grandes ganancias, a ellos les seguían pagando el mismo sueldo (A.H.Z., 1926 : t.I, leg. Nº 11).

Lagunillas de agua en los Inicio de la era petrolera (google año 2014)

La decisión tomada por los campesinos de emigrar hacia los campos petroleros no implicaba que las condiciones de trabajo y de vida en las compañías petroleras eran mejores. Pero lo que si era obvio, es que la Venezuela agraria de aquellos tiempos era explotadora, represiva e inhumana, y no ofrecía a la mayor parte de los ciudadanos otra alternativa que no fuera la del “llamado del oro negro”. Es por esto, y por razones de orden económico, que se vieron como empujados hacia el camino que les ofrecía la industria petrolera como una posible solución a sus problemas, con la esperanza de poder trabajar como obreros libres asalariados. Sin embargo, se puede decir, que aunque las condiciones de vida y laborales en las haciendas eran duras, no era menos cierto que las de los campos petroleros eran muy parecidas. La única pequeña diferencia radicaba en que en las haciendas, mientras que los salarios eran de 2 a 3 bolívares, en la industria petrolera eran de 4 a 5 bolívares diarios.

LA EXPLOTACIÓN INICIAL DEL ASFALTO

Mucho antes de iniciarse la exploración y explotación del petróleo en las tierras zulianas, se explotó el asfalto sólido, que se encontraba entre San Timoteo y Mene Grande, gracias al otorgamiento de unas concesiones concedidas a una empresa extranjera llamada South American Company, ubicada en Maracaibo. El asfalto era transportado desde las fuentes origínales, empacado en sacos de fibra y a fuerza de yuntas de bueyes era conducido hasta el pequeño puerto que existía en San Timoteo. Allí reunían el producto en espera del buque que se lo llevaba para los mercados de consumo. Con el transcurrir de los años, esta actividad minera fue quedando en estado simbólico hasta desaparecer totalmente a principios del siglo XX. Sobre este asfalto, el General W. Briceño Méndez decía en un informe que presentó al Poder Ejecutivo del Estado Zulia que: “Todos son depósitos de asfalto y se hallan en diversos grados de condensación, pero ninguno tiene la solidez que se advierte en los de San Timoteo”.

EL OTORGAMIENTO DE LAS CONCESIONES PETROLERAS AL DR. RAFAEL VALLADARES

En 1909, el General Juan Vicente Gómez, otorgó una gran concesión de más de 26.000 mil hectáreas al Dr. Rafael Valladares, quien la vende luego a la compañía británica Caribbean Petroleum Company quien afortunadamente dio como efectivo el primer pozo comercial del Estado Zulia y de Venezuela, el 18 de abril de 1914, con el nombre de Zumaque Nº 1 y fue completado el 31 de

julio de 1914, ubicado al lado del lugar, donde producto de este descubrimiento, se originaría la actual y pujante población de Mene Grande, hoy capital del Municipio Libertador del Municipio Baralt. Con el descubrimiento de este pozo se comenzó la producción de uno de los campos más fructíferos del Zulia y Venezuela. La explotación del pozo, permitió también, la construcción de la primera refinería comercial petrolera de Venezuela a escaso metros de la orilla del lago, iniciando sus actividades el 18 de agosto de 1917.

La refinación y producción de derivados del petróleo en dicha refinería dio también origen al campamento petrolero San Lorenzo el segundo construido en el Estado Zulia Ese mismo año se culminó la construcción del primer oleoducto que entrelazó al campo Mene Grande con el nuevo muelle terminal de la empresa, ubicado en el mismo Campo San Lorenzo, a orillas del lago de Maracaibo. De ese lugar, partió el primer embarque de petróleo y sus derivados hacia otras regiones de Venezuela y el mundo. Finalmente se culmina la construcción de una vía férrea que permitiría el transporte de equipos petroleros de personal y pasajeros desde el muelle de San Lorenzo hacia Mene Grande.

El Rio Motatán y el Caserío Motatán del Lago ubicado en su desembocadura, por donde transportaban inicialmente los equipos petroleros hasta el Cerro La Estrella de Mene Grande (Fotografía Ralph Arnold. Noviembre 6, 1913).

SITUACIÓN LABORAL DE LOS OBREROS PIONEROS DE LA INDUSTRIA PETROLERA

En los inicios de la era petrolera, el panorama social que ofrecían estos campamentos petroleros, les permitió a los obreros reflexionar acerca de lo difícil que era la vida en sus comienzos. Entre los grandes males que los envolvían se encontraban entre otros: • Jornadas de trabajo de 9 de la mañana a 9 de la noche. • Viviendas especie de “covachas” (bohíos fabricados de palmas y madera), sin servicios sanitarios mínimos • Ausencia total de servicios médicos asistenciales. • Condiciones deplorables de insalubridad en el trabajo y en los campamentos. • Carencia de agua potable. • Proliferación de plagas transmisoras de enfermedades como el paludismo y malaria. En esos tiempos, eran tan deprimentes e inhumanas las condiciones de trabajo de los obreros pioneros de la industria petrolera, que debían diariamente atravesar intrincadas selvas plegadas de fieras, y otros tipos de alimañas como serpientes, mosquitos y varios tipos de plagas. Como medicamento, la compañía petrolera solo les otorgaba una pastilla diaria de quinina que servía como paliativo a las enfermedades provocadas por las picadas de mosquitos. Se veían en la imperiosa necesidad de beber el agua insalubre del lago de Maracaibo. No contaban con sitios recreacionales o de entretenimiento, salvo los expendios de bebidas alcohólicas y lupanares ubicados en las afueras del campamento, donde acudían en las noches supuestamente para aliviar sus penas. En ese entonces, los familiares (Padres, abuelos, tíos, hermanos, etc.), tenían prohibido el acceso a los campamentos. (Severeyn, 1994: entrevista). Por último cabe destacar que los campamentos eran cercados con alambres de púas y con vigilancia policial, muy semejante a los campos de concentración. La discriminación social, la política de opresión y explotación permanente mantenida por las empresas petroleras desde el inicio de la explotación del oro negro y que cercenaba las justas aspiraciones del obrero petrolero, también contribuyeron, a que los trabajadores, fueran desarrollando una conciencia de clase. Esto, trajo a su vez, una serie de conflictos laborales y descontentos, que con el transcurrir del tiempo dieron origen a los primeros movimientos obreros y huelgas en la industria petrolera, establecida en el Estado Zulia. Para ese entonces, la situación de los obreros era tan crítica que el Ministro de Relaciones Interiores (A.H.Z., 1926: t.V, leg.I ), dictó una resolución, por disposición del Presidente de los Estados Unidos de Venezuela donde se comisionaba al ciudadano Rómulo Farías Nones, para que se trasladara al Estado Zulia, con el objeto de inspeccionar las

Primeros pobladores de Mene Grande (Foto Ralp Harnol. 1914)

Covachas que servían de dormitorio a los trabajadores petroleros

condiciones en que se encontraban los obreros que trabajaban en los campos de explotación petrolera. En esos tiempos, el panorama ofrecía una ola de rebeldía y se presentaban algunos que otros pequeños conflictos de escasa duración. Éstos, dieron como resultado, el despido o el destierro a su lugar de origen de todo obrero que tuviese madera de líder, sobre todo a los margariteños, con el propósito de atemorizar al resto de los trabajadores. Dado a la situación reinante, los obreros expulsados se las ingeniaban cambiando sus nombres, para poder solicitar trabajo en otros campos petroleros. De esta manera, estos señores difundían sus experiencias anteriores y poco a poco fueron estableciendo una mayor comunicación entre los diferentes campamentos, disminuyendo el aislamiento que existía entre ellos, y al mismo tiempo que tomaban conciencia de su explotación, se convertían en una clase obrera sin ideas de orden regionalista que los dividiera. Antes de producirse la primera

Yuntas de bueyes que realizaban el trasporte de tuberías de perforación y troncos pesados. Para el Pozo Zumaque Nº 1 desde el puerto del río Motatán hasta el cerro La Estrella en Mene Grande (Fotografía Ralph Arnold. Octubre 16, 1914)

Primeras casas del campo petrolero de Cabimas

huelga petrolera, el gobierno de turno tenía conocimiento pleno sobre la llegada clandestina de extranjeros que tenían como objetivo adoctrinar a la masa obrera, para que se organizaran e iniciaran sus luchas por mejores reivindicaciones. En ese sentido, el Presidente del Estado Zulia, empezó a tomar las medidas necesarias al caso, por lo que inmediatamente solicitó a las autoridades locales una nómina de los extranjeros que se encontrasen en los distritos petroleros para investigarlos y los que pudieran considerarse como individuos peligrosos “para el orden y la tranquilidad social”, proceder a extraditarlos como disidentes comunistas (A.H.Z., 1926:t.I, leg.I).

A raíz de los hechos ocurridos antes y después de la gran huelga petrolera de 19361937, las compañías petroleras reflexionaron, percatándose de los cambios que se estaban dando entre los trabajadores

petroleros y en la misma sociedad venezolana, llegando inclusive a reconocer que la represión física en contra de los obreros no era la medida más efectiva para lograr una armonía dentro de las actividades laborales e industriales, por lo que se vieron en la necesidad de implementar nuevas formas de relaciones obreropatronales y ciertas reivindicaciones que mejoraran las condiciones de vida de los trabajadores. Es por eso, que en año 1938, con las nuevas políticas de las compañías, una nueva vida comienza para ellos con el inicio de la construcción de las viviendas y urbanizaciones que actualmente existen en dichos campos, pero manteniendo aún cierta diferencia social. El estilo de viviendas introducido por las compañías petroleras generó cambios radicales en los patrones habitacionales en comparación con los existentes en el lugar. Las características que ofrecen los tipos de viviendas construidas en cada uno de los sectores, evidenciaban a simple vista la categoría de los trabajadores que las habitaban. De esta manera las empresas petroleras impusieron un estilo de vida clasista importado de su país de origen. Luego de construidos los sectores residenciales se dio inicio a la construcción de Instalaciones educativas, deportivas, culturales y los conocidos clubes petroleros construidos para cada uno de los sectores que existían en los campos.

REFLEXIONES FINALES

Algunos escritores, analistas históricos, sostienen la tesis de que la fiebre del oro negro acrecentó aún más la crisis cultural que en ese entonces sufría el Zulia, porque con el petróleo nació un sentido simplista de la vida y a partir de ese hecho toda actividad se veía encaminada hacia un solo fin: la obtención de dinero, que supuestamente reemplaza a la afición por las letras y las artes, por el automóvil último modelo, el cine norteamericano, el cigarrillo importado, el consumo de Whisky en los grandes salones de la ciudad.

En relación a lo anterior, se puede afirmar que la cultura del petróleo si cambió en cierta forma nuestras costumbres y forma de vida, pero también es cierto que los pueblos donde se establecieron las empresas petroleras se vieron beneficiados grandemente, porque ellos no percibían ni siquiera un pequeño rayo de luz de ese quehacer cultural que solo existía en las grandes ciudades. Sus habitantes vivían en ese entonces en un estado total de abandono por parte de las autoridades regionales y nacionales. Las empresas petroleras son las que se encargan de construir instituciones culturales como la Asociación de Bienestar y cultura (A.B.C.), donde se empiezan a impartir cursos para los trabajadores y sus familiares de música, corte y costura, mecanografía, clases de inglés etc.

En los clubes los trabajadores también disfrutaban de grandes fiestas,

cine y actividades culturales como charlas, recitales poéticos, bailes folclóricos, nacen los orfeones y el interés por las letras, surgen periódicos locales, etc. En las instalaciones deportivas construidas por las compañías se desarrollaban las mejores competencias deportivas del Zulia y Venezuela. Tanto es así, que de esos juegos deportivos era de donde salían los grandes atletas que nos representaban en las grandes competencias nacionales e internacionales. No podemos olvidar los servicios médicos, sanitarios y sociales ofrecidos a todos los empleados y familiares, que permitieron acabar con las endemias existentes por toda la región.

Los pueblos periféricos que nacieron o se expandieron alrededor de los campos petroleros también tuvieron su momentos de prosperidad y grandeza que les permitió estabilizarse en cierto modo durante algunas décadas del pasado siglo XX, pero finalmente se vieron envueltos en una etapa de decadencia económica, cultural y social que se originó al desligarse totalmente las empresas petroleras de toda responsabilidad en relación al mantenimiento y organización de los campos petroleros, cuando en el año 1967 se da inició a lo que se llamó “integración de los campos petroleros”, que consistió en que las compañías “donaran” las casas a los trabajadores que las habitaban y legalizan el pase de los campos petroleros a manos de los concejos municipales. Anteriormente, todas las personas que tenían la oportunidad de pasearse por los campamentos petroleros quedaban admiradas de los sectores urbanos

Tia Juana - Campo Verde, Fotografía cortesía Steve Sleightholm

que conformaban a los campos petroleros. Todo en su conjunto daba al visitante una sensación de organización, riqueza y prosperidad industrial absoluta. En el presente, el panorama que ofrecen a los visitantes tanto los campos petroleros como sus poblaciones periféricas es deprimente. Estos pueblos que se encontraban vestidos de riqueza, empiezan a adornarse de nuevo con un manto de miseria y sumidos en un abandono total. Esto se debe en gran medida, a que a lo largo de su historia, no han tenido un desarrollo integral y sostenido, que pudiese mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Todo era y es una falsa prosperidad, porque desde el establecimiento de las petroleras en la zona, siempre ha existido una desconexión entre la explotación petrolera y una estructura social sin participación de ese beneficio económico.

Otro de los factores que ha influido notablemente en el auge, declinación y porvenir de estos pueblos y sectores petroleros es la consabida política, la cual a través de tantos años de “democracia” ha estado determinada por un color partidista o por políticos con intereses individualistas, sin que se tomen en cuenta las inquietudes, intereses y aspiraciones de sus habitantes. De todos es sabido, como la política ha venido penetrando en todos los ámbitos de la sociedad, creando infinidad de obstáculos, con el propósito de mediatizar el espíritu de los que necesitan del trabajo mancomunado, y de las mejores intenciones y voluntad para ayudar a levantarlos de una manera más digna y libre.

EL POZO ZUMAQUE 1, PRIMER POZO PETROLERO COMERCIAL DE VENEZUELA

Atítulo de inciso, antes de empezar a narrar los hechos que conforman la historia del Zumaque Nº 1, primer Pozo petrolero comercial por excelencia de Venezuela, siempre debemos tener presente que el primer ensayo empresarial en materia petrolera aconteció en Venezuela en septiembre de 1878, cuando don Manuel Antonio Pulído Pulído creó la Compañía Hullera del Táchira en la aldea la Alquitrana, ubicada en el municipio Rubio del Distrito Junín del Gran Estado de los Andes; que luego, a partir de agosto de 1882, se transformaría en la Compañía Nacional Minera Petrolea del Táchira, al cambiar su razón social de empresa productora de hulla y alquitrán, derivados del carbón, para enfocarse a la explotación de petróleo. Esa industria petrolera autóctona contó además con emprendedores nacionales de la talla del doctor Carlos González Bona, promotor de la idea central del negocio, además del general José A. Baldó Pulido, Ramón M. Maldonado, José G. Villafañe y Pedro R. Rincones, quienes arriesgaron en esa empresa privada sus capitales, sus esfuerzos, sus talentos y aunque la dimensión del negocio apenas alcanzó para abastecer el mercado local, su integración

vertical, en pequeña escala, fue lo suficientemente representativa del sector industrial con el cual competirían durante casi medio siglo. Tal vez el respaldo importante que nunca tuvieron, aparte de las ciencias geológicas en sus inicios, y la tecnología de producción moderna, post 1900, fue contar con suficientes recursos de hidrocarburos in situ para su explotación comercial… amén de las finanzas necesarias para desarrollarlos. Eso les impidió crecer y lidiar en igualdad de condiciones con las concesionarias extranjeras que actuaron en nuestro país posteriormente.

Yunta de bueyes remolcando unos trabajadores y equipajes, sobre los rieles del ferrocarril de San Lorenzo a Mene Grande. El mejor método de locomoción encontrado hasta ese momento. (Fotografía Ralph Arnold. Octubre 15, 1914.)

Es en 1914, cuando un grupo de hombres de la empresa The Caribbean Petroleum Company, concesionaria extranjera que luego fue integrada al grupo Royal Duth/Shell y una de las antecesoras de la recién desaparecida filial Maraven, llevan a cabo las actividades iniciales (1912-1913) de exploración, perforación y explotación del primer pozo productor de la naciente industria petrolera en el Estado Zulia. Dicho pozo fue identificado inicialmente con las siglas MG-1 y luego fue bautizado con el nombre de Pozo Zumaque N°1, perforado a 85 metros sobre

el nivel del mar, en la cúspide del cerro “La Estrella” en el sector que dio origen a la población de Mene Grande, ubicada aproximadamente a unos 15 kilómetros de las orillas del lago de Maracaibo. Para la fecha en que se inicia el desarrollo de los campos petroleros en el Zulia, nuestro país contaba apenas con una población estimada en 3.000.000 de habitantes. Maracaibo, la capital del estado Zulia contaba con alrededor de 30.000 habitantes. La economía de Venezuela estaba basada en la producción agrícola de café, cacao, algunos frutos menores, la cría de ganado vacuno y la pesca. Muchas epidemias como la malaria y el paludismo azotaban a toda la población. En cuanto a las relaciones comerciales en la época en que se descubrió el pozo Zumaque N° 1, con el inicio de la primera guerra europea, Venezuela perdió su mejor mercado que era Alemania ya que con este país europeo era con quien comercializaba gran parte de la producción del café y de cacao, pero el bloqueo marítimo establecido a todo el comercio con ese país puso fin a esta relación comercial internacional que sostenía en buena parte a nuestra economía. Para ese entonces El Zumaque N°1 había sido ubicado en un sector que recibió el nombre de Mene Grande que según la división político-territorial vigente en la época formaba parte integral de la Parroquia General Urdaneta del Distrito Sucre (hoy municipio Sucre) y que en 1948 pasó a formar parte del naciente Distrito Baralt (hoy Municipio Baralt). La presencia de grandes manaderos de petróleo (menes) en la región atrajo la atención de los geólogos y sirvió de base para los estudios de la zona entre San Timoteo y Río Paují, toda ella incluida dentro de la inmensa concesión de exploración petrolífera (unos 270.000 km²) obtenida en 1909 por John Allen Tregelles, representante de la empresa inglesa “The Venezuelan Development Company”. Extinguidos los derechos, el abogado Rafael Max Valladares adquirió la concesión en 1912 y la traspasó a la “Caribbean Petroleum Company”, empresa establecida en Nueva York desde como subsidiaria de la “General Asphalt Company” y más tarde, absorbida por el Grupo Shell. La exploración inició en septiembre de 1912, a cargo de Ralph Arnold y un equipo de geólogos. En su informe final se seleccionaron las parcelas de explotación, 24 de ellas ubicadas en el área de San Timoteo y recomendaron la inmediata perforación de un pozo en la parcela Zumaque, cercana al pueblo de Mene Grande. Los equipos de trabajo para realizar la perforación, fueron movilizados en las goletas Frida, Gacela y Electra. El pozo fue marcado por la Caribbean con las siglas MG-1, y posteriormente fue conocido como “El Zumaque 1” debido a que en la zona crecía un arbusto conocido con el vocablo indígena de Zumaque. Se dispuso entonces la perforación del pozo en un anticlinal del Cerro “La Estrella”, denominado así por la llamada máquina estrella que se utilizó para su perforación. Toda esta región comprendía un área selvática, que tuvo que

ser despejada para la instalación del pozo. Muchos trabajadores del campo, sin ningún conocimiento en materia petrolera, trabajaron a altas temperaturas, sin agua potable, sin servicios médicos y tan sólo con las herramientas propias de un agricultor, para dar comienzo a la explotación petrolera. La instalación del pozo a manos de quienes hasta ese momento fueron humildes campesinos simbolizó el profundo e irreversible cambio en la actividad comercial del país, que convirtió desde ese momento al petróleo en el principal eje de la economía nacional. Para el 25 de julio de 1914 el pozo estaba en producción iniciándose su utilidad comercial el 31 de julio de 1914.

Samuel Smith, uno de los pioneros de la industria petrolera, perteneciente a la cuadrilla de trabajo de perforación del pozo, en una entrevista que se le hizo antes de su muerte recordaba que el origen del descubrimiento y perforación del pozo Zumaque se remontaba a 1913, un año antes del inicio de su producción, “cuando en las goletas “Frida”, “Gacela” y “Electra”, los petroleros llevaron a Mene Grande las primeras vigas de madera de pino que serían utilizadas en la construcción de las cabrias”. Los trabajos de perforación fueron iniciados el 12 de enero de 1914,

Trabajadores del pozo Zumaque Nº 1 (foto Cine archivo)

momento en el cual se estaba consolidando el primer conflicto europeo conocido como la primera guerra mundial. Los materiales y equipos utilizados en los primeros trabajos fueron transportados en barcazas denominadas “bongo” a través del río Motatán, siete kilómetros adentro, hasta llegar al puerto de Motatán del Río. Desde ahí, eran transportados hasta el cerro La Estrella en carretas impulsadas por bueyes y mulas, cubriendo una ruta de difícil acceso, colmada de selva, maleza y pantanos infectados de animales salvajes, alimañas y todo tipo de plagas y mosquitos infectados de enfermedades como la malaria y paludismo que atacaron sin ninguna compasión a los primeros trabajadores de la industria petrolera llevando a muchos de ellos a la inevitable muerte. La tecnología utilizada en los trabajos de perforación era la que había disponible para la época: sencilla con procesos lentos, trabajo muy fuerte, condiciones adversas, etc. El trabajó era realizado en lugares inhóspitos, despoblados, sin vías de comunicación, bajo temperaturas de hasta 40° aproximadamente y con escasos recursos técnicos. Para la perforación se utilizó un equipo de percusión del tipo “Star Drilling Machine N° 23”. A éste se le incorporó un balancín que se movía mediante energía generada por vapor. Una mecha pesada y atada a un cable iba abriendo un hueco en el subsuelo mientras subía y bajaba lentamente. Algunos testimonios que se pudieron recoger en relación a las adversidades que afectaron a los trabajos de perforación del Zumaque nos refieren sobre un hecho sucedido el día 28 de febrero, a los 45 días de haberse iniciado los trabajos, cuando la cabría construida de madera fue consumida por un incendio, sufriendo el

Oficina, comedor y dormitorio del campamento de Mene Grande. A la derecha sala de baño, en el cerro La Estrella. (Fotografía Ralph Arnold. Octubre 15, 1914)

balancín graves daños y el piso de la torre quedó totalmente destruido. También en marzo del mismo año se produjeron serios contratiempos cuando el porta cables del equipo de perforación se torció, pero a pesar de que las condiciones de trabajo eran deprimentes, el equipo de trabajadores que supervisaba y comandaba los trabajos en unión de los obreros solucionaban diligentemente cualquier incidente que se les presentaba. Los pioneros de la industria petrolera del Estado Zulia que realizaron la loable labor de perforar el pozo Zumaque N° 1 fueron hombres de vocación y constancia. La historia registra entre los pioneros extranjeros a los perforadores: Chas Jordan, Mr. Stoken, George Brake (jefe de Perforación), Peter Loi, Ira Young, G. W. Brain, y Van Berber. Este último fue el encargado de finalizar la perforación bajo la supervisión de Mr. Stoken. En cuanto a los trabajadores venezolanos mencionaremos, entre otros a: José Ballesteros, Joaquín Cardozo, Samuel Smith, Eusebio Sandrea, Alcibíades Colina, Juan Pérez, Segundo Petít, Juan Páez, Carlos Leiva y Luis Márquez. Entre las anécdotas que esos pioneros relataron y que hoy son importantes testimonios que forman parte de la historia del petróleo y del Zumaque se encuentra la de Eusebio Sandrea, quien ingresó a la compañía The Caribbean Petroleum Company el 2 de enero de 1913 y prestó sus servicios durante 40 años a la empresa (que al momento de jubilarse recibía el nombre de Shell). Este señor, en una entrevista que le realizó la revista Tópicos Shell comentaba que la maquinaria de perforación que la llamaron “la Estrella” en honor al cerro del mismo nombre, tenía sus ruedas y timón y se movilizaba al ser tirada por bueyes muy lentamente, por lo que para trasladarla de un a lugar a otro se necesitaba mucho tiempo. Lo mismo sucedía con la ruta existente desde Mene Grande a Maracaibo, la cual se cubría en un tiempo estimado de nueve horas en piragua o goleta desde Maracaibo hasta el puerto de San Timoteo y desde ahí se necesitaban otras dos horas para cubrir la ruta en un trencito conocido popularmente como el “Trolley” que partía desde el puerto de San Lorenzo hasta el cerro La Estrella. Joaquín Cardozo, quien ingresó a la Caribbean Petroleum Company a la edad de 18 años y prestó sus servicios durante 37 años, comentó en una entrevista que lo que nunca se le olvidaría era que:

“cuando el pozo comenzó a producir, el Jefe de Perforación nos llamó y nos regaló tres pantalones, tres camisas de color ‘kaki’ y un par de zapatos”. Después que el pozo en perforación se terminó, se le instaló un balancín de madera y las calderas utilizadas para poder operar utilizaban leña como combustible. Por otra parte, también refirió en sus comentarios que “La comunicación que existía entre los miembros de la cuadrilla se hacía por medio de señas y gestos,

debido a que los venezolanos no hablaban inglés ni los extranjeros el español.

Samuel Smith, ingresó a la compañía como intérprete de Jorge Brake, Jefe de Perforación, en el año 1913, a la edad de 17 años, a pocas semanas de haberse iniciado la perforación del pozo Zumaque N° 1. Más tarde comenzó a trabajar dirigiendo los trabajos destinados a extraer la tubería que se había reventado. En cuanto a la cuadrilla refirió que existía mucha hermandad entre ellos y siempre se preocupaba uno del otro. Juan Pérez, fue uno de los encargados de desmontar el cerro donde se perforó el pozo. Los trabajos de desmonte según este señor tuvieron una duración de cuatro meses aproximadamente. Esto se debió a que tuvieron que rebajar a fuerza de pico y pala la parte del cerro donde se iniciaría la perforación. Con la ayuda de otros obreros que fueron contratados después construyeron la cabria y montaron el balancín para poder empezar a perforar. En un artículo de prensa (Panorama, 02-08.01: p.2-8) de Eliécer Balzán López sobre el tema en cuestión, refiere lo siguiente:

“Cuando trabajaban de sol a sol, de día a día, y percibían un salario de 5 bolívares por jornada de trabajo diario, un saco de plátanos valía un bolívar, y una gallina gorda 1.25, en esos días llegó precisamente a Mene Grande un camión de tres pedales: uno para delante, otro para atrás y el último para frenar.”

Vista del Pozo Zumaque 1 en el cerro La Estrella en Mene Grande, y la muestra de arena que acompañó al petróleo en su flujo inicial. (Fotografía Ralph Arnold. Octubre 14, 1914)

El pozo Zumaque inició sus actividades el 31 de julio de 1914 y después de casi siete meses de ardua labor había sido profundizado a 135 mts. A partir de entonces empezó a aportar cada día más los barriles de petróleo que se fueron sumando a las tasas de producción nacional, consolidándose como el primer pozo petrolero comercial de nuestro país y el que permitió que se descubriera la gran cuenca petrolífera del Lago de Maracaibo. Las estadísticas que existen en los archivos sobre las operaciones y producción de este pozo apenas datan de 1.926, ocho años después de iniciada su explotación comercial. Para ese entonces su producción mensual se ubicaba en 1287 barriles de petróleo de 19.2 grados API, con 0,9 por ciento de agua y sedimentos, y traía hasta esa fecha una producción acumulada de 88590 barriles. El volumen de producción más elevado de su historia fue de 1334 barriles de crudo mensuales, logrado en diciembre de 1.959. En la década de los años 60 la producción de crudo se mantuvo aproximadamente entre 1500 a 1600 barriles mensuales. En 1.971, la balanza de la producción del Zumaque se inclinó hacía la decadencia, obteniendo una baja en la producción estimada en 218 barriles de crudo mensuales. Cuando el Zumaque N° 1 estaba por cumplir los 60 años de existencia en el año 1974 y la industria petrolera se encontraba ya en los preparativos de la nacionalización petrolera, se le hicieron algunas reparaciones y su profundidad fue aumentada con el propósito de reactivarlo, debido a que tenía cierto tiempo “enarenado” y sin producción. Los trabajos de profundidad se realizaron en solo 6 días y 12 horas. Para ello se utilizó un equipo rotatorio de perforación avanzado para el momento, permitiendo que de los 135 metros originales se pudiera llevar a 243 metros de profundidad, o sea 108 metros más.. Con esta operación se logró la reactivación del pozo para poder incrementar de nuevo su producción. A Cabría del Pozo Zumaque Nº 1 en el cerro La estrella, en mene Grande 1914. (Foto, google 2012)

partir de entonces se obtenían 40 barriles diarios de crudo, pero ya no de 19.2 grados API, sino de 18.4 grados API, por flujo natural. Luego de estas mejoras las primeras pruebas de producción de bombeo registraban promedios de 90 barriles diarios.

En 1.986, a sus 72 años de operaciones, el pozo pionero de la era comercial petrolera de Venezuela continuaba con sus actividades con una producción estimada en 960 barriles mensuales de 18.2 grados API y con 1 % de agua y sedimentos. Para ese mismo año su acumulado era de 416.930barriles. A diferencia del también famoso pozo barroso descubierto en 1922 en Cabimas, El Zumaque N°1, en sus 96 años de existencia continuaba su admirable faena produciendo diariamente alrededor de 29 barriles de crudo pesado, lo que representa una producción de 870 barriles mensuales: Según las estadísticas que manejaba la desaparecida filial Maraven hasta el año 1.994, el pozo contaba con una producción acumulada de 498.505 barriles de petróleo que correspondían a 28.105 días de operaciones. El legendario Zumaque Nº 1 continua activo hoy día, camino de su primer centenario insigne. Operado por Repsol, su última medida de producción confirma una tasa de 28 BPPD de crudo de 19.0 °API, con 0.1 % de A y S y una RGP de 328 PC/Bbls5.

LA REFINERÍA DE PETRÓLEO “SAN LORENZO” PIONERA DE LA INDUSTRIA COMERCIAL PETROLERA EN VENEZUELA

La Caribbean Petroleum Company, aprovechando las ventajas obtenidas con la adquisición de la concesión Valladares y el inicio de la explotación petrolera en Mene Grande con la perforación en 1914 del primer pozo petrolero comercial zuliano Zumaque N° 1, comenzó a construir en la población de San Lorenzo, en el año 1916, lo que sería la primera refinería comercial petrolera de Venezuela. Su construcción se finalizó el año 1917. El día 18 de agosto de ese mismo año, se inició un revuelo de corte festivo en la estación terminal de la recién construida refinería y en la estación de bombas inicial, instalada en Mene Grande (ECOS, 1957: 1). Pedro Celestino Mogollón, reportero del periódico “ECO”, en un artículo publicado sobre el hecho en el periódico refería que:

“El teléfono no cesaba de sonar en los extremos de la línea que unía a Mene Grande con San Lorenzo. De pronto ante la expectante espera de jefes y operarios se oyó un jubiloso “Okey”. Era la palabra cabalística que anunciaba la llegada del chorro de oro negro que caía

al primer tanque de almacenamiento de la naciente refinería.

Este primer chorro de petróleo que surgió del pozo Zumaque Nº 1 ubicado en el cerro “La Estrella” en Mene Grande, antes de llegar a los tanques, tuvo que recorrer la cantidad de 15 kilómetros aproximadamente a través de un oleoducto (el primero en su tipo), construido para poder enviar hasta la refinería de San Lorenzo, el petróleo que emanaba del pozo Zumaque Nº 1. También se construyó una vía férrea (la primera en su especie en Venezuela), con una maquina locomotora con el nombre de Maquina Nº1 San Lorenzo, donde se enviaba los equipos petroleros, y viajaban los trabajadores y pasajeros hasta la población de Mene Grande. Es importante destacar que, para aquel entonces, mientras que estaba por finalizar la primera guerra europea, los pitados reglamentarios de la planta declaraban la era industrial petrolera en el Zulia y en Venezuela. Las sirenas de los primeros buques petroleros surtos en el puerto de San Lorenzo indicaban que estaban listos para llenar algunos sus bodegas de petróleo crudo y otros de productos refinados, para conducirlos hacia Venezuela y el mundo (ECOS, ídem). La refinería de San Lorenzo, estaba ubicada a escasos metros de la ribera del Lago de Maracaibo que en aquel entonces pertenecía a la antigua parroquia General Urdaneta del Distrito Sucre (hoy Municipio Baralt). Fue construida a un costo de un poco más de 300.000 dólares, contaba con una capacidad diaria de 2.624 barriles de crudo. En su primer año de operaciones produjo 8.871 toneladas métricas (58.185 barriles) de petróleo crudo. En el transcurso del año 1926, con

Primeras instalaciones de la primera refinería petrolera de Venezuela, ubicada en el campo petrolero San Lorenzo (foto. Banet F. Venezuela Up To Day)

la construcción de una segunda planta destiladores se aumentó la producción en 10.000 barriles de crudo diarios y a 38.000 en 1939 con la adición de una tercera planta. Esta última fue modificada durante la segunda guerra mundial para obtener un mayor rendimiento dado a la constante demanda de petróleo que existía a nivel mundial, producto de la guerra por la cual estaba pasando toda Europa y la gran demanda de combustible para el equipo bélico utilizado en la misma. Es por eso, que a principios de la década de los años 40, la refinería producía más de 45.000 barriles de petróleo diarios (Goiticao, 1924: 77).

La construcción de la refinería de San Lorenzo para la refinación del petróleo extraído del primer pozo comercial del Zulia, el Zumaque Nº1 hizo necesario la construcción del primer muelle petrolero, ubicado en las riberas del lago del caserío San Lorenzo, donde arribó la gran gabarra “Puerto Cabello”, pionera del transporte marítimo-petrolero del país y muchos tipos de veleros y goletas margariteñas o corianas que venían a atiborrarse de productos refinados para el consumo nacional.

Inicialmente los derivados del petróleo producidos por la refinería San Lorenzo eran distribuidos por medio de goletas y piraguas, pero con el progresivo ensanche de la refinería y sus plantas, del tendido de líneas y estaciones de bombeo, fueron apareciendo en el horizonte lacustre de San Lorenzo los primeros buques llamados tanqueros que eran identificados con ostentosos nombres de mujeres, entre los que destacaban: el “Carlota”, el “Adela,“Maruja”, etc. Con el transcurrir del tiempo a la nueva flota de barcos petroleros se le identificó con nombres de caciques indígenas venezolanos como: “Caricuao”, “Charaima”, etc. (ECOS. Ob. Cit). Parte esencial de la refinería era su laboratorio, que se dividía en dos secciones. En una de ellas, se trabajaba sin descanso de día y de noche, ya que, el personal debía examinar las numerosas muestras que eran enviadas constantemente por las otras dependencias de la refinería para sus debidos exámenes que se realizaban con el fin de asegurar la constancia en la de los productos que se manufacturaban. La misma sección se ocupaba también de examinar el petróleo crudo que entraba a la planta, pues cualquier variación en la calidad de éste, incidía en los controles llevados por el personal de planta. La otra sección del laboratorio, que laboraba solamente de día, se encargaba del control de calidad de los productos que se embarcaban por el puerto y del examen de las muestras de petróleo crudo tomadas directamente de los pozos productivos ubicados en la vecindad de la cuenca del Lago de Maracaibo, así como también del análisis de las aguas de abastecimiento para las calderas y de uso doméstico inclusive (Tópicos Shell, 1941: 1-2).

Es justo destacar, que el 16 de septiembre de 1950, a la refinería de San Lorenzo le otorgaron varias placas de reconocimiento, dentro de las bases del concurso de seguridad industrial, patrocinado por el Consejo Interamericano de Seguridad Industrial, para las refinerías de su tipo, por haber obtenido en varios

años el mejor record en escala continental por el menor número de accidentes ocurridos en el trabajo (Ídem, 1950: 9). Se puede decir entonces, que el descubrimiento del primer pozo petrolero en el cerro “La Estrella” de Mene Grande y la instalación de la refinería de San Lorenzo, dan inicio a la era petrolera comercial en el Zulia y Venezuela, trazando también un nuevo camino para la historia económica del mundo. Otro de los aspectos más importantes sobre este hecho es que se abrieron las puertas a un nuevo sistema de vida para el pueblo de San Timoteo y los nacientes campos petroleros: Mene Grande y San Lorenzo, los cuales percibieron casi de manera radical, los embates de una nueva estructura social y económica, con la llegada de gente de todas partes de Venezuela y el mundo. Estas poblaciones, conformaron una mezcla social que daría resultados efectivos con el transcurrir del tiempo. La quietud de sus habitantes y la belleza natural que los rodeaba, conformada por las aguas del lago de Maracaibo que bañaban las costas vestidas de cocoteros y manglares; donde la cotidianidad de sus pobladores se encontraba íntimamente ligada con el medio ambiente natural que los rodeaba, desarrollando actividades pesqueras, agropecuarias y artesanales, sorpresivamente se ve interrumpida por la llegada de personas extrañas, que con ambición buscaban afanosamente el oro negro, que brotaba de las profundidades de la tierra. de palafitos San Timoteo, empiezan a sentir los embates del progreso, se producen innovaciones, se trazan carreteras y nuevas vías de penetración, se construyen nuevas edificaciones como casas comerciales y viviendas particulares, con materiales desconocidos hasta ese momento como el cemento que le dieron un vuelco al modo de vida de los pobladores originales de San Timoteo y San Lorenzo, acostumbrados a vivir en casas construidas de madera y palma sobre las aguas del Lago de Maracaibo (Sánchez, 1990: 47).

El 30 de septiembre de 1982, al cabo de 65 años de jornadas, la refinería deja de prestar sus servicios a la empresa petrolera y al país: Sus instalaciones inertes aún se conservan como un testigo mudo del nacimiento y evolución de la explotación comercial del petróleo en el Estado Zulia y Venezuela. Hasta el presente ninguna autoridad, fuerza política o social de la región se han dignado rescatarla, bien sea declarándola patrimonio histórico petrolero de la región o del país o en su defecto, aprovechar sus instalaciones (antes de que sean desmanteladas) para establecer en ellas una especie de museo didáctico del petróleo, donde a nuestro jóvenes estudiantes se les pueda enseñar, por medio de visitas guiadas, todo lo relacionado con el origen y evolución de la explotación del petróleo en Venezuela y los procedimientos iníciales utilizados en la producción de sus derivados (Salazar, 1996: 70) Sobre este aspecto, en el año 1989, el Dr., Rutilio Ortega G., en su condición de Secretario de Cultura de la Gobernación del Estado Zulia, luego de haber

realizado una visita oficial a las instalaciones de la refinería y sus alrededores, a petición del Presidente de la Asamblea Legislativa, formuló y presentó ante ese organismo una propuesta donde se recomendaba la utilización de las instalaciones de la antigua refinería San Lorenzo para la creación de un monumento o museo didáctico del petróleo. Dentro de la propuesta se encuentra incluido también el rescate del campamento de San Lorenzo. A partir de esta idea, el tema en cuestión ha sido tratado en varias oportunidades, por algunas autoridades y/o políticos de turno a través de algunos medios de comunicación, pero sin llegar a nada en concreto. Mientras tanto, el tiempo sigue pasando y las instalaciones de nuestra primera refinería petrolera comercial San Lorenzo, se hunden en el abandono, y lentamente están siendo cubiertas por la implacable maleza que pareciera reclamar de esa manera el espacio que muchos años atrás le fuera sustraído.

EL LLAMADO DEL ORO NEGRO Y SU IMPACTO SOCIOCULTURAL EN LA COSTA ORIENTAL DEL LAGO DE MARACAIBO

En el año 1912 del pasado siglo XX, empezaron a asomarse por la Costa Oriental del Lago de Maracaibo una serie de ingenieros y topógrafos extranjeros con sus teodolitos en búsqueda del tan codiciado oro negro. Es en el año 1914 cuando la compañía Caribbeam Company descubre el primer pozo petrolero productivo y comercial del estado Zulia y de Venezuela que recibió el nombre de Zumaque Nº 1, ubicado en un sector que recibió el nombre de Mene Grande y que se encontraba a escasos 15 kilómetros de las riberas del lago de Maracaibo. Este descubrimiento, trajo como consecuencia que aparecieran en el lugar personas de otras regiones de Venezuela y del mundo. Con la compañía petrolera llegaron primeramente británicos, holandeses y luego norteamericanos. En los inicios de la industria petrolera se necesitaba manos de obra y en Venezuela no la había. Así que, empezaron a entrenar a un personal inexperto compuesto de campesinos y pescadores. Los primeros bajaron de las montañas de Trujillo, Táchira, Mérida, Lara y Falcón y los segundos se embarcaron en sus piraguas y llegaron desde la Isla de Margarita a la Costa Oriental del Lago de Maracaibo. También llegaron grupos de personas de otras latitudes originarias de la China, Italianos, árabes, etc. De la Isla de Trinidad trajeron alrededor de 3000 trinitarios. Mano de obra que fue distribuida entre la naciente industria petrolera y la empresa productora de azúcar Central Venezuela. Entre el tumulto de gente que iba y venía, se podía observar personas buscando empleo en las empresas petroleras, otros tratando de montar algún

negocio y comercio, porque la compañía petrolera no pudo absorber tanto desempleado que decidieron establecerse en la zona en búsqueda de un empleo digno. En esta aventura no podían faltar los vividores, apostadores y tahúres. Esta situación se acrecienta en el año 1922 con la perforación y reventón del pozo Barroso en la población de Cabimas que consolida a la industria petrolera en Venezuela. La llegada de todas esas personas, produce en la zona una serie de cambios sociales que de una u otra forma va a transformar la vida de los primeros pobladores del lugar. Inicialmente los oriundos de cada región iban conformando como especies de colonias y a su vez se establecían con sus costumbres sociales, culturales, folclóricas y religiosas. Los, merideños, tachirenses y trujillanos, se vinieron acompañados de su Santo Niño de Atoche y sus arepas de harina de trigo más conocidas como telitas. Los margariteños se trajeron de su isla sus diferentes formas de comer pescado, su música (galerones, jotas y polos margariteños), de su tiple o cuatro (instrumento de cuerdas originario de la guitarra española), pero sobre todo llegaron con la imagen de su patrona, la Virgen del Valle. Los Larenses también trajeron consigo su golpe tocuyano y la imagen milagrosa de la muy venerada Virgen de La Pastora. Mientras tanto, los Zulianos seguían apegados a su música tradicional, la gaita y a la veneración de la Virgen de la Chiquinquirá, más conocida entre sus devotos y feligreses como La Chinita. Los lagullinenses, nombre con el que los antropólogos identifican a los pobladores de la zona, desde que los españoles se establecieron en la región, veneraban a la Virgen de Paraute, que merece un estudio aparte. Esa amalgama de grupos étnicos produce un cruce social que generó cambios hasta en el dialecto utilizado por los habitantes originarios. Por eso, en aquellos tiempos, era común oír un “chao” italiano como un saludo castellanizado; ¡Virgen del Valle!, como una expresión de asombro utilizada por los isleños; ¡Corti barato siniora! que era el grito de un árabe vendiendo su mercancía, un ¡Na Guará! Larense, “guachimán” por guardián, el okey inglés, como señal de un acuerdo, el ¡Que molleja!, modismo zuliano por excelencia, utilizado comúnmente como una expresión de asombro, etc. Por otra parte, El laberinto social que se produce ocasiona a su vez un problema que con el transcurrir de los años se fue definiendo en términos sociales como “los de afuera” (que vivían en la periferia de esos campamentos), porque no toda la población de inmigrantes pudo ser absorbida por las empresas petroleras y muchos no tuvieron acceso a la riqueza petrolera y “los de adentro” representados por la clase trabajadora de la industria petrolera y sus familiares que vivían en los campamentos.

LOS DE AFUERA

Además de lo anterior, el hibrido social reinante trae consigo una serie de transformaciones que van a influir en las tradiciones culturales y hasta en el tipo de vivienda al ir desapareciendo en cierto grado los elementos que identificaban la zulianidad de los pobladores establecidos antes de la irrupción de petróleo en la zona. Con la actividad petrolera, la población cada día iba en ascenso y nace la necesidad de nuevas viviendas. Los pueblos de palafitos se fueron convirtiendo en pueblos de agua y de tierra, donde por la falta de materiales de construcción, se construían viviendas improvisadas y sin ningún orden urbanístico. El aumento de la población también permitió un progreso económico que se ve reflejado en el establecimiento de empresas comerciales: almacenes, bodegas, cines, moliendas, pero sobre todo bares y prostíbulos que permitían satisfacer las necesidades personales de los pobladores. Eran tantos los bares, que se confundían con las casas de familia, porque no existía un orden de construcción urbana que separase uno de los otros. Sus dueños ofrecían cerveza y whisky de contrabando y la compañía de prostitutas supuestamente extranjeras y de algunas venezolanas que según las crónicas se teñían el pelo de rubio con agua oxigenada para hacerse pasar por extranjeras que en aquel entonces eran las más codiciadas. En los lupanares, las prostitutas ostentaban apodos, que estaban relacionados en su mayoría con la tecnología y equipos petroleros y que las hacían famosas tales como: “La Cabria” “La Draga”, y otros como “La Fordcito”, “La Vivito” La chocolate, María Casquito, etc. Algunas de estas prostitutas, supieron ahorrar y con el tiempo se convirtieron en dueñas o propietarias de bares o lupanares. Otras se conseguían un buen prospecto de hombre y pasaron a ser señoras muy respetadas dedicadas a su hogar e inclusive a la iglesia. (Salazar, 1996:73-77). Los gringos también visitaban estos prostíbulos con el mismo propósito de los venezolanos, trayendo esto como consecuencia que en algunas oportunidades se presentaran peleas, por motivos de venganza y con derramamiento de sangre entre los venezolanos y sus jefes. En cuanto a los familiares de los trabajadores no incluidos dentro del reglamento de habitabilidad de las viviendas petroleras, estos pasaron a constituir junto con el resto de los pobladores que no tenían acceso a la riqueza petrolera, una clase social marginal, que en gran parte conformaban los cordones de miseria que aún en el presente se observan alrededor de los campamentos petroleros. La situación para esa gente se hacía más grave porque no contaban con escuelas para la educación de sus hijos, mercado, calles asfaltadas, cloacas, electricidad, servicios médicos ni sanitarios y el gobierno no se preocupaba por ellos. Esta situación, conocida como los de afuera”, también fue originando una

desigualdad social, económica y cultural de bastante relevancia, porque no todos los que se establecieron en la zona fueron absorbidos como mano de obra de la naciente industria. Los que vivían fuera de los campos fueron creando su propio “modus vivendi” que resultaba muy complejo. Se mezclaron muchos factores sociales entre los cuales destacaremos los siguientes: •Gente analfabeta o con ninguno o poco grado de instrucción. •Aventureros y personas sin ninguna profesión ni oficio de importancia. •Mujeres y hombres dedicados al cultivo de la vida alegre y fácil.

LOS DE ADENTRO

Las casas que otrora fueron construidas en los pueblos de agua con madera, mopora y techo de palmas; y las fabricadas en tierra con mezcla de barro, madera y caña brava, con techos de zinc y piso de tierra, empiezan a contrastar con las nuevas formas arquitectónicas importadas por las empresas petroleras para la construcción de las viviendas que conformarían los campamentos petroleros. Para los trabajadores, este nuevo tipo de vivienda implica un nuevo modo de vida. Primeramente se les impone vivir solos, luego se les permitió llevar a sus esposas o concubinas con los hijos que estuviesen reconocidos legalmente. Cualquier otro familiar o persona allegada que no estuviesen señalados en las órdenes establecidas, no podían vivir en dichas casas. En oportunidades se eludían

Catia La Mar, sector de San Lorenzo donde estaban ubicadas las casa del personal técnico más conocido como el campo de “Los Gringos”; década de los años 30. (foto Benet F. Venezuela Up To Day)

las disposiciones metiendo alguno que otro familiar. Cuando no se cumplía con el reglamento la compañía tenía causa para prescindir de los servicios del trabajador. (Salazar, ob. cit).

UN CRISOL DE TRADICIONES FOLCLÓRICAS

Parte de las tradiciones que la gente se trajo de sus lugares de origen para la costa oriental del lago de Maracaibo, aún son conservadas en cierta forma por algunos de los descendientes de esos pioneros de la industria comercial petrolera Venezolana. Muestra de ello son las fiestas religiosas y actividades culturales y folclóricas que existen a todo lo largo de las costa oriental del Lago de Maracaibo desde Cabimas hasta la población de San Timoteo en el municipio Baralt.

En la ciudad de Cabimas y en las poblaciones de San Timoteo, Ceuta, Bobures, Gibraltar y el Batey se celebran el 27 de diciembre las festividades mágicoreligiosas dedicadas al Santo Negro o San Benito de Palermo. Estas se repiten con grandes procesiones el día seis de enero de cada año. Es común ver a los vasallos de San Benito tocar y cantar por las calles a ritmo de tambor y flauta, gritando a pleno pulmón…

San Benito lo que quiere es que lo bailen las mujeres San Benito lo que quiere es que lo bailen las mujeres (BIS)

Culto a San Benito en la costa oriental del lago en los inicios de la era petrolera

O también el tradicional canto de…

Necesito un vasallo…pa` que lo queréis Necesito un vasallo…pa` que lo queréis (BIS) Pa’ cargarlo, bailarlo y pa`que lo pasiéis

También se celebra en la población de San Timoteo la paradura del niño el primero de enero de cada año. Ese día es muy común ver por las calles de los pueblos de San Timoteo y San Lorenzo a un grupo de mujeres vestidas con manta guajira y maraca en mano (instrumento de origen indígena), y hombres con tambores (instrumento de origen africano) acompañados del cuatro (originario de la guitarra española), paseando a la imagen del Santo Niño por todas las calles del pueblo, llegando de casa en casa, interpretando villancicos dedicados al Niño Jesús para que sus moradores les abran las puertas de sus casas y le otorguen una colaboración monetaria, que les permite recabar los fondos para la organización de las festividades en honor al Santo Niño. Un ejemplo de villancico cantado por las personas que acompañan al niño y que generalmente son improvisaciones, es el siguiente:

Vos no veis la luna junto con la estrella El niño en la cuna, el niño en la cuna, se parece a ella El niño en la cuna, el niño en la cuna, se parece a ella I Señora maría, señora María aquí estoy afuera con el Santo niño que siempre la espera con el Santo Niño, con el Santo Niño que siempre la espera (BIS)

Luego la Señora interpelada les contesta con otro verso improvisado en relación a la llegada del niño a su casa y recibe al niño. Después de unos canticos otorga en una alcancía que tiene la imagen una colaboración, que será utilizada para el mantenimiento de la imagen del niño o para los festejos del próximo año. También observamos en la población de Las Morochas y Ciudad Ojeda como los descendientes de padres margariteños han mantenido a través de los años las tradiciones que sus ancestros trajeron hacia el lugar, desde la isla de Margarita, en los inicios de la explotación del oro negro en el lugar. Es por eso que el día que se venera en la referida isla a su patrona, la Virgen del Valle, también en las referidas poblaciones organizan las festividades en honor a esta Aparición Mariana. También se celebran festivales de galerón que la música típica por excelencia de estos venezolanos isleños. Vemos pues, como influyó tajantemente

la aparición del petróleo en los cambios sociales, culturales y religiosos que se suscitaron en estas poblaciones lacustres y de tierra firme establecidas en las aguas unos, y otros en las orillas del lago de Maracaibo y que aún en el presente, siguen sufriendo cambios, unas veces para bien y muchas veces para mal, porque a pesar de la explotación del petróleo en la zona, la distribución de los ingresos que esta actividad genera, no es equitativa y no perciben una asignación digna, que les permita a estas poblaciones lograr un progreso y un desarrollo integral. Sin embargo, estas poblaciones, aún tienen la fe puesta en su Niño Jesús, en sus santos y vírgenes milagrosas, porque tienen la plena convicción que tarde o temprano Dios les pondrá en el camino la solución a sus problemas.

PRIMEROS MOVIMIENTOS DE TRABAJADORES Y OBREROS PETROLEROS EN EL ESTADO ZULIA

Génesis de los movimientos de obreros petroleros

En el período comprendido entre las décadas de los años 10 y 20 del pasado siglo XX, existía en el Zulia una escasez de mano de obra en los sectores donde se estableció en 1914 la naciente industria petrolera, específicamente en la costa oriental del Lago de Maracaibo. Esta situación origino en la región una importación de mano de obra campesina que era explotada y sometida a un régimen similar a la esclavitud. En la disciplina laborar se les aplicaba azotes, cepos, etc., y eran prácticamente obligados a contraer una deuda de por vida con el patrono. Conscientes de esta situación, algunas autoridades locales, en su carácter de jefes civiles de los distritos petroleros del Estado Zulia, se decidieron a informar al presidente de la nación sobre la situación en que vivían los agricultores pobres en sus jurisdicciones. Calificaban de desastroso y tirano el trato que en todas las haciendas de la zona se daba a los peones jornaleros, a quienes los hacendados trataban como animales y esclavos. Enterado el gobierno sobre esto, decidió destituir a estos jefes civiles favoreciendo de esta manera a los explotadores de los campesinos (Linder, 2000: charla). Debido al maltrato recibido y a las condiciones de trabajo existentes en las haciendas, el campesinado vio en la naciente industria petrolera su tabla de salvación. Se produjo un éxodo de campesinos oriundos de oriente, los andes, Lara y Falcón hacia la costa oriental del lago. Brito (1973: 418), en unas estadísticas, nos indica que en el año 1916, emigraron hacia la zona petrolera la cantidad de 1.135 campesinos, el 15 % de ellos entró en la industria petrolera como obreros, un 37% ingresó en actividades suplementarias a la naciente industria, mientras

que un 18% emigró las ciudades, volviendo un 30% a su lugar de origen. Para 1921, la cifra de emigrantes campesinos ascendía a 3.360. De este número, el 40% fue incorporado a la industria petrolera como obreros, el 30% en actividades complementarias, mientras que el 18% emigró a las grandes urbes, y el 12% regresó a sus lugares de origen. De la vecina isla de Trinidad fueron traídos alrededor de 3.000 negros antillanos contratados para supervisar y trasmitir órdenes de los Jefes de la Industria a los trabajadores venezolanos. Eran remunerados con uno o dos bolívares extras y se les instruía para que abusaran verbalmente de la masa obrera. De esta manera los trabajadores creían que sus enemigos eran los antillanos y no los blancos extranjeros. En el archivo histórico del Estado Zulia existen documentos que nos refieren que en 1926, algunos dueños de posesiones solicitaban el apoyo de las autoridades para evitar la fuga de peones de sus haciendas, debido a los mejores jornales que ofrecían las compañías petroleras. Por tal motivo se enviaban comisiones a los campos en búsqueda de los peones fugados que al ser localizados eran castigados “de acuerdo con el Código de Policía, es decir tres días de arresto que es lo que en estos casos establecía la ley” (A.H.Z., 1926: t.I-leg.I). Los dueños de las posesiones pretendían que las autoridades los castigaran con cepos o calabozo como lo habían hecho anteriormente otras autoridades. Entre las causas que motivaron la fuga de los peones para irse a trabajar en las compañías petroleras se encontraban: • El mísero jornal que pagaban los hacendados de 3 bolívares diarios. • Una desnutrida y desbalanceada dieta alimenticia. • El maltrato que recibían por parte de los capataces y en oportunidades de los mismos dueños de las haciendas. • Los peones se quejaban de que mientras los productos de los dueños de haciendas (ganado en pie, queso, mantequilla, etc.) Subían de precios y obtenían grandes ganancias, a ellos les seguían pagando el mismo sueldo (A.H.Z., ídem).

Cabe destacar, que por influencia de las compañías petroleras, amparadas por la Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública, y con el apoyo de los jefes civiles, a los campesinos que sembraban libremente en terrenos baldíos con el propósito de obtener el sustento diario, se les perseguía y encarcelaba. Esta situación los obligó también a abandonar sus prácticas agrícolas de subsistencia y buscar empleo en las empresas petroleras (A.H.Z., 1926:t.I, leg.11). La decisión tomada por los campesinos de emigrar hacia los campos petroleros no implicaba que las condiciones de trabajo y de vida en las compañías petroleras eran mejores. Pero lo que si era obvio, es que la Venezuela agraria de aquellos tiempos era explotadora, represiva e inhumana, y no ofrecía a la mayor parte de los ciudadanos otra alternativa que no fuera la del llamado del oro negro.

Es por esto, y por razones de orden económico, que se vieron como empujados hacia el camino que les ofrecía la industria petrolera como una posible solución a sus problemas, con la esperanza de poder trabajar como obreros libres asalariados. Sin embargo, se puede decir que aunque las condiciones laborales y de subsistencia en las haciendas eran duras, no era menos cierto que las de los campos petroleros eran muy parecidas. La única pequeña diferencia radicaba en que en las haciendas, mientras que los salarios eran de 2 a 3 bolívares, en la industria petrolera eran de 4 a 5 bolívares diarios. En la etapa comprendida entre los años 1921 a 1925, la explotación del petróleo se intensificaba en el Zulia. A los campamentos petroleros afluían cada día más un gran número de obreros de todas clases y de muchos lugares, lo que generaba ciertas condiciones o situaciones excepcionales en la comunidad. Esto se debía más que todo a las variantes existentes en las culturas, costumbres, y manera de actuar de cada uno de los grupos de venezolanos que procedían de diferentes regiones del país. Por eso, los trabajadores, desde un principio, se empezaron a definir a ellos mismos como regionalistas de acuerdo a su lugar de procedencia: margariteños, andinos, larenses, zulianos, etc. El marcado regionalismo existente no les permitía a los obreros unirse en contra de los atropellos que cometía la industria petroleras, más bien mantenían entre ellos mismos diferencias de tipo costumbristas en sus relaciones laborales que se proyectaban y provocaban fricciones en la vida cotidiana de esos grupos que inicialmente ellos conformaron. La supuesta conciencia regional individualista trajo como consecuencia también una competencia y rivalidad en el trabajo, al querer probar con esto que los mejores en las labores que se les asignaban eran los de su región de origen. De esta situación se aprovechaban al máximo las autoridades de las compañías petroleras, acentuando las marcadas diferencias que existían entre ellos, para seguir de esa manera explotándolos al máximo. Para ese entonces, la situación de los obreros era tan crítica que el Ministro de Relaciones Interiores dictó una resolución, por disposición del Presidente de los Estados Unidos de Venezuela donde se comisionaba al ciudadano Rómulo Farías Nones, para que se trasladara el Estado Zulia, con el objeto de inspeccionar las condiciones en que se encontraban los obreros que trabajaban en los campos de explotación petrolera (A.H.Z., 1926: t.v, leg.I). La jerarquía de la sociedad de los campos petroleros funcionaba como una especie de sistema de casta. Estaba constituida principalmente por los jefes, supervisores, y técnicos anglo-holandeses-norteamericanos, luego le seguían los negros antillanos. Los líderes de las empresas petroleras que inicialmente eran europeos y posteriormente norteamericanos, reflejaron sus mentalidades en la construcción de los campamentos petroleros, ya que construyeron barreras físicas (cercados de alambre) que los mantuvieron separados de las poblaciones

periféricas no petroleras, que nacieron o se acrecentaron con el establecimiento de la industria petrolera y conformadas por un grupo social desamparado por el gobierno de turno, además de que no recibían ninguno de los beneficios que ofrecían las petroleras. El panorama social que ofrecían estos campamentos petroleros, les permitió a los obreros reflexionar acerca de lo difícil que era la vida en sus comienzos. Entre los grandes males que los envolvían se encontraban entre otros: • Jornadas de trabajo de 9 de la mañana a 9 de la noche. • Viviendas especie de “covachas” (bohíos fabricados de palmas y madera), sin servicios sanitarios mínimos. • Ausencia total de servicios médicos asistenciales. • Condiciones deplorables de insalubridad en el trabajo y en los campamentos. • Carencia de agua potable. • Proliferación de plagas transmisoras de enfermedades como el paludismo y malaria. En ese mismo orden de ideas, eran tan deprimentes e inhumanas las condiciones de trabajo de los obreros pioneros de la industria petrolera que debían diariamente atravesar intrincadas selvas plegadas de fieras, y otros tipos de alimañas como serpientes y mosquitos. Como medicamento, la compañía petrolera solo les otorgaba una pastilla diaria de quinina que servía como paliativo a las enfermedades provocadas por las picadas de mosquitos. Se veían en la imperiosa necesidad de beber el agua insalubre del lago de Maracaibo. No contaban con sitios recreacionales o de entretenimientos salvo los expendios de bebidas alcohólicas y lupanares ubicados en las afueras del campamento, donde acudían en las noches supuestamente para aliviar sus penas. En ese entonces, ningún familiar (Padres, abuelos, tíos, hermanos, etc.), tenía derecho a vivir con el trabajador e inclusive tenían prohibido el acceso a los campamentos, solamente estaban autorizados los obreros para habitar las viviendas que se les asignaban, primeramente como solteros y posteriormente se les permitió habitar con su esposa (o concubina) e hijos legalmente reconocidos. (Severeyn, 1994: entrevista). Por último cabe destacar que los campamentos eran cercados con alambres de púas y con vigilancia policial, muy semejante a los campos de concentración. La discriminación social, las deplorables condiciones de trabajo, la política de opresión y explotación permanente mantenida por las empresas petroleras desde el inicio de la explotación del oro negro y que cercenaba las justas aspiraciones del obrero petrolero, fueron los factores esenciales que contribuyeron a que fueran desarrollando una conciencia de clase, que trajo a su vez una serie de conflictos laborales y descontentos, que con el transcurrir del tiempo dieron origen a los sindicatos de obreros y empleados petroleros, y a los primeros movimientos obreros y huelgas en la industria petrolera establecida en el Estado Zulia.

En esos tiempos, el panorama ofrecía una ola de rebeldía y se presentaban algunos que otros pequeños conflictos de escasa duración, pero que dieron como

Primer movimiento obrero petrolero, que se produjo entre los trabajadores petroleros de Mene Gran y San Lorenzo. Año 1925 (Foto Google 2012)

resultado el despido o la expulsión a su lugar de origen de todo obrero que tuviese madera de líder, con el propósito de atemorizar al resto de los trabajadores. Dado a la situación reinante, los obreros expulsados se las ingeniaban cambiando sus nombres para poder solicitar trabajo en otros campos petroleros. Igualmente, estos señores difundían sus experiencias anteriores y poco a poco fueron estableciendo una mayor comunicación entre los diferentes campamentos, disminuyendo el aislamiento que existía entre ellos, y al mismo tiempo que tomaban conciencia de su explotación, se convertían en una clase obrera sin ideas de orden regionalista que los dividiera. De esta manera, la visión de su mundo fue sufriendo las transformaciones esenciales que les permitieron ver que el enemigo no eran sus propios compañeros sino el patrono. En el proceso de toma de conciencia ayudaron algunos trabajadores extranjeros al tanto de la situación laboral y condiciones de vida de los obreros. Muchos de los antillanos originarios de Trinidad a pesar de haber sido utilizados por las compañías para parecer ante los ojos de los obreros como sus enemigos

narraban sus experiencias laborales obtenidas en sus viajes por todo el mundo. Para los trabajadores locales eran muy significativas las noticias procedentes del mundo exterior, ya que Venezuela para ese entonces se encontraba casi incomunicada con el resto del mundo y en especial los nacientes campamentos petroleros. Cabe destacar, que para ese entonces, el país estaba sometido por su Presidente, General Juan Vicente Gómez a una dictadura férrea que brindaba todo su apoyo a las transnacionales. También jugaron un papel muy importante en este proceso algunos empleados extranjeros, como Domingo Mariani, mecánico y soldador de la Refinería de petróleo de San Lorenzo, quien fue el primero en manifestarle a los obreros venezolanos la necesidad que tenían de unirse y crear un organismo que les permitiera agremiarse para poder luchar unidos por mejores reivindicaciones laborales, económicas y sociales (Salazar, 1996:78). En el campo de Mene Grande algunos perforadores de origen norteamericano, también aportaron sus experiencias y conocimientos, al dar a conocer sus ideas políticas revolucionarias traídas de otras partes del mundo, permitiéndole a los obreros con esto, orientarse en cuanto a la lucha que debían emprender (Salazar, ídem). Antes de producirse la primera huelga petrolera ya el gobierno de turno tenía conocimiento pleno sobre la llegada clandestina de extranjeros que tenían como objetivo adoctrinar a la masa obrera, para que se organizaran e iniciaran sus luchas por mejores reivindicaciones. En ese sentido, el Presidente del Estado Zulia, empezó a tomar las medidas necesarias al caso, por lo que inmediatamente solicitó a las autoridades locales una nómina de los extranjeros que se encontrasen en los distritos petroleros para investigarlos y los que pudieran considerarse como “individuos peligrosos para el orden y la tranquilidad social”, proceder a extraditarlos como disidentes comunistas (A.H.Z., 1926: t.I, leg.I).

PRIMERA HUELGA PETROLERA

Esta primera huelga petrolera de trabajadores petroleros se fraguo en el año 1925. Fue patrocinada y dirigida por Augusto Malavé, convirtiéndose de esta manera en el pionero del movimiento obrero petrolero venezolano y a quien Jesús Prieto Soto describe como un “hombre de estatura baja, rechoncho, de cara indiada y ojos pequeños, creador de proscenio improvisado sobre calones de balancines británicos, en el patio de la Caribbean Petroleum Company del campo Mene Grande, líder autentico del proletariado que se atrevió a retar a la temida dictadura del Presidente Juan Vicente Gómez y a la poderosa compañía cuando apenas se daba inicio a la construcción en Mene Grande del primer campamento

petrolero de Venezuela”(Prieto, 1975:78). La huelga se fraguó en medio de las noches, entre los trabajadores de San Lorenzo y Mene Grande que viajaban en un carromato de rieles que recorría a diario la vía existente entre estas dos población. A pesar que estos señores tenían que empujar por largo trecho la pesada máquina y regresar en la madrugada a su sitio de trabajo, los obreros oían emocionados las palabras elocuentes del fogonero Augusto Malavé (Prieto, ídem). Los motivos de este primer movimiento obrero petrolero fueron suficientemente explicados en capítulos anteriores. El veterano luchador sindical, Pantaleón García Salazar, (1982: 16 y 17), en su obra sobre la historia del movimiento sindical en el Estado Zulia, afirma que, para el momento de la huelga, 40 trabajadores redactaron una carta con una serie de peticiones, donde se establecía un aumento de sueldo de diez bolívares diarios, atención médica y vivienda. Los obreros decidieron que el paro sería hasta que fueran satisfechas sus demandas. La empresa petrolera, en vista de la situación reinante, optó por enfrentar a los obreros con las autoridades policiales, con el propósito de hacerlos volver a su sitio de trabajo, pero los trabajadores en huelga al hablar con los policías lograron ponerlos de su parte. Esta situación obligó a la compañía a llegar a un arreglo que consistió en: • Una hora menos de trabajo (de 10 am a 9 pm). • Aumento de sueldo mínimo de cuatro a cinco bolívares diarios. • Un médico (pero sin aportar medicinas). • Estudiar el problema de la vivienda.

En definitiva, la huelga duró doce días, volviendo a su sitio de trabajo todos los trabajadores pero con la promesa de que la empresa cumpliría con las demás peticiones. Esta primera huelga petrolera, permitió que los trabajadores comprendieran la necesidad de agremiarse y luchar sin temores contra los defensores de las compañías petroleras para así poder lograr sus justas aspiraciones. Lo lamentable de esta huelga fue el encarcelamiento y despido de algunos trabajadores y la desaparición de otros como el caso del propio Augusto Malavé quien fue puesto preso. Pasados varios días fue visto cuando lo embarcaban en una goleta que lo trasladó por las aguas del Lago de Maracaibo hacía un rumbo desconocido, puesto que no se supo más nada de su persona (Garcés, 1996: entrevista). Mientras sucedía esto, los trabajadores despedidos por la empresa también se vieron en la necesidad de cambiarse su aspecto físico y sus nombres, para tratar de esa manera conseguir trabajo en otros campos petroleros, ya que los nombres de cada uno de ellos estaban reseñados en lo que llamaban la “Lista Negra” la cual era transmitida al resto de las compañías asentadas en la región, con el propósito de evitar que estos señores fuesen contratados por alguna de ellas. A

partir de este hecho. Se puede decir entonces que los obreros de los campamentos petroleros dejaron marcada una huella en la historia del movimiento obrero petrolero en Venezuela, por haber sido escenario del primer gesto reivindicativo de este tipo a nivel nacional.

FUNDACIÓN DE LOS SINDICATOS DE OBREROS Y EMPLEADOS PETROLEROS

Partiendo del año 1925 hasta llegar a 1936, en los campos petroleros se mantuvo la ola de rebeldía ante el patrón inhumano. Aún existían una serie de factores que motivaron otros conflictos laborales. Las condiciones estaban dadas para iniciar los trámites que conllevaron a la creación de los sindicatos. “Los obreros petroleros, luego de haber vencido los obstáculos que contribuyeron a su desarrollo y madurez en estas luchas, logran fundar sus sindicatos en el año 1936”. (García, ob. cit.). A pesar de las medidas represivas policiales y los controles tomados por el fallecido gobernante y que continuaron con el Presidente entrante, General Eleazar López Contreras, para controlar la entrada de extranjeros con ideas comunista al país, no pudieron evitar que estos señores se infiltraran clandestinamente entre los trabajadores petroleros, para ayudarlos en la fundación de sus sindicatos. En el mes de enero de 1936, aprovechándose del cambio de gobierno, el partido comunista en la clandestinidad ordena a sus miembros activos a organizar a los obreros petroleros en todo el Estado Zulia, con el fin de planificar y crear los sindicatos petroleros. De esta manera, la influencia marxista predominó en la fase formal, por medio de su doctrina y literatura en la constitución de todos los sindicatos que se fueron creando en las poblaciones petroleras del Zulia: Maracaibo, Cabimas, Lagunillas, Mene Grande, San Lorenzo, Bachaquero, etc. (Salazar, 2001:19). Los sindicatos se constituyeron en esa época en medio de la resistencia contra las políticas laborales agresivas y represivas de las compañías petroleras, pero principalmente en lo que se refería a la cuestión de los salarios y las jornadas de trabajo. De esta manera, se convirtieron en los ejes de la organización de la clase obrera petrolera. Es importante destacar, que para la década de los años 30, del pasado siglo XX, ya se notaba dentro de nuestra política nacional del trabajo una influencia filosófico-económica de origen marxista, sobre todo en lo concerniente a la teoría de luchas de clases. Esa filosofía, estaba infiltrándose y era adoptada por nuestras sociedades obreras a través de un adoctrinamiento basado en información obtenida de segunda, de tercera y hasta de cuarta mano, por lo que la mayoría de las personas que sostenían o apoyaban dicha teoría lo hacían en ese entonces sin

un conocimiento pleno de su origen, de un modo vago y diluido (New York Times, 1941:1). Esta realidad, se pudo observar en algunos documentos de la época donde los obreros manifestaban que su lucha era más que todo de orden social y económico, por lo tanto no querían aceptar que esta se politizara (Salazar, ob. Cit.: 31).

LA GRAN HUELGA PETROLERA DE 1936-1937

Con la creación de los sindicatos petroleros, los trabajadores comenzaron a organizar una huelga general en la industria petrolera. Este conflicto que ya era a nivel nacional, se constituyó en una gran lucha por las reivindicaciones económicas y sociales, el rescate de la identidad nacional y para acabar de una vez por todas con el fantasma de la dictadura gomecista, soportada durante 27 años. Los trabajadores petróleos tenían sobrados motivos para luchar contra el criminal despotismo, que quería mantener el nuevo gobierno. La razón esencial de este conflicto se debió en gran parte a los hechos ocurridos en el campo de Mene Grande, el día 24 de junio de 1936, cuando en el cine “San Felipe” de la localidad, se llevaba a cabo una asamblea sindical, que decretó un paro conocido como la huelga de junio, en contra de una rechazada “Ley de Defensa Social”, creada con el único propósito de frenar todas las manifestaciones populares. La referida Ley fue introducida al Congreso Nacional por un grupo de adictos al gobierno y su título real era “Ley para Garantizar el Orden Público y el Ejercicio de los Derechos Individuales”. El comando o dirección de la mencionada huelga estaba centralizado en la población de Mene Grande, pero el sindicato de San Lorenzo acató sus directrices, dándole un apoyo total e incondicional al movimiento. Al atardecer una de las autoridades policiales que se encontraban bajo la influencia alcohólica irrumpió de manera violenta y ordenó a su tropa asaltar la asamblea sindical que se celebraba en el referido cine. El fuego cerrado de fusilería tronó en el recinto que estaba para el momento totalmente lleno de trabajadores, lo que trajo como consecuencia que lamentablemente murieran asesinados algunos obreros., que pasaron a ser los primeros mártires de las luchas obreras petroleras en Venezuela. Tan deplorable hecho, dio pie a que los trabajadores organizados llegaran a la heroica huelga petrolera de 1936-1937, que se mantuvo por 45 días, corriendo los trabajadores el riesgo de que si se perdía el movimiento de masas se irían todos los logros anteriores al suelo, pero si se ganaba, el movimiento popular recibiría nuevos impulsos para recuperar su antigua fuerza y poder enfrentarse de esa manera a las pretensiones del nuevo gobierno. Inspirados en sus mártires y motivados por la emoción efervescente del movimiento sindical y las medidas represivas puestas en práctica por el gobierno

Imagen de la huelga petrolera de 1936-1937 (foto Google 2012) de López Contreras, los dirigentes obreros decidieron reunirse en el mes de agosto de 1936, en el campo de San Lorenzo, con el propósito de discutir la creación de un organismo que uniera a todos los sindicatos petroleros existentes en todo el país. Todos los dirigentes estuvieron de acuerdo con la idea. Esto permitió que se constituyera lo que se llamó la “Unión Sindical Petrolera (U.S.P.)” (García, ob.cit: 18).De la conformación de este organismo surgió un pliego de peticiones que contenía las cláusulas siguientes: • Aumento de sueldo con un salario mínimo de 10,oo bolívares diarios. • Reconocimiento de los sindicatos como defensa de los trabajadores y a su Jefe de Reclamos. • Reenganche de los trabajadores despedidos en la huelga anterior. • Suministro de agua potable y hielo. • Servicios médicos y medicinas. • Suministro de vivienda para todos los trabajadores. • Pago de los salarios retenidos por participación en la huelga. • Jornada de trabajo de 8 horas diarias. • Trato decente por los jefes y caporales. Al inicio de la discusión del pliego de peticiones, las compañías en forma descarada apenas si ofrecían el hielo, porque el agua según la gerencia, debían tomarla bien sea de las calderas o del lago. Esta actitud tan inhumana indignó aún más a los trabajadores y lógicamente esto impidió llegar a un entendimiento entre ambas partes (Nehru, ob.cit.:256).

La cerrada intransigencia, el descaro y la arrogancia patronal, así como también la complicidad manifiesta de las autoridades gubernamentales obligó a los trabajadores a girar instrucciones precisas de preparación de la huelga y resolvieron introducir los pliegos pero ya con carácter conflictivo. Fue así como se dio el grito de huelga el 14 de diciembre de 1936. Todos los trabajadores petroleros del Zulia y Falcón pararon totalmente la industria petrolera llenos de entusiasmo, ocupando cada uno de los sindicatos sus puestos de combate. La huelga marchó muy organizada a pesar que las condiciones ambientales y sanitarias existentes en los refugios de los trabajadores eran deplorables. El problema de la alimentación para ellos y sus familiares se resolvió gracias a la organización de un comité de abastecimiento que cumplió con su función a cabalidad. “Fueron muchas las personas que colaboraron de una u otra manera. En ese sentido, los agricultores facilitaron todo tipo de cultivos, igual lo hicieron los pescadores. Todo tipo de ayuda llegaba a los sindicatos y a los refugios” (Severeyn, ídem”). Esta forma de organizarse fue lo que permitió que la huelga trascurriera disciplinadamente y cada trabajador cumplió con los deberes que les fueron asignados. Algunos sindicalistas supuestamente eran los que comandaban la huelga pero estratégicamente la huelga era dirigida secretamente por la directiva titular. De esta manera aparentaban estar desligados totalmente de sus responsabilidades, pero esto era con el propósito de evitar que les aplicaran cargos según la tristemente famosa “Ley para Garantizar el Orden Público”, evitando de esta manera que el conflicto quedara sin los cerebros que la dirigían. “La huelga concluyó a raíz de un decreto dictado el 22 de enero de 1937, por el Ejecutivo Nacional, donde se ordenaba el reingreso al trabajo o de lo contrario serían aplicadas fuertes sanciones. Según el decreto se les concedía el aumento de un bolívar a los trabajadores que ganaban de 7 a 9 bolívares diarios. Los trabajadores que no tenían vivienda también obtuvieron un bolívar de aumento adicional. La empresa quedaba obligada a dotar de agua fría a los centros de trabajo y a los marinos. Las mismas reivindicaciones fueron logradas para los ayudantes de cocina que ganaban un salario de 100 bolívares mensuales” (Nehru, ídem).

Los dirigentes del conflicto decidieron acatar a duras penas el decreto, pero bajo una fuerte y enérgica protesta pública, ordenando de inmediato un repliegue de fuerzas con el fin de evitar el desmoronamiento de las organizaciones de masas y así poder conservar muy en alto la moral combativa para futuras jornadas de lucha proletaria. Las medidas que tomaron estos dirigentes del conflicto fueron las más acertadas y el tiempo les dio la razón, puesto que para el momento del decreto las condiciones no estaban dadas para convertir el movimiento de corte económico y social al orden de lo político, en el caso de que hubiesen decidido oponerse al referido decreto. Sin embargo se puede decir que la huelga de 1936-

1937 fue un éxito si se toman en cuenta los aspectos siguientes: • Fue la huelga petrolera de mayor duración, importancia y cohesión que haya tenido el movimiento obrero venezolano hasta el presente. • Se destacaron y se formaron una cantidad considerable de dirigentes natos. • Los trabajadores dejaron como legado a las generaciones futuras, el derecho a huelga y a crear organismos de tipo gremial y político. • Se logró que por primera vez los trabajadores petroleros pudieron firmar un contrato con las compañías petroleras. • Como consecuencia de este conflicto surgieron una serie de cambios en el orden de lo económico, lo político, lo social, y lo laboral en la región zuliana y en toda Venezuela. • Las consecuencias en general de sus acciones, de sus actitudes y de su sentir democrático y nacionalista se pueden palpar actualmente en muchos aspectos de la cotidianidad del venezolano. • Se destacó la resistencia ofrecida por los trabajadores, su bien planificada organización y el elevado espíritu de unión y hermandad. • Quedó manifiesto un gran deseo de superar una época de maltratos e injusticias por parte de los dirigentes de las compañías petroleras y del mismo gobierno, lo cual era una constante en sus vidas. • Las empresas petroleras se vieron obligadas a darle un cambio radical a su política laboral. • Se da inicio a la construcción de viviendas dignas para el trabajador petrolero, además de instalaciones educativas, de servicios médicos, deportivas, centros culturales y clubes sociales y deportivos. • Por último, se puede decir, que a partir de estos hechos, fue cuando los trabajadores se pudieron incorporar a la vida activa del quehacer diario de la nación y se echaron las bases del régimen democrático, que a pesar de sus muchas fallas, aún existe en nuestro sistema de gobierno.

Fuentes bibliográficas

Cunill Grau, Pedro. Geografía del poblamiento venezolano en el siglo XIX. Ediciones de la Presidencia de la República, Caracas, 1987. De la Plaza, Salvador. El Petróleo en la Vida Venezolana. Editorial Pensamiento Vivo, Apuntes de Geografía Económica de Venezuela, Caracas, 1962. Depons, Francisco. Viaje a la parte oriental de Tierra Firme. Tipografía Americana, Caracas, 1930 Fuenmayor, Juan Bautista. Historia de Venezuela Política Contemporánea: 18991969, García Salazar, Pantaleón. Historia del Movimiento Sindical en el Zulia, Maracaibo, septiembre de 1982. Godio, Julio. El Movimiento Obrero Venezolano 1850-1944, Editorial El Ateneo de Caracas, ILDIS, Colección M.O.L.A.C., serie Movimiento Obrero, 1980. Matos Romero Manuel. El problema Petrolero en Venezuela, Editorial Bolívar, Caracas, 1938. Nehru Tennassee, Paul. Venezuela los Obreros Petroleros y la Lucha por la Democracia, EFIP-Editorial Popular s.a, Madrid –Caracas, 1979. Prieto Soto, Jesús. El Chorro Gracia o Maldición, Universidad del Zulia, Editorial Universitaria, Maracaibo, 1975. Quintero, Rodolfo. Hacia el Renacimiento Obrero en Venezuela, Universidad Central de Venezuela, Colección Libros, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, División de - Publicaciones, Caracas, Salazar Zaíd, Iván José. Historia de Dos Pueblos de Agua: San Timoteo y San Lorenzo, Colección Zuliana N° 11 del SERBILUZ, Universidad del Zulia, Gráfica Chirinos, Maracaibo, 1996.

Fuentes hemerográficas

Cámara de Diputados de los Estados Unidos de Venezuela. Diario de Debates -1937- Mes II-Caracas, 3 de junio de 1937, num.22, nota N° 43, t.I. Compañero. Publicación mensual N° 2-4, mayo 1975, Caracas, articulo: El Sindicato. New York Times. New York, 2 de noviembre de 1941, primera pág. Editorial.

Entrevistas

Garcés, José. (Veterano trabajador jubilado, pionero de la industria petrolera). Entrevista realizada en su casa de habitación, en la Urbanización “La Pomona”, Maracaibo, 1996. Severeyn, Moisés. (Veterano trabajador jubilado de la industria petrolera). Entrevista. Realizada en su casa de habitación, en el campo petrolero San Lorenzo, Municipio Baralt, Estado Zulia, 1995.

Fuentes documentales primarias

A.H.Z.

• Tomo I legajo N° I Perijá, 2 de marzo de 1926. • Tomo I legajo N° 2 Sanidad Nacional, 9 de 1926. • Tomo I legajo N° 11 Ministerio de Relaciones Interiores s/f. • Tomo I legajo N° 13 Maracaibo, 23 de septiembre de 1926. • Tomo III legajo N° 19 Santa Rita, 9 de septiembre de 1926. • Tomo IV legajo N° 32 Maracaibo, o4 de diciembre de 1926. • Tomo V legajo N° 1 Caracas, 11 de febrero de 1926. • Tomo VI legajo N° 11 16 de agosto de 1926.

EL POZO ZUMAQUE N° 1 PRIMER POZO PETROLERO COMERCIAL DE VENEZUELA

Fuentes bibliográficas

Besson, Juan. Historia del Estado Zulia, (5 Vols.), facsímil edición de la Gobernación del Estado Zulia Decreto 73, Secretaría de Educación, Fondo Editorial “Dr. Raimundo Andueza Palacio”. Prieto Soto, Jesús. El Chorro gracia o maldición. 1962, Maracaibo, edición de la Dirección de Cultura de la Universidad del Zulia, Talleres Gráficos de la Universidad del Zulia. Salazar Zaíd, Iván José. Historia de Dos Pueblos de Agua: San Timoteo y San Lorenzo, Universidad del Zulia, Vicerrectorado Académico, SERBILUZ, Colección Zuliana N° 11, Tip. Chirinos, Maracaibo, 1996.

Fuentes hemerográficas

Colegio de Ingenieros del Estado Zulia. Revista Zumaque N° 32, octubrediciembre de 1978. “ECO”. Periódico órgano de la Asociación de Bienestar y Cultura de Mene Grande y San Lorenzo, septiembre de 1957. Año III. Nº 30 Folleto. La era comenzó hace más de 70 años. Gerencia de Relaciones Públicas de la División de Operaciones de Producción, Maraven, 1992. Panorama. Maracaibo, 31 de enero de 1993. Maraven Filial de PDVSA. Zumaque 1 Apuntes de ayer y de hoy: 1914-1994. Edit. Gerencia de Asuntos Públicos, 1994. Revista Tópicos Shell, julio de 1964

Referenciales

Hernández, Luis GuillermO y Jesús Ángel Parra. Diccionario General del Zulia, tomos I y II, Banco Occidental de Descuento, Editorial Arte, 1999. Fundación Polar. Diccionario de Historia de Venezuela (4 vols.), Empresas Polar, Segunda edición, Caracas, 1997.

LA REFINERÍA DE PETRÓLEO “SAN LORENZO” PIONERA DE LA INDUSTRIA COMERCIAL PETROLERA EN VENEZUELA

Fuentes bibliográficas

ECOS. Periódico editado en Mene Grande y San Lorenzo, septiembre de 1957. Año II, Nº 30. Mene Grande-San Lorenzo, Distrito Baralt. Goiticao, Veloz, N. Venezuela-1924, s/e, Caracas, 1925. Tópicos Shell de Venezuela, revista. Año II, Nº 20, Maracaibo, enero 1941. Nº 39. Maracaibo, diciembre, 1950. Sánchez H. Martiniano. Vivencias en Tres Tiempos de la Costa Oriental del Lago, s/e, Maracaibo, 1990. Salazar Zaíd, Iván José. Historia de Dos Pueblos de Agua: San Timoteo y San Lorenzo, Universidad del Zulia, Vicerrectorado Académico, Sistema de Servicios y de Información SERBILUZ, Colección Zuliana Nº 11, Imprenta Gráfica González, Maracaibo, 1996. CEPET. La industria Venezolana de los Hidrocarburos Petróleos de Venezuela S.A. y susFiliales, Ediciones CEPET, Caracas, 1987. Parra Fabiola y Parra Cristina. El Petróleo y sus influencias en las transformaciones Culturales de la Región Zuliana. Caso Cabimas y Lagunillas. Tesis de Grado, Universidad del Zulia, Facultad de Humanidades y Educación, Centro de Estudios Históricos, Maracaibo, 1985.

EL LLAMADO DEL ORO NEGRO Y SU IMPACTO SOCIO-CULTURAL EN LA COSTA ORIENTAL DEL LAGO DE MARACAIBO

Fuentes bibliográficas

Salazar Zaíd, Iván José. Historia de Dos Pueblos de Agua. San Timoteo y San Lorenzo. 1996, Maracaibo, Universidad del Zulia, Gráfica González. Salazar Zaíd, Iván José. Síntesis Histórica de Lagunillas: desde sus orígenes hasta la consolidación de Ciudad Ojeda. 2010, Maracaibo, Universidad Alonso de Ojeda, Editorial ASTREA. Sánchez H., Martiniano. Vivencia en Tres Tiempos de la Costa Oriental del Lago.

1985. Maracaibo, s/e. Parra, Fabiola y Cristina Parra. El Petróleo y su influencia en las transformaciones culturales de la región zuliana, caso Cabimas y Lagunillas. 1985. Maracaibo, Universidad del Zulia, Facultad de Humanidades y Educación, Centro de Estudios Históricos.

Nota: Alguna información fue obtenida en conversación sostenida con la señora Delia Padrón de Severeyn en su casa de habitación, ubicada en la entrada a San Timoteo en la avenida del lago. 1998.

PRIMEROS MOVIMIENTOS DE TRABAJADORES Y OBREROS PETROLEROS EN EL ESTADO ZULIA

Fuentes bibliográficas Fuentes primarias (Documentos)

A.H.Z.

• Tomo I legajo N° I Perijá, 2 de marzo de 1926. • Tomo I legajo N° 2 Sanidad Nacional, 9 de 1926. • Tomo I legajo N° 13 Maracaibo, 23 de septiembre de 1926. • Tomo I legajo N° 11 Ministerio de Relaciones Interiores s/f. • Tomo III legajo N° 19 Santa Rita, 9 de septiembre de 1926. • Tomo IV legajo N° 32 Maracaibo, o4 de diciembre de 1926. • Tomo V legajo N° 1 Caracas, 11 de febrero de 1926

Fuentes secundarias (Libros)

Aguilera, Delfín. Venezuela 1900, ediciones del Congreso de la República, Caracas, 1974. Brito Figueroa, Federico. Historia Económica y Social de Venezuela t. II. Universidad Central de Venezuela, Edición de la Biblioteca, Caracas, 1973. De la Plaza, Salvador. El Petróleo en la Vida Venezolana. Editorial Pensamiento Vivo, Apuntes de Geografía Económica de Venezuela, Caracas, 1962. Fuenmayor, Juan Bautista. Historia de Venezuela Política Contemporánea: 18991969, García Salazar, Pantaleón. Historia del Movimiento Sindical en el Zulia, Maracaibo, septiembre de 1982. Godio, Julio. El Movimiento Obrero Venezolano 1850-1944, Editorial El Ateneo de Caracas, ILDIS. Colección M.O.L.A.C., serie Movimiento Obrero, 1980. Matos Romero Manuel. El problema Petrolero en Venezuela, Editorial Bolívar, Caracas, 1938.

Nehru Tennassee, Paul. Venezuela los Obreros Petroleros y la Lucha por la democracia, EFIP-Editorial Popular s.a, Madrid – Caracas, 1979. Prieto Soto, Jesús. El Chorro Gracia o Maldición, Universidad del Zulia, Editorial Universitaria, Maracaibo, 1975. Quintero, Rodolfo. Hacia el Renacimiento Obrero en Venezuela, Universidad Central de Venezuela, Colección Libros, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, División de Publicaciones, Caracas, 1980. Salazar Zaíd Iván José. Historia de Dos Pueblos de Agua: San Timoteo y San Lorenzo, Colección Zuliana N° 11 del SERBILUZ, Universidad del Zulia, Gráfica Chirinos, Maracaibo, 1996. Salazar Zaíd Iván José. La Huelga Petrolera de 1936-1937 -Compilación Documental-, Colección V Centenario del Lago de Maracaibo, Acervo Histórico del Estado Zulia, Biblioteca Temas del Zulia, Ars Gráfica s.a. Maracaibo, 2001.

Fuentes hemerográficas (Periódicos, revistas, boletines y otros)

Cámara de Diputados de los Estados Unidos de Venezuela. Diario de Debates 1937- Mes II-Caracas, 3 de junio de 1937, num.22, nota N° 43, t.I. Compañero. Publicación mensual N° 2-4, mayo 1975, Caracas, articulo: El Sindicato. New York Times. New York, 2 de noviembre de 1941, primera pág. Editorial.

Entrevistas y charlas

Garcés, José. (Veterano trabajador jubilado, pionero de la industria petrolera). Entrevista. Realizada en su casa de habitación, en la Urbanización “La Pomona”, Maracaibo, febrero 2003. Linder, Peter. Charla. Dictada en el Centro de Estudios Históricos, de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad del Zulia, Maracaibo, 2000. Severeyn, Moisés. (Veterano trabajador jubilado de la industria petrolera). Entrevista. Realizada en su casa de habitación, en el campo petrolero San Lorenzo, Municipio Baralt, Estado Zulia, en enero de 2003.

100 Años de la actividad comercial del petróleo en Venezuela

FONDO EDITORIAL

ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO ZULIA