EXPLORA VENEZUELA Felinos de Venezuela

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Directorio DIRECTOR GENERAL: Alberto Blanco Dávila. EDITORES EN JEFE: Alberto Blanco Dávila, Almira Hoogesteijn, Rafael Hoogesteijn COMITÉ EDITORIAL: Almira Hoogesteijn, Rafael Hoogesteijn, Ernesto O. Boede. DIRECTORES EJECUTIVOS: Francisco Cuahonte, Oscar Pietri. DIRECTOR ASOCIADO: Alberto Camardiel. DISEÑO GRÁFICO: Reinaldo Acosta Velásquez. AUTORES: Ernesto O. Boede, Almira Hoogesteijn, Włodzimierz Jędrzejewski, Maria R. Abarca Medina y Rafael Hoogesteijn. INFOGRAFÍA: Jorge Galofre. ILUSTRACIONES: Jorge Blanco / Bestias Prehistóricas de Venezuela. Jorge D. Carillo B. 2015. ILUSTRACIONES DE INFOGRAFÍA: Priscilla Barrett. Las ilustraciones han sido cortesía y con un permiso gratuito exclusivas para la revista Explora y sólo para su uso dentro de Venezuela por Priscilla Barret del libro “Carnivores of the World” del autor Luke Hunter. 2011. Princeton University Press. Bloomsbury Wildlife, an imprint of Bloomsbury Publishing Plc. COLABORADORES: Antonio Machado-Allison, Jorge D. Carrillo Briceño, Luke Hunter, Priscilla Barrett, Jenny Campbell. ASESORÍA LEGAL: Karel Bentata, Glenn R. Morales. FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Rafael Hoogesteijn. FOTOGRAFÍAS: Rafael Hoogesteijn, Ernesto O. Boede, Adriano Gambarini, Aida Bustamante, Tadeu Oliveira, Roger Manrique, Leopoldo García, Fernando Tortato, Heberton Alves, David Medina, Javier Mesa, Desiree Starke, Esteban Payán, Ricardo Moreno, Jan Dungel Panthera, Alberto Blanco Dávila. VENTAS / COMERCIALIZACIÓN: Grupo EXPLORA. SOCIAL MEDIA MANAGEMENT: Valentina Mena Machado, Alberto Blanco Dávila. WEBSITE: www.exploraprojects.com / www.grupoexplora.com.ve CONCEPTUALIZACIÓN WEB: Luis Oropeza / Paula Peña. ASESORÍA LEGAL: Karel Bentata / Glenn R. Morales. DISTRIBUCIÓN: Grupo EXPLORA ® PRODUCCIÓN GENERAL: Grupo EXPLORA ® // Grupo Creativo Río Verde, C.A. REDES SOCIALES: Instagram: @explora_oficial Facebook: Explora, nature projects Correo Electrónico: exploranaturepro@gmail.com RIF: J–29894265-7 DEPÓSITO LEGAL: pp201002DC3408 ISBN: 978-980-12-3624-5 Explora ® es una revista y marca registrada que se publica trimestralmente, producida por Grupo Creativo Río Verde, C.A. Estimado lector su opinión es muy valiosa para nosotros, si usted desea suscribirse o comunicarse con nosotros hágalo a través del siguiente correo electrónico: exploranaturepro@gmail.com. Explora ® no es responsable por las opiniones o teorías expresadas en el contenido de los artículos y de las publicidades de esta revista. El contenido es responsabilidad única de cada autor. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación sin la autorización previa y por escrito de su Editor en Jefe y de sus articulistas.

Portada Jaguar Panthera onca Fotografía: Rafael Hoogesteijn


Jaguar. Foto: Joshimer Rodríguez

Carta del editor 6.2018

Para todo el equipo que integra la revista Explora es un honor muy grande presentar este compendio sobre los Felinos de Venezuela que representa una publicación muy significativa para el conocimiento de este grupo animal tan importante. En esta edición especial tenemos el orgullo y privilegio de tener como autores a algunos de los expertos en felinos más importantes de Venezuela y Suramérica, investigadores de la talla y trayectoria de Ernesto O. Boede, Almira Hoogesteijn, Włodzimierz Jędrzejewski, Maria R. Abarca Medina y Rafael Hoogesteijn, estos importantes especialistas se unieron junto al equipo de Explora para la realización de esta edición que nos da un profundo paseo por la historia natural y situación actual de los Felinos de Venezuela, algunas de estas especies de las que se conoce muy poco, y otras de los que se tienen más conocimiento pero develando datos y descubrimientos nuevos. Venezuela en un país privilegiado en cuanto a especies de felinos, ya que de las 41 especies que existen en todo el mundo, nuestro país alberga 6 especies, entre ellos el Jaguar que es el tercer felino más grande del mundo y con la mordida más fuerte de todos, y el Puma que es el quinto más grande después del Leopardo, y además pero no menos importantes, contamos con tres especies de los llamados pequeños felinos pertenecientes del linaje de los ocelotes. Es muy importante dar a conocer a todos la gran importancia que tienen los felinos dentro de los ecosistemas, estos son fundamentales para el mantenimiento de las cadenas tróficas en los diversos ecosistemas en los que están distribuidos al controlar las poblaciones de especies que conforman sus presas, por ejemplo Jaguares y Pumas controlan a las especies herbívoras manteniendo la estructura de los bosques y los consecuentes ciclos hídricos tan importantes para nuestra supervivencia, los pequeños felinos del linaje de los ocelotes controlan silenciosamente a las especies menores incluyendo

a los roedores que son grandes destructores de cosechas y transmisores de enfermedades letales a otros animales y al hombre. Todos ellos son controladores biológicos de las enfermedades de sus presas, transmisibles a otros animales domésticos y silvestres, y por ende a los seres humanos; y su efecto total y vital en general tanto en los ecosistemas, como en los ciclos de enfermedades, es aún desconocido en gran medida, pero es determinante e innegable. Adicionalmente nuestras seis especies de felinos actúan como “especies paraguas”, conservando a estas especies se conserva a toda la biodiversidad de dónde ellos habitan. En esta edición también contamos con la participación de uno de los más respetados científicos y profesores de las ciencias biológicas del país, el Dr. Antonio Machado-Allison, que nos honró en presentar el prólogo de esta obra. De igual manera tuvimos el honor de contar con la colaboración de uno de los investigadores de carnívoros más, el Dr. Luke Hunter, y con Priscilla Barrett, quién es una de las ilustradoras científicas de mamíferos más prestigiosas del mundo. Así que amigos, esperamos que disfruten de esta maravillosa publicación sobre los Felinos de Venezuela y sirva para entender mucho más a estos fascinantes y enigmáticos seres que tantos beneficios nos brindan. Venerados por algunas culturas, temidos por otras y odiados por algunos sectores que los ven como enemigos o perjudiciales, cuando muy bien se puede convivir en armonía con ellos, y que no se nos olvide que somos nosotros los que estamos ocupando sus espacios y acabando con sus presas naturales. Rafael Hoogesteijn Alberto Blanco Dávila


Contenido PRÓLOGO

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INTRODUCCIÓN

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EL JAGUAR

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EL PUMA

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EL CUNAGUARO

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MARGAY O TIGRITO

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GATO DE MONTE O TIGRILLO

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LA ONZA

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Antonio Machado-Allison

Almira Hoogesteijn, Rafael Hoogesteijn, Ernesto O. Boede, Alberto Blanco Dávila

El tercer felino más grande y con la mordida más poderosa del mundo

El más adaptable y ampliamente distribuido de los seis felinos venezolanos

Ampliamente distribuido, es el más grande de los pequeños felinos manchados

El segundo en tamaño en el linaje de los ocelotes, de una sorprendente agilidad y excelente cazador.

Una de las especies de felinos más pequeñas del mundo, con una distribución muy puntual en Venezuela De hábitos diurnos y crepusculares con gran agilidad y velocidad


“Primero fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales” Víctor Hugo

Fotografía: Rafael Hoogesteijn Una pareja de jaguares hembras y hermanas


Autores 1

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1. ERNESTO O. BOEDE

4. MARÍA R. ABARCA MEDINA

Médico veterinario graduado en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Ejerce la medicina y manejo de fauna silvestre. Trabajó en el Zoológico de Las Delicias en Maracay, y en el Aquarium de Valencia con el mantenimiento y reproducción ex situ de la Tonina del Orinoco, también en el programa comercial de zoocriaderos de babas y morrocoyes en la Agropecuaria Puerto Miranda, Guárico. Copropietario del Centro Veterinario Los Colorados C.A. en Valencia. Es investigador asociado de FUDECI en el Programa de Conservación del Caimán del Orinoco y en otros proyectos de investigación, participa también en coautoría con los proyectos de investigación del IVIC sobre los Felinos Silvestres en Venezuela. Ha publicado trabajos científicos indexados y científicos-divulgativos en libros, revistas y congresos. Es miembro del Crocodile Specialist Group/IUCNSSC y del Grupo de Especialistas en Cocodrilos de Venezuela (GECV), de la Asociación Venezolana para el Estudio de los Mamíferos (AsoVEM) y de la Asociación Venezolana de Parques Zoológicos y Acuarios (AVZA).

La bióloga María Abarca, es estudiante de doctorado del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) en Caracas. Realizó sus estudios de licenciatura en la escuela de biología de la Universidad de Los Andes en Mérida y su maestría en el IVIC en Caracas. Sus intereses de investigación se centran en la ecología animal, particularmente en el estudio de los mamíferos carnívoros que se encuentran bajo amenaza de extinción ó que habitan en ecosistemas amenazados en Venezuela. Ha realizado estudios sobre las comunidades ícticas presentes en varios ríos andinos, la taxonomía del mapurite (Conepatus semistriatus) en Venezuela, comparación de abundancia relativa del cunaguaro (Leopardus pardalis) en varios hábitats de Venezuela y el impacto de cacería sobre la población de cunaguaro en la Península de Macanao en la Isla de Margarita. Actualmente realiza estudios en genética de la conservación del cunaguaro.

2. ALMIRA L. HOOGESTEIJN

5. RAFAEL HOOGESTEIJN

PhD en la disciplina de salud de fauna silvestre y toxicología ambiental de la Universdad de Cornell, Estados Unidos en el año 2003. Actualmente trabaja como directora investigadora del Laboratorio de Salud Ambiental en el Departamento de Ecología Humana en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, Mérida, Yucatán, México. Es coordinadora académica del Programa de Posgrado de ese Departamento desde el año 2015. Sus principales intereses de investigación se centran en la calidad del agua y el impacto de las actividades antropogénicas (metales pesados y pesticidas) sobre la salud de vertebrados terrestres a nivel del sistema endócrino y del sistema inmune. Investiga temas de conservación de fauna silvestre en sistemas silvoagro-pastoriles, cooperando en programas de conservación de grandes felinos en diferentes ONG y OG. Es autora de numerosos artículos científicos en revistas indexadas, así como de libros y capítulos de libros.

Médico Veterinario graduado en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de Venezuela en 1978 y obtuvo una Maestría en Manejo y Conservación de Fauna Silvestre, en la Universidad de Florida, Gainesville (USA). Tiene más de 30 años de vida profesional dedicado al ejercicio privado y a trabajos de investigación en ganado vacuno de carne y búfalos de doble propósito, manejo de hatos ganaderos y problemas de depredación por felinos en la ganadería, principalmente en condiciones de sabanas inundables de Los Llanos de Venezuela y Colombia y el Pantanal de Brasil. Es miembro del Grupo de Especialistas de Felinos de la IUCN desde 1986, fue asesor de la Wildlife Conservation Society, y trabaja actualmente con la Fundación Panthera en América Latina (basado en Brasil) desde el año 2008. Sus experiencias y extenso número de publicaciones, demuestran que la producción de ganado de carne y búfalos es posible y rentable en conjunto con la conservación de la fauna en general y del jaguar en particular, en este medio de sabanas inundables.

3. WŁODZIMIERZ JĘDRZEJEWSKI

El Dr. Włodzimierz Jędrzejewski es investigador del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) en Caracas. Realizó estudios de especialización en ecología, genética y conservación de carnívoros y otros mamíferos silvestres, con interés particular en las relaciones presa-depredador y la ecología del paisaje. En el IVIC realiza proyectos de investigación sobre la ecología del jaguar y otros felinos silvestres, enfoca sus estudios en los factores que pueden explicar la variación de las densidades poblacionales, la distribución actual y la tasa de extinción de estas especies en Venezuela. Otros proyectos incluyen la planificación de corredores ecológicos y la descripción de la estructura genética de las poblaciones de felinos silvestres. Actividades profesionales anteriores lo llevaron a realizar el plan de corredores ecológicos para carnívoros en Polonia y realizó estudios con lobos y otros carnívoros europeos. Ha publicado cuatro libros y más de cien artículos en revistas científicas sobre el tema.


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Foto: Roger Manrique. Jaguar (Panthera onca)

PRÓLOGO Antonio Machado-Allison 11


La generación de nuevos conocimientos sobre nuestra fauna, su importancia en riqueza (biodiversidad), la utilización de ésta como recurso cinegético, cultural, estético o alimentario, el conocimiento sobre la historias de vida y dinámica ecológica de cada una de las especies, su utilización en la formación de recursos humanos y la comunicación de estos hallazgos, son imprescindibles para el establecimiento de políticas de conservación y el uso sostenible de los recursos naturales en nuestros países latinoamericanos. Es así y con este propósito que en el marco de los planes operativos editoriales de la Revista Explora se incluye en este número, un compendio de artículos dedicados al conocimiento de los felinos de Venezuela con el concurso de varios de los más experimentados conocedores de la vida, dinámica ecológica, manejo, su relación con la civilización, los temores y peligros que a éste grupo animal lo ha acompañado por miles de años durante la historia de la humanidad. Los autores de cada uno de los capítulos representan una generación de profesionales conscientes de su responsabilidad histórica con nuestro país. Nos presentan a una obra de diagnóstico biológico-ecológico de las 6 especies incluidas en la familia Felidae, que tienen un gran impacto principalmente por su importancia como recurso ecológico, cinegético, cultural, deportivo y de incidencia en el manejo pecuario y doméstico. Todos ellos organizados y coordinados por el equipo editorial de la Revista Explora, profesional y magistralmente dirigidos por Alberto Blanco Dávila, Almira Hoogesteijn, Ernesto O . Boede, Wlodzimierz Jędrzjewski, María Abarca y Rafael Hoogesteijn, nos describen y relatan detalladamente sobre el reconocimiento y vida del “cunaguaro” (Leopardus pardalis), el “jaguar” (Panthera onca), el “gato de monte” o “tigrillo” (Leopardus tigrinus), el “puma” (Puma concolor); el “tigrito” o “margay” (Leopardus wieldii) y la “onza”, “gato cervantes” o “yaguarundí” (Herpailurus yaguarundi). Los textos, sencillamente logrados de forma tal que la mayoría de las personas entiendan y tomen conciencia de la importancia del mantenimiento de la 12

R. Lazzarini, Fauna de Venezuela, Calendario Shell, 1960.


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Foto: Roger Manrique. Cunaguaro (Leopardus pardalis)

vida silvestre, y en especial de aquella amenazada de desaparecer en el planeta como es el ejemplo de este grupo animal, permite conocer sus orígenes, cómo llegaron a América del Sur desde el Norte, su diversificación en el nuevo continente, sus hábitos, alimentación y presas, distribución y preferencia de ambientes, en fin, información útil para conocer de la mano de expertos sus modos de vida, manejo adecuado y conservación. La Revista Explora cumple así el objetivo propuesto y nos presenta una pléyade de conclusiones y recomendaciones muy útiles para los tomadores de decisiones en aspectos relacionados con el conocimiento, la conservación y uso sostenible de las especies, derivadas éstas del análisis y discusiones profundas de toda la información compilada.

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Prologar esta obra es un gran honor y me llena de satisfacción ver generaciones de investigadores con alta sensibilidad y compromiso social al igual que con su compromiso histórico de conservación y uso adecuado de nuestra diversidad biológica. No me queda sino felicitar al grupo Explora, su programa dedicado al conocimiento y conservación de nuestros recursos naturales, a los editores y autores de esta gran obra, con la seguridad que la misma será un referente obligado para la formación de capital humano y el desarrollo de programas de uso sostenible y conservación de nuestra fauna.

Antonio Machado-Allison


Puma (Puma conocolor) Foto: Roger Manrique

Jaguar en la Sierra de Maigualida,Venezuela. Foto: Jan Dunge

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Foto: Rafael Hoogesteijn

INTRODUCCIร N Almira Hoogesteijn, Rafael Hoogesteijn, Ernesto O. Boede, Alberto Blanco Dรกvila.

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2. Foto: Desiree Starke

Los felinos pertenecientes a la Familia Felidae aparecieron sobre La Tierra aproximadamente hace unos 30 millones de años en lo que ahora es Euroasia, y actualmente se distribuyen por todo el planeta exceptuando la Antártica, el Ártico y en Australasia (Australia, Nueva Guinea, Nueva Zelanda y Melanesia), y se encuentran divididos en dos grandes subfamilias: la subfamilia Pantherinae con 7 especies (siendo los más grandes el tigre -Panthera tigris-, el león –Panthera leo- y el jaguar –Panthera onca-) y de la subfamilia Felinae con 34 especies (siendo los más pequeños el gato herrumbroso –Prionailurus rubiginosus- y el gato patinegro –Felis nigripes-). (Tabla 1). Se les encuentran en selvas tropicales, desiertos, costas y hasta en altas montañas, caracterizados por ser expertos trepadores y nadadores, la mayoría son solitarios exceptuando a los leones africanos. Desde mediados del siglo pasado hasta estos días, podemos observar que la población de leones (Panthera leo) disminuyó de 450.000 a 20.000 animales; la de tigres (Panthera tigris) de 45.000 a 3.000; la de chitas o gueopardos (Acinonyx jubatus) de 50.000 a 12.000 y la de leopardos (Panthera pardus) de 700.000 a 18

50.000. Jędrzejewski y colaboradores (2018), ha calculado que la población actual de jaguares es de aproximadamente 173.000 ejemplares (intervalo de confianza de 138.000 – 208.000) principalmente concentrados en la cuenca del río Amazonas. En la medida en la que nos separamos de la naturaleza, perdemos contacto con el planeta y perdemos la esperanza. Esta desconexión desmoraliza, ya que realmente no existe un límite bien definido entre los humanos y los animales. Somos parte de, no estamos separados de... Sin embargo, ¿Cómo podemos salvar a los animales y la naturaleza en que vivimos cuando algunos humanos están dominados por su avaricia y acaban con su entorno? El secreto está en la forma de hacer agricultura y producir alimentos, encontrar técnicas agrícolas y ganaderas que respeten el ambiente, encontrar formas de disminuir la erosión, reclamar las tierras degradadas para que vuelvan a ser productivas, trabajar con las mujeres para que tengan más educación (las mujeres más educadas son las que planifican sus familias). Pero lo más importante es que amemos


FELINOS DEL MUNDO (Tabla I)

REINO: Animalia ı FILO: Chordata ı CLASE: Mammalia ı ORDEN: Carnivora ı FAMILIA: Felidae ı ESPECIES EN EL MUNDO: 41 ı ESPECIES EN VENEZUELA: 6

IUCN / SSC, Cats Specialist Group. A revised taxonomy of the Felines, 2017. HUNTER, Luke. (2011). CARNIVORES OF THE WORLD. New Jersey: Princeton University Press.


3. Foto: Alberto Blanco Dรกvila

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a nuestros animales y los protejamos, y eso solo lo podemos hacer si los conocemos. Un famoso entomólogo, E.O. Wilson calculó que si cada persona en el planeta viviera como vive el europeo/norteamericano promedio, necesitaríamos tres planetas más. No tenemos tres planetas más, tenemos solo éste, y aquí estamos, el ser más inteligente que ha caminado en La Tierra, con un cerebro extraordinario, con una capacidad creativa infinita que se traduce en arte y en la ciencia y al mismo tiempo destruyendo su único hogar. No es una sorpresa que perdamos la esperanza y la sabiduría, hay una desconexión entre el cerebro y el corazón. Los jóvenes están apáticos, deprimidos y llenos de rabia porque sienten que comprometimos su futuro y que no hay nada que se pueda hacer. La respuesta está en el trabajo apoyado en el conocimiento, los jóvenes pueden crear un planeta mejor para todos los seres vivientes y lo más importante: Cada uno de nosotros puede hacer la diferencia. Cada día, podemos escoger que influencia y contribución queremos hacer. Cuando el cerebro está conectado con el corazón, la tecnología con la compasión y el conocimiento con la pasión, puede ocurrir el cambio. La esperanza radica en que la naturaleza es increíblemente resistente, recordemos que en la década de los años 70, el comercio peletero limpió los bosques de felinos manchados a todo lo largo de su distribución, sin embargo, las modas cambiaron, la sociedad humana creó conciencia, y hoy en día nadie desea usar prendas de vestir hechas con pieles de felinos manchados. Hay una tercera categoría de esperanza: El espíritu indomable que tienen los humanos, su determinación. Para sobrevivir los actuales problemas políticos, el desarrollo tecnológico y la sobrepoblación, hay que empujar las barreras mentales. La historia ha demostrado que los humanos son capaces de sobreponerse a todo, guerras, epidemias, pobreza, desastres naturales y ser parte de ese mundo que cambia. A diferencia de África, América hoy en día carece de mega-mamíferos carismáticos como elefantes, rinocerontes o grandes manadas de herbívoros migratorios. Esta situación no siempre fue así, América 21


4. Foto: Jenny Gallo

fue una tierra predilecta donde una gran diversidad de mega-mamíferos como caballos, camélidos, proboscídeos (mamuts, mastodontes y gonfoterios), grandes felinos (tigres dientes de sable y el león y guepardo americano), gigantescos perezosos terrestres (e.g., megaterio) y armadillos gigantes (e.g., gliptodon), como también otros mamíferos únicos del continente como la macrauchenia y toxodontidos, fueron abundantes. Sin embargo, esta megafauna desapareció a finales del Pleistoceno (Período Cuaternario), después de la última glaciación, hace aproximadamente 10.000 años. Este evento de extinción que afectó también otros continentes, cambiaría para siempre el curso evolutivo de nuestro continente, dando como resultado la fauna que conocemos hoy. Este evento dejó una fauna empobrecida de ungulados (mamíferos que caminan apoyados en la punta de los dedos). De esa fauna original Americana solo quedan algunos representantes, como por ejemplo el oso hormiguero. La masto-fauna neotropical actual cuenta con pocas especies corpulentas y casi no exhibe grandes herbívoros. El mamífero terrestre del neotrópico 22

más corpulento, la danta (Tapirus terrestris), alcanza un peso máximo de 250 a 300 kg. Apenas 10 especies sobrepasan el peso de 100 kg y solamente 81 (7,4% del total de especies) alcanzan el peso adulto de 5 kg. ¿Qué paso con esta población de mega-mamíferos? Dos corrientes científicas tratan de explicar su desaparición, la primera indica que hubo un cambio climático que produjo la extinción masiva de estas especies; la segunda indica que la entrada de humanos cazadores al continente a través del estrecho de Bering acabó con los mega-mamíferos debido a una cacería descontrolada, denominándolo el “factor de la matanza” o “Blitzkrieg”. A consecuencia de esta ola de extinciones - muy reciente en términos geológicos, las últimas mega-especies se extinguieron hace apenas 4.000 años se produjo un vacío ecológico en las poblaciones de herbívoros nativos, que, a la llegada de los conquistadores fue ocupado por animales domésticos (ganado vacuno, equinos, ovejas, cabras, cerdos). Estas especies domésticas encontraron ambientes adecuados para


5. Ilustraciรณn: Jorge Blanco

6. Ilustraciรณn: Jorge Blanco

7. Ilustraciรณn: Jorge Blanco

8. Ilustraciรณn: Jorge Blanco

9. Ilustraciรณn: Jorge Blanco

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10. Ilustraciรณn: Jorge Blanco

11. Foto: Daniel De Granville

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12. Foto: Ernesto O. Boede

13. Foto: Rafael Hoogesteijn

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14. Foto: Alberto Blanco Dávila

su crecimiento y reproducción, sin competencia de otros herbívoros, y una abundancia relativamente baja de carnívoros (comparada con otros continentes). Estas especies domésticas traídas por los europeos tuvieron una expansión explosiva y se “asilvestraron”, es decir revirtieron a características propias de animales que no necesitan el cuidado del humano para sobrevivir, el ejemplo más común: El cerdo silvestre. En su primer viaje Colón desembarcó en La Española (hoy en día República Dominicana y Haití), las crónicas enumeran la liberación de 21 cerdos en esta isla.Veintiún años después, la vecina isla de Cuba contó con una población de aproximadamente 30.000 cerdos y el desarrollo del gusto culinario por esta especie. El ganado bovino tuvo una adaptación espectacular, y muchas manadas se asilvestraron, así, para 1610 uno de los principales productos de exportación de Venezuela a Europa fueron cueros de vacunos. La llegada de estas especies significó un enorme cambio en la ecología del continente, sobre todo para los carnívoros. Antes de la llegada de los 26

europeos, las presas de mayor tamaño eran los chigüires (Hydrochaeris hydrochaeris), los venados (Odocoileus spp, Mazama spp etc.), los báquiros (Tayassuidae), el tapir (Tapirus spp) y quizás el oso hormiguero (Myrmecophaga tridactyla). Con excepción de los chigüires que viven en sabanas inundables y forman grupos considerables, todas estas especies están asociadas a los bosques y no forman grandes manadas dentro del ecosistema como por ejemplo el Bisonte americano (Bison bison). Cuando los caballos, vacunos, cerdos, aves de corral etc. aparecen en el paisaje, la dinámica entre la presa y el depredador cambia. Esta situación nos lleva al conflicto entre humanos y depredadores. Los animales domésticos forman parte del paisaje y los depredadores no hacen distinción de presas. No debemos olvidar que los depredadores son oportunistas, cazando lo que está disponible. Si no hay presas naturales porque estas desaparecen por la presión de cacería humana, los felinos consumen animales domésticos, este comportamiento genera conflictos con los humanos afectados. En este conflicto el depredador por lo general termina


15. Foto: Ernesto O. Boede

16. Foto: Ernesto O. Boede

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17. Foto: Ernesto O. Boede

18. Foto: Ernesto O. Boede

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19. Foto: Almira Hoogesteijn

cazado por el humano, el cual tiene la impresión que, de esta manera controla el problema, esta solución resuelve el síntoma del problema, pero no las causas (exceso de cacería de presas y manejo deficiente de la ganadería). A lo largo de la historia, la actividad humana ha influenciado notablemente la abundancia de la fauna en general y de los carnívoros en particular, dos han sido las acciones principales: La cacería descrita anteriormente y la deforestación masiva, adicionalmente, la minería y el urbanismo han causado enormes cambios en el paisaje. Las 31 especies más grandes de carnívoros en el mundo pertenecen a cinco familias: Canidae (e.g. lobos), Felidae (e.g. pumas), Mustelidae (e.g. perro de agua Pteronura brasiliensis), Ursidae (e.g. osos), Hyenidae (e.g. Hienas), generalmente el tamaño poblacional de los carnívoros es pequeño. Debido a la perdida de hábitat el 61% de estas especies aparecen como vulnerables, en peligro o en peligro crítico en la lista de la Unión Internacional para la

Conservación de la Naturaleza. Esta disminución de hábitat, los pone en riesgo de desaparecer en ciertas localidades, y/o sufrir disminuciones constantes de población. Se estima que 17 de estas 31 especies ocupan menos del 47% de su distribución original. Estas disminuciones pueden producir la extinción final que tendrían consecuencias muy serias para los servicios ecosistémicos y por ende para la humanidad. Esta situación ocurre dentro de un marco legal que de forma resumida se expresa en la Ley de Protección de Fauna Silvestre. En esta Ley se declara que la fauna se puede explotar racionalmente (Art. 1). Los lineamentos de esta explotación vienen dados en la misma Ley. Al mismo tiempo manifiesta que: “Los animales perjudiciales o dañinos a la especie humana, la agricultura, la cría, la salubridad pública y a otros animales silvestres, pueden ser controlados de conformidad con las resoluciones que al efecto dicte el Ministerio de Agricultura y Cría (Art. 80). Encontramos grandes vacíos dentro de la ley, el más grave, el desconocimiento de la 29


20. Foto: Ernesto O. Boede

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21. Foto: Rafael Hoogesteijn

importancia ecológica de cada especie dentro del ecosistema, en el mismo momento que se decide asignar la denominación de “perjudicial” a cualquier especie solo queda preguntar ¿Perjudicial para quién? Otro gran vacío se establece cuando la fauna siendo un bien de la nación, al servicio de hombre, causa pérdidas al humano. Esta ley declara que cuando hay un prejuicio para el humano es permisible la eliminación del animal que genera el prejuicio, sin embargo, no queda claro quién carga con las pérdidas económicas de dicho prejuicio. Ilustramos esto con el clásico ejemplo del agricultor que siembra una parcela de maíz, cuando ya las mazorcas están madurando entra un grupo de báquiros y acaba con el 40% de la siembra ¿Quién corre con las pérdidas de la actividad de los báquiros? ¿Qué beneficio se genera de la eliminación de los mismos por el prejuicio recibido? Otro ejemplo clásico lo tenemos con los depredadores, un productor pierde el 1% de la cosecha anual de becerros por depredación de un carnívoro ¿Quién cubre las pérdidas de la actividad del depredador? ¿Qué beneficio se genera

de la eliminación del mismo? La fauna es un bien de la nación, pero son los moradores rurales los que corren con los gastos que ésta genera, no “La Nación.” Así la eliminación del agente que produce el trastorno aparece como una de las opciones para resolver el problema, pero “La Nación” no se hace responsable de las pérdidas económicas ocasionadas. El ciudadano urbano, por lo general, está de acuerdo en que la fauna debe ser protegida; pero si le preguntamos a un morador rural probablemente manifestará que está mejor sin los depredadores. O dicho en otras palabras; la Sociedad desea la preservación de los felinos, pero es el ganadero el que paga la cuenta y nadie lo ayuda. Adicionalmente, el Título IV que se relaciona con la administración y guardería de la fauna silvestre declara que es la obligación del Ejecutivo Nacional a través del Ministerio de Agricultura y Cría velar por que se cumpla la ley con la colaboración de las autoridades policiales a nivel nacional, estatal y municipal (Art. 97). A pesar de lo dictaminado en este artículo, no existen los mecanismos que controlen la caza indiscriminada de los depredadores ni de sus presas. La ley establece que la fauna está protegida pero dicha protección 31


22. Foto: Javier Mesa

no ocurre. Venezuela carece de la voluntad política y la presión del público para proteger a la fauna. Los eventos de protección son débiles, por ejemplo, la minería, la tala y la cacería furtiva ocurren en nuestros parques nacionales sin consecuencia para quien viola la Ley. Si a esta situación se le suma el tráfico ilegal de fauna y sus subproductos y la actual coyuntura socio-política, el panorama que se presenta es bastante deprimente. El análisis final nos indica que la conservación es política y la política está matando a la fauna. Cuando ocurren eventos de depredación el criador o ganadero se ve obligado a resolver el problema al margen de la ley, la solución tradicional es eliminar el elemento de trastorno, con cualquier método que esté al alcance, aún si esta acción es ilegal. Esta solución generalmente es temporal ya que el nicho que acaba de quedar vacío puede ser ocupado por otro depredador. Este ciclo se repite, y por lo general puede que la especie de carnívoro se extermine completamente. Esta situación se agudiza cuando se abandona el ganado doméstico 32

en el monte, facilitando así la depredación. Puede ocurrir, que personas aficionadas a la cacería escuden sus actividades ilegales bajo el principio de que el animal es un “depredador de ganado” o un “peligro para los humanos”, de cualquier manera, la cacería indiscriminada justificada o no, es uno de los principales factores que están llevando a estas especies de felinos a la extinción. Aunque a primera vista parezca que la eliminación de depredadores es una buena alternativa para disminuir o eliminar los eventos de depredación, debemos recordar que los depredadores cumplen funciones primordiales dentro del ecosistema. Expandamos la idea de la importancia de la depredación con dos ejemplos: El primero se relaciona con el impactos en de los depredadores sobre la cadena trófica y el ecosistema. Para el año 1900 el lobo (Canis lupus), que ocupaba gran parte del territorio Norteamericano, fue exterminado en toda su distribución a través de una persecución sistemática con programas de caza, trampeo


23. Foto: Charles Brewer-Carías

24. Foto: Alberto Blanco Dávila

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y envenenamiento. Para 1930 el lobo había prácticamente desaparecido. En el parque nacional Yellowstone, esta desaparición y sus efectos pudo estudiarse detenidamente ya que existían registros desde su creación en el año 1872. A consecuencia de la desaparición de estos carnívoros, los ciervos (Cervus elaphus) se reprodujeron de tal manera que de una densidad de 7 ciervos / km2 aumentó a 12 ciervos / km2. Estos animales empezaron a ramonear zonas ribereñas durante el invierno a las que normalmente no se acercaban debido a la presencia de los lobos. El ramoneo incontrolado cambio la composición de plantas que crecían, favoreciéndose aquellas de baja palatabilidad y un sistema radicular débil. Los bancos presentaron erosión severa y el río disminuyó en profundidad y aumentó su ancho. Éste cambio en el cauce, afectó los desbordamientos estacionales en primavera, que a su vez, causaron cambios en el nivel freático del agua disminuyendo la cantidad de agua subterránea. La falta de agua en el freático cambio la dinámica de la vegetación en los valles, empeorando las condiciones para los herbívoros, ocasionando que muchos murieran de hambre. Este estudio demuestra que la presencia de depredadores tuvo efecto a todos los niveles del ecosistema (de allí su nombre de “efecto cascada”). Los lobos no solo controlaban la densidad de ciervos por depredación directa, sino que dominaban el comportamiento de ramoneo de los ciervos. La ausencia de lobos se prolongó por más de siete décadas, la población de ciervos primero aumento desmedidamente y luego disminuyó. La vegetación no pudo recuperarse, para 1990 la densidad de ciervos pasó de 12 / km2 a 4 ciervos / km2. Los ciervos murieron de hambre y enfermedades. A través de programas de reintroducción de lobos en el parque, la vegetación ribereña ha comenzado a recuperarse, el cauce de los ríos ha aumentado, volvieron los castores y los valles permanecen verdes más tiempo. La presencia o ausencia de un depredador produce efectos importantes en los niveles tróficos inferiores: primero los ciervos, luego las plantas y finalmente la hidromorfología, es por ello que se les denomina los “ingenieros del paisaje.” 34

Otro ejemplo que ilustra la importancia de los depredadores queda de manifiesto en el control de enfermedades en las poblaciones de presas, algunas de estas enfermedades también afectan al humano. La enfermedad de Lyme es una infección bacteriana causada por bacterias del género Borrelia, afecta a los humanos y se transmite por la picadura de una garrapata. Los síntomas suelen manifestarse con dolor de cabeza, fiebre intermitente, fatiga y en el 70% de los enfermos puede aparecer una erupción cutánea. Los médicos la confunden fácilmente con la gripa o influenza. Esta enfermedad está íntimamente asociada con el cambio del paisaje. Las garrapatas se infectan cuando chupan sangre de roedores, mientras más densas son las poblaciones de roedores, más personas padecen de la enfermedad, ya que la población de garrapatas crece desmedidamente, creándose un enlace directo para la bacteria entre roedores y humanos. Estos roedores gustan de habitar las zonas con vegetación secundaria que crece típicamente cerca de los asentamientos humanos, después que se ha deforestado. Los roedores son controlados por los mesodepredadores como los zorros y mapaches. La densidad de roedores y venados está íntimamente ligada a la presencia de depredadores. Los grandes depredadores (e.g. el puma) no solo controla a los venados, pero también controla a los coyotes (Canis latrans). Cuando el puma desaparece, el coyote aumenta su densidad acabando con los zorros y los mapaches. Al desaparecer los zorros y los mapaches, las poblaciones de roedores aumentan explosivamente aumentando así la incidencia de la enfermedad de Lyme. Aún no sabemos cómo el jaguar, el puma y los pequeños felinos afectan los ciclos ecológicos de las especies que conforman sus presas en los bosques tropicales, pero es seguro de que son indicadores de calidad ambiental por una parte, y por otra, su influencia sobre estas especies, afecta la estructura de los bosques, la cual a su vez afecta los ciclos hídricos que producen el agua dulce que sostiene TODOS nuestros procesos productivos y nuestra supervivencia. ¿Será que son importantes? ¡Si lo son! En formas que aún ni siquiera sospechamos.


Un punto importante dentro de esta discusión es la peligrosidad de los grandes felinos venezolanos. Muchas veces la persecución de los depredadores se justifica porque estos suponen un peligro a la integridad humana. Existen numerosas publicaciones que indican cuantas personas mueren anualmente por acción de la fauna. Llama la atención que mientras los mosquitos a través de las enfermedades infecciosas que transmiten, matan alrededor de 725,000 personas por año, el puma y el jaguar ni siquiera aparecen en dichas publicaciones. Este concepto queda reforzado en la información presentada en la Tabla 2. Esta Tabla presenta dos columnas: Una con los registro de humanos muertos por felinos de vida silvestre y otra con los incidentes causados por grandes felinos en cautiverio. Aunque no se especifican el número total de felinos por especie, llama la atención que los registros de ataques de jaguar tanto en vida silvestre como en cautiverio son los menores para cada columna. Sin duda el jaguar pudiera matar a un ser humano; puede atacar presas que tienen cuatro o cinco veces su peso, sin embargo, nuestros estudios demuestran que no ha habido ningún caso en el que jaguares se dediquen sistemáticamente a atacar y consumir humanos. Cabe destacar que es difícil establecer la veracidad de los reportes, ya que suelen estar teñidos de exageración y los encuentros por lo general terminan con la muerte del felino. En recuentos de cacería recolectados por el segundo autor en Venezuela, de 488 jaguares cazados se reportó solo un incidente de ataque a uno de los cazadores sin mayores consecuencias. Recuentos de cacería colectados en otros países (Brasil, Colombia y Centro América) presentan 420 eventos de cacería sin ningún ataque a los cazadores. Hemos colectado reportes de ataques a humanos fuera del contexto de cacería. En los Llanos un ataque ocurrió al Sr. Mauricio Peña, un jaguar lo atacó cuando éste se acercó inadvertidamente a una vaca que el jaguar había matado. Otros dos ataques ocurrieron a los Sres. Francisco Córdova y Zoilo Álvarez cuando se acercaron a jaguares con crías. Todos vivieron para contar estos sucesos que ocurrieron antes de la década de 1960. En las comunidades indígenas de Amazonas hay dos relatos de ataques, uno reportado por la Sra. Helena Valero en 1984 sobre

una niña de la etnia Yanomämi, y otro de una niña de 8 años de una comunidad de la etnia Yek’wana (1983), ataques puntuales. Los ritos funerarios de estas comunidades atraen a los carnívoros, ya que los muertos son colocados en plataformas de palos dentro del monte, para que una vez que la osamenta esté libre de tejido pueda ser quemada, triturada, convertida en cenizas y compartida en un ritual funerario, mezclada con una bebida a base de plátanos. Como los jaguares hambrientos se pueden acercar a consumir la carne de los muertos, pueden identificar a los humanos como posibles presas. Recientemente ha habido dos casos de ataques sin provocación en el Pantanal de Brasil. Los operadores turísticos ceban a los jaguares con carne y pescado para atraerlos y presentarlos a los turistas. Esta acción genera una situación en la que los humanos se hacen vulnerables, en primer lugar los felinos se habitúan a la presencia humana asociándola con alimento y pierden su recelo y precaución natural, en segundo lugar, los humanos se acercan tanto a los felinos que estos atacan. Esta situación tiene como denominador común el comportamiento inadecuado de los humanos. Así, resumiendo los eventos de ataques de felinos, específicamente el jaguar a humanos encontramos que los ataques ocurren en situaciones provocadas: (a) durante eventos de cacería donde los felinos son acosados con perros y/o han sido heridos, (b) jaguares defendiendo presas, parejas o crías, (c) animales cebados por operadores turísticos y ritos funerarios de las etnias amazónicas. Si bien es cierto que grandes felinos como los leones africanos y los tigres asiáticos han atacado y se han alimentado de humanos, este no es el caso para los felinos americanos, que evolucionaron en América en total ausencia de humanos, ya que se calcula que estos llegaron al nuevo continente hace unos 30.000 años, mientras que el género Panthera en específico presenta fósiles de hasta 200.000 años. Esta situación nos lleva a preguntar ¿Por qué tenemos esta relación tan visceral con los felinos? 35


25. Foto: Rafael Hoogesteijn

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26. Foto: Alberto Blanco Dávila

Ilustramos esta relación en el siguiente ejemplo: Todos los ganaderos han experimentado pérdidas de becerros por la acción de los zamuros (Coragyps atratus), un trabajo en Florida describe que el 38% de los ganaderos de este estado han sufrido pérdidas considerables por esta ave que le gusta picotear el ombligo, los ojos y el ano de becerros recién nacidos causándoles la muerte, sin embargo, es raro ver un ganadero saliendo específicamente a cazar zamuros y luego reproducir la proeza en las redes sociales, como ocurre con los felinos. ¿Qué es lo que nos hace reaccionar a este animal como lo hacemos? La respuesta probablemente se remonta a nuestro pasado remoto. El género Panthera se desarrolló hace aproximadamente unos cinco millones de años, mientras que nuestros ancestros homínidos (Australopitecus afarensis) aparecieron al mismo tiempo. Para cuando Homo sapiens, el humano moderno aparece en el paisaje, el género Panthera ya está bien establecido, haciendo irremediable el encuentro entre ambos.

Hoy en día se sabe que nuestros ancestros probablemente no eran fornidos cazadores que vivían de la caza y la recolección como nos enseñaron en la escuela, sino más bien un grupo de homínidos pequeños experimentando el bipedalismo, que aprovechaban toda oportunidad para alimentarse, no solo de materia vegetal pero de carroña también. Como tal, cualquier animal muerto era una oportunidad para la obtención de proteínas. Robarle un cadáver a un carnívoro probablemente no era una tarea fácil, si no, trate de quitarle la comida al perro del vecino. Ocurriría a través de un taimado robo, o a través de un enfrentamiento frontal, como fuera, la acción podía terminar en la muerte del homínido para formar parte del menú del carnívoro. Las pruebas paleontológicas así lo demuestran. Hay evidencia que los carnívoros se alimentaban de nuestros ancestros y que estos se alimentaban de los despojos dejados por los carnívoros. Quizás aquí esté la llave de nuestra relación de “amor – odio” la completa fascinación y al mismo tiempo el gran 37


27. Foto: Charles Brewer-Carías

temor que estas especies generan en nosotros. No hay nadie que sea indiferente a estas especies, todo humano expresa una fascinación por ellas pero al mismo tiempo un gran temor. Este temor ha sido ampliamente explotado por canales de televisión en lo que David Quamen (2004) denomina “la pornografía del depredador” o la “novela dramática zoológica”. Los canales se aprovecha de nuestros lastres neurológicos, producto de nuestra evolución para mantener a la audiencia cautiva con imágenes de felinos sanguinarios devorando presas, o describiendo historias de humanos atrevidos y valientes que se enfrentan a estas crueles bestias peligrosas. Estos programas se auto denominan educativos, pero en gran medida, distorsionan la peligrosidad de estas especies, su importancia ecológica y perpetúan el mito de peligrosidad y la actitud antagónica. A través del tiempo también surgen los esquemas culturales. En toda América el Jaguar y el Puma han sido venerados como dioses. En México los mayas veneran al jaguar como el representante del 38

inframundo, dador de vida a través de la lluvia, en Venezuela la fusión del hombre con el felino como un camino del poder es común en nuestro acervo mítico. El jaguar es el elemento que separa lo natural de lo sobrenatural. La Biblia no se queda atrás al definir la relación entre las bestias de la naturaleza y el humano: En el libro 41 de Job se identifica la cadena de poder, primero está Dios, luego Leviatán y después los humanos. Pero en realidad la Biblia no contempla la ecología de paisaje, la relación real es que: Primero está Dios, luego Leviatán, luego los grandes depredadores y por último estamos los humanos. El mensaje implícito es que si tengo el poder y la valentía de matar a un depredador estoy más cerca de Dios; soy osado y valiente. La depredación es una fuerza evolutiva, las tortugas generaron fuertes caparazones, las gacelas generaron la velocidad, las aves el vuelo. Cuando la presa es cazada pierde la vida, cuando el depredador falla en la cacería pierde una comida. ¿Qué influencia tuvo esto sobre nuestras vidas? Significa que reaccionamos: Ante un ataque exitoso perdemos la vida, ante un ataque


28. Foto: Ernesto O. Boede

fallido aprendemos. Evolutivamente aprendimos que los carnívoros son peligrosos, y aunque esto es verdad, tenemos que entender que nuestra situación ecológica ha cambiado. En este momento histórico podemos sufrir pérdidas económicas por la depredación de animales domésticos por felinos, pero son más los beneficios que recibimos, aunque estos a veces no sean evidentes a corto plazo. Para concluir hay que destacar que muchos de los problemas de depredación se deben a prácticas

pecuarias deficientes, especialmente cuando se permite que el ganado menor de un año de edad pastoree en áreas naturales o dentro del bosque sin atención alguna. Es necesario desarrollar estrategias de conservación que incluyan a la sociedad en pleno. Es por ello que en este volumen presentamos la información que esperamos ilustren y motive a los lectores a amar y admirar a estos animales que necesitan de todo nuestro apoyo para que los ecosistemas sigan ofreciéndonos sus servicios, y podamos estar orgullosos de las bellezas naturales de nuestro país.

Tabla 2. Incidentes con grandes felinos en vida silvestre y en cautiverio por especie. Especie

Vida Silvestrea

Cautiverio en Estados Unidosb

Tigre asiático

12,599

273

León Africano

552

99

Leopardo

840

31

Jaguar

0

8

Puma

18

60

a. Estos datos comprenden muertes causadas por felinos en vida silvestre desde 1904 - 2004. b. Estos números comprenden incidentes (incluye muerte a humanos, desmembramientos a humanos y escapes) entre 1990 y 2014. Fuente: Modificado de Löe y Röskaft 2004 y http://bigcatrescue.org.

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Leyendas Portadilla Una madre puma (Puma concolor) con sus tres cachorros que no se le separan ni por un momento, en la Estancia Laguna Amarga situada en el Sur de Chile, en el corazón de la Patagonia Chilena al lado del Parque Nacional Torres del Paine. Los pumas en esta zona ya no se han cazado desde hace unos 10 años y se ha ido popularizando la llegada de turistas con guías especializados que fotografían a estos formidables felinos. Foto 2: Un ejemplar adulto de Jaguar (Panthera onca) tomando un descanso a la orilla de una pequeña laguna y observando fijamente a la fotógrafa que tomó esta extraordinaria imagen en el Hato Piñero, estado Cojedes. Venezuela. Foto 3: Paisaje de los llanos inundables del Orinoco con su fauna asociada del estado Apure, Hato El Cedral. Venezuela.

los mamíferos más grandes de América del Sur, esta especie podía llegar a medir hasta 5 metros y con un peso que superaba las 4 toneladas. Ilustración 9: Reconstrucción de un mastodonte o gonfoterio – Notiomastodon platensis-, especie que vivía en las tierras bajas cálidas y húmedas en zonas abiertas y costeras de América del Sur con un peso de más de 6 toneladas. Vivieron hasta finales del pleistoceno y entrando al holoceno que fue cuando se extinguieron. Ilustración 10: Escenificación de un armadillo gigante –Glypyotherium cf. cylindricum-, especie extinta del pleistoceno que era abundante en tierras venezolanas que podía llegar a los 3 metros de longitud y con un peso que podía superar los 1200 kilos.

Foto 4: En las décadas de los 60 y 70, cientos de miles de pieles de las diferentes especies de felinos venezolanos, salían de latinoamérica anualmente por el comercio peletero, lo que mermó considerablemente las poblaciones de felinos en nuestro país . La pérdida no se extendió solo a los felinos sino a todas las especies que se usaron como cebos en las trampas para capturarlos. Ilustración 5: Escenificación de un grupo de Equus (Amerhippis) sanyaeelenae del pleistoceno en los alrededores de la Serranía de Perijá siendo datados entre 1 millón a 700.000 años antes del presente. Ilustración 6: Representación de un Camélido extinto del pleistoceno Palaeolama major con su cría en Suramérica. Ilustración 7: Reconstrucción de un tigre diente de sable –Smilodon populator- con su cachorro del pleistoceno, eran comunes en el territorio venezolano. Esta especia podía llegar a medir hasta 2,3 metros y un peso de 400 kilos. El término Smilodon significa: “cazador o devastador con dientes de sable”. Ilustración 8: Representación de un perezoso gigante –Eremotherium laurillardi- que vivió en nuestro territorio durante el pleistoceno, siendo los perezosos gigantes estaban entre

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Tabla de la Era del Pleistoceno. AP: Antes del Presente / Ma: Millones de años. Cortesía de Jorge D.Carillo Briceño. Fotos 11 y 12: Oso hormiguero o Palmero (Myrmecophaga tridactyla) y Danta o Tapir (Tapirus terrestris) que forman parte de la fauna suramericana, siendo de los pocos mamíferos de gran tamaño sobrevivieron la extinción del cuaternario. Foto 13: Cochino de monte o cochino alzado, descendiente de los cerdos que llegaron a América con los españoles. Bien adaptado a las condiciones de sabana, presenta características similares a su antecesor silvestre europeo el jabalí (Scrofa ferus). Su carne es muy apreciada por los Llaneros de Venezuela y pantaneiros de Brasil.


Fotos 14, 15 y 16: Antes de la llegada de los conquistadores europeos, las presas de mayor tamaño eran los chigüires (Hydrochoerus hydrochaeris), los venados (Odocoileus virginianus, Mazama americana, etc), los báquiros (Tayassu tajacu y Tayassu pecari), entre otras presas autóctonas de Suramérica.

Foto 24: Cuando las personas escuden sus actividades ilegales bajo el principio de que el animal es un “depredador de ganado o de animales de corral” llegan a los hechos de exterminar sin escrúpulos a nuestros felinos, este es un factor importante que también están llevando estas especies a la extinción.

Foto 17: Junto con la pérdida de hábitat, la otra gran amenaza para los felinos es su cacería indiscriminada, ya sea con fines deportivos, por venta de sus pieles o debido a la depredación de ganado doméstico o en encuentros oportunistas. Jaguar que se deje ver es disparado.

Foto 25: El Sr. Mauricio Peña sobrevivió a un taque de jaguar en 1931, cuando pasó inadvertidamente al lado del gran felino que había matado una vaca en el Hato Cañafístolo, cerca de Bruzual, estado Apure. Venezuela.

Foto 18: La cacería indiscriminada de presas del jaguar puede hacer que la biomasa de presas naturales disminuya de tal forma que los felinos se vean obligados a alimentarse en mayor proporción de animales domésticos y así comienza el conflicto ganaderos – jaguares. Foto 19: Siembra de monocultivos extensivos de cereales, algodón y caña de azúcar, son una de las principales causas de deforestación masiva y de contaminación con agroquímicos en nuestro continente. Foto 20: En años anteriores el comercio peletero y ahora la expansión de la frontera agrícola, ganadera y urbanística junto con la cacería indiscriminada han sido los peores enemigos para este hermoso e importante depredador, colocándolo al borde de la extinción. Foto 21: El perro de agua o nutria gigante (Pteronura brasiliensis) es un carnívoro de la orden de los mustélidos, generalmente son presas del Jaguar (Panthera onca), sin embargo es una presa que le da mucha pelea al más grande de nuestros felinos. Fotos 22 y 23: La minería y la deforestación desmedida son factores devastadores que colocan a nuestros felinos y a nuestra fauna general en peligro crítico. Venezuela carece de la voluntad política para proteger a la fauna. Estos hechos ocurren en nuestros Parques Nacionales sin consecuencia para quien viola la Ley.

Foto 26: Según un estudio de los EEUU indican que un gran porcentaje de ganaderos ha sufrido pérdidas de ganado por los zamuros (Coragyps atratus), se sabe que estas son aves carroñeras pero se logró demostrar que les gustan picotear el ombligo, los ojos y el ano de becerros recién nacidos causándoles la muerte. Esta situación nos lleva a preguntar ¿Por qué tenemos esta relación tan visceral con los felinos? Foto 27: Un Yanomamö del Amazonas de Venezuela utilizando un brazalete de piel de Jaguar que le da una alta jerarquía de guerrero en su tribu. Los Yanomamö llaman a los jaguares “washaema” y representa el animal más temido para ellos. En comunicaciones personales con ellos aseguran que muchos hombres, mujeres y niños han sido atacados y desaparecidos por jaguares. En las selvas del Sur de Venezuela es dónde se encuentran las poblaciones más grandes y estables de este gran felino. Foto 28: El jaguar o Panthera onca ha tenido una doble vida, una existencia figurativa que domina el arte y la arqueología de las culturas indígenas precolombinas. Indígenas del Amazonas hoy en día siguen vistiendo pieles y fetiches de jaguares con fines ceremoniales y chamánicos. Pero lamentablemente también existe un comercio en donde se venden en el mercado indígena en Puerto Ayacucho, Venezuela y en otros países Suramericanos con fines turísticos estas piezas de jaguar, en esta foto mostramos dos manos de Jaguar con las garras.

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Con su gran agilidad y sigilo, cuerpos musculosos, muy agudos sentidos, dientes y garras altamente evolucionados y su coloraciรณn de camuflaje, los felinos estรกn entre los mรกs eficaces y especializados predadores del planeta.

Foto: Roger Manrique.

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FELINOS DE VENEZUELA Ernesto O. Boede, Almira Hoogesteijn, Włodzimierz Jędrzejewski, Maria R. Abarca Medina y Rafael Hoogesteijn. 43


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Foto: Rafael Hoogesteijn

EL JAGUAR

El tercer felino mรกs grande y con la mordida mรกs poderosa del mundo

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2. Foto: Ernesto O. Boede.

Aunque evitan al hombre y jamás lo consideran su presa, el jaguar continúa despertando una gama de emociones que transitan desde la más profunda admiración, hasta el más profundo terror. Esta especie guarda un extraordinario parecido con nosotros los humanos, aun así, lo hemos llevado al límite de la extinción. Actuemos ahora o su vital importancia ecológica y su imponente belleza desaparecerán para siempre.

Panthera onca, (Linnaeus, 1758) es el tercer felino más grande del mundo después del tigre asiático (P. tigris) y el león (P. leo) y es el depredador más grande y tope de cadena trófica de las selvas tropicales americanas. En relación a su peso, es el felino más fuerte y con la mordida más poderosa de todos los felinos. Generalmente mata a sus presas fracturando 46

la nuca o base del cráneo de una mordida. Otros grandes felinos matan a sus presas con una mordida en la zona del cuello, causando la asfixia y terminando la circulación sanguínea a la cabeza. Frecuentemente, es confundido con el leopardo de África y Asia (P. pardus) (denominado pantera en esas geografías). Los leopardos son de menor tamaño, construcción menos robusta y aunque tienen la piel manchada, no presentan las rosetas del jaguar (una mancha en círculo encierra otras más pequeñas).Tanto jaguares como leopardos presentan melanismo, una variación genética que consiste en el oscurecimiento de la pigmentación amarilla, lo que los define entonces como “jaguar negro” y como “pantera negra” respectivamente.

El jaguar en la historia Las etnias precolombinas y las actuales salvo contadas excepciones han tenido o tienen al jaguar entre sus deidades mas importantes, es el ícono


3. Foto: Rafael Hoogesteijn

que representa el poder y la fuerza. Actúa como mensajero llevando información entre los dioses y los humanos. El jaguar al igual que el humano, constituye un depredador de capacidades y astucia extrema; simboliza la agilidad, el vigor, la velocidad y el poder de la naturaleza. Así, se ha convertido en una de las especies de mayor carisma para la conservación. Américo Vespucio describe el jaguar de las tierras venezolanas por primera vez para la ciencia antigua en el año 1500. El vocablo “jaguar” o “yaguar” proviene de la palabra “yaguará” de lengua TupíGuaraní, que significa “bestia salvaje que mata a su presa en un salto”. Los conquistadores Españoles lo denominaron “tigre” (confundiéndose erróneamente con el tigre asiático) y los Portugueses lo denominaron “onça-pintada” para diferenciarlo del puma (Puma concolor) que denominan “onça-parda” o suçuarana. Estas denominaciones siguen usándose hoy en día. En nuestra narrativa generalmente utilizamos el término “jaguar” y en ocasiones el mas popularmente utilizado “tigre”.

El científico alemán Alexander von Humboldt, quien en el 1800 realizó un largo viaje por los ríos Apure y Orinoco, reportó su increíble abundancia y con gran atención describió sus experiencias con este depredador. Humboldt reportó encuentros prácticamente diarios con jaguares en todas las costas e islas, e inclusive, en algunas zonas se vio obligado a mudar su campamento hacia zonas más abiertas, asustado por las rondas y ronquidos de los felinos. En el Bajo Apure, en El Joval, observó a un jaguar tan grande que le pareció más grande que los tigres asiáticos que había observado en las colecciones zoológicas europeas. En la región de Arichuna, zona de gran abundancia de jaguares, de cocodrilos del Orinoco y de chigüires, los observó en las barrancas del río, acostados en la sombra de las grandes ceibas y samanes, sin inmutarse por la cercanía de la curiara, batiendo con fuerza su larga cola de lado a lado, siendo percibidos como retadores. Humboldt describe como en el río Orinoco, en la época de postura de la tortuga Arrau, los jaguares las perseguían, inclusive hasta dentro de las aguas llanas 47


4. Foto: Rafael Hoogesteijn

para voltearlas y comérselas. Así mismo describe como los felinos desenterraban los huevos que formaban parte de su dieta. En el Brazo Casiquiare en el estado Amazonas, Humboldt perdió a su fiel mascota, un perro Gran Danés, depredado por un jaguar que rondaba de noche su campamento, “el tigre” se llevó al pesado perro, sin que nadie se diera cuenta. En la zona central del país, viajando con sus bestias de carga de la Hacienda Cura a Guacara, un jaguar los siguió por muchos kilómetros, el baqueano trataba de ahuyentar al felino con sus gritos, pero éste le evadía, para aparecer por otro lado, siempre buscando los animales de carga. A pesar de todos los encuentros, Humboldt nunca temió tanto a la fauna (léase jaguares, caimanes u otros), ni a los indígenas, como a las inmensas nubes de zancudos, mosquitos y jejenes, que lo atormentaron durante toda su estadía en Venezuela. Transportémonos al Valle de Caracas y las faldas del Ávila. En 1842 el botánico belga Jean Jules Linden, describió como en su ascenso a la Silla de Caracas se encontró de frente durante un aguacero, con un 48

enorme tigre entre los bambucillos, en el asiento de la Silla, entre los Picos Occidental y Oriental. También el pintor y botánico alemán Karl Ferdinand Appun a mediados del siglo XIX, narró como los tigres lo acechaban de noche en su campamento en la Serranía de San Esteban, Estado Carabobo, inclusive como uno de ellos depredó una pesada mula en la Cumbre del cerro Hilaria, cerca de la posada donde dormía.

Descripción El jaguar presenta un cuerpo grueso con patas cortas y fuertes, ésta forma del cuerpo viene asociada a un animal que habita bosques y selvas que le permite escalar, arrastrar presas y nadar con facilidad. Presenta una gran variación de peso y tamaño a lo largo de su distribución. Las hembras suelen ser más pequeñas que los machos. Los jaguares centroamericanos son los mas pequeños y suelen pesar entre 40 y 50 kg, mientras que los jaguares


5. Foto: Rafael Hoogesteijn

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6. Foto: Rafael Hoogesteijn

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7. Foto: Rafael Hoogesteijn

de sabanas inundables, El Pantanal (Brasil, Bolivia y Paraguay) y Los Llanos (Venezuela y Colombia), son los más grandes y pesados, pudiendo llegar a pesar ocasionalmente hasta 150 kg. Los jaguares de la zona Amazónica tienen un tamaño intermedio. Estos tamaños extremos parecen reflejar la variación y disponibilidad de presas en los diferentes hábitat donde vive. La mandíbula de los jaguares es prominente, los ojos pueden variar de color de amarillo al verde y sus orejas son pequeñas y redondeadas. El color de base de su piel puede oscilar de amarillo pálido hasta un color rojizo, cubierta de manchas o rosetas que son individuales para cada jaguar, es por ello que se les puede identificar con relativa facilidad en los estudios de cámaras-trampa. Manifiesta melanismo (ver arriba). Se presenta un resumen de las características biológicas de la especie en el Cuadro 1.

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Distribución El jaguar prefiere zonas boscosas en las cercanías de cursos de agua donde encuentra protección y abundantes presas. Habita desde el nivel del mar hasta 2.500 m.s.n.m. aproximadamente. Históricamente, el jaguar se distribuía desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Argentina. La actividad humana ha deforestado un 54% del hábitat disponible para jaguares y el hábitat utilizable por ellos, se ha reducido en un 22%. Está extinto en Estados Unidos, El Salvador y Uruguay. La distribución del jaguar en Venezuela englobaba a todo el país con excepción de la zona andina (sobre los 3.000 m.s.n.m.) e islas del Caribe. Las extensas selvas al sur del río Orinoco son el último relicto para la especie, ya que las poblaciones al norte del Orinoco se han visto muy afectadas por la expansión de la frontera agropecuaria (deforestación extensa de las áreas boscosas), la minería (legal, ilegal y artesanal), la cacería furtiva


8. Foto: Rafael Hoogesteijn

9. Foto: Rafael Hoogesteijn

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10. Foto: Rafael Hoogesteijn

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11. Foto: Rafael Hoogesteijn

de felinos y sus presas. La actividad humana los desplaza a zonas ecológicamente marginales donde son cazados con mayor facilidad.

Ecología Las densidades de jaguares están íntimamente ligadas con la producción primaria, así, en las zonas húmedas la productividad primaria suele ser mas alta que en las zonas secas, de allí que el jaguar prefiera las primeras. En Venezuela se han realizado hasta el momento cuatro estudios con cámarastrampa, con el objetivo de estudiar la densidad poblacional (expresada en número de jaguares por cada 100 km2). Se encontró que (i) para el Alto Caura la densidad es de 2,3; (ii) para Guatopo se de 2,2; (iii) en los Llanos de Cojedes (Hato Piñero) donde la cacería esta completamente prohibida, y las perturbaciones humanas son mínimas se describió una densidad de 4,4 adultos y 3,2 cachorros; (iv) en la Ciénaga del Catatumbo se estimó una densidad alta, pero ésta está disminuyendo rápidamente

debido a la deforestación, la ganadería ilegal y la cacería indiscriminada. Las hembras mantienen territorios en los que pueden encontrar suficientes presas para alimentar a sus crías, es por ello que el tamaño del territorio depende de la disponibilidad de presas, es decir la “productividad primaria”; mientras mayor sea la densidad de presas, menor es el territorio. Los estudios de telemetría han demostrado que los territorios pueden ser de 30 a 40 km2 en zonas húmedas y selvas tropicales y de 200 a 400 km2 en zonas secas y/o de baja productividad primaria. Los machos suelen mantener territorios más extensos que cubren los territorios de tres o cuatro hembras, en zonas húmedas productivas pueden variar entre 70 a 140 km2, mientras que en zonas de baja productividad pueden variar entre los 300 a 700 km2. En promedio se calcula que el territorio de una hembra es de 70 km2, y de un macho de 160 km2. El jaguar depreda especies de herbívoros (y a veces carnívoros), produciendo el “efecto cascada”, este 55


12. Foto: Rafael Hoogesteijn

efecto hace que el jaguar sea como un ingeniero del paisaje, ya que la presencia o ausencia de herbívoros afecta la vegetación, que a su vez afecta la distribución de la precipitación, que a su vez influencia la hidrología y en consecuencia al paisaje y a los sistemas agrícolas y pecuarios. Adicionalmente el jaguar influencia la epidemiología de las enfermedades que constituyen sus presas. Muchas de esas enfermedades son zoonosis (afectan a los humanos), por ejemplo la fiebre maculosa causada por una bacteria (Rickettsia rickettsii) y transmitida por garrapatas (Amblyomma cajannense), cuyo reservorio silvático es el chigüire. La ausencia de depredadores tope, en este caso jaguares, produjo una epidemia severa de fiebre maculosa que afectó a las poblaciones de chigüires, al ganado y a muchos humanos en el estado de São Paulo, Brasil.

Peligrosidad del jaguar En el campo venezolano las conversaciones siempre recaen sobre “El Tigre”, no se habla de 56

un tigre o de un jaguar sino de “El Tigre”, se habla de un ser mitológico que habita los bosques y que presenta un peligro para quien se encuentre en los mismos. Forma parte de nuestro acervo cultural y folklórico. Los jaguares pueden atacar para defender a sus crías, a la presa de la cual se están alimentando o a las hembras en temporada de celo. Pueden ser muy peligrosos si están heridos o acorralados en situaciones de cacería, -situación en donde cualquier animal se defiende con fiereza-. Pero, en general, evitan al humano y éste nunca forma parte de la dieta; a diferencia del león africano, del tigre asiático y el leopardo o pantera, de los cuales infrecuentemente surgen reportes de ataques. Los humanos desde el punto de vista evolutivo, somos habitantes relativamente recientes del nuevo continente, a diferencia de las otras especies de grandes felinos (tigre, león y leopardo) que evolucionaron con el humano (J. Londoño, com. pers.). Esta co-evolución que ocurrió en Asia y África, hace que el humano forme parte del paisaje y por ende de la dieta, mientras que con el jaguar este no es el caso. Comparativamente,


13. Foto: Rafael Hoogesteijn

otras especies animales matan más humanos que los grandes carnívoros, por ejemplo, los mosquitos matan millones de personas (por transmisión de enfermedades, como malaria, dengue, chikungunya, zica etc.), las serpientes matan aproximadamente a 125.000 humanos/año o los perros domésticos que matan a más de 150 humanos/año. La peligrosidad del jaguar ha sido muy exagerada, el primer autor, en los Llanos de Venezuela y en el Pantanal de Brasil ha tenido más de ochenta encuentros caminando solo y desarmado y nunca ha experimentado un ataque o agresión de los jaguares encontrados. Aún así, es una especie con la que no se deben cometer imprudencias y hay que mantener la distancia. En zonas selváticas remotas (Amazonía) los jaguares, en ocasiones, siguen a los viajeros hasta que éstos salen de su territorio de ocupación.

Dieta y hábitos alimenticios Los jaguares son cazadores oportunistas. El espectro de alimentación de los jaguares es variable (se han descrito más de 80 especies que forman parte de su dieta). Prefieren ungulados grandes (animales que se apoyan en el extremo de los dedos que generalmente están cubiertos por pezuñas), pero como buenos oportunistas no desprecian otras presas disponibles como roedores, incluyendo en su dieta herbívoros domésticos como caballos y vacunos lo cual genera conflicto con los humanos. En estudios de dieta se han encontrado que los jaguares consumen osos palmeros (o hormigueros gigantes), babas, anacondas, delfines de río (o toninas), tortugas marinas y de agua dulce así como sus huevos. Sus presas favoritas son los báquiros (de cachete blanco, de collar) y los cochinos alzados, los chigüires (o capibaras) y las babas (para los nombre científicos ver Cuadro 2.). En zonas selváticas consumen cachicamos, perezosos, lapas, venados y a veces monos. Como es capaz de vivir de pequeñas especies, se considera que tiene la capacidad de sobrevivir en zonas relativamente perturbadas. 57


14. Foto: Rafael Hoogesteijn

Nido conRafael huevos de Tiñosa (Anous stolidus). Foto: Gaby Carías. 15. Foto: Hoogesteijn

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16. Foto: Rafael Hoogesteijn

Reproducción y crecimiento

Conservación

Hay pocos estudios sobre la reproducción del jaguar en vida silvestre. El jaguar es un animal territorial y generalmente solitario, sin embargo, macho y hembra se encuentran cuando esta última entra en celo. Este encuentro puede ocurrir en cualquier época del año, no es dependiente de la estación. La hembra permanece en celo por períodos de seis a 17 días; la gestación dura entre 90 y 100 días (en cautiverio). Las hembras pueden parir entre una y cuatro crías, pero generalmente pare dos. Estas crías son completamente dependientes de la madre hasta las 11 semanas y se destetan alrededor de los seis meses. Entre los 15 y 18 meses son capaces de cazar sus presas independientemente, pero esto generalmente ocurre dentro del territorio de la madre. La dispersión o búsqueda de nuevos territorios es un momento crítico en la vida de esta especie, es en este momento donde la mortalidad es más alta, especialmente si el jaguar se dispersa en paisajes dominados por los humanos. La madurez sexual de las hembras ocurre entre los 24 y 30 meses de edad y en los machos entre 36 y 48 meses de edad.

El libro rojo de la fauna venezolana cataloga al jaguar como vulnerable. La distribución actual del jaguar cubre 65% del territorio de Venezuela. Las poblaciones estables se encuentran al sur del río Orinoco, en los estados Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro. Las poblaciones localizadas al oeste y centro del país, en la Sierra de Perijá, el Piedemonte Andino, el sur del Lago de Maracaibo, Los Llanos occidentales y centrales, la Cordillera de la Costa, están disminuyendo debido a la presión antrópica. En estas áreas se mantienen poblaciones dispersas y fragmentadas principalmente en los estados Apure, Barinas, Cojedes, Guárico y Portuguesa. En el estado Miranda en los bosques de Barlovento y del Parque Nacional Guatopo todavía quedan poblaciones aisladas. Las poblaciones del sur se están viendo amenazadas, especialmente en la serranía del Imataca, debido a la intensa minería, deforestación y cacería descontrolada.

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17. Foto: Rafael Hoogesteijn

18. Foto: Ernesto O. Boede

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Abundancia y exterminio de los jaguares A comienzos de 1950 la abundancia de jaguares en Venezuela era tal que encontramos relatos en donde un grupo de cazadores venezolanos y norteamericanos (con perros entrenados), mataron 29 ejemplares en 32 días. En el mismo relato de cacería describe la matanza de 43 tigres y la captura de tres vivos, durante tres meses de cacería en un hato Barinés. Desde la década de los 50´ hasta mediados de los 70´ el auge del comercio de pieles de felinos manchados (jaguares y el linaje de los cunaguaros) en América y en tierras venezolanas casi acaba con estas especies. Las cifras de felinos masacrados fueron grotescas. Entre 1957 y 1969 Brasil exportó 80.119kg de pieles de jaguar, el equivalente a unos 16.000 jaguares. Entre los años 1968 y 1970 salieron desde diversos países de América Latina a Estados Unidos un total de 31.104 pieles de jaguar. Es difícil definir el tamaño de territorio de un jaguar, ya que depende de la calidad del hábitat, pero para darle perspectiva al impacto del comercio peletero, definiremos el tamaño promedio de los territorios: para hembras de 70km2 y para machos de 160km2, en base a estas cifras, no es difícil imaginar la magnitud de la masacre y en cuántos miles de kilómetros cuadrados desaparecieron los felinos. En los últimos años del auge peletero, el tamaño de las pieles comenzó a disminuir (lo que significa que los adultos fueron exterminados y se estaban consumiendo los remanentes juveniles). El comercio de pieles fue un negocio muy lucrativo, la venta de una piel de jaguar equivalía a más de un año de sueldo de un vaquero, y obreros de hatos y fincas cazaban durante las noches “linterneando”. Generalmente vendían las pieles a comerciantes y traficantes itinerantes colombianos, quienes las sacaban de contrabando al mercado internacional. En la década de los 70´ este comercio fue declarado ilegal y el jaguar entró a veda total en 1974, por los esfuerzos del Dr. Gonzalo Medina (Q.E.P.D.) del Ministerio del Ambiente.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la Convención para el Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES por sus siglas en inglés) a través de acuerdos internacionales, declararon la prohibición de la cacería y el comercio de pieles de gatos manchados a finales de la década de los 70´. El jaguar quedó catalogado como una especie en peligro de extinción al incluirla en el Apéndice I. Recientemente se ha re-abierto el comercio ilegal de pieles, huesos en general, cráneos y colmillo de jaguar, por parte de ciudadanos chinos que trabajan en obras de infraestructura en Bolivia, sacando de contrabando estas partes de jaguares, con destino a China, donde son vendidos con grandes ganancias y provocando una demanda que nuevamente pudiera ser fatal para la especie.

El conflicto jaguar – humano En las áreas de fuerte crecimiento demográfico, existe una intensa cacería furtiva de fauna que disminuye las poblaciones de presas del jaguar. El felino entra en competencia con el humano por las presas de interés cinegético o de cacería de subsistencia. Cuando disminuyen las presas naturales, la depredación sobre las especies domésticas aumenta. Esta actividad de depredación genera una respuesta de exterminio por parte del humano, quien se vale de todos los medios disponibles, incluyendo en envenenamiento de las presas, para eliminar al depredador. A lo largo de su distribución, los jaguares son exterminados por ser considerados una amenaza para los animales domésticos. La mayoría de los ganaderos aprecian tener jaguares en sus propiedades como una herencia de la que se sienten orgullosos, pero se sienten forzados a eliminarlos cuando ocurren casos de depredación de animales domésticos. Esta situación se ve reforzada por concepciones culturales: la cacería del jaguar representa un reto y una afirmación de machismo para quien lo caza, o puede realizarse como deporte, aún en ausencia o con pocos problemas de depredación.

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19. Foto: Ernesto O. Boede

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20. Foto: Ernesto O. Boede

En Latinoamérica el conflicto ganado/jaguar se compone de tres aspectos. En primer lugar, la cacería de jaguares es ilegal y está prohibida por todos los gobiernos (con la excepción de Belice donde se permite la cacería de jaguares depredadores de ganado). En segundo lugar, no existen mecanismos legales, ni judiciales que impidan la cacería ilegal de jaguares, pumas y sus presas naturales, las cuales están sometidas a una fuerte presión de cacería furtiva. Las denuncias realizadas generalmente quedan sin consecuencias punitivas para los perpetradores. En tercer lugar, cuando un ganadero tiene un problema de depredación, aunque haga las denuncias a los organismos oficiales pertinentes y busque colaboración, no obtiene respuestas, ni ayuda y se ve obligado a resolver el problema. La solución que se considera más práctica y efectiva es matar a todos los felinos en el área. La política aplicada por muchos ganaderos hoy en día se puede resumir en las tres “S” en inglés: “Shoot, Shovel and Shut Up”, lo que quiere decir: “Dispárale, Entiérralo y Cállate la Boca” (muchas veces los felinos son envenenados, 64

esta situación se facilita por el acceso sencillo e indiscriminado a pesticidas de alta toxicidad). Esto constituye el tratamiento de los síntomas, pero no resuelve las causas del problema. La depredación de ganado por felinos ocasiona pérdidas a los propietarios de ganado, esto es un hecho sin controversia. Sin embargo, las enfermedades abortivas, manejo deficiente, y el robo de ganado (que a veces se le atribuye al jaguar), son factores de pérdida mayores, que no se han cuantificado, sobre todo en explotaciones ganaderas de subsistencia. Hoy en día disponemos del conocimiento agropecuario necesario para desarrollar explotaciones altamente productivas, y adicionalmente contamos con una serie de estrategias anti-depredación probadas, que disminuyen los episodios de depredación a través de mecanismos de manejo ambiental y ganadero. Estas estrategias han sido desarrolladas y probadas por los autores y se encuentran disponibles en varias publicaciones para aquellos lectores interesados.


21. Foto: Rafael Hoogesteijn

Entre estas medidas de manejo, figuran la protección efectiva al jaguar y sus presas, los encierros nocturnos de animales domésticos, las cercas eléctricas, la utilización de especies antagónicas al jaguar como los búfalos de agua, el arado ecológico para mejorar la productividad de los pastos, etc. Igualmente, ONGs como Panthera (http://www.panthera.org/ cat/jaguar), Wildlife Conservation Society (Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre, por sus siglas en inglés) (https://www.wcs.org/our-work/ species/jaguars) organizan junto con ganaderos y conservacionistas conferencias, mesas de trabajo y asesorías con el fin de mejorar la productividad ganadera y disminuir los problemas de depredación por carnívoros. A nivel nacional en algunos países (Costa Rica, Colombia y Belice) se están creando brigadas de asesoramiento que atienden a ganaderos con problemas de depredación, parcialmente financiadas por entes gubernamentales. El ecoturismo utilizado hoy en día en varias fincas ganaderas es otra solución, ya que la afluencia de turistas con interés en observar jaguares, ó señales

de su presencia (huellas, presas, etc.), proporciona un ingreso a veces mayor a las pérdidas producidas por los depredadores. Esta disminución de pérdidas está estrechamente ligada a la abundancia de presas naturales. En explotaciones pecuarias que desarrollan el turismo, las poblaciones de fauna están vigiladas y protegidas, el nivel de depredación y pérdidas de ganado son mínimas. El jaguar actúa como una especie “bandera” para el turismo, genera excelentes ingresos a las poblaciones locales, el mejor ejemplo de esta actividad está ocurriendo en el Pantanal Norte de Brasil. Las partes interesadas en la conservación del jaguar han entendido que es imprescindible trabajar con los ganaderos, ya que parques nacionales y reservas forestales no son suficientes para la protección de la especie. Muchos ganaderos han asumido la responsabilidad durante varias generaciones de proteger a la fauna en sus propiedades a pesar de las pérdidas que puedan causar. Desafortunadamente en este momento histórico que vive Venezuela, la deforestación, la cacería indiscriminada, la minería 65


22. Foto: Rafael Hoogesteijn

23. Foto: Larry Westbrook

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24. Foto: Ernesto O. Boede

25. Foto: Rafael Hoogesteijn

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descontrolada siguen siendo las principales causas de daño ambiental y por ende la extinción de los jaguares en el país.

Programas para el manejo y recuperación del jaguar Hoy día no existe un programa oficial en Venezuela para atender y resolver los problemas de conservación del jaguar. Hasta hace 15 años existió PROFAUNA adscrita a la Dirección de Fauna Silvestre en el otrora Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (MARNR). Su objetivo era tener presencia en el campo, realizando labores de vigilancia, control y desarrollo de proyectos y programas de uso, manejo y conservación de fauna silvestre. PROFAUNA inició un programa para atender casos de jaguares que presentaron comportamiento constante de depredación sobre ganado. El método de control favorecido por las autoridades era realizar translocaciones o transferencias de ejemplares “problema” a Parques Nacionales. Debido a los elevados costos, altos requerimientos logísticos y baja eficiencia en cuanto a resultados, el programa fue suspendido. Los jaguares translocados tenían altas probabilidades de continuar depredando ganado en los sitios donde fueron liberados, ya que muchos de los Parques Nacionales al norte del Orinoco siguen siendo usados como sitios de pastoreo de vacunos. En otras latitudes de Sur América se le ha dado una tregua a la especie. Al norte de Pantanal en Brasil, los felinos atraen a grandes cantidades de turistas, los jaguares son observados desde lanchas en los cursos de los ríos en la época de sequíade de Junio a Octubre. Esta situación ha beneficiado económicamente a promotores turísticos locales, dueños de hotel, lancheros y restauranteros. Aunque algunos ganaderos se benefician de esta actividad, muchos de los que no se benefician siguen cazando jaguares. Otro problema que se ha presentado es que algunos guías turísticos colocan cebos de pescado/ carne en la orilla de los ríos para atraer los jaguares asegurando su observación. Estos jaguares le pueden perder el respeto al humano, ya que asocian el 68

26. Foto: Ernesto O. Boede


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27. Foto: Ernesto O. Boede

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28. Foto: Ernesto O. Boede

bote-humano con comida, dando lugar a accidentes con consecuencias nefastas para los jaguares y los humanos. En un intento de evitar estas prácticas, las mismas han sido declaradas ilegales. En Venezuela, hay hatos ganaderos gubernamentales que todavía protegen a los jaguares y mantienen tímidos programas de turismo, como Hato Piñero, Hato El Cedral. En épocas pasadas fueron más los ganaderos que adscribieron sus tierras a dichas prácticas. A futuro, para proteger al jaguar, sería muy importante crear una red de áreas protegidas y corredores que sirvan de santuario a la especie. Esta iniciativa debería englobar ciertas áreas dentro del país como Delta Amacuro (Delta Amacuro), La Sierra de Imataca (Bolívar), la Serranía del Bachiller (Miranda y Guárico), el sur del estado Cojedes, el sureste del estado Portuguesa, el sur-sureste de Barinas y el estado Falcón. En paralelo, estas zonas deberían estar unidas por corredores ecológicos para garantizar las vías de dispersión, permitiendo 72

el contacto entre poblaciones aisladas, asegurando el flujo genético y la movilidad de la fauna. Otra necesidad sería cambiar las leyes y sanciones relacionadas con la deforestación y la cacería ilegal. Adicionalmente sería necesario crear un programa de apoyo a los ganaderos afectados por la depredación, el mismo debería centrarse en apoyo técnico ofreciendo estrategias de manejo para disminuir los eventos de depredación, así como incentivos económicos que favorezcan la presencia del felino, evitando así su persecución. Todos estos proyectos deben apoyarse en programas educativos para incentivar a las comunidades rurales a aceptar a los jaguares, y entender su importancia ecológica. Como comentario de cierre queremos presentar las acertadas palabras de los doctores Alan Rabinowitz y Howard Quigley en su prefacio de la Guía de Convivencia Gente y Jaguares de Marchini y Luciano (2009): “La remoción de jaguares del entorno humano, constituye una pérdida de la herencia biológica y cultural de esa región. Una zona desprovista de jaguares es una zona que ha perdido a una de sus


29. Cámara Trampa por Wlodzimierz Jedrzejewski

energías naturales más poderosas, la cual mantuvo la vida en equilibrio. Constituye una pérdida para nuestro propio bienestar y para el mundo que nos rodea. La remoción del depredador tope, es como sacar las piezas centrales de una pila de bloques de un juego de un niño, la estructura se desestabiliza, colapsa o cambia de forma. Los jaguares constituyen un importante componente de la salud del mundo que nos rodea. Sin el beneficio del equilibrio, disminuimos la pureza y funciones de nuestro aire, de nuestra agua y de los productos que los bosques pueden proveer. Lo que sabemos ahora, es que podemos tener la producción ganadera y también mantener los jaguares y a las otras partes vivientes de los bosques, manteniendo a los ecosistemas saludables”.

30. Foto: Javier Mesa

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31. Foto: Rafael Hoogesteijn

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Nombre Científico Peso (kg) Largo (cabeza a cuerpo, cm) Largo de la cola (cm) Altura (cm) Distribución Hábitat

Promedio del tamaño territorios reportados (km2) Reproducción Coloración Longevidad

Cuadro 1. Características biológicas del Jaguar Panthera onca H:36 - 100, M:36-150 H:116 - 219, M: 110.5 - 270 44 - 80 68 - 75 Norte de México al norte de Argentina, norte, centro y sur América, distribución fragmentada en México, nor-este Brasil y Argentina. Utiliza una gran diversidad de hábitat. Se asocia comúnmente con densas cubiertas forestales de bosques tropicales y subtropicales debajo de los 2.500 m.s.n.m. Fuertemente asociado a fuentes de agua incluyendo sabanas inundables. Excelente nadador. Belice: M: 28 - 40 Brasil (Pantanal sur): H:38, M:63 Brasil (Pantanal norte): H:31 - 98, M:73 - 268 Venezuela: H:47 - 83, M:93 - 108 1-4 crías, 91-111 días de gestación, madurez sexual entre 24 y 30 meses. Color de fondo varía de amarillo pálido a ocre oscuro, zona inferior cuerpo blanca con manchas, rosetas grandes negras con pintas internas. Expresa melanismo. Desconocida en estado salvaje (aprox. 16 años), en cautiverio hasta 22 años.

Modificado de: Hunter, L. 2011. Carnivores of the World. Princeton Field Guides, Princeton University Press. Princeton, NJ. 240pp.

Cuadro 2. Nombre común y científico de las especies enumeradas en este capítulo Nombre común Chigüire o capibara Babas o caimanes Báquiro cachete blanco Báquiro de collar Oso hormiguero o palmero Anacondas

Nombre científico / Familias Hydrochoerus hydrochaeris Caimán spp. Tayassu pecari Tayassu tajacu Myrmecophaga trydactyla Eunectes murinus

Delfines de río Tortugas marinas Tortugas agua dulce Cachicamos Perezas Lapas Venados Monos (Cebus) Cocodrilo del Orinoco Tortugas de tierra

Inia geoffrensis Familia Chelonidae / Dermochelyidae Familia Podocnemidae Familia Dasypodidae Familia Bradypodidae / Choloepidae Agouti paca Mazama sp. / Odocoileus sp. Familia Cebidae Cocodrylus intermedius Familia Testudinidae

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32. Foto: Karl Weidmann

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Leyendas Fotos portada, 5, 6, 7, 23, 25, 29, 31 El jaguar busca sus presas para subsistir cazándolas en el bosque y también frecuentemente en las orillas de ríos y caños. Hace un acercamiento sigiloso y escondido (muy bien camuflajeado con el juego de luces de sol y sombra sobre su piel manchada), generalmente utilizando las zonas sombreadas y de vegetación más cerrada, que le permitan un buen acercamiento para una emboscada efectiva. Después asegura a su presa en uno o dos saltos rápidos, sujeta con las garras y da el mordisco inmovilizador en la nuca. Es importante para el felino, inmovilizar a la presa lo más rápido posible, y con el mordisco localizado en la nuca (preferiblemente) o en cualquier parte del cuello o garganta, ello evita una mordida de respuesta de un babo, chigüire o báquiro que lo puede herir gravemente e inhabilitarlo para posteriores cacerías. Foto 2: Hay una concentración importante de investigaciones sobre jaguares en Los Llanos de Venezuela, principalmente sobre presas naturales y domésticas, sobre depredación comparativa en vacunos y búfalos, habiendo un vacío en las otras regiones como el bosque de montaña de Guayana, sur del lago de Maracaibo. En los bosques de la zona central de la Cordillera de la Costa (P.N. Guatopo) se comenzaron los primeros estudios científicos de este magnífico felino. Foto 3: Durante las horas de más calor en la época seca, a los jaguares (como esta hembra joven) les gusta descansar a la sombra de grandes árboles y manglares, situados a la orilla de cursos de agua, donde la brisa que sopla sobre ríos y lagunas refresca el tórrido y tostado ambiente Foto 4: Un gran Jaguar macho, disfrutando de un refrescante baño en una calurosa tarde Pantaneira con más de 40°C. Durante los fuertes calores de la época seca (Junio a Octubre), y especialmente antes de las primeras lluvias, tiempo en el cual el calor se vuelve opresivo, se pueden encontrar jaguares refrescándose en el agua de ríos y lagunas tal como el gran macho de esta foto, en el río Piquirí en la propiedad Baia das Piranhas de Panthera Brasil, Pantanal Norte, Brasil. Así como en los ríos de los llanos y de selvas del sur de Venezuela. FOTOS 8 y 9: Los jaguares a diferencia de otros felinos son grandes nadadores, gustan del agua y nadan con gran facilidad, rápido y casi sin hacer olas, llegando a las diversas partes de sus áreas de ocupación. Pueden atravesar grandes cursos de agua como el Canal de Panamá y el Río Orinoco. En Los Llanos de Venezuela y el Pantanal es posible sorprenderlos atravesando ríos y caños a toda hora del día y de la noche. Foto 10: En zonas donde el jaguar es protegido para el turismo, los jaguares llegan a tener hábitos inusuales, como en este caso,

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este macho en la Fazenda Caiman del Proyecto Onçafari, el cual utiliza una alcantarilla para descansar los calores del día, en el Pantanal Sur. Nótese la herida en la cara del lado derecho, probablemente producto de una pelea con otro felino. Foto 11: El jaguar es de hábitos crepusculares, siendo más activo durante el amanecer y el atardecer y de hábitos más nocturnos en las zonas donde es cazado. Pero también, dependiendo de su éxito en la cacería tiene actividad diurna, ya que es un gran oportunista que no desprecia ninguna oportunidad ni ningún tipo de presa, llegándose a documentar hasta más de 80 tipos de presas, desde caballos y toros hasta toninas, peces y sapos. Generalmente descansa en la sombra en las horas de más calor, bajo la sombra de copudos árboles o manglares y cerca de orillas de cuerpos de agua donde sopla una brisa más fresca y cargada con más humedad. Foto 12: El uso de collares radio-transmisores ha elucidado muchas lagunas de conocimiento sobre la ecología de los jaguares. En esta foto observamos uno de los únicos casos de rehabilitación de un jaguar al estado silvestre, con esta hembra joven que junto con su hermana fue rehabilitada exitosamente en la Fazenda Caiman, gracias a la excelente organización del Proyecto Onçafari, en el Pantanal Sur, cerca de Campo Grande, MS, Brasil. Foto 13: No es frecuente conseguir jaguares comiendo carroña, pero en áreas con alta densidad (y competencia entre ellos) de jaguares, si comen restos de animales que consiguen muertos o inclusive matados por otros jaguares. En este caso, esta hembra joven vio este caimán muerto y podrido, que venía flotando por el río y quedó enredado en una caramera de árboles caídos, nadó y atravesó el río y sacó al caimán del agua, haciendo un esfuerzo físico increíble en una zona de vegetación enmarañada y barrancos inclinados (y pendiente de la llegada de otro jaguar, mirando alrededor todo el tiempo), solo para comer la papada del caimán, ya que la parte de la barriga ya había sido perforada y consumida por peces carnívoros (Pirañas o Caribes). Foto 14: En la Fazenda Jofre Velho de Panthera Brasil (Pantanal Norte), aplicamos una combinación de estrategias anti-depredación gracias a las cuales a pesar de criar y levantar ganado en una zona con alta densidad de jaguares (9 individuos por 100 km2), tenemos muy pocas pérdidas. El ganado duerme de noche encerrado en un corral con toros Criollos Pantaneiros (parecidos a un Longhorn) y con Búfalos mansos y de esa manera, los jaguares no se meten con ellos. Sin embargo siempre lo están intentando, como este macho de gran tamaño que nos visita regularmente tratando de llevarse becerros recién nacidos, o cazando ganado grande de día. En la foto se acercó bastante a los potreros cerca de la sede (se ve la cerca del potrero detrás del felino) y después de tomar estas fotografías le lanzamos unos cohetes (fuegos artificiales) con lo cual lo espantamos por un par de meses, pero anoche en el momento de escribir estas líneas se llevó un becerro que


quedó rezagado por fuera de los corrales. La convivencia con los jaguares no es fácil, pero en esta zona, gracias al turismo y a estos sistemas anti-depredación, es tolerable.

debajo de ella. Se han filmado escenas de jaguares capturando chigüires y babos, capturando ejemplares de estas dos especies y de gran tamaño por debajo del agua.

Foto 15: Los jaguares en el Pantanal se han constituido en un gran recurso turístico en áreas donde no son han sido cazados desde hace más de 15 años, atrayendo cientos de turistas que dejan más de 6 millones de dólares todos los años en ingresos para pobladores locales, guías, empleados, y dueños de empresas de turismo, tan sólo en el Pantanal Norte donde el turismo se practica en botes. También está originando extraordinarios ingresos en varias propiedades privadas en el Pantanal Sur donde se práctica el turismo orientado a jaguares en carros tipo safari. Actividad que muy bien se puede replicar en Venezuela por ejemplo en el que se llevaba a cabo en Hato Piñero en el estado Cojedes y en otras hatos privados conservacionistas.

Foto 26: El jaguar es un gran cazador y no solamente ataca a los grandes mamíferos sino también pequeños animales tales como cachicamos (Dasypus spp.), morrocoyes (Chelonoidis spp.), lapas (Agouti paca) y otros. Le gusta pescar a orillas de los ríos, para esto se sienta muy cerca del agua y si cuando algún pez de regular tamaño nada hasta la orilla, lo lanza a tierra de un certero zarpazo. Reportado está también la depredación sobre tortugas del Orinoco o Arrau (Podocnemis expansa) cuando salen a desovar y sobre la baba (Caiman crocodilus) en el Llano. En los estados Bolívar y Amazonas se encuentran todavía las mayores poblaciones de jaguares en Venezuela.

Foto 16: El peso de los jaguares varía enormemente de acuerdo a la región geográfica, desde los centroamericanos de 50 kg hasta ejemplares como este de unos 150 Kg capturado para estudios con radio-collar en el Pantanal Norte. Foto 17: Hay jaguares que son capaces de trepar árboles y acechar a sus presas desde allí, o quizás también para disfrutar más del viento, temperaturas más amenas y menos plagas, en este caso una hembra joven en la parte media de un árbol. Foto 18: En los estados Bolívar y Amazonas en Venezuela, se le pueden encontrar entre las grandes rocas ígneas conocidas como lajas del macizo Guayanés. Foto 19: En zonas en donde es cazado el jaguar no tiene senderos fijos, acostándose en algún oscuro rincón del bosque cuando lo sorprende el sol en sus correrías, pues es entonces de hábitos nocturnos. Fotos 20 y 24: Vive tanto en las regiones bajas y cálidas, como son las selvas de galería de los ríos y caños que atraviesan nuestros Llanos, así como también en las montañas altas y húmedas en parte todavía de la cordillera de la costa, sierra de Perijá y del pie de monte andino. Foto 21: Si usted se encuentra frente a frente con un jaguar: mantenga la calma, no corra y nunca le dé la espalda, sin quitarle la vista o mirando el suelo enfrente de él y sin realizar movimientos bruscos, camine lentamente hacia atrás, hasta llegar a una cierta distancia en que usted pueda seguir su camino; el jaguar probablemente hará lo mismo. Foto 22: Cazando a las orillas de ríos y caños, el jaguar también se lanza al agua si es necesario, y es capaz de capturar sus presas

Foto 27: El jaguar se defiende bien en el agua, al vivir en ambientes del Llano inundable y en los márgenes de caños y ríos, se han visto ejemplares cruzando grandes ríos de Venezuela. Foto 28: Frecuenta en sus caminatas las trochas y caminos del hombre, de esta manera se le facilita controlar sus grandes territorios, en busca además de presas y una pareja para reproducirse ocupando territorios de ocupación que pueden variar aprox. de 3 a 100 km2. Foto 29: Jaguar macho registrado en el Hato El Frio, durante muestreo con camaras trampas, como parte del proyecto sobre la ecologia y conservacion del jaguar en Venezuela, coordinado por W. Jędrzejewski del IVIC. Foto 30: Un jaguar adulto sorprendido tomando sol en una ribera del río Matiyure en los llanos inundables del Orinoco en el estado Apure. Foto 31: Jaguares en estado silvestre rara vez llegan a edades avanzadas de unos 15 años, ya que con la disminución de sus habilidades físicas para cazar y las peleas con otros más jóvenes y fuertes, son desplazados hacia áreas marginales con menos presas naturales y mayor contacto con presas domésticas, entrando en conflicto con los humanos. Foto 32: El naturalista y fotógrafo suizo Karl Weidmann quién retrató cada rincón de Venezuela a partir de mediados del siglo XX, logró esta icónica e histórica foto. Fue la primera foto tomada de un jaguar en su hábitat silvestre en Venezuela, en la propia selva del estado Amazonas. Compartimos con nuestros lectores tan importante documento de la historia de la investigación del Jaguar venezolano.

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Foto: Ernesto O. Boede

EL PUMA El mรกs adaptable y ampliamente distribuido de los seis felinos venezolanos 81


2. Foto: Rafael Hoogesteijn

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Aunque muchas etnias americanas veneraron al Puma, en la actualidad esta especie ha sido perseguida sin misericordia usando armas, venenos, trampas y perros de cacería. Los argumentos para la exterminación suelen ser los mismos que han ocasionado la disminución en la distribución de tantos otros carnívoros depredadores, las ocasionales pérdidas de animales domésticos de campesinos y ganaderos, o la percepción de peligrosidad para los humanos. Los ganaderos han tenido una enemistad ancestral con esta especie, sin entender que los problemas son manejables con la adecuada implementación de estrategias de manejo ganadero. Las pérdidas aumentan cuando el ganado se cría en zonas boscosas en donde el Puma tiene la oportunidad de acechar a los animales domésticos y en ausencia de sus presas naturales por la cacería desmedida. No solo son cazados por los problemas de depredación, también son cazados para la venta ilícita de pieles, colmillos y otras partes, e inclusive pueden ser cazados para el consumo de su carne. Todas estas especies de “super” depredadores tienen una función vital como ingenieros del paisaje y para el mantenimiento del equilibrio dentro de los ecosistemas.

Puma concolor, (Linnaeus, 1771) ha vagado por el continente americano por lo menos hace 3 millones de años.Tiene muchos nombres diferentes a lo largo de su distribución geográfica, en Venezuela se le conoce como puma, un nombre que viene de la lengua quechua o como león, por su analogía con los leones africanos. Los indígenas Yanomami le llaman kitanarai y los Bari le llaman chitdoibaboraba o soboraba. En Estado Unidos se le denomina Mountain Lion (León de Montaña), Catamount o Cougar, en Brasil se le conoce como suçuarana u onça-parda, en Perú los chibcha lo conocían como chihisaba; en México cada etnia le da un nombre particular por ejemplo, en Náhuatl se le denomina miztli y en maya koj. Esta variada nomenclatura se debe a que es el felino silvestre que tiene la 83


3. Foto: Rafael Hoogesteijn

distribución latitudinal y altitudinal más amplia, se distribuye desde el norte de Canadá hasta el sur de Argentina y desde el mar hasta las heladas cumbres andinas. El puma es un símbolo de fortaleza, muchos equipos deportivos se hacen llamar pumas aunque los celebrados “Leones del Caracas” prefieran ser representados por el león africano, emblema de la ciudad de Caracas. Existe ropa y zapatos deportivos que llevan el logotipo y el nombre de esta especie, y hasta hay helicópteros que llevan este nombre.

Descripción El puma es el cuarto felino más grande del mundo, distinción que comparte con el leopardo africano (Panthera pardus), sin embargo no se considera parte de la familia de los grandes gatos (género Panthera) ya que su aparato vocal no le permite rugir como éstos, más bien emite ronroneos o chillidos como lo hacen los pequeños felinos. El 84

record en peso de un puma cazado en Venezuela, del cual tenemos conocimiento, fue registrado en 1986 en el Hato El Laurel, cerca de San Carlos, Estado Cojedes. El animal pesó 75 kg y midió 2,15 metros desde la punta de la nariz a la punta de la cola. Fue cazado por problemas de depredación de ganado, había matado 36 mautes (toros jóvenes) en 36 días, los mautes pesaron entre 12 y 14 arrobas (de 300 a 350 kg). El record mundial lo lleva un animal cazado en Arizona, Estados Unidos en 1917, con un peso de 125 kg. Los machos suelen ser más grandes que las hembras y en los extremos de su distribución, Canadá y Patagonia, son más grandes y pesan casi el doble que los pumas tropicales. Por ejemplo, machos adultos de Perú pesan de 28 a 30 kg, mientras que los de Canadá y Chile pesan de 65 a 85 kg. Hay una enorme variación en la coloración de su pelaje que puede variar del gris claro al ocre oscuro y marrón, la parte inferior siempre es de color crema. Los pumas tropicales suelen ser más rojizos, mientras que los de las zonas templadas suelen ser


4. Foto: Leopoldo GarcĂ­a

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5. Foto: Roger Manrique

más grises, en ambos hay diferentes tonalidades y gradaciones. Los pumas nacen con manchas que le sirven de camuflaje, pero estas desaparecen gradualmente. En algunos pumas estas manchas se mantienen hasta la edad adulta, en Venezuela a este tipo de puma se le denomina “león barreteado”. El pelo es corto y algo grueso, suele ser más oscuro en la zona dorsal y más claro en la zona ventral, el pecho y la parte interna de las patas. El melanismo ha sido raramente reportado para Suramérica, más no para Norteamérica. El color del iris puede variar pasando por diferentes escalas de dorado, amarillo, verde y marrón.

Distribución

La distribución se extiende desde suroeste de Canadá hasta sur de Argentina. La poblacion más amenazada es la de Florida. Altitudinalmente se encuentra desde el nivel del mar hasta los páramos andinos con reportes de pumas viviendo a 4.000 m.s.n.m. (aunque generalmente se le encuentra 86

viviendo por debajo de los 900 m.s.n.m.). Frecuenta una variedad de hábitat desde bosques de matorrales secos y espinosos a sabanas inundables, usando generalmente áreas más abiertas que las especies simpátricas del linaje de los cunaguaros. Aunque habiten en áreas abiertas y de pastizales, se observan más frecuentemente en el borde de los bosques, en áreas de cubierta vegetal cerrada y entremezclada con áreas más abiertas y a lo largo de cursos de agua, a cualquier hora del día o de la noche, siendo de hábitos más diurnos que los otros felinos.

Ecología El linaje del puma agrupa al puma (Puma concolor) y al chita o guepardo (Acinonyx jubatus). Los análisis genéticos han mostrado que el puma en Norteamérica pasó por un cuello de botella poblacional hace 10.000 años por el cambio climático. La población norteamericana de pumas fue reforzada por pumas provenientes de Suramérica


6. Foto: Ernesto O. Boede

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7. Foto: Rafael Hoogesteijn

donde la diversidad genética fue 20-50 veces mayor. A diferencia del guepardo, los pumas no tienen manchas, de hecho, el nombre científico del puma – concolor– significa “de color uniforme”. En el pasado se describieron hasta 32 diferentes subespecies, que a través de estudios genéticos hoy se han agrupado en seis, una sola para Norteamérica y cinco diferentes desde Nicaragua hasta el sur de Suramérica. Los pumas tienen la capacidad de vivir en varios hábitat, se les encuentra en bosques de coníferas, tropicales húmedos, deciduos, en sabanas y hasta en páramos y zonas semidesérticas, pero evitan zonas muy húmedas o permanentemente inundadas. No ocurren frecuentemente en el Delta del Orinoco. Estudios radio-telemétricos y de cámaras-trampa establecen que la densidades varían según el tipo de hábitat y la disponibilidad de presas. La densidad viene expresada en el número de animales por cada 100 km2, así en Argentina y Norteamérica se observan 0,5 pumas, en Belice hasta 3, en la Patagonia chilena hasta 3,4; en Brasil entre 3 y 7 y en Bolivia ¡hasta 8! 88

En Venezuela estudios realizados en el Hato Piñero determinaron una densidad de 2,1 pumas /100 km2 con territorios entre 25 y 100 km2. Se estima que el territorio de un puma puede variar entre 25 y 210 km2. Los territorios de los machos suelen ser más grandes que los de las hembras. En gran parte de su distribución el puma coexiste con el jaguar, en estas zonas mantiene una existencia que podríamos definir como “de bajo perfil”, ya que el jaguar es capaz de matar e inclusive consumir al puma si se presenta la oportunidad. Como estrategia para evitar la competencia directa el puma consume presas parcialmente diferentes, en general menores o más ágiles, tiende a ocupar hábitats más secos o áreas con mayor altitud que el jaguar. Debemos recordar que dentro del equilibrio ecológico los depredadores cumplen funciones primordiales que influencian todos los niveles. Por ejemplo, cuando un puma controla las poblaciones de meso-depredadores como zorros o mapaches, indirectamente esto influencia la dinámica de


8. Foto: Rafael Hoogesteijn

9. Cámara Trampa por Włodzimierz Jędrzejewski

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10. Foto: Ernesto O. Boede

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11. Foto: Ernesto O. Boede

poblaciones de especies menores, como aves o roedores. Controlan el crecimiento desmedido de las poblaciones de herbívoros (ungulados) ayudando a que la vegetación se regenere.Tienen efecto sobre el cambio climático ya que controlan la pluviosidad indirectamente a través de la conservación de la cobertura vegetal. Eliminan a animales viejos o enfermos influyendo en la prevalencia de enfermedades infecciosas y zoonosis que pueden afectar a animales domésticos e inclusive al hombre. Cualquiera sea su opinión personal del puma y de los otros felinos y carnívoros, ciertamente tiene la potestad de traer lo peor y lo mejor del ser humano a la superficie, esperemos que lo mejor sea suficientemente bueno como para que permitamos la sobrevivencia de esta magnífica especie.

Dieta y hábitos alimenticios Los pumas son primariamente una especie nocturna o crepuscular, su actividad aumenta al amanecer y al atardecer, es un cazador oportunista, cuya estrategia

de cacería, es el acecho o la persecución en ágil carrera, se acerca a la presa y mata generalmente mediante una mordedura en la garganta, por asfixia, o por la disminución de la irrigación al cerebro. Las presas se encuentran con mordeduras en el cuello generalmente en la parte inferior donde ocasionan muchos desgarros y daño a los tejidos de la zona. Prácticamente depreda cualquier animal, en las heces se han encontrado restos de murciélagos y hasta saltamontes. Su presa favorita es el venado de cola blanca o caramerudo (Odocoileus virginianus) a lo largo de toda su distribución, también caza báquiros, chigüires, lapas, picures y cachicamos. Los animales domésticos no son la excepción, depredan cabras, ovejas, cerdos, vacunos y equinos; de éstas dos últimas especies prefieren a los becerros y a los potros. Cuando la presa es muy grande tiene la tendencia, después de remover los intestinos, de cubrirla con hojas y palos (comportamiento característico del puma, más no del jaguar), retornando frecuentemente a consumirla. Rara vez se ha observado que consuma presas muertas 91


por otras especies de carnívoros; esta característica los salvó de la aniquilación total en Norteamérica, cuando se colocaban cadáveres envenenados para erradicar carnívoros en general (osos, lobos, pumas y coyotes). Sin embargo el puma del este de los Estados Unidos fue totalmente exterminado, hacia 1890, con la excepción de una pequeña población remanente en el estado de Florida. Gracias a los esfuerzos de conservación y a la sensibilización del público, la distribución de ésta especie se está ampliando progresivamente.

Reproducción y crecimiento

Las hembras pueden entrar en celo en cualquier momento. En las zonas templadas los nacimientos suelen ocurrir en primavera. La hembra es receptiva al macho durante períodos de nueve días. El único momento en el que se ven asociaciones entre machos y hembras es en este momento. Las hembras por lo general paren cada segundo año, pueden llegar a parir hasta cinco crías. Sin embargo, lo más común es de dos a cuatro. Generalmente encuentra algún lugar resguardado para parir como troncos huecos, cuevas, grietas, debajo de árboles caídos o en sitios donde la vegetación es muy gruesa. Las crías llegan a pesar entre 200-400 g al nacer y presentan una coloración característica de manchas marrones oscuras sobre un color beige más claro, estas manchas desaparecen alrededor de los seis meses de edad. En algunos individuos las manchas se mantienen hasta la edad adulta, conociéndose en el Llano como el “León Barreteado”. Las crías nacen con los ojos cerrados los cuales se abren a los nueve o 10 días, los ojos de animales recién nacidos son azules, pero este color también cambia a medida que crecen tornándose amarillos o verdes con diferentes matices. A los 16 meses de edad el color de los ojos está bien definido. A los tres meses empiezan a incorporar otros alimentos a su dieta aparte de la leche materna. Las crías permanecen con la madre por lo menos por un periodo de 16 meses, algunos hasta 18-24 meses; durante su primer año de vida dependen de la cacería de la madre. Se ha observado que las 92


12. Foto: Rafael Hoogesteijn

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13. Foto: Roger Manrique

14. Foto: Leonardo Avelino Duarte

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15. Foto: Aida Bustamante

16. Foto: Rafael Hoogesteijn

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17. Foto: Panthera Colombia

crías de una camada después de separarse de la madre tienden a quedarse juntas y cazar juntas por algunos meses más hasta que alcanzan la madurez sexual, las hembras suelen ser más precoces que los machos alcanzando la madurez a los 2 años y medio, mientras que los machos la alcanzan a los tres años.

Conservación Al igual que con otras especies de la fauna y en especial los grandes carnívoros, el peligro actual más grande para los pumas es la destrucción del hábitat y la persecución humana, frecuentemente como represalia a casos de depredación de especies domésticas. En aquellas regiones en donde el crecimiento urbano es excesivo, la fragmentación de hábitat y la presencia humana han llevado a la desaparición de la especie. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo cataloga como especie “casi amenazada”. La Convención sobre el Comercio Internacional de 96

Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) lo coloca en el Apéndice I, lo que prohíbe el comercio de especímenes o sus partes. En Venezuela el Decreto Oficial 1.485 decreta al puma como especie vedada para la caza, además catalogada como “común y parcialmente amenazada”. El puma ha sido reverenciado en una forma similar al jaguar por las diferentes etnias americanas, para los Incas el puma representaba el poder y la fuerza. Dentro de los tres niveles en los que los Incas estructuran el mundo (inframundo, terrenal y celestial), el puma representaba el nivel medio, el mundo de los vivos; la serpiente representaba el inframundo, el mundo de los muertos y el cóndor el nivel celestial. El lago Titicaca lleva su nombre del vocablo aimara “titi” que significa gato y el vocablo quechua “caca” que significa roca sagrada. La etnia Cochiti en el estado de Nuevo México en los Estados Unidos realizaba estatuas de piedra de pumas de tamaño natural y las colocaba en altares en su honor, las tribus que vivían en la zona de los Grandes Lagos de Norteamérica creían que las


18. Foto: Aida Bustamante. Fundación Yaguará

cuevas y grietas eran producto del latigazo de la cola de un puma. Sin embargo esta reverencia no duró mucho, en décadas pasadas esta especie ha sido perseguida sin misericordia usando armas, venenos, trampas y perros de cacería, los argumentos para la exterminación suelen ser los mismos que han ocasionado la disminución en la distribución de tantos otros carnívoros, las ocasionales pérdidas a ganaderos o la percepción de peligrosidad para los humanos. La pérdida de ganado por puma está en relación directa a la presencia y abundancia de presas silvestres y la forma en la que se maneja el ganado. Los ganaderos han tenido una enemistad ancestral con esta especie, sin entender que los problemas son manejables con la adecuada implementación de estrategias anti-depredación. Las pérdidas aumentan cuando el ganado se cría en zonas boscosas en donde el puma tiene la oportunidad de acechar a los animales domésticos. No solo son cazados por los problemas de depredación, también son cazados para la venta ilícita de pieles y otras partes, e inclusive pueden ser cazados para el consumo de su carne.

Los ataques a humanos son raros y circunscritos a ciertas zonas de Norteamérica. En Venezuela los autores no conocen casos de ataques de pumas a humanos que no hayan sido originados en situaciones de cacería y persecución del felino. Es difícil definir si el número de ataques ha aumentado realmente o si el acceso a la información ha mejorado. La mayoría de los ataques que se reportan son a niños. Es probable que los ataques aumenten en la medida que la presencia humana aumente en el hábitat del puma.

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19. Foto: Ernesto O. Boede

20. Foto: Rafael Hoogesteijn

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21. Foto: Roger Manrique

Cuadro 1. Características biológicas del Puma Nombre Científico Peso (kg) Largo (cabeza a cuerpo, cm) Cola (cm) Distribución

Hábitat Promedio del tamaño territorios reportados (km2) Reproducción Coloración Longevidad

Puma concolor H:22,7-57, M:39-80 (excepcionalmente llega a 120) H:95-141, M:107-168 57-92 Sur oeste de Canadá el oeste de E.U.A. y Sur América, mas restringido en México y Centro-América, extirpado del este de E.U.A. menos una población aislada en el estado de Florida. Amplia tolerancia de hábitat. Necesita vegetación y terreno rocoso, incluye bosques, selvas tropicales, matorrales desérticos y costeros, de los 0 hasta los 4000 m.s.n.m. Evita áreas abiertas, pero deambula en hábitat marginales. Vive cerca de los humanos si hay cobertura vegetal y presas. De 25 a 15.000 Venezuela: H:33, M:60 2-3 crías excepcionalmente 6, 92 días de gestación, madurez sexual H: 18-24, M: 36 meses. Color uniforme del gris claro al ocre rojizo y marrón, parte inferior color crema. Pumas tropicales suelen ser mas rojizos que sus congéneres de la zona templada que son mas grisáceos. Las crías presentan manchas marrón oscuro. 16 años en estado salvaje, en cautiverio hasta 20 años.

Modificado de: Hunter, L. 2011. Carnivores of the World. Princeton Field Guides, Princeton University Press. Princeton, NJ. 240pp.

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Leyendas Observaciones para las fotografías números 2, 3, 7, 8 y 12 Como es muy difícil tomar fotografías de pumas en condiciones totalmente silvestres, a los Editores nos pareció justificado colocar aquí algunas fotos de pumas de Chile, que aunque no fueron tomadas en Venezuela, se asemejan al hábitat que utilizan los pumas en parte de su distribución en las montañas andinas de Venezuela. En esta serie de fotos observarán a una par de hembras de pumas que son hermanas, una de ellas (en celo) con un macho de enorme tamaño, en una de estas agrupaciones rocosas, en la Estancia Laguna Amarga en las inmediaciones del Parque Nacional Torres del Paine en el Sur de Chile.Tomar fotos de pumas en condiciones totalmente silvestres no es una ocurrencia fácil o común, y aunque no fueron tomadas en Venezuela, nuestros pumas también ocupan zonas similares a éstas en las montañas de Venezuela. Estos pumas Patagónicos son más peludos, de colores más claros y de y de tamaño mayor que los que que los de zonas tropicales.

Foto 7: Observamos a esta otra hembra, que también estaba muy interesada en los acontecimientos, manteniéndose en las inmediaciones, en medio de estos paisajes espectaculares del Parque Nacional Torres del Paine en Chile. Se denotan las áreas rocosas en las cuales estos pumas tienen sus guaridas y los mismos son unos grandes atletas y alpinistas en su capacidad de subir y bajar rápidamente estos cerros inmensos y rocosos.

Los pumas a lo largo de toda su distribución, gustan de utilizar los cerros rocosos con agrupaciones de piedras en las cuales consiguen cuevas y madrigueras donde tener sus crías y resguardarse del sol, lluvia, frío y mal tiempo en general y de posibles enemigos (naturales y humanos), aunque pueden bajar a cazar en las zonas bajas.

Foto 6: Huellas de puma en un camino en el hato el Frío, estado Apure, Venezuela, donde habita la sub-especie del norte de América del Sur, Puma concolor concolor.

Foto 2 y 8: En estas fotografías observamos a una hembra en celo asomada en la boca de una de las cuevas entre las rocas, donde estos pumas se guarecen de las lluvias y las bajas temperaturas a tomar el cálido sol mañanero. Foto 3: Esta hembra en celo se moviliza y toma un descanso, seguida de un macho de gran tamaño (que debe de estar rondando los 90-100 kg) sin separarse mucho de ella. Foto 4: Aunque es un felino relativamente común en su amplia distribución geográfica y altitudinal (pero de baja densidad), el puma es difícil de observar, por ser muy ágil, bellaco y arisco, tiene una gran habilidad para pasar desapercibido. Su color rojizo y corto pelaje le permite camuflarse entre el pasto, las hojas secas y las ramas de la vegetación. Este puma joven, muestra aun tenuemente, las manchas de cachorro que se mantienen en algunos adultos, llamados por los llaneros venezolanos como “león barreteado”. 100

Foto 5 y 13: Estas extraordinarias fotos de puma tomada en el Hato El Cedral, estado Apure, Venezuela, muestra con los rasguños (en proceso de cicatrización) que tiene en la cara y en el cuerpo, la confrontación que sostuvo este ejemplar con otro de la misma especie. Estas confrontaciones se dan en los cortejos previos al apareamiento, y en las luchas por territorios de ocupación o presas recientes. La sangre a los lados de la boca probablemente se debe a que estaba consumiendo una presa reciente, cuando fue sorprendido por el fotógrafo.

Foto 9: Los registros de fotos con cámaras-trampa se han transformado en una herramienta extraordinaria para la investigación, que permite realizar estudios de presencia, densidad y distribución de especies muy raras o en peligro de extinción, y que además son difíciles de observar. Esta foto de este puma en uno de sus hábitats naturales de bosques y sabanas fue tomada en el Hato Piñero, estado Cojedes, Venezuela. Foto 10: En esta foto tomada en el hato el Frío, estado Apure, Venezuela, se observan marcas de rasguños hechas en la corteza de un árbol, por las garras de uno o varios pumas. Estas señales sirven para marcar el territorio, además utilizan la demarcación con orina, heces, escarbaduras en el suelo y señales auditivas. Fotos 11 y 16: El puma en condiciones normales es un animal huidizo y esquivo, que huye del hombre y solo se defiende si es cazado o atacado. Cuando se siente amenazado y/o acorralado, adopta una posición de defensa, emitiendo un rugido sibilante fuerte, subiendo los labios y enseñando


los colmillos, para dejar claro que puede defenderse y atacar. No se conocen casos de ataques no justificados al hombre en las zonas tropicales. Foto 14: El puma es el felino más adaptable del mundo, con una amplia distribución que abarca desde el norte de Canadá hasta Patagonia. Habita desde el nivel del mar hasta los 5.000 metros de altura en los Páramos Andinos. A pesar de su amplia distribución geográfica es relativamente escaso, y se encuentra extinto localmente en grandes partes de lo que fue su distribución histórica. En la foto, un espectacular macho joven, fotografiado con cámara-trampa. Foto 15: El puma es un cazador oportunista y prácticamente depreda cualquier especie, en las heces se han encontrado restos de murciélagos y hasta saltamontes. Una de sus presas favoritas es el venado de cola blanca o caramerudo (Odocoileus virginianus) a lo largo de toda su distribución, también los báquiros (como se demuestra en esta foto), chigüires, lapas, picures y cachicamos. Los animales domésticos no son la excepción, en ausencia (o con bajas poblaciones) de sus presas naturales depredan cabras, ovejas, cerdos, vacunos y equinos; de éstas dos últimas especies prefieren a los becerros y a los potros. Cuando la presa es grande, tiene la tendencia a remover las vísceras y después cubrir el cadáver con material vegetal (comportamiento característico del puma, más no del jaguar), como dicen los Llaneros: “tapa” la presa, retornando frecuentemente a terminar de consumirla.

Foto 18: Los pumas al igual que los otros grandes carnívoros ejercen en los ecosistemas lo que se ha denominado el “Efecto Cascada”, es decir como ellos ejercen un significativo efecto en las poblaciones de especies vegetarianas que constituyen sus presas, este efecto se extiende a las comunidades vegetales de bosques y sabanas que a su vez influyen en los ciclos hídricos, de manera que su importancia en los ecosistemas es inmensa y aún no totalmente comprendida, al igual que su influencia en la transmisión de enfermedades entre los animales silvestres, entre los silvestres y domésticos y en las zoonosis (enfermedades transmisibles a los humanos). Es un deber nuestro como investigadores y ciudadanos, lograr que este conocimiento se haga general, en beneficio de la conservación de estos importantes eslabones que garantizan la continuidad de nuestros diversos ecosistemas. En esta foto de cámaratrampa, observamos un puma con un cachicamo recién capturado. Fotos 19, 20 y 21 El puma es un animal que vaga sin descanso, no gustándole permanecer largo tiempo en los mismos lugares. Astuto con buena agudeza auditiva y visual puede apreciar desde lejos la llegada del hombre, huyendo con ligereza entre la espesura del monte.

Foto 17: Puma consumiendo los restos de una oveja (cámara-trampa), a casi 3.000 m.s.n.m. Los pumas son primariamente una especie nocturna o crepuscular, su actividad aumenta al amanecer y al atardecer, es un cazador oportunista, cuya estrategia de cacería es el acecho o la persecución en ágil carrera, se acerca a la presa y la mata generalmente mediante una mordedura en la garganta, por asfixia, o por la disminución de la irrigación al cerebro. Posteriormente consumen una parte y la “tapan” con materia vegetal para después consumirla en días sucesivos, si no es descubierta primero por las aves carroñeras, u otros carnívoros como los zorros.

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Foto: Rafael Hoogesteijn

EL CUNAGUARO Ampliamente distribuido, es el más grande de los pequeños felinos manchados 103


El cunaguaro, también llamado manigordo u ocelote, es un felino nocturno de porte medio, con pelaje de bellas manchas con forma de ojos y listas alargadas: Su naturaleza es solitaria pero no asocial. Sus características fisiológicas son típicas de una especie con requerimientos energéticos exigentes, que se manifiesta en camadas pequeñas y una gestación prolongada. A pesar de ser una especie común en Venezuela, la mayor amenaza, es la destrucción de hábitat y su caza indiscriminada.

A nivel global los carnívoros enfrentan cada vez mayor riesgo de extinción debido principalmente a las amenazas de origen antrópico. Entre estas amenazas la transformación de hábitat y la cacería son las más importantes. En el mundo existen 41 especies de felinos agrupadas en dos subfamilias, la subfamilia Pantherinae a la que pertenecen por ejemplo el león, el tigre y el jaguar; y la subfamilia Felinae a la que pertenecen por ejemplo el Puma, el Chita y el Cunaguaro. En Venezuela habitan seis especies de felinos: el jaguar y el puma (Puma concolor). La Onza (Herpailurus yagouaroundi) también llamada gato montés o gato cervantes que es de tamaño mediano y tiene un pelaje sin manchas. Luego están los felinos manchados neotropicales de mediano y pequeño porte, entre los cuales se encuentra el cunaguaro (Leopardus pardalis), el más grande de este grupo, el tigrito o margay (Leopardus wiedii) y el gato de monte o gato tigre, (Leopardus tigrinus), que es el más pequeño de este grupo. Estos pequeños felinos manchados neotropicales fueron agrupados por Gray en el grupo Leopardus, pero no tienen nada que ver con el leopardo africano o asiático (Panthera pardus) a no ser por las manchas de la piel. Los análisis genéticos han revelado que 104


2. Foto: Rafael Hoogesteijn

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3. Foto: Rafael Hoogesteijn

este grupo tiene un origen evolutivo monofilético, es decir, todas las especies de este grupo evolucionaron de una población o ancestro común. En Suramérica, los felinos son quizás uno de los grupos animales más recientes. La información genética disponible, así como los registros fósiles de distintas fuentes, sugieren que la entrada de los felinos a Suramérica pudo haber ocurrido al menos en siete invasiones independientes. Una de las últimas durante el Plioceno, pudiera haber traído la entrada del ancestro del grupo Leopardus al continente. En poco tiempo Leopardus ha tenido una gran diversificación, hasta ahora 10 especies reconocidas, entre las que se encuentran el cunaguaro, el gato de monte, el tigrillo y el gato andino. Una hipótesis plantea el origen Centroamericano o en la región norte de Suramérica del cunaguaro y el tigrillo, mientras que el gato andino L. jacobita, el colocolo L. colocolo, el gato de Geoffroy L. geoffroy y la guiña L. guigna evolucionaron en Suramérica, incluso se ha considerado que el gato andino pudo haber evolucionado simultáneamente al resto en los Andes. 106

El Cunaguaro Leopardus pardalis, (Linnaeus, 1758) es conocido en Venezuela como cunaguaro, también se le conoce como manigordo u ocelote. Según algunos autores, el nombre de ocelote proviene del latín cellatus que significa “teniendo ojos pequeños”, por sus bellas manchas en forma de ojos; otros afirman que el término proviene del azteca Ocelotl, con el cual la etnia designaba a esta especie. Los términos “cunaguaro” y “manigordo” son los más utilizados en el campo venezolano, el término “manigordo” describe las patas delanteras gruesas, fuertes y vigorosas de esta especie.

Descripción Éste felino es de porte medio, puede medir de 70 a 100cm y pesar entre 8 y 15kg, los machos son más grandes que las hembras. Hay ejemplares que se salen de estos rangos como un individuo cazado en Texas que llegó a pesar 20kg, y un ejemplar


4. Foto: Rafael Hoogesteijn

5. Foto: Tadeu de Oliveira

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6. Foto: Rafael Hoogesteijn

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7. Foto: Rafael Hoogesteijn

examinado en los Llanos bajos de Barinas (Hato Las Cruces) pesó 18kg, tenía el estómago lleno de restos de cachicamo sabanero (Dasypus sabanicola) (registro R. Hoogesteijn). El pelaje del cunaguaro es corto y cerrado, la coloración dorsal puede variar desde leonado amarillento y rojizo, a pardo o grisáceo con manchas alargadas marrón oscuras, mientras que en la zona ventral es de un color crema uniforme; los ejemplares de zonas secas suelen ser más claros que los ejemplares de zonas boscosas. Existe una relación entre el tamaño del animal y el hábitat que ocupa. Por lo general los animales mas grandes se encuentran en las zonas boscosas, los animales de peso intermedio en los bosques de galería y las sabanas inundables y los mas pequeños habitan las zonas de chaparrales y bosques secos. Los ejemplares que habitan las zonas secas suelen ser mas claros que los ejemplares de las zonas boscosas. No hay dos cunaguaros iguales y las dos mitades del mismo animal son diferentes, lo cual facilita su identificación cuando se usan cámaras-trampa.

El cunaguaro y el margay (L. wiedii) son similares en apariencia, excepto por el tamaño y largo de la cola. El cuerpo del margay es mas esbelto, y su cola es mucho mas larga. Una diferencia importante desde el punto de vista óseo es que el cráneo del cunaguaro se distingue fácilmente por el desarrollo del las crestas óseas en la parte superior del cráneo, las cuales están ausentes en del margay. Los datos biológicos del cunaguaro pueden revisarse en el Cuadro 1.

Distribución Históricamente el cunaguaro se distribuyó desde Luisiana, Arkansas y Arizona en los Estados Unidos hasta el Sur de Perú y Norte de Argentina. También está presente en la Isla de Margarita al norte de Venezuela, y en la Isla de Trinidad. Su distribución actual es más restringida. En los Estados Unidos solo quedan dos poblaciones remanentes en Texas. Su distribución altitudinal abarca de los 0 m.s.n.m. hasta los 1.200 m.s.n.m. 109


8. Foto: Heberton Alves

9. Foto: Gaby CarĂ­as

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10. Foto: Rafael Hoogesteijn

Ecología El cunaguaro se encuentra en una gran variedad de hábitat: bosques húmedos, chaparrales secos, bosques secos tropicales, bosques de galería, manglares, sabanas inundables incluso en áreas cercanas a zonas urbanas, que no estén densamente pobladas por humanos. En estudios con cámaras-trampa realizados en 22 localidades en Venezuela, el cunaguaro resulto ser la única especie de mamífero registrado en todos los sitios estudiados. Incluyendo hábitat secos y húmedos, tierras bajas y montañosos. Con las mayores abundancias en mosaicos de hábitat de sabanas inundables con selvas de galería y en bosques húmedos. Es un hábil trepador y saltador, pero sus hábitos son principalmente terrestres. Se refugia en los árboles para descansar y para huir cuando se siente amenazado, por lo que se creyó que tenía hábitos arborícolas. Es un buen nadador, existen reportes en los que se le ha visto cruzando el río Iguazú (Argentina / Brasil). Esta capacidad es importante si habita en zonas que se inundan temporalmente.

Los estudios han mostrado que el cunaguaro es un felino que puede estar activo a cualquier hora del día, sin embargo, parece que en las horas del crepúsculo y la noche es cuando está activo con mayor frecuencia. En las noches de mucha claridad (luna llena) evitan espacios abiertos y se limitan a zonas de cobertura vegetal cerrada, la luz probablemente dificulta la captura de presas. Es posible que durante el día se retiren a refugios que pueden ser montones de troncos, agrupaciones de matorrales y lianas, depresiones en el suelo, cuevas en las bases de árboles y troncos caídos. En los estudios realizados en los Llanos de Guárico, los cunaguaros usaron frecuentemente las alcantarillas de concreto de los sistemas de riego como madriguera. En sus cacerías nocturnas deambulan intensivamente por sus territorios, cazando mientras caminan muy lentamente, observando y escuchando a su alrededor, acechando cualquier presa potencial para capturarla, y valiéndose de la cubierta vegetal densa y su pelaje para camuflarse. Otra técnica de caza que utiliza esta especie es el sistema de 111


11. Foto: Rafael Hoogesteijn

“siéntate y espera”, se van moviendo y sentando a intervalos de 30 a 60 minutos, si alguna presa se mueve, la atacan, si no hay presas se desplazan rápidamente, repitiendo el proceso a un área contigua, moviéndose rápidamente entre las paradas, cubriendo así extensiones considerables. El territorio o área de acción (el área recorrida por un individuo en sus actividades cotidianas: comer, aparearse y trasladar a sus crías) de los cunaguaros varía dependiendo del sexo y la edad de los individuos. El tamaño del territorio puede ir entre 1,8-38,8km2; en los machos adultos puede ser entre tres o cuatro veces mayor que el de las hembras adultas en un mismo hábitat. El tamaño del territorio también varía entre tipos de hábitat ocupados, principalmente debido a la productividad primaria, refugios y otras variables. Por ejemplo, se conoce que en los bosques de galería en Venezuela el territorio tiende a ser menor que en las mosaicos de bosques y sabanas abiertas o en las zonas áridas. Esto a su vez está directamente relacionado con la densidad de las poblaciones (número de individuos/100km2), en aquellos hábitat boscosos donde la disponibilidad 112

de presas y otros recursos es mayor, la densidad poblacional es mayor, por ejemplo en el Amazonas Peruano empleando radio-collares se estimó una densidad de 80 individuos/100km2, por el contrario en hábitat secos como los chaparrales espinosos en sur de Texas se estimó con cámaras-trampa una densidad de 30 individuos/100km2. En Venezuela empleando cámaras-trampa se estimaron densidades relativas de cunaguaros en varios tipos de hábitat, obteniendo los valores más altos en el mosaico bosques/sabanas/riberas presentes en los llanos de Apure, Barinas y Cojedes, seguidas por densidades un poco más bajas en hábitat secos de Pecaya y Mochima, y luego en los bosques siempre verdes y semideciduos. Los valores más bajos se obtuvieron en bosques de manglares y bosques de montañas altas. En búsqueda de presas, refugios o (en el caso de los machos) de hembras disponibles para aparearse, los cunaguaros pueden desplazarse entre 1 y 6 km por día. En general, los cunaguaros se mueven de un área a otra a través de corredores como bosques de galería,


12. Foto: Rafael Hoogesteijn

bandas de arbustos densos y sistemas de drenaje, evitando tanto como puedan atravesar áreas abiertas. Los sub-adultos viven por algún tiempo en los territorios natales, antes de dispersarse y establecerse definitivamente en sus propios territorios. El territorio de un macho generalmente se solapa con el de varias hembras (2 ó 3), pero el territorio de una hembra rara vez se solapa con el territorio de otra hembra, lo cual sugiere territorialismo intrasexual entre hembras residentes. La única excepción a este patrón de comportamiento es cuando una hembra permite a sus crías sub-adultas residir temporalmente dentro de su territorio, o más excepcional aún, cuando una hembra residente le permite a sus hijas adultas establecerse dentro de su territorio, aunque los territorios de éstas últimas son mucho más pequeños que el de la madre. Los cunaguaros marcan sus territorios con señales olfativas, rociando con orina matorrales, árboles y otros objetos. También dejan sus heces

descubiertas en sitios prominentes. Es frecuente que varios cunaguaros usen letrinas, es decir, varios individuos defecan en el mismo sitio, o el mismo individuo utiliza el mismo sitio para defecar por tiempos definidos. La vocalización es otro medio para delimitar territorios, incluye un largo aullido que emiten durante el apareamiento. Estos felinos suelen cazar solos, las hembras cuidan de las crías sin la ayuda del macho. Sin embargo, no son felinos asociales. Los contactos entre ejemplares de diferentes territorios pueden ser frecuentes sobre todo cuando los territorios son pequeños. Estudios genéticos separan a la especie en cuatro grupos filo-geográficos mayores: Centroamérica, Noreste de Suramérica (incluyendo Guayana Francesa y parte del Norte de Brasil), Centro y Noroeste de Suramérica (Venezuela, Panamá, Trinidad y parte del Norte de Brasil) y Sur de Suramérica. La diversificación en estos grupos está relacionada con las barreras naturales, principalmente los grandes ríos (Amazonas, Orinoco, Río Negro, Río Branco, etc.). Las características 113


13. Foto: Esteban Payรกn.

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14. Foto: Fernando R. Tortato

15. Foto: Ricardo Moreno

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16. Foto: Rafael Hoogesteijn

del ácido desoxirribonucleico mitocondrial de los diferentes grupos indican que hay escaso intercambio genético entre estos grupos. Por ello los programas de conservación deben respetar estas diferencias; éstas poblaciones deben ser contempladas como unidades independientes y evolutivamente diferentes.

Dieta y hábitos alimenticios El cunaguaro es carnívoro, pero su dieta es variada por lo que se le podría denominar una especie oportunista, caza lo que hay disponible. En ecosistemas como Los Llanos, se estimó que la dieta estaba compuesta hasta por un 80% de mamíferos y cerca del 65% se estas presas pesaban menos de un kilogramo. Las especies mas comúnmente consumidas fueron la rata espinosa, y otros roedores. En ecosistemas secos, los reptiles y mamíferos medianos como conejos, fueron especies muy importantes de la dieta. Se han reportado todo tipo de presas, como por ejemplo, cangrejos 116

terrestres, iguanas, marsupiales y aves. También puede consumir carroña y ocasionalmente pueden tapar sus presas con materia vegetal. Un problema que repercute en su conservación es la afición por el consumo de aves de corral (gallinas, patos, pavos y gallinetos), frecuentemente se ceban en gallineros ubicados cerca de áreas boscosas. Este problema puede ser evitado con la adecuada construcción de los gallineros, tema que será tratado más adelante. Asimismo, hay cazadores que utilizan pollos para cebarlos, “velarlos” y cazarlos.

Reproducción La gestación dura de 79 a 82 días, produciendo aproximadamente una camada cada dos años. Las hembras paren en cualquier época del año, una o dos crías aunque en ocasiones pueden parir hasta tres. Usan nidos que se encuentran dentro de matorrales cerrados o masas impenetrables de vegetación. Cambian a las crías de sitio si sienten


17. Cรกmara Trampa: Aida Bustamante

18. Foto: Rafael Hoogesteijn

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19. Foto: Rafael Hoogesteijn

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algún peligro o amenaza. Mientras las crías hagan uso del nido, la madre se aleja únicamente pequeñas distancias para satisfacer sus necesidades de agua y alimento.Tienen una de las tasas de crecimiento más lentas de todos los felinos, al nacer pesan alrededor de 250g, abren los ojos entre los 15 y los 18 días. Presentan las características fisiológicas típicas de una especie con requerimientos energéticos exigentes, por ejemplo: camadas pequeñas y largo tiempo de gestación. Cuando una hembra tiene crías, debe doblar los esfuerzos de cacería para satisfacer las necesidades de estas, por lo tanto aumenta el tiempo y a veces la distancia recorrida en esta actividad. Esta condición hace que las poblaciones sean muy vulnerables a cualquier presión adicional, como la cacería o cambios drásticos de hábitat. Cuando las crías cumplen tres meses, ya los colmillos han hecho erupción y pueden salir del nido a aprender a cazar con la madre. La actividad de las crías se mantiene cerca del área de nacimiento hasta que llegan a la madurez que ocurre entre los 18 y 24 meses de edad. A los dos o tres años de edad, comienzan a buscar territorios propios que no estén ocupados. Ésta es la fase más crítica en su historia de vida y es en la que se ha reportado la mayor mortalidad. La necesidad de definir un territorio puede generar peleas con congéneres, los hace movilizarse largas distancias, pudiendo incrementar así la posibilidad de entrar en contacto con seres humanos y los peligros de la civilización, como ser atropellados por el tránsito automotor, o ser cazados al ser descubiertos o por atacar aves de corral. Se ha registrado que en cautiverio pueden vivir hasta 20 años, en estado silvestre no viven tanto tiempo. También pueden ser depredados por otros carnívoros como jaguares, pumas, coyotes y perros domésticos.

Conservación En Venezuela, se considera que la pérdida de hábitat es una de las principales amenazas para la especie. Se estima que hay una disminución poblacional 119


20. Foto: Fernando Tortato

21. Foto: Fernando Tortato

22. Foto: Fernando Tortato

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al norte del Orinoco por la actividad antrópica. En algunas regiones, esta especie entra en conflicto con los humanos por depredar aves de corral y chivos. Se ha reportado que en la península de Macanao (Isla de Margarita), existe una cultura de cacería del conejo silvestre; los cazadores ceban cunaguaros para eliminarlos ya que les roban los conejos de las trampas. Las poblaciones disminuyeron marcadamente durante el auge del comercio peletero, esta actividad fue especialmente intensa en Los Llanos, Zulia, Falcón,Yaracuy y Bolívar, reportándose más de 2.500 pieles exportadas por año a Estados Unidos entre 1968 y 1970. El fuerte impacto de esta industria llevó a que el cunaguaro fuera incluido en el Apéndice I de la Convención de Tratado de Comercio de Especies (CITES por sus siglas en inglés). Aunque no hay estudios específicos que provean datos para determinar con precisión el status de conservación en el país, el Libro Rojo de la Fauna Venezolana lo cataloga como Vulnerable. Desde 1996 ha estado en veda permanente y ha sido catalogada como una especie en vías de extinción por los decretos 1.485 y 1.486. Según la UICN el cunaguaro es una especie de “poca preocupación” (LC) debido a su amplia distribución, aunque las poblaciones han disminuido, aún no llegan a valores umbrales para apuntarlo a alguna de las categorías amenazadas. Sin embargo, si se consideran las poblaciones locales, la situación es distinta. Por ejemplo, en Estados Unidos y México se le considera una especie “críticamente amenazada”, mientras que en Colombia se les considera “vulnerable.”


23. Foto: Ernesto O. Boede

Cuadro 1. Características biológicas del Cunaguaro Nombre Científico Peso (kg) Largo (cabeza a cuerpo, cm) Cola (cm) Distribución Hábitat

Leopardus pardalis Ha:6,6-11,3, Mb:7-18 H:69-90,9, M:67,5-101,5 25,5-44,5 Sur de Texas (USA) y Norte de México al norte de Argentina. Matorrales secos, bosque tropicales bajos de los 0 hasta los 1200 m.s.n.m. Prefiere hábitat densamente cubiertos con vegetación.

Promedio del tamaño H: 1,3-75, M:4-90,5 territorios reportados (km2) Reproducción 1-2 crías excepcionalmente 3, 79-82 días de gestación, madurez sexual entre 17 y 26 meses. Color de fondo amarillo-ocre, zona inferior cuerpo blanca con manchas, rosetas grandes con Coloración rayas cuyo interior tiende al color rojizo. Longevidad Desconocida en estado salvaje, en cautiverio hasta 20 años. Modificado de: Hunter, L. 2011. Carnivores of the World. Princeton Field Guides, Princeton University Press. Princeton, NJ. 240pp. : Hembras, b: Machos

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Leyendas Portadilla: En esta fotografía se demuestra porque en el campo venezolano al cunaguaro también se le dice “Manigordo”. El peso en los machos es en promedio de unos 12 kg, aunque se han encontrado ejemplares de hasta 18 y 20 kg. Foto 2: En estado silvestre, es difícil que los cunaguaros sobrepasen los 10 a 12 años de edad (como el macho de esta foto). La fuerte competencia con otros ocelotes (en zonas de alta densidad) y llevando una vida de cazadores que pudiéramos llamar de alto riesgo (como todos los felinos), expuestos a golpes, contusiones, fracturas y el desgaste de sus piezas dentarias, en sus saltos y carreras y la sujeción de sus presas, no les permiten llegar a edades avanzadas. Foto 3: Aunque no caza en los árboles, el cunaguaro tiene una gran facilidad para trepar, y es una de las estrategias que utiliza para escapar de sus enemigos. Ésta probablemente le funciona con los otros grandes felinos que compiten con él como el jaguar y el puma. En áreas donde se han eliminado los jaguares, y hay una mayor densidad de pumas, existe una menor densidad relativa de cunaguaros, ya que estas dos últimas especies compiten más directamente por las mismas presas. Foto 4: Los cunaguaros tienen una visión nocturna muy aguda, hay investigadores que mencionan que es 10 veces más sensible que la del humano y también van olfateando los rastros de sus presas y las señales dejadas por otros cunaguaros marcando sus respectivos territorios. Foto 5: El cunaguaro (Leopardus pardalis), es el más grande de las tres especies de ocelotes. Aunque es un gran consumidor de pequeños roedores, su corpulencia, agilidad y fuerza le permiten variar su dieta con presas más grandes como lapas y picures, llegando a consumir juveniles de venados matacanes y de báquiros. Foto 6: Las cuatro especies de pequeños felinos de Venezuela al igual que otros carnívoros como los zorros, son grandes aliados de ganaderos y agricultores. Consumen inmensas cantidades de roedores que actúan como transmisores de enfermedades que causan grandes pérdidas económicas, como la Leptospirosis (enfermedad que causa significativos porcentajes de abortos en el ganado). Por ello, a pesar de la ocasional depredación de aves de corral, deberían estar bajo protección absoluta. Foto 7: Las huellas del cunaguaro son fáciles de reconocer ya que son exactamente iguales a las de un jaguar pero en miniatura

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y pueden ser observadas en el barro de los márgenes de los ríos y lugares de inundación. Foto 8: El pelaje del cunaguaro tiene la gran ventaja que le permite mimetizarse con el entorno lo que facilita su alimentación y defensa. Su coloración es muy variada, tanto en el color de base como en la distribución, forma y coloración de las manchas. No hay dos cunaguaros iguales y los lados de la piel del mismo animal son diferentes. Foto 9: Los cunaguaros se pueden diferenciar fácilmente por el patrón de manchas que es único en cada individuo, como una huella digital. Sin embargo la distribución de las manchas varía en cada lado de un animal, es por ello que se colocan cámaras trampas para fotografiar las dos mitades y tener más datos que permiten identificar a los cunaguaros individualmente en el espacio y en el tiempo, obteniéndose importantes datos de sus dinámicas poblacionales. Foto 10: El cunaguaro es de hábitos tanto diurnos como nocturnos, utiliza una gran variedad de hábitats, demostrando una amplia plasticidad. Sin embargo, necesita áreas con cubierta vegetal densa para cazar sus presas. En esta foto un cunaguaro salió de un área de bosque de galería para cazar ratones en una siembra de arroz contigua al bosque. Foto 11: Los cunaguaros grandes consumidores de roedores, cazando ratas y ratones, dentro y en las bordas de los bosques con gran agilidad. En este sentido son grandes aliados de ganaderos y agricultores, por el control que hacen de estas plagas y de las graves enfermedades que transmiten al hombre y a todas las especies domésticas. Foto 12 y 13: Se observa su característica coloración combinada de listas alargadas y manchas que pueden encerrar o no otras manchas menores dentro de ellas. Esa misma bella coloración de su piel, casi provoca su exterminio en masa que ocurrió hasta la década de los ochenta. Anualmente llegaron a salir más de 200 mil pieles de las tres especies del linaje de los ocelotes, desde los diversos países de América Latina hacia los mercados peleteros internacionales de USA, Europa y Japón. Afortunadamente este exterminio cesó por los cambios de la moda y por CITES factores que controlaron este comercio. Hoy en día las poblaciones de cunaguaros están más afectadas por la pérdida del hábitat boscoso y por la caza oportunista que por el comercio peletero.


Foto 14: La reproducción de los cunaguaros en comparación a otras especies de felinos del mismo tamaño es lenta, los ejemplares jóvenes en dispersión (comenzando su independencia) son muy vulnerables y su inexperiencia hace que sufran altas tasas de mortalidad. Foto 15: Aunque es difícil de observar el cunaguaro es uno de los felinos más comunes de Venezuela, con suerte puede ser encontrado en senderos de zonas boscosas con poca intervención humana.

espacio y en el tiempo, obteniéndose importantes datos de sus dinámicas poblacionales. Foto 23: El cunaguaro, manigordo u ocelote, es el tercer felino más grande de las Américas, y está distribuido en toda la zona tropical venezolana, sus hábitos son preponderantemente terrestres, aunque es muy ágil y trepa árboles para escapar de sus enemigos.

Foto 16: Sin embargo esa misma capacidad de trepar en árboles para escapar del peligro, lo hace muy vulnerable a la caza con perros, que rápidamente lo encaraman, una vez encaramado, es fácil de ser ultimado con cualquier arma de fuego. Ello sucede frecuentemente en represalia a sus depredaciones en los gallineros, la cuales pueden ser fácilmente evitadas cerrando todo el gallinero con malla de alambre y encerrando a todas las gallinas o aves de corral al atardecer. Foto 17: En esta foto con cámara trampa podemos observar un cunaguaro que recién atrapó un roedor como presa, son ágiles cazadores y entre su dieta se encuentran principalmente pequeños y medianos mamíferos como en este caso un ratón. Los cunaguaros atrapan a sus presas en el suelo y pasan mucho tiempo caminando por las trochas de los bosques. Foto 18: El cunaguaro al igual que el margay o gato de monte, presenta una coloración muy particular en la nuca, en la cual se pueden observar estas alargadas manchas en forma de líneas más o menos paralelas y las orejas con sus características manchas de color blanco. Esta coloración ayuda al cunaguaro a romper su silueta y hacerlo casi invisible en la enmarañada vegetación en la cual acecha a sus presas. Foto 19: Los ocelotes o cunaguaros frecuentemente sincronizan sus períodos de actividad con los de sus presas, en este caso los roedores nocturnos que habitan los bordes de los arrozales, los cuales están siendo acechados por este hermoso felino. Foto 20, 21 y 22: En estas tres fotos observamos tres cunaguaros diferentes, que pasaron por el mismo sitio a diferentes horas en la misma semana. Se pueden diferenciar fácilmente por el patrón de manchas que es único en cada individuo, como una huella digital. Sin embargo la distribución de las manchas varía en cada lado de un animal, es por ello que se colocan cámaras para fotografiar las dos mitades y tener mas datos que permiten identificar a los cunaguaros individualmente en el

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Foto: Adriano Gambarini

EL TIGRITO O MARGAY El segundo en tamaĂąo en el linaje de los ocelotes, de una sorprendente agilidad y excelente cazador 125


El tigrito o margay es uno de los pequeños felinos de Venezuela, se cree que su nombre proviene del vocablo guaraní “mbaracayá” que significa gato salvaje. Su distribución es menos generalizada que la de su primo mayor el cunaguaro, y está íntimamente asociado a áreas boscosas inalteradas. Es un excelente trepador, posee habilidades acrobáticas y hasta un estilo de vida aéreo que le permite capturar presas que viven en los árboles como pequeños primates o aves. Son esencialmente solitarios excepto en la época de apareamiento, donde emiten vocalizaciones particulares a la especie y los machos sacuden la cabeza rápida y ritualísticamente. Las hembras le enseñan a las crías a cazar y una vez que los ha criado las saca de su territorio. Hoy en día estas especies siguen siendo objeto de la “cacería oportunista”: Si se dejan ver son disparadas, aunque no haya gran demanda por la piel y aunque no estén causando depredaciones de aves de corral, sin embargo, la principal amenaza a su supervivencia es la pérdida de hábitat.

Leopardus wiedii, (Schinz, 1821) conocido comúnmente como tigrito o margay es frecuentemente confundido con el cunaguaro, manigordo u ocelote. Se diferencia porque es más pequeño (los margay adultos más grandes son más pequeños que los cunaguaros adultos de menor tamaño) y estilizado con una cola más larga que la de otros pequeños felinos manchados, la cabeza es más redondeada y los ojos son más grandes. El término “Margay” fue utilizado por el famoso naturalista Georges Buffon, y es el más utilizado en la literatura internacional. Probablemente proviene del vocablo Guaraní “mbaracayá” que significa gato salvaje.

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2. Foto: Tadeu De Oliveira

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3. Foto: David Medina y Franklin Castañeda

Descripción Es una especie intermedia de tamaño situándose entre el cunaguaro (L. pardalis) y el gato tigre ó gato de monte (L. tigrinus). En algunas partes de Suramérica, los campesinos se refieren al margay como el pequeño ocelote o el ocelote de árbol. Su coloración de manchas, rayas y rosetas oscuras sobre un fondo más claro, es bastante similar a la del cunaguaro e igualmente tiene una mancha negra con un punto central blanco detrás de las orejas. Tiene un promedio de largo total (cabeza y cuerpo) en los machos de unos 60 cm y 55 cm en las hembras, la cola es larga de unos 40 cm en ambos sexos y pesos promedio de 4 kg en los machos y cerca de los 3 kg en las hembras. Su cráneo posee órbitas oculares relativamente grandes, y no presenta en la parte superior del cráneo, las crestas óseas que generalmente están bien desarrolladas en otros felinos. Un resumen de los datos biológicos del margay pueden revisarse en el Cuadro 1.

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Distribución

Su distribución original se extendía desde el sur de Texas (con un reporte de cacería en el Río Grande en 1852) hasta el sur de Suramérica. Su distribución actual se extiende desde el norte de México en los estados de Sinaloa y Tamaulipas, Centroamérica, Perú, Ecuador, Bolivia, las Guayanas, sur de Paraguay, la porción meridional de Brasil, y las provincias de Misiones y Tucumán en el Norte de Argentina y Uruguay. No ha sido reportado en Chile. La distribución altitudinal es más amplia que la del cunaguaro, en Costa Rica por ejemplo se ha reportado que habita desde las zonas costeras hasta los 3.000 m.s.n.m. En Venezuela su distribución es menos amplia y más puntual que la del cunaguaro, se ha reportado en la Cordillera de la Costa,Tierras Altas de Guayana y selvas bajas Amazónicas. El margay está íntimamente asociado a áreas boscosas inalteradas, es de hábitos más arborícolas, utiliza diferentes tipos de bosques entre ellos: Selvas tropicales secas, selvas tropicales muy


4. Foto: Rafael Hoogesteijn

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5. Foto: Franklin Castañeda

húmedas y sub-montanas y selva nublada, pudiendo incluir selvas secundarias o de transición. También se le encuentra ocasionalmente en plantaciones sombreadas de café, cacao, eucaliptos y pinos.

Ecología Por lo general se dice que felinos de cola corta y piernas largas están bien adaptados a saltar, mientras que los que tienen las colas largas - una importante adaptación para mantener el balance - son excelentes trepadores. El margay entraría en esta segunda categoría. Sabemos que pasan la mayor parte del tiempo en los árboles (arbóreos), tiene habilidades acrobáticas, gracias a su excelente vista, sus suaves y anchas patas (especialmente las anteriores), sus dedos muy móviles y la larga cola que lo ayuda a balancearse. En observaciones realizadas en cautiverio, sabemos que es capaz de saltar casi 3m verticalmente y casi 4m horizontalmente. Pueden trepar, saltar, rebotar 130

de superficies en la mitad del salto, gracias a que las patas posteriores pueden rotar hacia adentro 180º; característica que comparte sólo con otras dos especies de pequeños felinos, la pantera nebulosa (Neofelis nebulosa) y el gato jaspeado (Pardofelis marmorata) del sureste asiático. El margay es capaz de descender rápidamente de un árbol con la cabeza hacia abajo, y puede colgar de sus patas traseras, mientras manipula un objeto con las delanteras. Durante una caída es capaz de sujetarse de una rama o bejuco con una sola pata y subir trepando nuevamente y puede sujetar una rama con la misma facilidad independientemente si es la pata delantera o la trasera. Estas adaptaciones a un estilo de vida aéreo les permiten capturar presas muy ágiles como por ejemplo pequeños primates o aves. Como otros felinos, el margay no es social, es esencialmente solitario, excepto en la época de apareamiento. Los machos ni alimentan, ni protegen a una hembra que viva en su territorio (o a su prole), pero toleran su presencia con el propósito de aparearse. Las hembras le enseñan a las crías


6. Foto: Aida Bustamante

a cazar, una vez que los ha criado los saca de su territorio. A este período se le denomina el período de dispersión y es el más peligroso en la vida del margay y de los felinos en general. No se han hecho muchos estudios telemétricos en esta especie, y los resultados no son generalizables. Así, una hembra en Belice fue estrictamente nocturna, con mayor actividad entre la 1 y las 5 am, su movimiento fue tanto terrestre como arborícola, descansando durante el día en macollas de lianas o en copas de palmas a más de 7m del suelo. En un estudio de un individuo realizado al sur de Brasil, éste presentó actividad tanto diurna como nocturna. Un macho seguido por radio-telemetría en Belice mantuvo un territorio de 11 km2 (1.100 hectáreas) durante los seis meses en que fue estudiado. Dentro de este territorio viajó un promedio de 6 km por día. Así se calcula que las áreas de ocupación de las hembras pueden variar entre 0,9 a 20 km2 y las de los machos de 4 a 15,9 km2 (1.590 hectáreas). Los estudios de cámaras-trampa han demostrado una densidad mucho más baja que la del ocelote.

Al igual que otros pequeños felinos señala la tenencia de su territorio o área de ocupación mediante señales olfativas (generalmente rociando orina) realizando escarbaduras en el suelo y rasguñando los troncos y ramas, además pueden dejar sus heces descubiertas. Tienen varios tipos de vocalizaciones que parecen ser llamadas de corta distancia. Llega a alcanzar los 20 años de edad en cautiverio.

Dieta y hábitos alimenticios Se presume que el margay es un especialista arbóreo, que pasa la mayor parte del tiempo cazando en los árboles. Su alimentación principal (analizada a partir de contenidos estomacales) consiste en pequeños roedores (ratas, ratones, cobayos y ardillas), aves, anfibios, pequeños reptiles, insectos y frutas. La mayoría de las presas son arbóreas y nocturnas. Sin embargo también se ha observado que se desplaza por el suelo de bosque a bosque, cazando cualquier 131


7. Foto: Adriano Gambarini

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8. Foto: Roberto Salom

presa terrestre durante sus movimientos. Puede cazar presas mayores como picures, lapas y conejos. Se han observado margayes cazando aves a varios metros del suelo.

Reproducción Prácticamente todas las informaciones disponibles sobre la reproducción del margay provienen de observaciones realizadas en cautiverio. Los machos adultos son atraídos por una hembra en celo la cual genera diferentes señales de comportamiento, olfativas y de vocalización. El ciclo estral tiene una duración de 32 a 36 días, durante el cual las hembras son receptivas entre cuatro a 10 días. El apareamiento es corto y repetido varias veces en el día, durante tres a cuatro días; durante este período el macho vigila su territorio, para evitar la entrada de otros machos. Durante el apareamiento hay vocalizaciones y los machos sacuden la cabeza rápida y ritualísticamente, un comportamiento único de esta especie. Su período de gestación es proporcionalmente mucho

más largo que el de otros pequeños felinos del mismo tamaño, la bibliografía cita un período entre 76 y 84 días con hasta dos crías por parto. Con esa larga gestación, las crías son relativamente grandes al nacer. Las hembras producen su primera camada a los dos o tres años de edad. Las crías abren los ojos a las dos semanas, comienzan a consumir alimentos sólidos de siete a ocho semanas de edad. Su dentadura permanente se forma a los cinco meses. Entre los ocho y 10 meses tienen casi el tamaño adulto. No hay informaciones sobre el intervalo entre partos, pero se cree que es similar al del cunaguaro, de aproximadamente una camada cada dos años. Las crías del margay se desarrollan rápidamente para poder acompañar a sus madres en sus excursiones arbóreas de caza.

Conservación El margay se considera raro en toda su área de distribución, sus hábitos arbóreos lo hacen más susceptible a las pérdidas de hábitat por 133


deforestación. Su baja tasa reproductiva lo hace especialmente vulnerable. Para ilustrar el punto de la baja densidad de la especie se le solicitó al Director de la Colección Nacional de Fauna del Ministerio Popular del Ambiente, Dr. Francisco Bisbal, nos facilitara como dato comparativo, el número de especímenes de las tres especies de pequeños felinos manchados que reposan en las instalaciones del museo. Los interesantes resultados de esta comparación se presentan a continuación: Hay un total de 57 ejemplares de cunaguaro (L. pardalis), hay 11 ejemplares de margayes (L. wiedii) y apenas 7 ejemplares de gatos de monte u oncillas (L. tigrinus). Esta información podría ilustrar la baja densidad poblacional comparativa de las dos especies menores, en relación al cunaguaro, ya que todos estos especímenes provienen de variadas expediciones realizadas a todo lo largo de la geografía nacional con un esfuerzo de caza y/o captura similar. Los especímenes de los últimos 15 años provienen de ejemplares atropellados en carreteras o de ejemplares fallecidos en zoológicos. Entre los mamíferos recolectados por el Smithsonian Venezuelan Project, entre 1965 y 1968, se cazaron 31 cunaguaros y apenas cinco margayes, estos números refuerzan este criterio. En el pasado, el comercio peletero internacional fue una causa de exterminio masivo de esta especie, que sufrió una gran presión de caza por el comercio de su piel. Durante ese tiempo, empleados de fincas ganaderas en casi toda Latinoamérica, se dedicaban en las noches a “linternear”, es decir: Hacían correrías nocturnas con linternas y rifles y/o escopetas y cualquier felino manchado que se dejaba ver era inmediatamente matado para comercializar su piel; la cual equivalía en valor a varios meses de salario de un empleado de finca. Las pieles eran vendidas (en el caso de Venezuela) a comerciantes y traficantes itinerantes Colombianos, quienes las sacaban de contrabando al mercado internacional En los países del área amazónica durante esas décadas, bandas de cazadores armados circulaban colocando grandes cantidades de trampas con cebos (animales muertos de otras especies, principalmente monos, venados, paujíes, dantas o 134

báquiros) para cazar a estos felinos. Durante ese período tanto los felinos de pieles manchadas, como las especies usadas como cebo o como alimentación de los cazadores sufrieron un exterminio masivo. En 1977 se llegaron a comerciar 30.000 pieles de margayes en el mercado internacional, este número fue bajando paulatinamente hasta llegar a 138 (reportados por CITES - Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna - por sus siglas en Inglés) en 1985. Los mayores importadores hasta la década de los ochenta fueron Alemania, Francia e Italia. En Venezuela este comercio fue declarado ilegal por los esfuerzos y dedicación de la Dirección de Fauna Silvestre (PROFAUNA), dirigida por Gonzalo Medina Padilla, en el otrora Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (MARNR). Esta dirección sostuvo una mantenida presencia en el campo en labores de vigilancia (guardería), control y desarrollo de proyectos y programas de uso, manejo y conservación de fauna silvestre. El comercio ilegal en Venezuela, nunca llegó a tener la envergadura que tuvo en los países latinoamericanos vecinos. Por ejemplo en 1968, 1969 y 1970, los Estados Unidos importaron desde Venezuela 3.777, 4.080 y 2.796 pieles respectivamente, clasificadas como “Ocelote” (incluyendo principalmente pieles de cunaguaro y números indeterminados de las otras dos especies). Como dato comparativo durante los mismos años las cifras de exportación colombianas fueron mucho mayores: 28.132, 23.823 y 11.880 pieles y desde Brasil, mayores aún: 60.499, 81.226, 49.528 pieles, respectivamente. Datos de la Aduana de los Estados Unidos para 1970 muestran importaciones de hasta 140.000 pieles. Para la confección de un abrigo se necesitan aproximadamente 13 pieles de cunaguaro y su costo oscilaba alrededor de unos $40.000 dólares. El comercio a gran escala continuó hasta 1983, para este momento la mayoría de las pieles provenían de Paraguay, hacia donde se contrabandeaban las pieles de los otros países que ya habían impuesto controles de protección. Finalmente en 1986, la Comunidad Europea prohibió la entrada de pieles de estas especies. En 1989, las tres especies de


9. Foto: Aida Bustamante

pequeños felinos manchados fueron clasificadas en el Apéndice I de CITES.Venezuela firmó dicho convenio tempranamente (1977), sin embargo todavía para 1990, las autoridades argentinas confiscaron un cargamento de 1.000 pieles incluyendo cunaguaro, margay, gato de monte y jaguar, que iban en tránsito a Chile y de allí a Alemania. La concientización de la sociedad produjo cambios en las modas, estos cambios fueron instrumentales en terminar la masacre de muchas especies cuyas pieles eran usadas para confeccionar abrigos y otras prendas como carteras, sombreros, zapatos etc. Ya para principio de los años ´80, aquellas personas que usaban este tipo de prendas fueron abucheados o vejados públicamente, por contribuir al irracional e innecesario exterminio de estas especies. Hoy en día la demanda internacional por estas pieles se ha controlado, aunque existe siempre una pequeña demanda local para adornar casas de particulares o restaurantes de “comida típica” en las orillas de las carreteras.

junto con el gato andino (L. jacobita) poderes sobrenaturales, la buena suerte llega a la puerta de quien posea un gato seco y decorado con hilos de colores y monedas en su casa; se les denomina titis y se presentan como decoración abierta en muchas casas de familia y establecimientos.

En los países andinos, por ejemplo en Bolivia, se le atribuye a estas especies de gatos manchados

Hoy en día, aunque estas especies siguen siendo objeto de la “cacería oportunista” (si se dejan ver son

A nivel nacional el margay está bajo protección especial permaneciendo en Veda y catalogado en Peligro de Extinción según Decretos 1.485 y 1.486 (Gaceta Oficial Nº 36.059 1996). El Libro Rojo de la Fauna Venezolana lo cataloga como Vulnerable. Las poblaciones se están recuperando de la inmensa presión de cacería sufrida por este comercio. En Venezuela, varios hatos ganaderos que mantienen o mantenían programas de turismo orientados a la observación de fauna, protegían a todas las especies de grandes y pequeños felinos, constituyéndose en especies del mayor interés para los turistas visitantes.

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10. Foto: Adriano Gambarini

disparadas, aunque no haya gran demanda por la piel y aunque no estén causando depredaciones en los gallineros), la principal amenaza a su supervivencia es la pérdida de hábitat. En el Cuadro 2 podemos observar algunas cifras sobre la deforestación de masas boscosas en nuestro país. Es importante resaltar que la tasa de deforestación aumentó paulatinamente hasta fines de la década de los noventa, bajando después ligeramente. Entre los años 1950 a 1975, la deforestación afectaba unas 50.000 ha/ año, tasa que llega hasta 128.700 ha/año al Norte del Orinoco entre los años 1975 a 1988, la mayor de todos los países tropicales del mundo, entre los años 1980 a 1990, en que se afectaron 600.000 hectáreas, a una tasa anual de transformación del 1,2%, la cual baja al 0,6% entre los años 1990 al 2005, según los estimados de la Organización Mundial para la Alimentación (FAO).

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Cuadro 1. Características biológicas del Margay Nombre Científico Peso (kg) Largo (cabeza a cuerpo, cm) Cola (cm)

Leopardus wiedii H:2.3-3.5, M:2.3-4.9 H:43-51,4, M:38,8-59.1 30-52 Cordillera Central de Costa Rica y norte de Panamá hasta el norte de Argentina. Selvas de galería, bosques densos generalmente hasta los 1500 m.s.n.m. evita paisajes antropizados con excepción de plantaciones densas como café, cacao o eucaliptos.

Distribución Hábitat Promedio del tamaño territorios reportados (km2)

H: 0.9-20, M:4-15.9 Poco conocida, generalmente 1 cría, rara vez 2, 76-84 días de gestación, madurez sexual desconocida. Color de fondo amarillo-ocre, zona inferior cuerpo blanca con manchas, rosetas pequeñas negras o manchas. Desconocida en estado salvaje, en cautiverio hasta 20 años.

Reproducción Coloración Longevidad

Modificado de: Hunter, L. 2011. Carnivores of the World. Princeton Field Guides, Princeton University Press. Princeton, NJ. 240pp.

Cuadro 2. Estimados de Deforestación de Bosques, (Pérdida de Hábitat) en Venezuela (1960 – 2005). Período (años) 1960 - 1970

Área inicial de bosque (ha) -

Estimados de deforestación (ha) 240.000

Tasa anual (%)

1971 – 1980

-

280.000

1981 – 1990

52.026,000

600.000

1,2

1991 – 2000

49.151,000

288.000 (216,188 MARNR)

0,6

288.000

0,6

2001 - 2005

47.713,000

CAMBIO ANUAL 1990 2005

4.3134,000

Observaciones

Países tropicales 1er lugar. Mundial, 10 lugar. Países tropicales: 1er lugar.

8,29%

Fuente: http://www.fao.org/forestry/fra/2620/en/MARN 2004, http://rainforest.mongabay.com/deforestation/Venezuela.htm

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Leyendas Portadilla: El margay o tigrito tiene habilidades excepcionalmente acrobáticas, gracias a su excelente vista, sus suaves y anchas patas (especialmente las anteriores), sus dedos muy móviles y la larga cola que lo ayuda a balancearse. Puede saltar casi 3 m verticalmente y casi 4 m horizontalmente; puede trepar, saltar y rebotar de superficies en la mitad del salto. Sus patas posteriores pueden rotar hacia adentro 180º, por ello es capaz de descender rápidamente de un árbol con la cabeza hacia abajo, y puede colgar de sus patas traseras, mientras manipula un objeto con las delanteras. Foto 2: Su distribución actual se extiende desde el norte de México en los estados de Sinaloa y Tamaulipas, parte de Centroamérica, Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, el sur de Paraguay, la porción meridional de Brasil, y las provincias de Misiones y Tucumán en el Norte de Argentina y parte de Uruguay. Su distribución altitudinal es más amplia que la del cunaguaro, en Costa Rica por ejemplo va desde las zonas costeras hasta los 3.000 m.s.n.m. Foto 3: El Comercio Peletero Internacional fue una causa de exterminio masivo de esta especie. En 1977 se llegaron a comerciar 30.000 pieles de margay en el mercado internacional, que también exterminó a las otras dos especies del linaje de los ocelotes: el cunaguaro y el gato de monte. Las poblaciones se están recuperando de la inmensa presión de cacería sufrida por este comercio en los años sesenta y setenta. En Venezuela este comercio fue declarado ilegal por los esfuerzos y dedicación del Servicio de Fauna (PROFAUNA) en el otrora Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales (MARN). Esta dirección sostuvo una mantenida presencia en el campo con labores de vigilancia (guardería), control y desarrollo de proyectos y programas de uso, manejo y conservación de fauna silvestre; por ello, el comercio ilegal nunca llegó a tener la envergadura que tuvo en los países vecinos.

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Foto 4: Además de tener la cola mucho más larga que la del cunaguaro, el margay tiene la cabeza más redondeada y los ojos más grandes, ubicados en una posición más frontal que facilita la percepción de la profundidad (estereopsis), necesaria para la actividad arbórea. Su cráneo posee órbitas oculares grandes, y no presenta las crestas óseas en la parte superior del cráneo, tan desarrolladas como las del cunaguaro.

Foto 5: Su alimentación principal (analizada a partir de contenidos estomacales) consiste en pequeños roedores (ratas, ratones, cobayos y ardillas), aves, anfibios, pequeños reptiles, insectos y frutas. La mayoría de las presas son arbóreas y nocturnas, pero el margay en sus correrías de caza, también se desplaza en el suelo de una zona a otra, cazando cualquier presa terrestre durante sus movimientos, y puede conseguir presas mayores tales como picures, lapas y conejos. Foto 6: Como dato comparativo del número de especímenes de las tres especies del linaje de los cunaguaros u ocelotes, que reposan en las instalaciones de la Colección Nacional de Fauna del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas; hay un total de 57 ejemplares de cunaguaro (Leopardus pardalis), hay 11 ejemplares de tigritos (L. wiedii) (en la foto) y apenas 7 ejemplares de gatos de monte u oncillas (L. tigrinus) (Dr. Francisco Bisbal com. pers.). Esta información podría ilustrar la baja densidad poblacional comparativa de las dos especies menores, en relación al cunaguaro, ya que todos estos especímenes provienen de variadas expediciones realizadas a todo lo largo de la geografía nacional con un esfuerzo de caza y/o captura similar.


Foto 7: El margay o tigrito está íntimamente asociado a áreas boscosas inalteradas, aparentemente es de hábitos mucho más arborícolas que el cunaguaro y utiliza diferentes tipos de bosques, entre ellos; selvas tropicales secas, selvas tropicales muy húmedas y sub-montanas y selva nublada, pudiendo incluir selvas secundarias o de sustitución. Foto 8: El período de gestación del margay, es proporcionalmente más largo que el de otros pequeños felinos del mismo tamaño, alrededor de 76 a 84 días, con hasta 2 crías por parto. La prolongada gestación produce crías relativamente grandes al nacimiento. Se cree que el intervalo entre partos es similar al del cunaguaro, de aproximadamente una cría cada dos años. Foto 9: Los margay son de una baja densidad poblacional, las hembras paren una sola cría, cómo la mayoría de los felinos son animales solitarios que sólo se juntan en las épocas reproductivas en dónde busca su pareja en el sotobosque de selvas densas, en bosques nublados y siempreverdes, bosques secos y semi-secos. Los margay buscan lugares prístinos o casi prístinos, no toleran los ambientes alterados por el hombre. Foto 10: El margay o tigrito, es muy parecido al cunaguaro, pero es de menor tamaño y peso, mas esbelto y de cola mucho más larga. Con su excelente olfato y agilidad lo convierte en un excelente cazador de aves y pequeños reptiles que se encuentran en las ramas altas de los árboles. Su distribución es más limitada y sus hábitos más arborícolas que el cunaguaro.

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140


Foto: Adriano Gambarini

Gato de Monte Una de las especies de felinos más pequeñas del mundo, con una distribución muy puntual en Venezuela 141


2. Foto: Adriano Gambarino

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De los pequeños felinos probablemente del Gato de Monte (Leopardus tigrinus) es del que menos se conoce. Es una especie de felino muy parecida al Margay (L. wiedii). Es pequeño y delgado, y su piel está marcada por rosetas y puntos, muchas veces sus manchas son sólidas. Habita bosques de galería, bosques siempre verdes y llega hasta la selva nublada. Sus presas generalmente pesan menos de 1 kg y es un gran cazador de roedores, aves y sus huevos, reptiles e invertebrados. Es un animal nocturno-crepuscular y solitario. Es naturalmente raro, lo que eleva su vulnerabilidad sobre todo por la deforestación. Se encuentra en la lista del libro rojo de la fauna venezolana como especie vulnerable.

Leopardus tigrinus, (Schreber, 1775) conocido comúnmente como gato de monte o tigrillo forma parte de la familia de los pequeños gatos manchados, junto con el cunaguaro y el margay. Son difíciles de diferenciar cuando se les observa en vida silvestre. Es el más pequeño de esta familia. Sus proporciones son semejantes a las de un gato doméstico.

Descripción Es la especie más pequeña del linaje de los Cunaguaros u Ocelotes, y uno de los felinos más pequeños del continente Americano, las medidas pueden revisarse en el Cuadro 1 donde se resumen las características biológicas. Su pelaje es manchado como en todos los ocelotes, pero las manchas son mas pequeñas y con menos rosetas, completamente negras (sin pardo en el centro) y forman de siete a 13 anillos irregulares en 143


3. Foto: Adriano Gambarino

la cola. Esta especie se confunde frecuentemente con el tigrito (L. wiedii), pero es más pequeña, de construcción menos robusta, de orejas relativamente más largas, un hocico más estrecho y una cola proporcionalmente mucho más corta. Sus ojos están colocados más lateralmente. Una de las formas utilizadas para diferenciar los pelajes, es que en el ocelote y el margay, el pelo de la nuca y parte de la cabeza va en “contracorriente” (un poco como el terciopelo), mientras que esto no es el caso en el gato de monte, donde el pelo corre en dirección “normal”. Puede expresar melanismo, las poblaciones melánicas tienden a concentrarse en determinadas áreas, como el norte de Venezuela y el sudeste de Brasil. En Venezuela los ejemplares de Los Andes y la Cordillera de la Costa, llegan a ser de coloración parda oscura o casi negra, con las manchas poco visibles.

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Distribución

Es poco común y está pobremente representado en las colecciones zoológicas. Aunque tiene una distribución amplia, sus poblaciones están desconectadas y dispersas. En Centroamérica se le encuentra en Costa Rica y Panamá. En Sur América, desde el norte de Venezuela hasta el Centro de Brasil, estando presente en Venezuela, Colombia, Brasil, las Guayanas, Perú y Ecuador, países de los cuales se conoce sólo por unos pocos especímenes de museo. No se ha confirmado su presencia en Bolivia, aunque especímenes aparecen en colecciones zoológicas provenientes de ese país. Curiosamente se han encontrado sus restos en las Islas de Los Roques a 130 km del litoral norte de Venezuela, llevados allí probablemente con fines místicos o religiosos por las etnias pre-colombinas. Su densidad es baja, llega a vivir hasta los 3.200 m.s.n.m.; aunque en Colombia se le ha observado hasta los 4.800 m.s.n.m.


4. Foto: Rafael Hoogesteijn

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5. Cámara Trampa: Fernando Tortato

Ecología En los países nombrados habita en una gran variedad de ambientes. Antes se creía que era un habitante estricto de zonas boscosas, húmedas, premontanas y de bosque nublado. En algunos países como Costa Rica, Colombia y Ecuador habita primordialmente áreas de bosque nublado; pero más recientemente también se ha reportado en zonas más secas de bosques subtropicales, sabanas de cerrado, sabanas húmedas y áreas semi-áridas de matorrales espinosos, especialmente en Brasil, donde ha sido reportado como el felino más común después de la onza (Herpailurus yagouaroundi). En Venezuela los pocos reportes de la especie provienen de la Cordillera de los Andes, Perijá, Cordillera de la Costa y algunas localidades al sur del Orinoco. Hay poca información de su status y abundancia en estado silvestre aunque hoy en día con la ayuda de las cámaras-trampa se ha podido obtener información sobre estos tópicos. Es el menos conocido de nuestros felinos y quizás el más difícil 146

de observar, siendo muy tímido y ágil. Las áreas de ocupación (de los pocos estudios efectuados) sugieren en los machos un tamaño de 4,8 a 17 km2 y en las hembras de 0,9 a 2,8 km2 y densidades de 1 a 5 ejemplares/100km2, pudiendo bajar a apenas 0,01/100 km2 en el área amazónica. Tiene densidades más altas en áreas en las cuales no hay cunaguaros (L. pardalis), especie que compite e impacta negativamente a las poblaciones del gato de monte. Sus vocalizaciones no se han estudiado en detalle, los jóvenes ronronean y los adultos emiten una vocalización amistosa y rítmica denominada “gorgoreo”.

Dieta y hábitos alimenticios Se sabe muy poco de sus hábitos en estado silvestre, los datos de su alimentación provienen del examen de contenidos gástricos, con un predominio de presas terrestres pequeñas (menos de 100 gr),


6. Cámara Trampa: Fernando Tortato

sugiriendo que cazan principalmente en el suelo, aunque pueden trepar árboles con facilidad. Las presas encontradas son principalmente pequeños mamíferos marsupiales y roedores (ratones de las familias Muridae, Heteromydae y Cricetidae), pequeñas aves, lagartijos e insectos de varias especies, sin embargo fue registrada su depredación sobre especies mayores tales como pequeños primates, coatíes o zorros guache (Nasua nasua), lapas (Agouti paca), conejos de monte (Sylvilagus brasiliensis) y el consumo de algunas frutas como la jaboticaba (Plinia trunciflora).

adulto a los 11 meses. Su patrón de erupción dental es inusual en el sentido de que los dientes no van apareciendo sucesivamente, sino que hacen erupción todos al mismo tiempo en cuestión de horas, aproximadamente a los 21 días de edad. La madurez sexual aparentemente es tardía, después de los dos a dos años y medio y en cuanto su longevidad una hembra cautiva llegó a alcanzar 17 años de edad.

Reproducción y crecimiento Sus hábitos reproductivos solo se conocen de datos tomados en cautiverio, el estro (celo en las hembras) tiene una duración de 3-9 días, tienen una gestación de 62-76 días (prolongada para un felino pequeño), y paren una sola cría, a veces dos, que llega a pesar entre 92 a 134 gr. Éstas crías se desarrolla lentamente, llegando casi al tamaño 147


7. Foto: Adriano Gambarini

Conservación Al igual que las otras especies del linaje de los ocelotes estuvo fuertemente afectado por el comercio peletero internacional llegando a comercializarse más de 69.000 pieles en 1982, llegando a un pico de más de 85.000 en 1984, reexportadas de otros países a través de Paraguay y Bolivia (donde curiosamente su presencia no ha sido confirmada), encontrándose incluida en el Apéndice I de CITES desde 1989 como vulnerable. Hoy en día la especie está afectada por la pérdida de hábitat, grandes áreas de sus hábitat premontanos y de selvas nubladas han sido deforestados para el establecimiento de plantaciones de café en Costa Rica, Brasil y Colombia. Tiene un cierto grado de tolerancia con las actividades humanas; se les ha encontrado en las cercanías de ciudades como São Paulo, Porto Alegre (sur de Brasil) y Cali (Colombia).

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A nivel nacional está bajo Protección Especial con veda por tiempo indefinido y su presencia ha sido confirmada en algunos de nuestros Parques Nacionales como El Ávila, Sierra Nevada y Canaima. Recientemente una población que se consideraba formaba parte de L. tigrinus, con una distribución al Sudeste y Sur de Brasil, Paraguay y Norte de Argentina, fue descrita como una nueva especie afín, L. guttulus, en base a estudios de ADN.


8. Cámara Trampa: Fernando Tortato

Cuadro 1. Características biológicas del Gato de Monte Nombre Científico Peso (kg) Largo (cabeza a cuerpo, cm) Cola (cm) Distribución Hábitat Promedio del tamaño territorios reportados (km2) Reproducción Coloración Longevidad

Leopardus tigrinus H:1,5-3,2, M:1,8-3,5 H:43-51,4, M:38,8-59.1 20,4-42 Cordillera Central de Costa Rica y norte de Panamá hasta el sur de Brasil Selvas de galería, bosques densos hasta los 3.200 m.s.n.m. Tolera hábitat modificados por el humano, siempre que haya buena cobertura vegetal. H: 0,9-25, M:4,8-17,1 Poco conocida, 1-2 crías, 62-76 días de gestación, madurez sexual entre 17 y 26 meses. Color de fondo amarillo-ocre, zona inferior cuerpo blanca con manchas, rosetas pequeñas negras o manchas. Expresa melanismo. Desconocida en estado salvaje, en cautiverio hasta 17 años.

Modificado de: Hunter, L. 2011. Carnivores of the World. Princeton Field Guides, Princeton University Press. Princeton, NJ. 240pp.

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Leyendas Portadilla: El gato de monte o tigrillo habita en una gran variedad de ambientes, antes se creía que era un habitante estricto de zonas boscosas, húmedas, premontanas y de bosque nublado. En algunos países como Costa Rica, Colombia (donde puede llegar hasta los 4.500 m de altitud); pero más recientemente también se ha reportado de zonas más secas de bosques subtropicales, sabanas de cerrado, sabanas húmedas y áreas semi-áridas de matorrales espinosos. Foto 2: El gato de monte tiene una distribución amplia pero muy localizada y de muy baja densidad. En Venezuela los pocos reportes de la especie provienen de la Cordillera de los Andes, Perijá, Cordillera de la Costa y algunas localidades al sur del Orinoco. Foto 3: Un gato de monte en su ambiente natural. Hoy en día la especie está afectada por la pérdida y fragmentación de sus hábitats naturales. Grande áreas de hábitats pre-montanos y de selvas nubladas han sido deforestadas para el establecimiento de plantaciones y ganadería, aunque el gato de monte tiene un cierto grado de tolerancia con las actividades humanas. Foto 4: El gato de monte, es la especie más pequeña del linaje de los Cunaguaros u Ocelotes, y uno de los felinos más pequeños del continente Americano con un largo corporal de unos 450 a 650 mm, largo de cola 250 a 330 mm, y un peso de apenas 1,5 a 3 kg, pareciendo un pequeño gato pintado. Este ejemplar joven de esta especie poco común de la fauna venezolana, fue fotografiado en una comunidad indígena cercana a San Ignacio de Yuruaní en la Gran Sabana en 1983. Fotos 5 y 6: Se sabe muy poco de los hábitos en estado silvestre del gato de monte, los datos de su alimentación provienen del examen de contenidos gástricos, con un predominio de presas pequeñas (menos de 100 gr) y terrestres, sugiriendo que cazan principalmente en el suelo, aunque pueden trepar árboles con facilidad. Las presas encontradas son pequeños mamíferos marsupiales y roedores (principalmente ratones), pequeñas aves, lagartijos e insectos de varias especies, sin embargo, se ha registrado que caza y consume especies mayores tales como pequeños primates, coatíes, lapas, conejos de monte, e incluye el consumo de algunas frutas. Foto 7: Esta especie se confunde frecuentemente con el margay, pero es más pequeña, de construcción menos robusta, de orejas relativamente más largas, un hocico más estrecho y una cola proporcionalmente mucho más corta.

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Foto 8: El gato de monte es el menos conocido de nuestros felinos y quizás el más difícil de observar, siendo muy tímido y ágil. Al igual que las otras especies del linaje de los ocelotes estuvo fuertemente afectado por el comercio peletero internacional llegando a comercializarse más de 69.000 pieles en 1982, llegando a un pico de más de 85.00 en 1984, re-exportadas de otros países a través de Paraguay y Bolivia (donde curiosamente su presencia no ha sido confirmada), encontrándose incluido en el Apéndice I de CITES desde 1989. Foto 9: Una de las pocas fotos de un Gato de Monte fotografiado en su ambiente natural por el personal de Panthera Costa Rica.


9. Panthera Costa Rica

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Foto: Ernesto O. Boede

La Onza De hรกbitos diurnos y crepusculares con gran agilidad y velocidad 153


De todos los pequeños felinos es el que presenta mas variación en la coloración del pelaje. Es una animal versátil que se alimenta de aves, pequeños mamíferos y reptiles con una distribución amplia en las áreas cálidas de Centro y Sur América. Hasta el momento retiene su propio género por divergencias genéticas y anatómicas. No se encuentra en peligro de extinción. La principal preocupación desde el punto de vista de su conservación es la pérdida de hábitat; sin embargo puede ser perseguido ya que puede depredar aves de corral.

Herpailurus yaguaroundi, (Geoffroy Saint-Hilaire, 1803) conocido comúnmente como onza, gato cervantes o yaguarundí, es un gato de porte medio con una cabeza pequeña y chata, de orejas pequeñas y muy redondas, sus piernas son cortas y su cola es larga. Presenta dos fases de coloración del pelaje: La fase marrón-rojiza y la fase gris con muchas variaciones intermedias. Es un felino que puede trepar árboles, pero la mayor actividad, diurna – crepuscular ocurre en el suelo. Son solitarios. Descripción Taxonómicamente la onza es un enigma, ya que a pesar de ser un felino a primera vista tiene la apariencia de un mustélido (familia de las nutrias, el armiño y la marta). Su taxonomía está en revisión por el Grupo de Especialistas en Felinos (CSG por sus siglas en inglés) de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés). La onza tiene 38 cromosomas, al igual que los gatos del viejo mundo, mientras que todos los otros pequeños felinos suramericanos tienen 36 cromosomas. Estudios recientes la habían colocado en el género de los Pumas (Puma) por similaridades genéticas con esta especie y con el Chita o guepardo (Acinonyx jubatus), pero estudios consiguientes han determinado que desde el punto 154


2. Foto: Ernesto O. Boede

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3. Foto: Ernesto O. Boede

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4. Foto: Ernesto O. Boede

de vista del desarrollo de la anatomía del cráneo sus diferencias con los Pumas son demasiado grandes. Dadas estas incongruencias filogenéticas y las diferencias morfológicas y de comportamiento el CSG retiene a la especie en el género Herpailurus. Tiene un cuerpo largo y delgado (con un largo de cabeza y cuerpo promedio de 76 - 82 cm, cola 32 50 cm, y un peso de 2 a 9 kg, siendo los machos más grandes que las hembras, con promedios de aprox. 6 y 4 kg respectivamente), con patas relativamente cortas y una larga cola; su cabeza relativamente pequeña larga y angosta, tiene las orejas cortas, redondeadas y bien separadas, sin las manchas blancas características de los otro pequeños felinos del neotrópico. Su corto y denso pelaje es de un color totalmente uniforme, con algunas manchas en el rostro y la barriga, y dos fases de coloración principales: una fase grisácea que puede variar de un ceniciento claro a un color marrón oscuro o casi negro y una fase marrón rojiza que puede variar de color leonado a marrón-oliva, o a castaño bien rojizo. Los pelos alternan anillos de colores más claros y

más oscuros. El color y la predominancia de dichas variaciones en cada pelo originan las tonalidades de pelaje. En el pasado se concluyó erróneamente que onzas de diferente color eran especies diferentes, ahora se determinó que las fases de color pueden variar entre los hermanos de una misma camada (ver ilustraciones). Los individuos de zonas más boscosas son más negruzcos, mientras que los de las zonas áridas son más pálidos. Un resumen de los datos biológicos de la onza se pueden revisarse en el Cuadro 1. Distribución Su distribución se extendía geográficamente desde el sur de Texas (donde ya está probablemente extinguida), pasando por las tierras bajas de México, Centro-América, Sur-América al este de los Andes hasta el norte de Argentina. Altitudinalmente se encuentra desde el nivel del mar hasta los 3.200 m.s.n.m. (aunque generalmente por debajo de los 900 m.s.n.m.) de altura, frecuentando una variedad 157


5. Cámara Trampa: Tadeu de Oliveira

de hábitat desde bosques de matorrales secos y espinosos a sabanas inundables, usando generalmente áreas más abiertas que las especies simpátricas del linaje de los cunaguaros. Pero aunque habiten en áreas abiertas y pastizales, son más frecuentemente vistos en el borde de los bosques, en áreas de cubierta vegetal cerrada y entremezclada con áreas más abiertas y a lo largo de cursos de agua, a cualquier hora del día o de la noche, siendo de hábitos más diurnos que los otros felinos.

Ecología Aunque la onza o gato cervantes es uno de los felinos más ampliamente distribuidos y comunes en Centro y Sur-América su biología y comportamiento son muy poco conocidos. Las onzas son de hábitos primordialmente terrestres, pueden trepar árboles con facilidad, moviéndose rápidamente sobre las ramas grandes de los árboles. Son de gran agilidad pudiendo saltar a 2 m 158

del suelo para tirar zarpazos intentando la captura de aves y pueden pararse erguidas, apoyándose en el trípode de su cola y sus dos patas traseras, como los canguros. En los Llanos es proverbial la agilidad de la onza para capturar las aves de corral. Estudios de radio-telemetría efectuados en Belice y México confirman los hábitos más diurnos de esta especie, comenzando sus actividades desde las 4 am, hasta las 6 pm. con un pico de actividad en la mañana tardía a las 11 am. Sus ojos tienen las pupilas mas redondeadas, lo cual también denota sus hábitos mas diurnos. Los estudios sobre áreas de ocupación revelan datos muy dispares, en Belice se determinaron inmensas áreas de 88 y 100 km2 en dos machos radioequipados (y una hembra con 20 km2), varias veces mayores que las de los jaguares que habitaban en la misma zona. El promedio de desplazamiento diario fue de 6,6 km y curiosamente en una sola dirección, denotando la gran movilidad de esta especie. En otras zonas, las áreas de ocupación fueron de 6,8 km2 (para


6. Cámara Trampa: Aida Bustamante

una hembra en el sur de Brasil) y de 8,3 a 8,9 km2 para machos y hembras respectivamente, en México. Aunque anteriormente se creía que era muy común, ya que se observa con mayor frecuencia que a los otros pequeños felinos, especialmente por sus hábitos diurnos; recientemente se ha determinado que su densidad es baja, de 1-5 onzas / 100 km2 de hábitat adecuado, pudiendo llegar a 20 / 100 km2 en unas pocas y restringidas áreas de alta densidad; y esta especie, al igual que el tigrito y el gato de monte también es negativamente impactada por la co-existencia con el cunaguaro u ocelote. Se podría concluir que es una especie de amplia distribución pero baja densidad. Son de hábitos solitarios aunque se han visto numerosas parejas cazando juntos. En cautiverio los miembros familiares no presentan interacciones antagónicas. Tienen un variado repertorio vocal se han registrado 13 llamadas diferentes, algunas de ellas parecidas a chirridos emitidos por los pájaros. Su comportamiento de demarcación de territorio es

sólo conocido por observación en cautiverio, donde realizan escarbaduras con sus patas traseras, las cuales se acompañan de micción simultánea; frotan sus cabezas contra troncos y otros objetos, dejan sus heces descubiertas y marcan troncos y ramas con sus garras, todas estas actividades parecen servir como señales de comunicación visual y olfativa.

Dieta y hábitos alimenticios Como muchos de los carnívoros, la onza es oportunista. Sus presas principales tienen menos de 1 kg de peso, incluyendo roedores, aves y reptiles, pero hay datos de onzas cazando especies mayores tales como conejos (Sylvilagus sp.), rabipelados (Didelphis sp.) y cachicamos (Dasypus sp.), e inclusive hasta peces atrapados en charcos en desecación. Observaciones hechas en Belice, Brasil y Venezuela indican que son excelentes cazadoras de aves que desarrollan su vida en el suelo, como por ejemplo perdices o tinamiformes (ponchitas y gallinas de monte). Su dieta varía de acuerdo al área geográfica y al hábitat 159


considerado y también puede incluir insectos y algunas frutas, con predominancia de ratas y ratones y pequeñas cantidades de hojas de gramíneas.

Reproducción y crecimiento Aparentemente no tienen una época de reproducción definida en estado silvestre, aunque en cautiverio los registros de partos aumentan en los meses de enero y junio y de agosto a octubre. El período de celo en las hembras de 3 a 5 días con un ciclo estral de 53 días, alcanzan la madurez sexual entre los 2 y 3 años. La gestación dura de 70 a 75 días, con camadas que pueden variar en tamaño llegando a tener hasta 4 crías, aunque comúnmente tienen dos. Nacen con pelaje y con la barriga ligeramente manchada. En estado silvestre las onzas paren en madrigueras localizadas en matorrales cerrados, huecos de árboles o troncos, o en zanjas recubiertas de vegetación. Su longevidad en cautiverio puede llegar a los 15 años de edad.

Conservación Las pieles de la onza afortunadamente nunca tuvieron valor comercial, por lo que esta especie no sufrió la intensa presión de cacería que sufrieron los felinos con las pieles manchadas jaguares y las tres especies de ocelotes), descritas en otros capítulos. La onza se considera relativamente común en Centro y Sur-América, sin embargo, para Centro y Norte América está incluida en el Apéndice I de Cites. Probablemente se encuentra extinguida en el sur de los Estados Unidos (Texas). Para el resto de su distribución se encuentra en el Apéndice II, como una especie de preocupación menor. A diferencia de otros felinos, la onza no depende solo de áreas boscosas, y puede sobrevivir si no se le persigue, en áreas abiertas, hábitats secundarios, con matorrales densos. Esa flexibilidad le permite vivir donde otras especies simpátricas de pequeños felinos desaparecen. Sin embargo como la especie es de densidad baja, se ve afectada fuertemente por la pérdida de hábitat. 160


7. Foto: Rafael Hoogesteijn

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8. Foto: Rafael Hoogesteijn

Uno de los problemas recurrentes con las onzas y los felinos en general, es el ataque a gallineros, ocasionando pérdidas a productores, que se enfurecen y salen a cazar a los felinos. Los ataques a las aves de corral pueden ser fácilmente evitados; en casos de ataques diurnos la colocación de un espantapájaros puede dar buen resultado, al igual que el uso de fuegos artificiales (cohetes, triquitraques), utilizados cuando el depredador es sorprendido cerca del gallinero. Estos estímulos, provocan una asociación negativa que puede ser efectiva durante algún tiempo. La medida más efectiva y de larga duración es la construcción de gallineros rodeados de tela de alambre reforzada (tipo “Alfajol o Ciclón”), bien tensada, sin huecos y firmemente sujeta al suelo, ya que varias especies de pequeños carnívoros pueden hacer huecos o pasar por aperturas muy pequeñas por debajo del alambrado para llevarse a las aves. Además los corrales para las aves, deben de ser fabricados lejos de árboles que pueden ser utilizados por los felinos como plataformas para saltar dentro del gallinero. 162

Pocos moradores rurales saben que los felinos como las tres especies de cunaguaros, las onzas y otros pequeños carnívoros como los zorros (Cerdocyon thous y Urocyon cinereoargenteus), son grandes consumidores de ratas y ratones. Estos roedores no solo consumen gran cantidad de granos en las siembras de cereales, pero participan en la transmisión de enfermedades que causan inmensas pérdidas en la ganadería vacuna, bubalina, porcina, ovina y caprina. Estas enfermedades a veces reproductivas (como por ejemplo la leptospirosis) aparte de las terribles pérdidas que causa en todas las especies domésticas (abortos y graves problemas de fertilidad), también pueden ser zoonosis, es decir, pueden transmitirse a los humanos que conviven con los animales infectados. En ese sentido, estos carnívoros son grandes aliados en el control de las enfermedades transmitidas por los roedores, que pueden causar inmensas pérdidas económicas. Ya solo por este gran servicio, estos carnívoros deben de ser protegidos, independientemente de sus ocasionales ataques a las aves de corral.


9. Foto: Esteban Payán

Cuadro 1. Características biológicas de La Onza Nombre Científico Herpailurus yagouaroundi Peso (kg) H:3,5-7, M:3-7,6 Largo (cabeza a cuerpo, cm) H:53-73,5, M:48,8-83,2 Largo de la cola (cm) 27,5-59 Norte de México al centro de Argentina, desde los 0 hasta los 2.000 Distribución m.s.n.m. Todo tipo de bosques, y bosques secundarios, matorrales, chaparrales, Hábitat y sabanas densas. Tolera bien hábitat modificados por el humano, especialmente con altas densidades de roedores. México: H: 8,9, M:9,3 Promedio del tamaño de los territorios (áreas de ocupación) Brasil: H:1,4-18, M: 8,5-25,3 (km2) Belice: H:20, M:88-100 Poco conocida, 1-4 crías, 72-75 días de gestación, madurez sexual entre Reproducción 17 y 26 meses. Color uniforme con dos fases contrastantes, marrón rojizo y gris oscuro y Coloración variantes intermedias. Longevidad Desconocida en estado salvaje, en cautiverio hasta 10,5 años. Modificado de: Hunter, L. 2011. Carnivores of the World. Princeton Field Guides, Princeton University Press. Princeton, NJ. 240pp.

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10. Foto: Ernesto O. Boede

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Leyendas Portadilla: A las onzas (Herpailurus yagouaroundi), les gustan los sitios de penumbra, buscando rastrojos y huecos en los árboles en donde parir, sus crías son muy precoces. Foto 2: La onza es de hábitos generalmente nocturnos y es además un buen trepador, atacando en sus cacerías las aves gallináceas, como paujíes (Crax spp.), camatas (Penelope spp.) y guacharacas (Ortalis spp.), que se albergan sobre los árboles. Foto 3: La onza se encuentra desde el nivel del mar hasta los 900 m de altura (llegando hasta los 3.200m), frecuentando una variedad de hábitats desde bosques de matorrales secos y espinosos a sabanas inundables, usando generalmente áreas más abiertas que las especies simpátricas del linaje de los ocelotes o cunaguaros. Pero aunque habita en áreas abiertas y pastizales, es más frecuentemente observada en el borde de los bosques, en áreas de mosaico pastizal-bosque y a lo largo de cursos de agua, a cualquier hora del día o de la noche, siendo de hábitos más diurnos que los otros pequeños felinos. Foto 4: A diferencia de otros felinos, la onza no depende solo de áreas boscosas, y puede sobrevivir si no se le persigue, en áreas abiertas, hábitats secundarios y de matorrales densos. Esa flexibilidad le permite persistir donde otras especies simpátricas de pequeños felinos desaparecen. Sin embargo la especie generalmente subsiste en bajas densidades, es afectada fuertemente por la pérdida de hábitat, y ya fue extinguida en el sur de los Estados Unidos y en Uruguay, por lo que las poblaciones de este felino merecen un mejor escrutinio. Foto 5: Las onzas provenientes de zonas boscosas son más oscuras, mientras que las de las zonas áridas como la de esta fotografía, son de coloración más pálida. Las onzas y las otras especies de pequeños felinos son grandes consumidoras de ratas y ratones ayudando a agricultores y ganaderos en el control, tanto de estas plagas, como de las peligrosas enfermedades transmitidas por estos roedores. Foto 6: Como todos los carnívoros, las onzas son grandes oportunistas, sus presas principales tienen menos de 1 kg de peso, incluyendo roedores, aves y reptiles, pero hay datos de onzas cazando especies mayores tales como conejos, rabipelados y cachicamos, e inclusive hasta peces atrapados en charcos en

desecación. Su dieta varía de acuerdo al área geográfica y al hábitat considerado, también puede incluir insectos y algunas frutas, pero con predominancia de ratas y ratones y pequeñas cantidades de hojas de pasto. Foto 7: Anteriormente se creía que la onza era muy común, ya que es más frecuentemente observada que los otros pequeños felinos por sus hábitos diurnos, recientemente se ha determinado que su densidad generalmente es muy baja, de 1-5 onzas / 100 km2 de hábitat adecuado, en algunas áreas restringidas de excelente calidad pueden llegar a densidades de 20 onzas / 100 km2. Esta especie, al igual que los otros pequeños felinos es negativamente impactada por la pérdida del hábitat y por la presencia de ocelotes. Foto 8: Aunque las onzas son de hábitos primordialmente terrestres, pueden trepar árboles con facilidad, moviéndose rápidamente sobre las ramas grandes de los árboles. Poseen gran agilidad pudiendo saltar a 2 metros del suelo para lanzar zarpazos intentando la captura de aves y pueden pararse erguidas, apoyándose su cola y dos patas traseras como un trípode, parecido al que adoptan los canguros. En los Llanos es proverbial la agilidad de la Onza para capturar las aves de corral, aunque estas depredaciones ocasionales pueden ser fácilmente evitadas siguiendo las sugerencias expuestas en el texto. Foto 9: En esta foto tomada con pieles de museo, utilizadas como material de referencia zoológica, podemos observar la extraordinaria variación de colores en los pelajes de la Onza, desde gris ceniza al negro, pasando por el marrón rojizo y el castaño oscuro. Foto 10: Esta imagen tomada de cerca de las facciones de la cara de una onza, lograda con mayor facilidad en un zoológico, muestra las expresiones de las orejas en posición de alerta, la atenta y penetrante mirada y las vibrisas, conocidas popularmente como bigotes, que le permite a estos felinos moverse sin ruido en espacios estrechos ubicando a sus pequeñas presas como roedores, lagartos y aves.

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Jaguar hembra en los llanos de Apure. Foto: Joshimer RodrĂ­guez


Ilustraciรณn de ร ngel Ulloa (Jaguar).


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