Las Vegas de Matute y Valdeprados (Segovia) – mayo 2023

Distancia: 11,74 km | Desnivel acumulado: 345 m | Tiempo: 3 h 40 min

Track: Las Vegas de Matute – El Berrocal – río Moros – La Risca de Valdeprados – Valdeprados – Los Cuarterones – Ermita Nuestra Señora del Rosario – Matute – barrio del Zancao – Las Vegas de Matute.

Álbum de fotos de la ruta: Javier Hernández

Barrio del Zancao, Las Vegas de Matute (Segovia).

Mayo 2023. He quedado con Manolo, vecino de Ituero y Lama (Segovia), para recorrer juntos una ruta que él propuso hace ya algunas semanas. Saliendo de Las Vegas de Matute iríamos hasta Valdeprados, para ver la famosa Risca, después hacia el despoblado Matute y finalizar en el barrio del Zancao.

Comenzamos nuestra ruta frente a la imponente iglesia de Santo Tomás de Canterbury (s. XVI). La construcción se realizó bajo la dirección de Rodrigo Gil de Hontañón, famoso maestro cantero responsable de las catedrales de Salamanca y Segovia. Por encontrarse realizando la iglesia de Villacastín, fue llamado por D. Pedro de Segovia, XI Señor de Las Vegas, para erigir este monumento.


En el siglo XIII existían dos localidades, Las Vegas y Matute. De Matute sólo queda su ermita, donde el primer fin de semana de septiembre se traslada a la patrona de la villa, la virgen de Matute, hasta la iglesia de Santo Tomás.
Es en el catastro realizado por el Marqués de la Ensenada (s. XVIII) cuando ya se hace referencia a la «Villa de Vegas de Matute». Fuente: Vegas de Matute

En nuestro camino nos encontramos con el río Moros, gran protagonista de la ruta que estamos realizando. Lo cruzamos por primera vez a través de un puente de piedra de cinco ojos. Pero nos llama más la atención el antiguo puente de piedra que se construyó en época medieval y que hoy se le conoce como «El Puente de Los Enamorados«.


Para no desvelar su leyenda, te animamos a que realices esta ruta y lo descubras leyendo la historia escrita en un cartel próximo al puente (si eres de Ávila esta historia de amor te recordará a la nuestra de «manque os pese la veré».

Fue reconstruído a finales del siglo XIX, tras uno de los habituales derrumbes causados por las crecidas del río Moros (hoy en día no podemos imaginárnoslo debido a su escaso caudal). Su reparación era necesaria por tratarse de un paso vital para los vecinos de Valdeprados.

Puente de los enamorados, sobre el río Moros.

Y llegamos a la zona más sorprendente de la ruta, desde el punto de vista geológico: La Risca. Se trata de un cañón excavado por el río Moros, debido a la acción de uno de los afluentes del río Eresma y del plegamiento de los bloques de roca que se produjeron en esta zona en el Pleistoceno medio (hace unos 400.000 mil años)

La visión de unas paredes rozando la verticalidad con casi cuarenta metros de altura, y el discurrir del río en un estrechamiento hasta los cinco metros en su punto más angosto, hacen de este «desfiladero fluvial» un paisaje casi único en nuestra Comunidad.

Las rocas que forman estos bloques se denominan gneis, que son rocas metamórficas procedentes de transformaciones geológicas cuyas explicaciones técnicas pueden estudiarse en páginas como las de Geolodía, por ejemplo.

La Risca de Valdeprados.

Después de disfrutar de un paisaje tan exclusivo, nos dirigimos hasta el municipio de Valdeprados, que debe su nombre a la concesión que se le otorgó a esta localidad durante la corte de Enrique IV.

Fue la figura de Diego Arias Dávila quien recibió este nombramiento, y quien está relacionado con la construcción de la Torre Fortaleza, declarada Bien de Interés Cultural, a mediados del siglo XV.

Junto a la iglesia de Santa Eulalia de Mérida, donde hicimos una parada para tomar un refrigerio, pudimos fotografiar una placa que refleja el texto en el que se reconoce a la MUY NOBLE VILLA DE VALDEPRADOS.

Torre Fortaleza en Valdeprados.

En este punto decidimos acortar la ruta, pues nos quedaba mucho aún por ver y estábamos caminando muy despacio. Hay ocasiones en las que lo mejor es bajar el ritmo hasta que se oigan los cantos de lo pájaros antes que nuestros pasos.

El día daba para eso y más. En el cielo veíamos constantemente aves rapaces como el águila calzada, el milano real… y el majestuoso buitre negro y leonado.

Improvisar nuevos caminos te pueden deparar sorpresas como la de encontrar este magnífico puente, aunque sea de épocas modernas, desde donde observar el discurrir del río Moros.

Puente sobre el río Moros en la carretera SG-722

Os recomendamos, como en otras ocasiones, que veáis con detalle todas las fotos del álbum. En cuanto al texto, además de las líneas que están a simple vista, debajo de algunas palabras se encuentran referencias y enlaces a otros textos que complementan muy bien la intención de este blog.

De momento os dejamos disfrutar de esta primera parte del artículo mientras nos tomamos la tortilla de patatas que, recién hecha, nos ofreció el propietario del bar «La Chica de La Fortuna». Para acompañar, qué mejor que un par de cervezas tostadas «y sin alcohol».

Manolo y Javier degustando una recién hecha tortilla de patatas y una cerveza (0,0 ¿eh?)

Continuará…

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