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Tesis de grado y posgrado

Evaluación geoecológica de los paisajes del Departamento Minas (Provincia de Neuquén), para el estudio de la degradación de la tierra
Autor: Bertani, Luis Alberto
Grado académico: Doctor en Geografía -- Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Fecha presentación: 2011-03-11
Fecha aprobación: 2011-06-11.



Capítulo 2. El Departamento Minas

INTRODUCCIÓN

En este capítulo se desarrolla el estudio individual de las variables físico – geográficas y socioeconómicas, que permitirán posteriormente (en el próximo capítulo) la diferenciación, clasificación y cartografía de los paisajes del Departamento, de acuerdo a lo establecido en el esquema metodológico detallado en la figura Nº 3 del capítulo 1. Una vez delimitadas estas unidades de análisis, se procedió al estudio de las relaciones de conjunto que llevó a entender cómo es el funcionamiento y la dinámica de los paisajes departamentales y cómo es el estado de los mismos a partir de las distintas intervenciones de la sociedad en ellos.

La situación del Departamento Minas

El departamento Minas se localiza en el extremo noroeste de la provincia de Neuquén. Limita al Norte y al Oeste con la República de Chile, al Sur con el departamento Ñorquín y al Este con el departamento Chos Malal, estando ubicado entre los paralelos de 36º 07’ S. y 37º 22’ S. y los meridianos de 70º 28’ O. y 71º 12’ O. Tiene una superficie de 6.225 Km2 (6,62 % de la provincia) y una población, según el Censo Nacional de 2001, de 7.072 habitantes (1,5 % de la Provincia) lo que arroja una densidad de 1,1 hab./km2. El principal centro urbano y cabecera departamental es la localidad de Andacollo (2.548 hab.). Otros centros que cumplen funciones urbanas son Las Ovejas (1.622 hab.), Huinganco (826 hab.), Los Miches (593 hab.), Manzano Amargo (346 hab.), Villa Nahueve (326) y Varvarco (260 hab.). La localización de los mismos puede verse en el mapa general del Departamento (figura Nº 4).

Desde el punto de vista fisiográfico presenta una gran diversidad de paisajes como resultado de la variedad topográfica, geológica-geomorfológica y climática. En este sentido se la puede dividir en dos grandes unidades bien diferenciadas: las áreas montañosas constituidas por la Cordillera de los Andes (Cordillera Principal) y la del Viento y un sector de planicies, sierras y valles intermontanos, lugar donde se asienta la casi totalidad de la población. Las mayores alturas de la región se localizan al Norte de la Cordillera del Viento, en el Cerro Crestón (3.620 m s.n.m.) mientras que la cota inferior corresponde al cauce del río Neuquén, al sudeste del Departamento (aprox. 900 m s.n.m.). El desnivel resultante, 2.720 m., da como resultado la existencia de distintos pisos altitudinales (figura Nº 5) que van a tener gran influencia en las variaciones de las temperaturas y la vegetación.

FIGURA Nº 4.

MAPA GENERAL DEL DEPARTAMENTO MINAS

FIGURA Nº 5

Bosquejo geológico – geomorfológico

El departamento Minas comprende la porción más austral de la provincia geológica “Cordillera Principal” (Irigoyen,1979). Los afloramientos más antiguos se localizan en la Cordillera del Viento y están constituidos por las metamorfitas de bajo grado correspondientes a la ectinita Guanaco Norte de probable edad silúrico – devónico (paleozoico medio). Durante el Pérmico superior – triásico inferior estas rocas fueron cubiertas por las vulcanitas del Grupo Choiyoi en relación de discordancia angular. En conjunto conforman geoformas positivas que alcanzan, en el Cerro Butalón (al Este del Departamento), la altura máxima de casi 3.000 m.

Ya en el Triásico superior (en plena etapa de formación de la cuenca Neuquina), se depositan los estratos continentales de la Formación Lapa, alternando lavas, areniscas y pelitas. Estas rocas afloran en la margen izquierda del Arroyo Manchana Covunco en la Cordillera del Viento. Durante el Jurásico se produce la primera ingresión marina desde el Pacífico (no existía la Cordillera de los Andes), responsable de la sedimentación de pelitas y evaporitas del Grupo Cuyo, que cubren discordantemente a los sedimentos continentales, y subyacen a las rocas pelíticas, calcáreas y evaporíticas del Grupo Lotena (representa la final del ciclo de sedimentación marina en el Jurásico superior). Sobreviene, en el Cretácico inferior, un periodo de depositación continental representado por las areniscas fluviales de la Formación Tordillo, que concluye con una nueva ingresión marina que origina las rocas políticas calcáreas correspondientes a la Formación Vaca Muerta - Quintuco. Toda esta secuencia sedimentaria aflora en las laderas del Cerro Las Papas.

Al final del Cretácico, inicio del Terciario, la comarca es elevada y afectada, fundamentalmente en el Cenozoico, por varios eventos eruptivos que empiezan a dar la configuración morfológica actual. En el Eoceno y Oligoceno se produjeron episodios subvolcánicos y efusivos mesosilícicos que dieron lugar a las rocas del Grupo Molle, que representan paisajes de coladas basálticas y andesíticas (especialmente al sur y oeste de las lagunas de Epulafquén), conjuntamente con elementos morfológicos de carácter puntual como conos volcánicos (Cerro Buraleo, por ejemplo).

Posteriormente estas coladas fueron localmente cubiertas por las sedimentitas continentales de la Formación Arroyo Palao (Mioceno inferior), sobre las que se disponen las piroclastitas y lavas mesosilícicas de la Formación Trapa-Trapa y las piroclastitas de la Formación Invernada Vieja (Mioceno medio). Estos depósitos conforman geoformas derivadas de procesos eruptivos, fundamentalmente extensas planicies de coladas e ignimbríticas, próximas a la localidad de Varvarco.

Durante el Mioceno medio sobrevienen una serie de rocas intrusivas (Granito Las Lagunas, Monzodiorita Lambedero y Dacita Turbio), que conforman relieves positivos (por ejemplo, Cordillera Blanca, próxima de Lagunas de Epulafquen), o afloran en los cursos de los arroyos (Los Chenques, Millaqueo, Turbio, etc.).

Una intensa actividad volcánica desde fines del Mioceno superior y hasta el Plioceno superior es la responsable de los productos volcanogénicos mesosilícicos (Grupo Huincán), y básicos (Basalto Coyocho), que ocupan una gran extensión del área. Estas manifestaciones efusivas continúan su desarrollo a lo largo del Plioceno superior y Pleistoceno medio, correspondiendo a las rocas básicas a silícicas de las Volcanitas Tilhué, Chapúa y Cerro Domo. Son las responsables de buena parte de las geoformas actuales (tanto las juveniles como las maduras), esencialmente la acumulación de coladas lávicas y de productos volcánicos fragmentarios o puntuales (conos volcánicos, necks, bulbos volcánicos, etc.).

En el Pleistoceno superior tuvo lugar el englazamiento de la comarca del tipo glaciar de valle, tal como lo atestiguan depósitos morénicos y glacifluviales y diversas formas de erosión glaciaria. El paisaje conformada por las geoformas derivadas de la actividad glaciaria está muy bien definido en la zona limítrofe con Chile y en la cordillera del Viento (especialmente en su vertiente occidental), donde se destacan circos, artesas y la presencia de un rasgo característico: la presencia de valles glaciarios en el tramo superior y el valle fluvial aguas abajo. Otro elemento característico lo conforman los horns de los cerros Crestón y Pirámide localizados al Este de la Laguna de Varvarco Campos.

La estratigrafía del Cuaternario se completa con depósitos aterrazados (dos niveles en los ríos Neuquén y Varvarco), de remosión en masa (los más relevantes al norte, en la márgen este de la laguna Varvarco Tapia, representados por un alud de rocas que asemejan depósitos glaciarios), y aluvios, coluvios y depósitos pedemontanos. Una última mención a las geoformas derivadas del proceso fluvial que presentan un marcado control estructural en el modelado de la red de drenaje.

El presente bosquejo geológico constituye una síntesis de la información obtenida de las cartas geológicas 3772 – II “Las Ovejas” y 3772 – IV “Andacollo” del SEGEMAR, el capítulo “Cordillera Principal” del Vol. 1 de Geología Regional Argentina (Irigoyen, 1979) y la Descripción geológica de la Hoja 32 b, “Chos Malal” (Zollner y Amos, 1973).

En síntesis puede señalarse que el Departamento presenta dos grandes cordilleras, la de Los Andes al Oeste y la Del viento al Este, que se unen en el extremo Norte a modo de una gran “herradura”. En su interior existen otros conjuntos montañosos menores, extensas planicies de origen volcánico, sierras y numerosos valles ocupados por cursos de agua de distinta magnitud. El proceso más activo lo constituye la acción hídrica, dado los importantes desniveles que generan un fuerte gradiente en ríos y arroyos. La acción eólica y los procesos de remoción en masa se muestran también como procesos bastante activos.

Características climáticas del Departamento

La importante variabilidad morfológica del Departamento genera una desigual distribución de las características climáticas, particularmente en relación al gradiente pluviométrico Oeste – Este, producto del obstáculo que representa la Cordillera de los Andes a las masas de aire que proceden del Oeste, originadas en el anticiclón del Pacífico.

Al tener que atravesar esta barrera orográfica, que en líneas generales tiene orientación Norte – Sur (perpendiculares a los vientos), las masas de aire van perdiendo su humedad. A barlovento de la Cordillera y en los niveles altos a sotavento, se producen los máximos valores de precipitaciones. En Polcura (Chile, 37º S.; 71º 32' O.) se registran 2144 mm. y unos pocos kilómetros más al Este, en Lagunas de Epulaufquen, del lado Argentino, 2700 mm.

Luego de su avance a través del faldeo oriental de la Cordillera (cuenca alta del Río Neuquén) las masas de aire sufren un proceso de secado durante el descenso como queda registrado en Andacollo, 40 km. al Este del límite (559 mm.) y más al Este en Chos Malal (212 mm.).

Las lluvias características en esta región son provocadas por sistemas frontales originadas en los sistemas de baja presión que ingresan desde el Océano Pacífico, desde el Sudoeste hacia el Noreste. Ocurren principalmente en invierno y provocan fuertes vientos de dirección Noroeste, Oeste y Sudoeste, lluvias de intensidad y nevadas. Cuando el frente es importante el área de influencia se extiende hasta los valles intermontanos y la Cordillera del Viento.

En forma menos frecuente, también en meses de invierno, se produce el ingreso de masas de aire frío polar, que afecta la Patagonia con vientos del sur y sudeste, esta situación está asociada a bajas presiones con formación de frentes, provocando lluvias y nevadas de importancia sobre toda la región con aire que proviene del Océano Atlántico.

En verano suele producirse el ingreso de aire cálido subtropical del norte del país, con vientos predominantes del nor-oeste, norte y noreste, afectando a la zona con escasas precipitaciones, de tipo convectivo. Los frentes cálidos que originan estas masas de aire, forman un amplio sistema de nubes, provocando lluvias continuas o intermitentes pero no violentas. Sí en cambio, el aire cálido es inestable, y su ascensión por la rampa de aire frío provoca inestabilidad y aparecen nubes del tipo Cumulonimbus que se entremezclan con las Altostratus y los Nimbostratus. De esta manera entre la lluvia se intercalan fuertes tormentas eléctricas de corta duración.

Debido al comportamiento de la circulación atmosférica y a las características higrométricas de las masas de aire, el ingreso de aire húmedo a la zona queda restringido principalmente a los meses de invierno (hecho muy importante dado el tipo de economía predominantemente ganadera), lo que deriva en un clima de características mediterráneas, inviernos húmedos y fríos y veranos secos y cálidos. El efecto combinado de la circulación atmosférica y la orografía queda claramente evidenciado si se observa el comportamiento de las lluvias a ambos lados de las cordilleras de los Andes y del Viento. (Figura Nº 7).

Las variaciones de la temperatura están en íntima relación con la radiación solar y la circulación atmosférica, manifestando sus principales diferencias para este Departamento, de acuerdo al importante gradiente altitudinal. Esto tiene consecuencias en la vegetación generando distintos pisos de vegetación.

Con respecto a las temperaturas, las mismas reflejan el ingreso de aire cálido tropical o subtropical en el Norte de Neuquén, entre los 38º y 36º de latitud Sur, en los meses de verano, con máximas medias apenas por debajo de los 30º C. Si se analizan las series de datos máximas, las mismas superan los 30º C durante los meses de enero y febrero, con marcada frecuencia (Peña y Ostertag, 2006). Durante los meses de invierno las temperaturas máximas medias en la misma región se ubican entre los 8 y 12 ºC, definiendo una marcada amplitud térmica estacional, de más de 15º C.

Las temperaturas mínimas para los meses de invierno se ubican por debajo de los 0º C, lo que significa temperaturas absolutas muy inferiores a dicho valores, en algunos casos entre -10 y -15º C, especialmente en los meses de mayo, junio y julio. En el verano las temperaturas mínimas medias se ubican entre los 4 y 8º C.

El carácter pluvio-nival de esta región, se manifiesta al comparar el comportamiento estacional de las lluvias en la estación Huinganco, con los caudales mensuales en una estación de aforo sobre el Río Neuquén (Rahueco, al Sur del Departamento). El periodo de máximas lluvias es claramente invernal (mayo, junio y julio), mientras que los caudales presentan dos máximos (julio y noviembre) como resultado de las precipitaciones invernales y el deshielo primaveral.

Hidrografía

El Departamento Minas posee una importante red de drenaje con presencia de lagos, lagunas y numerosos ríos. Casi toda esta región (un 98 % del territorio) pertenece a la cuenca del río Neuquén mientras que hay una pequeña porción que drena hacia el río Colorado. A la salida del Departamento (Estancia Rahueco), el río Neuquén registra un caudal promedio de 225 m3/seg. (Malinow, et al., 1987). Este río, que se origina en la Cordillera de los Andes (Cerro Bayo 2.781 m), discurre por el valle denominado “Cajón de los Chenques” primero con rumbo Sudoeste y luego Oeste, hasta el paraje “Los Terneros” donde, siguiendo una falla geológica, toma un rumbo Sur, atravesando la totalidad del Departamento y convirtiéndose en el eje vertebrador del Departamento. En el tramo superior, el río tiene un caudal de sólo 16 m3/seg. hasta recibir, por su margen derecha, el aporte del Pichi Neuquén (20.9 m3/seg.). A esta altura el río adquiere un caudal significativo y corre por un valle más amplio con distintos niveles de terrazas de origen fluvial y glaciofluvial. Más al Sur recibe aportes de otros ríos y arroyos entre los que se destacan el Varvarco (45,8 m3/seg), Nahueve (56,1 m3/seg) y Trocomán (50,0 m3/seg). A la salida del Departamento posee un caudal de 225 m3/seg. (Estación Estancia Rahueco de la AIC).

Además de los numerosos ríos y arroyos mencionados, el Departamento presenta gran cantidad de lagos, lagunas y cuerpos de agua de distinta magnitud, que en total, de acuerdo con las cartas topográficas a escala 1:100.000, suman 111, siendo Varvarco Campos la de mayor extensión con una superficie de 2.510 Has.

La vegetación del Departamento

Esta variedad climática, más la cantidad de pisos altitudinales existentes, dan como resultado una gran diversidad florística. Esto se refleja en que en la región se hallan presentes tres provincias fitogeográficas (Cabrera, 1976): la patagónica con una fisonomía herbácea (dominada por diversas especies de stipas), la subantártica, con formación de bosques y la altoandina donde aparecen especies achaparradas en forma dispersa.

El semidesierto de altura (Provincia altoandina) se ubica por encima de los 2.800/3.000 m de altitud. Desde esa cota hasta los 1.600/1.800 m, la vegetación dominante está compuesta por una estepa herbácea y por debajo de esas cotas comienza a transformarse en arbustiva. Entre los 1.600 y 1.800 m existe una franja de transición donde, dependiendo la orientación de las laderas, las pendientes y los suelos, la vegetación varía en altura (se aproxima más a una cota que a otra), o la transición es más neta o más desdibujada. En los pequeños valles transversales de la Cordillera de los Andes con orientación Sur, donde las condiciones de humedad y suelo lo permiten, existen algunos manchones del bosque subantártico, representados por bosquecillos de Ñire (Nothofagus antártica), Lenga (Nothofagus pumilio) y Roble Pellín (Nothofagus obliqua), tal como ocurre en la zona de lagunas de Epulafquen (Mapa figura N° 8 y Fotografía N° 3)

Sobre la ladera occidental de la Cordillera del viento, entre las cotas de 1300 y 1500 m (entre las localidades de Varvarco y Huinganco) existen algunos remanentes de bosque de Ciprés de la Cordillera (Austrocedrus chilensis) y Roble Pellín, única formación arbórea de la Provincia subantártica en esta zona. Se trata del límite septentrional de estas especies y por tal motivo en las proximidades de la localidad de Huinganco se han cercado unas 50 hectáreas con la intención de preservarlo del ganado, declarándoselo Monumento Natural Protegido por la Dirección de Bosques y Áreas Protegidas de la Provincia de Neuquén.

Además del gradiente altitudinal y las precipitaciones, principales factores determinantes del tipo de vegetación, existen otros tales como la orientación de las laderas, las condiciones morfológicas, hidrológicas y el tipo de sustrato, que condicionan el desarrollo de la vegetación natural. A esto se le debe sumársele la acción humana que ha contribuido a alterar, cualitativa y cuantitativamente estas condiciones originales.

Un rasgo característico del ambiente patagónico también está presente en el Departamento: los mallines y vegas (humedales). Se trata de superficies con abundancia de humedad con suelos hidromórficos y donde es posible encontrar abundante materia orgánica, alta densidad de raíces, y la napa freática a escasos centímetros de la superficie. Pueden aparecer “colgados” en laderas de las mesetas, “en rosario” en los fondos de valles u ocupando las terrazas o planicies de origen fluvial o glacial.

Su distribución obedece a diversos factores entre los que se destacan las condiciones topográficas, geomorfológicas e hidrológicas. Su tamaño puede ser muy variado, desde unas pocas decenas de metros cuadrados hasta más de 100 hectáreas, dependiendo esto de las características de los factores que dieron lugar a su génesis. Según un estudio realizado por el C.F.I. (1993) existen en el Departamento Minas 1.326 mallines que ocupan una superficie de 19.240 Has. (Cuadro Nº 1). Esto representa un 3.1 % del total de la superficie departamental. En el mapa de la figura Nº 8 (Movia, et al. 1983) pueden verse las variaciones de la composición de la vegetación dentro del Departamento Minas.

Los mallines constituyen un recurso natural muy valorado en la zona ya que aportan agua para el hombre y el ganado, además de proveer abundante forraje que en las zonas semiáridas, como es este caso, es casi el único sustento de los pobladores rurales. Además de esto, son recursos escénicos que valorizan el paisaje y su condición de “oasis” en un medio semiárido, los transforma en áreas con singular riqueza en biodiversidad de fauna y flora.

Otro aspecto que merece destacarse sobre las vegas o mallines es su función como regulador del sistema hídrico en este caso de la alta cuenca del Río Neuquén. Los caudales que ingresan, son almacenados y retenidos por un tiempo (dependiendo de la capacidad del mallín) y luego son erogados con un caudal regulado, dependiendo ello de la estación del año y de las características propias de cada mallín. De esta manera evitan las crecidas extraordinarias de los cursos de agua, minimizan la erosión aguas abajo y aseguran la provisión de agua durante todo o gran parte del año.

FIGURA Nº 9

Además presentan variaciones temporales (estacionales, anuales y de mayor duración) respecto a su constitución y extensión. Estos cambios son básicamente de dos tipos: aquellos originados en cuestiones climáticas (variaciones de las precipitaciones y las temperaturas) y otros por el tipo de manejo al que están sometidos (o la combinación de ambas causas) En este sentido la superficie y composición de un mallín puede variar aumentando su superficie y diversidad o en sentido contrario, quizás lo que ocurre más habitualmente, empobreciéndoselo por un uso inadecuado. En muchos casos, en particular en las zonas de invernada, estos mallines aparecen muy degradados debido al cambio de los sistemas de drenaje que produce profundización de la capa freática o por degradación química (salinización y/o aumento de nitratos en el suelo), provocando en algunos casos su desecamiento o el cambio en la composición florística del mallín, y por ende, la disminución de su potencial productivo.

Los Suelos de la región

Los suelos juegan un papel decisivo para el desarrollo de la vegetación natural, aunque esta relación es también recíproca. La totalidad del Departamento presenta régimen de humedad de los suelos con edafoclima xérico, es decir, con déficit de humedad durante el verano. En las zonas montañosas altas o en algunos sectores de planicies basálticas, es común la presencia de afloramientos rocosos o simplemente la presencia de una delgada cubierta detrítica con escaso o nulo desarrollo edáfico. En el resto de la zona los suelos presentan en general un perfil poco diferenciado prevaleciendo la secuencia A1, C o A, AC, C y se los ha clasificado, en orden de importancia como Vitrixerandes mólicos y típicos, Haplacuoles énticos, Haploxeroles énticos y vitrándicos, Xerortentes típicos y Argixeroles cálcicos arídicos (CFI – COPADE, 1991).

En este conjunto los Andosoles (cuyo material parental es la ceniza volcánica) dominan ampliamente, localizándose los del tipo ócrico y húmico en los faldeos de cerros y valles de origen glaciario (Valle del Nahueve, del Pichi Neuquén, etc.) mientras que los vítricos y ócricos en las planicies altas de basalto más próximas al río Neuquén. La textura dominante en este grupo de suelos de del tipo franco arenosa con retenciones hídricas elevadas para esta clase textural, entre 12 % y 15 % bar (Irisarri et al., 1979). Estos suelos presentan muy buena aptitud para el desarrollo de la vegetación, pues retienen la humedad en el perfil del suelo por mucho tiempo. Un ejemplo de esta situación ocurre en las Lagunas de Epulafquen y otros valles cordilleranos, donde se ha desarrollado un bosque denso de roble pellín (Nothofagus oblicua) y Ñire (Nothofagus antártica) que contrasta con el resto de la zona dominada por vegetación herbácea y arbustiva.

Para poder caracterizar las distintas unidades de paisaje en relación a sus aptitudes y condiciones topográficas que puedan favorecer la degradación de tierras se ha incluido un mapa sobre pendientes y otro sobre orientación de las laderas construidos con el Programa Idrisi, utilizando una combinación de curvas topográficas (cotas cada 100 m) e imágenes satelitales landsat TM. Los resultados del procesamiento de ambas imágenes luego fueron reclasificados en distintos rangos con el objeto de hacer su lectura más sencilla (Figuras N° 10 y N° 11). Estos mapas luego son utilizados para analizar cada una de las clases, tipos y grupos de paisajes del Departamento.

La Población del Departamento

Según el censo nacional del 2001 el Departamento Minas cuenta con 7.072 habitantes (1,5 % del total provincial) lo que arroja una densidad de 1.1 hab/km2. Con respecto al censo anterior (1991) se ha producido un incremento del 26.8 % ya que en ese entonces había 5.577 personas y la densidad era de 0.9 hab./km2, y en el 2001 se registraron 7.072 personas (densidad 1,1 hab./km2) (Cuadro Nº 2). Para la fecha de la entrega de esta tesis, febrero de 2011, sólo existen resultados provisorios del censo 2010 que arrojan una población para el Departamento Minas de 7.589 habitantes.

La participación de la población del Departamento en relación al total provincial ha ido decreciendo en los distintos censos a partir de 1920 donde alcanzaba el 12.6 % del total provincial, hasta 1991 donde se registró un mínimo de 1.4 % teniendo un ligero incremento en el censo de 2001 donde llegó al 1.5 % (Cuadro Nº 2).

En la Figura Nº 10 puede observarse que existen tres claras etapas respecto al poblamiento del Departamento: la primera abarca entre el principio del siglo anterior y mediados del mismo donde, si bien fue mermando el porcentaje de participación respecto al total provincial, la población departamental fue aumentando en valores absolutos. Una segunda etapa, de fuerte emigración, se la puede circunscribir entre mediados del siglo anterior hasta 1970 donde la población disminuyó en valores absolutos un 35% y obviamente, también respecto al total provincial. La tercera etapa, de fuerte crecimiento, básicamente por desarrollo urbano, se viene registrando a partir del censo de 1970, período en donde en 30 años prácticamente se duplicó la población (Cuadro Nº 2 y Figura Nº 10).

En el cuadro Nº 4 puede analizarse cómo es la distribución de la población hacia el interior del Departamento. En la poción Sur del mismo (Fracción 2), la densidad alcanza a 2.65 hab/km2 mientras que la Fracción 1 (el 73.2 % de la superficie departamental) llega apenas a 0.58 hab/km2 con amplios sectores (Radios 1 y 2 de la Fracción 1) donde se registran valores de tan sólo 0.2 hab/km2.

Esta desigual distribución de la población obedece a que una gran mayoría de la superficie departamental permanece inaccesible durante el invierno (y en ocasiones durante gran parte del año), siendo muy difícil, al menos con el actual desarrollo de infraestructura, habitarla en forma permanente. Estos lugares, en general con cotas superiores a los 1.800/2.000 m, en caso que se construyan caminos, sólo serían accesibles durante el verano. Para ajustar más este análisis puede afirmarse que la gran mayoría de la población del Departamento está localizada en una franja muy estrecha, junto al valle del río Neuquén, lugar donde están localizados los principales núcleos urbanos del Departamento.

De acuerdo a la información de los censos se destaca el notorio incremento que han tenido los centros urbanos en detrimento del área rural. Un dato significativo para analizar esta situación es que en los Ejidos Municipales (centros urbanos y su perisferia) se concentra el 94.7 % de la población del Departamento (6.698 hab.) lo que describe la escasa población dispersa.

Otro dato significativo que surge al analizar las encuestas a pobladores rurales es el notable despoblamiento en edades económicamente activas. De las encuestas a 231 pobladores dispersos realizadas para un estudio (1997-2005) promovido por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (en convenio con el Banco Interamericano de Desarrrollo) surge que gran parte de la población rural en edad económicamente activa ha emigrado a los pequeños centros urbanos del Departamento. Muchos de los que no se han trasladado definitivamente mantienen una doble pertenencia: un puesto en el área rural y una vivienda en alguno de los centros urbanos. En una entrevista realizada al Sr. Pedro Vázquez, a cargo de Dirección de Producción de Andacollo, comentaba que el despoblamiento del área rural es una situación muy preocupante, pues en muchos casos no existe mano de obra capacitada para realizar las tareas relacionadas con el mantenimiento y mejoramiento de los predios.

FIGURA Nº 12

Fuente: Elaboración propia en base a Censos Nacionales y Provinciales.

LA GANADERIA

Históricamente este Departamento se organizó en función de la ganadería extensiva. Más del 90% de su superficie está destinada al uso de pasturas en lotes cuya propiedad en gran medida son del Estado Provincial. Las tierras fiscales alcanzan al 71.7 % siendo allí básicamente donde se producen los mayores problemas de degradación, con la consecuente alteración de las condiciones originarias de estos paisajes.

De acuerdo con el Estudio Regional de Suelos de la Provincia de Neuquén (Copade-CFI, 1991), el Departamento Minas presenta una sobrecarga animal considerada “moderada” (17 %). Por sobrecarga animal se entiende a la relación entre la existencia ganadera de un lugar (en este caso un departamento) y la cantidad teórica de ganado que las condiciones naturales de ese lugar permiten albergar, sin producir deterioro en la vegetación y las tierras.

Sin embargo, esta calificación de “moderada”, se contradice con la situación de extrema gravedad respecto a la degradación de tierras que se observa en muchos sectores de este Departamento, en particular en la zona de invernada (por debajo la cota de 1400/1600 m). Es que las cifras corresponden a valores globales a nivel departamental, mientras que la distribución del ganado es desigual territorialmente y a lo largo del año. Entre las consideraciones que ponen en duda la calificación de sobrecarga “moderada” hay que considerar lo siguiente:

  • De acuerdo a la información proporcionada por informantes clave, existiría un importante subregistro de los stocks ganaderos que se consideran oficialmente.
  • Los datos con que se realizaron los cálculos corresponden al Censo Nacional Agropecuario del año 1988. Para ese entonces el Departamento Minas contaba con 77.944 caprinos, hoy de acuerdo con la información proporcionada por el SENASA (2008) se contabilizan 131.525 caprinos lo que significa un incremento del 68.7%.
  • Para el cálculo realizado por el CFI no se consideró el ganado que ingresa desde otros departamentos para realizar la veranada (Cuadro N° 9) que se suma a las existencias del Departamento Minas. Aunque habría que aclarar que estos arreos sólo permanecen en Minas entre 5 y 6 meses (entre noviembre y abril).

Este análisis sobre las existencias ganaderas y su relación con el ganado trashumante será tratado con mayor detalle en el Capítulo Nº 4 “La degradación de tierras en el Departamento Minas”.

Una característica del centro y noroeste neuquino y el Sur de Mendoza es la movilidad del ganado entre las tierras bajas (invernadas), por lo general áridas o semiáridas y las tierras altas (veranadas) con buenas pasturas y mallines. Esta movilidad espacial constante, la trashumancia, se lleva a cabo recorriendo los callejones asignados para tal fin o a campo traviesa. En algunos casos los campos de invernada se localizan fuera del Departamento Minas y los arreos deben recorrer largos tramos durante varios días hasta llegar a los campos de veranada en busca de buenos pastos.

A partir de la información proporcionada por informantes clave locales (Isidro Belver y Pedro Vázquez de la Oficina de Marcas y Señales de la Dirección de Producción de Andacollo) más la obtenida de las planillas de los arreos de la Dirección Provincial de Tierras de la Provincia de Neuquén (en anexo), se reconstruyó cuáles son las principales rutas de trashumancia que utilizan estos arreos que se movilizan dentro del Departamento Minas y los que proceden desde otros Departamentos. Estos últimos ingresan a Minas a través de las siguientes rutas de trashumancia para llegar a las tierras de veranada (Figura Nº 13):

Lugar de Ingreso
Área de Procedencia
Área de veranada
1 Puente sobre el Río Reñileuvú (Ruta 57) El Cholar, El Huecú (Departamento Ñorquín) y zona de influencia Zona próxima al Paso Buta Mallín y Sur Dpto. Minas
2 Sur del Departamento Ruta 43 y Puente sobre Río Neuquén en Andacollo Departamentos Chos Malal, Loncopué, Pehuenches, Ñorquín y Añelo. Cordilleras del Viento (al Sur) y de los Andes (al Norte)
3 Cruce de la Cordillera del Viento por paso “Cruce del Viento” (2397 m) Tricao Malal, Cancha Huinganco y otros sectores del Departamento Chos Malal. Ailinco, Rincón de las Papas, Vado las Arvejas, Las Olletas, etc. (Sur y Oeste del Domuyo)
4 Cajón de los Arrieros (al Norte del Domuyo) Buta Ranquil, Barrancas, Ranquil Vega y otros sectores del Dpto. Pehuenches. Zona de Varvarco Campos, Varvaco Tapia y otros valles próximos del Norte del Dpto. Minas.

FIGURA Nº 13

Del análisis de los “permisos de veranada” (incluida en el anexo) correspondientes al verano 2006/2007 se reconstruyó los arreos (y la composición del ganado) que se trasladan hacia los sitios altos del Departamento. Parten a la veranada entre los meses de noviembre y diciembre y regresan en marzo y abril. Los arreos pueden duran entre 1 y 20 días o más, dependiendo del tamaño y composición de la majada y sobretodo de la distancia entre la veranada y la invernad. Hay arreos que proceden desde el Departamento Añelo y realizan un recorrido de más de 300 km. Según las planillas del 2006/07 se movilizaron dentro del Departamento unos 236 arreos a los que se los puede dividir en dos grandes grupos:

  • Aquellos que tienen la invernada en el mismo Departamento Minas y
  • Los que proceden de otros Departamentos.

Con esta información se construyó un mapa (Figura Nº 14) de localización de las veranadas del Departamento, diferenciando los arreos extradepartamentales (111, con un punto rojo en el mapa) de aquellos que se trasladan dentro del Departamento (125, en verde). Se han contabilizado un total de 161.817 cabezas (ver detalle en Cuadro N° 5), aunque según la información proporcionada por la Dirección de Tierras (Oficina Chos Malal), se estima que existen crianceros que no tramitan el permiso de veranada (prácticamente no hay controles de arreo) y que además la cantidad de cabezas declaradas por lo general es inferior a la real.

Esta cantidad de ganado transformado en Unidades Ganaderas Ovinas (detalles en Capítulo 4) alcanza a la cifra de 285.606, que movilizados dos veces al año por callejones asignados para el traslado entre veranada e invernada, producen un fuerte impacto sobre los distintos paisajes del Departamento.

FIGURA Nº 14

Existencias Ganaderas

La actividad ganadera a nivel provincial fue decreciendo en el producto bruto, siendo hoy insignificante su participación, a pesar de haber sido la más dinámica en el siglo XIX y primera mitad del XX. Según los últimos Censos Económicos Nacionales (1988 - 2002), las existencias ganaderas provinciales registraron mermas significativas. Sin embargo esta actividad en Noroeste neuquino se ha visto incrementada (cuadros Nº 6 y 7). Esta tendencia, que se viene registrando desde el Censo agropecuario de 1978, implica que el Norte neuquino se ha consolidado como espacio destinado al uso ganadero. Según información obtenida recientemente (cuadro N° 8), entre el último Censo Nacional Agropecuario y el año 2008 (información SENASA, 2008) el ganado caprino se han incrementado en un 57%, alcanzando registros nunca antes obtenidos.

El incremento registrado en los últimos años refleja lo ocurrido en nuestro país luego de la devaluación monetaria sufrida a fines del 2001. Esto trajo aparejado un aumento notable de los valores de rentabilidad de los productos primarios, entre ellos el del ganado, implicando un marcado incremento de las existencias ganaderas en general y el ganado caprino en particular. En las figuras siguientes puede verse la tendencia a nivel país de los stocks de este tipo de ganado, que pasaron de 3.4 millones en el año 2001 a 4.2 millones en el 2003 (+23.5%).

A los valores contabilizados para Minas debería adicionarse el ganado trashumante que llega al Departamento durante los meses de verano provenientes de invernadas de otros Departamentos. Esta situación genera mayor presión ganadera a los campos de veranada pero también a los de invernada, a causa de que dicho ganado es conducido a través de los callejones asignados a tal fin o simplemente a campo traviesa. Todo esto constituye un factor de considerable importancia a la hora de evaluar los procesos de degradación registrados en este lugar.

FIGURA Nº 15

FIGURA Nº 16

USO GANADERO Y TENENCIA DE LA TIERRA

Los pequeños y medianos productores representan el 51.4 % de la población que territorialmente ocupan el 7.2 % la superficie (cuadro N° 15). Se trata de crianceros dedicados al ganado menor mixto, principalmente caprino, combinado en ocasiones con agricultura de subsistencia. Este trabajo es de tipo familiar de escasa productividad, realizado en parcelas pequeñas, con muy poca o nula incorporación de técnicas para el mejoramiento de la parcela o la calidad del ganado. La comercialización de los excedentes por lo general se lleva a cabo bajo la modalidad de trueque con escasas o nulas posibilidades de acumulación (Proyecto Ecología del Paisaje, 2001).

Teniendo en cuenta las explotaciones rurales donde se practica la trashumancia, tanto en veranadas como en invernadas, se observa que las primeras presentan una mayor competencia de uso, dado que es donde se engorda al ganado, se desarrollan las crías y se inicia el proceso de comercialización. Ello se puede observar en los cuadros Nº 11 y 12 y en la figura N° 12, donde el 65,2 % del total de las explotaciones del área de estudio, se localizan en las veranadas y es “donde se expresan los mayores y más frecuentes conflictos expresados a nivel disputas entre vecinos y reclamos permanentes sobre el uso y delimitación de los campos. Es factor ineludible de conflicto el proceso de cercamientos y alambrados sumados a una situación dominial que no legitima el uso actual y a sus ocupantes” (GESA, 1993).

Del total de veranadas, el 66 % corresponden a tierras fiscales lugar donde se desarrollan la gran mayoría de los conflictos aludidos en la cita anterior. En el cuadro N° 10 (Cantidad de EAPs con límites indefinidos) muestra que en la Provincia de Neuquén las EAPs con estas características alcanzan al 61%, mientras que para el resto de las provincias patagónicas, no superan el 6%. Esta problemática también queda reflejada en los datos proporcionados por el Censo Nacional Agropecuario 2002, en donde para el Departamento Minas están registradas 614 Empresas Agropecuarias de las cuales sólo 240 (39.1 %) posee límites definidos.

CUADRO Nº 10

Para comprender la relación entre la tenencia de la tierra, el uso y su vinculación con los procesos de degradación, se prestó especial atención al tipo de relación con el territorio donde un gran porcentaje de crianceros (37.2 %) no supera las 300 cabezas (nivel de subsistencia) porcentaje que alcanza al 62.8 % que no supera las 600 cabezas. Los pequeños productores, aquellos que se localizan en explotaciones menores de 500 has., representan un porcentaje significativo del total de la población, siendo los que se ubican en el primer rango de cantidad de cabezas, donde el 79% de las mismas, está compuesta por ganado caprino.

Esto trae como consecuencia la falta de capitalización y generación de una tasa de ganancia que permita realizar inversiones en tecnología (conservación de aguadas, alambrados, ampliación de mallines, mejoramiento genético, etc.). Esto más la falta de titularización y delimitación de tierras aparecen como uno de los aspectos más relevantes para la vinculación existente entre la degradación de tierras y el tipo de tenencia de la tierra.

FIGURA Nº 18

FIGURA Nº 19

Forestación

La actividad forestal está presente en esta región en tres grandes zonas: 1) Huinganco – Andacollo; 2) Lagunas de Epulafquen – Las Ovejas y 3) Varvarco – Manzano Amargo. Estos emprendimientos, que en algunos casos llevan más de 25 años se han desarrollado en base a distintos planes nacionales, provinciales y municipales aunque la mayoría de los mismos corresponde a la empresa de capitales mixtos (provincial – privado) CORFONE (Corporación Forestal del Neuquén). Si se toma en cuenta la totalidad de esta región, los resultados obtenidos son bastante dispares ya que se han presentado problemas de diversos tipos en relación a la adaptabilidad de las especies, manejo, gestión y comercialización del recurso (Bertani et al. 2004).

De acuerdo con especialistas que han participado en las actividades relacionadas con la forestación en el Departamento (Ing. Agr. Emilio Costas del Municipio de Las Ovejas), se registra un rendimiento promedio de 7 m3 de madera / Ha. / año en secano). Esta cifra representa valores significativos altos en comparación con otros emprendimientos desarrollados en la Provincia de Neuquén.

Esta actividad ha generado un conflicto con el uso ganadero, pues muchos de los predios que han sido forestados han desplazado a antiguos pobladores rurales que tenían sus campos de cría en esas tierras, cortando además, el paso de los arreos entre las veranadas e invernadas.

Además de la forestación con fines comerciales, este departamento presenta muy buenas aptitudes para la forestación con fines de protección de laderas. En un estudio sobre el Norte neuquino (Frugoni et al., 1999), el Departamento Minas presenta las dos terceras partes de su territorio (66.4 %) con aptitudes “aptas” y “muy aptas”. La protección de las vertientes es de suma importancia ya que además de dar jerarquía al paisaje, contribuye a preservar al suelo desnudo de los impactos por gota de lluvia, retarda el escurrimiento y favorece la infiltración en este caso de las cuencas altas de dos grandes ríos patagónicos: el Neuquén y el Colorado. Los resultados obtenidos para las distintas clases de aptitudes puede verse en el Cuadro Nº 16 y en el mapa de la Figura Nº 20.

Fotografía N° 1. Forestación con género Pinus de la Empresa Corfone, en planicie próxima a la localidad de Las Ovejas.

FIGURA Nº 21

Fotografía N° 2. Forestación con género Pinus en laderas de la Cordillera del Viento al Sur de la localidad de Andacollo.

El turismo

La actividad turística en este Departamento presenta un enorme potencial debido a la gran cantidad y diversidad de recursos paisajísticos, muchos de ellos aún no han sido puestos en valor y ni siquiera debidamente evaluados. A raíz de las condiciones climáticas y a la falta de buena infraestructura, las actividades turísticas están restringidas al período estival más si se tiene en cuenta que la red vial de este territorio es deficitaria y existen sólo unos 25 km. de rutas asfaltadas (Ruta Provincial Nº 43). El resto son caminos de ripio con distinto grado de transitabilidad y mantenimiento, lo que desalienta en muchas ocasiones a los visitantes. Esto es una de las causas para que los atractivos tengan aún cierto grado de buena conservación que les permitiría, buenos planes de manejo mediante, aprovecharlos de manera más integral.

En relación al potencial puede agregarse que el relieve montañoso, casi despoblado, y los recursos hídricos, son ideales para el desarrollo de actividades turísticas de bajo impacto, ya que se presentan condiciones ambientales semiáridas que pueden ser agravadas por el uso intensivo de suelo y vegetación, como ha ocurrido con las prácticas ganaderas. Montañismo, trekking de altura, senderismo, cabalgatas, camping, canotaje, rafting, pesca, observación de restos arqueológicos, observación y participación de prácticas agroganaderas tradicionales, como la trashumancia, son actividades que pueden desarrollarse en esta región, no requieren infraestructura compleja y sólo un adecuado manejo y adecuación a la capacidad de carga de los distintos sitios naturales. Algunos de ellos con arte rupestre, como Colo Michi có (próximo a Varvarco), ya han sido objeto de estudio y adecuación para la visita.

Muchas de las actividades mencionadas pueden ser compatibles y complementarias con la forestación y ganadería. La forestación genera variaciones en el paisaje, nuevas oportunidades recreativas y un ámbito propicio para la educación ambiental, además de dar mayor jerarquía al paisaje. El ecoturismo, de la mano de la interpretación paisajística y la educación ambiental, es una modalidad que propicia la conservación de las áreas naturales a través del contacto directo y la comprensión de los procesos naturales, así como el agroturismo, que brinda la posibilidad de que crianceros y otros productores otorguen un valor agregado a sus tareas.

Fotografía N° 3. Reserva Provincial Lagunas de Epu Lauquen. Bosque de Ñire (Nothofagus antártica), Lenga (Nothofagus pumilio) y Roble Pellín (Nothofagus obliqua).

CUADRO Nº 17

Como resultado de la interrelación tanto de las variables físico – geográficas como de las socioeconómicas descriptas en el presente capítulo (previstas en el esquema metodológico del Cap. 1), puede señalarse que el Departamento Minas se caracteriza por su relieve montañoso, donde sobresalen dos grandes cordilleras: la de los Andes y la del Viento. Un 70% de su territorio está sobre la cota de 1.500 msnm. factor que condiciona la mayoría de las actividades humanas que se desarrollan en este espacio.

La abundancia de lagos, lagunas y ríos constituye otro rasgo distintivo: existen más de 100 cuerpos de agua entre los que sobresalen la laguna Varvarco Campos (2.400 Has.), las de Epulafquen, Negra, Vaca Lauquén, etc. de diferentes tamaños muchas de las cuales dan origen a ríos y arroyos que forman la cuenca superior de los ríos Neuquén y la del Colorado.

Un rasgo particular, a nivel macroescala, de la dinámica y el funcionamiento de los sistemas naturales de esta región es la relación entre la topografía, el clima, los suelos y la vegetación: como los vientos dominantes y de mayor intensidad provienen del Oeste, entonces es común que a sotavento de los relieves positivos se depositen sedimentos finos y, en ocasiones de grandes erupciones volcánicas (muy comunes en el cuaternario para esta zona), haya ocurrido lo mismo con la ceniza volcánica. Esto ha dado lugar a que aquellas laderas orientadas al Este se localicen suelos profundos y con mayor desarrollo edáfico. Esto genera perfiles edáficos con mayores disponibilidades de humedad lo que les otorga buenas aptitudes para el desarrollo de la vegetación.

Otro tanto ocurre con las exposiciones hacia el Sur, las laderas de umbría. Por tratarse de laderas con menor exposición, logran conservar mejor la humedad en el perfil del suelo, de ahí que es muy notable la diferencia de vegetación entre las laderas Norte – Sur. Este análisis destaca la importancia que revista las exposiciones Este y Sur para el desarrollo y conservación de la vegetación.

Pueden establecerse tres grandes momentos en la dinámica del poblamiento departamental: a) el primero de ellos, previo a los registros de los Censos Nacionales, es el correspondiente al poblamiento indígena; b) el segundo, relacionado con un crecimiento de la población por la vinculación de la economía del Norte neuquino con los puerto chilenos y la instalación de la capital del Territorio en Chos Malal; el tercero, (desde principio del siglo XX hasta mediados de los 60) corresponde al aislamiento departamental como consecuencia cierre de la frontera con Chile y su despoblamiento; y por último (cuarto período) el repunte poblacional a partir de esta última fecha y que continúa en la actualidad, con la particularidad que en los últimos 20 años se han consolidado los centros urbanos existentes, han aparecido otros de menor jerarquía produciéndose un éxodo de las áreas rurales.

Esta dinámica de la población responde a la valoración que tiene y han tenido los distintos recursos naturales del Departamento. Inicialmente la agricultura y la ganadería para abastecer los puertos chilenos, también la minería del oro con sus distintas modalidades de extracción (primero en placeres y luego en minas), forestación iniciada en los 70 y en las últimas décadas el turismo. Sin embargo la actividad por excelencia que ha caracterizado a este Departamento es la ganadería del tipo extensiva, dedicada sobre todo al ganado caprino, con la modalidad del tipo trashumante, muy en relación con el tipo de relieve que posee el Departamento.

Ante la diversidad de formas y procesos tanto naturales como sociales, en el próximo capítulo se analiza de manera integrada estos elementos que dan forma a un sistema de unidades de paisaje con distintos niveles de homogeneidad (clases y tipos), su funcionamiento y la respuesta de los mismos ante el impacto de las actividades humanas.