Ica, detrás del tiempo

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Edición: Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú: Está permitida su reproducción parcial o total, siempre que se indique la fuente. Impreso en Perú. Printed Perú

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A las mujeres de mi vida: mi madre, mi esposa, mis hijas y mi nieta, la motivación para seguir escribiendo.

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INTRODUCCIÓN

Investigar sobre el pasado de un pueblo es una tarea complicada y más aún cuando se trata de compilar información de un pasado pre hispánico ágrafo.

Es pues, la historia de lo que hoy conocemos como Perú, una labor ardua entre los historiadores e historiógrafos, llegar a consensos que satisfagan a todas las partes.

¿Por qué habría de ser diferente con este pedacito de cielo al que conocemos como Ica? No. Todo lo contario. Debates, comentarios, encuentros y desencuentros caracterizan los debates cada vez que nos reunimos los que alguito sabemos de la historia de nuestro pueblo.

El presente trabajo, busca consensuar datos fidedignos, sustentados en evidencia bibliográfica “a través del tiempo” con la única finalidad de presentarlos ordenada y cronológicamente para entender el desarrollo histórico del rico pasado iqueño.

Nuestra tierra tiene tanto por contar y hay tan pocos dispuestos a oír/leer. Antes estas historias se transmitían de padres a hijos, se contaban a la luz de un lamparín o durante interminables charlas de sobremesa.

Hoy se ha perdido este espacio que debe ser recuperado. Es el deber del MINEDU a través de las UGELes y de los maestros preservar nuestras tradiciones y costumbres, no sólo con charlas o talleres esporádicos a los que los alumnos asisten obligados. Es nuestra obligación hacer llegar el conocimiento a las nuevas generaciones buscando estrategias y contactos que permitan que estas historias no se queden en interminables tertulias de viejos que se oyen y discuten entre ellos. Hay que utilizar el currículo como instrumento para engarzar en él, en la competencia de construir interpretaciones históricas, nuestra identidad regional, antes que algún

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iluminado desde Lima, decida desaparecer por completo el curso de historia.

No es mi intención causar polémica ni ofender a nadie, sólo me apena que cuando se hable de Ica se limite a la leyenda de Huacachina, a los geoglifos de Nazca o a la bahía de Paracas. Ica es más que eso. Ica somos nosotros. Nuestros padres. Nuestros ancestros, que forjaron estas historias a base de su esfuerzo y pundonor.

Van a encontrar en estas líneas, un recuento de los principales hechos de la línea de tiempo que conforman la historia de la ciudad. Algunos datos curiosos y poco difundidos como la llegada de los primeros esclavos, la presencia de camellos y los maestros botijeros. Asimismo, un análisis del proceso de independencia, la actuación de Juan José Salas y la presencia de Bolívar en el país y la gesta por expulsar a los invasores chilenos de nuestra bendita tierra.

Seguramente que hallareis puntos divergentes y en los que no estén de acuerdo conmigo, y es natural, parte de nuestras opiniones no gustaran. Pero es mi interpretación, mi visión de la historia, y ante ello presento este trabajo, como la labor de un historiógrafo, que solo busca aportar a entender nuestra herencia cultural y su deseo de perpetuar en el tiempo su legado.

Bienvenidos a conocer Ica a través del tiempo. Profesor Oscar Calmet Altamirano

Oscar Calmet Altamirano

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Etimología del vocablo Ica

Mucho se ha escrito, y mucho más se ha hablado en los círculos históricos regionales, referido a la etimología de la palabra Ica. Van desde opiniones sustentadas en fuentes bibliográficas, hasta quienes proponen teorías propias acerca de este asunto. Cada investigador defiende a capa y espada su versión.

Investigar la etimología de los vocablos en el Perú es una tarea harto compleja, debido a la diversidad de dialectos y de lenguas que existieron en la etapa prehispánica y de los que no queda registro alguno. Al no haber contado con una grafía que nos pudiera dar una prueba irrefutable, solo nos queda especular o tratar de acercarnos lo más posible a su significado. Por otro lado, gran parte de los vocablos fueron desvirtuados y confundidos por los cronistas hispanos, que a su entender le daban la interpretación que mejor les parecía, alejándola muchas veces lingüísticamente del significado real de estas Vamos a presentar algunas teorías, así como las objeciones que presenta este autor al respecto, y espero sepan comprender y darme el espacio para mis dudas, que quizás sean las suyas. Empecemos pues. Ricardo Palma en su archiconocida tradición sobre la construcción de la Achirana del Inca, afirma que cuando Pachacútec, llegó a estas tierras preguntó por el nombre de este valle, a lo que le respondieron que se llamaba Ica, lo que significaría “abundancia de lagunas y pozos ” .

Muy bonita y romántica tradición, sin embargo, sabemos por historia que Pachacútec jamás visitó estas tierras. Quien sí llegó, fue su hijo el príncipe Túpac Yupanqui en camino a la conquista del riquísimo reino Chincha. Esta tradición lleva algo de verdad, ya que gracias a la rica capa freática existieron las famosas siete lagunas y hasta hace algunos años atrás abundantes pozos de aguas cristalinas. Sin embargo, no sucedía así en todo

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el valle ya que, de ser así, cuál sería el sentido de la construcción del canal de regadío “La Achirana”.

Otra teoría es la propuesta por el maestro Cornelio Quijandria Álvarez en su obra “Sobre el origen y fundación del Colegio San Luis Gonzaga”. En este texto afirma, que el Curaca principal de Lurin Ica, era un hombre llamado Dn. Alonso Huamán Aquije, quien habría tenido como nombre indígena “Huamanica”, de donde derivaría el vocablo Ica. Según Quijandria, los españoles tenían la costumbre de tomar el nombre del Curaca principal del valle, más el de algún santo y convertirlo en el nombre del lugar de donde se encontraban. Nos presenta como ejemplo, el de la hoy provincia de Nasca, que habría provenido del nombre del curaca Nanasca. Los españoles bautizaron el lugar como “el pueblo de Santiago de Caxamarca del valle de Nanasca”. En nuestro caso sería “la villa de San Jerónimo de Ica”

Esta hipótesis me parece plausible, a mi modesto entender. ya que se sustenta en evidencias probadas y que pueden ser verificables con nombres similares a lo largo de nuestras ciudades y sus nombres de fundación española.

José Sebastián Barranca afirma categóricamente que Ica deriva de los dialectos Yungas de la costa cuya raíz es IK que significaría río, pozo o laguna.

Es interesante esta afirmación y que me da ocasión para preguntarme ¿de cuál dialecto extrajo dicha raíz lingüística? No da ninguna referencia de ello.

Lo que si podemos afirmar categóricamente es que el “Muchic” se habló en la costa norte a partir del actual Departamento de La Libertad, en la zona centro sur, se hablaba el “Aru” que es el antecedente del aimara, según los estudios del doctor Alfredo Torero y la Arqueóloga. Ruth Shady.

La historiadora María Rostworowsski afirma en su libro “Historia del Tahuantinsuyu” pág. 214 “En los apelativos de las guaranga de Lurin lca encontramos que sus patronímicos parecían estar emparentados con el grupo de idiomas designados como aru o jaqi, más que con el quechua. Es posible que en lea se hablara algún dialecto influido por dicha lengua y que la zona fuese un lindero lingüístico con el runa simi costeño de Chincha.”

Se señala en el libro “Apuntes geográficos e históricos del departamento de Ica” que Torres Rubio afirma que Ica provendría de Ecca que significaría

Oscar Calmet Altamirano

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“poza”. Otra afirmación curiosa es que provendría del sánscrito Eca, que significaría “desierto”

Otra de las opiniones es la del Padre Alberto Rossel Castro quien en sus investigaciones hace referencia a los primeros repartos de las tierras de esta zona. A los veintiocho años de la conquista por Don Alonso Maldonado de Torres, quien cita las tierras de cultivo del Inca denominadas Ika Koya, localizadas entre el punto de Chagua o Chakuas al sur de Tacaraca a una legua (tres kilometros aproximadamente) de La Venta, colindante con el norte de Ocucaje. Esta palabra Ika Koya tendría la siguiente acepción:

● Koya; en quechua significa Princesa;

● Ika; en lengua quechua, aimara o aru, no tiene aplicación concreta, mientras en lengua Polinésica significa, Guerrera.

Esto nos hace suponer que en tiempos antiguos esta zona habría estado gobernada por diversos clanes de mujeres (las míticas amazonas), imponiéndose en nuestro valle una dinastía matriarcal. Esta aseveración es corroborada ya que, al sur de la hacienda La Venta, existió el pago de Ika Koya que es propiamente a lo que se le denomina “Ica La Vieja”, haciendo la salvedad que el pago nunca fue habitada por españoles sino por indígenas. Prueba de ello estaban los extensos cementerios prehispánicos que hoy han sido convertidos en área de cultivo.

¿Pero por qué el idioma polinésico? Recordemos que existe una teoría del poblamiento de América (teoría oceánica) que sustenta que olas migratorias provenientes de la Polinesia y Melanesia hicieron sus incursiones a esta parte del mundo. Bajo este contexto por qué no creer que algunas palabras pudieron permanecer en el tiempo y entre ellas, Ica.

Oscar Calmet Altamirano

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Etapa Independiente

La existencia de las culturas autóctonas en la etapa prehispánica en el valle de Ica es tan antigua como la presencia de otras sociedades que se desarrollaron en la costa central y en los valles interandinos.

Las investigaciones realizadas por las expediciones científicas de la Universidad de California a través del Dr. John Rowe precisan nuestro esplendoroso pasado regional, al poseer el valle de Ica, el cuadro cultural precolombino más completo del Perú antiguo. Es Ica un lugar donde se desarrollaron las culturas en una secuencia cronológica perfecta. Las manifestaciones culturales más antiguas registradas se desarrollaron en la etapa precerámica, habiéndose constatado fases del paleolítico y mesolítico, prueba de ello es la presencia de los kokenmodingos de la boca del río Ica, en la ribera derecha (batanes, hachas, cuchillos, punzones de piedra, etc.); cabe destacar la existencia de gran cantidad de puntas de proyectiles y punzones de obsidiana; también humanos de cazadores, recolectores y pescadores (aproximadamente 4000 años A.C.).

Hacia el norte en Cabeza Larga, se hallaron restos del remoto poblador de 3000 años que ocupó la fase mesolítica. Más tarde, aproximadamente 2000 años a.C. se hallaron importantes restos de algodón, alcanzando la etapa de la agricultura incipiente. Sobresale el cultivo del pallar. Tuvieron la costumbre de construir su casa bajo tierra y está considerado como el poblador milenario intermedio entre el hombre paleolítico y el inventor de la cerámica.

En los tiempos de inicios del cerámico, encontramos dos estilos típicos y característicos: El “erizo” y el “mastodonte”.

● La cerámica Erizo, fue hallada entre las haciendas de Ocucaje y Callango y es la coetánea de la cultura florecida en el valle de Acarí. En estos tiempos se cultivaba algodón, zapallo, maní, pallares, guayaba, ají, pacae, entre otros. El lugar presenta la más antigua ocupación humana en cerámica que se conoce en el valle (cerámica más antigua de la costa sur del Perú).

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● La cerámica Mastodonte, fue encontrada en el desierto de Villacurí, pertenece al horizonte temprano, la cerámica incluye una taza con anillo de base. En el valle de Ica, el primer estilo cerámico es el Ocucaje; es el centro arquitectónico importante de la región, lo significativo de una presencia de una botella con incisiones chavinoides. Los edificios principales se construyeron con adobes de formas diversas y con materiales de quincha.

La fase paracas se hace presente en el valle con el período de paracas cavernas en el cual la capital de esta cultura estuvo en la zona llamada Tajahuana, cuyos restos se ubican en el actual distrito de Santiago, frente a Lujaraja.

La fase Nazca se inicia con la técnica de Pre cocción engobada y prosigue la decoración incisa hasta que posteriormente alcanzaron alto nivel de desarrollo con el uso de técnicas avanzadas que ningún otro pueblo de la costa ha superado.

Durante el horizonte medio, la cultura Ica recibe influencia de la Wari, que llegó a afectar gran parte de la cultura formada en esta zona.

En el horizonte tardío regional, que dura aproximadamente de 1400 a 1534 d.C. se produce la conquista de los Incas quienes establecieron su centro administrativo en el Lago artificial de Takaraka.

Oscar Calmet Altamirano

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Oscar Calmet Altamirano Fuente: Costa Sur I - Congreso Nacional de Arqueología

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Etapa Inca

La incorporación de Ica al Imperio del Tawantinsuyo durante el gobierno de Pachacútec fue lograda por su hijo Túpac Yupanqui, quedando de esta forma incorporado al incario con el cumplimiento de las disposiciones político administrativas.

La ciudad Inca más antigua es la de Takaraka, mandada a fundar por órdenes del Sapa Inca para fijar la residencia del Curaca local, siendo Aranvilca, quien gobernaba en el valle de Ica a la llegada de los quechuas. Este curaca se alió con el joven conquistador. Es relevante comentar que fue la hija de este gobernante la que dio pie a la tradición de la leyenda escrita por Palma y llamada la Achirana del Inca.

El curaca continuó gobernando hasta que se implantó el sistema de los Ayllus, dando nacimiento a dos zonas: Hanan Ica (Valle Alto) y Urin Ica (Valle Bajo).

“En el Tahuantinsuyu cada curacazgo se dividía en dos mitades que correspondía a la visión indígena de hanan y hurin (Anan y Lurin], a de ichoq y allauca (izquierda-derecha). Cada una de esas mitades era gobernada par un curaca, siendo numerosos los documentos que informan sobre el particular. Uno de los curacas de las dos mitades se hallaba siempre subordinado al otro, aunque esta dependencia podía variar, en unos casos podía ser más importante la mitad de arriba (como en Cusco}, y en otros, la de abajo (tal era el caso de Ica].”

Fuente: María Rostworowski. Historia del Tahuantinsuyu

El párroco del Distrito de San Juan Bautista Fray Miguel Cabello Balboa, en su obra, “Miscelánea Antártica” (descubierta en la Biblioteca Pública de New York en el año 1951) nos cuenta una tradición pre hispánica digna de mencionar, y que a continuación paso a narrar en busca que no se pierda o siga sin conocerse:

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“CuandoHuáscarIncafuedeclaradoynombradolegitimo sucesor en el Imperio Incaico, todos los gobernadores y caciquesdelasprovinciasenviaronpresentesalCusco.

Elregaloqueaventajóatodosellos,fueeldelgobernadordel valledeIka,PiskoyUmay:InkaTopa,queconsistíaenuna hermosadoncellallamada“KumpiYaya”(Kumpi=Tejer; Yaya=amo.Señor),hijalegítimadelosindígenasdelvalle deIca“XullkaChangalla”ysumujer“Illayokoche”.

Huáscar.alcontemplarlabellezaextraordinariadeKumpi Yaya,quedóseadmirado;yporvozunánimeseledenominó “KoryKoyllur”(Kory=oro;Koyllur=estrella).

Huáscar tuvo en koryKoyllur una hija, y creció más su encantohaciaella,alextremoquedesatendióalasdemás mujeresoconcubinas.

Estas celosas, juraron dar muerte a su émula y un día Huáscar,alentrarasuaposentoencontrómuertaaKory Koyllur; elInca,transidodedolor,mandóembalsamar el cuerpodeestainfelizmujeryfuedevueltoasuslastimados suegrosparaserenterradoenlatierradesunacimiento.

Los “XullkaChangalla” fueron colmados depresentespor Huáscar”.(2)

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Oscar Calmet Altamirano

Fuente: Felipe Guamán Poma de Ayala: Primer Nueva Crónica y Buen Gobierno

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Antecedentes a la fundación

de la Villa de Valverde.

El valle de Ica, durante el periodo colonial, estuvo ubicado entre los límites de la Gobernación de Nueva Castilla y Nueva Toledo, la cual estaba bajo el gobierno de Dn. Diego de Almagro, y que le fuera otorgada por gracia de la Reina de España, doña Juana en la Capitulación de Toledo del 26 de julio de 1529.

Para el año 1533 el valle estaba habitado por los aborígenes Yungas o de la Costa, tal como lo encontraron los conquistadores castellanos a su paso por esta zona, buscando un lugar apropiado para la fundación de la ciudad capital del nuevo reino hispano. Al llegar a Takaraka la encontraron devastada por los fuertes terremotos ocurridos por aquellos tiempos, es a razón de esto que se deriva su nombre. Según Torres Rubio, Takasignifica golpe, destrucción y Rakaycorral, patio descubierto; lo que quiere decir un “montón de ruinas”. Otros autores dicen que su traducción más exacta sería: “Ruinas causadas por un golpe”.

Entre las facultades conferidas a Pizarro por la corona, estaba la de repartir tierras y encomiendas; es así como parte el valle en dos siguiendo la tradición incaica: Hanan Ica y Urin Ica u Okachi. El Marqués entrega el valle bajo (Urin Ica), considerada como una de las mayores del Perú antiguo, a Don Nicolás de Rivera el Viejo, uno de los trece de la isla del gallo y primer alcalde de Los Reyes (Lima), quién después de pacificar a los curacas de Ica, Chincha, Pisco y Nasca toma posesión del valle y del tambo principal de Ica. Tuvo bajo su encomienda a los caciques Dn. Fernando de Anicama y Dn. Diego Changalla; y el valle alto (Hanan Ica) a Don Juan de Barrios, Regidor perpetuo del Cabildo de los Reyes, por Real Cédula del 10 de agosto de 1534 (teníabajosuencomiendaaloscaciquesde CoyuculicayeldeXapana,aménde1300aborígenesqueadoctrinar) Años más tarde por motivos económicos Hanan Ica en conferida a Felipe Boscán y, posteriormente, Don Francisco de la Cueva en el año 1540.

En los territorios de la Ica Virreinal existieron varios pueblos de los cuales la referencia histórica menciona tres como los más antiguos los cuales fueron: Santiago de Urin Ica, la Purísima Concepción de Hanan Ica y San

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Juan Bautista de Urin Ica; que era gobernado por la dinastía de los “Tatax” (de donde deriva el apellido Tataje), siendo el primer cacique de este lugar (período hispánico) Don Domingo Tatax.

Es curioso que los documentos hallados nunca dejan de mencionar el nombre Ica, desde tempranos tiempos de la colonización, como leeremos líneas abajo, lo que nos reafirma que dicha palabra proviene de tiempos muy antiguos.

He hallado un documento interesante que nos da una breve idea de cómo lucía el valle en sus primeros años de colonización:

"De la hermosa provincia de Chincha, caminando por los llanos y arenales, se va al fresco valle de Ica, que no fue menos grande y poblado que los demás. Pasa por él un río, el cual, en algunos meses del año, al tiempo que en la serranía es verano, lleva tan poca agua que sienten falta de ella los moradores de este valle...

En el tiempo que estaban en su prosperidad, antes que fuesen sujetados por los españoles, cuando gozaban del gobierno de los Incas, además de las acequias con que regaban el valle, tenían una muy mayor que todas, traída con gran orden de lo alto de las sierras, de tal manera que podían reemplazar el rio. Ahora en el tiempo, cuando tienen falta y el acequia grande tampoco tiene agua, hacen grandes pozas a trechos: y el agua queda en ellas de que beben: y llevan de las acequias pequeñas para riego de sus fronteras.

En este valle de Ica hubo antiguamente grandes señores, y fueron muy temidos y obedecidos. Los Incas mandaron a hacer en él sus palacios y depósitos... Y así enterraban a sus difuntos, mujeres vivas y grandes tesoros.

Hay en este valle grandes espesuras de algarrobales y muchas arboledas de frutas... y venados, palomas, tórtolas y otras cazas; críanse muchos potros y vacas...”

(Fuente: Pedro Cieza de León, La Crónica del Perú.pág 193)

Oscar Calmet Altamirano

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En el año 1541, Rivera habitaba en su encomienda dedicado a la crianza de caballos y a la agricultura de sus tierras. En este lugar funcionaba el Tambo Real Inca en cuyo frente, el encomendero construyó una Venta, que no era otra cosa que una posada, para los caminantes y tropas que efectuaban continuos viajes entre las ciudades del Cusco y Lima o viceversa.

La ubicación de este Tambo estaría entre lo que era las residencias históricas de los caciques Aquixe (lo que hoy es el distrito de Los Aquijes) y la de los Xullkachangalla (de la cual deriva el nombre de Subtanjalla, siendo precisamente este el lugar de su residencia). Lo que nos conlleva a pensar que el mencionado Tambo Real, estaría en lo que era la hacienda de Rodamonte (hoy barrio de Manzanilla) a espaldas del actual templo de Luren. Por conversaciones y análisis mantenidas entre mi persona y Fray Félix Sainz Diez, historiador y sacerdote franciscano, llegamos a la conclusión unánime, que este Tambo, estaría en lo que actualmente es la residencia de la familia Panizo.

En el ámbito rural, Nicolás de Ribera el Viejo diversificó los tributos de su encomienda iqueña con la introducción de nuevas especies vegetales y animales, como el trigo y el ganado bovino, ovejuno, porcino, asnal y caballar, de mucha demanda en el mercado limeño. En 1546 todo esto era administrado por el mayordomo Antonio Gómez: “para que en este dicho tiempo yo vos sirva en estar y residir en los pueblos de Yca de vuestro repartimiento o donde vos me mandardes y mirar por los yndios de los dichos pueblos e los amparar e defender e hazer criar el ganado que en ellos tuvieredes e mandar hazer las sementeras y recoger los tributos que los dichos yndios son y fueren obligados a dar y hazer.” (El conquistador Nicolás de Ribera el Viejo y la fundación del hospital de naturales de Ica, 1522 1563. Joan Morales Cama)

El trigo pudo haberlo introducido poco después de la conquista, a sugerencia de quien había traído ese grano al Perú, su vecina María de Escobar. Lo cierto es que entre 1554 y 1562, la producción de este grano en su encomienda era ya considerable. La cosecha superaba las 600 fanegas, diezmaba una buena parte, y el resto era trasladado, en las carretas construidas desde 1550 en el mismo valle de Ica, por el carpintero Juan Jiménez, hasta el puerto de Sangallán (Pisco) para embarcarlo junto con los demás productos en algún navío fletado...

Oscar Calmet Altamirano

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... Solo en tributos la encomienda producía oficialmente (tasa) 4.000 pesos al año, aunque más adelante con la revalorización de la tierra y el desarrollo de una economía no encomendera, auspiciada por el propio gobierno virreinal, los herederos protestarían por la disminución en la recaudación desde la fundación de Ica (1563): “porque los indios han estado y están en alguna necesidad y faltos de tierras por averse poblado en el dicho repartimiento un pueblo de españoles a quien se repartieron las tierras que en él avía.”

Los indígenas tributarios eran instruidos en la doctrina cristiana y recibían los sacramentos en una iglesia que don Nicolás construyó junto con el encomendero de Hanan Ica. Entre 1547 y 1550, con Pedro Infante (tutor de Juan de Barrios), pagaba 300 pesos al año al clérigo Jerónimo Domínguez para celebrar dos misas a la semana e “industriar e doctrinar los dichos indios del dicho repartimiento en las cosas de nuestra santa fe católica.” En las proximidades de esta iglesia usufructuaba una extensa huerta sembrada de “membrillos e granados e higueras e parras e de otras frutas de Castilla”, puestas al cuidado del agricultor Sebastián Lorenzo en 1556; y también un concurrido y bien abastecido tambo y pascana que, entre 1558 y 1560, explotaba en sociedad con Gaspar de Vanegas.

Don Nicolás dispuso edificar una segunda Venta al extremo sur del valle, en la zona de Chahua (Caserío La Venta). Se le encomendó edificación de una Ermita donde se pudiera celebrar misas, edificación que nunca realizó. Para la edificación de ambas Ventas Dn. Nicolás recurrió a los buenos oficios del Presidente de la Audiencia Don Pedro de la Gasca, por entonces máxima autoridad del Virreinato, el cual en respuesta dictó dos provisiones el 22 de junio de 1549, las cuales se leen:

YoellicenciadodonPedrodelaGascadelconsejodesu magestaddelasantaygeneraysupresidentedeestosreinos yprovinciasdelPirueporquantosoyinformadoquevos, NicolásdeRiveravecinodelaciudaddelosrreyesenelvalle deicaqueesenlostérminosdellatenéishechayedificadauna casaparavuestrashaciendasygranxeriasenelcaminorreal quebadeestaciudadparalasdearequipaycuscopordonde continuamentecaminanespañolesynaturalesqueban con mercaderíaseganadosymantenimientos…vosdoylicenciay facultadparaqueenladichacasaqueansitenéishecha edificadayenloquemashicieredesyedificareseneldicho

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sitiodondeestapodáisvosolapersonaqueenvuestronombre alliresidieredarposadaemantenimientosaloscaminantes queporallipasarenatendidosporsusdineros…”

(Fuente:DiccionarioHistóricoBiográfico.JosédelaRiva Agüero)

Estos documentos son trascendentales porque nos confirma la ubicación primigenia de la villa y el nombre con el que por entonces conocida.

Durante este periodo se desata la llamada Guerra de los Encomenderos, que no es otra cosa, que la insubordinación de los Encomenderos contra la Corona española, por la promulgación de “Las Leyes Nuevas”, creadas por el rey Carlos I, que buscaban proteger a los indios de los abusos y excesos de los primeros.

Es interesante leer esta información para darnos una idea de lo que atravesaron nuestros ancestros y desmitificar la idea de una convivencia pacífica en el valle:

Durante los largos y convulsionados años de las guerras civiles habían sido llevados a la fuerza, por los pizarristas, incontables tributarios iqueños: “E con él comunicado lo que avía de hazer, Hernando Piçarro e todos los capitanes se partieron del valle de Yca, no llevando poca cantidad de indios atados, e quedando aquellos valles gastados, e muchos de los naturales muertos y robados de las extorsiones que reçivieron de los españoles, que fueron más de lo que yo podré decir.” Asimismo, durante las prolongadas campañas del norte (Piura-Quito) contra Blasco Núñez Vela, y del sur (CuzcoCharcas) contra el capitán Diego Centeno, anteriores al choque de Añaquito, grande fue “la calamidad en que el afligido reyno del Perú en aquellos tienpos estava, pues en todas partes avía guerra. Los desventurados indios reçibían grandes vexaciones de los nefarios soldados, pues los atavan llevando en ellos sus cargas como si fueran bestias; tomávanles sus mugeres; servíanse de sus hijos, sus ganados e haziendas; el que más les podía robar, aquel se tenía por más valiente.

(Fuente: Joan Manuel Morales Cama El conquistador Nicolás de Ribera el Viejo y la fundación del hospital de naturales de Ica, 1522 1563)

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Por 1554. Francisco Hernández de Girón, durante su levantamiento contra la Corona, se enfrentó en las pampas de Villacurí al ejercito de Pedro de Meneses enviado por la Real Audiencia, con saldo positivo y dejando a su rival totalmente vencido. De allí tomó control de Pisco e Ica, retirándose luego a Nazca, con el fin de rehacer su ejército reclutando negros esclavos para seguir con sus andadas.

Algunos años más tarde don Nicolás recurre a Dn. Andrés Hurtado de Mendoza, Márquez de Cañete, a la sazón virrey del Perú, para que le confirme los buenos oficios hechos por La Gasca. El virrey accede a su pedido y en merced a ello dictó dos documentos el 6 de octubre de 1556.

D.HurtadodeMendoza,MárquezdeCañete,etc…avos pedrodelascasassavedqueendíaspasadosfueronpormi confirmadasDOSVENTASenelvalledeycaanicolas de riberaqueallitienerepartimientosdeyndioscomovereispara estetituloymercedquedellolemandedarenelqualproveyen continuacióndelaposessióndelasdichasventasytierrasque teniaselediessenuebapossession…quedeestaciudaddelos rreyeshubieradeyralgúnalcaldeadardichapossesióno alguacilseriahacermuygrandescostasdemas…””Yopedro de las casas escribano de su magestad por virtud del mandamiento del muy excelentísimo señor don Hurtado de MendozaVosorreyycapitangeneraldeestosreynosmetienla posesiondelaventaycasaqueenestetituloymerceddeesta otrapartecontenidasuexcelenciahacemercedanicolasde riberavecinodelaciudaddelosrreyesaBartolomédeoropesa criado del dicho nicolas de riberayleseñaleportierrasy chacarasparaelserviciodedichaventa…”

(Diccionario Histórico Biográfico. José de la Riva Agüero)

La encomienda continua en poder del hijo de Dn. Nicolás a su muerte, Juan de Ribera y Dávalos, Obispo de Quito hasta aproximadamente 1624 que casi todas las encomiendas se reincorporaron a la Corona española.

Oscar Calmet Altamirano

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En 1556, el Arzobispado de Los Reyes (Lima) funda la parroquia para españoles a la que denomina “San Jerónimo”,

Los franciscanos llegan a Ica en 1559, a la capilla de Santiago de Lurén, siendo los primeros bautizados los indios nobles Bartolo García y Espilco, así como los Curaca Tatax (Tataje) y Aquixe (Aquije).

En 1570 el Padre Fray Francisco de Madrigal, uno de los primeros sacerdotes de la parroquia de Santiago de Lurén trajo de Lima el 20 de enero de ese mismo año una imagen de un Cristo crucificado, en reemplazo de la que años atrás recibiera en el repartimiento, la misma que se encontraba carcomida por la polilla.

En 1580 se funda el Convento de San Antonio de Padua (al que siempre hemos llamado San Francisco), en lugar era los fundos de Manzanilla y Rodamonte a espaldas de Lurén (donde funcionó por muchos años la Textil Ica), teniendo cuatro o cinco sacerdotes y tres legos (laicos) con un religioso predicador.

En 1562 el curaca principal de Urin Ica, era Hernando Anicama quien cogobernaba con su hermano Guaman Aquixe esta importante zona del valle.

Para 1563 en terrenos que ocupara la primera Venta se edificó el Hospital San Nicolás Obispo para indios pobres fundado por el mismo Rivera, dejándole casa y rentas para el sostenimiento del nosocomio, el cual funcionó por muchos años, hasta que un violento sismo lo trajo por tierra.

Un dato interesante que mencionar es la fundación del Viñedo Tacama en 1540 por Bartolomé Terrazas y Francisco de Carabantes. Para 1652 el propietario fue Dn. Alonso Calderón Jara quien le vende la hacienda a Dn. Antonio Larios.

Otro dato que podemos citar es la llegada de los primeros esclavos negros llegados a nuestro valle cuya referencia lo señala el texto “La esclavitud en el Perú”:

Fue el 15 de agosto de 1527 cuando el español Alonzo de Molina desembarcó en Tumbes junto con su esclavo negro, era la primera vez que un blanco y un esclavo negro pisaban tierra peruana.

Oscar Calmet Altamirano

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Sabemos que los primeros esclavos que llegaron a la ciudad de Ica (Ica se encuentra localizada al sur de la capital del Perú), fue ron traídos por Don Nicolás de Rivera, más conocido como “el viejo” en el año de 1534.

Los datos más precisos sobre etnias negras en Ica figuran en documentos del año 1541 cuando don Nicolas de Rivera los emplea en la crianza de caballos, en el trabajo agrícola de sus tierras y en la edificación de su casa estilo español construida en el año 1549., también el convento hospital de Ica con el primer crucificado, y el primer hospital para indios y negros.

Entre 1557 y 1565 fueron traídos a Ica, Chincha, Cañete y Pisco habitantes negros de Nueva Caledonia, Isla de Melanesia, ubicadas al este del continente australiano.

Por aquella época inicio su penetración imperialista en África y otros continentes, dedicándose al lucrativo comercio de esclavos y, como Numea- nueva caledonia era una colonia francesa, sus habitantes eran vendidos al mejor postor.

Aquellos primitivos habitantes de Nueva Caledonia, según una descripción de Juan comas: eran de cuerpo rechoncho, miembros musculosos, cabello crespos como los negros de África, pero largos en vez de cortos, eran excelentes pescadores , cazadores, buenos cultivadores de cocoteros y mejores agricultores de diversas plantas, por eso fueron traídos a los valles antes mencionados estos habitantes fueron vendidos como esclavos en Sudamérica, especialmente en el Peru algunos de ellos tuvieron que regresarlos a su isla ya que morían de sarampión contagiados por los españoles, y también se contagiaban por comer comida cruda ya que los españoles no les daban el privilegio de cocinara su propia comida.

Oscar Calmet Altamirano

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Una información curiosa ocurre en 1552 pocos años después de la conquista. Don Juan de la Reinaga Salazar, hizo traer camellos desde las Islas Canarias. Un grupo de seis hembras y un macho. Posteriormente se trajeron más en un lapso de diez años.

Según el padre Lizárraga, cronista del siglo XVII, los camellos se multiplicaron mucho, pero a montaraz, vagando por lomas y quebradas de huarangales entre los valles de Ica y Lima. Se lograron caravanas de mercancías a lomo de estos animales, sin embargo, no por mucho tiempo ya sea por el carácter de estos o por la inexperiencia en su trato.

Debido a la presencia de bandas de negros cimarrones fugitivos, los usaron como alimento y poco a poco su número fue disminuyendo de tal manera que en 1615 murió la última hembra de esta especie en el Perú.

Oscar Calmet Altamirano

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El Primer Hospital de Ica y los hermanos de San Juan de Dios

En el año 1556, Don Nicolás de Ribera "el viejo", decidió fundar frente al tambo de su encomienda, bajo la advocación del santo de su nombre (San Nicolás), un hospital para la atención de los indios originarios y forasteros de Ica, dotándolo perpetuamente con los réditos de dos pares de casas de las que poseía en Lima, cercanas al convento de Santo Domingo.

En 1608 la villa contaba con un solo hospital para españoles, cuya conservación y cuidado estaban a cargo del Cabildo, el cual se descuidó totalmente de él. Por tal motivo, la población en reunión del 02 de marzo de ese año, acordaron formar una hermandad que se encargue del cuidado de los enfermos, tal agrupación recibió el nombre de “Hermanos 24” por ser veinticuatro sus miembros.

Esta hermandad cumplió con sus labores hasta 1632 cuando acordaron unir el hospital San José con el de San Nicolás para indios, en uno solo bajo la dirección de los padres de San Juan de Dios.

Con los antecedentes antes mencionados. En el siglo XVII el Cabildo de Ica entró en tratos con el prior del convento de San Juan de Dios de Lima, Fray Diego de Cerda, para fundar un nuevo hospital con el nombre del santo patrono de la orden, en el lugar que ocupaba el hospital de yanaconas, San Nicolás Obispo.

El acta de fundación fue levantada el 21 de abril de 1650, en presencia de las principales autoridades de la ciudad, en tierras que hasta hace algunos años ocupara el hospital de varones de Ica (hoy calle Tacna tercera cuadra).

Para sufragar los gastos que acarrease la venida de los religiosos de la orden de San Juan de Dios, por vía limosna, se envió 500 arrobas de vino embotijado (de Chavalina) cada año, durante el tiempo que demandara la

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construcción. Esta acción constituye un acto de gran desprendimiento en bien de los enfermos que muy pronto comenzó a aliviar la miseria y el dolor de los pobladores.

Uno de los grandes pioneros fue Diego Fernández de San Agustín, que falleció en 1651, siendo vicario y juez eclesiástico de Ica; quien prosiguió la obra fue Don Pedro de León Dávila a través de las indicaciones dadas a conocer por Juan Zegarra de Guzmán, quien hizo cumplir la voluntad de Fernández.

Posteriormente se consiguió el servicio de seis religiosas (doncellas) quienes consiguieron el apoyo de voluntarias para el servicio auxiliar, ellas reunieron cualidades de ser virtuosas y pobres. Estas doncellas, con 1000 pesos emprendieron tan magna obra de atender a pobres, enfermos, huérfanos y viudas. Se estableció que cada año se debía recibir 1000 pesos para repartirlos en las acciones benéficas antes mencionadas.

La obra continuó brindándose en lo que corresponde a servicios de salud, con el correr de los tiempos, al paso de la república los benefactores comenzaron a incumplir con la entrega de la cantidad de dinero que dejó establecido el religioso Fernández, servicios que lo brindó hasta entrar a la segunda mitad del siglo XX en el hospital que conocimos como San Juan de Dios.

Oscar Calmet Altamirano

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Los agustinos hacen su aparición en nuestro valle, cuando fundaron un convento al que llamaron Convento de San Agustín de Nuestra Señora de Gracia. Según los informes del Padre Antonio de la Calancha, el sitio de la fundación fue en la hacienda Rodamonte al sur de la Parroquia de Lurén. Su presencia perduró hasta el 28 de setiembre de 1872, debiendo cerrar sus puertas por falta de legos que mantuvieran los servicios eclesiásticos. Aún hoy se puede apreciar restos de su capilla, en las ruinas de su torre ubicada en la parte oriental de nuestra Plaza de Armas.

Con estos datos quiero remarcar que antes de que se hiciera la fundación de la Villa de Valverde, en estas tierras se desenvolvió una sociedad auténticamente regional con tres poblados indígenas de la mano de españoles y encomenderos.

Oscar Calmet Altamirano Capilla de San Agustín

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Oscar Calmet Altamirano Restos de San Agustín 2008

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La Villa de Valverde

El 17 de junio de 1563 se fundó la Villa de Valverde, siendo Virrey del Perú Don Diego López de Zúñiga y Velasco, Conde de Nieva. El acto fue legalizado notarialmente por Don García de Córdova quién encomendó para su ejecución con fecha posterior al Capitán Don Jerónimo Luis de Cabrera.

Me detengo un momento aquí para hacer mención que en el momento de la fundación se hace expresa mención de ser “jurisdicción privativa”, es decir, independientemente de la ciudad territorial que comprendía los pueblos indígenas de Ica (Urin, Hanan y San Juan Bautista)

Según el historiador Rubén Vargas Ugarte, cuando se refiere acerca de la fundación de la Villa de Valverde de Ica, afirma haberse fundado en el año arriba mencionado (1563) y expresó que por mucho tiempo se discutió el nombre de su verdadero fundador. “Algunos apoyándose en el nombre que se le dio, han creído que lo fue Cristóbal de Valverde, olvidando que en la obra “Descripción de algunos pueblos del Perú”, atribuida por Jiménez de la Espada a Juan de Salinas y escrita probablemente en 1571 o en 1572, se dice: “Fundó el Conde de Nieva y la llamó de Valverde por ser nombre de un pueblo suyo”. El Virrey en esta carta de 26 de diciembre de 1562 le anunciaba al Monarca su propósito con estas palabras:

“V.M. me manda por un capítulo de su ynstrucción que se funde un pueblo a donde asienten y vivan algunos españoles y en cumplimiento dello, yo he fundado el valle de Chancay, una villa y pienso fundar otras dos en Chincha y Pisco que todos son puertos de mar...”.

Cual fuese la causa que lo decidió a hacer esta fundación más al interior no lo sabemos, pero en otra de 10 de setiembre de 1563 decía así:

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“He ordenado que en los términos desta Ciudad de los Reyes, cuarenta leguas de ella, en un valle que se dice Yca se haga un pueblo de hasta cuarenta españoles, que los más de ellos han servido a V.M. en esta tierra al kual llamé Valverde y ase hecho esta población de manera que no sea gastado en ella un sólo maravedí de la Real Hacienda y porque los indios de aquel valle no se quejasen a causa de decir que los españoles les tomaban sus tierras, ordené que ningún español tomase ninguna tierra de indio y menos de las que podían pertenecer a V.M. sino que a quien quisiese tierras las comprase a los indios, porque ellos tienen hartas valdías y que no les sirven de nada y solamente di a cada vezino asiento para una casa y para una huerta pequeña y esto de un pedazo de tierra de muy poco valor que había en aquel valle que aún no está determinado si es de V.M. o de los indios...”.

Por la fecha de esta carta se deduce que la fundación debió hacerse unos meses antes y aunque no se da el nombre de quien la llevó a cabo, no hay duda de que lo fue Don Jerónimo Luis de Cabrera y Toledo.

Otro nombre con el cual fue conocida esta villa, fue el de San Jerónimo de Ica, y le fue confirmado al otorgarse el título de ciudad.”

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Alegoría de la fundación de Tucumán por Jerónimo de Cabrera. Un acto similar se realizó en la Villa de Valverde de Ica.

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REPARTIMIENTOS Y CACICAZGOS

Cronológicamente la historia colonial de Ica se inicia con la conducción del primer encomendero de Urin Ica, Don Nicolás de Rivera “el Viejo” , quien acompañado de personalidades llegó a estas tierras procedente de Pachacámac, buscando un valle apropiado para la fundación de una nueva metrópoli española. Se detuvo al llegar al Tambo Principal Incaico de Ica, lugar donde se posesionó de estas tierras, levantando una de las primeras escrituras de venta y tierras (1546) y tres años después (1549), terminó de reducir al pueblo indígena de nombre Santiago de Lurin Ica. De este pueblo surge, debido a la numerosa cantidad de habitantes, dos pueblos más Purísima Concepción de Hanan Ica y el de San Juan Bautista de Urin Ica.

Se asevera esta información, por existir el expediente judicial que siguió don Esteban Aquije, Cacique y Gobernador del repartimiento de San Juan Bautista ante la Real Audiencia del año 1579, contra don Hermenegildo Carbajo Chacalcaje por haber usurpado el Cacicazgo de San Juan. Don Esteban Aquije explica en el documento con firmeza y Sobriedad su genealogía puntualizando su descendencia paterna y materna.

Los pueblos de Hanan Ica, Urin Ica y San Juan Bautista de Urin Ica, fueron creciendo en número de habitantes haciéndose necesaria la construcción de un templo católico de adoctrinamiento e impartir los sacramentos. Es preciso destacar que los pobladores respetaron la organización político social de la parte incaica y de la parte española, es decir que el gobierno de un Cacique o Curaca y del encomendero; cada Cacicazgo se subdividía en Huarangas, también llamado Ayllus, compuesto cada uno, de mil familias.

Urin Ica comprendía seis Huarangas: ▪

Kollana Huaranga.

Jallana Huaranga.

Tonka Huaranga.

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Achira Huaranga. ▪ Pallana Huaranga. ▪ Loka Huaranga.

El Cacicazgo o repartimiento de Hanan Ica comprendía cinco Huarangas: ▪ Kollana Huaranga Askalka. ▪ Huaranga Marquista. ▪ Huaranga Kawanqia Huamaní. ▪ Huaranga Pallanga. ▪ Huaranga Llamayaya Kari.

El cacicazgo de San Juan Bautista, perteneció a la Kollana Huaranga de Urin Ika, bajo la denominación de los hermanos de “San Juan de Urin Ika”, por consiguiente, formó parte de la encomienda de Nicolás de Rivera el Viejo.

Cada pueblo tuvo su plaza y su templo principal. En el pueblo de Luren (Lurin Ica) alrededor de su plaza se levantaban los siguientes edificios: El cabildo, la casa del Cacique, la casa del Doctrinero, la del Encomendero, la Cárcel, el templo de Santiago Apóstol de Lurin Ica, el cual estuvo situado al costado derecho de la actual iglesia de Luren, es decir en el centro de la calle Ayacucho, y detrás de este templo estuvo el cementerio, precisamente en el sitio que ocupa el Jardín de Niños “Mercedes Divos de Camino” de Ica.

En el pueblo de Hanan, el Templo de la Purísima Concepción fue situado en el lado central de la plaza, el mismo que ha desaparecido con el correr del tiempo por efecto de los terremotos. Los libros de la parroquia pasaron a Luren.

El sitio donde estuvo ubicado el Templo de Hanan lo ocupa actualmente el edificio de la Corte Superior de Ica, alrededor de la plaza de Hanan se edificaron: La casa para el cabildo de Indígenas, la del Encomendero, la del Cacique y otras personas connotadas del pueblo. La casa cural estuvo al lado oeste de la plaza, en el lugar que ocupara el antiguo cine Rex, fue edificada por el cura Don José Gustavo de Arrieta.

El Templo de Santa Ana, ubicado al sur de Hanan, estuvo situado a 100 mts. de distancia (hoy lugar del Colegio Nacional “Margarita Santana de Benavides”), fue la más reciente en su formación, con mayor probabilidad

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en tiempos de la fundación de la Villa de Valverde, época en la que se hace mención de la comunidad de indígenas de Hanan.

El pueblo de San Juan Bautista de Urin Ica no experimentó cambio de lugar. El templo parroquial estuvo en el atrio de la actual iglesia matriz, edificada con material de yeso y con palos de Huarango. El sacerdote Don Francisco Mendieta Mariaca al hacer el inventario de la parroquia dice: “cuandolleguéaestecuratolaiglesiaquehacefuedecañaypajademás de100años”. Evocación que se refiere a 15 de dic. 1754, fecha en la que ejercía el ministerio sacerdotal como párroco en la Doctrina de San Juan Bautista.

De cada plaza de los tres pueblos se bifurcaban las calles rectas de seis metros. de ancho por cien metros. de largo formando las manzanas en las que se edificaron las viviendas para cada familia.

Prosiguiendo con la evolución histórica de lo que más tarde fuera la ciudad de Ica y sus campiñas, ésta continuó creciendo a un ritmo bastante moderado, y la vida de los pobladores se desenvolvía en la monotonía del medio urbano rural. Prevalecían las labores agrícolas destacando los cultivos de la vid, el algodón, frutales, etc que eran trasladados, no solamente, a mercados de la localidad sino también a la ciudad de los Reyes.

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El nombre de la Villa de Ica

Mucho se ha discutido de los nombres de la ciudad de Ica, la cual recibió diferentes denominaciones tales como: Villa de Valverde, San Jerónimo de Ica o simplemente Ica.

El Dr. Alberto Casavilca Curaca al respecto, presentó al municipio en 1935 un trabajo referido a la fundación de la Villa donde concluye que fue erigida en agosto de 1633, a mérito de la Real Cédula de Felipe IV, y cumplida a través del Virrey, Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla, Conde de Chinchón. Extraña que no se halla trascrito la Cédula ni de referencia a ella lo que hace dudoso el documento en mención; concluye explicando en que ha encontrado en el protocolo de Matheo de Arce que, a partir de agosto de 1633, se encabeza las escrituras “enlaciudad deIca”en vez de “VilladeValverde”usado hasta julio, y constatado que los cabildantes de 1633 eran cuatro, sin contar con el Corregidor, su Teniente, el Alférez y el protector por escritura del 28 de mayo de 1688 ante Juan de Valenzuela, María Pascuala Gutiérrez, viuda de Cristóbal Asencio, daba poder al indio Domingo Fabián, para que vendiera el solar que le adjudicó el juez comisario en el pueblo nuevo de Mochicas.

Hago mención de algunos escritos de la época que atestiguan que el nombre de la villa fue siempre el de Ica, alternándose según documentos oficiales con el de San Jerónimo de Ica, nombre que se debería en homenaje al Santo Patrón San Jerónimo o en consecuencia como nombre del fundador Jerónimo de Cabrera

SepanquantosestacartavierencomoyoDonJoanToledo, vecinodelvalledelavilladeYca…Hechalacartaenla DhaVilladeYcaenveintedíasdelmesdemayoañodemil seiscientosycuarenta…” (Palabras textuales de don Juan de la Fuente, notario del cabildo de Ica). “El Capitán Sargento Mayor Pedro Cordero de Santiago, Teniente de Corregidor y Justicia Mayor de la Villa de Yca su partido…”(Firmado el 30 de enero de 1639)

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Asimismo, los sendos escritos reproducidos literalmente en el capítulo correspondiente a los antecedentes de la fundación de Ica, en el que se le llama siempre Ica, aun desde la época de la conquista

Algunos desinformados y despistados historiadores, acreditan el nombre de Villa de Valverde en homenaje a Fray Vicente Valverde (recordado por la entrega del breviario a Atahualpa) pues aseguran que éste residió en el pago de Takaraka en octubre de 1532, sin embargo, no existen documentos que acrediten esta posibilidad más bien sabemos por sus biógrafos que jamás residió en esta villa.

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Ica durante el virreinato

"...un país alegre y agradable. Abunda su comarca en trigo, maíz, frutas y viñas, y es muy entretenido de música de varios pajarillos. Rodeanla campiñas de arboledas, que en estos llanos , llaman guarangales, madera fuerte y alta. Con ser el temple, cálido y seco, hay huertas de palmas en mucho número, que a dos y tres años dan óptimos dátiles y colmados racimos; y lo que admira, que en pedazos de tierra sin riego y sin lluvias, se dan cantidad de regalados melones y sandillas, varias hortalizas y legumbres, y en hoyas hacia la Nazca y en las convencinas al puerto de Pisco, viñas fecundas de preciosos y regalados vinos..."

Fuente: Los Franciscanos en Ica, Fray Félix Sáiz Diez

José de la Riva Agüero, citando en su libro “Tomo VI, La Conquista y el Virreinato” al texto anónimo “Discrición general Del Reyno del Pirú,” nos hace una breve descripción de Ica, correspondiente a inicios del siglo XVII: “Prosiguiendo el derrotero hacia el Callao, y pasando por alto algunos lugares de poco nombre, se detiene en ponderar la excelencia de las viñas de Nazca y Villacuri, cuyos vinos, pasas e higos secos competían con los mejores de España. Pero donde más se explaya es al tratar .de la villa de lca o Valverde, que fue su lugar de predileción entre todos los del Perú. No se cansa de encarecer los encantos de su valle, cuya única falta era la escacez de agua del río, que no bastaba para regar todos sus terrenos, en la extensión de seis leguas

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que alcanzan, por lo cual dejaban de cultivarse muchos fertilísimos. Cogíanse hasta 500,000 botijas de vino anuales, de arroba cada una. El vino, preciadísimo en el Perú y aun en toda la América, era blanco. HaCÍase igualmente mucha pasa. Dice el autor que las viñas eran las mejores y más bien trazadas que había visto en el mundo…

La población de lca, con corregidor provisto por el Rey, alguacil mayor y otros ministros de justicia, contaba 500 casas de españoles, tres monasterios de frailes, Iglesia Mayor, hospitales de españoles y de Indios, gran cantidad de negros, y muy ricas y bien surtidas tiendas de mercaderes, entre los que no faltaban algunos extranjeros. La gente del vecindario era gallarda y se trataba con mucho rumbo y regalo; y las mujeres eran, a lo menos en la decidida opinión de nuestro portugués, las más hermosas y mejor parecidas del Perú.

Al salir de lca hay muchos guarangales, y luego dilatadas arenas, peligrosas porque en ellas suelen perderse los viajeros. Nota el fenómeno de que en ciertos prados del trayecto hay agua y ciénagas cuando el río viene menguando, y sequedad casi completa en tiempos de creciente. En las once hoyas de Villacuri, llenas de viñas e higueras, le admira que los plantíos y árboles situados al lado de Oriente produzcan durante seis meses y que en los seis den frutos los colocado al lado del Poniente.”

En 1635 cuando Fray Miguel de Orenes funda el Convento de la Merced en la villa de Ica. Asimismo, existe una cita referida a Fray Pedro Navarro como Comendador del Convento de la Merced de la Villa de Valverde. Sobre su labor no hay mucha información, basta decir que recibieron de la Junta de Temporalidades en 1775 el colegio y el templo que fuera de los jesuitas a causa de la expulsión de estos, para administrarlos al igual que los bienes que dejaron. Sin embargo, su labor dejó mucho que desear. Nos narra en sus escritos el profesor Quijandria: “hambrientos cuervos que caen sobre el patrimonio de San Luis Gonzaga... cada fraile no vio al colegio como una obra altruista y culta, sino como un botín que era preciso y urgente

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repartirlo...” (Cornelio Quijandria Álvarez. Origen y Fundación del Colegio e Iglesia de los Jesuitas de Ica)

Para el año 1640, la villa de Ica, había alcanzado un importante desarrollo urbanístico y poblacional, ya que se encontraba en plena edificación la Iglesia Matriz; los mercedarios se ocupaban de erigir una iglesia y su respectivo convento, y los agustinos estaban emplazados en el fundo llamado “El Olivo” o “Chinarro”. De igual manera el radio urbano se amplió con la construcción de las calles llamadas la Amargura, la Merced, la Pescadería y Malambo. Ni que decir de la agricultura que se encontraba en pleno desarrollo al igual que la industria vitivinícola, que a decir del padre Calancha, se producía alrededor de 50 mil botijas de vino de excelente calidad.

Una característica de nuestro valle desde épocas inmemoriales, les jugó una mala pasada a los ciudadanos iqueños de aquellas épocas, pues a las diez y treinta de la noche del 13 de mayo de 1647, un sismo azotó con gran violencia el suelo iqueño, causando tan terribles consecuencias que detuvo el avance de la población destruyendo casas, conventos y chacras que hasta ese momento lucían esplendorosas en la villa iqueña.

Los terremotos que sacudieron a los pueblos de esta región en el siglo XVI y primeras décadas del siglo XVII, destruyeron repetidas veces las viviendas de los tres pueblos cercanos, lo que dio lugar al traslado de la ciudad de su primera ubicación en Takaraka a la hacienda Rodamonte (Manzanilla). Debido a nuevos desastres sísmicos se la trasladó a la actual ubicación. Precisamente encontramos referencia un sismo de gran intensidad que asoló Ica causando tan graves daños que la población y sus sacerdotes los atribuyeron a la ira divina por los múltiples pecados que según su entender cometían los pobladores de aquellos tiempos. Presento, sobre el hecho, la narración del fraile Br. Don Agustín de Sifuentes, párroco de la Iglesia Matriz de San Jerónimo.

“…Adocedemayode1664,alascuatrodelamañana,hubo endichaciudaddeIcauntemblordetierratangrande,tan violentoenfuerza,tanaceleradoenduración,queenespaciode unCredoasolóatodalaciudad,sinquequedasepiedrasobre piedra,entodaslascasasytemplosdecal,piedrasyladrillos demuypreciosayfuertearquitectura;taleseranlosdeSan FranciscoySanAgustínquesejuzgabaneternos;sacudidas susparedesyazotadasunascontraotrassedeshicieronenmuy

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menudospedazos,sin quequedasepared,arco, ventana y portadaquepudiesesegundavezservir.

Abrióselatierrapormuchaspartesenlosmontesycampos, formandoabrasyhorriblesprofundidadesqueparecíanbocas abiertas paratragarnos… arrancándose de raíz muchos y grandísimosárboles…Corríanarroyosdevinoenlasbodegas, quebradas y vertidas todas las cosechas del año que se avaluaronen300milpesos.Pasadoelprimerremezón,quedó temblandolatierrapormásdeuncuartodehoraenquefueron cayendoalgunasparedesquehabíanquedadoenpie…

En esta ciudad perecieron y murieron cerca de quinientas personas…Delosquequedaronconvida,quedaronenterrados casidoscientaspersonasdebajodelosdesmontesdelaruina dandovocesyalaridosparaquefuesensocorridosdelosque quedaronsalvos…

Saliendoalacallelospocosquehabíanquedadoconvida, viendoazoladatodalaciudadsinqueiglesiasnicasasenpie, sino todo convertido en una confusa multitud de adobes y maderosquecegaronlascallessinquesesupiesecualerala callenicualeralacasa…

Corríanhiloahilolaslágrimasporlosojos,sinquedijesen loslabioslacausadesullanto…lasmanoslevantadasy abiertas;asianseunosdeotroshastaoírlaplegariaquetocó la campana de Luren que sola quedó en su campanario, porquetodaslasdemáscayaron,levantarontodoselalarido, llenando de gritos el aire y brotando a borbollones las lágrimas…

Mimayorcuidadofue,antesquebienamaneciese,acudirami IGLESIAMAYOR,queentoncesteníadoscurasyamime tocabahacersemana;conlágrimasenlosojoslleguéaconocer elSagrario,halléledespedazado…saquélelaCustodiaconel mayorcuidadoquepude…mevíobligadoacolocarlaenmedio delaPlazadebajodeunpabellóndesedacarmesíquepara estoofrecióelseñorFranciscoCabrera,caballerodelaOrden deSantiago,entoncescorregidordedichaciudaddondeestuvo porespaciodecuatrodías…

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Todoellunesseocupóendesenterrarlosvivosylosmuertos… elmartessegastóenenterrarlosmuertos,paralocualse hicieronmillerosgrandes,enterrándoseenlaIglesiaMayor 474cadáveres,poniendodea20ya30encadasepultura…

Acabadoslosentierros,acudimosadesenterrarlaimagende NuestraSeñora delos Remedios,patrona deestaciudad, estabadebajodecuatroparedesenteraysinlesión.Losdías siguientes,hubodosprocesionesdepenitencia,laprimerasalio delaIglesiaMayor,enquesaliólaclarecíaconlospies descalzos y las cabezas cubiertas de ceniza… la segunda procesiónsaliodelconventodeSanAgustín,cuyosreligiosos salierontambiéndescalzos,cubiertosdecenizalascabezas…”

Fuente: “La Voz de Ica” 21 de octubre de 1935

Fue el Virrey Pedro Antonio Fernández de Castro, Conde de Lemos, en el año 1670, quién ordenó la reconstrucción definitiva de la ciudad, pues los pobladores ante la indiferencia de las autoridades locales, habían resuelto vivir sobre los escombros de la ciudad arruinada.

La reconstrucción se hizo en el mismo sitio, es decir en Rodamonte y allí se volvió a levantar la ciudad y las parcelas de los habitantes de Luren, Hanan y la nueva de Santa Ana. En 1691 se levantan varias iglesias y conventos, la mayoría de ellos de material de adobe con caña y guarango. Algunas veces se quemaban en el horno de Don Juan Carbajo, para la edificación de la Iglesia Mayor (San Jerónimo), para sufragar los gastos se recibieron donaciones de personajes distinguidos tal es el caso de Don Antonio Arteaga que donó 1607 pesos, lo que sirvió para reedificar el Convento de San Francisco. También el Sr. Avedaño y Dn. José Romano contribuyeron con donaciones para la reedificación del Convento de la Merced.

Como consecuencia de estos sismos el hospital de San Nicolás para aborígenes y el de San Joseph para españoles se derrumbaron, es entonces cuando se acuerda fusionar ambos nosocomios bajo el auspicio de los padres de la orden de San Juan de Dios.

En el año 1687 otro sismo azoló Ica, causando graves daños deteniendo nuevamente el avance de la villa y obligando a la población a trasladarse a su actual ubicación, en el pago llamado “Los Mochicas” incluido el de Guallpo.

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En 1692 el cabildo del pueblo de Hanan a cargo de Pedro Anicama, gobernador y cacique principal del pueblo, Pedro Ramos, alcalde; Pedro Quijandría, regidor; Antonio de Barrios regidor menor y Pedro Guasalquiche, procurador daban poder a este último para que se presente ante el excelentísimo Señor Melchor Portocarrero Lasso de Vega, Conde de Monclova, Virrey y Capitán General del Virreinato, y le solicite autorización para la edificación de la iglesia de dicho pueblo asimismo contribuyese con el aporte económico conveniente. En el mismo año otorgaron la escritura a Don. Jerónimo Díaz Peña, Pedro Carbajo y Sebastián de Cea Mayordomo de la Iglesia de San Jerónimo.

Estos personajes manifestaron alegría por tales hechos puesto que la estructura de la iglesia comprendería tres naves todas de tabla y en la capilla mayor una media naranja de madera con 45 varas de largo y 18 y medio de hueco de ancho, siendo la primera nave de 8 y medio varas y la de los lados de 5 varas, siendo coro alto, puertas, ventanas, púlpito, sacristía y las paredes de afuera habrían de ser de 2 varas de alto de adobe y lo demás de dos quinchas de caña embarradas, se invirtió 5500 pesos. Se trazaron la meta de dejarla acabada el 10 de junio de 1694 que se celebraba la fiesta del Corpus.

Corrían los finales de los años de 1600, cuando bajo el desértico sol abrasaba las tierras de Ica, haciendo fértil este maravilloso valle. Las gentes trabajaban sus tierras laboriosas, las damas en su habitual trabajo doméstico y los niños, ¡ay los niños!, siempre inquietos, jugueteaban entre las chacras, la ciudad y las plazas de Hanan, Luren y Santa Ana. Sus padres amorosos y preocupados no hallaban la forma de darles una educación que asegurará en ellos un futuro mejor. Sus constantes súplicas y reclamos a los señores marqueses y corregidores del valle caían en saco roto y no por la falta de interés de estos, sino porque no había una institución que se encargara de brindar las primeras letras a los hijos de esta tierra.

En el año 1691 el Capitán Antonio de Vargas y Medrano, un español radicado en Ica, dejó en su testamento la orden expresa de heredar sus bienes (entre ellos la hacienda San Jerónimo) a los frailes de la Compañía de Jesús, con la condición expresa que ellos edificaran e hicieran funcionar un colegio en Ica.

Fue el padre Hernando de Tardío quién se encargó de administrar estos bienes y que fueron los primeros que poseyó la Compañía al establecerse en nuestra ciudad. Otra importante donación para la fundación del colegio, la hizo el Maestre de Campo de Batallón, Dn. Juan de Loyola Haro de Molina, quién donó sus tierras en la zona denominada “Huaraco” en el año 1745, para la construcción del colegio al que ya denominaban San Luis Gonzaga.

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De igual manera muchos otros ilustres iqueños hicieron importantes donaciones, como es el caso de Dn. Antonio del Huerto, que donó sus tierras contiguas a la hacienda San Jerónimo. Dn. Clemente de la Mata, entregó la suma de cuarenta mil pesos. Dn. Francisco Bernaola, entregó su hacienda llamada Macacona y otros bienes. Las hermanas Fernández Cabezudo, entregaron un solar con una capilla, imágenes y alhajas. Así como estos personajes, muchos más, hicieron grandes y pequeñas donaciones, todo con el único propósito de que en Ica existiera por fin el anhelado colegio.

Por fin se hicieron presentes los Jesuitas en Ica, logrando la autorización que ordenaba el funcionamiento del Colegio la cual fue entregada vía Licencia Real el 22 de agosto de 1740, con consentimiento del Cabildo, Justicia y Regimiento de Ica, el Virrey, la real Audiencia y el Arzobispo de Lima. Cabe, en este momento, hacer la mención del nombre del Padre Gabriel de Orduña, primer rector y constructor del Colegio San Luis Gonzaga.

La primera ubicación del colegio estuvo en la actual plaza de armas, donde los jesuitas adquirieron cinco solares, dos de los cuales fueron obsequiados por los hermanos Cabrera Betancurdt (1739) y los otros tres comprados a los señores Juan de Toledo, Francisco García Toledo y Dn. Francisco Torquemada (1750 y 1760).

Iniciada la construcción, se componía de dos claustros, uno de ellos con diez aulas y el otro con ocho aulas (aquí existía una capilla, los salones de Gramática, Escuela de Leer, Refectorio y demás dependencias). Estaba este colegio bajo el cuidado de once frailes, siete sacerdotes y cuatro coadjutores. Así trabajó el Colegio los primeros años, brindando a los hijos de estos lares, el conocimiento del que eran poseedores esta orden religiosa.

Así trabajó el Colegio los primeros años, brindando a los hijos de estos lares, el conocimiento del que eran poseedores esta orden religiosa. Sin embargo, con la expulsión del Perú de los jesuitas acontecida en el año 1767, se paralizó el trabajo académico. Esta expatriación conllevó el repartijo de sus bienes del cual fue depositado en manos del Marqués de Torre Hermosa y entre los que figuraban haciendas en Ica, Palpa, Chincha, Cañete, joyería de la capilla y otros objetos de plata y pan de oro.

Posteriormente con la muerte del Marqués, asume el encargo su hijo el segundo Marqués de Torrehermosa, quien entrega el 30 de julio de 1772 los bienes del Colegio a la Junta de Temporalidades. Esta Junta opinó que esta institución educativa debía pasar a una congregación religiosa y en su opinión debía ser la de San Felipe Nery. Sin embargo, por opinión del Director General de la Junta de Temporalidades y del abogado de la misma institución, se cedió los inmuebles a los Mercedarios, quienes cayeron sobre el colegio como buitres, encargándose de depredarlos, vendiendo unos y

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adjudicándose otros a título personal. ¿Y San Luis? Según los historiadores locales, los Mercedarios lo dejaron en el abandono y sin funcionar.

Con la llegada de la República y el establecimiento del Segundo Congreso Constituyente en el año 1826, los iqueños elevan su voz de protesta exigiendo el restablecimiento del Colegio. Son pues los Diputados iqueños Dn. Juan Manuel Meza (nasqueño) y el Padre Carlos Pedemonte (pisqueño), los encargados de llevar el pedido a la sede del ejecutivo. Es gracias al reclamo de estos hombres se logró la expedición del Decreto Supremo del 1ª de junio de 1826 por el cual se fundaba el Colegio de Ciencias de Ica, el cual funcionó en el mismo local del otrora San Luis Gonzaga de los Jesuitas. Esta noticia alegró sobre manera a los iqueños, quienes celebraron estos resultados agasajando a ambos diputados con sonadas fiestas y condecoraciones. El Colegio de Ciencias entró en funcionamiento, siendo su primer Director el ilustre abogado Isidoro Caravedo, quien en su infatigable labor al frente de la institución buscó las rentas y su correcta organización.

Sin embargo, la gestión de Caravedo no fue del todo buena, pues en un arranque de “locura” propuso el cambio de nombre a “Instituto Bolivia” en homenaje al Libertador del Norte.

La Providencia no quiso que esto ocurriera y su propuesta sólo logró un paso corto por estas tierras, pues al cabo de su gestión y encargándose de la Dirección Dn. Mariano Fernandini, el 28 de abril de 1827, restablece el nombre de Colegio de Ciencias, sin embargo, en el quehacer popular la institución educativa jamás dejó de llamarse San Luis Gonzaga.

Durante la guerra con Chile, los invasores del sur en su osadía y desparpajo usan el local san luisano como cuartel de sus milicias, siendo éste mudo testigo de la barbarie desatada por. el enemigo en nuestras tierras. Una vez acabada la guerra por gestión de dos malos iqueños que dirigieron el Colegio, logran su cierre en el año 1880. Sin embargo y gracias al trabajo del Dr. Felipe Santiago Cayo y el esfuerzo conjunto de sus profesores, que trabajaron sin bonificaciones por algún tiempo, se logra la reapertura del histórico claustro educativo.

El 2 de octubre de 1886 se obtiene otro triunfo, la Presidencia de la República presidida por el General Andrés A. Cáceres, emite una Ley otorgándole a san Luis Gonzaga los bienes que eran propiedad de los Agustinos en Ica, Nazca y Santo Domingo de Chincha. Esta Ley permitió solucionar económicamente los problemas del Colegio. Cáceres, quizás no lo sabía, pero fue gracias a este documento expedido por él, que hizo de San Luis una de las instituciones educativas más ricas y prosperas del Perú.

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Es durante la gestión del Dr. Fernando León Arechua (1902 1922) que San Luis logra su apogeo en todo ámbito, la llamada “Época de Oro San Luisana”.

La población estudiantil día a día crecía gracias a la fama obtenida, y es debido a esto, que el viejo local de la calle Bolívar quedó pequeño para albergar a los estudiantes. Es así que durante la gestión de Fernando León, se construye un nuevo plantel para la sección primaria en el antiguo fundo “San Miguel” en terrenos que ocupa la actual urbanización que lleva el mismo nombre.

Durante el Gobierno del Presidente Odría, gracias a la Resolución Suprema del 27 de agosto de 1949, se dispone la Construcción del nuevo local para la “Gran Unidad Escolar San Luis Gonzaga de Ica” en terrenos que hoy ocupa.

La inauguración oficial se realizó el 16 de junio de 1951, siendo director el Dr. José Ignacio Vigil Dávila.

Actualmente el colegio se encuentra empobrecido económica y educativamente, por la pésima gestión de malos directores quienes sólo buscaron sus beneficios personales. De las propiedades de san Luis ya casi no queda nada. Es mi anhelo como iqueño que San Luis recupere su brillo y prestancia, para ser como otrora el orgullo de Ica y al sólo nombre del Colegio se abran las puertas de las mejores universidades para sus egresados.

En 1693 la iglesia de San Jerónimo disponía de dos mayordomos: de la parte externa correspondería al Bachiller Pedro Carbajo y del interior Don Juan de Montemayor. Cabe recordar que al mismo tiempo se edificaba la iglesia de Hanan, a la letra en una escritura de Avendaño decía: “ElcabildocomúndelpueblodeHanan,PascualRamos AlcaldedelpueblodelaConcepcióndeHananIca,Pascual y Uriquiche Regidor Mayor, Joseph Quijandría, regidor menor, Pedro Huasalquiche, procurador general de dicho puebloyPedroHernándezmayordomodelaiglesiadedicho nuestropueblo;Capitán.DonJuanChacaliazacobradorde tasaytributosyDonNicolásAnicamaCaciquePrincipal, hizo del gobernador de dicho nuestro pueblo Don Pedro Anicamahabitantesdeestepueblopornosyennombredelos demásquefuerendeldichocabildoyprincipalesdelydel comúndedichopueblocuyosnombresson:BartoloméRamos, DiegoRejas,Mayoral,DiegoQuijase,GonzaloQuijandría..., danpoderaPedroHuasalquicheProcuradorGeneraldesu puebloparaqueparezcaanteelExcelentísimoCondedela

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Monclova,tfirrey,GobernadoryCapitánGeneral:ypidasea suExcelenciaservidomandarleentregarlos2600pesosdea 8realesquesuExcelenciaalibradoparalafábricadela iglesiadedichopuebloyornamentosdesuiglesia.”

Este documento es muy interesante, porque no solamente permite reconstruir a la totalidad del personal de cabildo y a los integrantes del protocolo, sino sobre todo que prueba que la edificación de la iglesia estaba en proceso.

En el devenir histórico del siglo XVII, los pueblos mencionados en detalle continuaron creciendo tanto en población como en la fe católica, la que se transmitía a la descendencia conllevando a las edificaciones de nuevas iglesias, conventos y colegios.

La vida urbana se proyectó en el medio rural, por cuanto surgieron centros poblados que a petición de la feligresía iban consiguiendo disponer de templos y consecuentemente de escuelas parroquiales, que funcionaron de la mano de la iglesia. Personajes del gobierno local, así como religiosos no cesaron en visitar permanentemente los fundos y haciendas, informándose de las necesidades socio económicas, de salud y vivienda, para después elevar los pedidos ante el Virrey.

En mi investigación halle un documento en el que se hace notar el cauce antiguo del río Ica el cual me parece interesante anotar para poder de allí obtener algunas explicaciones sobre la abundancia de lagunas. Nos refiere el Dr. Julio Sánchez Elías textualmente:

“SegúnelhistoriógrafoDr.JoséFermínPolo(que)elrío corríaamásdeunamillaalsurdeCerroBlanco,seguíapor Lagunillas,Monzón,PampadelosCastillos(Guadalupe) faldadelCerroPrieto,Machacona,Latrayectoria,formaba una curva al sudeste de Comatrana, seguía al oeste de Cachiche,llegabaalJatohastamásdeunamillaalSurde Garganto,frentealabocatomadelcausedeSanAgustín, paraallicontinuarelcursodesuactualcause”.(Cuatro siglos de historia iqueña)

La iglesia de San Jerónimo recién fue estrenada el 29 junio de 1703, por impedimentos que se desconocen. En 1711, se ha encontrado registros que el templo de Luren se encontraba en plena construcción. Lorenzo Aquije

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Mayordomo de la Iglesia con los arriendos a Juan Aquije, logró la ampliación de un pedazo de tierras a favor de dicho templo.

La villa empezó a recobrar su pujanza y esto se ve reflejado en la construcción de sus templos, conventos y las nuevas calles que se abrieron para albergar a los nuevos ciudadanos que ya la habitaban. Me permito anotar el nombre de algunas de ellas las cuales anecdóticamente recibían el nombre de los oficios que en ella se realizaban, o por su cercanía a algún lugar destacado, es así como tenemos: la Calle de la Pescadería (actual calle Ayacucho), la calle Real (avenida Grau), la Calle del Río (calle dos de mayo), la Calle de los Naranjos (av. Municipalidad), la calle Botija Rota (calle Cajamarca), además de las calles nombradas de las Torres, Azucarería, calle de la Amargura y la Merced.

Se ha encontrado información que data de 1715, la cual hace referencia que ya funcionaba un colegio de los jesuitas, gracias al apoyo de Dn. Miguel Huamán y Dña. Antonia del Huerto, quienes fueron contribuyentes de tierras junto a la hacienda de San Jerónimo.

El año de 1723, se actualizaron las gestiones para la fundación de un monasterio de monjas y un colegio de Jesuitas más grande, influenciado por el General Clemente de la Mata y Haro, aportando cincuenta mil pesos para el primero y cuarenta mil para el segundo. El cabildo, en agradecimiento, lo nombró patrón de ambas fundaciones, y se le dio las gracias por la victoria que alcanzara inmortalizando su nombre como benefactor de obras.

En 1738 se levanta un censo para conocer la cantidad de habitantes y en 1743 el corregidor Joaquín Muñoz de Céspedes, escribe al Rey informándole del estado de la hacienda legada por Antonio de Vargas para el colegio y además de los resultados del censo cuya población osciló de ocho a nueve mil habitantes.

Para el año 1754 ya estaba en plena construcción la capilla de los jesuitas (la actual Catedral) en terrenos adquiridos de personas solventes en la parte sur oeste de la plaza de armas. Un detalle importante es que mensualmente se gastaba 91,916 pesos en material, mano de obra, acabados, rejas entre otros.

Por Real Cédula de 1767 dada por Carlos III Rey de España se ordenó la expatriación de los Jesuitas y la confiscación de sus bienes por mano del Virrey Amat, quien hizo cumplir la orden en Ica el 10 de setiembre del año en mención, cuando era rector del Colegio Jesuita el Padre Bernardino Castillo y existían cuatro padres adjuntos y cinco administradores de

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haciendas. Reemplazó en la administración y depositario de los bienes, el Marqués de Torrehermosa Juan Fermín de Apesteguía y Ubando. La Junta Superior de Aplicaciones, mandó entregar a los Mercedarios el local del colegio, la iglesia y los bienes que quedaban.

Estando en pleno ejercicio de recopilación de documentos para la elaboración del presente libro, me fue proporcionado desinteresadamente por mi maestra Elva Pérez Silva, hija del ilustre “Panchito” Pérez Anampa, una revista de vieja data, que ella conservaba entre sus innumerables recuerdos legados por su padre y atesorados por su persona.

El referido documento es una revista llamada “Tiempos” que data del año 1964 y que nos refiere la historia de la expulsión de los jesuitas de nuestras tierras y que a continuación paso a transcribir, lamentablemente por falta de espacio no puedo copiarla toda pero aquí les entrego los fragmentos más resaltantes:

“…Sesabepues,quecuandolaCorteregiadelametrópolis realdelaIberiasoberbia,ricaypoderosa,acordólaexpulsión delaComunidadJesuita,laordenescritaylacradavinoa América en el mayor y aparente secreto y con expresas indicaciones en los envoltorios, que por su forma no aparentabanelpeligroqueellosconteníanparalosPadresde laCompañíadeJesús.

LaCédulaRealquedisponíalaexpulsión de los Padres Jesuitas,tienefecha27defebrerode1767yellafuerecibida porlasautoridades,enprincipioconsorpresa,yaqueantesde estehecho,ningunacomunicaciónReal,habíaindicadofecha paraabrirseelsobreysucontenido,puesaestaCédulapor ello,selaconsideróycalificóendiversidaddeconceptos.Para unos,resultabaelotorgamientodetítulosdenobleza,para otros, el nombramientode autoridades yparalos más, la creacióndenuevos“cupos”.Asícreyerontodos,luegopues nadieimaginóqueloqueconteníaesesobre,ibaaresultartan explosivoytanpeligrosoparalaComunidadJesuita…

…Esesobrequealavistaerainofensivo,estuvoenlamesadel nobleseñorJuezEjecutorporespaciodemásomenosdos meses.Ytodoscuantosibanaldespachodelfuncionarioreal, lovieronylograronleerloquedecía“JuezEjecutordeIca”y

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alfinal“Paraabrirseel2deabril,alasdocedelanoche”… Como la comunicación en sí, aparejaba notoria seriedad y mucha sorpresa, el De Apesteguía y Ubando, también se dispusoaactuarconseñaladarigurosidad,puesalcumplirse lafechaenlaqueseabriríaelinocentesobre,sehicierontantos preparativosquecuandollególahora,sucasafuerodeada porcasitodoelRegimientoysujefe,porlosfuncionarios mayoresymenores,porelNotariodeSuMajestad,porel AlcaldeylosRegidoresyfinalmente,porlosvecinosnotables delaciudadquesedieronsorpresivacitaenlaPlazaMayor, zonaprincipaldeIca,endondeestabasuregiaresidencia…

…ElMarquésemocionado,procediópues,conelegantedaga abrirelmisteriososobre,quemientrasloteníaenlasmanos, todos los presentes con visibles muestras de inquietud, esperaronqueelMarquésleyeraeltextodelaCedula…La lecturadelaCédulaordenabalainmediatadetencióndetodos losfrailesdelaCompañíadeJesúsydespuéssurápida deportacióndeestastierrasdeAméricaenlaquehabíanvivido yactuadocercadetressiglos….

…ParatodoslosasistentesalactodelalecturadelaCédula Real,significóunrudogolpealossentimientoscristianosya lalealtadaCarlosIII.Unossequedaroninmóvilessin poderarticularpalabra,otros,seindignaronyprotestaronen vozalta…yelrestodelospresentes,blandiendosablesy dagasavanzaronresueltamentehacialamesadelsalóncon elfindedestruirlaCédula…Peroenmediodetodo,algunos omuchosdelosasistentes,recibieronconhalagolaordenanza deCarlosdeEspañaporquealhacerseefectivaseveríanlibres dedeudas,pueslosJesuitas,leshabíanextendidoprestamos dedineroaplazosfijos,quealtratarsededeportarlosdeIca, quedaríanindudablementeanuladosparasiempre.Unode elloseraelMarquésdeCampoAmeno…

Luego se produjo un griterío en la sala, españoles y mestizos…avanzaronhacialaPlazayfueronalaesquina deSanAgustín(ahoraLimayGrau)yvolvieronavivaralos

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delaCompañíadeJesús…SacudiendolacabezadonJuan Fermín,JuezEjecutordelarealorden,exclamó:“Caballeros estiempoquevuestrasmercedesmeacompañéisaapresara losfrailesdelaCompañíadeJesús”inmediatamentedelo dicho,lamiliciaarmadaformófilaysuJefesalióalacalle ylaemplazócondirecciónalColegio…

…Encabezandoeldesfile,omejordicho,elcortejo,ibael MarquésyelCapitándeArcabuceros.Todosenlaacera amplia, avanzaron y llegaron a la puerta principal del Colegio(calleBolívaryactualuniversidad),ymientrasla numerosacomitivatocabaelportón,losopositoresquehabían estadoenSanAgustíndesdelaotraesquinadelaPlaza (ahoraMunicipalidadyTacna),provocativamentegritaron atodopulmón:

¡Mueranlosservilesytraidores!¡VivanlosJesuitas!¡Abajo elRey!...entablándoseunadisputaquefueterminadacuando desdelapuertadelColegiosehizounacerradadescargade arcabuz que hizo que los conjurados de la esquina se parapetaranparacontestarconresoluciónyfirmeza…

LosJesuitasatemorizadosporladescargadearcabuz,se demoraronenfranquearlapuertaporloqueelCapitánvolvió a tocareinmediatamentese abrióel pesadoportón ylos indignospersonajes,calladamenteingresaronallocal.Todos, sinhablarse,creyeronquelosfrailesibanaresistirseoa llorar,perosedieronconlatremendasorpresadeencontrarlos formadosenfilaindiayacadaunoconsumaletaoun envoltorio en el piso junto a los pies… silenciosos y sin inmutarseoyeronlalecturadelaRealCédula…elNotario deSuMajestadfueelquepusofinatanangustiosasituación, diciendo:“Caballeros,quesecumplaaloquehemosvenido”

…ElDirectordelColegio,mirandoaApesteguía,repuso: procedavuestraSeñoríaydénosporapresadosquenosotros no alegamos, ni ponemos resistencia a su persona y autoridad”…Elarcabuceromayor…diolavozde¡marchen!

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y los frailes se movilizaron como viejos legionarios abandonandoelcolegio….Yaenlacalle,atravesaronla Plazahastalacárcel…

Lacasareclusiónestabaubicadaenlapartedeloqueahora es (fue) Oficina de Cobranzas de la Municipalidad… ApesteguíayUbandoysucalladoséquito,queunavezenel interiordecárcel,dijoalJefedelestablecimiento:“Entregoa vos,oncefrailesdelaCompañíadeJesús,hoyes2deabrilde 1767porordenexpresadeSuMajestadCarlosIII…este trajínquecomenzóalasdoce,reciénterminabaalastresy mediadelamañana…

Ica en esos días, no poseía y un centro de cuento y de “revuelto”,puesnoteníaunMercadoqueesdondesehablade “todo”yseconocelossecretosdelapoblación,peroacambio deaquello,disponíadesuPlazaMayorendondereunirsey comentarlosgrandesypequeñoshechosqueacaecían.Elaviso delosrebeldeshizoquecasitodoslosmoradoresdelaciudad sereunieranenlaPlazaparacontemplarelcasodelosfrailes detenidos… El Corregidor (se cree que era Don Francisco MaldonadodeRobles),convencidodequeelcasoerapeligroso ypodíadegenerarenunlevantamiento,ordenóqueelpenaldel Portal(llamadoasíporqueseencontrabaubicadoenuna zonarodeadadeportalesensufrontis(Notadelautor)fuera “dosvecesreforzado”.Lagenteibaaumentandoyapenaseran lassietedelamañana.UnosllegabanalaPlazagritando, otrosveníanarmadosdealabarda,arcabuzyespadas.

Eramediodía,ylosvecinosnoabandonabanlaPlazaymás bien,gentedecampiñaseacercabaaellaqueantetalhecho peligroso, vinieron Padres Agustinos y Franciscanos a apaciguarlaturbulenciadelosreunidosquesepreparaban paraasaltarlaCárcel…Nadapodíalograrseysuavemente avanzabaeltiempo…enlaplazadearmaslagenteyaiba retirándose…yaeracasilahoradeOración.Lacasadel Marquésylaotradelcabildo,eranlasúnicasqueteníanlas puertasabiertasyarcabucerosquelaresguardaban…

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DosdíasteníanlosfrailesenlaCárceldelaPlazaMayory losotrosapresadosenlasHaciendasdeSanJosé,SanJavier yenNazca,nollegabanaIcayesoyaestabainquietandoa losencargadosdejuntarlosyexpulsarlosdeestaciudad… alhacersuingresoaIcalosclérigos…hizorecrudecerlas protestas de la población, formándose un tumulto que pretendióimpedirelingresodelostraídosdelacampiña.Con arcabuzyalabardaenmanolossoldadoslograrondominar elalzamiento…

ElMarquésyelGobernadorfueronalacárcelparasaber cuantosclérigoshabíanllegado…allíenelpatiodelaprisión estabanveintitrésPadresdelaCompañíadeJesús…Eljuez Ejecutordirigiéndoseatodos,lesmanifestó:“Yadebensaber suspaternidadesqueacercándoselahoranonatendréisque salir hacia Pisco en donde se encontrarán con sus otros hermanosdeChincha, Huarco(Cañete) yPiscoparaser llevadosalCallaoyquedaralaordendelVirrey”…Hecho elacuerdo(dequemediousarparallevarlosasudestino), llamaron a Don Casimiro Medina para contratar cuatro carretonesquedebíanestarexpeditosparaellargorecorrido ypuestosenlaPlazaalasdocedelanoche…

Amasomenoslasochodelanoche,JuezyGobernadorse dispusieron a realizar minucioso recorrido por el pueblo, saliendodelaPlazaporlacallederecha(hoycalleLima)… entrepaseoypláticaenlaPlaza,yaestaballegandolahora del embarque y ambos personajes iban mostrándose su nerviosidadquecuandoMedinaysuscarretonesentraronala Mayor por la esquina de San Agustín se quedaron inmóviles…Comoyalosfrailesestabandispuestos,eljuez ordenólasalidadelosmilitaresalacalle,procediendoestos aacomodarsuscaballosymontarinmediatamente…

…Encabezandolafiladeveinticuatropersonas,elprimeroen subiralcarretón,fueelPadreSuperiorydespuéslosotrosse acomodaron en el resto de carretas… Partió la caravana silenciosamenteyeranyamasomenoslasdoceycuarenta minutos, quedando el Juez Ejecutor y el Justicia Mayor, parados enla esquina(hoy Municipalidad),mirandola

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salida de las carretas que iban por la calle polvorienta (Tacna)hastaquedoblaronalaotra(Arequipa)yluego dejaronlaciudad.¡Amanecióel5deabrilde1767…!Fecha memorableenquelosprimeroseducadoresdelpueblosevieron obligadosamarcharaldestierropormandatoexpresode Carlos III… el 2 de abril, díadel apresamientode los jesuitas,siempreservirádemotivopararecordarsugestión educadoraysuactividadagrícola,puesfueronelloslosque “aderezaron” las tierras labrantías de todo nuestro Departamentoylosquedejaronestablecidaunaindustriade vinosyaguardientesquedieronfamaaIca…

Oscar Calmet Altamirano

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La expulsión de los jesuitas, dejó a los iqueños sin su amado colegio, pues nadie se encargaba ya de él. Según registros de la época se encontraba descuidado al paso de los años, hasta que, en 1772 a la muerte del primer Marqués de Torrehermosa, su hijo y heredero, el segundo Marqués, abandona ante la Junta de Temporalidades la encargatura de la administración de los bienes de los jesuitas. Estos inmediatamente los ceden a los sacerdotes mercedarios para que tomen posesión de todas las propiedades, incluido el colegio San Luis Gonzaga.

El 31 de julio de 1786 se inició la construcción del Hospital de Santa María del Socorro. Por Real Cédula del 20 de setiembre de 1789, se da la autorización a Doña Josefa Cordero para que pueda fundar y construir por sus propios peculios una casa hospital para mujeres en la villa de Ica. Se levantó sobre parte de un potrero cedido por el Marqués de Campo Ameno. Este hospital fue arruinado por la última inundación de 1998 y destruido totalmente por el sismo del 15 de agosto de 2007.

La capilla estaba dedicada en honor a la santa española María de Cervellón apodada “la del Socorro” por ser muy caritativa y bondadosa; y bajo la advocación de la Virgen del Tránsito.

Al concluir el Siglo XVIII, Ica había configurado características de una floreciente ciudad colonial de gran importancia, al ampliarse las áreas de cultivos se incrementó el comercio con la Ciudad de los Reyes y con las intendencias vecinas, al exportarse por sus puertos la producción vitivinícola de las haciendas de este valle.

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Oscar Calmet Hospital Santa María del Socorro (Cortesía “El duende de Pisco)

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Los maestros botijeros de Ica

Es común ver en Ica y en algunas partes del Perú, las tradicionales botijas que sirvieron para almacenar y trasladar mostos, vinos y nuestro afamado pisco, lo vemos como objetos decorativos principalmente en bodegas, restaurantes y hoteles. Pero que historia de décadas y siglos encierra cada una de ellas, todo lo que han pasado para llegar a donde están.

Éstas existieron en estas tierras desde el inicio de la vitivinicultura en el virreinato peruano.

Inicialmente fueron importadas las botijas peruleras de España con vino, y muy pronto, fueron confeccionadas en el Perú. Durante el proceso sufrieron una serie de modificaciones en sus proporciones, forma y volumen, desde que se empezaron a confeccionar en Ica y otras partes de la costa peruana.

Inicialmente eran pequeñas y oscilaba su capacidad en una arroba, pero muy pronto, ante la creciente producción de mosto, vino y aguardiente (pisco), se necesitaba recipientes adecuados para envasarlos y transportarlo, aumentando así de capacidad, al límite tolerable que podían movilizar y manipular los indígenas y esclavos, así como de los animales de carga para trasladarla a los diferentes destinos, principalmente al puerto de Pisco.

El tamaño que se estandarizó y oficializó para el pisco fue la medida iqueña, de 6 arrobas (72 litros aproximadamente) que tomó el nombre de botija “pisco” o “perulera” y que contribuyó a la denominación de nuestra bebida nacional como tal “pisco”.

Para la confección de estas botijas en sus inicios contribuyeron artesanos de España, pero rápidamente dominaron la técnica nativos o mestizos y contribuía las tierras de la región que tenían innumerables canteras de arcilla y disponían de arena y gran cantidad de guarangos para su cocción; lo que permitió que por varios siglos se confeccionaran decenas de miles de ellas, las que normalmente eran entregadas con la venta del producto aguardiente pisco y vino. Su proceso de confección era largo, laborioso, peligroso y un trabajo con un alto grado de especialización por lo cual esta

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labor artesanal recaía en personas con amplia experiencia y dominio en estas técnicas llamados “MAESTROS” y sus discípulos “OFICIALES”.

Actualmente y lamentablemente ya no existen vivos ninguno de ellos, las botijas fueron confeccionadas por última vez en las primeras décadas del siglo pasado.

Lo expuesto me motivó a querer saber más de ellas y valorar su historia, y de ser posible, conocer quien fue su hacedor, por lo cual espero contribuir con un granito de arena refiriéndoles el nombre, año y hacienda o bodega en la que trabajaron maestros y oficiales botijeros que pude recopilar leyendo algunas obras, información que me sirvió para identificar algunas botijas que tengo y espero les pueda servir a otras personas que tengan botijas con símbolos, abreviaturas o nombres.

Entre las obras principales leídas de las que pude extraer y ordenar la información al respecto están: El Catálogo “Exposición documental Entre viñedos y botijas: Producción, consumo y comercio del Pisco 1568 2013” del Archivo General de la Nación de 2015. “Manos de obra indígena en las haciendas jesuitas de Ica Perú 1767 1800 por Hilda Barentzen. “La vid y el vino en la costa central del Perú, siglos XVI y XVII” Ana María Soldi 2006.

He respetado la escritura de las obras referidas.

MAESTROS Y OFICIALES BOTIJEROS:

PEDRO SANCHEZ ALBO, alfarero quien fue traído del valle de Vitor, impidiéndosele regresar a España para enseñar a labrar tinajas y botijas por el año 1569. En 1591 1592 se obliga a favor de Cristóbal Espinoza por 600 botijas vacías 1592, 1593 en su botijeria se obliga a favor de Francisco de Xuaraya y Cristobal de Aguetumi, por 500 botijas empegadas.

JUAN BAUTISTA SANCHEZ, 1588 (podría ser Juan Sánchez), se obliga a entregar a Simón Rodríguez 1500 botijas nuevas, si se rompiera alguna se la cambiara, Villa de Valverde, valle de Ica.

JUAN SANCHEZ, 1590, botijero se obliga a entregar 200 botijas vacías a Lope Sanchez.

FRANCISCO DIAZ DE GUEVARA, 1590, se obliga a entregar a Fernando de Paredes 1,200 “Botijas vacías empegadas y bien condicionadas”.

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ANTONIO PEÑA, 1590 debe a Francisco Alegre botijas

PEDRO DE LAS CASAS GRIJALVA, 1590 debe a Francisco Alegre botijas

BATAZAR DE LOS REYES, 1590 debe a Francisco Alegre botijas FRANCISCO ALEGRE, 1590 compro una casa a Simón Rodríguez de Acevedo e Isabel Muñoz, por el precio de 3,226 botijas vacías

DIEGO PEREZ, 1591 era botijero y compraba a Antonio de los Ríos 200 quintales de pez de Guaturo, para empegar botijas

EUGENIO DE SOTO 1591 quien tenía un obraje de hacer botija vendía a Gaspar de Cueva, 1000 botijas vacías, empegadas con pez de Avila de Guaturo, a entregar 1000 en navidad 1591 y 1000 en navidad de 1592

SALVADOR ORTIZ DE ZUÑIGA, 1591 su socio Juan de Santa Cruz trabajaban en el obraje de hacer botijas que tenían en el valle, hasta 60 por día. 1593 se obliga a pagar 100 pesos de plata a Eugenio de Soto por 200 arrobas e tinaja en blanco, junto con García de Córdova. Fue maestro de Sebastian Hernandez oficial botijero en 1597.

GARCIA DE CORDOVA, 1593 se obliga a pagar 100 pesos de plata a Eugenio de Soto por 200 arrobas e tinaja en blanco, junto con Salvador Ortiz de Zuñiga.

JUAN DE SANTA CRUZ, 1591, 1593 oficial de hacer botijas, se asentaba con Salvador Ortiz de Zuñiga por espacio de un año para trabajar en el obraje que tenía en el valle labrando cada día 60 botijas y entregándolas "talladas y horneadas".

BALTAZAR CORONEL, 1596 le vendió a Juan Vélez 200 botijas nuevas empegadas para entregarlas en 1597.

PEDRO PARRAGA, 1596 oficial de hacer botijas se asienta por un año para asistir al obraje que Hernando de Paredes tenía en su chacra de viña. 1597 hacia el mismo convenio y le pagarían 450 pesos al año.

HERNANDO DE PAREDES, 1596 tenía un obraje en su chacra de viña, se asentó en ella Pedro de Parraga oficial de hacer botijas por un año.

Oscar Calmet Altamirano

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SEBASTIAN HERNANDEZ, 1597 oficial botijero, su maestro Salvador Ortiz de Zuñiga, se obliga a trabajar en su obraje de hacer botijas que tiene en el valle de Ica por 4 meses, por producir 60 botijas torneadas a 200 pesos.

EUGENIO DE SOTO, 1598 se hacían muchas escrituras a su favor, reconociéndose deudas por venta de cantidades de botijas nuevas y empegadas. Periodo 1767 a 1800

HILARIO MITANTA, 1773 oficial botijero para San José de Nazca.

LAUREANO TOLEDO, 1767 maestro recibió 858 pesos por 680 botijas labradas, nuestra Señora de Belén (anexo Chavalina), 1769 se encontraba en la hacienda San Ignacio de Humay labrando 700 botijas.

MARIO MITANTE, 1769 labrador de botijas, nuestra Señora de Belén (anexo Chavalina).

JOSEPH GUAMAN, 1769 labrador de botijas, nuestra Señora de Belén (anexo Chavalina).

ALEJO VENTURA, 1769 labrador de botijas, nuestra Señora de Belén (anexo Chavalina).

GABRIEL REJAN, 1769 labrador de botijas, nuestra Señora de Belén (anexo Chavalina).

BALTAZAR AQUIJE, 1769 labrador de botijas, nuestra Señora de Belén (anexo Chavalina), 1772, 1773, 1774 botijero Hacienda Santa Teresa de Jesús (Macacona).

ANDRES CHUTU, 1769 labrador de botijas, nuestra Señora de Belén (anexo Chavalina).

ANDRES GUAMAN, 1769 labrador de botijas, nuestra Señora de Belén (anexo Chavalina).

ANDRES MUÑANTE, 1770, 1771, 1772 maestro botijero indígena, nuestra Señora de Belén (anexo Chavalina).

FRANCISCO GUAMAN, 1770, maestro labrador, nuestra Señora de Belén (anexo Chavalina).

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JOSE GUAMAN, 1771 maestro botijero indígena, nuestra Señora de Belén (anexo Chavalina), puede ser el mismo maestro que figura como Joseph Guaman.

JOSEPH GUARNAN, 1770, maestro botijero hacienda San Jerónimo, 1771 (es botijero libre) y 1772 es botijero hacienda San Jerónimo, 1773 botijero libre. nuestra Señora de Belén (anexo Chavalina), ANTONIO PURILLA, 1770, hacienda San Jerónimo. PEDRO CHOQUE, 1772 botijero Hacienda Santa Teresa de Jesús (Macacona).

Cortesía: Lic. Viviana R. Jhong Guillen

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Nobleza Virreinal

Durante la etapa Virreinal, nuestra ciudad, estuvo habitada por familias de rancio abolengo que dieron el realce y renombre a la noble villa de San Jerónimo de Ica, siendo un lugar que acogió a hidalgos y caballeros de la Orden de Santiago, Maestres de Campo, Capitanes, Marqueses y demás importantes personajes que encumbraron la aristocracia perulera.

Quiero compartir con ustedes información de dos de los marqueses que nos acompañaron casi a finales del siglo XVIII.

1° El Marqués de Campo Ameno.

Título otorgado por el Virrey, Conde de Superunda en virtud de las Reales Cédulas de 30 de abril y 14 de setiembre de 1741 y 19 de junio de 1748, en favor de Dn. Alonso González del Valle y Otero, vecino de Ica, a 30 de octubre de 1753. Sucedióle en el Marquesado su hijo Dn, Alonso González del Valle y Apesteguía, Caballero de la Orden de Carlos III. Según cuenta una tradición de Ricardo Palma, este marqués se caracterizó por ser opulento en riqueza y derroche.

Actualmente el título no se ha perdido y está en posesión del español Dn. Fernando Pérez Ullivarri y Fernández Corugedo.

2° Marqués de Torrehermosa.

El conde de Superunda, a 14 de Abril de 1753, otorgó este título a D. Juan Fermín Apesteguía y Ubago, vecino de Lima. (Juez Ejecutor de Ica) Lo heredó su hijo, D. Juan Fulgencio, quien casó en Lima con Da. Juana de Herce y Dulce. Este fue el marqués que siguiendo la Real Cédula de 1776 expulsó a los Jesuitas de Ica.

El título fue rehabilitado en 1891 siendo Regente de España la Reyna Madre, María Cristina de Habsburgo Lorena. Actualmente el marquesado está en posesión de María de la Macarena López Roberts Derqui.

Fuente: Títulos nobiliarios en el Perú de Rubén Vargas Ugarte

Oscar

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La cuota iqueña a la independencia

La historia nos recuerda el fuerte terremoto del 30 de mayo de 1813 que causó graves daños materiales y personales, al que la población bautizó como la “Ruina de San Fernando” por ser ese mismo día fecha del cumpleaños del Rey Fernando VII. Se vinieron por tierra la iglesia y el convento de la Merced, quedó destrozada la iglesia matriz de San Jerónimo y como no podían celebrarse los oficios religiosos allí, se improvisó una barraca con honores de capilla en su frontis, lugar a donde fue trasladada la imagen del Señor de Luren. Esta barraca permaneció en pie hasta 1824, año en que Simón Bolívar ordenó su destrucción.

En esta región como en las demás el pueblo sintió las influencias de la ilustración en procura de la independencia demostrada antes por los Estados Unidos de Norte América y Francia. La población participó activamente desde los primeros momentos planificando y coordinando acciones con los patriotas de Lima en base a las noticias del Ejército Libertador del Sur que se aprestaba a zarpar de Valparaíso rumbo a nuestro territorio y mayor fue la demostración de dinamismo y participación cuando se señaló nuestras costas para el desembarco de los libertadores.

La ciudadanía iqueña y de los centros poblados de la provincia mostraron desde el inicio no solamente algarabía y júbilo por tener cerca la presencia del General San Martín y su valiente ejército sino sobre todo porque veían que el amanecer a la libertad muy pronto llegaría con el esfuerzo y pundonor de los hijos de estas soleadas tierras.

Próceres Iqueños

Es de necesidad imperiosa mencionar, aunque brevemente, la participación iqueña en la gesta de la emancipación. Hombres y mujeres que ofrendaron su cuota de sangre para lograr la libertad del yugo español que nos oprimía.

Oscar

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Debo agradecer la información recibida de manera desinteresada del Mg. Juan Carlos Romani quien en sus años de investigación histórica logró recuperar del olvido nombres de héroes olvidados por la ingratitud del tiempo y la fragilidad de la memoria regional para con sus hijos, pero cuyo patriotismo fue probado en el horno de fuego y salieron refulgentes como el oro macizo. ●

CAYETANO QUIROZ: Patriota afroperuano nacido en una hacienda de Ica, jefe de los jefes de guerrilleros o montoneros patriotas. Fue el brazo ejecutor del Generalísimo San Martín quién lo trataba con el respeto que se le debe al guerrero. El bravo iqueño Cayetano Quirós, combatió a las fuerzas realistas durante dos largos años, siendo vencido y vencedor muchas veces.

El zambo Quirós fue perseguido, capturado y finalmente fusilado en la plaza de armas de Ica, el 5 de mayo de 1822.

AGUSTINA ANTOÑETE: Nacida en el distrito de San Juan Bautista. Hija de inmigrantes franceses. Su familia fue masacrada y su hacienda saqueada y destruida por el Ejército Virreinal. Luego del desembarco de San Martín la joven hacendada iqueña, entregó sus bienes, su dinero, sus armas, sus poderosos caballos peruanos de paso, sus trabajadores; a la causa libertadora. 

En 1822, ocultó a las fuerzas patriotas en su hacienda de San Juan Bautista, posteriormente fue encarcelada en la hacienda de Chavalina, traicionada por algunos vecinos realistas. Fue condecorada por el Protector don José de San Martín, por sus valiosos servicios a la Patria.

● ANTONIO ELEJALDE: Nacido en Ica en 1801. Entró al ejército realista, como alférez, el 23 de noviembre de 1819, desertó y pasó a las fuerzas patriotas, al Regimiento Granaderos del Perú (ex Escuadrón de Caballería Auxiliares de Ica), y al Granaderos de los Andes, luego al Escuadrón Dragones de San Martín.

Con el general Álvarez de Arenales, participó en la batalla de

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Ica. Hizo las campañas de Junín y Ayacucho, y participó en las batallas del mismo nombre, el 6 de agosto y 9 de diciembre de 1824, sus jefes acreditaron que tuvo un valor extraordinario en el campo de batalla.

Macacona

En 1827 lo ubicamos como ayudante mayor del segundo escuadrón del Regimiento Húsares de Junín.

● MANUELA CARBAJAL: La iqueña Manuela Carbajal, donó su fortuna a la causa de la independencia y sirvió de vínculo entre la expedición libertadora y los patriotas. Fue condecorada por el Protector don José de San Martín, por sus valiosos servicios a la Patria.

LA FAMILIA CARAVEDO

LORENZO CARAVEDO GARCÍA DE LOS REYES, el patriarca de la familia, nacido en Ica y propietario de una hacienda en el actual distrito de San Juan Bautista. Maestre de Campo en tiempos de la colonia española. Con la llegada de San Martín, organizó un regimiento de caballería de milicias cívicas, con su familia, sus trabajadores y sus vecinos, y viajó a Pisco, a enrolarse al Ejército Libertador. Fue traicionado por otros vecinos realistas y fusilado por el temible oficial español, José Ramón Rodil, en la plaza de armas de Pisco.

ISIDORO CARAVEDO ÁLVAREZ, hermanastro del patriarca Lorenzo Caravedo. Integró el regimiento de caballería de milicias cívicas de Ica, y viajó con su hermano al cuartel general de Pisco. Contribuyó con dinero, armas, hombres y caballos peruanos de paso, preparando al lado de San Martín, la formación y creación del legendario Escuadrón de Caballería “Auxiliares de Ica”, la primera unidad del actual Ejército del Perú. Don Isidoro Caravedo combatió contra el Ejército Virreinal, el 26 de noviembre de 1820, en la pampa de Yauca, cerca al Santuario de la Virgencita del Rosario de Yauca, y dirigió la retirada hasta Huancayo. El 29 de diciembre de 1820, al mando del regimiento de caballería e infantería de Ica, y al lado del capitán argentino, fraile y soldado José Félix Aldao, y con los bravos campesinos

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wankas, hicieron frente a las fuerzas realistas. Fueron traicionados y tuvieron que retirarse a Jauja. En 1822, San Martín, cambió el nombre de escuadrón “Auxiliares de Ica”, por el de “Granaderos del Perú”, en mérito a su arrojo y valentía de enfrentar a fuerzas numéricamente superiores. Don Isidoro Caravedo terminó su carrera de Derecho, obtuvo alto rangos militares y fue congresista de la República por Ica.

BALTAZAR CARAVEDO LOYOLA, hijo de Lorenzo y sobrino de Isidoro. Combatiente en las filas del Ejército Libertador, vencedor en Junín, Ayacucho (1824) y en la toma de la fortaleza del Callao (1826). Prócer de la Independencia.

MIGUEL CARAVEDO LOYOLA, hijo de Lorenzo y sobrino de Isidoro. Combatiente en las filas del Ejército Libertador, vencedor en Junín, Ayacucho (1824) y en la toma de la fortaleza del Callao (1826). Prócer de la Independencia.

JUAN JOSÉ LOYOLA, cuñado del patriarca Lorenzo Caravedo. Combatiente en las filas del Ejército Libertador, vencedor en Junín, Ayacucho (1824) y en la toma de la fortaleza del Callao (1826). Prócer de la Independencia.

Así como ellos, cientos de patriotas iqueños cuyos nombres han quedado extraviados, sin embargo, va hasta la eternidad a nuestros hermanos en póstumo homenaje por su valía en defensa del suelo patrio.

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En Ica nació la patria

Tan presto se produjo el desembarco el Libertador despachó emisarios a Lima para negociar con los delegados del Virrey Joaquín de la Pezuela las condiciones del destino del Perú, por considerar que había que ganar tiempo antes que el enemigo adoptase una actitud de lucha frontal. Tal es así que simultáneamente conociendo que tropas españolas que habían venido operando en Pisco se habían refugiado hacia el sur con dirección a la ciudad de Ica disponiendo que el General Álvarez de Arenales antes de internarse a la sierra acudiera a ir en busca de Quimper, más tarde logra cogerlo en el valle de Changuillo (Nazca), acción significativa por ser la primera batalla victoriosa por la libertad que se realizó en el Perú.

Posteriormente, Álvarez de Arenales se interna a la sierra, para cumplir las órdenes de San Martín, consiguiendo independizar a su paso a las poblaciones y evitar que los ejércitos realistas se reconcentraran para desviarse hacia Lima, convirtiéndola en una ciudad inexpugnable.

El 17 de octubre de 1820 Juan José Salas daba cuenta a San Martín de lo siguiente: “Mi agraciado Señor General teniendo a la vista en su contestación que ya está jurada la independencia con mucha solemnidad y satisfacción del pueblo como oficialmente se ha comunicado a esa superioridad y consta del acta celebrada que sólo se circunscribe a la corporación municipal, se extendió efectivamente a la corta porción del pueblo que en aquel acto se pudo congregar porque la emigración de vecinos no permitió más por entonces”

Dicho acto merece ser analizado ya que al partir de Pisco la expedición de Álvarez de Arenales el 4 de octubre de 1820 con más de mil doscientos hombres para tomar la ciudad de Ica, y más tarde la batalla de Changuillo. Los patriotas abandonaron la ciudad probablemente al atardecer del mismo día, quedando así casi desguarnecida salvo las principales familias que buscaron un lugar seguro ante las probables acciones que habían de realizarse con el ejército enemigo. Según los escritos de Juan José Salas las

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tropas libertarias ingresaron el 6 de octubre, es muy posible que la jura de la independencia se realizara el 5 de octubre y se comunicara en forma oficial al generalísimo San Martín.

Cierto es que dicho documento no ha sido hallado ni el acta edil a que se hace mención; no cabe duda que el acto se realizó, pero al no tener la resonancia psicológica que se buscaba ordenó que se repitiera, ello reza en su carta del 17 de octubre. El 20 de octubre Salas escribía a San Martín:

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No cabe duda que de acuerdo a la misiva cursada por Salas al General San Martín la ciudad de Ica juró su independencia dos veces, la primera después que Arenales partió hacia el sur de Ica después del día 8, y el acto del día 21 donde se repitió la proclamación.

Los documentos históricos demuestran que la ciudad de Ica fue el primer pueblo peruano que juró su independencia, demostrando sus habitantes sus nobles sentimientos de patriotismo y apoyo al ejército libertador liderado por el Generalísimo San Martín. Vale acá hacer recordar los nombres de algunos patriotas iqueños que aportaron con su sangre una noble contribución a la gesta de emancipación, tal como fue el caso de Juan Pablo Fernandini, Juan José Loyola, Fermín del Castillo, Antonio Elejalde, entre muchos.

En los años subsiguientes en el pueblo de Ica, así como los pobladores de los distritos, mantuvieronse ocupados en su afán de proporcionar el apoyo necesario a las huestes libertadoras y muchos de ellos se enrolaron en la expedición de Álvarez de Arenales, recorriendo las alturas de Ayacucho y sierra central en apoteósica marcha, destruyendo a gran parte del ejército del General Realista O’Really.

Al concluir la gesta emancipadora y pasar a los primeros años de la república, la población de Ica continuó con su ritmo de vida cotidiana que iba desde el esforzado trabajo en el campo hasta el compás de las actividades políticas, sociales y religiosas de la ciudad, donde las fiestas de los santos patrones concentraban la presencia de la feligresía plena del campo y la ciudad. Participaban fervorosamente las familias presentando sus ofrendas a los santos de su devoción.

Ica, por su ubicación geográfica en la Costa Sur Central nunca fue ajena a los movimientos de cariz político de los caudillos militares que pugnaban por imponer sus ideales liberales o conservadores, y que a costa de derrotas al contendor, llegaban a la Presidencia de la República.

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Juan José Salas ¿patriota o realista?

La historia de la independencia del Perú está plagada de contrastes y de sombras. Se debate entre aquellos que celebran y festejan la presencia de San Martin y Bolívar como héroes esperados y mesías anhelados, en busca de una independencia que se reclamaba a gritos. Por otro lado, los pro hispanistas que aseveran que esta independencia fue más bien, el peor desastre que nos tocara vivir y que fuimos llevados, casi casi arrastras a ella, obligados como con cuchillo en el cuello.

En base a estas dos posiciones las dudas se caen solas ¿La independencia fue concebida o concedida?, al igual que el resto de América ¿El Perú deseaba ser libre del dominio y vasallaje español? Y en nuestro caso muy particular ¿Ica deseaba el "privilegio" de jurar su independencia?

Debemos tener en cuenta algunos datos que nos servirán de antecedentes a lo que tratamos en este punto:

1ª El Ejercito Real del Perú, fundado por el Virrey Fernando de Abascal en 1804, formado casi en su totalidad por peruanos y que sofocaron las insurgencias de Chile, Quito y el Alto Perú (1810 a 1816). Es este mismo Ejercito que enfrenta a las tropas San Martinianas y Bolivarianas. No es un ejército compuesto por españoles, todo lo contrario, la cuota peruana llega hasta el 80%. Por lo que podemos afirmar que las guerras de independencia en el Perú, fueron fratricidas. Una especie de guerra civil.

2ª Las Cortes de Cádiz. Invadida España por el ejército Napoleónico, dieron origen a esta Asamblea Constituyente, en la que participaron como iguales los peninsulares, así como los españoles americanos. Cabe mencionar que los beneficios que recibirían los americanos eran muchos, por ejemplo, el ser tratado como ciudadanos españoles y el acceso a cargos públicos “los criollos peruanos aceptasen complacidos el nuevo sistema político, al conllevar el sistema constitucional la «democratización» del

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acceso a una serie de nuevos cargos públicos por la vía electoral con el consiguiente ascenso social.”

(El impacto de las Cortes de Cádiz en el Perú. Un balance historiográfico por Víctor Peralta Ruíz)

¿Creen que a los ricos y nobles peruleros no estarían ansiosos de disfrutar de estos nuevos privilegios? ¿No estarían más bien con la esperanza de volver a restablecer la gloria del Perú de la época de los Austrias con todo lo que ello significaba? ¿Por qué embarcarse en ese en un sueño de opio llamado independencia? ¿La república les ofrecía nuevas gollerías? ¿Qué les garantizaba que no lo perdieran todo? En el libro “El miedo en el Perú” se nos dice:

“Es necesario acotar que los vecinos de Lima no estaban bien dispuestos a un cambio político. La nobleza limeña era la primera en oponerse al cambio, no solo por fidelidad al Rey sino por intereses económicos… ”

¿Y los ricos y nobles provincianos que opinaban? En el caso de Ica ¿los hidalgos estarían dispuestos a jugársela por esta nueva moda llamada independencia?

En el caso iqueño hay mucho pan que rebanar. Es cierto que hay familias que apostaron por este sueño, pero también hay otras que permanecieron fiel a la corona realista. Nos tocará ver el caso de un “hijo ilustre” de nuestra tierra, Juan José Salas Bernales.

Si bien, se sabe que se sumó a la causa independentista, su actuación no fue del todo clara, ya que, si bien marchaba enarbolando la causa libertaria, por otro lado, se le encuentra carteándose con los realistas informando todo lo que hacían en su bando. Una especie de estar bien con Dios y el diablo. Como gobernador (o alcalde si lo prefieren) observó que los iqueños se mostraban temerosos y vacilantes, a tal punto que en carta dirigida a San Martin con fecha 20 de octubre de 1820, declara que la jura de la independencia “se circunscribe a la corporación municipal, se extendió efectivamente a la corta porción del pueblo… porque la emigración de vecinos no permitió más por entonces”. Esta circunstancia hace que Salas, vuelva a cartearse con los realistas y proponer la nueva ocupación política

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de la ciudad de Ica. Al parecer dicha carta fue interceptada lo que lleva a su destierro en Chile acusado de traidor.

El reconocido historiador Juan José Vega afirma y tilda a Juan José Salas de traidor. Que los iqueños ni siquiera deberíamos mencionarlo como un héroe de la independencia y sacarlo del panteón de los héroes.

El Dr. Eduardo Morón en su libro titulado “Salas, patriota fugaz traidor intermitente” refiere que el "patriota" iqueño, General Salas mientras se presentaba a San Martín se carteaba con el Virrey y pasaba información de tropas y movimientos al Coronel español Quimper jefe de la plaza iqueña.

¿Entonces? ¿Fue un traidor merecedor del repudio público y no un héroe digno del pedestal que al que se le ha elevado en la historia local? En mi modesta opinión, fue un hombre de su tiempo, con los miedos de un nuevo proceso que se abría.

El miedo a la independencia era generalizado, los criollos y los españoles veían en la figura de los patriotas a sus peores temores. Masones y anticristos. Enemigos del orden existente. La posibilidad de perder sus riquezas, propiedades y aún la vida misma como parte de la represalia de quienes conformaban el grueso del ejercito San Martiniano, negros e indios.

Estos aristócratas buscaban una negociación que les permitiera continuar con sus privilegios, quizás una monarquía liderada por un rey español, un gobierno liderado por un noble criollo, la continuidad del virreinato, lo que sea, con tal de lograr una estabilidad que les permitiera continuar con sus privilegios y gollerías.

“Hall hace una notable apreciación sobre los sentimientos que embargaban a los vecinos de Lima al escribir que era imprescindible guardar la máxima circunspección al tratar con ellos. Califica a los vecinos de Lima como gente desconfiada y afirma que el miedo a la ruina y la miseria, y la falta de sinceridad y confianza se explicaban por el estado de guerra civil en que se hallaban.”

Fuente: El miedo en el Perú. Claudia Rosas Lauro (editora)

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Por otro lado, a los que apoyaban la independencia, nada les garantizaba que San Martín ganara la guerra. Las tropas del Real Ejercito del Perú, permanecían intactas en la sierra sur y superaban largamente a las traídas por el libertador. Podría perderlo todo, incluida la vida y la de su parentela.

Ya sabía cómo castigaban los españoles la traición, aún estaba bastante fresco el ejemplar castigo al curaca cusqueño José Gabriel Túpac Amaru.

Su actitud no era extraña entre los nobles peruanos. Lo vemos algún tiempo después en el primer y segundo presidentes del Perú. Don José de la Riva Agüero y Don José Bernardo de Tagle, que luego de ejercer la primera magistratura se volvieron al bando realista.

Eran patriotas si el viento soplaba a favor de ellos; eran realistas si ellos retomaban el poder.

Descubierto su “complot” fue deportado por el Generalísimo rumbo a Chile donde permaneció algunos años para luego retornar a la patria.

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La República

Los primeros años de la república peruana estuvieron caracterizados por las luchas fratricidas entre los caudillos quienes se creyeron con el derecho de gobernar el país. Su mirada de patria y nación, dista mucho de lo que hoy pensamos y creemos. No veían más allá de sus intereses.

Un tema aparte, es el sistema de gobierno para la naciente nación. San Martín siendo Protector del Perú, fue un férreo partidario de la Monarquía Constitucional enfrentándose juntamente con su ministro de Relaciones Exteriores, Juan García del Río, a las ideas republicanas de Luna Pizarro, Mariátegui, Argote, Ferreyros y otros liberales. Hizo un primer intento de establecer este sistema durante las Conferencias de Punchauca, propuesta que fue rechazada por el Virrey La Serna.

Se debe hacer mención, como antecedente a estas ideas, la tentativa de Lord Cochrane quién “habría proyectado y posiblemente planteado a San Martín y al gobierno de O’Higgins en Chile un arriesgado plan: enviar dos navíos de guerra hasta Santa Elena, en el Atlántico, atacar el contingente de Hudson Lowe, carcelero de Napoleón, y trasladar al ex emperador al Perú, país que por su monarquismo requería de una fuerte autoridad real.”

Fuente: ¿Pudo ser Napoleón Rey del Perú? Roxanne Chessman. El Comercio 2014).

San Martín establece la Orden del Sol del Perú en reemplazo a los Títulos de Castilla para los nobles peruanos y se envían delegados a Europa a buscar un rey para el trono peruano. Se embarcan en dicha empresa el colombiano Juan García del Río y el británico James Paroissien, está comisión diplomática, tenía entre sus candidatos a Leopoldo de Sajonia, príncipe alemán que más tarde fue Rey de Bélgica. El príncipe británico, Augusto Federico de Hannover, duque de Sussex. Al príncipe de las dos Sicilias Leopoldo de Borbón y finalmente a la Archiduquesa de Austria María Clementina. Lamentablemente ninguno quiso aceptar la propuesta.

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San Martín hizo un último intento, tratando de convencer a Leopoldo de Sajonia, sin embargo, no se llegó a acuerdo alguno pues en aquel mismo año (1822) el Protector renuncia a su cargo dejando el poder en manos del Congreso quien establece a la República como sistema de gobierno del país.

El Perú jamás debió ser una república. Esto fue antinatural para un país que siempre vivió bajo una monarquía y que debió seguir siéndolo. No hablo de una monarquía absoluta como en el incario o bajo el dominio ibérico, sino una monarquía al estilo inglés. Un Soberano que reine pero que no gobierne. Quizás no habríamos tenido un periodo traumático de gobiernos ineficientes que solo buscaron apropiarse de las riquezas dejando la herencia que hasta hoy pagamos de sus desatinos.

Oscar Calmet Altamirano Escudo del Reino del Perú según Martín de Murúa

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Durante esto primeros años de la República se sabe de la presencia de Bolívar en estas tierras, quién vino principalmente por cupos de guerras. Ordenó desmantelar la Iglesia Matriz de San Jerónimo, el pan de oro de sus altares y otras reliquias, así como el “cupo de guerra” y “colaboración” de los ricos nobles iqueños,

La fama de mujeriego de Bolívar y el aura de semidios que lo precedía, lo hicieron presa de los voluptuosos deseos de las damas locales, quienes festejaron en casa de “Pepita” Zorrilla (la ex casona del Marques de Torrehermosa” un ágape donde se le llenó el ojo al Libertador de elogios y servilismo. Por ahí se cuenta que en este breve paso se dio maña para dejar su semilla, de la cual existe hasta hoy una familia que reclama ser sus descendientes.

Sentarnos a hablar de Bolívar en realidad levanta mucho polvo. Era un personaje tan lleno de contradicciones, infamias, narcisismos y sueños de ser un mesías latinoamericano que rivalizara en gloria con personajes como Napoleón o Julio César.

Estremece leer sus correspondencias y el odio natural que le despertaba el Perú y sus gobernantes, tal como testimonia su correspondencia enviada en febrero de 1823 al General Francisco de Paula Santander, refiriéndose al Perú y al General La Mar, por entonces Jefe de la Junta Gubernativa: “Su gobierno es tan infame que aún no me ha escrito una palabra; sin duda resuelto a hacer una infamia con aquel miserable pueblo. (…) Todo allí es desconcierto, no hay gobierno ni ejército. El presidente La Mar ha sido siempre godo, y los demás jefes del ejército han sido siempre godos, y lo mismo el comandante de la marina del Callao” [con godo se refiere a españoles derivado de Visigodos, explicación de este autor]

En carta del 21 de diciembre de 1824 Bolívar escribe a Santander: “Ya no hay que contar con los chilenos y argentinos, y estos peruanos son los hombres más miserables para la guerra… ”

“…Los quiteños y los peruanos son la misma cosa: viciosos hasta la infamia y bajos hasta el extremo. Los blancos tienen el carácter de los indios, y los indios son todos truchimanes, todos ladrones, todos embusteros, todos falsos, sin ningún principio moral que los guíe.”

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Hiram Paulding, un marino inglés que lo visitó en su campamento en Huaraz, cuenta que Bolívar le dijo que los peruanos “eran unos cobardes y que, como pueblo, no tenían una sola virtud varonil. En suma sus denuestos fueron ásperos y sin reserva… Luego me dijeron que siempre solía hablar así de los peruanos”

Fuente: Morote, Herbert. Bolivar, libertador y enemigo N° 1 del Perú

Es verdad que la presencia de Bolívar apuró la independencia, un apuro que nos costó muy caro. Perdimos enormes cantidades de territorio, Guayaquil, el Alto Perú, pretendió usurpar Jaén y Maynas, así como el intento de entregar a la naciente Bolivia Tacna y Antofagasta.

¿Habríamos podido lograr la independencia sin la presencia del Libertador norteño? Si, habría tardado un poco más, pero al final el ejército realista, sea por desgaste, abandono de la metrópoli o por los conflictos intestinos terminaría abriendo paso a la emancipación.

Un dato interesante que vale la pena señalar, son las negociaciones que establece por aquel entonces, el Marqués de Torre Tagle, a la razón Presidente del Perú, con el Virrey La Serna, para deshacerse de Bolívar.

El Marqués envía al negociante José Terón hacia Ica donde se encontraban fuerzas realistas, sin embargo, todo ello fracasa cuando el Congreso otorga poderes dictatoriales Bolívar, por lo que Torre Tagle se declara realista y súbdito de Fernando VII refugiándose juntamente con otros nobles incluyendo al Presidente del Congreso, el pisqueño Carlos Pedemonte en el Real Felipe hasta su muerte en 1825.

En el año 1835 inicia la construcción del templo de “Jesús, María”, cuyo sitio de construcción fue establecido en el antiguo callejón Ulloa (hoy calle La Mar). Su fábrica se debe a los donativos ofrecidos por la propia población y a la infatigable labor del franciscano Fray Ramón Rojas.

Se cuenta que por aquellos años andaba por Ica el Jefe Supremo del Gobierno, General Felipe Salaverry, que al ver el entusiasmo de la población y del fraile no tuvo sino frases de aliento y emoción por el trabajo desplegado.

Por fin llegó la mañana del 28 de junio de 1838. Día en que se bendijo e inauguró tanto el Templo como la Casa de Ejercicios, bajo el nombre de “Casa

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de Ejercicios de la Sagrada Familia”, teniendo por tutelares a Jesús, María y José, la Sagrada Familia, y como patrón a San Ignacio de Loyola.

Fray Ramón colocó en el frontis del templo “Templo de Jesús, María y José” y en la Casa de Ejercicios mando inscribir “Dios te mira. El tiempo pasa. La muerte viene. La eternidad te espera”

Además de esta obra el fraile contribuyó con la construcción de los templos de San Joaquín, Cachiche, Guadalupe, Pueblo Nuevo y San José de los Molinos.

Su labor fue más allá cuando bautizó con nuevos nombres a diversos caseríos y pueblos, por cierto, que hasta hoy perduran tal es el caso de San Joaquín Viejo al que antiguamente se le conocía como Saraja chiquitín, según la tradición se dice que en uno de sus recorridos al ver este pueblito pronunció la siguiente frase:” Saraja chiquitín desde hoy te llamarás San Joaquín”. En otra ocasión pasando por la antigua ranchería de Arataya le impuso el nombre de Santa Rosa con voz firme arengó “Muera Arataya y viva Santa Rosa”, frase que por mucho tiempo se repitió en Ica.

En su paso por Cerro Prieto dejó su marca al bautizar al pueblo que se decía concurrían brujas endemoniadas a realizar sus rituales en la cumbre de este cerro, construyó el templo y nombró al lugar como Guadalupe en homenaje a la Virgen de Guadalupe.

Parte de su labor también fue hecha en Pisco donde bautizó e inauguró el nosocomio del puerto con el nombre de “Guadalupe”, así como la colocación de varias cruces como las del cerro de Punta del Pejerrey, al sur de Pisco. (Fuente: Monografía de Pisco de Mamerto Castillo Negrón)

Fray Ramón fallece en olor a santidad el 23 de Julio de 1839 siendo sepultado en el templo de Jesús María de Ica, donde permanece hasta el día de hoy.

Oscar Calmet Altamirano

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Golpistas iqueños

Finalizado el gobierno del presidente Ramón Castilla, asume el poder el General Rufino Echenique. Su gobierno se caracterizó por el despilfarro y la corrupción, siendo el proceso de Consolidación de la deuda el talón de Aquiles de su gestión. Las voces de golpe de estado se oían por todo el territorio nacional (la deuda al final del Gobierno de Castilla ascendía a 5 millones de pesos, sin embargo, Echenique reconoció y pagó 23 millones de pesos generando un escándalo de proporciones épicas)

Para el 21 de diciembre de 1853, se desató una revuelta en Ica, liderada por cuatro prominentes iqueños que se oponían a su régimen: Dn. Domingo Elías con el título de “Jefe Político de la Revolución”, el Coronel Juan de Dios De La Quintana dueño de la Hacienda Ocucaje, el Coronel Toribio Calmet dueño de la Hacienda Tacama y el Coronel José Antonio Olaechea dueño de la Hacienda Santiago.

El gobierno central designa al Ministro de Guerra, General Crisóstomo Torrico a sofocar la revuelta y se produce como consecuencia, la batalla de Saraja, el 7 de enero de 1854. Este enfrentamiento ocurre en los arenales que hoy ocupa el cementerio general de Ica, dejando un balance de ciento cuarenta iqueños muertos.

Lamentablemente, la batalla fue de resultados tan funestos que, Elías escapó al sur con destino a Chile, De La Quintana y Calmet tuvieron que huir para salvar sus vidas y de Olaechea se desconoce su suerte. Lo que sí se sabe que los tres hacendados quedaron en la ruina económica. Más suerte tuvo Elías quien apoyando posteriormente a Ramón Castilla fue nombrado Ministro de Hacienda de su gobierno Permítanme compartir un poema extraído de una website llamada Genealogía Calmet y que hace referencia a la revolución de Domingo Elías y la participación de sus allegados en esta revuelta contra Echenique.

Oscar

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"Audaz Elías, asombrando a Tumbes, / falange no, denuedo te acompaña: / pruebas los medios de vencer, sucumbes, / pero a Echenique tu presencia daña.

Por ensalmo, del Norte desapareces,/ aviso no hay de tu existencia ya, / mas hete que terrible reapareces / cuando tus delicias Su Excelencia está.

La flor del pueblo reunida en Ica / el yugo rompe, libertad proclama: / abiertamente su opinión pública / y a sus hermanos anhelante llama.

Cual pirámide aislada que desprecia / repetidos, copiosos aluviones, / e incontrastable a la tormenta recia / firme espera furiosos aquilones.

Ica, inmutable, al Presidente mira / que a prestos hace para reducirla, / y miedo momentáneo no le inspira / que vengan de él escuadras a embestirla.

Saraja... ¡justo Dios! Saraja ha sido / do el ígneo cráter del volcán de enero, / en tres horas de fuego sostenido, / arroja chispas al Estado entero.

Elías es el Jefe. EL grande Elías. / indiferente al rifle y a la metralla, / escaso de precisas baterías, / valiente acepta desigual batalla.

Cuatrocientos bisoños milicianos, / contando un mes de disciplina, escaso, / opuestos a infinitos veteranos / defienden la provincia paso a paso.

Lluvia de plomo y rauda vocería, / y nubes de humo que el ambiente llenan, / el Sol ocultan lo mejor del día, / y férreas bocas matadoras truenan.

Mugaburu terrible e impetuoso, / reanimando el ataque donde quiera, / penetra en los contrarios presuroso / rompiendo filas en veloz carrera.

Quintana, Carbonel, Santamaría, / Zorrilla y Olaechea, Calmet, Polo, / rivalizan, distínguense a porfía, / lauro pretenden disputarse solo.

Oscar Calmet Altamirano

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Hacia el lado que el choque se encarniza, / cargando de Torata los lanceros, / a

Elías batallando se divisa / cruzando airado murallón de aceros.

Recibiendo los suyos graves daños, / fatiga denodado su corcel / que, herido, y sangre despidiendo a caños, / prívale ya de mantenerse en él.

Del teatro se aparta unos instantes, / que preciso es oprima otro alazán, / vivándole al salir nuestros infantes / pruebas solemnes de constancia dan.

Anímase el combate por momentos, / todos ansiosos de cantar victoria, / y los paisanos de triunfar sedientos / no buscan vida sino tumba y gloria.

Y el fuego cesa. Y lanza y bayoneta / se cruzan y rechazan fulgurantes, / y es la batalla general completa, / y chispean las hojas rechinantes.

Y tocan a degüello los clarines, / y a degüello también los tambores, / y los bridones, con ondeantes crines, / causan al pueblo mortad y horrores.

Y acosados los nuestros pecho a pecho / siendo uno para siete, se repliegan; / pero agitados de mortal despecho / reluchan... mueren... y al morir no ruegan. Y no a perdón el mísero vencido / que defendiera los derechos patrios, / y sacrílegamente es perseguido / aún de los templos en los santos atrios.

Ni en los aduares del salvaje rudo, / ajeno de cultura y religión, / ni ahí, ciertamente, perpetrarse pudo / obra tan cruel de llanto y maldición.

¡Oh! ¡que execrables!... ¡De furor y enojos / el corazón revienta condolido! / ¡Y se arrasan en lágrimas los ojos / de indignación al ánimo transido!

Mas eran de Echenique los sayones, / encargados por él de exterminar; / haciendo de cadáveres montones / las charreteras a ponerse irán.

Pues procedieron a sabida ciencia / el soberano les hará

Oscar Calmet Altamirano

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justicia, / que no pecaron, no, por inocencia, / que pecaron por gusto y por malicia.

De las campanas el clamor resuena, / y mezclado al clamor del moribundo, / nos hace a todos apurar la pena, / ayes arranca de pesar profundo.

¡Llora la madre el hijo malogrado!... / ¡llora el esposo la consorte tierna!... / ¡el pueblo sorprendido, atribulado, / solloza y muestra su aflicción interna!

¡Detente, musa, y compasiva llora! / ¡llora enlutada la presente guerra! / ¡por los mártires yertos ora y ora! / ¡amadas urnas cinerarias cierra!

De nuestra redención el sacro signo, / para recuerdo amargo y eternal, / para que tengas al Señor benigno, / en la cúspide pon del arenal.

Piadosa esparce en los sepulcros flores... / ¡tente! ¡ya tornan a silbar las balas! / ¡ya acuden en tropel los opresores! / torna de nuevo a desplegar tus alas."

Fuente: Extraído del libro "Revolución del Perú: Poema dedicado con profundo respeto al esclarecido patriota Ministro de Hacienda S.D. Domingo Elías", de Manuel Ávila, Canto II.

Oscar Calmet Altamirano

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En los momentos de la preponderancia republicana de Don Ramón Castilla, estas tierras se vieron beneficiadas por los efectos positivos del impulso de la agricultura, a través de la influencia beneficiosa de la extracción y venta del guano de las islas de Chincha, reflejadas en la mejora del aspecto socio económico. Aún con la presencia los terratenientes que fueron los que concentraron gran poder económico.

Para vergüenza debemos decir que este Domingo Elías, al que muchos historiógrafos se desviven en exaltar, se enriqueció con el tráfico humano de chinos culíes y con el dinero de la Consolidación. Un mal hijo de esta tierra.

El 25 de junio de 1855, el Mariscal Ramón Castilla crea la Provincia Litoral de Ica, separándola desde entonces de su antigua demarcación territorial perteneciente a Lima.

El 30 de enero de 1866, por disposición del entonces Jefe Supremo de la República, Coronel Mariano Ignacio Prado, se crea el departamento de Ica.

Oscar Calmet Altamirano

LA GUERRA DEL PACÍFICO

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Oscar

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¡Iqueños, di a los peruanos que aquí hemos muerto por salvar el honor nacional!

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La infausta Guerra del Guano y el Salitre (1879 1883) sorprende a la antigua Villa de Ica que continuaba su vida monótona y apacible, empero al estallar el conflicto bélico rememora a Lope de Vega con su célebre frase “Fuente Ovejuna, todos a una”. Podemos decir que formaron un grupo monolítico de ataque que involucró al campesinado de los centros rurales, quienes abandonaron sus actividades para responder heroicamente al invasor chileno.

Durante la ocupación enemiga fueron tomadas las iglesias y los conventos, donde los “rotos” con su habitual actitud, durante la guerra, procedían a desmantelar el interior de estos, extrayendo las joyas de oro y plata de las imágenes y adornos de los altares. Existe una crónica conventual franciscana que relata que durante la guerra, cuando Don Nicolás de Piérola al asumir la Presidencia, solicitó el envío de las joyas de los templos para subvencionar los gastos que el momento exigía, sin embargo no se llegó a entregar absolutamente nada porque cuando vinieron las autoridades comisionadas para tal fin, el Padre guardián los había ocultado secretamente, sin embargo y pese a sus precauciones el enemigo chileno obligo a los frailes a descubrir los lugares secretos donde se habían ocultado y saqueó estos lugares.

En el mes de octubre de 1882, el ejército chileno que ocupó Ica, se dedicó al saqueo y vandalismo. Incendiaron los Molinos y su templo; las capillas de Salas Guadalupe, Santiago y San Jerónimo. Profanaron los cálices de misa, fusilaron las imágenes de Santos, violaron mujeres, asesinaron hombres, ancianos y hasta niños lactantes de tal manera que se hallaron por las calles y plazas unos 80 cadáveres.

También se nos señala que las tropas chilenas cuyo jefe de la plaza de ocupación, era el Coronel Tagle, acuartelaron sus tropas en el local del Colegio San Luis Gonzaga, convirtiendo el antiguo claustro jesuita en potreros. Destruyeron libros, quemaron documentos y arrasaron con valiosa información contenida en su añosa biblioteca. Lo que pudieron cargar se lo llevaron siendo irreparable el daño causado a la historiografía regional.

Es importante también mencionar que hubo hombres y mujeres que lucharon en defensa del suelo que nos vio nacer y que, para variar, sus nombres han quedado olvidados, sin el reconocimiento que merecerían tener por su gesta patriótica.

Oscar Calmet Altamirano

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Destacan por su inquebrantable espíritu guerrero, los montoneros, Manuel Escalante, Félix Hernández, Juan de Mata Cabrera, Luis Relaiza y Amancio Chávez.

Estos indomables guerrilleros, acompañados de 550 hombres sólo disponían de unos cuantos fusiles de la época colonial, machetes y sables. Sin embargo, eso no los amilanaba, y así se enfrentaron a un enemigo superior en armas y disposición táctica el 3 de setiembre de 1882.

Desde el amanecer de aquel glorioso día hasta las últimas luces del inclemente sol iqueño, se combates por las calles de la ciudad hasta que se oye el grito viril de Relaiza, último jefe montonero que quedaba vivo, que se arroja a un pozo de agua antes que caer en manos del usurpador. Su voz se oye por todo el campo de batalla y el eco de su caída se eleva hasta la inmortalidad donde fue recibido entre vítores por cuantos perdieron su vida en esta trágica epopeya, llamada guerra.

En el año de 1883 se desató en la ciudad una epidemia de fiebre amarilla, que diezmó tanto a los locales como a los invasores.

Oscar Calmet Altamirano

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Combate de Acuchimay

Este importante hecho de armas ocurrió en plena guerra del Pacifico. Es poco conocido, pero al involucrar a un iqueño es importante conocerlo. Leamos y saque cada uno sus propias conclusiones,

Las tropas chilenas ocuparon el valle del Mantaro estableciendo su cuartel general en la ciudad de Huancayo. El General Cáceres buscando reorganizar sus tropas para continuar con la resistencia, continuó su retirada exigiendo la inmediata presencia de las tropas acantonadas en Ayacucho bajo las órdenes del Coronel iqueño Arnaldo Panizo. Sin embargo, inexplicablemente este jefe no acató la orden superior obligando a Cáceres a marchar a su encuentro con solo 400 hombres en muy precarias condiciones, logrando llegar hasta Huancavelica en marchas forzadas.

Pese a los contratiempos Cáceres avanzó sobre Huamanga, donde la persistencia en rebeldía de Panizo provocó el combate de Acuchimay el 22 de febrero de 1882, en una guerra que suponía a un enemigo común para todos los peruanos, se daba el caso inimaginable de un enfrentamiento entre tropas del mismo país.

El Coronel de Artillería Arnaldo Panizo, participó entre otras acciones en las batallas de Tacna y Chorrillos, combatiendo en el Morro Solar hasta ser tomado prisionero por los chilenos. Una vez liberado, y después que cae Lima, parte a la sierra para ponerse a las órdenes de Piérola que lo nombra Comandante en Jefe del Ejército acantonado en Ayacucho.

En realidad, Panizo nunca estuvo en contra de Cáceres, sino en contra del gobierno de Francisco García Calderón impuesto por las autoridades chilenas y que fuera reconocido por Cáceres. Panizo que no estaba dispuesto a aceptar la nueva política seguida por Cáceres. Le escribe a éste en repetidas ocasiones, pidiendo su relevo, como consta en esta carta fechada el 5 de febrero de 1882.

"no dejare de hacerle recordar que, desde mi primera carta hasta la última, que le he dirigido, en todas

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ellas, le he hecho ver con la mayor franqueza que jamás me uniría a la causa de La Magdalena. Antes de ahora he pedido a usted mi relevo y que por medio de oficio vuelvo a renunciar irrevocablemente, suplicándole se sirva mandar al que deba remplazarme a la brevedad posible".

Este documento deja en claro que el Panizo nunca pensó en traición, pero si mantener sus principios ¿Por qué Cáceres no lo remplazó si sabía que no sería apoyado por él?

Producido el combate de Acuchimay las fuerzas de Cáceres, compuestas de su querido Zepita, el Junín y el Tarapacá, contienen el ataque de Panizo y se lanzan sobre las posiciones enemigas, los que no huyeron, pero poco y nada hicieron por defender sus posiciones. Con el camino libre, las huestes Caceristas rodean al iqueño y su estado mayor.

El General Cáceres, recriminando a los prisioneros su falta de patriotismo y viendo que entre ellos se encontraban hombres que habían luchado bajo su mando, no podía creer que lo hubiesen traicionado estos soldados, solo atinaron a contestarle que habían sido engañados y comenzaron a vivaquearlo, uniéndose a su ejército. Arnaldo Panizo, junto a los oficiales Enrique Bonifaz y Juan Vargas, fueron enviados a prisión.

Fuente: " La guerra del pacifico en imágenes, relatos y testimonios".Rafael Mellafe, Mauricio Pelayo.

Oscar Calmet Altamirano

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Ica contemporánea

Al ingresar al nuevo siglo, ya en un ambiente más sosegado, lleno de promesas y con intenciones personales de progreso, la población iqueña entre el modernismo de la época, con su tren de Ica a Pisco (construido en 1872, dejando de funcionar por una explosión en sus calderas en 1956) que ya pitaba anunciando la llegada de visitantes o la despedida de algún poblador y las lámparas a gas en la pasividad casi colonial y fervor religioso encumbrado en las campiñas, continuó desenvolviendo su existencia de provincia tenaz y pujante expresado en el trabajo de sus chacras, en sus bodegas y vitivinícolas y grandes tiendas comerciales en la ciudad, fiel reflejo del desarrollo semiindustrial de la época.

El nuevo siglo fue recibido con algarabía entre la rutina de las labores agrícolas, el colegio San Luis Gonzaga y su internado donde estudiaron prominentes iqueños como Dn. Juan Donayre Vizarreta, José Matías Manzanilla, Fernando León de Vivero, Manuel Santana Chiri y muchos hijos ilustres de esta tierra.

Una mala mañana los iqueños despertaron en medio de los gritos de una tragedia. Un terrible incendio causa el descorazonamiento del pueblo de Ica, caracterizado por su religiosidad y fervor católico. El 23 de junio de 1918, las lágrimas y gritos desgarradores se oían por todo el valle al ver su templo envuelto por las llamaradas de fuego causado según narraban los viejos, por culpa de una vela encendida.

El infierno parecía que se había desatado en la tierra y nadie se atrevía a ingresar al lugar hasta que un hombre desconocido se envolvió con una frazada mojada e ingreso al interior del mismo y después de algunos minutos de zozobra y el aliento suspendido reapareció este hombre trayendo en sus brazos la imagen sagrada, la cual lucía quemada en muchas partes. El rostro termina desfigurado, los pies y manos destruidos y el torso reducido a carbón, pero estaba allí a salvo del fuego que terminó por consumir la infraestructura. Cuando alguien pregunto por el héroe de tal

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hazaña, ya no estaba en el lugar, por más que hicieron esfuerzos para ubicarlo nadie pudo dar con su paradero. ¡Un ángel!, gritaban los fieles y así me lo aseguró mi abuela que lo oyó de labios de su madre.

Al día siguiente llegaron en tren los fieles de Pisco y Chincha (unas diez mil personas aproximadamente) se realizó una sentida procesión con los despojos sagrados. Al poco tiempo las donaciones para la reconstrucción llegaron de todos lados, aún de la Cámara Nacional de Diputados del Perú.

Se inició la reconstrucción de la imagen gracias a la labor del escultor iqueño Francisco Caso que talló la cabeza y la ayuda de los señores Alberto Sierralta (las extremidades) y Jesús Silva (los acabados)

El 7 de octubre la escultura ya estaba reconstruida y el 13 fue la ceremonia de dedicación del Cristo con la presencia de miles de fieles que llegaron de todas partes a rendir culto a la sagrada efigie.

El antiguo templo fue traído por tierra y el nuevo se entregó en 1952 (34 años después del incendio).

Desde aquel trágico acontecimiento los iqueños recibimos el doloroso apelativo de “iqueños quema santos” que nos acompañara peyorativamente por muchos años hasta que las generaciones pasaron y con ellos el olvido.

Un hecho que merece resaltarse es la llegada de las iglesias evangélicas a Ica, siendo la primera de ellas la Iglesia Metodista en el año 1906 aproximadamente (no se encuentra el primer libro de membresía de dicha iglesia, sin embargo la fecha se calcula en base a la Revista “El Mensajero” del Pastor Ruperto Algorta del año 1920 que señala “En los últimos veinte años hemos visitado con mucha frecuencia las obras abiertas en Tambo de Mora, Chincha e Ica hallando a los hermanos muy comprometidos y entusiastas…) que se instala en la calle La Mar y posteriormente en Calle Piura, ante la incomodidad de los sacerdotes católicos que queman sus libros públicamente y tratan de azuzar a la población para lograr su retiro de la ciudad.

Pude recoger años atrás de boca de testigos presenciales, de los agravios e insultos que se proferían contra ellos e incluso en más de una ocasión un intento de linchamiento público como en el caserío de Comatrana por aquellos primeros años.

Oscar Calmet Altamirano

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Posteriormente a ellos, llegan la IEP (Iglesia Evangélica Peruana), la Iglesia Bautista, las Asambleas de Dios, etc. Actualmente la cantidad de congregaciones cristianas evangélicas sobrepasan el ciento, instalando sus templos en todo el departamento y algunas de ellas con muchísimo éxito, siendo que en el último censo realizado por el INEI (2017) arrojó como resultado que el 10.3% de la población profesa la religión evangélica, es decir 67 956 iqueños.

Es importante mencionar que desde 1873, el Arzobispado de Lima había autorizado a los franciscanos a la confiscación y quema de Biblias Protestantes. Se menciona en el libro del Fray Félix Saiz Diez, Los Franciscanos en Ica; que en el año 1897 en Palpa “se recogieron y quemaron muchos libros prohibidos de novelas corruptoras, Biblias protestantes y números de La Antigua Fe… En Córdoba de Huancavelica, en abril de 1901, después de la predicación cuaresmal del franciscano de Ica, se quemaron abundante cantidad de Biblias que Don Julio Espinoza, perteneciente a la secta metodista… ha caminado de pueblo en pueblo vendiendo…”

Oscar Calmet Altamirano

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En 1904 cuando gobernaba el Perú, José Pardo y Barreda, el consumo del gran volumen de destilado de uva en el país estaba destinado al indígena serrano, que consumía casi toda la producción iqueña.

Según informe del entonces Ministro de Hacienda Augusto B. Leguía (hoy sería el equivalente a Ministro de Economía) el precio de este licor oscilaba entre dieciocho y veinte soles al menudeo mientras su costo de producción era de doce soles.

Para aquel año una enorme sequía y posterior plaga hirió la producción de vinos dejando casi desabastecido al principal comprador, Ayacucho. Ante esta situación los consumidores optaron por un nuevo licor, un destilado de caña, al que llamaron popularmente "cañazo" y cuyo costo era muy inferior al de uva.

Fue un golpe muy duro a los productores iqueños del que muy difícilmente pudieron recuperarse arrinconado a nuestro producto bandera al consumo local y artesanal. (Fuente: Historia de la República del Perú, Jorge Basadre)

Entre febrero y marzo de 1924, ante los abusos del Prefecto de Ica, Julio Rodríguez y el maltrato de los terratenientes locales, se produce una revuelta que acaba con la vida de la autoridad y el posterior incendio de los indígenas de Parcona y Tinguiña.

Los campesinos reclamaban el cumplimiento de la jornada de ocho horas, el pago de un dinero por un trabajo hecho y la nivelación de sus salarios. Para tal fin declaran para general en todo el valle lo que suscita que el abusivo Prefecto en estado de embriagues, apresa hombres y golpea a mujeres a puño limpio, causando la indignación general. La respuesta no tardó en llegar. El enfrentamiento entre campesinos y policías fue brutal dejando muertos y heridos entre ambos bandos.

El 19 de febrero la gendarmería es reforzada por tropas enviadas desde el gobierno central, y con el apoyo de los gamonales, atacaron y saquearon Parcona en horas de la madrugada. Los que lograron ser apresados, fueron sometidos a torturas en la misma comisaria de Ica. ¿El objetivo? Acabar con el sindicalismo, mantener en la semi esclavitud colonial a los campesinos sometiéndolos a la voluntad de los ricos y poderosos terratenientes, cuyos apellidos hasta hoy se erigen como las grandes y poderosas familias iqueñas.

Oscar Calmet Altamirano

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Una celebración que fue, sin duda, el símbolo característico de la alegría de nuestro pueblo a mediados de siglo, fue la fiesta de carnavales. En ella los pobladores disfrutaban jugando con sus chisguetes de agua de colonia, serpentinas y las fiestas con famosas orquestas del momento. Ni que decir de las campiñas donde a fines de febrero se iniciaba la fiesta de la vendimia donde generosas botijas vertían de sus entrañas la sabrosa cachina, la cual circulaba entre los mayores en medio de risas y anécdotas familiares y los jóvenes que a hurtadillas robaban el licor para tomarlo con sus amigos. Imposible dejar de lado a nuestro producto de bandera, el pisco, que era consumido por jóvenes, adultos y aun los viejos que en sus charlas nocturnas bajo las luces tiritantes de los lamparines la bebían saboreando su textura y aroma que lo hacen único en el mundo.

Debemos añadir en este texto la primera oleada de llegada de los inmigrantes de Ayacucho y Huancavelica quienes se establecen principalmente en la zona de Parcona dando origen a la llamada “frontera”, es decir el pueblo más allá de Acomayo. Esta zona era considerada como un lugar marginal sobre todo Pasaje Valle y pasaje La Tinguiña, al cual los pobladores de Ica se resistían a ir por que la fama de refugio de malandrines como el Negro Jeta.

Un nuevo golpe a la fe católica local, aconteció a mediados del siglo, cuando por órdenes municipales se trae por tierra el antiguo templo de San Agustín, que permanecía con sus puertas cerradas y abandonado en la plaza de armas desde fines del siglo XIX por la orden a falta de monjes quienes continuaran con la obra evangelizadora. Las fotos de la época muestran el bello detalle de su altar y su interior primorosamente labrado en piedra.

Se sintió mucho en la población su destrucción causando que muchas abuelas derramaran más de una lágrima al ver sus añosas paredes derruidas y su nave central arruinada.

En la actualidad aún puede verse en la plaza de armas parte de su torre que resiste estoica el paso de los años y de los sismos que en muchas ocasiones han intentado derribarla sin lograrlo hasta hoy.

Oscar Calmet Altamirano

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Oscar Calmet Altamirano Capilla de San Agustín 1940 Restos de la Capilla de San Agustín 2007

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El crimen de La Huega

Ica tiene historias nostálgicas, recuerdos perdurables que nos traen los mejores años de nuestra vida, pero también ha tenido episodios marcados por sangre, el dolor y muerte. Pasajes que conmocionaron a la comunidad y que rompieron la monotonía de la vida pueblerina. Cuanto más si se trata de una de las familias más emblemáticas de aquel entonces.

El boom de la agro exportación, consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, había dejado durante los años ’60, familias poderosas y ricos oligarcas, que aprovecharon el momento para consolidar sus apellidos y fortunas en el ámbito regional y nacional.

Una de ellas, era la tradicional familia Bolívar, herederos de grandes extensiones de tierras en el caserío de Camino de Reyes.

Teresita Salazar Bolívar era una hermosa joven de unos 20 primaverales años. Rica, hermosa, pero sobre todo ingenua, pues había sido criada con el rigor paterno que caracterizaba aquellos años.

Como toda muchacha joven, buscaba la forma de relacionarse con amigas y por ende con jóvenes del sexo opuesto que pudiesen ser buenos partidos con quien establecer vínculos de tipo amical y quizás sentimental.

Una de las figuras que destacaba por su porte y la opulencia con el que hacía ostentación, era el Dr. Eduardo V.P., joven profesional que había hecho fortuna y que paseaba por la ciudad en un auto último modelo que no poseía ningún otro joven de su edad.

Fue precisamente a través de una amiga, una mujer mayor, quién presentó a ambos jóvenes, quizás a pedido de una coqueta Teresita o un impresionado Eduardo por la belleza de la chica. “Ya sabemos que el hombre es fuego, la mujer pradera, viene el diablo, sopla, y que tal incendio que provoca”.

Oscar

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El Dr, Eduardo poco a poco fue ganándose el afecto de Teresita y de paso el de sus padres, que vieron en él un buen partido para su hija y que ni lerdos ni perezosos dieron el amén para las visitas románticas y un noviazgo que tarde o temprano terminaría en una boda.

Los paseos se hicieron cosa cotidiana, la misa de los domingos en San Francisco, las funciones en el teatro Piconne, los bailes en el hotel Mossone en Huacachina, etc. Todo iba viento en popa en esa relación, nadie con tres dedos de frente podría imaginar que algo malo podría suceder en la feliz pareja de moda.

Al frecuentar casi a diario al Doctor, Teresita empezó a notar ciertas manías en su comportamiento que llamaron su atención y que ella trato de justificar con un amaneramiento producto de haber crecido rodeado de mujeres.

El Dr. Eduardo, era amigo de un alto mando de la Guardia Republicana al que prestaba su auto para sus citas clandestinas con una mujer casada de otra familia muy poderosa en Ica y cuyo marido estaba siguiendo sus pasos, pues sospechaba de la relación clandestina.

Una noche, contó entre copas un viejo bohemio, que se le vio al Dr. Eduardo discutiendo muy acaloradamente en un paraje de mala reputación. No puedo certificar nada dijo entre copas si era una mujer con voz ronca o un hombre de habla afeminada. Lo cierto es que Eduardo estaba finiquitando una relación sentimental y esa persona amenazaba con vengarse.

Casi un mes después, el Doctor visitó a la amiga que los había presentado y le pidió que invitará a Teresa a un paseo nocturno por el boulevard de Huacachina, para despedir el verano como Dios manda (obviamente que entendemos lo que tramaba el caballero. Fuego, fuego para incendiar la pradera).

Vamos a ir los cuatro dijo la amiga: mi esposo, yo y ustedes dos. Eduardo está seguro que tu papá no va a aceptar esta salida. Invéntale algo para ir. Vas a pasarla bien amiga.

Teresa tuvo miedo, puso muchas objeciones para aquel paseo. Un día previo había pasado un mal rato, cuando las hermanas de Eduardo discutían con él por dinero, y la insultaban vociferando que se gastaba todo en ella.

Calmet Altamirano

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Aquella noche no pudo conciliar el sueño, tuvo tantas pesadillas de todo tipo, que terminó durmiendo en los pies de la cama de su madre. Sin embargo, la insistencia de la amiga terminó por convencerla.

A las ocho de la noche, el Dr. Eduardo llegó en su auto a la casa de Teresa, saludó a los padres diciéndole que la amiga aún estaba en la peluquería y que irían a recogerla juntamente con su esposo.

El automóvil partió. Nunca llegaron a ninguna peluquería ni algún paseo por Boulevard.

El auto tomó la ruta hacia Huacachina, transitando por las dos cintas de concreto que eran la única pista hacia el oasis. Sin embargo, en un momento y ante el desconcierto de Teresa, el Doctor desvía la ruta con dirección a un camino de tierra que conducía a la venida a menos laguna de La Huega.

Desde ese momento la historia se vuelve confusa, muchas cosas se dicen y se cuentan, muchas hipótesis cada cual más consistente que la otra y algunas tan disparatadas que causan fastidio.

Lo cierto es que el auto se detiene a medio camino y que minutos después un disparo hiere al Doctor y Teresa es encontrada tratando de detener un camión con la ropa ensangrentada.

Teresa manifestó en su parte policial, que el camión la recogió y presa de una crisis nerviosa llegó a casa de las hermanas del Doctor pidiendo ayuda, que le fue negada. Aún en ese estado, corrió hacia la comisaria que estaba en la calle Lambayeque, donde fue socorrida.

Un par de horas después el cuerpo del Doctor es hallado a varios metros del auto muerto. Desangrado por dos heridas de bala.

Teresa es internada en un hospital presa de un ataque de pánico. El cuerpo del doctor es llevado al ministerio público para la necropsia de ley. Las balas jamás fueron encontradas, con la particularidad que el cuerpo presentaba orificios de entrada más no de salida.

Teresa pasó varios meses en el hospital mientras que las investigaciones avanzaban. La familia Bolívar contrató al mejor abogado de Lima para defenderla de las acusaciones de homicidio y se gastó gran parte de la fortuna familiar en ese trance.

Oscar Calmet Altamirano

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La joven fue internada en el penal de Ica, que funcionaba en la plaza Bolognesi, el hoy el centro comercial “Polvos Rosados”, donde permaneció por casi un año de sufrimiento, encierro, depresiones y enfermedad.

El proceso de investigación policial siguió su curso. El comisario de aquel entonces, Augusto Polo Campos (sí, el compositor de Cariño Bonito) fue el encargado de la investigación y el que se encargó de no encontrar ni bala, ni culpable.

El caso se cerró y se archivó.

Un muerto, una joven con secuelas psicológicas, una familia arruinada económicamente, otra que recibió una herencia que luego despilfarró, una relación extramatrimonial que terminó muy mal, chismes de mercado entre la comunidad homosexual y un misterioso traslado policial, fue el resultado del crimen de la Huega.

Fotografía: Teresa Salazar Bolívar

Cortesía: Mg. Carmen Guillen Salazar

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Oscar Calmet

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En 1950 se coloca la primera piedra del que sería el colegio “San Vicente de Paúl” en un terreno donado por la familia Malatesta (terreno que ocupan hasta el día de hoy). Fue su primer director el Padre Urbano Moral de nacionalidad española. Este importante colegio viene brindando sus importantes servicios a la comunidad iqueña que lo han recompensado por muchos años considerándolos entre los mejores colegios privados de Ica. Vale la pena mencionar a grandes maestros que pasaron por sus aulas dejando su estela de sabiduría en las mentes de cientos de escolares que pasamos por aquí. Alejandro Chávez Ruiz, Modesto León Piedra, Amparo Palacios Borjas, Elva Pérez Silva, Luis Yonz Aquije, etc, etc.

Una peculiaridad propia de esta época fue ver a los estudiantes san luisanos corriendo por las calles fusil en mano, realizando sus ejercicios de instrucción pre militar seguidos muy de cerca por el famoso profesor Churango, un hombre que según anécdotas de mi señor padre, no necesitaba de megáfonos para hacerse oír en el gran patio del colegio repleto por estudiantes quienes obedecían sus órdenes al acto. Con sus uniformes limpios y zapatos lustrosos avanzaban a paso ligero frente al Colegio “Tipo C” de mujeres, mostrando su gallardía y virilidad como una forma de impresionar a las bellas adolescentes quienes sonreían coquetas al verlos pasar y lanzaban sus besos al aire en busca de algún mozuelo que los recibiera sonrojado.

Como dejar de mencionar a Madame Perotti quien trabajó incansablemente porque nuestra Laguna de Huacachina, el Oasis de América, se haga tan famosa como lo es hoy en día.

Un bello paraje rodeado de misticismo y de encanto, rodeado del toñuz que cubría las faldas de sus cerros a la sombra de los ancestrales guarangos encorvados por el peso del polvo de las paracas de agosto.

Hasta este lugar llegaban personas de todo el mundo atraídas por la fama de sus aguas medicinales, sus plenilunios y su hermosa sirena que encantaba a los hombres, donde la señora de la noche reflejaba su bello rostro de plata en las calmadas aguas del Oasis iqueño. Hasta este lugar llegaban los buses de madera, transportando a todos aquellos que desearan pasar un día de esparcimiento.

Como dejar de mencionar a Dn. Panchito Pérez Anampa quien compuso una bella polca en honor a este paradisíaco lugar de recreo y descubrir en sus notas que en sus alrededores una mañana se enamoró. Y como dejar de contar que justamente en sus bellísimas dunas muchos de nuestros padres

Oscar Calmet Altamirano

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pasearon cogidos de la mano con las que hoy son nuestras madres. Un lugar escogido por parejas que se juran al oído amor eterno y donde hoy muchos jóvenes van a practicar el sunboard, deporte de arena muy difundido entre la juventud local y nacional.

Una lástima que el descuido, el desdén de malas autoridades y el desvío del cauce del río Ica, permitan que este bello lugar agonice lentamente convirtiendo sus aguas en sucias y malolientes y su nivel se halla en la cuarta parte de lo que un día no muy lejano fue.

Entre una y dos de la madrugada del 8 de marzo de 1963, el repicar de las campanas de la Capilla del Hospital Santa María del Socorro anunciaban la tragedia, el Río Ica se desbordaba inundando como otras veces, como hasta ahora, la ciudad de Ica.

El caos y la desesperación de los pobladores de las calles Tumbes, Castrovirreyna, Puno y Tumbes se oía en medio de las penumbras y un caudal que se incrementaba a medida que pasaba los minutos convirtiendo a esos lugares en verdaderas trampas mortales, pues muchos vecinos desesperados abrieron las alcantarillas buscando drenar el flujo de agua que discurría con violencia en el centro de Ica.

Narrar esa historia sería repetitivo, ya que muchos lo han hecho ya, como periodistas, escritores, testigos presenciales o tal vez en los cientos de fotografías que pululan por la red.

Lo que hoy voy a narrar es que pasó con las familias damnificadas y como ellas dieron nacimiento a una de las urbanizaciones más pujantes y de rápida expansión como lo es mi querida Urbanización San Joaquín. Pasados los días de la inundación y cuando la calma volvió a imponerse, el gobierno local se tuvo que enfrentar a una terrible realidad. Cientos de personas lo habían perdido todo. El colapso habitacional fue catastrófico. Cientos de personas vieron sus viejas viviendas de adobe destruidas. ¿Qué hacer con esas familias? ¿Dónde reubicarlos?

La solución llego tan precaria como rápida. Se crearon dos lugares temporales para vivir a las que llamaron "las barracas". La primera de ellas con aproximadamente sesenta familias, se ubicó frente a la Desmotadora Santa María, hoy mercado “Arenales”; y la segunda con algo más de 200 familias en los fardos de San Joaquín viejo, frente al hoy colegio Maria Reige Newman.

Oscar

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"Las barracas" eran construcciones precarias de palos y esteras de muy escaso tamaño y pésimas condiciones sanitarias. Pero no había de otra. Era eso o volver a las ruinas de sus antiguas casas que habían sido declaradas inhabitables.

Se hicieron gestiones con el gobierno central para dar una solución definitiva a este asunto y la respuesta llegó de la mano del entonces Presidente del Perú, Arq. Fernando Belaunde Terri. Se inició la construcción de la Urbanización San Joaquín.

Fue la Junta Nacional de la Vivienda la responsable de edificar los módulos después de adquirir el terreno que antes era un enorme algodonal, al que tuvieron que transformar en un lugar eriazo e instalar los servicios básicos de agua, luz y desagüe.

Los módulos de 45 mt2 constaban de dos dormitorios, cocina y baño en un terreno con un área total de 160 mt2. El valor de venta era de S/. 33.000 soles de oro pagable en cuotas de S/. 166.75 soles de oro durante 20 años.

La nueva urbanización tenía forma de "L" desde lo que hoy es el famoso cruce de San Joaquín hasta el fondo, hasta la Furia, siendo la colita de esta L, la zona que comprende la parroquia de San José Obrero y el parque Walter Ortiz Castilla. Las cuadras estaban divididas en letras, la llamada primera etapa. Al momento de su entrega las letras fueron: A, F, G, H. I, K, L, Q, P, R, W1, X1, Y, V2, U, W2, X2, T.

Debo mencionar que Hierro Perú edificó 10 viviendas las cuales se ubican frente al hoy Conjunto Habitacional José de la Torre Ugarte.

Es menester mencionar a algunas familias que fueron los fundadores de esta nueva urbanización, no son todas y pido disculpas de no mencionarlos, esperando no se sientan excluidos.

Los Santana, Moyano, Oquendo, Jamano, Loayza, Bernaola, Diaz, Mendoza, Castilla, Chávez, Zuñiga, Munive, Ortiz, Vílchez, Benavides, Centeno, Rebata, Campana, Reyes, Carpió, Herrera, Velásquez, Zarate, Alviar, Sáenz, Franco, Cheglio, Challco, Noa, Paccsi, Alca, Quispe, Tataje, Motta, Chacaltana, etc. Todas familias luchadoras que permanecieron en esas barracas por casi seis años de padecimiento.

Hoy a muchos aún los vemos con sus rostros marcados por el tiempo, otros ya se fueron, partieron a la patria celestial, pero llevan en el recuerdo de

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haber levantado en medio del arenal, una esperanza, sueños, deseos de progreso, pero sobretodo un hogar.

Los ochenta se vivieron entre el rumor de los apagones producido por la voladura de torres eléctricas en la sierra central del país como resultado de los atentados de Sendero Luminoso y uno que otro temblor de tierra sin mayores consecuencias que un susto y algunas rajaduras de paredes antiguas. El primer gobierno de Alan García se vivió con angustia y desesperación trayendo por tierra importantes negocios y el retiro de los inversionistas que dejaron locales comerciales y edificios abandonados tal es el caso del edificio Wong, la ex mutual Ica, etc. El éxodo masivo de ayacuchanos y huancavelicanos a causa del terrorismo trajo como consecuencia que las zonas aun áridas se convirtieran en urbanizaciones, pueblos jóvenes, asentamientos humanos y por ende el aumento explosivo de la población y el desempleo masivo en una ciudad que no estaba preparada para albergar tal volumen de pobladores.

El 17 de junio de 1986, siendo Alcalde Provincial de Ica, Don Alfredo Elías Vargas, se oficializa el himno de nuestra ciudad. Obra del genio creativo de dos ilustres hijas de esta tierra, Doña Raquel Meneses Villagra quien diera vida a la letra y el arte insuperable de Doña Sarita Lama y Lama la que le puso la música. Debemos reconocer el talento prodigioso de ambas damas, para darle sentimiento al espíritu de nuestro pueblo, a su historia, a su futuro. Letra que perdurará más allá del tiempo, de la historia, de sus pobladores, y se inmortalizará entre los sones de un pueblo que nace y renace con corajudo ante las adversidades.

El 25 de julio de 1996 se convoca a concurso para la creación de la bandera de Ica, resultando ganador el diseño del Sr. Víctor Hugo Morales Almenara.

Una bandera de dos colores dividida diagonalmente de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha. El campo superior es de color verde pacae, representando el fértil valle iqueño. La franja inferior de color amarillo cromo claro, que representa nuestras soleadas dunas y el cálido clima que nos acompaña todo el año. En la parte central una alegoría de forma ovoidal. En el semicírculo superior se encuentran distribuidas cinco estrellas que representan a las cinco provincias del Departamento de Ica. La primera de la izquierda es de color verde veronés que representa a Chincha; seguida de la estrella de color celeste claro que representa a Pisco; la estrella del centro, tiene color amarillo cromo claro que representa a Ica, seguido de la estrella color naranja que representa a Palpa y

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finalmente la estrella de color rojo indio, que representa a la provincia de Nazca (las cinco estrellas fueron posteriormente eliminadas por autorización de su creador por tratarse de la Bandera de la Ciudad, más no del Departamento de Ica).

En los lados laterales del ovoide cuelgan dos hermosos racimos de uva, y en la parte interior del ovoide existe un sol radiante de color rojo encendido; luego en la parte inferior del mismo, el mar suavemente mecido por las brisas cuyo color es azul cobalto”.

En misma fecha se elige el escudo de la ciudad, resultando ganador (y si me permiten decirlo, absurda y disparatada elección, habiendo tanta riqueza en nuestro valle como para crear símbolos propios que representen nuestra identidad) el escudo de armas de la familia Cabrera en homenaje al fundador de la Villa de Valverde, Con fecha 08 de enero de 1997 se emite la Resolución de Alcaldía Nº 012 97 AMPI, mediante la cual se ratifica el fallo emitido por el Jurado Calificador reconociendo la Bandera y el Escudo como símbolos representativos de nuestra ciudad. (Fuente: Oficina de RRPP MPI. Rodolfo Chalco Cueto)

El 12 de noviembre de 1996 Nazca es sacudida por un violento sismo que causa graves destrozos y que se sintió con intensidad en Ica sin mayores consecuencias que el susto de sus pobladores. En 1997 Ica fue azotada por un nuevo sismo que causó graves daños, pero no tan terribles como los causados por la inundación de febrero de 1998, donde la ciudad quedó arruinada, las calles inundadas y urbanizaciones como Santa María, los Viñedos, Santo Domingo, Luren, etc. resultaron las más gravemente perjudicadas.

Quien escribe, tuvo la oportunidad de trabajar en un canal de televisión local por aquellas fechas y cubrir periodísticamente toda esta desgracia y pude experimentar en lugares como la Nueva Esperanza, la destrucción de la que es capaz la naturaleza y su furia, por el descuido y la intransigencia de autoridades y del pésimo trabajo realizado por instituciones de meteorología que anunciaban que Ica no sería afectada por el Fenómeno del Niño. Esto, claro no justifica a los responsables de la limpieza y desarenamiento del río quienes año tras año sólo hacían trabajos superficiales y nunca previeron una ampliación de su cauce o la limpieza de la Achirana y ni que decir de las acequias que recorren la ciudad y que lucen hasta hoy atiborrados de basura y desperdicios, arenados y en muchas partes ya desparecidas.

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El reforzamiento de los muros de contención de ambos márgenes del río en el área urbana, no fue sino una burda estafa, pues construyeron defensas ribereñas con paredes en muchos tramos sin columnas o endebles, pues el agua las trajo por tierra, siendo precisamente por aquellos lugares donde el huayco causó los mayores estragos. Se propuso retornar al río a su cauce original, empero los hacendados, como siempre, pensado en sus bolsillos y beneficios personales, se opusieron tercamente sin importarles en lo absoluto lo que pudiera ocurrirle a la ciudad, los muertos y desparecidos que causaría y que en efecto provocó.

La noche del 15 de agosto de 2007, Ica se vio nuevamente tocada por las fuerzas de la madre naturaleza (que más parece madrastra) que, demostrando sus fuerzas, ciegas e inmisericordes, asoló la región, trayendo muerte y destrucción.

La tarde terminaba de caer cuando a las 6:58 p.m. un sismo de 7.9 grados violentamente golpeó Ica. El epicentro fue localizado frente a las costas de Pisco y posteriormente frente a Tambo de Mora (Chincha) desolando el panorama urbano.

Viejas casonas se vinieron por tierra, viviendas de adobe sufrieron el golpe y cedieron ante las ondas sísmicas. La población sorprendida por lo intempestivo del movimiento no tuvo tiempo de reaccionar causando la muerte de más de quinientas personas y quince mil damnificados.

Pisco y Chincha casi desaparecieron del mapa. La ciudad como se conocía no existe más.

Ica esta por los suelos. El centro histórico se derrumbó, pudiéndose ver por doquier gran cantidad de casas arruinadas, muerte y dolor, aún el templo de Lurén que es de material noble, cedió, cayendo el techo de la nave central y aplastando a las personas que corrieron hacia el interior del santuario buscando refugio en sus paredes aparentemente sólidas.

Por muchos días se buscó entre las ruinas a los desaparecidos, personas que murieron sofocadas o aplastados por los derrumbes.

Sin embargo y como ocurre siempre, de la desgracia Ica resurgirá como el ave fénix, y ello provocó una nueva expansión urbana y social. Los límites de Ica colonial y principio de la república quedaron en el olvido, así como sus calles añosas, llenas de tradición y recuerdo cayeron por tierra, las

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nuevas generaciones olvidarán su pasado y los “nuevos iqueños” preferirán derruir sus paredes y empujar a la ciudad hacia una nueva Ica.

Varios de los templos católicas sufrieron también las consecuencias de aquel sismo, trayendo por tierra al templo de Lurén. Asimismo, la Catedral fue seriamente dañada en su infraestructura permaneciendo hasta hoy en condiciones de no habitable sin que ninguna autoridad al parecer le interese recuperarla. El Templo de San José, es otro arruinado y que permanece así. La Capilla del Socorro, es solo un recuerdo. San Francisco resistió estoico el movimiento sísmico, al igual que Jesús María y San Juan de Dios.

En la campiña la situación no fue menos dramática. Se vino por tierra el Templo de la Virgen de las Nieves de la Tinguiña, Pueblo Nuevo, Yauca del Rosario resistieron firmes,

La agro exportación y su boom económico han configurado una nueva ciudad con centros comerciales, malls, enormes urbanizaciones, condominios, cadenas de colegios y universidades venidas desde Lima, pero sobre todo una pampa verde que han convertido a Ica en la única ciudad del Perú con 0% de desempleo y una de las principales aportantes al PBI nacional.

Lamentablemente, la crisis de acreditación de nuestra querida Universidad San Luis Gonzaga, han sido factores determinantes para que se haya perdido lo poco que aun permanecía en pie. La facultad de Turismo y Arqueología, llamada a ser la vocera en la defensa del patrimonio local, permanece muda e indiferente ante la continua destrucción de nuestro pasado. Somos hoy por hoy, una ciudad sin pasado arquitectónico y que sigue creciendo a lo loco.

Es importante valorar el aporte de los distintos grupos culturales tanto en literatura como en artes plásticas que vienen luchando por rescatar nuestro pasado de la amnesia general de quienes hoy conforman una nueva sociedad repleta de migrantes, que han traído sus propias costumbres e intentan avasallarnos con ellas. El reconocimiento a la ANEA Ica, la Biblioteca Municipal, las distintas asociaciones de danzas y folclore que han tomado por asalto los parques y plazas públicas convirtiendo las noches en verdaderos espectáculos culturales. Los diferentes grupos de Facebook que permiten que fotografías e historias se propaguen para deleite de quienes las leemos,

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